Leonel resiste y encarece el costo de la reelección

Por Juan Bolívar Díaz
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Tres semanas después que su Comité Político (CP) dispusiera una reforma constitucional para posibilitar la repostulación del presidente Danilo Medina, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) atraviesa por su peor crisis en sus 41 años, con niveles de encono y confrontación que hacen temer una división.

Muchos observadores estiman que como siempre en la historia nacional se impondrá el poder presidencial, sin importar el costo institucional y económico, pero los leonelistas resisten y proponen que los dos períodos presidenciales y nunca más rijan a partir del 2020, cuando Medina podría repostularse y aspirar a 8 años más de gobierno.

Confrontación al rojo vivo. A tres semanas hoy de la decisión de buscar la reforma constitucional en post de la reelección del presidente Medina, la confrontación ha alcanzado niveles críticos en el PLD, tanto que dirigentes y legisladores empiezan a temer que pueda terminar en división o en un desgarramiento que los lleve a perder el poder en las elecciones del 2016, partiendo de las posibilidades de que se conforme un frente de oposición.

La división entre danilistas y leonelistas se expande por todas partes, y en algunos casos casi a la mitad, en los organismos de dirección, entre los legisladores, articulistas y comentaristas de los medios de comunicación, partidos aliados y entidades vinculadas, y ya separa al presidente Medina y la vicepresidenta Margarita Cedeño, quien esta semana se pronunció en defensa de la Constitución y de la institucionalidad democrática.

Ya pasó una semana desde que el secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, lanzó la toalla tras su estrepitoso fracaso en convencer a la mayoría de los senadores y diputados de que acataran la decisión del CP, al declarar que sólo una reunión entre Leonel y Danilo podría resolver el conflicto, mientras se teme que se profundice la confrontación.

Indicadores de la crisis son la virtual desintegración de la comisión que encabezó Pared Pérez y que aunque el proyecto de convocatoria de la Asamblea Nacional para la reforma constitucional tiene 10 días en el Senado, y allí se anunció una “comisión especial” para estudiarlo. Luego se identificó a cinco de los nueve que la integrarán: Reinaldo Pared Pérez, Adriano Sánchez Roa, Félix Vásquez, Amable Aristy Castro y Julio César Valentín. También por denuncias de intentos de soborno llevadas hasta un tribunal y por el debate provocado por quienes advierten que la ley de convocatoria requiere dos tercios de los votos al considerarla orgánica, además de un referéndum aprobatorio.

Debieron ir al Comité Central. Dadas las dificultades por las que atraviesa el proyecto de reforma, hay quienes creen que los estrategas del reeleccionismo se precipitaron pretendiendo que bastaba la aprobación del CP, cuando era aconsejable buscar la ratificación del máximo órgano de dirección del partido, después de su Congreso, que es el Comité Central (CC), lo que la hubiese revestido de mayor legitimidad a la luz del estatuto del partido.

La razón para evadir el CC pudo haber sido que los danilistas no tienen allí la clara mayoría de 25 a 10 de que disponen en el CP. Estarían más o menos a la mitad, pero con el ilimitado poder presidencial les resultaba más fácil conquistar la diferencia en un organismo de 630 personas que entre 32 senadores y un centenar de diputados.

Melanio Pared, un dirigente fundador del PLD al margen de la confrontación, dijo el miércoles por Teleantillas que el CP “actuó con irresponsabilidad”, porque es un órgano ejecutivo del CC que es a quien corresponde una decisión de esa naturaleza. Calificó la resolución que dispone la reforma constitucional como “popularmente tentadora, políticamente conflictiva y legalmente tortuosa”. Estima que como los legisladores son parte del CC, hubiesen quedado obligados a acatar su decisión, sin poder alegar que no se les permitió opinar en una materia fundamental de su oficio.

Es cierto que tradicionalmente las decisiones del CP han sido acatadas por los legisladores, pero siempre se tomaban por consenso, por lo que nadie las podía cuestionar, y nunca para algo tan fundamental como reformar la Constitución.

La fórmula leonelista. Aunque reconocen que han perdido el apoyo de dos o tres de los 17 senadores que juraban lealtad al expresidente y de una decena de diputados, los leonelistas aseguran que aún mantienen la mitad de los legisladores del PLD, “y aún cuando nos conquisten algunos más”, serán suficientes para impedir la reforma constitucional. Pero se cree que el poder presidencial y los intereses personales y partidistas determinarían que Leonel se quede con muy pocos. Aún con todos tendrían que buscarse una veintena en la oposición para los dos tercios de la Asamblea Revisora.

El temor a la división pudiera forzar a los dos líderes peledeístas a un acuerdo para apoyar un tercero como candidato presidencial unificador, pero en la medida en que la oposición tiende a recomponerse con la emergencia de Luis Abinader, se preguntan quién pudiera encarnar el “ni tu ni yo”, dado que los demás precandidatos no pasan de un dígito en las encuestas, aunque se dice que más de uno estaría esperando ser el afortunado en ese tentativo escenario. Margarita Cedeño, tercera en las encuestas tendría un veto por esposa de Leonel, a la inversa Francisco Domínguez Brito, por el expediente contra Félix Bautista.

Los leonelistas barajan su “fórmula mágica”: no hacer quedar mal a Danilo, que aún no dice públicamente que quiere buscar la reelección, y aprobar la reforma constitucional, pero para que entre en vigor a partir del 2020; que con la alta popularidad con que Danilo terminaría, sea quien sea el que gane en el 2016, que no podrá reelegirse, tendría la seguridad de la siguiente candidatura del PLD y un casi seguro triunfo. Entonces, al entrar en vigencia el dos períodos y nunca más, podría aspirar a la reelección en el 2024.

Otra vez “la maldita reelección”. La reelección ha sido una constante desde la primera constitución dominicana en 1844 cuando Pedro Santana forzó a los constituyentes a abrirle un espacio para dos períodos y ha sido la causa principal de 38 reformas constitucionales. Por ella 7 presidentes han gobernado dos tercios de la historia republicana. Casi todos, incluyendo a los de mayor dominio, Trujillo y Balaguer, comenzaron abominando del continuismo para terminar aceptando “el clamor popular”

Parece que Danilo Medina no será una excepción. Circula en la internet el vídeo de la entrevista con el Grupo Corripio en la campaña del 2012, cuando enfatizó que gobernaría cuatro años y ni un día más y se explayó en argumentos sobre los inconvenientes de la reelección para la institucionalidad democrática, lo que repitió al comienzo de su gestión.

Hipólito Mejía estableció récord al jurar más de 20 veces que no aceptaría “la maldita reelección” siendo el único en la historia nacional que fracasó en lograrla en el primer y único intento y dividió su partido. Balaguer la perdió en el 1978, pero luego de tres períodos consecutivos. Ningún presidente que buscó la repostulación ha fracasado, pero ninguno la persiguió abiertamente sin tener el control absoluto de su propio partido. Con frecuencia ha separado al vicepresidente del presidente, como a Velásquez de Horacio y Lora de Balaguer, y podría ocurrir ahora con Cedeño de Danilo.

La reelección siempre ha condicionado la gestión gubernamental y el gasto público, y ha implicado corrupción y compra de conciencia, lo que ya se está denunciando ahora, lo cual podría implicar un costo económico e institucional para la sociedad dominicana, y también costo moral para la imagen y popularidad del presidente Medina, quien ya parece inclinado a lo que siempre se ha hecho en la historia dominicana.-

Alta temperatura en la lucha Danilo/Leonel por el PLD

Por Juan Bolívar Díaz
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Aunque el horno peledeísta tiende a calentarse con una soterrada lucha entre quienes promueven la reelección de Danilo Medina y los que auspician la candidatura de Leonel Fernández, un cierto “empate técnico” y el temor a romper el consenso grupal los conduce a un pacto de alternabilidad. Los danilistas confían en que el incremento del rechazo al retorno de Fernández al poder y su mejor correlación de fuerzas en el CP permitan abrir espacio a la reforma constitucional para viabilizar la reelección, con la desventaja de que Medina no se decide a una lucha frontal para detener la repostulación del expresidente.

En el amagar y no dar. La lucha por el liderazgo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la candidatura presidencial para el año próximo se incrementa soterradamente entre el presidente Danilo Medina y su antecesor Leonel Fernández, pero ambos parecen mantener una posición de amagar y no dar, conscientes de la importancia de la unidad para preservar el poder que han acumulado en las dos últimas décadas y especialmente en las últimas cinco elecciones con tres gobiernos consecutivos.

Aunque sectores de oposición esperan que la lucha entre los peledeístas se desmadre como ha ocurrido tradicionalmente en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), una de las prendas con que el profesor Juan Bosch adornó su último partido es un sentimiento grupal que le dificulta romper el consenso, y ese es uno de los legados al que no han renunciado pese al abandono de los principios fundamentales del boschismo.

Hay hostilidades entre danilistas y leonelistas, pero siguen cuidándose las formas y el presidente Medina sigue sin dar señales de que aspirará a una nueva postulación, consciente de las dificultades de reformar la constitución, lo que es imposible sin un acuerdo con Fernández, quien a su vez impulsa el lanzamiento oficial de su precandidatura, aunque hay quienes creen que esperaría una no objeción del mandatario.

En su último discurso, en un almuerzo con dirigentes peledeístas de la región sur, celebrado en Baní el 21 de diciembre pasado, Leonel proclamó que “el gran desafío del PLD es preservar la unidad para seguir obteniendo triunfos electorales”. Con los niveles de rechazo que le registran las encuestas para él sería un suicidio una ruptura con el poder que representa Medina y lo mismo para éste culminar su período de gobierno sin una fractura en el partido.

Ofensiva reeleccionista. Pero con o sin respaldo del presidente Medina, entre sus seguidores crece la expectativa de abrir campo a la reforma constitucional, convenciendo a la mayoría de los dirigentes peledeístas de los riesgos de perder el poder si desaprovechan los niveles de apoyo que sigue teniendo Danilo, con hasta 70 por ciento de la población favoreciendo su repostulación en las encuestas, para irse con una candidatura de Leonel, quien afronta un alto nivel de rechazo, también en las encuestas, aunque sigue siendo un fuerte contendiente.

Se dice que cada vez son más los dirigentes que se inclinan por el “camino seguro”, incluyendo una mayoría del CP que es donde tendría que decidirse si se auspicia una nueva reforma constitucional. De sus actuales 35 miembros, los danilistas contarían con el “voto duró de una veintena”, y en cambio los leonelistas no pasarían de la decena, mientras los demás oscilarían. “Pero todos quieren seguir en el poder”.

