Un PRM demasiado conservador

Por Juan Bolívar Díaz
01_11_2015 HOY_DOMINGO_011115_ Opinión9 A

Con sinceridad y sin la menor ironía, considero que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha sido muy conservador al calcular lo que se podría ahorrar en el presupuesto nacional del 2016 para traspasarlo al mejoramiento de los sueldos de los policías y otro servidores del Estado en la indigencia, así como para un mejor combate a la pobreza extrema, aumentando considerablemente el subsidio de los programas sociales..

Para comenzar, la propuesta debería incluir la duplicación de los sueldos de todos los servidores públicos que ganan el mínimo de 5,117 pesos mensuales, así como de los casi cien mil pensionados estatales con el mismo ingreso. Y en la mayoría de los ayuntamientos y distritos municipales se pagan salarios de dos y tres mil pesos.

No se puede dejar de reconocer que la propuesta del candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, es interesante y acertada desde el punto de vista político-electoral, tanto que sacudió instancias gubernamentales con reacciones que llegaron al extremo de mandar a estudiar finanzas a economistas de la categoría y reputación de Miguel Ceara Hatton, Guillermo Caram, Arturo Martínez Moya y Eduardo Tejera, para citar a los más conocidos de un equipo económico envidiable para cualquier proyecto presidencial.

En los mismos renglones que incluyó la propuesta de ahorrar 50,823 millones de pesos se podría llegar razonablemente más lejos, y mucho más si el Gobierno decreta una real austeridad en el gasto público, si suprime algunos organismos burocráticos que solo amamantan clientes y parásitos políticos, muchos de ellos duplicadores de funciones o hace tiempo inoperantes, como la Corporación Dominicana de Empresas Estatales, la Comisión para Reforma de la Empresa Pública, o hasta el Instituto Nacional de Estabilización de Precios, donde unos dos mil dirigentes y militantes de un partido aliado encuentran sostén.

No se crean que estoy exagerando, fueron promesas de campaña en varias elecciones consecutivas, incluyendo la del presidente Danilo Medina hará cuatro años. El mandatario sabe que es posible un ahorro mayor al planteado por el PRM, pues el Gobierno suprimió un millar de empleos parásitos de reformistas solo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, aunque no se ha atrevido a hacer lo mismo con otro millar de peledeístas y relacionados que cobran en dólares -y en muchos casos trafican- como embajadores, cónsules, vicecónsules y consejeros.

Eché de menos muchos de estos ahorros en la propuesta del PRM y dudo que fuera por olvido, sino más bien conservadurismo para no despertar demasiado incertidumbre o rechazo, o quién sabe si hasta reservándose fuentes clientelares por si logran la hazaña de desplazar la enorme maquinaria política y de control estatal de los actuales gobernantes.

Un ejemplo significativo del conservadurismo de la propuesta se encuentra en el renglón referente a los 245 mil millones de pesos consignados en el presupuesto para la contratación de obras y compras de bienes y servicios, donde solo consignan un ahorro del cinco por ciento, 12 mil millones de pesos. Aunque dejan constancia de que en esos renglones se pierde por lo menos un 20 por ciento “en desviaciones irregulares”.

En materia de obras públicas la corrupción consume más del 20 por ciento. Hace más de tres décadas que Balaguer llegó a justificar las comisiones del 10 por ciento, y todavía no se veían obras duplicadas de precio, como los parqueos de Bellas Artes y la UASD o la remodelación del hospital Darío Contreras.

Fue una descomunal exageración del doctor Leonel Fernández cuando en su campaña electoral de 1996 cuantificó la corrupción en 30 mil millones de pesos, alrededor del cien por ciento del presupuesto nacional. Ahora si fuera solo del 20 por ciento, implicaría más que duplicar los 58 mil millones indicados por el PRM.

Si nada de eso es posible, seguiremos soñando que podremos garantizar la seguridad pública con policías ganando salarios cebolla, como dramatizó el iluminado raso Daurin Muñoz, por eso despedido de la Policía Nacional.

 

Leonel pone en jaque a danilistas continuistas

Por Juan Bolívar Díaz
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Cuando parecía que la corriente que promueve la reelección del presidente Danilo Medina ganaba terreno, el expresidente Leonel Fernández dio una exhibición de fuerza y formalizó su decisión de buscar una vez más la candidatura presidencial de su Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El expresidente procura salirse del cerco en que lo colocaron las acusaciones del convicto narcotraficante Quirino Paulino Castillo, imposibilitar una reforma constitucional que viabilice la reelección y prevenir que no abran juicio por corrupción a su brazo derecho y alcancía Félix Bautista, con un dictamen de instrucción pendiente para el 27 de marzo.

Gran exhibición de fuerzas. Consciente de que el presidente Danilo Medina ha evadido comprometerse en el proyecto continuista que alientan muchos de sus parciales, Leonel Fernández hizo esta semana una jugada maestra con exhibición de fuerzas internas y el anuncio formal de que se lanza a la búsqueda de la candidatura presidencial del PLD.

En tres días consecutivos, Leonel se reunió con por lo menos la mitad de los 31 senadores y del centenar de diputados del PLD así como de los integrantes de su Comité Central, evidenciando las dificultades de reunir los dos tercios de los integrantes de ambas cámaras legislativos necesarios para convocar la Asamblea Nacional y proceder a aprobar una reforma de la Constitución

Fernández busca salir de la posición defensiva en que lo habían dejado las acusaciones de Quirino Paulino, al tiempo de advertir el alto costo que podría tener el intento de modificar la Constitución para abrir espacio a la repostulación del presidente Medina. Como los reeleccionistas pedían la convocatoria del Comité Político, donde tendrían mayoría para disponer una reforma constitucional, Fernández se adelantó a mostrar que tiene suficientes votos para evitarlo, ya en el decisivo Comité Central, como en las cámaras legislativas y la Asamblea Nacional.

En la reunión del jueves donde se dijo que había comprometido el respaldo de unos 312 de los 635 miembros del Comité Central de su partido, Leonel proclamó que “hay que respetar la Constitución” y adelantó que inicia un recorrido nacional procurando apoyo a su precandidatura. Eso en medio de afirmaciones de algunos legisladores, como Adriano Sánchez Roa, de que de ninguna forma votarían para abrir campo a la reelección.

Para salir del cerco Quirino. Tal como se había advertido en el “tema de Hoy” del 11 de enero (“Alta temperatura en la lucha Danilo/Leonel por el PLD”) los leonelistas salieron adelante proclamando la precandidatura de Leonel convencidos en que le favorece una definición que no puede adoptar el presidente Medina, que así es más difícil maniobrar en su contra y que el temor a la división llevará a un pacto de alternabilidad entre los dos líderes peledeístas.

La alarma ha cundido en las últimas semanas entre dirigentes del partido gobernante y articulistas y columnistas asalariados convencidos de que una división entre sus dos líderes sería tan extensa que provocaría la pérdida del poder el año próximo. Y justo sobre ese temor se lanza la precandidatura de Fernández para darla por hecho cumplido y dificultar el paso a sus contrincantes internos.

