El PLD: 40 años después muy lejos de sus orígenes

Por Juan Bolívar Díaz

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) arriba esta semana a su cuadragésimo aniversario convertido en una poderosa maquinaria de poder político, electoral y económico, cada vez más alejada de los objetivos con que lo concibió su fundador, el profesor Juan Bosch.

Con un proyecto de dominación política proyectado para las próximas tres décadas por su reconstructor ideológico, Leonel Fernández, el PLD pasa por momentos de gran tensión por la emergencia de nuevos actores que le disputan la primacía a partir del fuerte apoyo popular que recibe el presidente Danilo Medina.

Gran maquinaria política. El PLD alcanza su cuadragésimo aniversario convertido en una maquinaria de poder político y económico, que ha vencido en las últimas cinco elecciones nacionales y controla a su antojo todos los poderes del Estado, y cuyo predominio es proyectado hasta por más de tres décadas por su refundador ideológico, el expresidente de la República Leonel Fernández, quien el 14 de julio pasado dijo que gobernaría por otros 20 años, pero esta semana lo proyectó hasta más allá del 2044.

Aunque tanto optimismo no cuenta con las grandes insatisfacciones que prevalecen en una población con 42% de pobreza, desde el punto de vista de maquinarias electorales no parece descabellado, ya que el partido morado ha desarrollado una enorme capacidad para comprar todo lo que se mueve en el mercado con políticas clientelistas y repartos del patrimonio público que le han asegurado una alianza de hasta 14 partidos políticos.

Dejando atrás su andamiaje ideológico fundacional, el PLD se abanderó con las posiciones conservadoras para desplazar al Partido Reformista Social Cristiano que las había encarnado durante tres décadas, y terminó absorbiendo gran parte de su liderazgo y cuadros medios, gracias a un reparto de cargos públicos y organismos estatales. Y las habilidades políticas han alentado la división en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), secuestrado por una minoría encarnada en el empresario Miguel Vargas Maldonado, quien tras perder las elecciones presidenciales del 2008 firmó un pacto político con el entonces presidente Leonel Fernández, único beneficiario del mismo.

Bajo la égida de Fernández, el PLD también neutralizó a gran parte del liderazgo sindical, y segmentos del empresariado, de la intelectualidad y los organismos profesionales y sociales, y creó un enorme entramado comunicacional con el desbordamiento de empleos de altos salarios, becas, contratos y pensiones privilegiadas, mientras en los niveles bajos repartía más de dos millones de tarjetas para diversos “programas para combatir la pobreza”, a costa de déficits fiscales por 400 mil millones de pesos y duplicación de la deuda del Estado en los últimos seis años.

 Un ejemplo ilustrativo. Un ejemplo de la degeneración ideológica del partido que quiso tener Juan Bosch se encuentra en la política de desnacionalización de decenas de miles de descendientes de extranjeros nacidos en el país, en su mayoría de haitianos, donde han asumido la posición nazi-fascista del vinchismo, a costa de un segmento muy pobre.

La confusión es tan grave que aunque sus dos máximos líderes, el presidente Danilo Medina y Leonel Fernández, cuestionaron el carácter retroactivo de la sentencia del Tribunal Constitucional, los presidentes de las cámaras legislativas, casi todos los dirigentes del partido y hasta los funcionarios del Gobierno, se asimilaron más bien a la posición de la minoría ultranacionalista.

Es increíble que casi nadie reivindicara la posición del presidente Medina, quien poco después de la sentencia se reunió con representantes de las víctimas, y les pidió excusas por los sufrimientos que les han causado, planteando que se trata de un problema humano al que debían buscar solución. El inmenso andamiaje mediático peledeísta asumió las posiciones más radicales.

En la medida en que se han convencido que buena parte del país y todo el mundo externo rechaza el genocidio civil, con la amenaza de condenas internacionales, tanto el presidente Medina como Fernández favorecen una solución, pero aparentemente no encuentran un bajadero, presionados por sus aliados y propios voceros. Con la agravante de que la relación entre los dos líderes parece cada vez más conflictiva y se señalan responsables de haber metido al Gobierno en una pendiente resbaladiza.

Muy parecido al PRD. El PLD se va pareciendo cada vez más al PRD que era su negación. Tras su derrota electoral en el 2000, decidieron transformarlo en partido de masas, suprimir los círculos de estudio y hacer incompatibles los cargos en el Gobierno con la dirección del partido, pero eso fue suprimido tan pronto recuperaron el poder en 2004.

Los organismos se han tornado inoperantes. La Comisión Política sesiona esporádicamente, y ni eso ocurre con el Comité Central. Los comités intermedios y de base prácticamente han desaparecido, lo mismo que la revista teórica Política y el periódico Vanguardia del Pueblo, que en los años de esplendor tenían que vender hasta los dirigentes nacionales.

En 2012 debieron elegir nuevos directivos de los dos organismos superiores, pero se auto prolongaron el período legitimándolo con un plebiscito. Ahora con su octavo congreso nacional compensarán ampliando la Comisión Política de 26 a 36 miembros, y el Comité Central de 400 a 556

La parcela del poder en beneficio de los miembros de los dos organismos superiores como de los aliados electorales es tan fundamental que la mayoría permanece en los mismos cargos, y aún 16 meses después del cambio presidencial del año pasado, pocos han sido movidos y menos dejados fuera del tren gubernamental.

Tensiones en el PLD. El PLD pasó por numerosas crisis antes de llegar al poder, como las que produjeron la expulsión de sus secretarios generales Tonito Abréu y Rafael Alburquerque y de los hermanos Fiallo al principio de los ochenta, y la de Max Puig, Nélsida Marmolejos, Onofre Rojas y otros en 1991. Ese año el mismo Bosch llegó a anunciar su renuncia al partido, considerando que sus líderes habían devenido tan ambiciosos y grupales como los perredeístas. Lo convencieron para que se quedara.

Durante los años de Gobierno, la criticidad ha sido una especie en extinción, pero las tensiones van en aumento entre seguidores del presidente Medina y los de Fernández, sobre todo en la medida en que se han impulsado algunos cambios, prioridades, mayor transparencia y austeridad, cuando se denunció el contrato con la Barrick Gold y se modificaron contratos de obras públicas

Como se da por hecho que Leonel Fernández aspirará de nuevo a la presidencia, él mismo dijo a mediados de año que “el león salía para las calles”, y los senadores Félix Bautista y José Rafael Vargas ya lo han proclamado y empezado a crear comités de apoyo, otros dirigentes y funcionarios como Temístocles Montás y Francisco Javier, se han lanzado en abierta campaña por la candidatura. Se abrió así una lucha por la sucesión cuando faltaban 3 años para las elecciones y el Gobierno apenas despuntaba, generando tensiones que harán mella en la gestión de Gobierno y en la disciplina partidista. De ahí planteamientos como el del senador Euclides Sánchez, quien favorece una nueva reforma constitucional para abrir puerta a la reelección de Danilo Medina, algo casi imposible por la fuerza de Fernández en el Congreso y el partido.

Bosch sufriría un infarto
Si el éxito político se mide siguiendo el planteamiento del profesor Bosch en 1962, cuando dijo que “un buen político es el que sabe mantenerse en el poder”, el PLD ha cumplido su misión a partir de 1996 cuando alcanzó el poder a los 23 años de fundado, la primera vez que llevó de candidato presidencial a Leonel Fernández y no a su líder-fundador para entonces casi vencido por el implacable paso del tiempo.

