Por Juan Bolívar Díaz
La tendencia al bipartidismo que registra el sistema político nacional ha quedado reafirmada con la integración de dos coaliciones que agrupan a 22 de los 26 partidos reconocidos para disputarse los 4 mil 36 cargos legislativos y municipales en los comicios de mayo próximo.
Ninguno de los múltiples pactos electorales tiene contenido programático y están fundados en la persecución de posiciones cada vez más rentables, generando múltiples conflictos internos y un transfuguismo sin precedentes en unos partidos políticos cada vez más similares.
Sólo 4 independientes De los 26 partidos reconocidos por la Junta Central Electoral (JCE) sólo cuatro quedaron fuera de los dos bloques en que se ha agrupado el 85 por ciento del sistema partidista nacional, encabezados por los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Dominicano (PRD). Los más significativos son el Partido Revolucionario Social Demócrata que encabeza el ex dirigente perredeísta Hatuey de Camps, y el nuevo Partido Dominicanos por el Cambio que lidera el exdirigente reformista Eduardo Estrella, además del Partido Revolucionario Independiente, afectado por disputas internas, y el Partido Verde de la Unidad Democrática.
Cerrado el plazo para el registro de alianzas, el PLD encarna la mayor coalición de la historia política nacional, integrada por 14 partidos con derecho a postular candidaturas, en tanto el PRD encabeza otra de ocho, para un total de 22.
Como el principal aliado del PLD en 30 de las 32 provincias (excepto La Altagracia y La Romana) figura el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que en los anteriores comicios legislativos y municipales del 2006 fue aliado al PRD, y en los presidenciales, del 2008, participó con candidato propio para reducirse al 4.6 por ciento del sufragio.
Si se mide por el número de candidaturas otorgadas, el segundo y tercer aliado del partido morado son la Alianza por la Democracia y el Bloque Institucional Social Demócrata que han sido los que más votos le aportaron en las dos últimas elecciones. Le siguen el Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano, el Partido Popular Cristiano y la Fuerza Nacional Progresista. Los demás son los partidos de la Unidad Nacional, de los Trabajadores Dominicanos, Unión Demócrata Cristiana, Liberal de la República Dominicana, Demócrata Popular, Renacentista Nacional y Acción Liberal.
Por su parte, el PRD suscribió acuerdos electorales con siete partidos, dos de ellos en forma parcial, el Movimiento Independencia, Unidad y Cambio y el Partido Democrático Institucional. Los otros son el nuevo Partido Cívico Renovador, el Movimiento Democrático Alternativo, Partido Alianza Social Dominicana, Partido Humanista Dominicano y el Partido Nacional de Veteranos y Civiles.
Reformistas inconformes Aunque el PRSC recibió cerca de 600 candidaturas, sus principales dirigentes se declararon engañados por el PLD, alegando que les inscribieron más de 150 menos de las que habían pactado, lo que extendió las negociaciones hasta agotar el plazo adicional hasta el viernes 5 para posibles enmiendas, otorgado por la JCE en la audiencia pública del día anterior que conoció las alianzas.
En el primer plazo, a los reformistas les cumplieron con 3 candidaturas a senadores (Higüey, Samaná y Elías Piña), pero sólo 32 para diputados, 5 menos de las que según ellos habían sido acordadas, 26 para alcaldes, 3 menos, y 56 para directores de distritos municipales, 5 menos. Le inscribieron 217 candidatos a regidores, 76 menos, y 229 vocales de distritos municipales, 95 menos de los que habían dado por logrados.
Esas disparidades generaron agrias recriminaciones intercambiadas hasta el viernes al caer el plazo adicional cuando registraron ante la JCE un nuevo listado que mejora la representación colorada con otras 3 candidaturas a diputados, varias a vicealcaldes y a suplentes de regidores que, de inmediato, no fueron precisadas. Para senadores y alcaldes, el listado permaneció igual, aunque 4 menos para directores de distritos municipales.
Otros que quedaron inconformes fueron los grupos reformistas que en las dos elecciones anteriores se desprendieron de su partido para adelantarse a apoyar al PLD, encabezados por Alexandra Izquierdo, Héctor Rodríguez Pimentel, Modesto Guzmán y Angel Lockward. A ninguno les tocó una postulación, ni siquiera a Izquierdo, quien hace cuatro años fue llevada a vicesíndica del Distrito Nacional. Sectores peledeístas no ven con simpatías a esos aliados y creen que están bien pagados como directores del Instituto Agrario Dominicano y el Instituto Postal, donde emplean a cientos de sus seguidores, los dos primeros, y el tercero como embajador en Colombia. El secretario general del PLD, Reinaldo Pared, dijo el jueves que a los reformistas les han dado de más.
