Déficit de cultura democrática

Por Juan Bolívar Díaz
16_11_2014 HOY_DOMINGO_161114_ Opinión9 A

No pasan de la veintena los presidentes que han logrado gobernar durante dos períodos en la historia de la democracia latinoamericana de las últimas tres décadas, tras el derrumbe de las dictaduras que asolaron estos pueblos, cuando unos 140 fueron elevados al poder por mandato popular en los 20 países de la región, calculando un promedio de 7 elecciones. En la mayoría de los casos se han ido felices a disfrutar su éxito con sus familiares, en el mundo académico o a trabajar en el sector privado.

El período democrático dominicano arrancó en 1978, con diez elecciones, pero solo 6 presidentes, pues Joaquín Balaguer y Leonel Fernández agotaron tres períodos cada uno, con infinito abuso del poder para reelegirse, y el primero no sigue repostulándose porque lo venció el tiempo. Don Antonio Guzmán, recordado como el mejor mandatario de la etapa, prefirió suicidarse cuando no pudo conseguir un segundo período en un partido que entonces militaba en el postulado de que la reelección era la madre de las dictaduras y cercenadora de la democracia.

Patético es el caso de Leonel Fernández, integrante del exclusivo club de los que en la democracia mundial han gobernado tres períodos: José Velasco Ibarra, Franklyn D. Rossevelt, Konrad Adenauer, Margaret Thatcher, Felipe González, Hugo Chávez, Silvio Berlusconi y Daniel Ortega. El nuestro parece haberse propuesto alcanzar a Velasco, campeón con cinco períodos y a Rossevelt y González, que lograron cuatro, ya que ha reiterado que su partido gobernará hasta el bicentenario de la República, en el 2044, treinta años más. Él dice que su partido es una “fábrica de presidentes”, aunque en la práctica promueve un solo modelo.

Toda la historia nacional es un himno al continuismo, bajo el eterno predicamento de que “el poder no se cede”. Por eso entre Santana, Báez, Lilís, Horacio, Trujillo, Balaguer y Leonel se han ido dos terceras partes de los 170 años de la República. Los dos últimos cuentan también dos tercios del período post tiranía de Trujillo. El otro tercio de la República corresponde a unos 60 gobernantes, en su gran mayoría sin haber completado un período, incluyendo a los dos mayores civilistas de nuestra historia Ulises Francisco Espaillat y Juan Bosch, ambos coincidencialmente solo gobernaron 7 meses, aunque con un siglo de distancia.

No hay en el mundo democrático de hoy nadie que luego de tres períodos de gobierno esté batallando como Fernández por volver, y en medio de circunstancias bien adversas como alta tasa de rechazo. En la oposición, Hipólito Mejía, quien fue electo presidente hace 14 años y fracasó luego dos veces intentando regresar, también parece lanzarse a una difícil batalla para volver, por igual con alta tasa de rechazo. Su caso es también único en la actual democracia universal.

En la pobre cultura democrática dominicana no se concibe el relevo ni la renovación, aunque la historia regional referida demuestra que eso no es lo predominante, que el poder sí se cede y se traspasa a los compañeros. Balaguer le cerró el paso a todos los suyos que intentaron sucederle, dando vigencia al postulado que se atribuye a Horacio de que “después de mí el diluvio, o que entre el mar”. Y su partido devino en insustancial.

Pero no vayan a creer que eso solo ocurre en la política, tampoco se retiran los directores de los diarios, obispos y rectores, así como dirigentes sociales. Tenemos líderes sindicales con más de medio siglo en los cargos. Y ni siquiera las glorias del béisbol, como Juan Marichal, Sammy Sosa, Pedro Martínez, Manny Ramírez o Moisés Alou anunciaron a tiempo su retiro. Terminaron cuando ya nadie los contrató y algunos mendigaron otra oportunidad de forma penosa.