Leonel buscaría salir del “cerco Quirino”, sobreponiéndose a las acusaciones que lo vinculan a financiamiento del narcotráfico, tratando de dejar atrás el escándalo sobre la base de que detenerse implicaría reconocimiento de su implicación y colocarse en una posición de debilidad. Al fin y al cabo él llevaba ya dos años promoviéndose por todo el país, período en el cual se comparó con figuras históricas como Aníbal, Moisés y Buda. El 22 de febrero, presidiendo un acto de apoyo del MODA en medio del escándalo Quirino, Fernández proclamó que los vientos que soplan a su favor lo llevarán de nuevo al Palacio Nacional en el 2016.

Leonel tiene un desafío pendiente para el 27 de este mes, cuando el juez de instrucción Alejandro Moscoso Segarra deberá dictaminar si se abre proceso judicial a Félix Bautista. Tratándose de un juez vinculado a él y al acusado, se descarta que se pronuncie por el juicio, sobre todo si Leonel está en perspectiva de ser el candidato del 2016. Cualquier decisión sería apelada, pero indicará hacia dónde soplan los vientos en la Suprema Corte bajo dominio leonelista, en cuya constitución Bautista jugó papel estelar.

Hay riesgos con Leonel. Los danilistas tienen razón en su planteamiento estratégico de que el presidente, cuya repostulación es aprobada hasta por el 70 por ciento en las encuestas, les daría mayores garantías de continuar en el poder. Apuestan a la convocatoria del Comité Político donde tendrían más de la mitad de los 35 integrantes. Pero no parece claro en el Comité Central que es el órgano partidario que tendría que adoptar una decisión que, sin una mayoría significativa, podría implicar una temida división. Los peledeístas se miran en el espejo del PRD, donde ellos mismos protagonizaron una de sus múltiples divisiones.

Leonel se beneficia también de que la oposición política sigue dispersa sin haber logrado orquestar una candidatura que pudiera generar una confluencia de fuerzas y poner en peligro el dominio peledeísta. Si eso estuviese ocurriendo, muchos peledeístas preferirían “el camino más seguro de la reelección”.

Aunque insisten en pedir la reunión del Comité Político a los danilistas lo que les puede convenir es ganar tiempo para ver si el Partido Revolucionario Moderno pasa la prueba de la elección de su candidato presidencial, que si resulta Luis Abinader, pudiera convertirse en una amenaza al predominio peledeísta, ya que las encuestas lo ponen en competencia con Leonel desde una primera vuelta. Eso les permitiría fortalecer su planteamiento del camino seguro.

Las perspectivas actuales indican que Leonel Fernández tiene muchas posibilidades de volver a encabezar la boleta del PLD y retornar al poder en el 2016. Pero contradictoriamente, su tasa de rechazo y las acusaciones de corrupción que le persiguen lo presentan como el mayor factor que podría impulsar una concertación de oposición llamada a beneficiarse de los temores que el exmandatario y su endiosamiento generan hasta en los poderes fácticos, nacionales e internacionales.-

Cuando parecía que la corriente que promueve la reelección del presidente Danilo Medina ganaba terreno, el expresidente Leonel Fernández dio una exhibición de fuerza y formalizó su decisión de buscar una vez más la candidatura presidencial de su Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El expresidente procura salirse del cerco en que lo colocaron las acusaciones del convicto narcotraficante Quirino Paulino Castillo, imposibilitar una reforma constitucional que viabilice la reelección y prevenir que no abran juicio por corrupción a su brazo derecho y alcancía Félix Bautista, con un dictamen de instrucción pendiente para el 27 de marzo.

Gran exhibición de fuerzas. Consciente de que el presidente Danilo Medina ha evadido comprometerse en el proyecto continuista que alientan muchos de sus parciales, Leonel Fernández hizo esta semana una jugada maestra con exhibición de fuerzas internas y el anuncio formal de que se lanza a la búsqueda de la candidatura presidencial del PLD.

En tres días consecutivos, Leonel se reunió con por lo menos la mitad de los 31 senadores y del centenar de diputados del PLD así como de los integrantes de su Comité Central, evidenciando las dificultades de reunir los dos tercios de los integrantes de ambas cámaras legislativos necesarios para convocar la Asamblea Nacional y proceder a aprobar una reforma de la Constitución

Fernández busca salir de la posición defensiva en que lo habían dejado las acusaciones de Quirino Paulino, al tiempo de advertir el alto costo que podría tener el intento de modificar la Constitución para abrir espacio a la repostulación del presidente Medina. Como los reeleccionistas pedían la convocatoria del Comité Político, donde tendrían mayoría para disponer una reforma constitucional, Fernández se adelantó a mostrar que tiene suficientes votos para evitarlo, ya en el decisivo Comité Central, como en las cámaras legislativas y la Asamblea Nacional.

En la reunión del jueves donde se dijo que había comprometido el respaldo de unos 312 de los 635 miembros del Comité Central de su partido, Leonel proclamó que “hay que respetar la Constitución” y adelantó que inicia un recorrido nacional procurando apoyo a su precandidatura. Eso en medio de afirmaciones de algunos legisladores, como Adriano Sánchez Roa, de que de ninguna forma votarían para abrir campo a la reelección.

Para salir del cerco Quirino. Tal como se había advertido en el “tema de Hoy” del 11 de enero (“Alta temperatura en la lucha Danilo/Leonel por el PLD”) los leonelistas salieron adelante proclamando la precandidatura de Leonel convencidos en que le favorece una definición que no puede adoptar el presidente Medina, que así es más difícil maniobrar en su contra y que el temor a la división llevará a un pacto de alternabilidad entre los dos líderes peledeístas.

La alarma ha cundido en las últimas semanas entre dirigentes del partido gobernante y articulistas y columnistas asalariados convencidos de que una división entre sus dos líderes sería tan extensa que provocaría la pérdida del poder el año próximo. Y justo sobre ese temor se lanza la precandidatura de Fernández para darla por hecho cumplido y dificultar el paso a sus contrincantes internos.

Leonel buscaría salir del “cerco Quirino”, sobreponiéndose a las acusaciones que lo vinculan a financiamiento del narcotráfico, tratando de dejar atrás el escándalo sobre la base de que detenerse implicaría reconocimiento de su implicación y colocarse en una posición de debilidad. Al fin y al cabo él llevaba ya dos años promoviéndose por todo el país, período en el cual se comparó con figuras históricas como Aníbal, Moisés y Buda. El 22 de febrero, presidiendo un acto de apoyo del MODA en medio del escándalo Quirino, Fernández proclamó que los vientos que soplan a su favor lo llevarán de nuevo al Palacio Nacional en el 2016.

