No fue Balaguer quien se burló de Peña

Por Juan Bolívar Díaz

José francisco peña gómez
Una crónica periodística atribuyó a Monseñor Agripino Núñez Collado haber dicho, durante un homenaje que se le rindió en Santiago a fines de noviembre, que el presidente Joaquín Balaguer se burló de José Francisco Peña Gómez cuando buscando salida a la crisis derivada del fraude electoral de 1994 le propuso dividir el período de gobierno a dos años para cada uno, y que el líder perredeísta había aceptado. Me causó pena leer que el auditorio, que incluía al presidente Danilo Medina, rió de la anécdota.

Tal vez se esté citando erróneamente el testimonio del exrector de la Universidad Católica Madre y Maestra, quien sin duda fue un testigo excepcional de aquellas tensas negociaciones, porque aunque en verdad, el caudillo reformista intentó burlarse de su interlocutor con aquella absurda propuesta, no lo logró, ya que Peña la rechazó.

A las 5 de la madrugada del 10 de agosto de 1994, cuando me preparaba para enfrentarme a la teleaudiencia de Uno+Uno, por Teleantillas, recibí una llamada de Peña Gómez, que a esa hora quería hacerme una confidencia. Pasé por su casa apresuradamente para enterarme de la propuesta que le había formulado el caudillo reformista la noche anterior en la reunión que sostuvieron en la Biblioteca Nacional. Tuve la impresión de que más que por informarme, él buscaba escuchar mi opinión, como periodista y a la vez dirigente de Participación Ciudadana, que defendíamos la institucionalidad democrática.

Tras escuchar la propuesta de que Balaguer gobernaría los primeros dos años y Peña la mitad siguiente del período, le pregunté cuál había sido su respuesta y respondió que pidió tiempo para pensarlo y concertaron una nueva reunión a las 11 de esa mañana donde él respondería. Contó que había discutido la propuesta hasta entrada esa madrugada con los dirigentes de su partido y aliados, y estaban divididos. Él amaneció ponderándolo.

Como pidió mi opinión, con la franqueza que me caracteriza, comencé preguntándole a quién creía él que la Asamblea Nacional investiría presidente, para decirle que ese era el “dardo de los partos” de Balaguer, que era un absurdo tan carente de base institucional que nadie defendería, que los Vincho y otros balagueristas lo objetarían ante la Suprema Corte y que sería declarado inconstitucional, dejándolo en ridículo.

Gracias a la oposición radical de su asesor, el historiador Hugo Tolentino, y de Fafa Taveras, y a las reservas expresadas por Hatuey de Camps, según pude constatar luego, Peña Gómez rechazó la burla de Balaguer cuando volvieron a reunirse esa mañana. Acordaron en cambio una reforma constitucional para convocar nuevas elecciones en 18 meses, prohibir la reelección consecutiva, establecer el Consejo Nacional de la Magistratura y la doble nacionalidad, todo lo cual anunciaron en un acto a las 5 de la tarde en el Palacio Nacional, con respaldo del Partido de la Liberación Dominicana, a través de un discurso allí mismo de su secretario general Lidio Cadet.

Quienes sí se burlaron de Peña Gómez fueron los que a las 9 de la noche del mismo día lo pusieron a firmar un “Pacto por la Democracia”, que incluía varias cláusulas no contempladas en el acuerdo de la tarde, como el establecimiento del 50 por ciento de los votos para ser presidente y los colegios electorales cerrados.

En mi libro “Trauma Electoral”, con doble edición en 1996, recojo todos los detalles de aquellas negociaciones. Incluyendo que Peña Gómez no quería ir al acto nocturno del Palacio pero Agripino le rogó que asistiera, y que cuando advirtió las diferencias con lo pactado con Balaguer, le dijeron que ese texto estaba escrito antes del acuerdo y que sería enmendado. Con 40 horas sin dormir, allí sí que Peña Gómez se dejó burlar. Y luego en la reforma constitucional, cuando en vez de 18 meses los peledeístas le regalaron 24 al rey de las farsas electorales para ellos ganar méritos y tiempo con miras al poder que lograrían en 1996, partiendo del 12 por ciento que obtuvieron en 1994.

Cuando a las 6 de la tarde de parte de Monseñor Núñez invitaron a Participación Ciudadana a asistir a la firma del pacto a las 9 de la noche en el Palacio, a unanimidad decidimos que no nos prestaríamos a esa burla, ya que conocíamos el texto que alteraba el acuerdo anunciado por radio y televisión a las 5 de la tarde.

