El PRSC necesita candidato propio

Por Juan Bolívar Díaz

El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) está urgido de superar su crisis interna y hallar consenso en torno a un candidato presidencial propio en   los próximos comicios, para no terminar de devaluarse en el mercado electoral, incluyendo el riesgo de una virtual disolución.

Los dirigentes reformistas que presionan por la elección del candidato propio  concuerdan con las encuestas en que, una alianza con el partido oficial desde la primera vuelta, reducirá drásticamente su  caudal, ya que la mayoría de sus miembros y simpatizantes votaría por el perredeísta Hipólito Mejía.

Resolución desesperada.  Convencidos de que, cada semana que pase será más incierta la suerte del partido colorado, fue que una parte de sus dirigentes convocó la reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional el pasado sábado 17, la que fijó para el 16 de octubre la elección de su candidato presidencial, al margen del presidente del partido, quien ha dilatado esa decisión en lo que se interpreta como pérdida de tiempo para no dejar otra opción que la repetición de la alianza con el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Entre muchos reformistas cunde el pánico al ver pasar el tiempo sin que se cumpla la tercera resolución del Congreso Joaquín Balaguer, celebrado entre noviembre y marzo pasados, según la cual el PRSC llevaría candidato propio a la elección presidencial de 2012. Tal resolución fue refrendada en marzo por una reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional y luego por la Comisión Política y el Consejo Presidencial. En principio se fijó la elección del candidato para el 1 de julio, pero no pudieron ponerse de acuerdo en el método a implementar, pues unos abogaban por votación universal y  otros porque fuera a través de una asamblea de delegados. A principio de agosto un pleno nacional de dirigentes resolvió que la elección sería en septiembre, lo que no ha sido acatado por la presidencia del partido.

La reunión del sábado fue tajante en que hay que cumplir los mandatos de los organismos de dirección y apeló a los estatutos para expulsar del partido al dirigente  Humberto  Salazar, quien ha sido abanderado público de quienes por lo  bajo propugnan por extender la alianza con el PLD que pactaron para los comicios legislativos y municipales del año pasado, gracias a la cual no solo obtuvieron una importante cuota de legisladores y dirigentes municipales, sino que garantizaron cargos para cientos de dirigentes políticos, familiares y relacionados. Ocho de los trece miembros del Consejo Presidencial son altos funcionarios del Gobierno.

El silencio de Morales.  En el 2009 se produjo un consenso para escoger al ingeniero Carlos Morales Troncoso como presidente del PRSC, y muchos creyeron que éste reivindicaría los sueños de rescatar el poder electoral que tuvo la organización hasta la muerte de su caudillo Joaquín Balaguer en el 2002. Habiendo sido vicepresidente de la República bajo la presidencia de Balaguer entre el 1986 y el 1990, y dada su carrera como ejecutivo empresarial, Morales parecía cualificado para encabezar el resurgimiento.

La generalidad de los analistas ha planteado que para sacar al partido colorado del papel de comodín de los dos partidos mayoritarios Morales tenía que alejarse del Gobierno y encarnar un papel de oposición, pero él se ha mantenido en el cargo de ministro de Relaciones Exteriores que ocupa desde el 2004. Sus viajes por el mundo con el presidente Leonel Fernández, a ritmo de uno por mes, lo acercaron al mandatario y le impiden aparecer como alternativa.

Hasta principios de año se creía que Morales Troncoso no quería exponerse a divisiones internas o a ser derrotado en una elección, ya que la generalidad de las encuestas daban como preferido al cacique higüeyano Amable Aristy Castro, quien encarnó la candidatura presidencial en el 2008 y no alcanzó el 5 por ciento de los votos.

Pero hace par de meses que Aristy declinó buscar la candidatura y expresó su disposición a apoyar al presidente del partido. Pese a esto, Morales ha seguido evadiendo convocar la elección del candidato.

A favor de la elección está el hecho de que la mayoría de los que han expresado su interés en buscar la candidatura están respaldando la convocatoria para el 16 de octubre, lo que incluye a Ito Bisonó, Oscar Santiago Batista, Osiris de León, Héctor Rodríguez Pimentel, Ricardo Espaillat, María Rosa Belliard, y acaba de lanzarse el ingeniero Guillermo Caram, uno de los más acreditados dirigentes del partido, convencido de que puede ser un factor de unidad.