Leonel tiene un desafío pendiente para el 27 de este mes, cuando el juez de instrucción Alejandro Moscoso Segarra deberá dictaminar si se abre proceso judicial a Félix Bautista. Tratándose de un juez vinculado a él y al acusado, se descarta que se pronuncie por el juicio, sobre todo si Leonel está en perspectiva de ser el candidato del 2016. Cualquier decisión sería apelada, pero indicará hacia dónde soplan los vientos en la Suprema Corte bajo dominio leonelista, en cuya constitución Bautista jugó papel estelar.

Hay riesgos con Leonel. Los danilistas tienen razón en su planteamiento estratégico de que el presidente, cuya repostulación es aprobada hasta por el 70 por ciento en las encuestas, les daría mayores garantías de continuar en el poder. Apuestan a la convocatoria del Comité Político donde tendrían más de la mitad de los 35 integrantes. Pero no parece claro en el Comité Central que es el órgano partidario que tendría que adoptar una decisión que, sin una mayoría significativa, podría implicar una temida división. Los peledeístas se miran en el espejo del PRD, donde ellos mismos protagonizaron una de sus múltiples divisiones.

Leonel se beneficia también de que la oposición política sigue dispersa sin haber logrado orquestar una candidatura que pudiera generar una confluencia de fuerzas y poner en peligro el dominio peledeísta. Si eso estuviese ocurriendo, muchos peledeístas preferirían “el camino más seguro de la reelección”.

Aunque insisten en pedir la reunión del Comité Político a los danilistas lo que les puede convenir es ganar tiempo para ver si el Partido Revolucionario Moderno pasa la prueba de la elección de su candidato presidencial, que si resulta Luis Abinader, pudiera convertirse en una amenaza al predominio peledeísta, ya que las encuestas lo ponen en competencia con Leonel desde una primera vuelta. Eso les permitiría fortalecer su planteamiento del camino seguro.

Las perspectivas actuales indican que Leonel Fernández tiene muchas posibilidades de volver a encabezar la boleta del PLD y retornar al poder en el 2016. Pero contradictoriamente, su tasa de rechazo y las acusaciones de corrupción que le persiguen lo presentan como el mayor factor que podría impulsar una concertación de oposición llamada a beneficiarse de los temores que el exmandatario y su endiosamiento generan hasta en los poderes fácticos, nacionales e internacionales.-

 

Hipólito en un laberinto; debería apoyar a Abinader

Por Juan Bolívar Díaz
22_02_2015 HOY_DOMINGO_220215_ El País13 A

Las encuestas y la opinión pública marcan una amplia ventaja para Luis Abinader en la competencia por la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y lo señalan como el de mayores posibilidades de encarnar una alternativa ante la maquinaria política del poderoso Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El escenario luce desfavorable para el expresidente Hipólito Mejía, quien arriesga demasiado en una competencia a la que entró empujado por su entorno político, cuando él mismo contemplaba apoyar a Abinader y convertirse en el líder que requeriría el proyecto de frente electoral concebido como “Convergencia por un Mejor País”.

Abinader se afianza. La última encuesta Gallup-HOY, publicada la semana pasada, muestra que Luis Abinader mantiene un progresivo afianzamiento en sus aspiraciones de ganar la candidatura presidencial de su partido, que ya se marcaba en las cinco investigaciones anteriores del 2013 y 2014, y ahora aparece como el político opositor con mayores preferencias de cara a los comicios del año próximo.

En esta encuesta el economista Abinader supera al agrónomo Mejía 45 a 16 por ciento en el universo, y 69 a 28 entre quienes dijeron simpatizar por el PRM en respuesta a la pregunta de quién cree que debería ser candidato presidencial en 2016. En la totalidad de los encuestados casi lo triplica, con diferencia de 29 puntos. Entre los perremeístas, que deberán elegir candidato presidencial el 29 de marzo próximo, la diferencia es mayor, de 41 puntos.

En escenarios frente a candidaturas de Danilo Medina, Miguel Vargas y Guillermo Moreno, Abinader registra 13% y Mejía 11 por ciento, y cuando se sustituyó a Medina por Leonel Fernández, la diferencia se amplía 24 y 18 puntos. En todas las preguntas el economista queda mejor parado que el agrónomo: en opiniones favorables 33 a 20; en desfavorable 41 a 70.

En la encuesta CID Latinoamérica publicada en HOY esta semana también sale adelante en imagen favorable y muy favorable de las personalidades del PRM, 45 a 34 por ciento; y en imagen desfavorable o muy desfavorable 46 a 64%.

Abinader queda bien posicionado también cuando Gallup preguntó a los encuestados a fines de enero pasado por cuál de los posibles candidatos a la presidencia nunca votarían. Su tasa negativa fue apenas de 0.7 por ciento, empatado con el presidente Medina, quien registró 0.8. Hipólito encabeza el rechazo con 41 por ciento, seguido de Leonel con 31 y Miguel Vargas 11%.

Tras lanzamiento de Hipólito. Es significativo que las diferencias entre ambos precandidatos se va ampliando progresivamente en la serie de seis encuestas Gallup-HOY desde el 2013. En la anterior, agosto del 2014, el universo favoreció a Abinader 36 a 13 por ciento, con 23 puntos de diferencia. En esa oportunidad no se segregaron los partidarios, tal vez porque estaban en proceso de constituir el nuevo partido. En la penúltima, de mayo 2014, ya se ratificaba la tendencia pero con menores diferencias: 27 a 21 por ciento en el universo y 44 a 32 entre sus partidarios.

La Gallup-HOY, del 16 al 23 de enero es la primera de la serie que se publica después que Hipólito se lanzara abiertamente tras la candidatura presidencial del PRM, y aunque apenas a semanas de que lo anunciara, a mediados de diciembre, ya llevaba varios meses recorriendo el país. Es significativo que en vez de mejorar su posicionamiento frente a Abinader, se hayan ampliado tanto sus desventajas.

Los que favorecen la precandidatura del expresidente, reivindican el 47 por ciento de los votos que obtuvo en el 2012 aún compitiendo con todo el poder y el enorme dispendio y reparto del Gobierno del PLD, que ese año registró un exceso presupuestario de 156 mil millones de pesos, solo en el Gobierno central, y unos 200 mil por todo el Estado. Pero no toman en cuenta las dos derrotas consecutivas de Mejía tras su presidencia 2000-04 y que en el 2016, con 75 años de edad, volverá a competir contra la misma maquinaria de poder.

¿Una expectativa fallida? Tanto entre sus más ardorosos seguidores como entre analistas políticos y observadores se esperaba que el inicio de la campaña abierta por la candidatura del PRM daría un fuerte aliento a los registros de Mejía en las encuestas, lo que todavía no se debe descartar, aunque apenas faltan cinco semanas para la fecha en que se ha pactado la votación primaria del PRM, el domingo 29 de marzo.

Las esperanzas de los hipolitistas se han fundado en que se repetiría el proceso para la elección presidencial anterior, cuando en marzo de 2011, “llegó papá”, derrotando a Miguel Vargas que tiempo antes le llevaba gran ventaja en las encuestas. Pero ahora hay diferencias importantes. Aquella vez el competidor había perdido la elección presidencial anterior y la congresual y municipal del 2010, había pactado con el presidente Fernández la reforma constitucional y se alejó progresivamente de las posiciones históricas de su partido.