Frenan la precipitada campaña reeleccionista

Por Juan Bolívar Díaz

El desbordamiento de los pujos continuistas quedó frenado esta semana por una serie de declaraciones de personalidades, incluyendo al vicepresidente Rafael Alburquerque, al presidente del Senado, Reinaldo Pared,  y especialmente al senador Félix Bautista, considerado como uno de los hombres de más confianza del presidente Leonel Fernández.

El frenazo habría sido determinado por el creciente descontento que dentro  y fuera del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) estaba generando la campaña reeleccionista con desprecio de la nueva Constitución y en medio de tensiones con el sector empresarial por los esfuerzos gubernamentales para solventar un elevado déficit fiscal.

Significativas declaraciones.  La primera señal de freno pudo haber sido la destitución de Héctor Rodríguez Pimentel de la dirección del Instituto Agrario Dominicano el 19 de agosto. Pero tanto éste como el secretario sin cartera Freddy Pérez persistieron en su ofensiva continuista proclamando que ni siquiera es necesaria la reforma de la Constitución para que el presidente Fernández pueda optar por un tercer período consecutivo.

El martes coincidieron en el telediario de Teleantillas el ingeniero Pérez y el vicepresidente Rafael Alburquerque, un político que toma la medida de cada oración que va a pronunciar. Expresó contundentemente en el sentido de que “es totalmente extemporáneo hablar de candidaturas en estos momentos”, que lo importante es dedicarse a resolver problemas, y que el Presidente “no está en estos momentos pensando en la repostulación”.

El mismo martes, el precandidato presidencial peledeísta  Danilo Medina evadió referirse concretamente a la promoción de la reelección, considerándola “hipotética”, pero sí dijo que está “construyendo un proyecto presidencial, dentro y fuera del PLD, concitando respaldo de mucha gente que nunca antes había hecho política”. Y advirtió que no busca confrontación con nadie porque quiere ser el candidato de todos.

El miércoles tocó al secretario general del partido morado y presidente del Senado referirse a la campaña pro reelección, indicando que ese tema no se ha tratado en el Comité Político, y que es extemporáneo. “Lo más importante en lo queda hasta el 2012 es que nos esforcemos en una buena labor de Gobierno”. Y admitió que el continuismo podría generar tensiones dentro de su partido, aunque descartó que provoque una división.

El mismo día, el dirigente José Tomás Pérez sostuvo que será el candidato presidencial del PLD en el 2012 “en caso de que el Presidente no motorice una reforma constitucional que le permita una nueva repostulación”. Antes, e incluso en su propaganda política, había condicionado su postulación a que el doctor Fernández no se lance, pero esta semana reconoció que el texto actual lo impide.

Al menos un frenazo.  La tajante declaración de Bautista, a quien se vinculaba con la campaña continuista, por lo menos pareció un frenazo al desbordamiento de los dos últimos meses y que tuvo aliento del propio Presidente Fernández cuando el 3 de julio dijo a los reporteros que la continuidad de un mandatario al frente de su país “es un tema de soberanía nacional”, ya que la decisión “en última instancia la tiene el pueblo”.

Ningún observador de la política nacional cree que Bautista formuló tal declaración sin consultar a su jefe político y administrativo. E incluso algunos creen que fue inducida por el propio mandatario, hasta quien habrían llegado señales de que  la campaña, al menos por el momento, no “estaba cayendo bien” en importantes sectores de poder y que precipitaba tensiones en su propio partido. Coincidencialmente se producían reuniones de entidades empresariales con precandidatos a la presidencia como Miguel Vargas, Hipólito Mejía y Danilo Medina.

Los días por venir permitirán comprobar si se frenó o no el desbordamiento  continuista que la semana anterior llegó a incluir reuniones abiertas en salones del propio Palacio Nacional. En lo que coinciden diversos analistas es que por el momento ha sufrido un tropiezo. Para algunos ya el Presidente se habría convencido de las graves dificultades que enfrentaría, moviéndose en el “terreno movedizo” que, valiéndose de su propia experiencia, le advirtió el miércoles, el ex presidente Hipólito Mejía, cuando en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio contó cómo los tumba polvo y vividores de la política son capaces de convencer a cualquiera de embarcarse en un proyecto absurdo.