Sin embargo, cuando Bosch abandona el PRD para fundar el PLD, lo hace porque su pensamiento político había evolucionado, nutriéndose del marxismo para plantear un programa de liberación nacional. Fernández reconoció en artículo del 29 de julio en el Listín Diario que el partido creado en 1973 era “una organización política de naturaleza progresista, popular y moderna, cuyo objetivo es completar la obra de Juan Pablo Duarte y los trinitarios, mediante el fortalecimiento de la democracia, la libertad, la justicia, la inclusión social, la equidad de género, la protección del medio ambiente, la solidaridad, la paz y la defensa de la identidad nacional”.

Bajo esos postulados es que Bosch abandona el PRD para fundar el PLD convencido de que sus líderes solo buscaban cargos y riquezas, aunque apenas habían pasado 7 meses en el Gobierno, bajo su jerarquía. Por esa razón son muchos los observadores que creen que le daría un infarto si volviera a vivir y viera el boato y la riqueza acumuladas por gran parte del liderazgo peledeísta, y que sus fundamentos ideológicos coinciden hoy más con el balaguerismo y el vinchismo que proclamó Fernández, mientras persisten los graves problemas de pobreza, educación, salud, electricidad, empleo, agua potable y alcantarillado y de exclusión social. Son cada vez menos los peledeístas dispuestos a honrar el lema de “servir al partido para servir al pueblo”.

 

El gran dilema de Danilo Medina

Por Juan Bolívar Díaz

La persistencia y la paciencia han dado frutos abundantes a Danilo Medina, quien marcha ya sin obstáculos hacia la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tras la declinación de la actitud de “neutralidad” en que se habían declarado los principales seguidores del presidente Leonel Fernández.

Ahora el gran dilema del ingeniero químico y economista sanjuanero consiste en afianzar la unidad partidaria pero sin dejarse arropar de los funcionarios más cuestionados y mantener un apreciable margen de diferenciación de la actual gestión gubernamental como forma de reciclaje político.

Oposición desinflada.  Aun cuando varios de los precandidatos presidenciales peledeístas tienen méritos   para optar por la candidatura presidencial de su partido, lo que está ocurriendo es una avalancha de respaldo a Danilo Medina, precipitada por los resultados de las dos encuestas de más credibilidad en el país, publicados en las dos semanas precedentes.

Con la declinatoria del vicepresidente Rafael Alburquerque a su precandidatura y el abandono de la posición de “neutralidad”  en que se habían declarado los frustrados promotores de la reelección presidencial, terminaron por disiparse las turbulencias que por momentos sacudían la estabilidad del proyecto presidencial de Medina, quien marcha ahora sin obstáculo hacia la meta del 26 de junio.

Tal como algunos habían advertido, los seguidores del presidente Fernández han quedado sin más recurso que alinearse en torno a Medina, después de haber consumido casi un año acariciando un sueño continuista imposible por el valladar constitucional.

También perdieron el tiempo aspirantes como José Tomás Pérez, Francisco Domínguez Brito, Franklin Almeyda y Radhamés Segura, cuando condicionaban sus precandidaturas a la decisión del líder del PLD, mientras Danilo corría solitario y firme, con la ventaja adicional de haber sido el segundo hombre del PLD y de sus dos  primeros períodos gubernamentales, cuando fue una especie de primer ministro o “armador del juego” de Fernández, posición que aprovechó para sembrar.

La oposición a las aspiraciones de Medina comenzó a desinflarse con la declinatoria del mandatario a ser candidato presidencial anunciada el 8 de abril. Le siguió la de la primera dama el 25 del mismo mes. Margarita Cedeño fue la mayor oposición que tuvo Medina, habiéndolo superado en preferencias en algunas encuestas. Tuvo la promoción de “los hombres del presidente”, que por momentos jugaron la carta del vicepresidente Alburquerque quien habría de declinar el 20 de mayo en curso.

Se acabó la neutralidad. Tres días después que el vicepresidente abandonara la carrera, el lunes  23, se formalizó la declinatoria de los neutrales, cuando 14 senadores y 41 diputados se declararon formalmente como la “Fuerza Leonelista con Danilo”, con tanto entusiasmo que algunos voceros coincidieron con Alburquerque en pedir a los demás aspirantes que sigan la cadena de declinatorias para hacer innecesaria la  votación del 26 de junio y  proclamar desde ya a Medina como candidato presidencial del PLD.

La avalancha comenzó en realidad el 11 de mayo cuando Medina presidió un acto en el que muchos de los más notables dirigentes del Comité Político y el Comité Central del partido morado le ofrecieron su apoyo.

Todo parece haberse precipitado tras una reunión de dos horas de Medina con el presidente Fernández, en la que se habría producido un entendimiento entre ambos, lo que permitió al primero declarar que  no tiene dudas que ganará la candidatura y de que contará con el respaldo del líder peledeísta.

Fue importante también un encuentro de Medina con Félix Bautista, el “ingeniero constitucionalista”, senador por San Juan y brazo político del mandatario, quien de inmediato movilizó a los legisladores y funcionarios que  lo acompañaron en la promoción de la continuidad de Fernández y en la oposición a Danilo.

El alcalde capitalino Roberto Salcedo  primero, y el jueves 73 de los 77 alcaldes peledeístas, 27 directores municipales y 94 regidores se arrimaron también al carro triunfal de Medina.

El abandono de la neutralidad fue con tanto entusiasmo que los “leonelistas con Danilo” se sumaron a la petición del vicepresidente Alburquerque de que renuncien todos los aspirantes para proclamar de inmediato a Medina como candidato. En un comunicado adujeron que “la inteligencia política aconseja una proclamación plebiscitaria por anticipado que cree una dinámica interna que motorice todas las acciones a favor de su candidatura presidencial”.

La euforia de los leonelistas provocó el enojo del precandidato Franklin Almeyda quien reaccionó acusando a Bautista de faltar a la ética política al convertirse en activista de Medina siendo miembro de la comisión organizadora de la convención.

Las dos encuestas.  Lo que disparó la alarma entre los leonelistas fueron los resultados de la encuesta Gallup-HOY publicados en la segunda semana de mayo, ratificados y ampliados por los de la Penn, Schoen y Berland, dados a conocer en la semana siguiente. En los primeros el Partido Revolucionario Dominicano recuperó la primacía en las preferencias electorales que había perdido a manos del PLD en el 2002. Y su candidato presidencial Hipólito Mejía apareció con el 48.7 por ciento de las preferencias frente al 40.4 por ciento de Medina.

La encuesta de Penn, auspiciada por los servicios informativos del Canal 7, resultó más preocupante para los peledeístas, pues reveló que de ser ahora los comicios Mejía ganaría en primera vuelta con 51 por ciento frente a 39 por ciento de Medina. Peor cuando se preguntó quién considera que ganará las próximas elecciones, pues ahí el resultado fue 58 a 32 por ciento a favor del perredeísta.

Ambas encuestas parecen haber roto la creencia de que Mejía era un candidato fácilmente vulnerable y los peledeístas empezaron a reaccionar, con el sentimiento de  cuerpo que tienen. Tanto el discurso declinatorio de Alburquerque como los pronunciamientos posteriores de apoyo a Medina han puesto énfasis en señalar el peligro de que el PRD vuelva al poder, porque a su juicio representaría el retroceso, el  caos y  la desestabilización económica.