Tampoco fue una sorpresa la victoria de Mejía. En “El Tema de Hoy” del 6 de marzo de 2011 el subtítulo rezaba “Un resucitado Hipólito Mejía aparece como favorito en la elección primaria de hoy retando el control de la maquinaria partidaria atribuido a Vargas Maldonado”. El vaticinio se fundamentaba en que a mediados de febrero la Gallup-HOY le había dado una ventaja de 11 puntos en las preferencias del universo frente a Vargas, y de 21, con 60.6 a 39.0, entre los que se decían perredeístas. Se citaban otras cuatro encuestas que otorgaban amplísimas ventajas al agrónomo, aunque también a dos que favorecían a Vargas.

Así mismo se anotaba que ya en la Gallup-HOY de julio del 2010, tras los comicios legislativos y municipales en que el PRD no ganó una sola provincia bajo la presidencia de Vargas, Mejía lo alcanzó en las preferencias del universo y le llevó 8 puntos entre los que se confesaron perredeístas para la elección presidencial del 2012.

En la opinión pública. El economista y empresario Luis Abinader no solo ha sido favorecido en las encuestas como potencial candidato presidencial, sino también por la gran mayoría de los articulistas y los que hacen opinión pública, especialmente en los segmentos de clase media y alta.

Hipólito conserva muchas simpatías en los sectores populares, donde llega más su carisma, su discurso y su habitual buen humor. También porque su Gobierno, sobre todo en la primera mitad, desconcentró la inversión pública con miles de pequeñas obras que llegaron a comunidades olvidadas.

Abinader está lejos del carisma popular del expresidente, con la desventaja adicional de no haber tenido experiencia en cargos públicos, pero todavía con 47 años es percibido como más representativo de un electorado mayoritariamente de su generación, como una alternativa novedosa, y un profesional gen que no genera rechazos ni sufre de incontinencia verbal. En los partidos y grupos que auspician la Convergencia es ampliamente preferido, y uno de ellos el Partido Humanista Dominicano, ya lo ha proclamado su candidato, no por rechazo a Mejía, sino porque creen que su bajo rechazo les abre mayores perspectivas de crecimiento, sobre todo en los segmentos juveniles, de mujeres y clases medias. Y particularmente porque atrae más perredeístas aún indecisos o con Vargas Maldonado. En la última Gallup-HOY 47 a 34 por ciento.

 

Emerge Moreno en Gallup-HOY; Danilo y Abinader siguen firmes

Por Juan Bolívar Díaz
LEONEL Y MIGUEL EN BAJA

La novedad en la primera encuesta Gallup-HOY del 2015 es el salto en las preferencias electorales del abogado Guillermo Moreno, atribuido en parte a la incrementada tasa de rechazo a los expresidentes Hipólito Mejía y Leonel Fernández y al candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas.

Pese al impedimento constitucional de la reelección, el presidente Danilo Medina sigue liderando las preferencias electorales, mientras el economista Luis Abinader se reafirma como principal alternativa de oposición, encabezando las preferencias para la candidatura presidencial del nuevo Partido Revolucionario Moderno (PRM) .

Emerge Guillermo Moreno. La sorpresa de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana ha sido el nivel de preferencias electorales alcanzado por el doctor Guillermo Moreno, quien no llegó al 2 por ciento en la última elección presidencial, y ahora registra entre 9 y 24 por ciento en cuatro hipotéticos escenarios; en la oposición solo superado por Luis Abinader, muy por encima de Miguel Vargas y ligeramente arriba de Hipólito Mejía.

Moreno registra un mínimo del 9 por ciento si compite con Danilo, Abinader y Miguel. Sube al 10.5 por ciento frente a Danilo-Miguel-Mejía, a 18 por ciento frente a Leonel-Abinader-Miguel, y hasta 24 por ciento si va contra Hipólito-Miguel-Leonel, justamente los que registran las más altas tasas de opiniones negativas, de 77, 70 y 63 por ciento, respectivamente, lo que se ha manifestado en otras encuestas.

Es significativo que el partido de Moreno, Alianza País, aún no está reconocido por la Junta Central Electoral, y en la tabla de las preferencias por partidos en esta encuesta apenas logra un 1.3 por ciento de simpatías. Pero su líder viene subiendo en otras encuestas. Por ejemplo en la última del Centro Económico del Cibao (CEC) de mediados de enero alcanza un 11 por ciento y 7 por ciento en la última de la firma Greenberg.

Moreno podría estar recibiendo parte de las simpatías que pierde el expresidente Fernández, zarandeado por acusaciones de corrupción. Moreno pidió su procesamiento judicial, junto a su fundación Global, con un fuerte expediente de corrupción que a principios del año pasado fue desestimado por un Ministerio Público.

Danilo sigue arriba. Aunque se reduce del 83 al 73 por ciento la aprobación general a la actual gestión presidencial, en relación a la Gallup-HOY de agosto pasado, Medina mantiene una popularidad suficientemente alta como para que pudiera ser reelecto en primera vuelta, si no existiera la prohibición de la reelección consecutiva. Sin embargo, sube del 48.5 al 64 por ciento la proporción que cree que él debe ser el candidato presidencial del PLD y del 66 al 70 por ciento los que creen que debe reformarse la Constitución para que pueda repostularse.

La votación de Medina también se reduce en escenarios electorales hipotéticos, si pudiera ser candidato ahora, en relación a la encuesta de agosto, pero seguiría ganando en primera vuelta. Frente a Abinader y Miguel baja del 73 al 69 por ciento, y ante Hipólito-Miguel se reduce del 76 al 70.5 por ciento, en ambos adicionándose ahora a Moreno.

La aprobación de la gestión de Medina sigue concentrada en la inversión y mejoramiento de la educación, donde se apunta un 89 por ciento. En construcción de obras públicas, en medidas a favor de la mujer, la juventud y los deportes, el Gobierno obtiene más de 50 por ciento de aprobación, pero queda por debajo del mismo en una docena de renglones. Los peores, con aprobación menor al 30 por ciento, son lucha contra la corrupción, contra la delincuencia, control de la migración ilegal y del tráfico y consumo de drogas.

Se repite la contradicción de la alta popularidad del Presidente con las proporciones que consideran mala la situación de la economía nacional. 66 por ciento la considera negativa, 4 puntos más que en agosto, y solo 12 por ciento buena o muy buena. El 35 por ciento cree que al final del período presidencial la economía estará peor, un 18 por ciento igual y 35 por ciento mejor. El 47.5 por ciento cree que las cosas van por mal camino y solo 35 por ciento por buen camino. El 85 por ciento cree que no hay ninguna o pocas posibilidades de salir de la pobreza y solo 12 por ciento cree que hay muchas. Pese a todo eso, el 60 por ciento dice que el país está progresando.