En este sector la estrategia busca ganar tiempo para ver si Danilo se decide, impulsado por el incremento de las “dificultades de Leonel”, incluyendo la posibilidad de que le caiga un rayo procedente del exterior, con otros escándalos internacionales como el de los aviones Tucanos destapado en septiembre por el periódico Wall Street Journal. Se cita una investigación sobre venta de tecnologías para el metro, investigaciones sobre tráfico de drogas, derivaciones del caso Quirino en manos de autoridades norteamericanas y suspensión de visas a allegados del expresidente. Esperan también mayores consecuencias de los pesados expedientes contra las “alcancías de Leonel”, Félix Bautista y Víctor Díaz Rúa, aún reconociendo que la agradecida Suprema Corte de Justicia dictará no ha lugar para procesamiento.

Los más decididos. Entre los más abiertos promotores de la repostulación figuran el director del Indotel, Gedeón Santos, quien ha formado equipo y oficina, y los miembros de la CP Felucho Jiménez y Ramón Ventura Camejo. Este ha pedido públicamente la convocatoria de ese organismo para que se discuta la reforma constitucional. También la han favorecido ministros como el Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; el de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, y el asesor presidencial, no peledeísta. Tony Isa Conde.

Se afirma que “la Otán”, como se denomina al grupo más tradicional del PLD, encabezado por Euclides Gutiérrez, Monchy Fadul y Francisco Javier, se inclinaría por Danilo, si éste da una señal. Se cuenta con que si se decide en el CP los legisladores tendrían que acatarlo, pero ahí comienzan los riesgos de fractura, porque Leonel cuenta con apoyo de la mitad de los senadores y de los diputados. Y leonelistas creen que, según el artículo 19 de sus estatutos, el CP es sólo el “órgano ejecutivo del Comité Central”, por lo que una decisión de esa naturaleza tendría que decidirse en el organismo superior.

Aún consiguiendo la unanimidad de votos de los peledeístas y sus aliados, habría que buscar unos 7 en los dos sectores en que se ha dividido el perredeísmo, lo que no parece imposible, por votación o ausentismo. En la elección del 2010 ellos acumularon 102 diputados, de los que han perdido a Minou Tavárez Mirabal y Guadalupe Valdez, y 31 senadores, por lo que ahora totalizan 131 votos, que suben a 141 si logran los diputados y el senador del Partido Reformista. La asamblea para una reforma constitucional la integran 190 diputados y 32 senadores, totalizando 222 votos. Dos terceras partes son 148, en el caso de que asistan todos.

Pacto de alternabilidad. Hay quienes creen que la vocación de poder del peledeísmo terminará imponiendo un pacto de alternabilidad entre Danilo y Leonel, partiendo de que ningún partido amenaza su predominio, como camino más seguro para mantener la unidad y para que el actual mandatario pueda concluir su período sin mayores confrontaciones internas y sin tener que apelar a modificar la Constitución que ellos mismos aprobaron en el 2010.

Se ve al presidente Medina empeñado en mantener su alta aprobación, con temor a los conflictos, pretendiendo ganar el partido con canastos de tres, sin arruga, y sin dar codazos bajo el aro para coger los rebotes y rematar. Por eso los leonelistas se plantean salir adelante oficializando la precandidatura de su líder, quien no es ningún improvisado y tiene la gratitud de gran proporción de su partido por el poder y la prosperidad acumulada.

Con Leonel Fernández proclamado precandidato y en campaña, las maniobras en su contra serán más difíciles y los temores a la división forzarían el pacto de alternabilidad, en el que Danilo recibiría una gran cuota de legisladores que le obligue a apoyar sin reservas la campaña del partido y le garantice la vuelta al poder en el 2020, por la popularidad en que terminaría. Desde luego, contando con la dispersión de la oposición y salvo errores u omisiones. Al fin de cuenta Fernández ha planteado que reinarán hasta el 2044.

La decisión de Leonel

Nadie duda que Leonel tiene una firme decisión de buscar la candidatura presidencial, aunque mantiene suficiente racionalidad para advertir sus dificultades. Pero él cuenta con que la oposición no amenaza al PLD para deshacer el argumento de que tienen que irse con Medina por ser el más seguro en la coyuntura. Le favorece la lucha interna que comienza en el nuevo Partido Revolucionario Moderno, entre Hipólito Mejía y Luis Abinader, por la candidatura presidencial. Plantean que ganaría Hipólito, al que ven como presa más fácil por sus presuntas debilidades y las capacidades de Fernández.

Los leonelistas no parecen resignados a dejarse vencer por los danilistas, razón por la cual adelantan gestiones y amarres, ayudados por la indecisión del mandatario y por la convicción general de no lanzarse contra alguien que puede volver a ser candidato presidencial y presidente de la nación. Esto incluye a peledeístas y sectores externos, aún de los que temen lo que significaría un Leonel reivindicado por los votos después del desastre fiscal en que dejó el país y los destapes de la gran corrupción y dispendio de su gobierno.

Expresión de que los leonelistas no están durmiendo podría ser la manipulación que hizo el presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, de las observaciones presidenciales al Código Penal, que modificó e hizo aprobar al vapor, enviándola directamente al Presidente, quien promulgó una ley cuya modificación no pasó por el Senado. Se consultó previamente al mandatario, pero fue una iniciativa que le impusieron en desconocimiento de sus planteamientos sobre el aborto terapéutico y por violación.

En círculos políticos se preguntaban esta semana si la inasistencia de la vicepresidenta Margarita Cedeño al acto protocolar de saludos de año nuevo, pretextando “compromisos familiares”, no sería un mensaje de su esposo Leonel Fernández, de que hay que tomarlos en cuenta para que no se ponga difícil la jugada.

 

Gallup-HOY: reina Danilo, PRD se hunde y surge PRM

Por Juan Bolívar Díaz
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Lo más relevante de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana es la alta aprobación, por encima del 80 por ciento, que mantiene el presidente Danilo Medina al comenzar la segunda mitad de su período gubernamental, lo que podría incentivar a sus partidarios que piden reforma constitucional para repostularlo.

Resalta también el hundimiento en las preferencias electorales del histórico Partido Revolucionario Dominicano (PRD) mientras su fracción constituida en Partido Revolucionario Moderno (PRM) emerge como segunda fuerza, dentro de la cual Luis Abinader se afianza como candidato presidencial preferido.

El reinado de Danilo. Iniciada la segunda mitad de su período gubernamental el presidente Danilo Medina mantenía su alta popularidad con dos tercios de la población a favor de modificar la Constitución de la República para que pueda optar por la reelección, lo que podría incentivar a quienes vienen promoviendo esa propuesta.

La encuesta Gallup-HOY publicada esta semana, cuyo trabajo de campo se realizó del 29 de agosto al 2 de septiembre, registra 91 por ciento a su favor en respuesta a una pregunta cerrada de aprobación o desaprobación, el 83 por ciento sobre su desempeño, y 81 por ciento cuando se preguntó si cumple sus promesas de gobierno. Esta encuesta se realizó antes del veto a la ley que convertía la loma Miranda en parque nacional, considerada su decisión más impopular. En la anterior encuesta, en mayo, su aprobación fue del 89 por ciento.

Otro registro a favor del presidente Medina es que obtendría tres cuartas partes de los votos en dos escenarios en que se enfrentara al expresidente Hipólito Mejía o al economista Luis Abinader por el nuevo PRM, y en ambos casos con el ingeniero Miguel Vargas Maldonado como candidato del PRD. Frente a Mejía y Vargas el 76 por ciento y ante Abinader y Vargas 73 por ciento.

Sin embargo, cuando se preguntó quién debe ser el candidato presidencial del PLD sólo el 48.5 por ciento de los encuestados respondió que Danilo Medina, y el 17 por ciento Fernández, con su esposa, la vicepresidenta Margarita Cedeño, en tercer lugar con 5 por ciento. Reinaldo Pared y Francisco Javier, creciendo, obtienen poco menos del 5 por ciento.

El problema para la repostulación de Medina radica en que luce casi imposible lograr las dos terceras partes de los votos de los integrantes del Congreso Nacional requeridos para modificar la prohibición constitucional.

Perspectivas de Leonel. Aunque registra una alta tasa de rechazo del 22 por ciento, y no ganaría en primera vuelta en los dos escenarios presentados a consideración de los electores, frente a Mejía y Vargas o Abinader y Vargas, al obtener 45 y 44 por ciento, el expresidente Leonel Fernández se mantiene como una fuerte opción electoral para su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de cara a los comicios del 2016.

De los potenciales candidatos sólo Mejía, con 37 por ciento, tiene una tasa de rechazo (que nunca votarían por el) superior al 22 por ciento que registran Fernández y Miguel Vargas. El primero no ha decidido lanzarse a buscar la candidatura presidencial del nuevo PRM, mientras el segundo viene presidiendo actos en diversas regiones del país donde se le proclama como opción presidencial del PLD que preside.

Pero las preferencias que registra Leonel, con el voto de oposición dividido y sin que haya aún fraguado el proyecto de “Convergencia por un Mejor País” que envolvería al PRM y varios partidos y grupos emergentes, lucen suficiente para que se mantenga en la carrera por el retorno al poder, y sin su favor es virtualmente imposible la reforma constitucional que abra espacio a la reelección de Medina.

Los registros de esta encuesta podrían inducir a mayores tensiones en el partido oficialista, si toma fuerza el no autorizado movimiento que busca abrir espacio a la repostulación del actual mandatario, estimulado por tasas de preferencias que de mantenerse garantizarían la victoria en primera vuelta.

PRM sustituye al PRD. La mayor novedad de esta encuesta Gallup-HOY es que el PRM, resultado de la reciente división del PRD, aparece como la segunda fuerza política, con sus potenciales candidatos presidenciales Luis Abinader e Hipólito Mejía casi triplicando las preferencias que registra Miguel Vargas, quien ahora aparece como único aspirante a la candidatura presidencial del viejo PRD, a cuya presidencia se mantiene aferrado. Las preferencias por el PRD cayeron en esta encuesta al 15 por ciento, el más bajo de su historia. Lo mismo se puede decir del Partido Reformista Social Cristiano que apenas registra 3 por ciento, mientras el PLD acumula 54 por ciento.

En cuatro hipotéticos escenarios Vargas sólo llegaría al 10 por ciento compitiendo contra Leonel y Abinader; baja al 9 contra Leonel e Hipólito; cae al 6 por ciento contra Danilo y Abinader, y al 5 por ciento contra Danilo e Hipólito.

Resalta que esta encuesta, la primera que mide preferencias tras la división formal del PRD con la constitución del PRM, registra un hundimiento de las preferencias por Vargas Maldonado, quien en las cuatro Gallup anteriores obtenía entre 20 y 21 por ciento del universo de los encuestados y entre el 9 y el 13 por ciento entre los que se definían como perredeístas, compitiendo con Mejía y Abinader.