No faltan quienes agregan como elemento detonante del abandono de la neutralidad de los leonelistas la declaración del candidato presidencial perredeísta en la última semana de abril proclamando su voluntad de perseguir la corrupción que se atribuye a las actuales autoridades, llegando a identificar al ingeniero Bautista.

El dilema de Danilo.  El gran dilema de Danilo Medina consiste ahora en si se deja arropar por los funcionarios gubernamentales más cuestionados de su partido o si logra mantener cierta diferenciación, como ha sido su discurso de los últimos cuatro años, desde que fuera “vencido por el Estado” cuando enfrentó el continuismo de los leonelistas.

Es obvio que para Medina la prioridad número uno es sellar la unidad del partido en torno a su virtual candidatura, por lo que no puede prescindir de ningún sector y menos del que encabeza el Presidente de la nación y de su partido, y el influyente Bautista es, además de senador, secretario nacional de organización del PLD.

Pero al mismo tiempo, Medina y los dirigentes de su partido deberían ponderar que las dos encuestas citadas revelan una fuerte desaprobación de la actual gestión gubernamental, lo que al estilo del PRI mexicano obligaría a un discurso de campaña diferenciado, como el que ha fortalecido las posibilidades del virtual  candidato, quien ha insistido en que “continuará lo que está bien hecho, corregirá lo que está mal y hará lo que nunca se hizo”.

Las perspectivas de Medina podrían complicarse si en aras de la unidad se deja imponer una figura que resalte la continuidad del gobierno, pues podría heredar el peso muerto del mismo. La encuesta Penn ratificó también los niveles de insatisfacción con el Gobierno que había registrado la Gallup-HOY (resaltados el 15 de mayo en esta misma página), elevándolo de 59 a 61 por ciento. La convicción de que ahora la corrupción es peor se eleva del 63 al 64 por ciento.

En la encuesta Penn, Schoen, Berland se investiga la satisfacción con los gobiernos de Fernández en comparación con el de Mejía y el resultado es que el perredeísta recibe 51 por ciento y el peledeísta sólo 41 por ciento. Cuando se preguntó si las cosas van mejor o peor ahora que cuando gobernaba Hipólito, éste volvió a recibir mayor aprobación con 56 a 42 por ciento.-

El camino no será fácil para Danilo evitar que lo identifiquen con lo peor del actual régimen. Pero por de pronto no ha caído en el gancho de secundar la petición de que lo proclamen sin votación. Muestra astucia al preferir que le cuenten los votos, que al paso que va pueden ser suficientes para que pueda mantener la independencia que lo ha impulsado.-

 

Discurso de Leonel definirá su camino

Por Juan Bolívar Díaz
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Convencidos  de que se le agota el tiempo para las ambigüedades, tanto  seguidores como antagonistas del Presidente Leonel Fernández están esperanzados  de que en su discurso del próximo domingo 27, el Mandatario decidirá si transita o no el camino del continuismo.

También se espera que el  presidente de la República apele a algunos recursos para restar presión a la caldera social y responda a crecientes demandas e insatisfacciones como las recogidas por los obispos dominicanos en su carta pastoral con motivo de la festividad de la Independencia Nacional.

Se le agota el margen.  El sociólogo César Pérez en su  artículo publicado el miércoles en HOY,  recoge  la convicción general de que al presidente Leonel Fernández se le está agotando “el margen de maniobra del juego reeleccionista”, presionado por factores tanto internos como externos a su propio partido.

Por esa razón son muchos, seguidores como adversarios, los que tienen la  expectativa de que Fernández  aprovechará su comparencia del próximo 27 de febrero ante las cámaras legislativas, para despejar las incertidumbres generadas por el movimiento que promueve su reelección.

La ocasión suele ser tradicionalmente  propicia para que los mandatarios definan el curso político del último año del cuatrienio gubernamental, período en que los partidos se adelantan a celebrar elecciones primarias para escoger su candidato presidencial con un año de anticipación a los comicios. El presidente Joaquín Balaguer pudo retrasar esa indicación hasta pocos meses antes de las elecciones porque nunca tuvo competencia interna y porque la Constitución no prohibía la reelección presidencial.

El discurso-informe a la nación ocurrirá cuando en el propio partido del Mandatario, el de la Liberación Dominicana (PLD), aumenta el reclamo para  que se decida sobre el clamor de sus más ardientes seguidores, de que intente una repostulación no obstante la prohibición conteniad en la nueca Carta Magna.

Fernández tiene la presión que representan seis dirigentes de su partido que aspiran a sucederlo en la candidatura presidencial. Son ellos el vicepresidente Rafael Alburquerque, Danilo Medina, José Tomás Pérez, Franklin Almeyda, Francisco Domínguez Brito y Radhamés Segura. Con la excepción de Medina, todos han expresado de alguna manera que abandonarían sus aspiraciones si el doctor Fernández decide optar por un tercer período de gobierno consecutivo y cuarto de su carrera.

Ansiedad en el PLD.  La ansiedad es creciente en el partido de gobierno donde una gran mayoría desearía que el Presidente pueda repostularse, aunque muchos reconocen que tendría que vencer el escollo constitucional. Pero cada semana son más los que advierten que el tiempo corre contra el proyecto continuista porque tanto dentro como fuera del partido se generaliza la convicción de que su suerte es incierta.

Varios de los precandidatos presidenciales peledeístas han expresado públicamente sus expectativas de que la Comisión Política decida convocar al Comité Central a más tardar en marzo, para decidir quiénes competirán por una candidatura que tradicionalmente se define en mayo, un año antes de las elecciones.

Pero esta semana hubo algo más, no sólo que Medina recordó el plazo tradicional, sino que el secretario general del partido, Reinaldo Pared Pérez, y el precandidato Franklin Almeyda asumier que Fernández además de buscar la candidatura, también será un árbitro moderador de  la elección primaria.

Pared Pérez, también presidente del Senado, respondió cuestionamientos periodísticos sobre la reciente promoción del vicepresidente  Alburquerque para la candidatura presidencial utilizando la fotografía del presidente Fernández, y rechazó que éste tenga el aval del mandatario. Llegó a decir, como lo consignaron los diarios del martes 15, que el líder del PLD “sería incapaz de apoyar a alguien por encima de los demás. Más bien él se dedica a velar porque la unidad del partido quede intacta después de estos comicios”.

El secretario general y otros altos dirigentes peledeístas,  algunos tan cercanos al presidente como Temístocles Montás y César Pina Toribio, ministros de la Presidencia y de Economía, respectivamente, son de los que no han mostrado simpatía alguna con el proyecto continuista que encabezan los “ingenieros constitucionalistas” Félix Bautista y Freddy Pérez. Más bien se inscriben entre quienes discretamente expresan su convencimiento de que el mandatario no escogerá ese “aventurero camino” .

Tiene que desactivar la caldera.  Hay quienes creen que el presidente Fernández todavía podría seguir jugando a ganar tiempo antes de despejar la ruta para la candidatura presidencial de su partido, aún a riesgo de seguir sacrificando las posibilidades de quienes le subordinan su precandidatura, y de seguir beneficiando a  Medina, que es el único decidido y quien encabeza por mucho las encuestas excluyendo al líder del partido.

Lo que no podrá ignorar el Mandatario son el descontento de la gente por las  generalizadas de precios y los reclamos de incremento salarial que han matizado el comienzo de este año, generando protestas sociales en diversas regiones.