Leonel y Miguel en baja. Si bien Leonel Fernández supera a los opositores en los escenarios hipotéticos, ve reducida sus preferencias del 44 al 39 por ciento frente a Abinader, y del 45 al 40 por ciento ante Hipólito, incluyendo a Moreno, lo que implicaría una segunda vuelta. Su tasa negativa se triplicó del 22 al 62.5 por ciento.

Una ventaja de Fernández es que sin su voluntad es muy difícil que se pueda modificar la Constitución para que Medina pueda repostularse y en ese caso él está muy por encima de todos los demás precandidatos de su partido y queda como el de mayores preferencias para la presidencia en el 2016. Con la desventaja para el PLD de que un frente opositor, que podría ser incentivado por el alto rechazo que registra su presidente, pudiera vencerlo en segunda vuelta.

Por su parte Miguel Vargas sigue a la deriva en la encuesta de esta semana. En los cuatro escenarios hipotéticos llega al 5 y 6 por ciento frente a Leonel y se cae al 2 y 3 por ciento frente a Danilo, aunque ya lleva meses como candidato presidencial del viejo PRD y todavía Abinader y Mejía compiten por la candidatura del PRM, cuya definición podría hundirlo hasta el fondo.

El PRSC es insustancial. La Gallup-HOY, cuyo trabajo de campo fue hecho del 24 al 27 de enero ratifica como insustancial al Partido Reformista Social Cristiano, con penas el 2.6 por ciento de las preferencias electorales, lo que de mantenerse implicaría que dejaría de estar entre los tres partidos privilegiados que por haber obtenido más del 5 por ciento de los votos en la elección anterior, se reparten en iguales proporciones el 80 por ciento del financiamiento estatal a los partidos.

El partido que dominó el escenario político entre 1966 y 1996, con 8 años de intervalo por el PRD, no alcanzaría ni la mitad del 6 por ciento de los votos que registró en el 2012 cuando respaldó la candidatura ganadora de Danilo Medina. A mediados del año pasado anunció su decisión de competir ahora separado, pero la mayoría de sus dirigentes se mantienen en puestos del gobierno peledeísta, incluyendo a su presidente Federico Antún.

 

2015: definiciones electorales, retos institucionales y económicos

Por Juan Bolívar Díaz
JUAN BOLIVAR

El 2015 será de definiciones políticas con miras a las elecciones generales del año próximo, con importantes retos para la democracia, tanto en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de gobierno como en una dispersa oposición llamada a demostrar capacidad de reagrupación y concertación para orquestar una alternativa política.

Para el Gobierno este será su último año completo por lo que el presidente Danilo Medina tendrá que apurar el paso en realizaciones que afiancen su liderazgo nacional y partidista, con el desafío de evadir el desbordamiento fiscal que ha caracterizado los períodos preelectorales y afrontar demandas salariales y de servicios.

Un año preelectoral. El 2015 se define como un año preelectoral, lo que en la historia del país implica un desbordamiento del gasto gubernamental, no sólo por el interés partidista electoral, sino también por ser el último año completo del período presidencial. En este caso el presidente Medina está compelido a mantener la disciplina fiscal que ha reducido los déficits crónicos heredados, para preservar uno de sus más apreciados éxitos. Más bien tiene el desafío de impulsar una real austeridad y racionalidad como se anuncia en la escandalosa nómina de Relaciones Exteriores, lo que debe extenderse a organismos inoperantes como el Instituto de Estabilización de Precios o la Corporación de Empresas Estatales.

Pero lo que marcará desde ahora la atención nacional será las definiciones de candidaturas presidenciales, especialmente en el PLD donde desde hace año y medio cinco dirigentes se disputan la nominación. La tradición señala la votación primaria con un año de anticipación a los próximos comicios. El primer desafío será reunir la Comisión Política para oficializar un calendario de la elección primaria y luego el Comité Central que deberá validar las precandidaturas. Este organismo no se reúne desde finales de enero del 2014, justo cuando fue ampliado en lo que se estimó una victoria del danilismo sobre el predominio que había mantenido el expresidente Leonel Fernández.

En la oposición todo está por definirse. Las encuestas indican la posibilidad de que el nuevo Partido Revolucionario Moderno (PRM), fruto de la reciente división del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y una anunciada Convergencia de grupos puedan encarnar una alternativa, pero aún no acaba de constituir sus organismos de dirección y ni siquiera un padrón de miembros para elegir candidatura, lo que han anunciado para fines de marzo. En lo que quedó del PRD ya fue proclamado candidato presidencial Miguel Vargas Maldonado, sin previa convocatoria y en violación de la ley electoral y su propio estatuto, lo que ha contribuido a un escaso impacto.

Todo el proceso tiene interrogantes en un arbitraje controlado por el partido de gobierno, tanto en la Junta Central Electoral como en el Tribunal Superior Electoral, lo que ya el PRM y la Convergencia han denunciado, y sin que se apruebe la Ley de Partidos y ni siquiera se haya debatido la pendiente Ley Orgánica del Sistema Electoral.

Leonel otra vez. Las perspectivas apuntan a una nueva postulación del expresidente Leonel Fernández, quien busca firmemente un cuarto período presidencial. impulsado por un liderazgo nacional y partidario que sólo el presidente Medina puede contestar. Por los niveles de cuestionamiento, rechazo y hasta temor que inspira un doctor Fernández adicto al poder, su candidatura podría ser un gran incentivo para la conformación de un frente opositor, pero como eso es hasta hora una simple aspiración, él seguirá afianzándose, impulsado por la gratitud de un partido que bajo su rectoría ha ganado las últimas cinco elecciones generales.

Sólo el nuevo liderazgo del presidente Medina podría disputarle la candidatura. En primer lugar si pudiera él mismo ser candidato, para lo cual tendría que mediar una reforma constitucional, imposible sin el concurso de Fernández, o si decidiera jugárselas todas apoyando abiertamente otro de los precandidatos. Esto tiene la dificultad de que ni el secretario general del partido, Reinaldo Pared Pérez, ni los ministros Temístocles Montás y Francisco Javier, ni Radhamés Segura han logrado alcanzar siquiera un 5 por ciento en las preferencias electorales de las encuestas.

Medina pudiera jugar a reivindicar los principios fundacionales del PLD y al no retorno de una gestión que en la práctica ha cuestionado, profundizando rectificaciones, para lo cual tendría que apoyar a Montás, que es quien está más cerca de ello. Pero hasta ahora ha optado por la neutralidad, consciente de sus limitaciones constitucionales, del liderazgo de Leonel Fernández, y de los riesgos de una división. Se cree que ejercerá sus poderes para llevar una buena cuota de sus leales a posiciones legislativas y municipales que le permitan mantener su liderazgo en el PLD y garantizarse la candidatura del 2020, con o sin el partido en el gobierno.