El continuismo y la negación de la alternabilidad no solo está en la cumbre del poder, sino que es expresión de una pobre cultura democrática, de un presidencialismo a ultranza y del rentismo, el clientelismo y la corrupción que lastran el desarrollo de nuestra institucionalidad democrática. Es que no queremos entender que la vida es una continua renovación y desconocemos los planteamientos bíblicos del Eclesiastés: Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo. Todo surgió del polvo y al polvo todo volverá.

 

La reelección divide hasta a la familia de Vincho

Por Juan Bolívar Díaz

Cuando se creía que el proyecto de repostulación del presidente Leonel Fernández había sido desmontado, ha resurgido con fuerza tras la propuesta del doctor Vincho Castillo de una nueva reforma constitucional para instituir una consulta popular que permita un tercer período consecutivo que el mandatario consideró inconveniente.

El planteamiento divide ya hasta a la familia del proponente y siembra incertidumbres en el partido de gobierno, donde unos seis dirigentes aspiran a la candidatura presidencial y cuando los seguidores de Danilo Medina dan por seguro que éste ganará la nominación.

Despiertan la bestia.  El proyecto que busca una brecha constitucional para la repostulación del presidente Fernández a un tercer período consecutivo parece haber resurgido con más fuerza tras la propuesta del doctor Vincho Castillo de que se modifique de nuevo la Constitución de la República para abrirle paso.

A fines de agosto el proyecto pareció haber sido congelado tras dos declaraciones terminantes que lo descarta por parte del influyente monseñor Agripino Núñez Collado y de un amplio rechazo en la opinión pública que rescata el compromiso del mandatario con la Constitución que auspició y proclamó apenas en enero pasado, tras un pacto político que asumió la no reelección consecutiva.

Contribuyeron al enfriamiento declaraciones del vicepresidente Rafael Alburquerque; del presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, y del senador Félix Bautista, uno de los hombres más cercanos al presidente Fernández. Alburquerque y Pared Pérez  consideraron extemporáneo hablar de reelección y Pared, además, reconoció que el tema crea tensiones al interior del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), del que es secretario general. Bautista expresó: “yo no creo que el presidente Fernández vaya a modificar la Constitución que él auspició.

Con el gobierno luchando por fórmulas que le permitieran salvar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en riesgo por el pronunciado déficit fiscal, el ambiente no parecía  bueno para el recurrente tema del continuismo que siempre crea tensiones en la historia nacional.

Pero a mitad de octubre, el doctor Vincho Castillo sorprendió cuando en una conferencia escrita en un  hotel capitalino propuso formalmente una reforma al artículo 124 de la Constitución de la República para permitir la repostulación de un presidente en ejercicio si obtiene la previa aprobación de un referéndum consultivo. De inmediato el cardenal Nicolás López Rodríguez expresó su desacuerdo con la propuesta, inscribiéndose en la línea de Núñez Collado, quien había dicho en agosto que no le cabía en la cabeza pensar que el mandatario fuera a modificar su propia constitución.

Legisladores al ataque.  Lo novedoso de esta semana es que emergió un grupo de senadores y diputados manifestando su disposición de proclamar candidato al doctor Fernández sin precisar a través de cuál mecanismo, dada la prohibición de la reelección seguida,  pero uno  de los promotores, Dionis Sánchez, de Pedernales, dijo que no cree que la actual Constitución impida la repostulación del líder peledeísta, quien, desde este fin de semana y hasta febrero, se propone realizar encuentros de su partido en las diversas regiones del país, lo que para algunos es el inicio de su campaña por la reelección.

Otros senadores que asumen el proyecto continuista son Luis René Canaán, Amarilis Santana, Rubén Darío Cruz y Adriano Sánchez Roa. Tommy Galán dijo que si se salva el impedimento constitucional la mayoría de los legisladores lo respaldarían, pero cree que no hay votos suficientes para modificar la carta magna. También han sido identificados como promotores del proyecto los diputados Mario Hidalgo (quien dijo que se han celebrado varias reuniones), Lupe Núñez, Altagracia González, Plutarco Pérez, Francis Mancebo y Juan Carlos Quiñones.

