En la hora de los hornos

Por Juan Bolívar Díaz
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Concluido el plazo formal para que los inmigrantes irregulares se acogieran al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros (PNRE), el Gobierno y la sociedad dominicana se enfrentan a la hora de los hornos, en la que habrá que decidir si continúa por el rumbo equivocado de la emocionalidad y el patrioterismo o si enfrenta con racionalidad, inteligencia y sabiduría el problema de la masiva y excesiva inmigración haitiana.

Tras el cierre del plazo, el ministro de Interior informó que 288 mil 466 personas lograron iniciar el difícil proceso de la regularización, que en sus últimas dos semanas se degradó a lo indigno con tráfico y abusos contra pobres e indigentes que acudieron en tropel cuando se anunció que sólo atenderían a nuevos solicitantes y que se otorgarían plazos adicionales para que pudieran reunir los requisitos. En ese total se ha incluido a unos 20-25 mil pendientes de que el gobierno de Haití les provea documentos solicitados.

Después de un año las autoridades se convencieron de que tenían que flexibilizar las exigencias, cuando al comienzo de junio apenas el 1.8 por ciento (4 mil 308) de 239 mil 368 solicitantes habían podido llenar todos los requisitos. Al pasar balance se dieron cuenta que el 93 por ciento (222 mil 73) habían presentado documentos de identidad validados confirmando exactamente la proporción que según la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) 2012 dijo tener documentación.

Eso demuestra, contrario a lo pregonado, que la documentación no ha sido de los mayores obstáculos al PNRE, sino requisitos como constancia de vecinos y de empleo y pruebas de pagos de salarios que a pocos les han expedido; o contratos de alquiler, cuentas bancarias, tarjetas de crédito, matrícula de vehículos y facturas de bienes muebles que nunca han tenido. Otra barrera ha sido el costo de certificaciones notarizadas, del transporte en promedio de diez visitas a las oficinas de registro y del tráfico con los turnos, lo que ha implicado un promedio de 8 mil pesos, que gran proporción no ha podido reunir.

A la hora de los hornos, tras meses anunciándose deportaciones con el entusiasmo del que prepara un festival, habrá que pasar balance para saber cuántos son los que serán devueltos para Haití. No serán el millón que calculan los más entusiastas, pero se logra una aproximación si se acepta el rigor profesional de la ENI realizada por la Oficina Nacional de Estadística, la cual arrojó 524 mil extranjeros, 458 mil 233 nacidos en Haití.

Pero eso era sólo hasta el 2012. Como la misma encuesta establecía que el 38.6 por ciento había llegado entre 2010 y 2012, el flujo crecía casi al 20 por ciento anual. A la mitad de esa tasa, conservadoramente, entre el 2012 y 2015 el total se habría incrementado en 30 por ciento, 137 mil 470 personas, para totalizar ahora 595 mil 703. Los inscritos al PNRE serían el 48 por ciento. Los “deportables”, que nadie discute el derecho soberano, los restantes 307 mil 237, el 52 por ciento del total, una cifra bastante respetable para las capacidades nacionales, para la producción agrícola, la construcción pública y privada y el servicio doméstico, y con potencial para constituirse en una inmensa crisis humanitaria generadora de disturbios que podrían descarrilar el frágil proceso electoral en que se encuentra la nación vecina. Menos estabilidad en Haití es un círculo vicioso que redunda en nuevos flujos de inmigrantes para República Dominicana.

El problema luce más complejo que el festival de deportaciones que algunos entusiastas han promovido. Y eso sin incluir los descendientes de los inmigrantes haitianos nacidos en el país durante cerca de un siglo, que según la misma encuesta serían otros 209 mil 912 personas. Convendría que a estos los dejaran en paz, para no generar apatridia y complicar más la situación a nivel internacional, porque en cuanto a estos sí se discute el derecho soberano a la deportación, sobre todo los que tenían registro de ciudadanía, beneficiados por la Ley 169-14, pero a quienes todavía no se les restituye su documentación.

Por demás urge revisar el PNRE para ver si todos sus requisitos son realistas y podrán ser cumplidos en los plazos de hasta dos años que se otorgará a los que iniciaron el proceso, según el acta de la reunión de los cancilleres de RD-Haití del 6 de junio. Si no se regulariza siquiera dos terceras partes de esos inmigrantes, será difícil revocar los excedentes y controlar nuevos flujos.