Además de la división formal del más antiguo partido nacional, los resultados adversos para Vargas podrían estar influidos por la forma en que transcurrió la convención que el 20 de julio eligió dirigentes del PRD, con violencias e imposiciones mostradas por la mayoría de los medios de comunicación, especialmente la radio y televisión.

La fortaleza de Abinader. De una oposición ahora más fragmentada, el único de los precandidatos que mantiene un proceso de fortalecimiento es el economista y empresario Luis Abinader, quien lidera las preferencias para encabezar la boleta del nuevo PRM, muy por encima del expresidente Hipólito Mejía, quien no ha definido sus aspiraciones.

En la pregunta sobre quién debe ser el candidato presidencial del PRM el 36 por ciento señaló a Abinader y sólo el 13 por ciento a Mejía. En el escenario contra Danilo y Vargas, Abinader registra 14 por ciento de preferencias y se duplica al 28 contra Leonel y Vargas. En los mismos Mejía obtiene 11 y 24 por ciento.

Abinader se ve favorecido también por la baja tasa de rechazo que registra, al igual que el presidente Medina por debajo del 1 por ciento, un enorme contraste con el 37 por ciento que dice que nunca votaría por Hipólito Mejía.

La juventud y la novedad podrían estar favoreciendo a Luis Abinader, quien desde el año pasado viene fortaleciéndose como opción. En las cuatro últimas encuestas Gallup-HOY, como en otras investigaciones, ha liderado las preferencias como opción de la oposición política para los comicios del 2016. En el universo sus preferencias oscilaban entre 21 y 27 por ciento, y entre quienes se definían como perredeístas entre 36 por ciento en septiembre del 2013 y 44 por ciento en mayo pasado, cuando Mejía registró 32 y Vargas 13 por ciento.

Datos contradictorios
El análisis de los resultados de esta encuesta Gallup arroja elementos que cuestionan la alta aprobación que registra el presidente Medina: el caso del 62 por ciento que considera que la economía del país anda mal y sólo el 15 por ciento que está bien. El 56 por ciento dice que su economía personal está mal y sólo el 18 la aprecia bien. También resalta la baja aprobación de la gestión gubernamental en los tres asuntos que más preocupan a los encuestados: la delincuencia, costo de la vida y escasez de empleo.

La lucha contra la delincuencia y el control de la inflación solo tienen la aprobación del 30 por ciento y la creación de empleos 36 por ciento. El gobierno también se quema en mejora del transporte con 44 por ciento, en energía eléctrica, 40 por ciento, en lucha contra la corrupción, 32 por ciento, y contra tráfico y consumo de drogas 27 por ciento.
La mayor aprobación de la gestión de Danilo Medina sigue estando en el mejoramiento de la educación pública, donde alcanza el 89 por ciento, en medidas a favor de la mujer, 65 por ciento, de la juventud 56 por ciento, y en obras públicas con 62 por ciento.

Diversos analistas coinciden en que aparte de la imagen personal de Medina y sus logros en educación, atención a los pequeños productores y aciertos como la modificación del contrato sobre la mina de oro de Cotuí, contribuyen a su alta aprobación tres factores: el contraste con su antecesor Leonel Fernández, la ausencia de un partido de oposición que le haga contrapeso y genere ilusión de cambio, y cierta dosis de resignación ante el desguañangue del partidismo.

 

Desconcierto institucional origina incertidumbres

Por Juan Bolívar Díaz
11_05_2014 HOY_DOMINGO_110514_ El País13 A

La denuncia de la Procuradora Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso de que supra poderes judiciales buscan evitar a todo costo investigaciones de querellas por corrupción ha elevado al máximo nivel las incertidumbres originadas en desconciertos gubernamentales e intentos de  contrarreformas jurídicas.

Las acciones parecen superar la voluntad del presidente Danilo Medina con un partido que antes de la mitad del período gubernamental parece más empeñado en la sucesión del 2016 que en apuntalar la actual gestión, sin una oposición en capacidad de actuar como ente de moderación y contrapeso.

Un verdadero escándalo

La difusión por todos los medios de comunicación de una grabación auditiva de la confrontación de la fiscal Reynoso a una jueza a la que había recusado y se negaba a abandonar el conocimiento de la solicitud del exministro Víctor Díaz Rúa de que se rechace la investigación de acusaciones de corrupción, se constituyó en un grave escándalo con cuestionamientos sobre el rumbo de la seguridad jurídica en el país.

Aunque algunos voceros pretenden presentarla como una “pelea de mujeres”, lo que la principal funcionaria del ministerio público en la capital dijo reviste la mayor gravedad, comenzando por la revelación de que un personaje influyente se presentó a su despacho advirtiéndole que si no archivaba la petición de investigación sería destituida. Tras retirase de una audiencia el viernes 2 de mayo, expresó que en el ejercicio del cargo “he soportado presiones, amenazas, pero lo que no haré es prestarme para un circo donde sabemos que la decisión está tomada”.

Es que la licenciada Reynoso se dijo avergonzada de ser parte de un sistema corrompido, quejándose de que hace meses había aportado pruebas contra la jueza Margarita Cristo y que, en vez de investigarla, le encargaron conocer el recurso del exministro de Obras Públicas y secretario de finanzas del partido de gobierno. Agregó tener “absoluto conocimiento de que usted fue expresamente asignada para este proceso para garantizar una parcialidad absoluta frente al solicitante Víctor Díaz Rua”.

Yeni Berenice Reynoso

Todavía más: la fiscal dijo a la jueza que sabe quién es su apoyo y defensor, que “formaba parte del Ministerio Público”. Se cree que aludía al exprocurador general Radhamés Jiménez, quien también  podría haber sido la persona que le amenazó con la destitución. Encabezó el año pasado la defensa del expresidentes Leonel Fernández y su Fundación Global y logró que la fiscal rechazara la petición de investigación sobre sus fondos formulada por el doctor Guillermo Moreno.

Los hombres de Leonel

Para nadie es secreto que Díaz Rúa, y Félix Bautista son de los más cercanos “hombres de Leonel”, que en sus últimos dos períodos de gobierno manejaron cientos de miles de millones de pesos desde el Ministerio de Obras Públicas y la oficina Supervisora de Obras del Estado. A ambos se les señala como multimillonarios y se les vincula a innumerables obras sobrevaluadas y a contratos sin concurso público. Son de los seguidores del expresidente que trabajan “con todos los Powers” por su retorno al poder en el 2016.

Bautista ya fue procesado por sobrevaluación de una carretera en el primer gobierno de Fernández, por lo que estuvo preso y luego absorbido por la justicia. Por obra de la Suprema Corte escapó a un proceso por el legendario contrato que puso en manos de la empresa Sun Land 130 millones de dólares en pagarés avalados por el Estado, lo que se constituyó en un enorme escándalo. Apenas en febrero pasado la Suprema Corte volvió a beneficiarlo ratificando una decisión de primera instancia que dispuso el archivo definitivo de otra investigación sobre actos de corrupción incoada por entidades sociales.

Díaz Rúa está bajo investigación de la fiscalía luego de las querellas de dos entidades sociales que lo responsabilizan de contratos irregulares  para la importación de asfalto por sumas que podrían alcanzar cientos de millones de dólares. Para cortar de raíz las querellas, el ingeniero ha recurrido ante el Tribunal Constitucional para que declare inconstitucional el artículo del Código Procesal Penal que autoriza a cualquier ciudadano a querellarse por corrupción contra los funcionarios Públicos.

En el ínterin, la Cámara de Diputados quiso resolver el problema el mes pasado aprobando una modificación del Código Procesal Penal que, entre otros retrocesos, eliminaba la facultad de la ciudadanía a querellarse por corrupción, y lo hizo con irregularidades procedimentales que fueron denunciadas por la diputada peledeísta Minou Tavarez Mirabal. El presidente Medina acogió el clamor nacional y observó esa  y otras de las modificaciones, dejando diferencias con los legisladores oficialistas.

Cuentas del desconcierto

Presidente Danilo Medina

El desconcierto institucional, que para algunos es un concierto, pasa por una serie de recientes acontecimientos que cuestionen al estado de derecho y revelan indeficiencia, complicidad o la prevalencia del fraccionamiento del Estado en parcelas asignadas a dirigentes del partido de gobierno y aliados, que hasta ahora ha sido respetado por el presidente Medina, aunque él y sus principales funcionarios han buscado distancia.

La pasada semana la Policía mató a una docena de presuntos delincuentes, incluyendo a cuatro que aún sin haberlos identificado, señaló como sicarios. Aunque dijo que varias patrullas los interceptaron al tener informes de que iban a matar narcotraficantes, no pudieron capturar a uno solo. Dicen los vecinos que los ejecutaron, pero más allá de esa barbarie, eliminaban posibles fuentes de información para establecer quiénes son los intermediarios y las empresas que intervienen en la contratación de sicarios, que no podrían ofertarse directamente.

El mes pasado la Dirección de Contrataciones Públicas dio plazo a la Junta Central Electoral para que justificara el contrato para la emisión de la nueva cédula, denunciado por graves irregularidades, y el titular del organismo alegó autonomía, aunque las leyes de Contrataciones y de la Función Pública la incluyen con su nombre específico. Todo queda en familia.

Reiteradas denuncias sobre el manejo turbio del dinero del presupuesto nacional, 18 millones de pesos mensuales, asignado al Partido Revolucionario Dominicano son ignoradas absolutamente.

En marzo sólo duró una semana en el Congreso un proyecto de Código de Familia elaborado por la vicepresidenta Margarita Cedeño, introducido aparentemente sin ninguna revisión de la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo, que fue descuartizado por la opinión pública por contradecir numerosos preceptos constitucionales y legales.

Lucha por la sucesión

Licelott Marte presidenta de la Cámara de Cuentas

Con el presidente y el secretario general del partido y dos ministros y otro dirigente en campaña electoral, faltando aún tres meses para que el gobierno de Medina llegue a la mitad de su período, pareciera que hay más interés en la sucesión que en apuntalar la actual gestión heredera de un enorme y sistemático déficit fiscal y un endeudamiento que el año pasado creció en 27.8 por ciento según reciente informe de la Cámara de Cuentas.

A intereses en campaña se atribuye que el gobierno no haya podido concretizar un anunciado proyecto de ley que restituiría la nacionalidad a los decenas de miles de descendientes de inmigrantes irregulares nacidos en el país en ocho décadas. Los dirigentes del partido de gobierno siguen apareciendo más próximos a los criterios excluyentes que al sentimiento humanitario reiterado por el presidente Medina, sometido a presiones nacionales y universales que día a día reclaman límites a esa violación masiva de derechos humanos. El gobierno sigue perdiendo el tiempo y el país en progresivo deterioro de su imagen en el mundo.