Entre Hipólito y Abinader. En la oposición todas las encuestas apuntan hacia Luis Abinader e Hipólito Mejía como alternativa, y más lejano a Guillermo Moreno, a quien la JCE mantiene congelada, desde hace año y medio, la solicitud de reconocimiento para su partido Alianza País. Max Puig mantiene vigencia por un vigoroso discurso, seguido de Eduardo Estrella, mientras Hatuey de Camps es visualizado como un posible orquestador de un frente opositor. Minou Tavárez Mirabal, un símbolo nacional, promete un nuevo partido, ya contra el tiempo.

Cualquiera que encarne la oposición tendría que buscar una amplia concertación de fuerzas, imprescindible para vencer la inmensa maquinaria de poder que ha constituido el PLD, con el control del Gobierno, el Congreso, la Justicia y los organismos electorales. La reducción de la votación del PLD en más de 199 mil votos en el 2012 es un indicador de que no es invencible. Alcanzó el 51 por ciento gracias a una docena de aliados y un derroche fiscal sin precedente que ahora no podrá repetir.

Pero el primer desafío de la oposición es que el PRM logre pasar la prueba de la elección democrática de su candidato, sin repetir los arrebatos perredeístas, y desarrolle la capacidad de concertar la Convergencia opositora para elegir los candidatos a más de cuatro mil cargos que se disputarán en mayo del 2016. Abinader, en ascenso en las encuestas, y con escaso margen de rechazo, sería más abarcador, pero falta ver el efecto del lanzamiento formal de la candidatura de Mejía, anunciado para estos primeros días del año.

Los desafíos económicos. No menores son los retos económicos, el primero evitar el desbordamiento del gasto público, con un presupuesto nacional ya altamente deficitario. El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles estima que el déficit del sector público no financiero alcanzará casi 99 mil millones de pesos, enmarcado “dentro de un modelo que busca el progreso económico a partir del gasto público deficitario que produce cada vez mayor endeudamiento público. Como nos enseña la historia, ese tipo de estrategia es insostenible y, a la larga, perjudica en mayor proporción a los más necesitados”.

Para el Gobierno, luce difícil alcanzar el objetivo del pacto fiscal, y no tiene a la vista ingresos extraordinarios como los del año pasado por venta de empresas extranjeras, pero tendrá presiones por mejoramiento de salarios, pensiones y contribuciones, de la mayoría de empleados que trabajan, como los de educación y salud, arrastrados por las negociaciones para elevar los salarios privados, que arrancan este mes.

Con un gasto de capital que se reduce en 20 por ciento y alcanza apenas al 15 por ciento del presupuesto, tendrá dificultades para afrontar las demandas de mejoramiento de servicios, mantenimiento de infraestructuras y prioridades comunitarias que crecen al compás de las campañas electorales.

Otros retos importantes. La nación y la justicia tienen por delante retos como poner fin a la impunidad de la corrupción, y la primera prueba será el pesado expediente del ministerio público para procesar al senador Félix Bautista, y la investigación de Víctor Díaz Rúa, ambos alcancías del expresidente Fernández, en manos de una Suprema Corte bajo su control.

Para detener el deterioro institucional el Gobierno deberá expedir los reglamentos de las leyes de Administración Pública y de Regulación Salarial del Estado, con dos y medio y año y medio, respectivamente, de promulgadas. También tendría que hacer cumplir la Ley 169-14 que devuelve la nacionalidad a los excluidos por la sentencia 168-13 y desarrollar un esfuerzo para rescatar el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, como paso fundamental para empezar a controlar el desbordamiento inmigratorio. Debería privilegiar el pacto eléctrico y el financiamiento de las mega-plantas en las que ha cifrado el mejoramiento de los contratos con los generadores y el paliativo de la crisis energética.

Para la sociedad civil los retos son abandonar la resignación y la frustración, reclamar el Estado de Derecho y la equidad social y, sobre todo rescatar la ilusión de que sí podemos mejorar la institucionalidad democrática.

Los dilemas del PRM entre Hipólito y Abinader

Por Juan Bolívar Díaz
ABINADER

La consulta mediante encuestas de amplia representatividad podría ser el mecanismo más expedito, de menor costo económico y más seguro para la elección del candidato presidencial del nuevo Partido Revolucionario Moderno (PRM) que todavía se encuentra en la etapa del afianzamiento y construcción nacional.

Los principales líderes del PRM, comenzando por Hipólito Mejía y Luis Abinader, se muestran conscientes de que si quieren construir una nueva opción política que capitalice la división del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) tienen que superar la cultura de la imposición y demostrar cohesión y capacidad gerencial.

Coherencia o morir

Los dirigentes del nuevo partido, encabezados por Hipólito Mejía y Luis Abinader dicen estar conscientes de que están obligados a dar firmes demostraciones de coherencia con los principios y el concierto democrático para poder capitalizar la oposición pol´tiocia y crear nuevas ilusiones de cambio fgrente a una maquinaria como la representada por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que se ha impuesto en las últimas cinco elecciones generales.

El abandono de las prácticas democráticas, las intensas luchas internas y el canibalismo en que devino el PRD alcanzaron niveles de saturación y descrédito tan altos que muchos esperan que se repitan en el PRM. Con eso cuentan los líderes del partido de gobierno y gran parte de los columnistas y comentaristas de los medios informativos.

Los vaticinios  insisten en que Mejía y Abinader terminarán protagonizando una confrontación al estilo perredeísta que liquidaría el nuevo partido al que las encuestas atribuyen una gran proporción de los que militaron en el perredeísmo histórico. Tratando de mantener la ilusión de cambio, los dos dirigentes se empeñan en  aparecer juntos en la mayoría de las actividades partidistas.

Muchos de los que abandonaron las filas perredeístas para seguir a Mejía y Abinader se  inscriben entre quienes consideran que no tiene ningún futuro una reproducción de las prácticas antidemocráticas que han reducido al mínimo al más antiguo partido político nacional. Tanto el presidente Andrés Bautista como el secretario general del PRM, Jesús Vásquez, se cuentan entre quienes rechazan la reedición de las confrontaciones.

Candidatura presidencial

La primera disyuntiva del PRM es cómo escoger candidato presidencial para las elecciones del 2016, sin haber elaborado un padrón de militantes, marchando contra el tiempo, y cómo evadir el riesgo de que una competencia entre sus líderes principales que podría generar confrontaciones en los niveles medios y bajos donde el clientelismo político alcanza categoría de fanatismo.

El mecanismo más democrático sería la elección primaria, mediante la votación universal de los miembros, pero en este caso cuáles miembros, si el PRM está apenas en la etapa de la construcción de cuadros a nivel nacional y no tiene un padrón. Crearlo tomaría meses y tendría un costo económico considerable, a la vez que incentivaría la competencia desenfrenada que ratificaría una imagen que pretenden borrar.