Los diarios publicaron versiones de que el movimiento ya cuenta con el apoyo de 23 de los 32 senadores y unos 55 de los 183 diputados, lo que en la Asamblea Nacional sumaría 78. Todavía faltarían 65 para completar los dos tercios que requiere la reforma constitucional. Los 23 senadores aprobarían la convocatoria de la Asamblea Nacional, pero 55 diputados son insuficientes, pues se requiere la mitad más uno, que serían 92. Pero en ninguna de las publicaciones se precisa si plantean promover la reforma propuesta por Vincho Castillo.  Listín Diario fija febrero como la fecha en la que “lanzarían la candidatura“  de Leonel Fernández.

Concomitantemente comentaristas e interactivos que participan en programas de radio también han retomado la defensa, como necesidad, de la continuidad en el mando del presidente Fernández. En su conferencia del jueves 14, el doctor Castillo fundamentó su propuesta en la conveniencia de que el doctor Fernández siga al frente del gobierno “para el tiempo excepcionalmente borrascoso que trae la crisis mundial, con repercusiones entre nosotros inevitables”.

Una propuesta capicúa.  No han faltado quienes consideran que la propuesta formulada por el doctor Castillo es capicúa, lo que en lenguaje del dominó significa que gana por las dos puntas. En este caso que aunque favorece la continuidad del mandatario, reconoce que su propia y flamante Constitución la prohíbe, razón por la que propone la reforma. De esa forma, Vincho Castillo quedaría bien con su amigo el Presidente, quien se declarara “vinchista”. Pero le pondría un valladar al proyecto, dado lo costoso que pudiera resultar para la unidad del PLD y lo difícil de materializar por razones tanto internas de su partido como nacionales.

 Por de pronto, la propuesta ha dividido hasta a la familia y al partido de los Castillo, la Fuerza Nacional Progresista. Mientras su hijo Vinicio se apunta a favor de la repostulación, llegando a intrigar contra el hasta ahora principal precandidato del PLD, Danilo Medina, otro de mayor proyección y astucia política, el diputado Pelegrín Castillo, descarta el continuismo. El Nuevo Diario recogió declaraciones del legislador en un encuentro con periodistas dominicanos en Nueva York el pasado fin de semana, en las que descarta el referéndum propuesto por su padre, estimando que provocaría una alteración de la estabilidad macroeconómica.

 El simple aliento de la posibilidad de la repostulación de Fernández ocasiona incertidumbres en el PLD, porque varios de sus dirigentes ya están empeñados en la lucha por la candidatura presidencial, como son los casos, además de Medina, de José Tomás Pérez y Francisco Domínguez Brito. También se mencionan como posibles candidatos al vicepresidente Rafael Alburquerque y al ministro de turismo Francisco Javier García, además de la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández.

 Entre los cercanos colaboradores de Danilo Medina se le resta importancia al resurgimiento del proyecto continuista, entendiéndolo como fruto de que “hay lealtades muy fuertes”, pero convencidos de que “no tiene viabilidad y se irá desvaneciendo irreversiblemente”.

Leonel descartó el peligroso tercer período

Por lo menos en dos entrevistas de televisión durante su campaña para la reelección en el 2008, el presidente Fernández descartó que pudiera aspirar a un tercer período consecutivo, y en ambos casos dijo que “generaría tensiones innecesarias”.

En una grabación de la entrevista que concedió a la periodista Alicia Ortega se escucha claramente al presidente decir: “Yo nunca promovería una reforma constitucional para beneficio propio. En el 2012 yo no podré ser candidato. No lo voy a ser en razón de que la Constitución no lo permite, y porque yo tengo la convicción de que tres períodos consecutivos pueden generar tensiones innecesarias”.