Leonel Fernández,  presidente del partido oficial, ha reconocido pública y privadamente que la desnacionalización masiva es insostenible y hasta ha avalado un proyecto de ley esbozado por el gobierno, lo que se creía suficiente para resolver el conflicto, pero aparentemente hay fuerzas ocultas que lo obstruyen, sin que el mandatario se decida a seguir adelante y más bien hay quienes sostienen que volvería al plan original de ofrecerles la naturalización que corresponde a extranjeros.

La falta de un partido de oposición en capacidad de equilibrar y moderar el juego político, estaría determinando el desparpajo entre los peledeístas aspirantes a suceder a Medina que se sienten seguros en el poder y apuestan a cual pueda ser más conservador como forma de competir con las posiciones que para Leonel Fernández han significado el éxito político.

Es que la campaña por la sucesión ha arreciado demasiado temprano distrayendo las energías que todo el partido debería invertir en concertar para garantizar el mayor éxito en la actual gestión gubernamental, progresivamente condicionada por los intereses partidarios.

El cuadro descrito genera incertidumbres en sectores económicos y sociales, preocupados por  la seguridad jurídica, por los déficits fiscales y el endeudamiento que siembren preocupación por la sostenibilidad macroeconómica en víspera de nuevos retos derivados del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica y de la competitividad internacional.-

Avanza Abinader y se hunde Leonel

Por Juan Bolívar Díaz
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En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) estaría emergiendo un nuevo liderazgo encarnado en el economista y empresario Luis Abinader, que se coloca por encima de Hipólito Mejía y de Miguel Vargas Maldonado, de acuerdo a los resultados de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana.

También resultó relevante el fortalecimiento del liderazgo del presidente Danilo Medina, quien mantiene muy alta aprobación mientras continúa en declive el del expresidente Leonel Fernández, cuyas preferencias electorales de cara al 2016 han caído al 11 por ciento.

Alta valoración de Danilo.  Aunque declinó en relación a enero, la valoración del presidente Danilo Medina en la última encuesta Gallup-HOY sigue siendo muy elevada, generando un 71 por ciento de satisfacción con sólo 15 por ciento de insatisfechos. En la de enero la aprobación de la gestión del mandatario alcanzó  el 81 por ciento con 16 por ciento de desaprobación. Con tan alta deuda social acumulada y 8 años seguidos de dominio de su partido, más el grave déficit fiscal heredado, es difícil que el presidente pueda mantener tan altas tasas de aprobación.

Cuando se preguntó sobre el desempeño presidencial de Medina en relación a la expectativa que se tenía, el 70 por ciento dijo que se maneja mejor de lo esperado, casi 10 puntos más que el 60.5 por ciento registrado en enero. La valoración de la gestión en educación se eleva hasta el 82 por ciento, atribuible al acatamiento del clamor nacional por el cumplimiento de la ley que dispone el 4 por ciento del producto bruto para la educación preuniversitaria.

La gestión en el apoyo a la agropecuaria alcanza aprobación del 75 por ciento, 74 en la economía y el 70 por ciento en salud. Se quema en inseguridad ciudadana, combate al narcotráfico, la corrupción y el costo de la vida, con puntuación descendente entre 54 y 46 por ciento.

Los ingredientes de la personalidad del presidente Medina resaltan en su valoración, muy superior al 55 por ciento que se manifiesta satisfecho con su gobierno en general y con el 27 por ciento que expresó insatisfacción. En la opinión pública se sigue apreciando el sello de modestia, austeridad, humildad y cercanía con la gente en el desempeño público del mandatario, sobre todo en contraste con el boato, la majestad y el triunfalismo que rodeaba a su antecesor.

Margarita sigue en alta. Resalta también la alta proporción de simpatía que sigue registrando la doctora Margarita Cedeño de Fernández, colocada en el segundo lugar de preferencias para la próxima candidatura presidencial del partido morado, entre todos los encuestados, con 23.5 por ciento, y liderando entre  los confesos peledeístas con 31 por ciento. Le siguen Jaime David Fernández con 4 por ciento en los dos niveles y José Tomás Pérez con 4 y 2 por ciento respectivamente.

La abogada comenzó su acumulación popular cuando, como primera dama, manejó personalmente un presupuesto anual que alcanzó hasta 800 millones de pesos, superior a los de los ministerios de la Mujer, la Juventud y Deportes juntos, y con contribuciones de otros organismos estatales que le permitieron realizar una intensa labor de asistencialismo social, socorriendo personalmente a grupos y personas necesitadas o en condiciones de precariedad. Ahora como vicepresidenta tiene a su cargo el gabinete que maneja los subsidios sociales del gobierno.

Desde luego que la doctora Cedeño ha puesto un gran empeño y su simpatía personal para emerger como figura presidenciable por encima de la caída en que se encuentra la popularidad de su esposo. Ya en la anterior Gallup-HOY registraba una alta tasa de opinión favorable, 75 por ciento, y desfavorable de apenas 17 por ciento, sólo superada por el presidente Medina. Sin embargo, a la pregunta sobre los políticos más admirados en la encuesta de abril, sólo fue señalada por el 0.5 por ciento, lo que pudiera ser un indicador de que se le aprecia más como asistencialista que como política. Pero eso no la descalificaría como potencial candidata presidencial.

Relevante para el PRD

La emergencia de Luis Abinader como nuevo líderperredeísta, situándose con mayores simpatías que el expresidente Hipólito Mejía y el presidente titular de su partido, Miguel Vargas Maldonado, puede ser el hallazgo más relevante de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana.

Abinader obtuvo el mayor porcentaje para candidato presidencial de todos los partidos de cara a las aún distantes elecciones del 2016, y para la candidatura del PRD supera a Mejía y Vargas en las preferencias del electorado en general y de los que se dicen miembros o simpatizantes del partido blanco.

Entre todos los encuestados el economista obtiene 26 por ciento de las preferencias, mientras Vargas registraba el 20 y Mejía el 18 por ciento. Entre quienes se confesaron perredeístas, Abinader consiguió la opinión favorable del 41 por ciento, en tanto que Hipólito se mantuvo bien situado con el 35 por ciento, mientras Vargas Maldonado apenas conseguía el 9 por ciento.

El resultado es concordante con un sentimiento que se expresa cada vez más abiertamente entre dirigentes del PRD de que sería necesaria la emergencia de un líder y un candidato alternativo para superar la crisis del principal partido de oposición, de la que se responsabiliza en mayor medida a Vargas Maldonado, y en segundo lugar a Mejía.

Ya en la anterior encuesta, (18-21 de enero pasado) Abinader encabezaba a los perredeístas en opiniones favorables, con 37 por ciento, y una tasa de rechazo de 29 por ciento. Mejía y Vargas registraban opiniones favorables del 28 y 20 por ciento, respectivamente, con elevadas tasas de rechazo del 63 y 65 por ciento.

Tremenda caída de Leonel

En medio de acusaciones e intentos de ser procesado por el enorme déficit fiscal de unos 200 mil millones de pesos del año pasado y por presunto tráfico de influencia en beneficio de su Fundación Global, la popularidad del expresidente Leonel Fernández se hunde progresivamente y no solo en el universo de los encuestados, sino incluso entre quienes se manifiestan miembros o simpatizantes de su partido.

A la pregunta de quién debería ostentar la candidatura presidencial del PLD para la elección del 2016, apenas el 11 por ciento del total señaló a Fernández, proporción que apenas subía al 16 por ciento entre sus propios partidarios.

Aunque no se incluía el nombre de Danilo Medina en las opciones, por estar prohíbida la reelección consecutiva, el 25 por ciento de los encuestados y el 28 por ciento de los que se consideran peledeístas, lo señalaron en el renglón “o tros”, lo que sugiere un desplazamiento hacia él, por lo menos coyuntural, en el liderazgo popular del PLD.

El indicador más fuerte de la caída de la popularidad de Leonel en esta Gallup-HOY se registró cuando se preguntó por los políticos más admirados y sólo el 3.2 por ciento lo señalaron, muy lejos del 30 por ciento marcado por Joaquín Balaguer, el 18.4 de Francisco Peña Gómez y el 18 por ciento de Juan Bosch. También lo superaron Antonio Guzmán y Danilo Medina, con 6 y 3.5 por ciento, respectivamente.

Caída asombrosa tras 8 años consecutivos de gobierno y 12 de los últimos 16. A pesar de una activa red de más de 2 mil “Comunicadores con Leonel”, beneficiados en las nóminas y con la publicidad del Estado, en los medios se percibe un progresivo declive de la popularidad del ex mandatario. Ya en la Gallup de enero registró opinión desfavorable del 52.3 por ciento y favorable de sólo 37.5 por ciento.

Sigue el rechazo a Miguel

Luis Abinader, quien tuvo un buen desempeño como candidato vicepresidencial perredeísta el año pasado, se estaría beneficiando del cansancio general, y en especial de sus compañeros de partido, con la crisis que mantiene al PRD al borde de la división, percibida por muchos como una irremediable confrontación entre Vargas y Mejía, que se inició en marzo del 2011 cuando el presidente del partido perdió la candidatura presidencial para el 2012 a manos del expresidente.

Desde entonces Mejía ha estado abierto a varios intentos de mediación mientras Vargas los ha evadido.

Ahora, del 11 al 15 de abril en curso, cuando se preguntó a los encuestados que se consideraron perredeístas quién es responsable de la crisis del PRD, el 40 por ciento dijo que tanto Miguel comoHipólito, el 50 por ciento individualizó a Vargas y sólo el 6 por ciento a Mejía.

En enero las respuestas a la misma pregunta habían arrojado un resultado parecido, 34 por ciento a ambos, y 54 y 9 por ciento respectivamente. En el universo de los encuestados a Miguel le va menos mal. La mitad cree que ambos son por igual responsables, un 23 por ciento lo culpa a él y 16 por ciento a Hipólito.

En enero la diferencia de culpabilidad era de cuatro puntos, 20 a 16 por ciento del universo. Como consecuencia de su crisis, que lo incapacita para asumir un sólido rol de oposición política, el PRD se mantiene en una de sus más bajas tasas de preferencia en su historial de 74 años, de 22.4 por ciento que registró en enero cayó ahora a 21.7, mientras el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ascendió del 51.7 al 53.2 por ciento de las preferencias.

A la pregunta de cuál sería la vía para superar la crisis, el 57 por ciento dijo que una convención nacional, en enero fue el 64 por ciento.

 

El Estado irrumpió y volvió a imponerse

Por Juan Bolívar Díaz
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El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) logró imponerse en las elecciones presidenciales constituyendo una maquinaria que aplastó todo lo que encontró en su camino, gracias al voto de 13 aliados sostenidos por diversos organismos estatales y al abuso de todo género de recursos públicos.