Gran transfuguismo El transfuguismo que ha caracterizado la política en los últimos años ha alcanzado niveles sin precedentes en los meses en que se escogieron candidatos y se pactaron alianzas. Cerca de una veintena de dirigentes nacionales y legisladores y una cantidad indeterminada de militantes cambiaron de partidos al no lograr satisfacer sus expectativas.
En los comicios presidenciales del 2008 el más beneficiado por el transfuguismo fue el PLD, pero esta vez ha sido el PRD, hacia el cual han emigrado dos senadores y seis diputados reformistas, así como 4 diputados peledeístas. El PRD perdió a dos diputados a manos del PLD, así como al ex síndico de Santo Domingo Norte Daniel Lois, quien consiguió las candidaturas a síndicos de La Victoria y Guerra para dos de sus asociados. Los casos más sonados han sido los del diputado Gilberto Serulle, quien tras la imposición de la repostulación del síndico de Santiago por el peledeísmo para satisfacer al PRSC, la asumió por el PRD, y el diputado Rafael Calderón, importante dirigente perredeísta que en noviembre pasó a la candidatura a senador por el PLD en el tradicional baluarte perredeísta de Azua, después que la dirección de su partido impuso la repostulación del incumbente César Díaz Filpo. El otro diputado perredeísta que emigró al partido oficial fue Radhamés Castro.
Hace meses que los senadores reformistas Germán Castro (La Altagracia) y Noé Sterling Vásquez (Barahona) se pasaron al PRD. Hicieron lo mismo los diputados reformistas Carlos Martínez, Remberto Cruz, Radhamés Fermín, Angel Acosta, Sergio Cedeño y Agnes Berenice Contreras. Estos últimos ahora son candidatos a senadores por San Pedro de Macorís y Elías Piña.
Tres diputados del PLD, Pedro Caro, Raúl Mondesí y Guillermo Galván también emigraron hacia el partido blanco, en el cual son repostulados. Del PRSC pasó al PLD el senador por Elías Piña Adriano Sánchez Roa. Y el senador peledeísta por San Pedro, Alejandro Williams, rechazado por su partido, fue asumido por el PRI para repostularlo. El proceso deja una extensa estela de cambios de chaquetas políticas, conflictos, inconformidades e impugnaciones ante la JCE sobre el mar revuelto del sistema partidista dominicano, originados en la debilidad institucional y la imposición de candidaturas y pactos.
Pactos sin contenido
En su primer informe de observación electoral de este año, al referirse a las alianzas registradas, el movimiento Participación Ciudadana deploró que hemos asistido a un intenso trajinar de varios meses, donde lo que ha prevalecido es el debate de cuotas de poder y de ninguna forma el interés de sumar fuerzas para impulsar proyectos que superen las graves carencias sociales, económicas e institucionales de la nación. Recordó que todavía hace 4 años una de las alianzas (PRD-PRSC) fue concertada con la promesa de impulsar un proyecto de nación, olvidado tan pronto pasaron los comicios.
Para diversos analistas políticos, esos pactos sin contenido programático ni afinidad ideológica, y el transfuguismo que se ha registrado en el proceso de selección de candidatos son muestras de que el sistema partidista carece de identidades definidas y que todos los partidos se han igualado. En las dos coaliciones orquestadas aparecen partidos que antes eran considerados de izquierda o progresistas, junto a derechistas o conservadores.
Como prueba de que los pactos se firman con los dos partidos dominantes y al mejor postor, se señala cómo algunos partidos pasan de uno a otro frente, comenzando por el tercero del sistema, el PRSC, que hace cuatro años fue aliado del PRD y ahora del PLD. También el hecho de que las coaliciones son la sumatoria de acuerdos individuales que no vinculan a todas las entidades involucradas.
Al igual que en los comicios de hace 4 años, los acuerdos electorales se discutieron durante meses, especialmente los del PLD, a quien no le alcanzó el tiempo para satisfacer las múltiples demandas de tantos aliados, especialmente los reformistas y el PTD, quienes discutieron y expusieron su insatisfacción, alegando que no les inscribieron lo prometido.