En otra entrevista concedida al periodista César Medina, en Color Visión el 12 de febrero del 2008, reproducida en un folleto con las enseñas del PLD, se puede leer cuando Leonel Fernández dice: “a mí me parece que un tercer período consecutivo de cualquier presidente en cualquier lugar está generando tensiones. Fíjese los dos períodos  de gobierno de Tony Blair, excelentes. El tercer período ya generó tensiones. Los dos primeros gobiernos de Felipe González, magníficos. El tercer período generó tensiones.

Empezó a señalar el caso de Alberto Fujimori en Perú cuando fue interrumpido por el entrevistador. Pero al momento él mismo retomó el hilo para señalar que si Fujimori se hubiese ido tranquilo después de sus dos primeros gobiernos, “hasta lo habrían reclamado después. Pero ese tercer período generó tensiones y el desplome del sistema político e institucional democrático del Perú”.

El doctor Fernández se refirió también al caso de Carlos Menen, en Argentina, diciendo que sus problemas comenzaron al pretender un tercer período consecutivo. Por todo lo cual proclama que él no podría pretender seguir en el 2012 “porque eso crearía conflictos a lo interno del partido y conflictos en la sociedad. Yo tengo que entender que habré cumplido con un ciclo de la historia contemporánea que sería altamente exitoso si dejo a otro compañero del partido en el poder. No podría haber aspirado a mayor gloria ni a mayor satisfacción”.

ASI HABLABA LEONEL EN EL 2008

“Yo nunca promovería una reforma constitucional para beneficio propio. En el 2012 yo no podré ser candidato. No lo voy a ser en razón de que la Constitución no lo permite, y porque yo tengo la convicción de que tres periodos consecutivos pueden generar tensiones innecesarias”.

“A mí me parece que un tercer período consecutivo de cualquier Presidente en cualquier lugar está generando tensiones. Fíjese los dos periodos de gobierno de Tony Blair, excelentes. El tercer periodo ya generó tensiones. Los dos primeros gobiernos de Felipe González, magníficos. El tercer período generó tensiones”.

“Si Fujimori se hubiera ido tranquilo  después de sus dos primeros gobiernos hasta lo habrían reclamado después, pero ese tercer período generó tensiones y el desplome del sistema político e institucional democrático del Perú”.

(Proclamaba que no podría pretender seguir en el 2012)

 “porque eso crearía conflictos a lo interno del partido y conflictos en la sociedad. Yo tengo que entender que habré cumplido con un ciclo de la historia contemporánea que sería altamente exitoso, si dejo a otro compañero del partido en el poder. No podría haber aspirado a mayor gloria ni a mayor satisfacción”.

 

Frenan la precipitada campaña reeleccionista

Por Juan Bolívar Díaz

El desbordamiento de los pujos continuistas quedó frenado esta semana por una serie de declaraciones de personalidades, incluyendo al vicepresidente Rafael Alburquerque, al presidente del Senado, Reinaldo Pared,  y especialmente al senador Félix Bautista, considerado como uno de los hombres de más confianza del presidente Leonel Fernández.

El frenazo habría sido determinado por el creciente descontento que dentro  y fuera del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) estaba generando la campaña reeleccionista con desprecio de la nueva Constitución y en medio de tensiones con el sector empresarial por los esfuerzos gubernamentales para solventar un elevado déficit fiscal.

Significativas declaraciones.  La primera señal de freno pudo haber sido la destitución de Héctor Rodríguez Pimentel de la dirección del Instituto Agrario Dominicano el 19 de agosto. Pero tanto éste como el secretario sin cartera Freddy Pérez persistieron en su ofensiva continuista proclamando que ni siquiera es necesaria la reforma de la Constitución para que el presidente Fernández pueda optar por un tercer período consecutivo.

El martes coincidieron en el telediario de Teleantillas el ingeniero Pérez y el vicepresidente Rafael Alburquerque, un político que toma la medida de cada oración que va a pronunciar. Expresó contundentemente en el sentido de que “es totalmente extemporáneo hablar de candidaturas en estos momentos”, que lo importante es dedicarse a resolver problemas, y que el Presidente “no está en estos momentos pensando en la repostulación”.