Cosa de vida o muerte.  La generalidad de los que aspiran a la candidatura presidencial del PRSC está consciente de que no es una tarea fácil ni un camino alfombrado de flores, y es posible que algunos la busquen para negociar en una tentativa segunda vuelta. Pero creen que es cuestión de vida o muerte para su partido.  Al menos Ito Bisonó, Guillermo Caram y Héctor Rodríguez Pimentel se muestran convencidos de que una alianza en primera vuelta, sea con el PLD o con el PRD, divide el partido. A Rodríguez Pimentel y otros se les ubica buscando valla en el entorno de la candidatura de Hipólito Mejía, en cuyo Gobierno (2000-04) participaron, pero él lo niega rotundamente y dice que para la primera vuelta están obligados a llevar candidato propio, y por lo menos esperar al límite para el registro de alianzas electorales, 75 días antes de los comicios, por lo que el año próximo sería el 5 de febrero.

Estos tres precandidatos están convencidos de que si se impone la tendencia de alianza con el PLD para la primera vuelta, la mayoría de los militantes del partido votarán por Hipólito Mejía, lo que devaluará el poder de comodín que se atribuye al partido colorado. Se fundamentan en el resultado de las encuestas, las publicadas y las que auspician los partidos para trazar estrategias, las que muestran una clara tendencia de los reformistas al voto de rechazo al partido de Gobierno.

“Es que más allá de los dirigentes y los cuadros medios que se benefician de la alianza con el Gobierno del PLD, las bases reformistas son parte de esa mayoría de la población que muestra profunda insatisfacción con la gestión peledeísta, sostuvo otro dirigente reformista. Caram cree que por reacción adversa los reformistas se irían hacia el voto por el PRD en caso de que los colorados no lleven candidato propio.

Feo en la foto de las encuestas

Las encuestas siguen mostrando un Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) en declive, del 24.5 por ciento que obtuvo en las elecciones presidenciales del 2000, al 9 por ciento en el 2004 y al 4.5 por ciento en las últimas del 2008. La última Gasllup-HOY publicada en agosto otorga al partido colorado el 6 por ciento de las simpatías. Por posibles candidatos el que más intención de votos registró fue Aristy Castro, con 3.5 por ciento del universo, seguido de Carlos Morales Troncoso con un 2 por ciento, y del diputado  Ito Bisonó con un 1.7 por ciento.

 La encuesta CID Gallup y la del Centro Económico del Cibao de este septiembre apenas otorgan al PRSC el 3 y el 2.6 por ciento de las preferencias electorales, en medio del desconcierto que afecta a ese partido, lo que podría explicar el poco interés de Morales y de Aristy Castro en asumir la candidatura presidencial.

 El problema se torna más complejo cuando se pregunta sobre las posibilidades de alianza del Partido Reformista Social Cristiano, porque entonces queda evidente que esa agrupación se ha devaluado en el mercado electoral hasta perder la capacidad para inclinar la balanza.

La última encuesta Gallup-HOY indicó que contrario a la tendencia predominante en la alta dirección del partido, de alianza con el PLD, entre los encuestados que se confesaron simpatizantes reformistas el 24.7 por ciento dijo que en tal caso votarían por Hipólito Mejía y sólo el 17.8 lo haría por Danilo Medina.

Una encuesta que se asume patrocinada por Ito Bisonó indica que el 45.8 por ciento cree que el PRSC debe llevar su propio candidato, y el 47.8 que debe aliarse a otro. Cuando preguntaron a los confesos reformistas cómo votarían en caso de una alianza con el PLD, también se dividían, 44.8 la apoyaría y 46.9 dijo que votaría por otro. Al especificar partidos el PLD salió ganando con 56 por ciento y PRD el 35.

En las encuestas mensuales del Centro Económico del  Cibao para el PRD, se registra que en caso de la alianza PRSC-PLD, Hipólito Mejía ganaría en primera vuelta por 54.6 a 37.5 por ciento. Entre los que se confesaron reformistas apenas el 28 por ciento dijo que la apoyaría, mientras el 61 por  ciento preferiría votar por la candidatura perredeísta.

Si lo que indican esas encuestas no varía en los casi 8 meses que faltan para la elección presidencial, ni al PRSC ni al PLD le convendría la alianza en primera vuelta, porque la misma abonaría la posibilidad de que no haya una segunda oportunidad. Y lo más posible es que el voto reformista caiga a menos del 4.5 por ciento del 2008.