 

El combate de Ana María

Por Juan Bolívar Díaz

 

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Hubiese querido escribir este reconocimiento antes de la partida definitiva de Ana María Acevedo, acaecida esta semana, pero no fue posible por el coraje y valentía con que ella combatió durante 15 años hasta el hálito final contra una terrible enfermedad que doblegó su cuerpo, pero no pudo con tanta alma.

En los últimos meses, cuando ya el cáncer la había atacado por todos los costados, después de intervenciones quirúrgicas y de radio y quimioterapias interminables, su alma se mantenía incólume, erguida ante la adversidad y no daba espacio para la condolencia ni para la tristeza. La última vez que visitó mi casa, ya herida de muerte, andaba mendigando grandeza de los que quería. Luego me recibió tres veces en cama. Pero la última, en víspera de Navidad, lo hizo sentada en su sala. No pudo engañarme: su voz era ya de ultratumba.

Me despedí lamentando que ella había invertido sus últimas energías aferrada, primero a la última gestión por la unidad de su viejo partido, y luego tratando de evitar una lucha insensata en el instrumento político alternativo. Las armas con las que intentaba persuadir fueron las encuestas, que dirigió hasta en sus últimas semanas.

La conocí en los comienzos de los setenta, cuando junto con los queridos Freddy Ginebra y Paula Terrero imponía su vitalidad y belleza en la Casa de Teatro. La vi luego transcurrir por la política y por el gobierno sin la menor arruga, con una honestidad indoblegable. Socióloga, se especializó en demoscopia, y sus encuestas fueron siempre un confiable instrumento de trabajo de su partido y sus líderes. Modesta, no necesitó muchas cosas materiales para ser feliz. Rehuía el oropel de la política, amante del segundo plano.

Me distinguió siempre con su confianza y cuando no podía darme copias de sus encuestas, por lo menos me las dejaba ver, hasta el final, no importa que los resultados fueran o no favorable a su causa y aún cuando estaban en el gobierno. En una campaña electoral reeleccionista le alteraron sus resultados y ella evadió presentarse a avalar aquel inútil ejercicio.

Con mi solidaridad ante su eterno compañero Radhamés Abreu, y sus hijas Julissa, Henriette y Anamía, así como su hijo Otto, expreso mi admiración por este extraordinario ser humano que fue Ana María Acevedo. Su carta despedida es testimonio de sus sueños, integridad y generosidad. He aquí sus dos últimos párrafos:

“No dejo nada que no sean afectos, esa herencia del amor entre todos. No dejo nada que no sea la noción primaria del trabajo constante y de la entrega a una causa, a unos principios. No dejo nada que no sea mi alegría, el sentir más hondo, la búsqueda de niveles superiores de evolución. La vida nunca me fue ajena, en su diversidad y en su incomprensible e injusta distribución social. He sido una militante de la solidaridad y confieso que ella ha embellecido mi cuota de vida útil.

“El balance de mi rol humano restablece mis modestos aportes en la sensibilidad y en la militancia política. Pero yo he sido y soy un ser humano de inalcanzable destino de quimeras, de ideas que quise compartirlas con la historia, y que ahora alzarán vuelo con mi alma hacia las cumbres donde Dios es equilibrio de energías y amor alto de belleza y armonía infinita. Solamente mi cuerpo se debilita, dentro de mí siento el mismo torbellino de vida y amor con que vine al mundo, y en él cabalgaré, como buena combatiente hacia la eternidad”.

Gracias Ana María por tu vida y testimonio, por demostrar que no todo está podrido en la política. Como Julius Fucik por la alegría has vivido, y por la alegría fuiste al combate. Que la tristeza nunca sea unida a tu nombre.

 

Gallup-HOY: reina Danilo, PRD se hunde y surge PRM

Por Juan Bolívar Díaz
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Lo más relevante de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana es la alta aprobación, por encima del 80 por ciento, que mantiene el presidente Danilo Medina al comenzar la segunda mitad de su período gubernamental, lo que podría incentivar a sus partidarios que piden reforma constitucional para repostularlo.

Resalta también el hundimiento en las preferencias electorales del histórico Partido Revolucionario Dominicano (PRD) mientras su fracción constituida en Partido Revolucionario Moderno (PRM) emerge como segunda fuerza, dentro de la cual Luis Abinader se afianza como candidato presidencial preferido.

El reinado de Danilo. Iniciada la segunda mitad de su período gubernamental el presidente Danilo Medina mantenía su alta popularidad con dos tercios de la población a favor de modificar la Constitución de la República para que pueda optar por la reelección, lo que podría incentivar a quienes vienen promoviendo esa propuesta.