También tendrá el Presidente, sobre todo si deja abierto el camino al continuismo, que poner atención a las grandes insatisfacciones reflejadas por la Conferencia del Episcopado DominicanoCarta  publicada el jueves, donde se   denuncia un “estado de incertidumbre, desigualdad social, pobreza, delincuencia, deficiencia educativa, violencia, impunidad, destrucción y contaminación del ambiente, pérdida de valores e identidad”.

El grito episcopal subió de tono para proclamar que “en esta situación de atracos, sicariato, narcotráfico, participación de autoridades en actos delictivos, corrupción administrativa, politiquería clientelista, inseguridad ciudadana, no podemos construir un país libre, soberano e independiente  tal como lo soñara el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte.

En el contexto político llamó la atención que los obispos concluyeran su carta pastoral llamando a que “Hagamos valer nuestra Constitución” y a que “superemos la gran brecha que separa el discurso de la realidad, la teoría de la práctica” y a “construir un estado de derecho, donde se pongan en práctica los principios de nuestra Carta Magna y se guarde el debido respeto a las leyes.

Más presión. El presidente tendrá la presión ademásde un déficit fiscal que retrasó hasta el pago salarial en enero, y excedió los compromisos  del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que le ha requerido una nueva “carta de intención que reitere las políticas para el 2011 en línea con el programa”.

¿Un último aliento?

Mientras duró el largo viaje presidencial de dos semanas por Suiza e India y con la velocidad que tomó la promoción del vicepresidente Alburquerque sobre la base de que “después del primero va el segundo”, creció la convicción de que “Leonel no está en eso de volarse su propia Constitución”. Pero un veterano dirigente peledeísta aseguró esta semana que tras el retorno del mandatario “lo de Alburquerque fue frenado”.

Un dirigente de tanta experiencia y conocimientos marrulleros como Luis Incháusti, no se arredró para decir por Teleantillas el jueves que hay funcionarios  que han hecho grandes   fortunas y ahora  temen hasta de sus propios compañeros de partido, por lo que empujarán hasta lo indecible para que Fernández se mantenga en el poder. entendiendo que sólo él les garantiza continuar en el poder, y que requieren algunos años más para terminar de lavar sus fortunas.

La circunstancia de que no se haya podido aprobar la ley orgánica del Tribunal Constitucional, en el que muchos cifran esperanzas de que dictamine una procedencia de la repostulación del presidente Fernández, se ha considerado un tropiezo indicativo de lo abrupto que está el camino al continuismo por el artículo 124 de la Constitución.

Fue Félix Bautista quien en diciembre dijo en Nueva York que “ocho de los jueces que integrarán el Tribunal Constitucional entienden que el presidente puede reelegirse en el 2012”. En el mismo discurso anunció la búsqueda de 2 millones de firmas para un referendo sobre la reelección, lo que comenzó a ejecutarse al concluir el año.

Aunque ya hay consenso para que la ley orgánica del Tribunal Constitucional consigne la facultad de éste para conocer incluso las decisiones de la Suprema Corte de Justicia, como establece la Carta Magna, todavía los oficialistas insisten en que puedan integrarlo abogados mayores de 75 años, lo que ha impedido la aprobación de la ley. Se cree que la insistencia oficialista tiene como objetivo llevar a la presidencia del nuevo organismo al doctor Rafael Luciano Pichardo, quien precisamente por ese límite de edad tiene que ser jubilado de la Suprema Corte.

 

La reelección divide hasta a la familia de Vincho

Por Juan Bolívar Díaz

Cuando se creía que el proyecto de repostulación del presidente Leonel Fernández había sido desmontado, ha resurgido con fuerza tras la propuesta del doctor Vincho Castillo de una nueva reforma constitucional para instituir una consulta popular que permita un tercer período consecutivo que el mandatario consideró inconveniente.

El planteamiento divide ya hasta a la familia del proponente y siembra incertidumbres en el partido de gobierno, donde unos seis dirigentes aspiran a la candidatura presidencial y cuando los seguidores de Danilo Medina dan por seguro que éste ganará la nominación.

Despiertan la bestia.  El proyecto que busca una brecha constitucional para la repostulación del presidente Fernández a un tercer período consecutivo parece haber resurgido con más fuerza tras la propuesta del doctor Vincho Castillo de que se modifique de nuevo la Constitución de la República para abrirle paso.

A fines de agosto el proyecto pareció haber sido congelado tras dos declaraciones terminantes que lo descarta por parte del influyente monseñor Agripino Núñez Collado y de un amplio rechazo en la opinión pública que rescata el compromiso del mandatario con la Constitución que auspició y proclamó apenas en enero pasado, tras un pacto político que asumió la no reelección consecutiva.

Contribuyeron al enfriamiento declaraciones del vicepresidente Rafael Alburquerque; del presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, y del senador Félix Bautista, uno de los hombres más cercanos al presidente Fernández. Alburquerque y Pared Pérez  consideraron extemporáneo hablar de reelección y Pared, además, reconoció que el tema crea tensiones al interior del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), del que es secretario general. Bautista expresó: “yo no creo que el presidente Fernández vaya a modificar la Constitución que él auspició.

Con el gobierno luchando por fórmulas que le permitieran salvar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en riesgo por el pronunciado déficit fiscal, el ambiente no parecía  bueno para el recurrente tema del continuismo que siempre crea tensiones en la historia nacional.

Pero a mitad de octubre, el doctor Vincho Castillo sorprendió cuando en una conferencia escrita en un  hotel capitalino propuso formalmente una reforma al artículo 124 de la Constitución de la República para permitir la repostulación de un presidente en ejercicio si obtiene la previa aprobación de un referéndum consultivo. De inmediato el cardenal Nicolás López Rodríguez expresó su desacuerdo con la propuesta, inscribiéndose en la línea de Núñez Collado, quien había dicho en agosto que no le cabía en la cabeza pensar que el mandatario fuera a modificar su propia constitución.

Legisladores al ataque.  Lo novedoso de esta semana es que emergió un grupo de senadores y diputados manifestando su disposición de proclamar candidato al doctor Fernández sin precisar a través de cuál mecanismo, dada la prohibición de la reelección seguida,  pero uno  de los promotores, Dionis Sánchez, de Pedernales, dijo que no cree que la actual Constitución impida la repostulación del líder peledeísta, quien, desde este fin de semana y hasta febrero, se propone realizar encuentros de su partido en las diversas regiones del país, lo que para algunos es el inicio de su campaña por la reelección.

Otros senadores que asumen el proyecto continuista son Luis René Canaán, Amarilis Santana, Rubén Darío Cruz y Adriano Sánchez Roa. Tommy Galán dijo que si se salva el impedimento constitucional la mayoría de los legisladores lo respaldarían, pero cree que no hay votos suficientes para modificar la carta magna. También han sido identificados como promotores del proyecto los diputados Mario Hidalgo (quien dijo que se han celebrado varias reuniones), Lupe Núñez, Altagracia González, Plutarco Pérez, Francis Mancebo y Juan Carlos Quiñones.

Los diarios publicaron versiones de que el movimiento ya cuenta con el apoyo de 23 de los 32 senadores y unos 55 de los 183 diputados, lo que en la Asamblea Nacional sumaría 78. Todavía faltarían 65 para completar los dos tercios que requiere la reforma constitucional. Los 23 senadores aprobarían la convocatoria de la Asamblea Nacional, pero 55 diputados son insuficientes, pues se requiere la mitad más uno, que serían 92. Pero en ninguna de las publicaciones se precisa si plantean promover la reforma propuesta por Vincho Castillo.  Listín Diario fija febrero como la fecha en la que “lanzarían la candidatura“  de Leonel Fernández.