El resultado electoral muestra una sociedad profundamente escindida en tres partes casi similares, con el partido que más votos recibió en la oposición, lo que debería obligar a una concertación político-social para garantizar la gobernabilidad y la estabilidad social y económica.

El PLD logró imponerse.  El conteo de los votos no dejó dudas la noche del 20 de mayo. El PLD y sus 13 aliados llevaron a Danilo Medina y Margarita Cedeño de Fernández a la presidencia y vicepresidencia de la República con el 51.21 por ciento del sufragio, superando por cuatro puntos a la alianza de 6 que encabezó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la cual registró el 46.95 por ciento. La diferencia fue de 193 mil 153 votos.

Las encuestas a salida de las urnas fracasaron, incluso la que auspició el Consejo Nacional de la Empresa Privada que según se confió favoreció a Hipólito Mejía 49 a 48 por ciento con segunda vuelta, pero el conteo rápido de Participación Ciudadana, ya a las 9 de la noche, marcaba un resultado casi igual al que al día siguiente sería oficial, 50.95 a 46.94 por ciento, lo que volvió a ratificar la importancia del trabajo de los observadores nacionales.

En el centro de cómputos del PRD nunca se registró diferencia significativa, lo que no justificó que Hipólito Mejía tardara 50 horas para admitir la realidad, aunque explicable por los niveles de inequidad y hasta iniquidad que habían caracterizado la enconada lucha electoral, incluyendo la jornada misma de votación, caracterizada por una masiva compra de cédulas y votos, persecución de dirigentes políticos y ex militares que apoyaban al perredeísta, así como por una prepotente actuación que selló un arbitraje que no logró disimular su parcialidad.

Lo arrojado por las urnas fue coherente con lo que adelantaban las encuestas más acreditadas del mercado y con la descomunal ofensiva final del peledeísmo que casi monopolizó los medios de comunicación, acorraló disidentes e impuso una percepción de invencible, y por un desempeño racional y eficaz de su candidato presidencial, Danilo Medina, cuya capacidad propositiva superó desde el principio a la de su contrincante. Mientras Hipólito Mejía quedaba a la defensiva, sin realizar un rebase final que le permitiera recuperar los tres puntos que lo separaban de la meta, de la cual se había alejado por desaciertos expositivos.

Una división tripartita.  El resultado electoral arrojó una división tripartita de la ciudadanía en capacidad de decidir en proporciones casi similares. De los 6 millones 502 mil 968 electores, el 30.24 por ciento no hizo valer su voto, el 35.72 por ciento lo otorgó a la coalición victoriosa y el 34.03 por ciento a la oposición, con el 32.75 concentrado en el PRD y sus cinco aliados.

El territorio quedó escindido en dos, con la coalición oficialista ganando en 16 provincias y el Distrito Nacional, y la opositora en 15. Pero por partidos el PRD superó al PLD en 28 de las 31 provincias y en la totalidad de los votantes por 200 mil votos con puntuación de 42.13 a 37.73 por ciento. Sin aliados, el PLD sólo lidera en el Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo, San Juan (la del candidato) y La Romana

Aunque la eficiente maquinaria peledeísta resultó más imponente que nunca, el balance de las urnas indicó la decadencia o el desgaste del partido. Le convendría considerar qué cantidad de sus votos aportó el vigoroso sector externo que se orquestó en torno a Medina, cuyos dirigentes antes de las elecciones  llegaron a cuantificarla sobre el millón, aunque esta cifra parece exagerada.

El Partido Reformista Social Cristiano sorprendió al obtener el 5.87 por ciento de los votos, 1 por ciento más que en el 2008 cuando postuló a Amable Aristy Castro, aunque ésta vez no presentó candidatura propia, y pese a que el patriarca higüeyano apoyó a Hipólito Mejía. Por ahí se hacen cálculos sobre cuántos de los seguidores de este pudieron ser “incentivados” a abandonarlo.

También ha llamado la atención la baja votación obtenida por las candidaturas alternativas de Guillermo Moreno, Eduardo Estrella, Julián Serulle y Max Puig que, víctimas de la bipolarización y la inequidad, sólo totalizaron el 1.83 por ciento de los votos. Entre ellos sobresalió el primero con el 1.37 por ciento, mientras los otros tres quedaban en 0.21, 0.14 y 0.21, muy por debajo de “partidos siglas” que ni siquiera hicieron propaganda, y por ahí también se tejen especulaciones sobre el clientelismo estatal, el poder económico y la compra de votos en pequeñas comunidades.

Concierto para reformas.  Lacerante para los sectores que han luchado por adelantar el país, la institucionalidad y la más elemental equidad democrática quedaron heridas en el proceso, con claros indicadores de que el usufructo de los recursos estatales, la acumulación impúdica y el clientelismo han creado un sistema partidista y electoral profundamente viciado, que impide la emergencia de alternativas.

Numerosos analistas políticos, instituciones como Participación Ciudadana,  y dirigentes como el vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia Servio Tulio Castaños, están advirtiendo los peligrosos niveles que está alcanzando el deterioro institucional y reclamando un nuevo concierto para reformas políticas y sociales y el  respeto de la ley y los preceptos constitucionales. El columnista Homero Figueroa lo diagnosticó así en Diario Libre  del viernes: El esqueleto moral de la Nación está partido por todas partes. Los límites que impone la decencia se sobrepasaron. El todo vale se impuso. La peor de nuestras dolencias es la compra de conciencias. La utilización, hasta el agotamiento de los recursos públicos en supuestas acciones sociales, es el colmo de la irresponsabilidad. El país necesita un yeso moral para saldar esas fracturas”.

Con un insostenible déficit fiscal y sin poder reproducir el endeudamiento de los últimos años, el gobierno de Danilo Medina afrontará una difícil situación, con un partido en progresivo debilitamiento de legitimidad popular y una gran oposición al frente. Tiene enormes desafíos que no podrá solventar exitosamente sin un amplio concierto político para reformas económico-sociales y fiscales que garanticen la gobernabilidad.

Una reforma política profunda, que rectifique el deterioro de la institucionalidad democrática, incluyendo poner fin a arbitrajes electorales parcializados, será imprescindible para alcanzar un nivel de armonía nacional que supere los peligros de la división tripartita. Sin que el sistema político se auto imponga algunos límites será un riesgo grave pretender imponer mayores cargas tributarias a una sociedad harta del clientelismo de la corrupción y de la malversación

De nuevo venció el Estado

Sería mezquino ignorar el excelente desempeño que logró Medina en la campaña, imponiendo su discurso hasta por encima de la ceguera de propios compañeros de partido, neutralizando el fardo del desgaste y el desacierto gubernamental, y proyectándose como rectificador. Desde la ardua lucha para obtener la candidatura de su partido logró constituir un cualificado “sector externo” que lo ayudó de forma significativa a proyectar su promesa de renovación.

Sin embargo, en la memoria colectiva resonó la expresión con que Medina reaccionó cuando el proyecto reeleccionista de Leonel Fernández le impidió alcanzar la candidatura del PLD para el 2008: “me venció el Estado”. La irrupción del poder del Estado a lo largo de la campaña electoral constituyó una ventaja incuantificable pero obviamente apabullante, documentada por los medios de comunicación que lograron escapar al control gubernamental así como por los informes de observación electoral del movimiento Participación Ciudadana”.

El nivel de interferencia en la campaña del Presidente de la República, criticado por los observadores de la OEA y hasta en los ámbitos diplomáticos, superó los límites de lo aceptable en cualquier democracia siquiera de mediana intensidad. Fernández superó su promesa de septiembre de invertir 40 mil millones de pesos para garantizar la victoria de su partido. El morado que tiñó el suroeste y casi toda la franja fronteriza concentradora de la pobreza nacional podría ser un indicador de los efectos de los repartos de alimentos y electrodomésticos financiados con los fondos públicos.

Por otro lado es imposible medir los efectos del minucioso seguimiento que la maquinaria peledeísta dio a los beneficiarios de los programas sociales, identificados y visitados para intimidarlos. Tampoco escapa al análisis el hecho de que fueron decisivos  los 611 mil votos (13.4 por ciento) que aportaron los aliados del PLD, partidos que se han nutrido de los cargos, empleos y recursos de los organismos estatales que les entregaron, en pago a su lealtad política, para utilizarlos a su conveniencia.

 

Avance de Danilo y fortaleza de Hipólito

Por Juan Bolívar Díaz
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Más esperada que nunca, la encuesta de Gallup para HOY ratificó el bipartidismo y mostró un repunte extraordinario y la potencialidad de la candidatura presidencial de Danilo Medina, ya con el pleno apoyo de su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y del Gobierno del presidente Leonel Fernández.

Pero al mismo tiempo quedó ratificada la fortaleza de la candidatura de Hipólito Mejía y del Partido Revolucionario Dominicano  (PRD), que mantuvo su mismo porcentaje aun con una significativa ventaja de cinco puntos y a solo dos de la mayoría absoluta necesaria para alcanzar la presidencia de la República.

El ganador fue Danilo. Así como Hipólito Mejía resultó el gran ganador de la anterior Gallup-HOY publicada en agosto, en la de noviembre lo ha sido Danilo Medina al haber logrado un repunte que cierra la brecha en la prematura lucha por la presidencia de la República a seis meses de las elecciones del 20 de mayo.

En agosto Mejía creció seis por ciento en las preferencias electorales, para quedar con un registro de 47.9 a 33.4%, que representaba una cómoda ventaja de 14.5 sobre el candidato oficialista. Pero ahora Medina marcó un extraordinario avance de 9.2  mientras el puntero mantenía su mismo porcentaje para cerrar la competencia en 47.9 a 42.6 por ciento, para cerrar la diferencia a 5.3 por ciento.

Llamó la atención de los observadores las agresivas descalificaciones de  la encuesta por parte de dirigentes peledeístas, que casi convertían en derrota lo que para los analistas más independientes representaba un gran avance. El despliegue de cinco encuestas propias en el último mes, una de las cuales –la de la firma ASISA- le otorgó una asombrosa ventaja de 16 puntos con Margarita Cedeño de candidata vicepresidencial, pareció convencer a dirigentes del PLD que ya estaban cómodamente situados. Una de Hamilton Campaigns del 17 de noviembre arrojó ventaja de 46 a 45 al candidato peledeísta. Pero el 8 de noviembre la también norteamericana Zogby Analytics otorgó 56 a 40 a favor del perredeísta.

Tampoco los perredeístas han parecido conformes con los resultados de la  encuesta más acreditada del mercado electoral dominicano, pues según sus propias investigaciones mantienen entre 10 y 12 puntos de ventaja, también reducida en relación a los 16 y 18 puntos que se atribuían en los meses anteriores.