La encuesta Gallup-HOY publicada esta semana, cuyo trabajo de campo se realizó del 29 de agosto al 2 de septiembre, registra 91 por ciento a su favor en respuesta a una pregunta cerrada de aprobación o desaprobación, el 83 por ciento sobre su desempeño, y 81 por ciento cuando se preguntó si cumple sus promesas de gobierno. Esta encuesta se realizó antes del veto a la ley que convertía la loma Miranda en parque nacional, considerada su decisión más impopular. En la anterior encuesta, en mayo, su aprobación fue del 89 por ciento.

Otro registro a favor del presidente Medina es que obtendría tres cuartas partes de los votos en dos escenarios en que se enfrentara al expresidente Hipólito Mejía o al economista Luis Abinader por el nuevo PRM, y en ambos casos con el ingeniero Miguel Vargas Maldonado como candidato del PRD. Frente a Mejía y Vargas el 76 por ciento y ante Abinader y Vargas 73 por ciento.

Sin embargo, cuando se preguntó quién debe ser el candidato presidencial del PLD sólo el 48.5 por ciento de los encuestados respondió que Danilo Medina, y el 17 por ciento Fernández, con su esposa, la vicepresidenta Margarita Cedeño, en tercer lugar con 5 por ciento. Reinaldo Pared y Francisco Javier, creciendo, obtienen poco menos del 5 por ciento.

El problema para la repostulación de Medina radica en que luce casi imposible lograr las dos terceras partes de los votos de los integrantes del Congreso Nacional requeridos para modificar la prohibición constitucional.

Perspectivas de Leonel. Aunque registra una alta tasa de rechazo del 22 por ciento, y no ganaría en primera vuelta en los dos escenarios presentados a consideración de los electores, frente a Mejía y Vargas o Abinader y Vargas, al obtener 45 y 44 por ciento, el expresidente Leonel Fernández se mantiene como una fuerte opción electoral para su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de cara a los comicios del 2016.

De los potenciales candidatos sólo Mejía, con 37 por ciento, tiene una tasa de rechazo (que nunca votarían por el) superior al 22 por ciento que registran Fernández y Miguel Vargas. El primero no ha decidido lanzarse a buscar la candidatura presidencial del nuevo PRM, mientras el segundo viene presidiendo actos en diversas regiones del país donde se le proclama como opción presidencial del PLD que preside.

Pero las preferencias que registra Leonel, con el voto de oposición dividido y sin que haya aún fraguado el proyecto de “Convergencia por un Mejor País” que envolvería al PRM y varios partidos y grupos emergentes, lucen suficiente para que se mantenga en la carrera por el retorno al poder, y sin su favor es virtualmente imposible la reforma constitucional que abra espacio a la reelección de Medina.

Los registros de esta encuesta podrían inducir a mayores tensiones en el partido oficialista, si toma fuerza el no autorizado movimiento que busca abrir espacio a la repostulación del actual mandatario, estimulado por tasas de preferencias que de mantenerse garantizarían la victoria en primera vuelta.

PRM sustituye al PRD. La mayor novedad de esta encuesta Gallup-HOY es que el PRM, resultado de la reciente división del PRD, aparece como la segunda fuerza política, con sus potenciales candidatos presidenciales Luis Abinader e Hipólito Mejía casi triplicando las preferencias que registra Miguel Vargas, quien ahora aparece como único aspirante a la candidatura presidencial del viejo PRD, a cuya presidencia se mantiene aferrado. Las preferencias por el PRD cayeron en esta encuesta al 15 por ciento, el más bajo de su historia. Lo mismo se puede decir del Partido Reformista Social Cristiano que apenas registra 3 por ciento, mientras el PLD acumula 54 por ciento.

En cuatro hipotéticos escenarios Vargas sólo llegaría al 10 por ciento compitiendo contra Leonel y Abinader; baja al 9 contra Leonel e Hipólito; cae al 6 por ciento contra Danilo y Abinader, y al 5 por ciento contra Danilo e Hipólito.

Resalta que esta encuesta, la primera que mide preferencias tras la división formal del PRD con la constitución del PRM, registra un hundimiento de las preferencias por Vargas Maldonado, quien en las cuatro Gallup anteriores obtenía entre 20 y 21 por ciento del universo de los encuestados y entre el 9 y el 13 por ciento entre los que se definían como perredeístas, compitiendo con Mejía y Abinader.