El mismo martes, el precandidato presidencial peledeísta  Danilo Medina evadió referirse concretamente a la promoción de la reelección, considerándola “hipotética”, pero sí dijo que está “construyendo un proyecto presidencial, dentro y fuera del PLD, concitando respaldo de mucha gente que nunca antes había hecho política”. Y advirtió que no busca confrontación con nadie porque quiere ser el candidato de todos.

El miércoles tocó al secretario general del partido morado y presidente del Senado referirse a la campaña pro reelección, indicando que ese tema no se ha tratado en el Comité Político, y que es extemporáneo. “Lo más importante en lo queda hasta el 2012 es que nos esforcemos en una buena labor de Gobierno”. Y admitió que el continuismo podría generar tensiones dentro de su partido, aunque descartó que provoque una división.

El mismo día, el dirigente José Tomás Pérez sostuvo que será el candidato presidencial del PLD en el 2012 “en caso de que el Presidente no motorice una reforma constitucional que le permita una nueva repostulación”. Antes, e incluso en su propaganda política, había condicionado su postulación a que el doctor Fernández no se lance, pero esta semana reconoció que el texto actual lo impide.

Al menos un frenazo.  La tajante declaración de Bautista, a quien se vinculaba con la campaña continuista, por lo menos pareció un frenazo al desbordamiento de los dos últimos meses y que tuvo aliento del propio Presidente Fernández cuando el 3 de julio dijo a los reporteros que la continuidad de un mandatario al frente de su país “es un tema de soberanía nacional”, ya que la decisión “en última instancia la tiene el pueblo”.

Ningún observador de la política nacional cree que Bautista formuló tal declaración sin consultar a su jefe político y administrativo. E incluso algunos creen que fue inducida por el propio mandatario, hasta quien habrían llegado señales de que  la campaña, al menos por el momento, no “estaba cayendo bien” en importantes sectores de poder y que precipitaba tensiones en su propio partido. Coincidencialmente se producían reuniones de entidades empresariales con precandidatos a la presidencia como Miguel Vargas, Hipólito Mejía y Danilo Medina.

Los días por venir permitirán comprobar si se frenó o no el desbordamiento  continuista que la semana anterior llegó a incluir reuniones abiertas en salones del propio Palacio Nacional. En lo que coinciden diversos analistas es que por el momento ha sufrido un tropiezo. Para algunos ya el Presidente se habría convencido de las graves dificultades que enfrentaría, moviéndose en el “terreno movedizo” que, valiéndose de su propia experiencia, le advirtió el miércoles, el ex presidente Hipólito Mejía, cuando en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio contó cómo los tumba polvo y vividores de la política son capaces de convencer a cualquiera de embarcarse en un proyecto absurdo.

Aunque cuenta con la participación de una amplia gama de grupos remanentes del otrora dominante Partido Reformista, ahora aliados del presidente Fernández, el proyecto reeleccionista podría incluso provocar desprendimientos en su “Bloque Progresista” que lo ha respaldado en las cuatro últimas elecciones. El 2 de agosto se informó que uno de los partidos que lo integran, la Fuerza Nacional Progresista, había decidido iniciar la promoción nacional de la candidatura presidencial del diputado Pelegrín Castillo, quien ha tomado distancia del continuismo, pese a que su padre, Vincho Castillo, lo favoreció.

Circunstancias desfavorables.  La crisis fiscal por la que atraviesa el Gobierno por el desbordamiento del gasto en la pasada campaña electoral, y las tensiones que generan los esfuerzos por elevar los ingresos no parecen ser el ambiente adecuado para embarcarse en un proyecto continuista que demandaría cada vez más recursos y produciría incertidumbres institucionales que podrían desestabilizar la economía nacional.