Y si apuestan contra el ganador, perdiendo financiamiento legal y cargos, sería el desastre, tal vez la disolución definitiva del partido que dominó el escenario político durante tres décadas.

Defensa de libertad de expresión

Por Juan Bolívar Díaz
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Una serie de acontecimientos están dando señales de que es necesario que los verdaderos comunicadores dominicanos y todas las instituciones y personas preocupadas por los derechos fundamentales aúnen voluntades para defender la libertad de expresión y difusión del pensamiento, una de las reivindicaciones que más firmemente se ha mantenido en el medio siglo que casi media desde la liquidación de la tiranía de Trujillo.

En la segunda mitad de la década de los sesenta y en los setenta cuando las libertades fueron reducidas hasta el grado de que no se respetaba ni el derecho a la vida, a la asociación y sindicalización, y cuando había cientos de presos políticos y miles de exiliados, la libertad de expresión y difusión del pensamiento pudo ser mantenida, no sin un alto costo en vidas y seguridad de los comunicadores.

Por encima de importantes diferencias, el Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, la Asociación Dominicana de Diarios, la Asociación Dominicana de Radiodifusores y múltiples instituciones sociales, coincidieron en diversos grados en la defensa del ejercicio comunicacional. Hubo prolongados períodos de confrontación y múltiples actos de valentía que marcaron la diferencia entre la autocracia y la tiranía cuando las bandas civiles y militares del balaguerismo imponían el terror.

A partir del 1978, cuando empezó el más prolongado período de ejercicio democrático en la historia del país, con sus altas y bajas, hemos tenido a orgullo proclamar que ejercemos una libertad de expresión y difusión relativamente vigorosa.

Sería injusto sostener que el actual Gobierno ha conspirado contra esa libertad, madre del Estado de derecho. Pero una serie de hechos dejan sombras y obligan a pedir rectificaciones y a fortalecer la unidad –dentro de la diversidad- en la defensa de ese patrimonio, clara herencia de décadas de luchas por establecer una sociedad democrática.

La intimación del director del Instituto Agrario Dominicano, Héctor Rodríguez Pimentel, contra el acreditado programa televisivo El Informe de Alicia Ortega y la denuncia de amenazas contra la vida del indoblegable periodista Marino Zapete son las últimas expresiones de lo que parece ser un programa para reducir las dimensiones del periodismo más preocupado por la corrupción y la descomposición social.

Pero en los últimos meses hemos contactado cierres administrativos de emisoras y canales televisivos, iniciativas judiciales temerarias contra comunicadores, así como campañas de denuestos que se traducen en presión sobre quienes investigan y denuncian anomalías políticas, económicas y sociales.

El retiro de la intimación contra el programa de Alicia Ortega es una rectificación parcial, pero no anula la gravedad de esta iniciativa, por carecer de precedente en la historia del periodismo dominicano y porque deja una espada de Damocles sobre la fuente de sustentación económica de la industria de la comunicación social, que es la publicidad.

Es significativo que el Gobierno del presidente Leonel Fernández, un profesor de comunicación social, haya pretendido desentenderse de la grave intimación contra los anunciantes de uno de los programas televisivos de mayor reputación. Los cuestionamientos formulados a Rodríguez Pimentel no se refieren a su vida privada, sino a sus funciones gubernamentales, y han sido compartidos hasta por el procurador adjunto director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa. No se puede olvidar que el doctor Otoniel Bonilla lo calificó de “corrupto patológico”.

Para los que gobiernan debería ser más que suficiente el haber incorporado a miles de comunicadores a la nómina pública, en una política encaminada a comprar adhesiones y silencios de comunicadores y de medios. Pero aparentemente también se quiere acallar las voces que persisten en denunciar la corrupción y reclamar y rendición de cuentas.

Las circunstancias obligan a una solidaridad militante con las víctimas de la intolerancia y a incrementar la vigilancia y la firmeza en la defensa de la libertad de expresión y difusión del pensamiento. –

 

Quiebra institucional con las candidaturas

Por Juan Bolívar Díaz
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La presentación de los candidatos para las elecciones legislativas y municipales de mayo próximo  al caer el plazo legal esta semana dejó evidente la precariedad de la institucionalidad y la democracia en un sistema partidista que ha degradado la política al nivel del simple negocio.