Aunque cuenta con la participación de una amplia gama de grupos remanentes del otrora dominante Partido Reformista, ahora aliados del presidente Fernández, el proyecto reeleccionista podría incluso provocar desprendimientos en su “Bloque Progresista” que lo ha respaldado en las cuatro últimas elecciones. El 2 de agosto se informó que uno de los partidos que lo integran, la Fuerza Nacional Progresista, había decidido iniciar la promoción nacional de la candidatura presidencial del diputado Pelegrín Castillo, quien ha tomado distancia del continuismo, pese a que su padre, Vincho Castillo, lo favoreció.

Circunstancias desfavorables.  La crisis fiscal por la que atraviesa el Gobierno por el desbordamiento del gasto en la pasada campaña electoral, y las tensiones que generan los esfuerzos por elevar los ingresos no parecen ser el ambiente adecuado para embarcarse en un proyecto continuista que demandaría cada vez más recursos y produciría incertidumbres institucionales que podrían desestabilizar la economía nacional.

Esas tensiones llegaron esta semana al punto de que una veintena de asociaciones empresariales, que incluyó a todos los sectores industriales, denunciaron la decisión del Gobierno de cobrar el ITBIS a las importaciones en las aduanas para adelantarse unos RD$2,000 millones  en lo que resta del año. Amenazaron con recurrir ante la justicia para invalidar una acción administrativa violatoria de la ley de Competitividad y  “que provocaría un daño inminente a nuestra institucionalidad y pone en riesgo la seguridad jurídica, la producción y la generación de empleo en el país”. El Gobierno lograría luego que los grandes empresarios aceptaran la medida para contribuir a mantener el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos negociadores esperan en Washington las respuestas que no pudieron obtener aquí en más de dos semanas de conversaciones sobre el tope al déficit fiscal.

Para algunos lo del adelanto del ITBIS es apenas un “tente en pies”, convencidos de que se requerirán otros gravámenes para tapar el hueco y afrontar la inminente confección del presupuesto para el 2011, que según la nueva Constitución debe llegar al Congreso el 1 de octubre, en apenas un mes. Se duda que pueda contar, como el de este año, con un financiamiento externo de RD$116,000  millones, extendido a RD$120,000 millones, unos US$3,200 millones.

Como si eso no fuera suficiente, esta semana afloraron tensiones entre partido y Gobierno por designaciones de dirigentes que quedaron desbancados por las elecciones de mayo pasado, mientras el Presidente es asediado por peledeístas y aliados que reclaman “pago a sus sacrificios”. Una serie de decretos emitidos a cuentagotas durante dos semanas, algunos revocados y otros retenidos, y la lentitud en posesionar a nuevos funcionarios, parecían indicar por lo menos desconcierto.

La tapa al pomo

El panorama pareció despejase el miércoles cuando se produjo la segunda declaración al respecto, en sólo una semana, del siempre cauto rector de la Universidad Católica Madre y Maestra y reiterado mediador monseñor Agripino Núñez Collado. Y más aún cuando se destapó el flamante senador Félix Bautista, considerado en los últimos tiempos como “el político y funcionario más cercano al presidente Fernández”.

Núñez Collado había dicho el día 18 que la nueva Constitución es “un valladar a la reelección presidencial”. Ahora dijo que no se puede meter presos a los que promueven el continuismo, pero sostuvo contundentemente que para ello sería imprescindible una modificación de la Constitución. “Y no cabe en mi cabeza pensar o ver al Presidente solicitando que su Constitución sea acomodada para que él pueda, precisamente, violarla o hacer una nueva Constitución”, añadió.

También aludió al pacto del presidente Fernández con el ahora presidente del Partido Revolucionario Dominicano Miguel Vargas Maldonado, que viabilizó la aprobación de la nueva carta magna y que eliminó la prescripción anterior de una sola repostulación “y nunca más”, cambiándola por la prohibición de la reelección consecutiva,

El influyente Monseñor podría estar expresando el desconcierto y hasta disgusto que se advierten en círculos eclesiásticos y empresariales, en los que él se mueve como pez en el agua, con la campaña continuista que se desbordó en las semanas anteriores. Pero la declaración más sorprendente fue la emitida el mismo miércoles 25 por Félix Bautista al estrenarse en el Senado. “Yo no creo que el presidente Fernández vaya a modificar la Constitución que él auspició. Pienso que si lo hace sería una gran mancha que quedaría en su gestión”, sostuvo el hasta hace una semana poderoso supervisor de las obras del Estado.