Concomitantemente comentaristas e interactivos que participan en programas de radio también han retomado la defensa, como necesidad, de la continuidad en el mando del presidente Fernández. En su conferencia del jueves 14, el doctor Castillo fundamentó su propuesta en la conveniencia de que el doctor Fernández siga al frente del gobierno “para el tiempo excepcionalmente borrascoso que trae la crisis mundial, con repercusiones entre nosotros inevitables”.

Una propuesta capicúa.  No han faltado quienes consideran que la propuesta formulada por el doctor Castillo es capicúa, lo que en lenguaje del dominó significa que gana por las dos puntas. En este caso que aunque favorece la continuidad del mandatario, reconoce que su propia y flamante Constitución la prohíbe, razón por la que propone la reforma. De esa forma, Vincho Castillo quedaría bien con su amigo el Presidente, quien se declarara “vinchista”. Pero le pondría un valladar al proyecto, dado lo costoso que pudiera resultar para la unidad del PLD y lo difícil de materializar por razones tanto internas de su partido como nacionales.

 Por de pronto, la propuesta ha dividido hasta a la familia y al partido de los Castillo, la Fuerza Nacional Progresista. Mientras su hijo Vinicio se apunta a favor de la repostulación, llegando a intrigar contra el hasta ahora principal precandidato del PLD, Danilo Medina, otro de mayor proyección y astucia política, el diputado Pelegrín Castillo, descarta el continuismo. El Nuevo Diario recogió declaraciones del legislador en un encuentro con periodistas dominicanos en Nueva York el pasado fin de semana, en las que descarta el referéndum propuesto por su padre, estimando que provocaría una alteración de la estabilidad macroeconómica.

 El simple aliento de la posibilidad de la repostulación de Fernández ocasiona incertidumbres en el PLD, porque varios de sus dirigentes ya están empeñados en la lucha por la candidatura presidencial, como son los casos, además de Medina, de José Tomás Pérez y Francisco Domínguez Brito. También se mencionan como posibles candidatos al vicepresidente Rafael Alburquerque y al ministro de turismo Francisco Javier García, además de la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández.

 Entre los cercanos colaboradores de Danilo Medina se le resta importancia al resurgimiento del proyecto continuista, entendiéndolo como fruto de que “hay lealtades muy fuertes”, pero convencidos de que “no tiene viabilidad y se irá desvaneciendo irreversiblemente”.

Leonel descartó el peligroso tercer período

Por lo menos en dos entrevistas de televisión durante su campaña para la reelección en el 2008, el presidente Fernández descartó que pudiera aspirar a un tercer período consecutivo, y en ambos casos dijo que “generaría tensiones innecesarias”.

En una grabación de la entrevista que concedió a la periodista Alicia Ortega se escucha claramente al presidente decir: “Yo nunca promovería una reforma constitucional para beneficio propio. En el 2012 yo no podré ser candidato. No lo voy a ser en razón de que la Constitución no lo permite, y porque yo tengo la convicción de que tres períodos consecutivos pueden generar tensiones innecesarias”.

En otra entrevista concedida al periodista César Medina, en Color Visión el 12 de febrero del 2008, reproducida en un folleto con las enseñas del PLD, se puede leer cuando Leonel Fernández dice: “a mí me parece que un tercer período consecutivo de cualquier presidente en cualquier lugar está generando tensiones. Fíjese los dos períodos  de gobierno de Tony Blair, excelentes. El tercer período ya generó tensiones. Los dos primeros gobiernos de Felipe González, magníficos. El tercer período generó tensiones.

Empezó a señalar el caso de Alberto Fujimori en Perú cuando fue interrumpido por el entrevistador. Pero al momento él mismo retomó el hilo para señalar que si Fujimori se hubiese ido tranquilo después de sus dos primeros gobiernos, “hasta lo habrían reclamado después. Pero ese tercer período generó tensiones y el desplome del sistema político e institucional democrático del Perú”.

El doctor Fernández se refirió también al caso de Carlos Menen, en Argentina, diciendo que sus problemas comenzaron al pretender un tercer período consecutivo. Por todo lo cual proclama que él no podría pretender seguir en el 2012 “porque eso crearía conflictos a lo interno del partido y conflictos en la sociedad. Yo tengo que entender que habré cumplido con un ciclo de la historia contemporánea que sería altamente exitoso si dejo a otro compañero del partido en el poder. No podría haber aspirado a mayor gloria ni a mayor satisfacción”.

ASI HABLABA LEONEL EN EL 2008

“Yo nunca promovería una reforma constitucional para beneficio propio. En el 2012 yo no podré ser candidato. No lo voy a ser en razón de que la Constitución no lo permite, y porque yo tengo la convicción de que tres periodos consecutivos pueden generar tensiones innecesarias”.

“A mí me parece que un tercer período consecutivo de cualquier Presidente en cualquier lugar está generando tensiones. Fíjese los dos periodos de gobierno de Tony Blair, excelentes. El tercer periodo ya generó tensiones. Los dos primeros gobiernos de Felipe González, magníficos. El tercer período generó tensiones”.

“Si Fujimori se hubiera ido tranquilo  después de sus dos primeros gobiernos hasta lo habrían reclamado después, pero ese tercer período generó tensiones y el desplome del sistema político e institucional democrático del Perú”.

(Proclamaba que no podría pretender seguir en el 2012)

 “porque eso crearía conflictos a lo interno del partido y conflictos en la sociedad. Yo tengo que entender que habré cumplido con un ciclo de la historia contemporánea que sería altamente exitoso, si dejo a otro compañero del partido en el poder. No podría haber aspirado a mayor gloria ni a mayor satisfacción”.

 

Frenan la precipitada campaña reeleccionista

Por Juan Bolívar Díaz

El desbordamiento de los pujos continuistas quedó frenado esta semana por una serie de declaraciones de personalidades, incluyendo al vicepresidente Rafael Alburquerque, al presidente del Senado, Reinaldo Pared,  y especialmente al senador Félix Bautista, considerado como uno de los hombres de más confianza del presidente Leonel Fernández.

El frenazo habría sido determinado por el creciente descontento que dentro  y fuera del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) estaba generando la campaña reeleccionista con desprecio de la nueva Constitución y en medio de tensiones con el sector empresarial por los esfuerzos gubernamentales para solventar un elevado déficit fiscal.

Significativas declaraciones.  La primera señal de freno pudo haber sido la destitución de Héctor Rodríguez Pimentel de la dirección del Instituto Agrario Dominicano el 19 de agosto. Pero tanto éste como el secretario sin cartera Freddy Pérez persistieron en su ofensiva continuista proclamando que ni siquiera es necesaria la reforma de la Constitución para que el presidente Fernández pueda optar por un tercer período consecutivo.

El martes coincidieron en el telediario de Teleantillas el ingeniero Pérez y el vicepresidente Rafael Alburquerque, un político que toma la medida de cada oración que va a pronunciar. Expresó contundentemente en el sentido de que “es totalmente extemporáneo hablar de candidaturas en estos momentos”, que lo importante es dedicarse a resolver problemas, y que el Presidente “no está en estos momentos pensando en la repostulación”.

El mismo martes, el precandidato presidencial peledeísta  Danilo Medina evadió referirse concretamente a la promoción de la reelección, considerándola “hipotética”, pero sí dijo que está “construyendo un proyecto presidencial, dentro y fuera del PLD, concitando respaldo de mucha gente que nunca antes había hecho política”. Y advirtió que no busca confrontación con nadie porque quiere ser el candidato de todos.