Un transfuguismo sin precedentes ratifica la percepción de que todos los partidos son iguales y acentúa la desilusión de la política que se respira en todos los ambientes nacionales, mientras la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral ha sentado precedentes por el número de fallos emitidos contra la plutocracia partidista.

Precariedad institucional

A duras penas los partidos dominantes del sistema pudieron presentar sus candidaturas ante la Junta  Central Electoral (JCE) y las Juntas Municipales dejando atrás una estela de inconformidades,  cuando no impugnaciones, por la vulneración de los principios democráticos que para elegir y ser elegido encarnan la Constitución, la Ley Electoral y los mismos estatutos internos de los partidos.

Para la generalidad de los observadores la precampaña electoral de este año ha representado una regresión en los métodos empleados por los partidos para escoger sus candidaturas en relación a los tres últimos comicios legislativos y municipales. Resalta que tanto el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) como el de la Liberación Dominicana (PLD) han escogido la mayor parte de las candidaturas al margen de los procedimientos democráticos, despreciando el derecho de los militantes a elegir y ser elegidos. El tercer partido del sistema, el Reformista Social Cristiano (PRSC) fue peor, ya que ni siquiera sometió un porcentaje de sus candidaturas al veredicto de sus militantes.

Tal resultado entra en abierta contradicción con el proyecto de ley de partidos políticos que busca proscribir el transfuguismo y garantizar la democracia interna de las entidades partidistas. El proyecto que se ha consensuado en múltiples ocasiones en los últimos once años establece como obligatoria la celebración de elecciones primarias para escoger los candidatos a cargos electivos.

La versión aprobada por la Cámara de Diputados en agosto del 2009 establece que el 90 por ciento de los cargos electivos tendrían que ser electos en las primarias de los partidos. Luego se llevó del 10 al 15 el porcentaje que podrían designar los órganos directivos. También sanciona con la pérdida de la curul a los legisladores que se pasen de un partido a otro.

El presidente en escena

Los arrebatos han llegado a la víspera del plazo de inscripción de candidaturas, y lo peor, protagonizados por el propio Presidente de la nación, el doctor Leonel Fernández, quien esta semana primero “juramentó” a 16 cuadros perredeístas de Santiago Rodríguez, incluyendo a un diputado y a la ex senadora Celeste Gómez. Allí el PRD respondió postulando a senador al dirigente peledeísta Bronfil Vladimir Jiménez.  La cosecha fue masiva el martes 16 cuando el presidente Fernández juramentó a unos “450 dirigentes” del PRD en Dajabón, traídos en autobuses a la capital, entre ellos precandidatos a varios cargos. Durante el fin de semana pasado el mandatario y líder peledeísta encabezó caravanas de vehículos en Santo Domingo y Santiago, mientras el vicepresidente Rafael Alburquerque lo hacía en San Francisco de Macorís. Como es habitual el desplazamiento del Presidente moviliza también a gran parte de los altos funcionarios. En las anteriores elecciones legislativas y municipales el doctor Fernández recorrió todo el país en caravanas proselitistas.

También el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, se ha puesto a la cabeza de “juramentaciones” de los tránsfugas provenientes de otros partidos. Esta semana recibió al exsecretario de las Fuerzas Armadas Juan Bautista Rojas, su esposa Matilde Franco y un hijo. Ella era vicesíndica por Santo Domingo Este. Así mismo juramentó a dirigentes reformistas y peledeístas de Neiba, Tamayo y Las Terrenas.

El espectáculo político ha tenido otras expresiones, con la postulación de por lo menos una docena de comentaristas radiofónicos en diversas boletas. El PRD inscribió a la veterana comentarista de televisión Miledys Cabral, como candidata a vicealcaldesa  del DN, a la cantante Jackeline Estévez y a la ex finalista de Miss Universo Ada Aimée de la Cruz para los mismos cargos de San Francisco de Macorís y Santo Domingo Norte.

Otra expresión de la degradación democrática de las candidaturas ha sido la gran cantidad de postulaciones otorgadas en compensación, incluso a familiares y relacionados de tránsfugas o de dirigentes y cuadros sacrificados en el difícil reparto para la integración de dos grandes coaliciones, la de 14 partidos que encarna el PLD y la de 7 del PRD.