Esas tensiones llegaron esta semana al punto de que una veintena de asociaciones empresariales, que incluyó a todos los sectores industriales, denunciaron la decisión del Gobierno de cobrar el ITBIS a las importaciones en las aduanas para adelantarse unos RD$2,000 millones  en lo que resta del año. Amenazaron con recurrir ante la justicia para invalidar una acción administrativa violatoria de la ley de Competitividad y  “que provocaría un daño inminente a nuestra institucionalidad y pone en riesgo la seguridad jurídica, la producción y la generación de empleo en el país”. El Gobierno lograría luego que los grandes empresarios aceptaran la medida para contribuir a mantener el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos negociadores esperan en Washington las respuestas que no pudieron obtener aquí en más de dos semanas de conversaciones sobre el tope al déficit fiscal.

Para algunos lo del adelanto del ITBIS es apenas un “tente en pies”, convencidos de que se requerirán otros gravámenes para tapar el hueco y afrontar la inminente confección del presupuesto para el 2011, que según la nueva Constitución debe llegar al Congreso el 1 de octubre, en apenas un mes. Se duda que pueda contar, como el de este año, con un financiamiento externo de RD$116,000  millones, extendido a RD$120,000 millones, unos US$3,200 millones.

Como si eso no fuera suficiente, esta semana afloraron tensiones entre partido y Gobierno por designaciones de dirigentes que quedaron desbancados por las elecciones de mayo pasado, mientras el Presidente es asediado por peledeístas y aliados que reclaman “pago a sus sacrificios”. Una serie de decretos emitidos a cuentagotas durante dos semanas, algunos revocados y otros retenidos, y la lentitud en posesionar a nuevos funcionarios, parecían indicar por lo menos desconcierto.

La tapa al pomo

El panorama pareció despejase el miércoles cuando se produjo la segunda declaración al respecto, en sólo una semana, del siempre cauto rector de la Universidad Católica Madre y Maestra y reiterado mediador monseñor Agripino Núñez Collado. Y más aún cuando se destapó el flamante senador Félix Bautista, considerado en los últimos tiempos como “el político y funcionario más cercano al presidente Fernández”.

Núñez Collado había dicho el día 18 que la nueva Constitución es “un valladar a la reelección presidencial”. Ahora dijo que no se puede meter presos a los que promueven el continuismo, pero sostuvo contundentemente que para ello sería imprescindible una modificación de la Constitución. “Y no cabe en mi cabeza pensar o ver al Presidente solicitando que su Constitución sea acomodada para que él pueda, precisamente, violarla o hacer una nueva Constitución”, añadió.

También aludió al pacto del presidente Fernández con el ahora presidente del Partido Revolucionario Dominicano Miguel Vargas Maldonado, que viabilizó la aprobación de la nueva carta magna y que eliminó la prescripción anterior de una sola repostulación “y nunca más”, cambiándola por la prohibición de la reelección consecutiva,

El influyente Monseñor podría estar expresando el desconcierto y hasta disgusto que se advierten en círculos eclesiásticos y empresariales, en los que él se mueve como pez en el agua, con la campaña continuista que se desbordó en las semanas anteriores. Pero la declaración más sorprendente fue la emitida el mismo miércoles 25 por Félix Bautista al estrenarse en el Senado. “Yo no creo que el presidente Fernández vaya a modificar la Constitución que él auspició. Pienso que si lo hace sería una gran mancha que quedaría en su gestión”, sostuvo el hasta hace una semana poderoso supervisor de las obras del Estado.

 

Conviene a Leonel tomar un descanso

Por Juan Bolívar Díaz
http://hoy.com.do/image/article/524/460x390/0/5B1BA11F-B9C9-4202-9395-70C33C95A2D7.jpeg

Cualquier vía que escoja el presidente Leonel Fernández para prolongarse en el poder más allá del 2012 implica desconocer la propia Constitución que acaba de proclamar y serios riesgos de debilitamiento de su liderazgo, lo que podría decretar un mal final de su exitosa carrera política.