Otro mecanismo sería la adopción del padrón nacional de electores, excluyéndole los registrados en los padrones del PLD y del Partido Reformista Social Cristiano, como se hizo en el 2011 cuando Mejía fue electo candidato presidencial, pero ese fue el origen de la división, ya que el precandidato derrotado, Miguel Vargas Maldonado, alegó que dos o tres cientos mil peledeístas habrían votado para inclinar la balanza en su contra. Ahora tendrían la dificultad adicional de identificar y excluir a los que se mantienen en el PRD que ya tiene al mismo Vargas proclamado candidato presidencial.

El tiempo conspira contra la oposición cuando al menos cinco peledeístas, incluyendo al expresidente Leonel Fernández, llevan ya más de un año en campaña por la candidatura presidencial y se va afianzando la idea de que no tienen competencia. El PRM tendría por delante también la constitución de la “Convergencia”, un frente amplio de oposición para enfrentar la corporación política en el poder, lo que con más razón supondría otra votación universal si logra integrar a varios partidos políticos.

Proponen encuestas

En ese contexto fue que tomó cuerpo recientemente la idea de escoger al candidato del nuevo partido a través de tres encuestas de amplias muestras a ser realizadas por diversas firmas. Se dijo que en principio estuvieron de acuerdo los aspirantes públicos a la candidatura: Luis Abinader, Geanilda Vásquez y Amaury Justo Duarte, además de Hipólito Mejía y los principales dirigentes del PRM. Pero posteriormente surgieron objeciones desde sectores que tratan de convencer a  Mejía de lanzarse a la búsqueda de la candidatura y quienes creen que en campaña sobre el territorio nadie le ganaría.

Tienen razón los críticos en que las encuestas no son un método de elección de candidatos, pero en un partido emergente se hace hasta por consenso entre sus dirigentes. En este caso si todos los aspirantes aceptan someterse al resultado de investigaciones científicas, no deja de ser una consulta que podría incluir sólo a quienes se confiesen simpatizantes del nuevo partido o al universo ciudadano.

También es cierto que ese mecanismo no está previsto en la Ley Electoral, pero sí la convención por delegados. Si en ella todos los aspirantes a la candidatura validan los resultados, estarían acogiendo un mecanismo de consulta de la opinión ciudadana. Pero es obvio que para implementarlo necesitaría el compromiso previo de todos los precandidatos y de la dirección del partido.

Hipólito en su laberinto

Nadie debe subestimar la posibilidad de que el expresidente gane una convención interna, una vez decida lanzarse tras la candidatura presidencial, dado su arraigo y carisma, pero lo mismo podría ocurrir con encuestas. Subyace en esa subestimación la alta tasa de rechazo que le registran las encuestas de los últimos años con la que tendría que enfrentarse una vez fuere proclamado candidato.

El propio Mejía, que tendrá 75 años para la próxima elección, está consciente de sus dificultades y de que se arriesgaría a concluir su carrera política con una tercera derrota electoral consecutiva después de haber sido presidente de la República. No le favorece el haber sido visualizado como protagonista, junto a Vargas Maldonado, de la división del PRD. Con los dos de candidatos es difícil que alguno pueda desplazar del  poder al PLD. Serían circunstancias más difíciles que en el 2012.

En conversaciones privadas Mejía ha reconocido que él también podría constituirse en líder del frente electoral Convergencia y auspiciar otra candidatura que cree nuevas expectativas e ilusiones de cambio, sobre todo si tiene más posibilidades de acercarse a la mayoría joven del electorado, a las mujeres y a los sin partido.

Aunque muchos de sus seguidores, especialmente sus más cercanos colaboradores, lo quieren de nuevo en la lucha por el poder, Hipólito no ha decidido lanzar su candidatura y durante meses ha dicho a empresarios, diplomáticos y profesionales amigos que no protagonizaría una batalla electoral tras la larga agonía de su viejo PRD y que respaldaría a Abinader, quien fuera su candidato vicepresidencial en los comicios del 2012.

El 21 de mayo pasado ante el Grupo de Comunicaciones Corripio, Mejía dijo que nunca sería obstáculo para el desarrollo de otros liderazgos, que se mantendría equidistante de los aspirantes a la candidatura presidencial, que su prioridad sería la construcción de la Convergencia para derrotar el continuismo y sobre una eventual nominación suya dijo que “estaré en el lugar donde las circunstancias y las mayorías me requieran”.

Ventajas de Abinader

Economista y empresario, Luis Abinader ha venido afianzándose como opción electoral desde su papel como candidato vicepresidencial en el 2012 y ha mantenido un crecimiento sostenido en las encuestas, con preponderancia tanto entre sus partidarios como en el universo. No tiene el carisma de Mejía, pero el día de las elecciones estará en los 48 años, lo que le permitiría acercarse más al segmento mayoritario del electorado.

Con la más baja tasa de rechazo en las encuestas Gallup, similar a la del presidente Danilo Medina, goza de buena imagen en importantes sectores empresariales, intelectuales y profesionales y en clases medias deseosos de nuevas opciones. Es en estos sectores donde podría encontrarse un caudal de votos para vencer la maquinaria en el poder que con sus políticas clentelistas cuenta con mayor apoyo firme en los sectores populares.

Para salir adelante Abinader tendría que contar con el apoyo decidido de Hipólito Mejía que mantiene fortaleza en sectores populares. Pero lo mismo, si Mejía fuera el candidato tampoco saldría adelante sin el respaldo firme de Abinader. Doble razón por la que muchos creen que si se enfrentan en una lucha por la nominación presidencial, matarán en la cuna la criatura con la que pretenden sustituir el histórico PRD.

Gallup-HOY: reina Danilo, PRD se hunde y surge PRM

Por Juan Bolívar Díaz
danilo medina56

Lo más relevante de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana es la alta aprobación, por encima del 80 por ciento, que mantiene el presidente Danilo Medina al comenzar la segunda mitad de su período gubernamental, lo que podría incentivar a sus partidarios que piden reforma constitucional para repostularlo.

Resalta también el hundimiento en las preferencias electorales del histórico Partido Revolucionario Dominicano (PRD) mientras su fracción constituida en Partido Revolucionario Moderno (PRM) emerge como segunda fuerza, dentro de la cual Luis Abinader se afianza como candidato presidencial preferido.

El reinado de Danilo. Iniciada la segunda mitad de su período gubernamental el presidente Danilo Medina mantenía su alta popularidad con dos tercios de la población a favor de modificar la Constitución de la República para que pueda optar por la reelección, lo que podría incentivar a quienes vienen promoviendo esa propuesta.

La encuesta Gallup-HOY publicada esta semana, cuyo trabajo de campo se realizó del 29 de agosto al 2 de septiembre, registra 91 por ciento a su favor en respuesta a una pregunta cerrada de aprobación o desaprobación, el 83 por ciento sobre su desempeño, y 81 por ciento cuando se preguntó si cumple sus promesas de gobierno. Esta encuesta se realizó antes del veto a la ley que convertía la loma Miranda en parque nacional, considerada su decisión más impopular. En la anterior encuesta, en mayo, su aprobación fue del 89 por ciento.