Un simple negocio

La decepción de la política ya no es sólo expresión de los analistas independientes y dirigentes de entidades sociales que denuncian el deterioro y la corrupción, sino que crece al interior mismo de los partidos. Esta semana el doctor Hugo Tolentino, quien presidiera la convención eleccionaria del PRD, explicó tanto transfuguismo en el hecho de que “la política ha devenido en un simple negocio”.

 El proceso deja trauma en todos los partidos, con expresión en dos docenas de acciones de amparo que conoció la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral antes de la inscripción de las candidaturas y en las cuatro docenas que ha ponderado a posteriori. Desde  la misma noche del 17 cuando concluyó el registro llovieron las protestas ante el organismo nacional y en las juntas municipales. En la primera etapa hubo tres disposiciones para hacer valer candidaturas ganadas en las limitadas convenciones eleccionarias. El viernes sumaron 26 las candidaturas restituidas tras haber sido objeto de despojo.

Al analizar el proceso de elección de candidatos, el sociólogo Cándido Mercedes, dirigente de Participación Ciudadana, sentenció esta semana que “tenemos una democracia cada vez más fracturada”, estimando que los próximos integrantes del Congreso Nacional, más que expresión de la autoridad y la legitimidad de la democracia interna de los partidos, serán fuente y origen de la partidocracia, cuya esfera de acciones y decisiones viene creando una plutocracia, entendida como gobierno de unos pocos.

Diagnostica “una plutocracia en los partidos que ha devenido irradiándose en el tejido de la sociedad dominicana, apuntándose así la descomposición social y la degradación de la democracia”.

Si se exceptúa a algunos cientos de miles de personas que viven del caravaneo y el boroneo de las campañas electorales, lo que se recoge en los más diversos estratos sociales es una considerable falta de ilusión con las candidaturas.

Desde luego en todos los partidos hay candidatos de primera categoría, pero el sistema de elección por arrastre permite que por cada una de las naranjas dulces se cuelen en las canastas varias de las agrias, incluyendo algunas en proceso de descomposición y hasta ya podridas.

Grandioso espectáculo

El intercambio de candidatos, dirigentes  y militantes escenificado entre el Partido de la Liberación Dominicana  y el Partido Revolucionario Dominicano no tiene parangón en la historia nacional, aunque el transfuguismo se practica desde los primeros años de la república y alcanzó altas dimensiones en la última década, sobre todo con la progresiva desintegración del Partido Reformista Social Cristiano. Dirigentes de este partido como Angel Lockward, Héctor Rodríguez Pimentel, Leonardo Matos Berrido y otros, apoyaron al Partido de la Liberación Dominicana, luego al Partido Revolucionario Dominicano y de nuevo al peledeísmo en tres períodos electorales sucesivos.

Para el proceso electoral en marcha el transfuguismo se vio incentivado en la medida en que hubo mayor vulneración de los procedimientos democráticos. El primer caso significativo fue el del sociólogo Rafael Calderón, uno de los mayores promotores del proyecto de ley de partidos desde su curul de diputado perredeísta. Aspiró a la candidatura senatorial de Azua pero la presidencia de su partido decidió “otorgarla de dedo” al actual incumbente del cargo Rafael Díaz Filpo, lo que motivó el disgusto de Calderón, quien en noviembre negoció su paso al PLD que lo postuló a senador por su provincia.

El otro caso más sonado fue el del doctor Gilberto Serulle, diputado peledeísta por Santiago, quien fue un duro contendiente por la nominación a alcalde de su ciudad, para lo que obtuvo un amplio apoyo de dirigentes y militantes de su partido. El pacto PLD-PRSC arrasó con sus aspiraciones para terminar postulado por el PRD.

Es difícil precisar cuántos de los registrados como candidatos son fruto de canjes de chaquetas políticas. Esta vez el PRD parece haberse llevado la mayor parte, sumándose al menos 13 legisladores, dos senadores y 6 diputados del PRSC y 5 diputados peledeístas. El PLD se llevó a 3 diputados del partido blanco. Los intercambios son incontables en los niveles municipales, ya no sólo para las candidaturas a síndicos, sino también para las de regidores, así como para los 458 directores y subdirectores de los 229  distritos municipales y sus 715 vocales que se eligen este año por primera vez.