En vez de aferrarse al Gobierno, el líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) podría tomarse un descanso y dejar abierta la posibilidad del retorno, dedicándose estos dos años a mejorar su promedio de gobierno y a realizar reformas políticas que afiancen la institucionalidad democrática.

Una sola y única vía.   Sólo una nueva reforma constitucional legitimaría una repostulación del presidente Leonel Fernández, y cualquiera de las otras dos vías que se han señalado implicaría una violación de la Constitución que él mismo acaba de proclamar, la que cambió el “nunca más” después de dos gobiernos por un posible retorno, pero sin reelección consecutiva.

El artículo 124 de la Constitución proclamada el 26 de enero pasado no deja la menor duda: “Elección Presidencial. El Poder Ejecutivo se ejerce por el o la Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo y no podrá ser electo para el periodo constitucional siguiente”.

La única vía válida para una repostulación de  Fernández en el 2012 sería una nueva  modificación de la Constitución. La interpretación por parte del Tribunal Constitucional a ser constituido o apelar al referendo que instituye la nueva carta magna serían traumáticas para la institucionalidad y legitimidad democráticas.

Hay corrientes jurídico-políticas  que sostienen que la nueva Constitución implica un nuevo conteo, como se aventuró a sostener esta semana el joven abogado Trajano Vidal Potentini, quien preside la Fundación Justicia y Transparencia. Pero los expertos constituconalistas Flavio Darío Espinal y Eduardo Jorge Prats, como se pudo leer en HOY del 9 y 11 de junio plantean tajantemente lo contrario. Ambos juristas, quienes formaron parte de la comisión presidencial que redactó el primer borrador de la nueva Constitución, dicen que la única vía sería una nueva reforma del texto, lo que dudan  que ocurra.

La tercera vía que contemplan los continuistas, la del referendo, todavía no ha sido sostenida públicamente por nadie, y es más difícil de justificar que pueda estrenarse el mecanismo de la consulta instituido en el artículo 210 de la Constitución con algo que contradiga una clara disposición de la misma.

Sacudiría hasta el PLD

Antes de enviar al Congreso el proyecto que originó la actual Constitución, el presidente Fernández se comprometió ante el Comité Político de su partido a que no intentaría un mecanismo para buscar la reelección en el 2012, lo que disipó incertidumbres y disensiones en el seno de su organización, donde por lo menos Danilo Medina, Franklin Almeyda, Francisco Domínguez Brito y Francisco Javier García han dejado manifiesta su voluntad de optar por la candidatura presidencial.

Ya esta semana un dirigente del PLD de la categoría del ministro de la Presidencia, el destacado jurista César Pina Toribio, se atrevió a echar un balde de agua sobre los “sectores externos al partido” que alientan el continuismo, sosteniendo que la nueva Constitución no le permite al presidente Fernández optar por la reelección en el 2012.

El Diario Libre del viernes 11 recogió su respuesta: “Mi criterio es que  no le permite (la repostulación). Además el Presidente estaba muy cierto y muy seguro cuando suscribió el pacto en ese sentido, de cuáles eran los alcances de esa disposición constitucional y no mostró preocupación alguna de que fuera de otra manera”.

 La perspectiva de seguir en el disfrute del poder determinaría que una gran mayoría de sus partidarios se decantaran en apoyo al Presidente, si decidiera dar el salto definitivo al continuismo, lo que al decir de Rosario Espinal implicaría “la etapa final de la mutación del peledeísmo al balaguerismo”. Pero conllevaría el riesgo de desgarramientos e inhibiciones que pudieran revertirse en debilitamiento del partido y pérdida de un caudal electoral que se ha mostrado en proceso de reducción.

 Los conflictos serían mayores en la medida en que en los próximos meses inevitablemente se manifiesten las aspiraciones y movimientos de los aspirantes peledeístas que luego serían más difíciles de revertir. Es de los factores que tienen en cuenta los que favorecen que se busque una reforma constitucional de inmediato “que ponga raya a los que aspiran a suceder al líder”.  Pero a su vez, eso adelantaría conflictos y rechazos que podrían debilitar la gobernabilidad en los dos próximos años. Algunos “estrategas” plantean que al Presidente le convendría adelantar su metro y otras obras de exhibición antes de decidirse.