La Gallup-HOY de esta semana ratifica la bipolarización, ya que los candidatos de los dos partidos mayoritarios acaparan el 90.5 por ciento de las preferencias. La ausencia de definición en el Partido Reformista Social Cristiano contribuye a la misma. Su último candidato presidencial Amable Aristy Castro recibe 2.2 por ciento, empatado con el ascendente Guillermo Moreno. En tanto su presidente, Carlos Morales Troncoso, queda en fracción de un punto junto a sus compatriotas Ito Bisonó y Ricardo Espaillat.

Habrá dura competencia. La generalidad de las interpretaciones concluyen en que esta encuesta apunta a una dura competencia para los comicios de mayo entre las dos principales fuerzas políticas. Medidas las simpatías por partido, el resultado no dista del de las candidaturas presidenciales: 44.8 a 40.2 con diferencia de 4.6 en favor del PRD. La percepción de ganador sigue beneficiando a Hipólito, ya que el 50.8 por ciento cree que ganará en primera vuelta, mientras el 45.9 por ciento estima que lo logrará Danilo.

A diferencia de la Gallup-HOY de agosto, ahora los entrevistados que dijeron simpatizar por el PRSC se inclinan más a votar por Medina que por Mejía, en proporción de 21.7 a 8.3. En la anterior, favorecían al perredeísta con proporción de 24.7 a 17.8, lo que restablece el beneficio para el PLD de repetir la alianza que hizo en el 2010 con el reformismo, aunque el 70 por ciento de los reformistas favorece que lleven su propia candidatura. El candidato morado saca ventaja en la tasa de rechazo, pues registra sólo 28.8 por ciento en tanto el del partido blanco está en 36.5 por ciento.

Ha llamado la atención que la candidatura de Mejía-Abinader se mantuviera sin mínima variación de preferencias en relación a la Gallup de agosto, lo que permite interpretaciones contradictorias: para unos es indicativo que alcanzó su techo y se congeló, pero para otros muestra su gran fortaleza, sobre todo por la escasa propaganda que ha desarrollado. Estimaciones empíricas indican que la propaganda del peledeísta es más de 20 a 1 en las vías públicas de todo el país, y sobre 10 a 1 en prensa, radio y televisión.

Asesores de Mejía sostienen que éste se lleva de sus propias encuestas, que le dan amplia ventaja, por lo que se está reservando recursos para multiplicar su propaganda en la recta final, “consciente de que nunca podrá estar ni cerca de la inversión del partido de Gobierno en la campaña”.

Se unifican los partidos. La percepción pública es de que la elección de la primera dama Margarita Cedeño para completar la candidatura del PLD marca una tendencia a la plena unificación más acentuadamente que en el PRD. Sin embargo, la Gallup-HOY indica que Mejía supera a Medina en la preferencia de sus propios partidarios: el 97.2 de los perredeístas y el 94.4 de los peledeístas dicen que votarán por sus propios candidatos.

Sin embargo, el estrechamiento de la competencia que indica esta encuesta podría alentar  el papel de Caballo de Troya que aún se atribuye al presidente del PRD Miguel Vargas Maldonado y a alguno de sus fieles, que llegan al extremo de plantear una modificación de la candidatura vicepresidencial, lo que carece de precedente y sería un desastre mercadológico y político.

La persistencia del “fenómeno Vargas Maldonado” ratifica la percepción del PRD  como un partido ingobernable, que debe ser el único en el mundo cuyo presidente no apoya al candidato presidencial luego de ocho meses de electo, pero se aferra al cargo, en su caso peor por haber modificado los estatutos partidarios bajo el predicamento de que el candidato debe también presidir el partido para evitar precisamente el absurdo que él está protagonizando.

En el ascenso de Danilo Medina habría influido la selección de Margarita Cedeño, tal como se esperaba en lo inmediato, por sus  propios méritos y porque mete en la campaña a los más beneficiarios del Gobierno de Leonel Fernández, con enorme potencial económico y de uso de los recursos del Estado. Ya las movilizaciones del PLD incluyen varios helicópteros y un gran despliegue de recursos, incluyendo los repartos del Plan de Asistencia Social de la Presidencia que preceden las giras proselitistas.

Pero nadie puede ignorar los propios méritos de Danilo, que desde su elección como candidato en junio no se ha dado tregua en una agotadora labor regional y provincial y con sus presentaciones ante las organizaciones sociales, donde ha sido portador de un discurso propio, aunque ahora con menos énfasis en la diferenciación del gobierno de su partido.

El peso de las insatisfacciones. El carisma de Hipólito parece seguir jugando en su favor, con un discurso que interpreta y se apropia de las grandes insatisfacciones de la sociedad. Una serie de spots televisivos del PLD que enfatizan sus desaciertos de gobierno miles de veces repetidos no le han quitado un solo voto, según el resultado de esta encuesta, lo que podría deberse al axioma de que el último golpe es el que más duele.

La Gallup-HOY sigue mostrando unos porcentajes muy elevados de insatisfacciones con la marcha de la economía, con un 75 por ciento que la considera negativa, aunque 9 puntos menos que en agosto. El 57 por ciento cree que su situación económica personal es negativa, con un 68 por ciento que cree que las cosas en el país van por mal camino y 59 por ciento advierte que al final del Gobierno será peor, contra sólo un 31 por ciento con expectativas de que mejorará.

A la pregunta sobre los principales problemas nacionales, las respuestas se van casi todas a los que son de difícil amortiguación en los 6 meses que distan para las elecciones: alto costo de la vida, delincuencia e inseguridad, desempleo, apagones, pobre inversión en educación, narcotráfico y corrupción.

El peso de las insatisfacciones se verifica en todos los estratos sociales, como quedó patente en la reciente convención del Consejo Nacional de la Empresa Privada, cuyas conclusiones fue una larga y terrible factura con cargo al Gobierno. Las denuncias de corrupción, incluidas algunas tan dramáticas como la formulada esta semana por el embajador de Gran Bretaña o la de la auditoría al Instituto Agrario Dominicano, sigue a la orden de cada semana, mientras crecen las protestas y demandas sociales.

El congelamiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no mejora las perspectivas de ingresos para los próximos meses, en un escenario internacional cada vez más complicado y con el petróleo sobre 95 dólares el barril. Aunque el economista y analista político Bernardo Vega cree que facilitará otro “desguañangue” de la economía similar a los de los comicios del 2008 y 2010 en beneficio de la candidatura oficialista. Eso, por un lado podría dar votos por el reparto y los parches de emergencia, pero también acentuar el rechazo en las clases medias y altas, cuya capacidad de influir en la opinión pública es significativa.

 

Margarita: ¿un tónico de efectos secundarios?

Por Juan Bolívar Díaz

Una serie de acontecimientos fueron dejando al licenciado Danilo Medina sin más opción que la primera dama, doña Margarita Cedeño de Fernández, para completar la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) si quería asegurar la unidad partidaria y el pleno apoyo del presidente Fernández y su Gobierno.

Las encuestas y la percepción general concluyen en que la doctora Cedeño es como un tónico que en lo inmediato dará aliento a la candidatura de Medina, pero hay quienes temen que a mediano plazo pudiera tener efectos secundarios al pegarle el sello definitivo de la continuidad de un Gobierno en progresivo declive.

Presiones ineludibles.  El Danilo Medina que logró imponerse como candidato presidencial venciendo la ofensiva y resistencia de la maquinaria gubernamental leonelista ha quedado subordinado a la misma al verse obligado a proclamar a la primera dama como su candidata vicepresidencial.

La tropa mayor del Presidente, la misma que intentó imponerle al país una repostulación del mandatario cuando acababan de proclamar una Constitución que lo prohíbe, que fracasó con una precandidatura presidencial de doña Margarita Cedeño, la impuso ahora como compañera de boleta de Medina, reduciendo su independencia frente al líder del partido.

Sin contrincante visible, promovida abiertamente en vallas y afiches, por radio, prensa y televisión, la doctora Cedeño recibió el impulso del líder cuando en septiembre éste dijo en Nueva York que ella tenía los méritos y las condiciones suficientes para ser vicepresidenta. Luego ella misma se autoproclamó en un acto público cuando repitió la consigna de que “con Danilo y con Mamá esa pela va”. Y el desbordamiento fue definitivo cuando una semana atrás el senador Félix Bautista, secretario de organización del PLD y principal brazo político del mandatario, dijo en una formal rueda de prensa que ella sería la candidata vicepresidencial.

Para entonces algunos de los estrategas y colaboradores de Medina que buscaban una alternativa capitularon convencidos de que tenían que pagar el precio de sellar la unidad partidaria y obtener el pleno respaldo del presidente Fernández y sus cuadros, que incluyen a los más poderosos funcionarios y asociados del Gobierno. Y hasta las encuestas de la oposición la señalaban como la mejor opción. No había modo de ignorarla sin que se interpretara como un desplante al líder. Se le proclamó de repente, con el menor protocolo, como quien apura un medicamento amargo.

Lo bueno de la inversión.  Ella es como un tónico de triple acción, porque integra a una primera dama que ha manejado miles de millones de pesos del presupuesto en labores asistencialistas, reconoce al Presidente que el candidato desafió y llena de entusiasmo a una pléyade de inversionistas que necesitaban un acierto luego de varios tropezones y a una dirigencia y militancia partidista que precisa un aliento de continuidad en el poder.

Margarita Cedeño es por sí misma una buena inversión, independientemente de  su condición de primera dama de un Gobierno de ocho años consecutivos y doce de los últimos dieciséis. Ella ha logrado cierta popularidad con un trabajo asistencialista y político sistemático, con dedicación de tiempo completo, y pone una nota femenina y de simpatía personal a una candidatura adusta y de limitado carisma.

Podría ser pura casualidad, pero el tónico Margarita llegó al día siguiente del cara a cara protagonizado por Medina con su principal contrincante Hipólito Mejía ante la Asociación de Industrias, donde el perredeísta pareció salir ganancioso a juicio de observadores y en sondeos realizados entre los empresarios presentes. Aunque el discurso del peledeísta fue más minucioso y bien estructurado, hubo apreciación de que “no conectó con la audiencia por su limitado carisma”. Para otros, Mejía sacó ventaja porque formuló un programa económico basado en un mayor protagonismo del empresariado y la inversión privada con un Estado facilitador y no competidor.

La precipitada proclama de Margarita de Fernández (se había dicho que la selección sería a principios del próximo año) puede también ser parte de una estrategia que busca por lo menos una notable mejoría en los resultados de próximas encuestas independientes como la Gallup-HOY que se espera este noviembre. La anterior de agosto registró una ventaja al candidato del PRD de 14.5 por ciento en el universo de los electores y de 20 por ciento en los que dijeron que estaban bien seguros de que votarán en mayo próximo. Pero en las dos últimas semanas de octubre se publicaron cuatro encuestas auspiciadas por el sector oficialista en dos de las cuales Danilo Medina aparece en ventaja y en las otras dos en “empate técnico”.  En ese período, dos encuestas por encargo del opositor mantienen amplia ventaja a Hipólito Mejía.