Además de la división formal del más antiguo partido nacional, los resultados adversos para Vargas podrían estar influidos por la forma en que transcurrió la convención que el 20 de julio eligió dirigentes del PRD, con violencias e imposiciones mostradas por la mayoría de los medios de comunicación, especialmente la radio y televisión.

La fortaleza de Abinader. De una oposición ahora más fragmentada, el único de los precandidatos que mantiene un proceso de fortalecimiento es el economista y empresario Luis Abinader, quien lidera las preferencias para encabezar la boleta del nuevo PRM, muy por encima del expresidente Hipólito Mejía, quien no ha definido sus aspiraciones.

En la pregunta sobre quién debe ser el candidato presidencial del PRM el 36 por ciento señaló a Abinader y sólo el 13 por ciento a Mejía. En el escenario contra Danilo y Vargas, Abinader registra 14 por ciento de preferencias y se duplica al 28 contra Leonel y Vargas. En los mismos Mejía obtiene 11 y 24 por ciento.

Abinader se ve favorecido también por la baja tasa de rechazo que registra, al igual que el presidente Medina por debajo del 1 por ciento, un enorme contraste con el 37 por ciento que dice que nunca votaría por Hipólito Mejía.

La juventud y la novedad podrían estar favoreciendo a Luis Abinader, quien desde el año pasado viene fortaleciéndose como opción. En las cuatro últimas encuestas Gallup-HOY, como en otras investigaciones, ha liderado las preferencias como opción de la oposición política para los comicios del 2016. En el universo sus preferencias oscilaban entre 21 y 27 por ciento, y entre quienes se definían como perredeístas entre 36 por ciento en septiembre del 2013 y 44 por ciento en mayo pasado, cuando Mejía registró 32 y Vargas 13 por ciento.

Datos contradictorios
El análisis de los resultados de esta encuesta Gallup arroja elementos que cuestionan la alta aprobación que registra el presidente Medina: el caso del 62 por ciento que considera que la economía del país anda mal y sólo el 15 por ciento que está bien. El 56 por ciento dice que su economía personal está mal y sólo el 18 la aprecia bien. También resalta la baja aprobación de la gestión gubernamental en los tres asuntos que más preocupan a los encuestados: la delincuencia, costo de la vida y escasez de empleo.

La lucha contra la delincuencia y el control de la inflación solo tienen la aprobación del 30 por ciento y la creación de empleos 36 por ciento. El gobierno también se quema en mejora del transporte con 44 por ciento, en energía eléctrica, 40 por ciento, en lucha contra la corrupción, 32 por ciento, y contra tráfico y consumo de drogas 27 por ciento.
La mayor aprobación de la gestión de Danilo Medina sigue estando en el mejoramiento de la educación pública, donde alcanza el 89 por ciento, en medidas a favor de la mujer, 65 por ciento, de la juventud 56 por ciento, y en obras públicas con 62 por ciento.

Diversos analistas coinciden en que aparte de la imagen personal de Medina y sus logros en educación, atención a los pequeños productores y aciertos como la modificación del contrato sobre la mina de oro de Cotuí, contribuyen a su alta aprobación tres factores: el contraste con su antecesor Leonel Fernández, la ausencia de un partido de oposición que le haga contrapeso y genere ilusión de cambio, y cierta dosis de resignación ante el desguañangue del partidismo.

 

Parece bien difícil detener a Leonel

Por Juan Bolívar Díaz
LEONEL FERNANDEZ

Tal como indican las encuestas de opinión, si no es con el presidente Danilo Medina sería bien difícil evitar que Leonel Fernández vuelva a encabezar la candidatura presidencial de su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y con posibilidades de retornar al poder dada la división y el desconcierto de la oposición.

Con la presidencia del partido gobernante y de su fundación Global, el control personal de múltiples instituciones estatales, la mitad de los legisladores y alcaldes peledistas y un amplio aparato comunicacional y con los multimillonarios de su partido promoviéndolo, Fernández saca amplia ventaja a sus competidores internos.

El éxito del presidente. Con las encuestas marcándole una aprobación sobre el 80 por ciento, acercándose a la mitad de su período gubernamental, es convicción generalizada que si pudiera repostularse, nadie le podría disputar la candidatura presidencial y casi seguramente otros cuatro años de gobierno al presidente Danilo Medina.