El merecido descanso.  En el PLD, como en todos los sectores nacionales, hay quienes creen que lo más conveniente es que el doctor Fernández logre resistir las tentaciones derivadas de la adicción al poder, de la que él parece empezar a ser una víctima, empujado por quienes se benefician de las liberalidades y reparticiones que ese camino conlleva.

Con la actual Constitución y quedando con el control de todos los poderes del Estado, en el liderazgo del partido y con su millonaria Fundación Global, el mandatario tendría todas las posibilidades de ser repostulado en el 2016. Sea quien sea el que le suceda en el 2012 no reuniría fuerzas para reformar la Carta Magna a fin de reelegirse. Mas bien habría que negociar con él hasta para aprobar un préstamo o un nuevo impuesto.

 Auspiciando una sucesión democrática, sobre todo si rehúye la tentación de  imponer un candidato, Fernández Reyna quedaría con toda la fuerza moral para prolongar su liderazgo en el PLD, con buenas perspectivas para el 2016, cualquiera que sea la suerte que se corra en la próxima elección presidencial. Hasta en el caso de que su contrincante Danilo Medina sea el Presidente.

Lo mismo ocurriría en el plano nacional si dedica los próximos dos años a fortalecer la institucionalidad democrática, auspiciando reformas políticas que demanda la sociedad, como la ley de partidos políticos.

El renunciar al continuismo le facilitaría reducir la repartición del patrimonio público y la corrupción que han minado el prestigio del Gobierno y reivindicar los principios éticos y políticos que dieron origen al PLD y de los que Fernández fue uno de los más firmes sustentadores.

La mayoría legislativa que le permitirá al líder peledeísta configurar los poderes  del Estado a su voluntad, y las perspectivas de mayores luchas internas en el principal partido de oposición son factores que le dan la oportunidad de redimensionar su liderazgo desechando las tradiciones del caudillismo basado en el clientelismo, e impulsar una verdadera estrategia de desarrollo nacional.

Todavía tiene tiempo y oportunidad de contradecir a quienes lo advierten en la pendiente resbaladiza del providencialismo.

Riesgosa aventura

Aunque el presidente Fernández ha salido triunfante en su apuesta de los recientes comicios y son muchos los que le sugieren acogerse al planteamiento de que “el poder no se declina”, la vía al continuismo no deja de ser una riesgosa aventura. El sólo plantear una nueva reforma constitucional genera rechazos e incertidumbres al dejar mal parado el compromiso y la coherencia del mandatario.

La reputada socióloga Rosario Espinal planteó el miércoles en su artículo de HOY que “Ni al país, ni al PLD, ni al Presidente Fernández, le haría bien la reelección en el 2012”. Importantes empresarios no lo van a proclamar, pero por lo bajo expresan temores de que cualquier vía al continuismo genere inestabilidad política y económica con serias repercusiones.

Se reconoce que el mandatario puede estar deslizándose hacia el mesianismo continuista y que pudiera imponerse al interior de su partido y comprar los pocos votos que le faltarían para una reforma constitucional, pero despertaría incertidumbres capaces de auspiciar un amplio frente antireeleccionista. A lo mejor eso es lo que pudiera generar una cohesión en el principal partido de oposición o hacer brotar una nueva opción política que sacuda el espectro político.

Aunque el reeleccionismo ha salido triunfante en casi todos los intentos en las más diversas circunstancias de la historia nacional, está demasiado reciente el fracaso del presidente Hipólito Mejía cuando lo intentó en el 2004, generando un amplio rechazo nacional que facilitó el retorno al poder del doctor Fernández Reyna. Conllevó una división del propio partido de gobierno e hizo brotar una Coalición por la Transparencia y la Institucionalidad que vertebró hasta las más representativas organizaciones empresariales y sociales.