Otro registro a favor del presidente Medina es que obtendría tres cuartas partes de los votos en dos escenarios en que se enfrentara al expresidente Hipólito Mejía o al economista Luis Abinader por el nuevo PRM, y en ambos casos con el ingeniero Miguel Vargas Maldonado como candidato del PRD. Frente a Mejía y Vargas el 76 por ciento y ante Abinader y Vargas 73 por ciento.

Sin embargo, cuando se preguntó quién debe ser el candidato presidencial del PLD sólo el 48.5 por ciento de los encuestados respondió que Danilo Medina, y el 17 por ciento Fernández, con su esposa, la vicepresidenta Margarita Cedeño, en tercer lugar con 5 por ciento. Reinaldo Pared y Francisco Javier, creciendo, obtienen poco menos del 5 por ciento.

El problema para la repostulación de Medina radica en que luce casi imposible lograr las dos terceras partes de los votos de los integrantes del Congreso Nacional requeridos para modificar la prohibición constitucional.

Perspectivas de Leonel. Aunque registra una alta tasa de rechazo del 22 por ciento, y no ganaría en primera vuelta en los dos escenarios presentados a consideración de los electores, frente a Mejía y Vargas o Abinader y Vargas, al obtener 45 y 44 por ciento, el expresidente Leonel Fernández se mantiene como una fuerte opción electoral para su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de cara a los comicios del 2016.

De los potenciales candidatos sólo Mejía, con 37 por ciento, tiene una tasa de rechazo (que nunca votarían por el) superior al 22 por ciento que registran Fernández y Miguel Vargas. El primero no ha decidido lanzarse a buscar la candidatura presidencial del nuevo PRM, mientras el segundo viene presidiendo actos en diversas regiones del país donde se le proclama como opción presidencial del PLD que preside.

Pero las preferencias que registra Leonel, con el voto de oposición dividido y sin que haya aún fraguado el proyecto de “Convergencia por un Mejor País” que envolvería al PRM y varios partidos y grupos emergentes, lucen suficiente para que se mantenga en la carrera por el retorno al poder, y sin su favor es virtualmente imposible la reforma constitucional que abra espacio a la reelección de Medina.

Los registros de esta encuesta podrían inducir a mayores tensiones en el partido oficialista, si toma fuerza el no autorizado movimiento que busca abrir espacio a la repostulación del actual mandatario, estimulado por tasas de preferencias que de mantenerse garantizarían la victoria en primera vuelta.

PRM sustituye al PRD. La mayor novedad de esta encuesta Gallup-HOY es que el PRM, resultado de la reciente división del PRD, aparece como la segunda fuerza política, con sus potenciales candidatos presidenciales Luis Abinader e Hipólito Mejía casi triplicando las preferencias que registra Miguel Vargas, quien ahora aparece como único aspirante a la candidatura presidencial del viejo PRD, a cuya presidencia se mantiene aferrado. Las preferencias por el PRD cayeron en esta encuesta al 15 por ciento, el más bajo de su historia. Lo mismo se puede decir del Partido Reformista Social Cristiano que apenas registra 3 por ciento, mientras el PLD acumula 54 por ciento.

En cuatro hipotéticos escenarios Vargas sólo llegaría al 10 por ciento compitiendo contra Leonel y Abinader; baja al 9 contra Leonel e Hipólito; cae al 6 por ciento contra Danilo y Abinader, y al 5 por ciento contra Danilo e Hipólito.

Resalta que esta encuesta, la primera que mide preferencias tras la división formal del PRD con la constitución del PRM, registra un hundimiento de las preferencias por Vargas Maldonado, quien en las cuatro Gallup anteriores obtenía entre 20 y 21 por ciento del universo de los encuestados y entre el 9 y el 13 por ciento entre los que se definían como perredeístas, compitiendo con Mejía y Abinader.

Además de la división formal del más antiguo partido nacional, los resultados adversos para Vargas podrían estar influidos por la forma en que transcurrió la convención que el 20 de julio eligió dirigentes del PRD, con violencias e imposiciones mostradas por la mayoría de los medios de comunicación, especialmente la radio y televisión.

La fortaleza de Abinader. De una oposición ahora más fragmentada, el único de los precandidatos que mantiene un proceso de fortalecimiento es el economista y empresario Luis Abinader, quien lidera las preferencias para encabezar la boleta del nuevo PRM, muy por encima del expresidente Hipólito Mejía, quien no ha definido sus aspiraciones.

En la pregunta sobre quién debe ser el candidato presidencial del PRM el 36 por ciento señaló a Abinader y sólo el 13 por ciento a Mejía. En el escenario contra Danilo y Vargas, Abinader registra 14 por ciento de preferencias y se duplica al 28 contra Leonel y Vargas. En los mismos Mejía obtiene 11 y 24 por ciento.

Abinader se ve favorecido también por la baja tasa de rechazo que registra, al igual que el presidente Medina por debajo del 1 por ciento, un enorme contraste con el 37 por ciento que dice que nunca votaría por Hipólito Mejía.

La juventud y la novedad podrían estar favoreciendo a Luis Abinader, quien desde el año pasado viene fortaleciéndose como opción. En las cuatro últimas encuestas Gallup-HOY, como en otras investigaciones, ha liderado las preferencias como opción de la oposición política para los comicios del 2016. En el universo sus preferencias oscilaban entre 21 y 27 por ciento, y entre quienes se definían como perredeístas entre 36 por ciento en septiembre del 2013 y 44 por ciento en mayo pasado, cuando Mejía registró 32 y Vargas 13 por ciento.

Datos contradictorios
El análisis de los resultados de esta encuesta Gallup arroja elementos que cuestionan la alta aprobación que registra el presidente Medina: el caso del 62 por ciento que considera que la economía del país anda mal y sólo el 15 por ciento que está bien. El 56 por ciento dice que su economía personal está mal y sólo el 18 la aprecia bien. También resalta la baja aprobación de la gestión gubernamental en los tres asuntos que más preocupan a los encuestados: la delincuencia, costo de la vida y escasez de empleo.

La lucha contra la delincuencia y el control de la inflación solo tienen la aprobación del 30 por ciento y la creación de empleos 36 por ciento. El gobierno también se quema en mejora del transporte con 44 por ciento, en energía eléctrica, 40 por ciento, en lucha contra la corrupción, 32 por ciento, y contra tráfico y consumo de drogas 27 por ciento.
La mayor aprobación de la gestión de Danilo Medina sigue estando en el mejoramiento de la educación pública, donde alcanza el 89 por ciento, en medidas a favor de la mujer, 65 por ciento, de la juventud 56 por ciento, y en obras públicas con 62 por ciento.

Diversos analistas coinciden en que aparte de la imagen personal de Medina y sus logros en educación, atención a los pequeños productores y aciertos como la modificación del contrato sobre la mina de oro de Cotuí, contribuyen a su alta aprobación tres factores: el contraste con su antecesor Leonel Fernández, la ausencia de un partido de oposición que le haga contrapeso y genere ilusión de cambio, y cierta dosis de resignación ante el desguañangue del partidismo.