Un Gobierno en declive.  El sello de la continuidad puede resultar costoso con un Gobierno en pleno declive, según indican las encuestas, y en un escenario económico cada vez más complicado al punto de que ahora mismo tiene en suspenso el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), del que depende el presupuesto de este año  y unas reservas de divisas que en el 2011 se han reducido en más de 700 millones de dólares.

El Latinobarómetro publicado hace una semana deja muy mal parada la gestión  de Leonel Fernández, con aprobación de 36 por ciento, la penúltima de América Latina,  9 puntos menos que en  2010 y 26 menos que en 2005, cuando le otorgaba 62 por ciento. Esa aprobación es 2 puntos menos que el 38 por ciento registrado por la evaluadora mexicana Mitofsky al principio de octubre pasado, y uno menos que la Gallup-HOY de agosto.

En confianza en el Gobierno, el dominicano queda en penúltimo lugar con índice de 25 en un promedio latinoamericano de 40. En eficiencia del Estado y en situación económica personal el país ocupa el último lugar en el acreditado Latinobarómetro, donde queda patente el descrédito alcanzado por el Gobierno del PLD.

La evaluadora internacional Eurasia Group acaba de advertir un panorama adverso: “La baja popularidad de Fernández, la perspectiva de una desaceleración de la economía de Estados Unidos y el cansancio de los votantes después de 8 años de Gobierno del PLD significa que el expresidente Hipólito Mejía está en mucho mejor posición para tomar la Presidencia que el candidato del PLD, Danilo Medina”.

Para más complicaciones el FMI está condicionando la reanudación del acuerdo llamado a facilitar aún más de 500 millones de dólares este año a importantes ajustes macroeconómicos, con elevación de la tarifa eléctrica, reducción del gasto y reajuste hacia abajo del presupuesto de 2012, ya aprobado, y elaboración y aprobación de leyes para adoptar una tarifa técnica en el sector eléctrico y de un mecanismo de flexibilización de la tarifa eléctrica. Eso si quieren que el directorio del FMI apruebe en diciembre la reanudación del acuerdo, según comunicación del 19 de octubre dirigida a los funcionarios económicos del Gobierno nacional, que trascendió esta semana.

Todo eso aunque el presidente Fernández dijo el 6 de septiembre, al inaugurar un seminario sobre cambios globales y política exterior dominicana, que el FMI le había autorizado a gastar más en lo que restaba del año. El panorama, con tendencia a complicarse, es desolador para el país y desde luego para las perspectivas electorales del partido de Gobierno.

Posible efecto secundario

El principal efecto secundario del tónico Margarita es que pega el sello de la continuidad a un candidato que había hecho esfuerzo y ganado espacio presentándose con diferenciación del régimen decadente, especialmente desde que Medina se separó del Gobierno para perseguir la candidatura presidencial de su partido en las elecciones del 2004, lo que terminó en una agria confrontación que distanció a los dos líderes del PLD y sus respectivos equipos.

Además de que los mismos peledeístas han presentado a Margarita y el aliento de Leonel como el salvavidas de un “minusválido político”, mientras la campaña del PRD se fundamenta en rechazar a ”Leonilo” como expresión de “más de lo mismo”. Con la esposa y todos los hombres del Presidente al lado el discurso de Danilo se reducirá en los aspectos de “corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo”, predominando lo de “continuar lo que está bien”. Tras ser proclamada ella dijo que “trabajaremos juntos en continuar este camino de progreso, de modernidad y de institucionalidad que hemos estado transitando bajo el Gobierno de alguien que ustedes saben que adoro: el presidente Leonel Fernández”.

Pero una mirada más profunda podría descubrir que la fórmula Margarita es una “jugada capicúa” que invierte al fortalecimiento del liderazgo de su esposo. Si ganan la elección reclamarán  el mérito y sobrevivirá el nuevo mesianismo nacional con todo el carril para volver a la presidencia en el 2016, y si pierden lo atribuirán a “la debilidad del candidato” sepultándolo para que Leonel reine por siempre.

 Hasta entre los estrategas y los equipos de Danilo había una corriente que consideraba fundamental para el triunfo electoral que el candidato mantuviera la  diferenciación que le permitió montar un entramado de grupos de apoyo extra partido, creando la ilusión de renovación, pero el leonelismo es muy fuerte y el PLD no estaba en capacidad de asimilar esa estrategia, lo que remite la campaña a un debate entre continuidad y cambio, con la agravante de que detrás de la refrescante figura de doña Margarita se cuelan los más objetados del peledeísmo gobernante.

El gran dilema de Danilo Medina

Por Juan Bolívar Díaz

La persistencia y la paciencia han dado frutos abundantes a Danilo Medina, quien marcha ya sin obstáculos hacia la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tras la declinación de la actitud de “neutralidad” en que se habían declarado los principales seguidores del presidente Leonel Fernández.

Ahora el gran dilema del ingeniero químico y economista sanjuanero consiste en afianzar la unidad partidaria pero sin dejarse arropar de los funcionarios más cuestionados y mantener un apreciable margen de diferenciación de la actual gestión gubernamental como forma de reciclaje político.

Oposición desinflada.  Aun cuando varios de los precandidatos presidenciales peledeístas tienen méritos   para optar por la candidatura presidencial de su partido, lo que está ocurriendo es una avalancha de respaldo a Danilo Medina, precipitada por los resultados de las dos encuestas de más credibilidad en el país, publicados en las dos semanas precedentes.

Con la declinatoria del vicepresidente Rafael Alburquerque a su precandidatura y el abandono de la posición de “neutralidad”  en que se habían declarado los frustrados promotores de la reelección presidencial, terminaron por disiparse las turbulencias que por momentos sacudían la estabilidad del proyecto presidencial de Medina, quien marcha ahora sin obstáculo hacia la meta del 26 de junio.

Tal como algunos habían advertido, los seguidores del presidente Fernández han quedado sin más recurso que alinearse en torno a Medina, después de haber consumido casi un año acariciando un sueño continuista imposible por el valladar constitucional.

También perdieron el tiempo aspirantes como José Tomás Pérez, Francisco Domínguez Brito, Franklin Almeyda y Radhamés Segura, cuando condicionaban sus precandidaturas a la decisión del líder del PLD, mientras Danilo corría solitario y firme, con la ventaja adicional de haber sido el segundo hombre del PLD y de sus dos  primeros períodos gubernamentales, cuando fue una especie de primer ministro o “armador del juego” de Fernández, posición que aprovechó para sembrar.

La oposición a las aspiraciones de Medina comenzó a desinflarse con la declinatoria del mandatario a ser candidato presidencial anunciada el 8 de abril. Le siguió la de la primera dama el 25 del mismo mes. Margarita Cedeño fue la mayor oposición que tuvo Medina, habiéndolo superado en preferencias en algunas encuestas. Tuvo la promoción de “los hombres del presidente”, que por momentos jugaron la carta del vicepresidente Alburquerque quien habría de declinar el 20 de mayo en curso.

Se acabó la neutralidad. Tres días después que el vicepresidente abandonara la carrera, el lunes  23, se formalizó la declinatoria de los neutrales, cuando 14 senadores y 41 diputados se declararon formalmente como la “Fuerza Leonelista con Danilo”, con tanto entusiasmo que algunos voceros coincidieron con Alburquerque en pedir a los demás aspirantes que sigan la cadena de declinatorias para hacer innecesaria la  votación del 26 de junio y  proclamar desde ya a Medina como candidato presidencial del PLD.

La avalancha comenzó en realidad el 11 de mayo cuando Medina presidió un acto en el que muchos de los más notables dirigentes del Comité Político y el Comité Central del partido morado le ofrecieron su apoyo.

Todo parece haberse precipitado tras una reunión de dos horas de Medina con el presidente Fernández, en la que se habría producido un entendimiento entre ambos, lo que permitió al primero declarar que  no tiene dudas que ganará la candidatura y de que contará con el respaldo del líder peledeísta.

Fue importante también un encuentro de Medina con Félix Bautista, el “ingeniero constitucionalista”, senador por San Juan y brazo político del mandatario, quien de inmediato movilizó a los legisladores y funcionarios que  lo acompañaron en la promoción de la continuidad de Fernández y en la oposición a Danilo.

El alcalde capitalino Roberto Salcedo  primero, y el jueves 73 de los 77 alcaldes peledeístas, 27 directores municipales y 94 regidores se arrimaron también al carro triunfal de Medina.

El abandono de la neutralidad fue con tanto entusiasmo que los “leonelistas con Danilo” se sumaron a la petición del vicepresidente Alburquerque de que renuncien todos los aspirantes para proclamar de inmediato a Medina como candidato. En un comunicado adujeron que “la inteligencia política aconseja una proclamación plebiscitaria por anticipado que cree una dinámica interna que motorice todas las acciones a favor de su candidatura presidencial”.

La euforia de los leonelistas provocó el enojo del precandidato Franklin Almeyda quien reaccionó acusando a Bautista de faltar a la ética política al convertirse en activista de Medina siendo miembro de la comisión organizadora de la convención.

Las dos encuestas.  Lo que disparó la alarma entre los leonelistas fueron los resultados de la encuesta Gallup-HOY publicados en la segunda semana de mayo, ratificados y ampliados por los de la Penn, Schoen y Berland, dados a conocer en la semana siguiente. En los primeros el Partido Revolucionario Dominicano recuperó la primacía en las preferencias electorales que había perdido a manos del PLD en el 2002. Y su candidato presidencial Hipólito Mejía apareció con el 48.7 por ciento de las preferencias frente al 40.4 por ciento de Medina.

La encuesta de Penn, auspiciada por los servicios informativos del Canal 7, resultó más preocupante para los peledeístas, pues reveló que de ser ahora los comicios Mejía ganaría en primera vuelta con 51 por ciento frente a 39 por ciento de Medina. Peor cuando se preguntó quién considera que ganará las próximas elecciones, pues ahí el resultado fue 58 a 32 por ciento a favor del perredeísta.

Ambas encuestas parecen haber roto la creencia de que Mejía era un candidato fácilmente vulnerable y los peledeístas empezaron a reaccionar, con el sentimiento de  cuerpo que tienen. Tanto el discurso declinatorio de Alburquerque como los pronunciamientos posteriores de apoyo a Medina han puesto énfasis en señalar el peligro de que el PRD vuelva al poder, porque a su juicio representaría el retroceso, el  caos y  la desestabilización económica.