El miércoles tocó al secretario general del partido morado y presidente del Senado referirse a la campaña pro reelección, indicando que ese tema no se ha tratado en el Comité Político, y que es extemporáneo. “Lo más importante en lo queda hasta el 2012 es que nos esforcemos en una buena labor de Gobierno”. Y admitió que el continuismo podría generar tensiones dentro de su partido, aunque descartó que provoque una división.

El mismo día, el dirigente José Tomás Pérez sostuvo que será el candidato presidencial del PLD en el 2012 “en caso de que el Presidente no motorice una reforma constitucional que le permita una nueva repostulación”. Antes, e incluso en su propaganda política, había condicionado su postulación a que el doctor Fernández no se lance, pero esta semana reconoció que el texto actual lo impide.

Al menos un frenazo.  La tajante declaración de Bautista, a quien se vinculaba con la campaña continuista, por lo menos pareció un frenazo al desbordamiento de los dos últimos meses y que tuvo aliento del propio Presidente Fernández cuando el 3 de julio dijo a los reporteros que la continuidad de un mandatario al frente de su país “es un tema de soberanía nacional”, ya que la decisión “en última instancia la tiene el pueblo”.

Ningún observador de la política nacional cree que Bautista formuló tal declaración sin consultar a su jefe político y administrativo. E incluso algunos creen que fue inducida por el propio mandatario, hasta quien habrían llegado señales de que  la campaña, al menos por el momento, no “estaba cayendo bien” en importantes sectores de poder y que precipitaba tensiones en su propio partido. Coincidencialmente se producían reuniones de entidades empresariales con precandidatos a la presidencia como Miguel Vargas, Hipólito Mejía y Danilo Medina.

Los días por venir permitirán comprobar si se frenó o no el desbordamiento  continuista que la semana anterior llegó a incluir reuniones abiertas en salones del propio Palacio Nacional. En lo que coinciden diversos analistas es que por el momento ha sufrido un tropiezo. Para algunos ya el Presidente se habría convencido de las graves dificultades que enfrentaría, moviéndose en el “terreno movedizo” que, valiéndose de su propia experiencia, le advirtió el miércoles, el ex presidente Hipólito Mejía, cuando en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio contó cómo los tumba polvo y vividores de la política son capaces de convencer a cualquiera de embarcarse en un proyecto absurdo.

Aunque cuenta con la participación de una amplia gama de grupos remanentes del otrora dominante Partido Reformista, ahora aliados del presidente Fernández, el proyecto reeleccionista podría incluso provocar desprendimientos en su “Bloque Progresista” que lo ha respaldado en las cuatro últimas elecciones. El 2 de agosto se informó que uno de los partidos que lo integran, la Fuerza Nacional Progresista, había decidido iniciar la promoción nacional de la candidatura presidencial del diputado Pelegrín Castillo, quien ha tomado distancia del continuismo, pese a que su padre, Vincho Castillo, lo favoreció.

Circunstancias desfavorables.  La crisis fiscal por la que atraviesa el Gobierno por el desbordamiento del gasto en la pasada campaña electoral, y las tensiones que generan los esfuerzos por elevar los ingresos no parecen ser el ambiente adecuado para embarcarse en un proyecto continuista que demandaría cada vez más recursos y produciría incertidumbres institucionales que podrían desestabilizar la economía nacional.

Esas tensiones llegaron esta semana al punto de que una veintena de asociaciones empresariales, que incluyó a todos los sectores industriales, denunciaron la decisión del Gobierno de cobrar el ITBIS a las importaciones en las aduanas para adelantarse unos RD$2,000 millones  en lo que resta del año. Amenazaron con recurrir ante la justicia para invalidar una acción administrativa violatoria de la ley de Competitividad y  “que provocaría un daño inminente a nuestra institucionalidad y pone en riesgo la seguridad jurídica, la producción y la generación de empleo en el país”. El Gobierno lograría luego que los grandes empresarios aceptaran la medida para contribuir a mantener el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos negociadores esperan en Washington las respuestas que no pudieron obtener aquí en más de dos semanas de conversaciones sobre el tope al déficit fiscal.

Para algunos lo del adelanto del ITBIS es apenas un “tente en pies”, convencidos de que se requerirán otros gravámenes para tapar el hueco y afrontar la inminente confección del presupuesto para el 2011, que según la nueva Constitución debe llegar al Congreso el 1 de octubre, en apenas un mes. Se duda que pueda contar, como el de este año, con un financiamiento externo de RD$116,000  millones, extendido a RD$120,000 millones, unos US$3,200 millones.

Como si eso no fuera suficiente, esta semana afloraron tensiones entre partido y Gobierno por designaciones de dirigentes que quedaron desbancados por las elecciones de mayo pasado, mientras el Presidente es asediado por peledeístas y aliados que reclaman “pago a sus sacrificios”. Una serie de decretos emitidos a cuentagotas durante dos semanas, algunos revocados y otros retenidos, y la lentitud en posesionar a nuevos funcionarios, parecían indicar por lo menos desconcierto.

La tapa al pomo

El panorama pareció despejase el miércoles cuando se produjo la segunda declaración al respecto, en sólo una semana, del siempre cauto rector de la Universidad Católica Madre y Maestra y reiterado mediador monseñor Agripino Núñez Collado. Y más aún cuando se destapó el flamante senador Félix Bautista, considerado en los últimos tiempos como “el político y funcionario más cercano al presidente Fernández”.

Núñez Collado había dicho el día 18 que la nueva Constitución es “un valladar a la reelección presidencial”. Ahora dijo que no se puede meter presos a los que promueven el continuismo, pero sostuvo contundentemente que para ello sería imprescindible una modificación de la Constitución. “Y no cabe en mi cabeza pensar o ver al Presidente solicitando que su Constitución sea acomodada para que él pueda, precisamente, violarla o hacer una nueva Constitución”, añadió.

También aludió al pacto del presidente Fernández con el ahora presidente del Partido Revolucionario Dominicano Miguel Vargas Maldonado, que viabilizó la aprobación de la nueva carta magna y que eliminó la prescripción anterior de una sola repostulación “y nunca más”, cambiándola por la prohibición de la reelección consecutiva,

El influyente Monseñor podría estar expresando el desconcierto y hasta disgusto que se advierten en círculos eclesiásticos y empresariales, en los que él se mueve como pez en el agua, con la campaña continuista que se desbordó en las semanas anteriores. Pero la declaración más sorprendente fue la emitida el mismo miércoles 25 por Félix Bautista al estrenarse en el Senado. “Yo no creo que el presidente Fernández vaya a modificar la Constitución que él auspició. Pienso que si lo hace sería una gran mancha que quedaría en su gestión”, sostuvo el hasta hace una semana poderoso supervisor de las obras del Estado.

 

Abuso de recursos;Leonel lo quiere todo

Por Juan Bolívar Díaz
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El gobierno en pleno, incluyendo al presidente y el vicepresidente de la República, se ha lanzado a la campaña electoral arrastrando muchos recursos estatales en beneficio de los candidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), promoviendo la bulla y evadiendo debatir  propuestas.

Recorriendo el país como si fuera candidato parece obvio que el  Presidente Leonel Fernández  pretende el poder absoluto, lo que genera confusión y especulaciones tras sus recientes declaraciones en Colombia sugiriendo que no debe haber límites para la reelección de un presidente con gran apoyo popular.