No faltan quienes agregan como elemento detonante del abandono de la neutralidad de los leonelistas la declaración del candidato presidencial perredeísta en la última semana de abril proclamando su voluntad de perseguir la corrupción que se atribuye a las actuales autoridades, llegando a identificar al ingeniero Bautista.

El dilema de Danilo.  El gran dilema de Danilo Medina consiste ahora en si se deja arropar por los funcionarios gubernamentales más cuestionados de su partido o si logra mantener cierta diferenciación, como ha sido su discurso de los últimos cuatro años, desde que fuera “vencido por el Estado” cuando enfrentó el continuismo de los leonelistas.

Es obvio que para Medina la prioridad número uno es sellar la unidad del partido en torno a su virtual candidatura, por lo que no puede prescindir de ningún sector y menos del que encabeza el Presidente de la nación y de su partido, y el influyente Bautista es, además de senador, secretario nacional de organización del PLD.

Pero al mismo tiempo, Medina y los dirigentes de su partido deberían ponderar que las dos encuestas citadas revelan una fuerte desaprobación de la actual gestión gubernamental, lo que al estilo del PRI mexicano obligaría a un discurso de campaña diferenciado, como el que ha fortalecido las posibilidades del virtual  candidato, quien ha insistido en que “continuará lo que está bien hecho, corregirá lo que está mal y hará lo que nunca se hizo”.

Las perspectivas de Medina podrían complicarse si en aras de la unidad se deja imponer una figura que resalte la continuidad del gobierno, pues podría heredar el peso muerto del mismo. La encuesta Penn ratificó también los niveles de insatisfacción con el Gobierno que había registrado la Gallup-HOY (resaltados el 15 de mayo en esta misma página), elevándolo de 59 a 61 por ciento. La convicción de que ahora la corrupción es peor se eleva del 63 al 64 por ciento.

En la encuesta Penn, Schoen, Berland se investiga la satisfacción con los gobiernos de Fernández en comparación con el de Mejía y el resultado es que el perredeísta recibe 51 por ciento y el peledeísta sólo 41 por ciento. Cuando se preguntó si las cosas van mejor o peor ahora que cuando gobernaba Hipólito, éste volvió a recibir mayor aprobación con 56 a 42 por ciento.-

El camino no será fácil para Danilo evitar que lo identifiquen con lo peor del actual régimen. Pero por de pronto no ha caído en el gancho de secundar la petición de que lo proclamen sin votación. Muestra astucia al preferir que le cuenten los votos, que al paso que va pueden ser suficientes para que pueda mantener la independencia que lo ha impulsado.-

 

Pasan las turbulencias para el PLD y Danilo

Por Juan Bolívar Díaz
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El retiro de la candidatura presidencial de la primera dama, doctora Margarita Cedeño de Fernández, despeja el panorama para una competencia democrática de la que muy probablemente saldrá el licenciado Danilo Medina como candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Con el presidente Leonel Fernández comprometido a guardar neutralidad en la contienda y después de un doble tropiezo político es muy difícil que pueda endosarle su caudal de votos a alguno de los precandidatos, lo que beneficia al segundo líder peledeísta que ha trabajado denodadamente por la candidatura.

Margarita marchitada

La declinatoria de Margarita Cedeño a la precandidatura presidencial se esperaba desde el mismo domingo 10 de abril en que fue propuesta en la reunión del Comité Central del PLD. Cuando se aprobó que la añadieran a la lista de los seis aspirantes declarados, ya se había regado como pólvora el compromiso del presidente Fernández de persuadirla a “no correr”.

 La candidatura de la doctora Cedeño quedó marchitada en la  víspera, como consecuencia de la saturación de incertidumbres que había generado el prolongado y atropellante proyecto continuista que el presidente Fernández había liquidado apenas el día antes, lo que ya era reclamado con sordina por muchos de los dirigentes originales del partido morado.

Cuando en su reunión del sábado 9 el Comité Político acordó presentar al Comité Central las precandidaturas de los seis peledeístas que habían expresado sus aspiraciones, ahí debió quedar todo, lo que habría dificultado que al día siguiente agregaran a la primera dama y tal vez hasta que la aprobaran. Pero fue el propio presidente Fernández quien advirtió que no podrían impedir la presentación de otras candidaturas.

En esa circunstancia es que Felucho Jiménez plantea que eso sólo podría ocurrir con “tu mujer Leonel”, advirtiéndole que “si pierde será una derrota para ti y si gana,  una victoria pírrica porque se vería como una imposición del poder”. Y fue entonces que el líder peledeísta prometió que aunque la aprobaran, él se encargaría de que no corriera. Eso se regó como pólvora en la reunión del Comité Central al día siguiente, de donde casi todos salieron esperando que la dama rechazara de inmediato la nominación. La sorpresa fue que la dilatara dos semanas.

Víctima del estrés

 De no haberse prolongado por más de 9 meses el intento continuista a contrapelo de la propia Constitución, la doctora Cedeño hubiese tenido posibilidades de correr como precandidata. Lo que le cerró el paso fue el estrés a que fue sometido el PLD por lo que se veía como una desbordada ambición continuista con ribetes de caudillismo que ponía en tensión a toda la sociedad y exponía el partido hasta a la división.

Vencido el intento reeleccionista, hubo respiro hasta en los más altos niveles dirigenciales del PLD, donde se rechazaba lo de que “con ella seguimos con él” y no se concebía el inicio de un ruido que mantuviera las incertidumbres. Felucho Jiménez, dijo un dirigente peledeísta, fue un portavoz del “estrés generalizado”, y el presidente Fernández lo interpretó correctamente. Es posible que todavía estuviera ensayando otra jugada, al menos para negociar, lo que explica que en vez de cerrar con los seis precandidatos, él mismo abriera la brecha para que la inscribieran, cuando era más fácil disuadirla antes y economizarse el nuevo tropiezo.

La obligada declinación de su esposa, poco después de la de él mismo, ha dejado a Fernández en mayor debilidad para intentar inclinar la balanza a favor de un candidato alternativo a Danilo Medina, como todavía esperan quienes le atribuyen una aversión  total a las aspiraciones de su brazo derecho en sus dos primeros períodos de gobierno.

De por medio está también la promesa que formuló el primer mandatario en el discurso del viernes 8, cuando declinó su repostulación. En esa ocasión dijo que jugaría un papel neutral en la elección primaria de su partido, sin inclinar la balanza a favor de nadie y que respaldaría al que resulte electo candidato presidencial.

Por más animadversión que tenga a Medina, las perspectivas no auspician que el doctor Fernández pueda ya cerrarle el paso, sin exponer su liderazgo a sufrir nuevos tropiezos que pudieran serle costosos.

El mismo escenario del 2000

La elección de Danilo Medina como candidato presidencial del PLD, habida cuenta de que ya Hipólito Mejía fue escogido por el Partido Revolucionario Dominicano, remitiría al mismo escenario del 2000, cuando tras el primer gobierno del doctor Fernández y su partido, el perredeísta fue electo presidente con el 49.85 por ciento de los votos en la primera vuelta.

Pero yerran tanto los peledeístas como los perredeístas que pretenden extrapolar las situaciones, pues hay diferencias fundamentales. Hace 11 años había tripartidismo y el tercer candidato fue nada menos que el  caudillo reformista Joaquín Balaguer, quien obtuvo casi la misma votación que  Medina, cada uno con más del 24 por ciento. En la última elección presidencial, del 2008, el reformismo no llegó al 5 por ciento.

El Partido Revolucionario Dominicano de ahora no es el del 2000, cuando  despertaba más ilusiones de alternativa y venía de dos elecciones en que había aparecido como víctima. La del l994 por el fraude de Balaguer y la del 96 por la alianza PLD-PRSC para cerrarle el paso al doctor Francisco Peña Gómez, quien en la primera vuelta obtuvo 46 por ciento y en la segunda 48 por ciento. Peña moriría en 1998 dejando su partido en la cúspide de la popularidad por lo que barrió en los comicios congresuales y municipales de ese año.

 Es obvio que el PLD de ahora tampoco es el mismo del 2000 y ha perdido buena proporción de su crédito, pero también ha aprendido las “malas artes” del poder y las utiliza con ventajismo en los comicios. Creer que Leonel Fernández preferiría la derrota de Danilo puede ser otro error, porque nada le garantiza que a él y los suyos queden  mejor saliendo del poder. Sus riesgos serían mayores con otro partido en el gobierno.

Medina no tiene el carisma de Mejía, pero en los últimos años es un político más depurado y ha cultivado una amplia red de apoyo externo a su partido, con un discurso propositivo como casi ningún otro político dominicano. Aunque desde luego, cargaría el peso muerto del desgaste del PLD gobernante. Más aún si en aras de buscar el apoyo de Leonel postula a Margarita Cedeño  para la vicepresidencia, lo que le restaría posibilidades de diferenciarse como nueva opción.

Adiós a las turbulencias

Para analistas y observadores las perspectivas dan la razón a Danilo Medina que aún cuando el proyecto continuista tomaba fuerzas sostenía que se trataba de turbulencias destinadas a disiparse y que cuando pasaran la nave peledeísta se estabilizaría y él sería el candidato presidencial.

No faltaron advertencias de que el casi imposible proyecto continuista beneficiaba a Medina, por cuanto él corría casi solo mientras sus competidores esperaban la definición del presidente Fernández. En un escenario sin el mandatario las encuestas de los últimos meses han otorgado a Medina más del 50 por ciento de las preferencias para la candidatura presidencial en el 2012. Sólo Margarita Cedeño le hizo sombras y en algún momento le superó.

Y no es que entre los otros cinco competidores falten quienes le pudieran disputar la nominación a Medina. Ahí está el vicepresidente Alburquerque, que a fin de diciembre fue lanzado bajo la consigna de que “desde que el mundo es mundo, después del primero va el segundo”, pero luego aparentemente abandonado a su suerte cuando tomó impulso el proyecto de la primera dama.

José Tomás Pérez es de los que ha hecho mayor trabajo en las bases peledeístas y mantiene buena imagen. Francisco Domínguez Brito es una opción novedosa y refrescante, y quedan todavía Franklin Almeyda y Radhamés Segura, dos militantes de méritos partidarios.

Sin embargo, la convicción general es que ya resultará difícil que alguno de ellos pueda alcanzar a Medina en menos de dos meses que restan de la precampaña. Hasta entre seguidores del presidente Fernández cunde el sentimiento de que será muy difícil cerrarle el paso al economista e ingeniero químico sanjuanero. No se descarta una avalancha detrás del favorito, por ese sentimiento de cuerpo que tienen los peledeístas, que los hace renuentes a romper el consenso grupal, y por el deseo de alejar conflictos que pudieran poner en peligro su disfrute del poder.