Que tomen licencia

Jueces electorales han estado preocupados porque los 2 mil 560 funcionarios postulados para los cargos legislativos y municipales tomen licencia acorde con el artículo 69 de la Ley Electoral, pero en justicia y equidad ello debería abarcar a todos los funcionarios públicos responsabilizados de la campaña electoral. El abogado, politólogo y candidato a diputado Pedro Catrain llegó a reclamar que incluya al presidente Fernández. Numerosas instituciones de la sociedad civil se sumaron esta semana a las denuncias sobre abusos del Estado y al reclamo de que los funcionarios tomen licencia.

Lo del uso de los comedores económicos del gobierno en los actos de campaña del PLD escandalizó hasta al presidente de la Junta Central Electoral, quien dijo que “la sensatez impone que eso no vuelva a ocurrir”. Y en lo que respecta al “caravaneo” del Presidente Fernández, un abogado tan diplomático como el doctor Julio César Castaños manifestó que “el Presidente de la República encarna el Poder Ejecutivo y, como tal, lo ideal sería no ver la figura del Presidente de todos los dominicanos asociada a una campaña proselitista en la que él no es candidato”, aunque no tiene impedimento legal.

El vicepresidente Alburquerque y dirigentes del partido de gobierno negaron los cargos, aunque el administrador de los Comedores Económicos del gobierno, Nicolás Calderón, confirmó sin quererlo el uso político de ese programa estatal, cuando sostuvo que los repartos en San José de Ocoa no fueron sólo en ocasión de la caravana del primer mandatario, sino que datan de diciembre, informando que hay 28 cocinas móviles operando en todo el país y que “sólo en Ocoa tenemos dos”.

San José de Ocoa es apenas una de 31 provincias y el Distrito Nacional, y de las cinco de menor población, pero allí se concentra un gran esfuerzo gubernamental porque fue una de las seis que ganó el Partido Revolucionario Dominicano en los anteriores comicios legislativos y municipales del 2006. Lo mismo ocurre en Dajabón, María Trinidad Sánchez, Azua y Espaillat.

Las ventajas del PLD

Todas las encuestas políticas de alguna credibilidad han mantenido al PLD como  partido dominante desde agosto del 2002, lo que fue reafirmado por sus amplios triunfos en las elecciones presidenciales del 2004  y 2008 y en las legislativas y municipales del 2006. Y pese al desgaste del poder, acompañado por graves escándalos de corrupción, narcotráfico, inseguridad y frustraciones económicas y sociales, parece conservar la ventaja para los próximos comicios, sumándole lo que aportan los 13 partidos aliados.

Entre los analistas políticos prevalece la percepción de que la oposición política encarnada en el PRD, por sus incoherencias internas y desaciertos, no ha podido crear una ilusión de cambio, por lo que la coalición electoral tiene amplias posibilidades de salir  adelante en los comicios del mes próximo.

A favor del partido gobernante está el hecho de que en sus casi 6 años de gestión ha multiplicado el gasto en subsidios de todo género, que el año pasado alcanzaron 7 mil 751 millones de pesos. No ha invertido lo mínimo necesario en educación, salubridad, energía eléctrica y agua potable, ni en la promoción efectiva de la productividad y el empleo, pero a la fecha otorga subsidios a un millón 441 mil 888 personas, casi la cuarta parte de 6 millones 116 mil electores.

Tan sólo el programa “Comer es primero” otorga 700 pesos mensuales a 525 mil 511 personas cada mes, 61 mil más que el año pasado. Otras 207 mil 403, que en gran proporción son las mismas, reciben 150 pesos por mes como incentivo a la asistencia escolar, y 74 mil 990 son beneficiarios de un  “suplemento alimenticio” por 400 pesos mensuales. En el programa de subsidio al gas propano ya hay 757 mil 817 hogares y choferes favorecidos cada mes con 228 pesos cada mes.

La concepción clientelista es obvia cuando en los últimos meses, en vez de mejorar los bajísimos sueldos de policías y marinos se les ha adscrito a esos programas de asistencia social, lo que también implica un desorden institucional. Esos “favores” tienen alta rentabilidad política en un país donde miles de personas venden el voto hasta por 500 pesos.

Qué busca el Presidente

Dentro de las perspectivas políticas son muchos los que no entienden qué busca el Presidente Leone Fernández por calles y carreteras del país, juramentando miembros de la oposición, con tan alto despliegue de recursos estatales y bulla en vez de auspiciar una campaña propositiva acorde con la modernidad que dice representar. El PLD ha dispuesto que sus candidatos no participen en los debates que instituciones sociales y medios de comunicación propusieron.

El desbordamiento presidencial es menos justificable si como Fernández proclamó el miércoles 14 en un acto político de su partido, sus encuestas le aseguran  la victoria en 27 de las 32 provincias y empate en tres. Pero dijo que podrían ganarlas todas. En otras palabras, que no quisieran ni representación opositora en los órganos del Estado.

Hasta en el mismo PLD y aliados el activismo presidencial crea confusiones, tantas que en el fin de semana pasado ya se levantaron consignas de reelección presidencial, a pesar de que la flamante Constitución recién promulgada impide al doctor Fernández una repostulación en el 2012, lo que para algunos se resolvería con el referéndum que ahora consagra o con otra reforma constitucional que sería factible con una barrida electoral en el Congreso y contando con la debilidad de la oposición.

Y ya el jueves el aliado político y presidente de la Comisión Nacional de Ética se pronunció a favor de otra reelección en el 2012, sin explicar cómo pasaría el veto constitucional.

El propio Presidente Fernández alentó “esa confusión” cuando en su visita a Colombia del jueves 8, deploró que un presidente como Álvaro Uribe no pudiera optar por un tercer período consecutivo, por preceptos institucionales, argumentando que  ello obligará a “una reflexión sobre la democracia latinoamericana del siglo 21”.

Hay quienes apuestan a nuevos aprestos continuistas si la coalición del PLD aumenta su representación en el Congreso, sobre todo después de la crisis económica de los últimos dos años, bajo el argumento de que sería una insensatez  prescindir del nuevo genio de la política nacional. Y podrían “vencer la resistencia del mandatario”, como ocurrió con Hipólito Mejía, tras la barrida electoral perredeísta del 2002.-

El gobierno en campaña

Desde que fueron registradas las candidaturas para las elecciones congresionales y municipales del mes próximo, el gobierno se lanzó de lleno a la campaña electoral, con gran movilización de los recursos del Estado, persiguiendo una barrida total de la débil oposición que enfrenta, lo que una vez más abochorna la institucionalidad democrática.

Los fines de semana el Presidente Fernández y el vicepresidente Rafael Alburquerque encabezan recorridos por todo el país en caravanas vehiculares arrastrando a gran parte de los altos y medianos funcionarios del gobierno. A mitad de semana, como ocurrió el pasado miércoles, el mandatario encabeza actividades políticas en la capital.

Como es tradición en el país, toda esa movilización se paga con recursos estatales, no solamente en horas laborables de los funcionarios, asistentes, choferes, militares y policías, sino también en el uso de helicópteros, vehículos, combustibles, pago de dietas, hoteles y restaurantes.

Para cada región y provincia se ha responsabilizado de la campaña electoral a  funcionarios del gobierno que a la vez son dirigentes del PLD. Los que más recursos mueven, como el ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa,  y el director de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, Félix Bautista, encabezan una “Comisión Nacional Operativa”. Ya en campañas electorales anteriores estos dos cargos han sido los más efectivos recaudadores, especialmente con los contratistas del Estado. La contribución estatal incluye préstamos de vehículos, choferes, periodistas, fotógrafos, camarógrafos, así como de equipos, materiales de promoción y pago de dietas y publicidad.

El abuso de los recursos públicos incluye  la movilización de las cocinas ambulantes de los comedores económicos para distribuir comida procesada, y los repartos del Plan Social de la Presidencia, incluyendo electrodomésticos, alimentos y dinero en efectivo, para lo cual a veces se utiliza hasta militares y policías.

 

La Ley de Partidos:otra burla política

Por Juan Bolívar Díaz

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El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha dado larga al compromiso que hizo con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de aprobar el Proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, con el obvio objetivo de que no pueda regir la campaña electoral para los comicios de mayo próximo.

A casi doce años de discusiones y consensos el sistema político sigue renuente a la aprobación de un código que establecería límites a la extensión y el financiamiento de las campañas, que promovería transparencia y sancionaría los abusos de los recursos del Estado.

Ya no hay tiempo

En los próximos ocho días la Junta Central Electoral tiene que publicar la proclama que da inicio a la campaña electoral para los comicios legislativos y municipales de mayo próximo y una vez más sin que se hayan dado los pasos legales para establecer límites al financiamiento y la propaganda electoral y sancionar el abuso de los recursos del Estado que se han venido reclamando hace más de una década.

Aunque las discusiones sobre la Ley de Partidos políticos datan de 1999 cuando la entonces Comisión para la Reforma y Modernización del Estado elaboró el primer proyecto, todavía el sistema partidista se muestra renuente a una reglamentación más estricta de las actividades de elección de candidatos y campañas electorales.

A partir del año 2000 la comisión, rebautizada como Consejo Nacional de Reforma del Estado, retomó el consenso con delegados de todos los partidos reconocidos y de numerosas instituciones sociales, reformulando un proyecto que llegó al Congreso por primera vez en el 2003 y desde entonces, con más o menos variantes, ha sido reintroducido unas siete veces, las últimas dos a principios del 2009 y en agosto pasado.

El proyecto de ley, reintroducido por el diputado Angel Acosta,  fue objeto de ingentes negociaciones en una amplia comisión  hasta ser aprobado por la Cámara de Diputados a principios de agosto del 2009, pocos días antes que concluyera la legislatura. Perimió al no ser conocido por el Senado, siendo reintroducido en la Cámara Baja poco después de iniciada la segunda legislatura del año pasado. Desde entonces los mismos legisladores que lo sancionaron en agosto le han dado largas. Por más prisa que ahora se den para aprobarlo en las dos cámaras a partir de la nueva legislatura que comienza el 27 de febrero, se tomaría el mes de marzo y ya la JCE no tendría tiempo para consensuar reglamentos para su aplicación.

Otro pacto violado

La aprobación de la Ley de Partidos fue incorporada al acuerdo pactado en mayo del 2009 por el presidente Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado mediante negociaciones realizadas entre comisionados de los dos partidos mayoritarios. El vicepresidente de la República Rafael Alburquerque, quien encabezó los negociadores del PLD, ha reconocido dos veces el compromiso.

A mediados de agosto la dirección del PRD llegó a anunciar que no cumplirían el acuerdo para viabilizar el proyecto de Constitución hasta que no fuera aprobado el proyecto de Ley de Partidos. Pero poco después Vargas Maldonado dio marcha atrás bajo la promesa del PLD de que tan pronto salieran de la Constitución, darían paso a la ley en octubre.

Pasaron cinco meses para que el Comité Político del partido de Gobierno se abocara a discutir el proyecto y en su última reunión esta semana lo dejó pendiente para otra sesión, mientras su secretario general Reinaldo Pared Pérez proclamaba que “de ninguna manera festinaremos un proyecto tan trascendental”, tratando de ignorar los años que lleva en debate y los numerosos consensos de que ha sido objeto, incluyendo el de la comisión de la Cámara de Diputados que lo aprobó el año pasado.

Es evidente que los peledeístas están burlando el pacto con el PRD, por lo menos dando larga para que de ser aprobada la ley no pueda ser aplicada en la campaña electoral próxima. Su posición se fortaleció esta semana cuando 21 partidos minoritarios pidieron que se aplace la aprobación de la ley para después de los comicios, o que por lo menos se introduzca un transitorio para que no se aplique este año el artículo que dejaría sin reconocimiento legal a los que no obtengan al menos el 2 por ciento de los votos en los comicios de mayo o consigan algún legislador. El Partido Reformista Social Cristiano, por separado, también pidió aplazar la legislación.

El interés del PRD

El PRD, que no hizo esfuerzo alguno por convertir en ley el proyecto en los 8 años en que tuvo la mayoría en el Congreso Nacional (1998-2006) lo declaró prioridad tras la experiencia de la campaña electoral del 2008 cuando el PLD utilizó todos los recursos del Estado para mantenerse en el poder.

Desde un año antes de esos comicios fue la Cámara Administrativa de la JCE la que puso interés en una reglamentación para acortar la campaña electoral y establecer límites a la propaganda, así como para hacer transparente el ingreso y los gastos de los partidos y candidatos. En el mismo tribunal electoral se dio larga al proyecto de reglamento hasta hacer imposible su aplicación. Muchas de las objeciones aducían que esa reglamentación tenía que hacerse mediante  ley.

El proyecto de ley de partidos ha sido favorecido por múltiples organizaciones sociales, algunas de las cuales, como Participación Ciudadana, plantearon que fuera objeto de la Cumbre celebrada a principios del 2009, pero el PRD no participó en esa ronda de negociaciones, desaprovechando la oportunidad de socializar el compromiso.

A punto de iniciarse la campaña electoral, los perredeístas lucen casi solos en el empeño por aprobar la ley de partidos, convencidos de que sus contrincantes volverán a abusar de los recursos del Estado. A ello atribuyen que el PLD no haya cumplido el compromiso de viabilizar la legislación. Los dos partidos mayoritarios se han alternado el interés por la legislación cuando están en la oposición.

Tímidos avances

El proyecto no es una panacea para perfeccionar el sistema político y afianzar la institucionalidad democrática, pero conlleva algunos avances, especialmente al establecer sanciones a las marrullerías electorales, incluyendo la posibilidad de suspender el financiamiento estatal a los partidos que abusen de los recursos del Estado o incurran en otras violaciones establecidas en su artículo 22.

El régimen de sanciones persigue llenar un vacío de la ley electoral estableciendo penalidades como la prisión correccional hasta de un año, multas que pueden ascender a 200 salarios mínimos e inhabilitación temporal para ser candidatos a quienes incurran en violaciones de la ley.

Establece límites el financiamiento de las personas individuales y obligaría a los partidos a transparentar sus ingresos y gastos, facultando a la JCE para realizar auditorías para determinar el uso de los recursos que reciben los partidos del Presupuesto Nacional, así como para establecer reglamentos de las campañas electorales.  Tiene también una serie de previsiones para evitar la monopolización de los medios de comunicación en las campañas electorales, así como para garantizar el acceso de todos los partidos y candidatos a los medios de comunicación, especialmente a los que son propiedad del Estado.  Contiene todo un capítulo destinado a garantizar la democracia interna de los partidos y a regular la selección de los dirigentes y de los candidatos a los cargos electivos.