Como quien no quiere la cosa, el astuto político sanjuanero ha logrado crearse una imagen política y personal bien distante de la aparatosidad caudillista y providencialista y del derroche y la corrupción que caracterizaron los últimos ocho años de Leonel Fernández en el poder. Reconocido por los más críticos de Fernández, dentro y fuera del PLD, Medina se ha beneficiado también del desconcierto que afecta a la oposición política, lo que deja a la ciudadanía sin ilusión alternativa.

Como consecuencia, el mandatario ha venido afianzando un liderazgo alternativo entre los peledeístas, como quedó manifiesto a principio de año con la elección de nuevos miembros de su Comité Central, e indicios como las encuestas generan la convicción de que sería una aventura volver a la figura cuya negación es causa eficiente de la popularidad danilista. Cada día es más caliente la discusión entre estrategas, dirigentes y militantes peledeístas, incluso en los medios de comunicación.

El problema de Danilo. Pronto comenzarán a llevarle la cuenta como ocurrió con el ex presidente Hipólito Mejía (2000-04), pero ya son varias las ocasiones en que el presidente Medina afirma categóricamente que no está pensando en la recurrencia histórica de la reelección, la última vez el fin de semana pasado en ocasión de su visita al Papa Francisco, Y lo han dicho también su vocero oficial Roberto Rodríguez Marchena, el presidente del Senado Reinaldo Pared, y danilistas como el vicepresidente administrador de la corporación eléctrica estatal, Rubén Bichara. Pocos reivindican abiertamente la repostulación, aunque cada día crece el susurro.

Medina actúa con responsabilidad y astucia, porque sabe que si abre esa opción, de inmediato empieza a reducirse su popularidad al perder la unanimidad de aprobación de sus propios partidarios, porque una parte considerable le debe lealtad a Leonel, y muchos más en la oposición, y hasta entre independientes que no favorecen la manipulación de la Constitución por los intereses coyunturales.

El mandatario, como muchos de sus más fieles, está consciente de su actual fortaleza, pero también de las dificultades y el costo político de abrir una campaña reeleccionista que limitaría la gestión gubernamental y las posibilidades de ampliar los ingresos fiscales que, como dijo el mandatario hace poco, dejan al gobierno con escaso margen más allá del pago de la deuda (48 de cada 100 pesos), gastos fijos y subsidios. Sólo 5 por ciento invertido en el primer cuatrimestre de este año.

Restaurar la reelección requeriría un costo elevado: dos tercios de los votos de los legisladores, que no suman todos los peledeístas y sus aliados, lo que conllevaría “conquistas” entre los 75 diputados del PRD, mancharía la gestión y afectaría la aprobación que tiene el Presidente. Habría que esperar y retardar la elección del candidato que sería en mayo próximo, pues la campaña comenzó demasiado temprano y los leonelistas, empujados por los negociantes multimillonarios, avanzan tocando puertas y reclamando lealtad. Podría dispararse la confrontación interna en términos incalculables si Fernández mantiene su firme expectativa de regreso al poder.

La Convergencia amenaza. Debe tomarse en cuenta que Leonel saca ventaja con el desconcierto de la oposición y el cansancio de las luchas internas de los perredeístas, pero podría convertirse en un blanco perfecto para agitar y viabilizar un frente electoral alternativo partiendo de los sectores mayoritarios del PRD si logran reunir a un muy disperso conjunto de partidos y grupos emergentes, organizaciones sociales y sectores independientes donde su gestión generó fuertes rechazos.

Con Danilo sería más difícil armar la “Convergencia por un Mejor País” en discusión, pero la posibilidad de que Leonel vuelva la incentiva y le suma apoyo hasta de importantes sectores económicos que temen el retorno del líder peledeísta, no solo por la crisis fiscal con que terminó, amenazando la sostenibilidad económica, sino también porque no sabe gobernar sin burlarse del presupuesto, pues acumuló déficits sobre 400 mil millones de pesos en sus últimos cinco años de gestión.

El antileonelismo se nutre también de los temores por el poder que logró acumular el líder peledeísta, vistos como una progresiva amenaza a la institucionalidad democrática y hasta al clima de negocios. Hay quienes creen que si después de la forma en que concluyó su gestión, Fernández se siente revaluado, no habría razón para esperar importantes cambios en sus políticas económicas, institucionales y sociales. Aunque deberían contar con las extraordinarias habilidades y capacidades del líder peledeísta para interpretar el sentimiento de las masas y de los sectores tradicionales de poder.

Algunos danilistas cuentan con la conformación de La Convergencia, sobre todo si llevara un candidato novedoso, por el impacto que tendría entre los peledeístas, que podrían generar un movimiento por temor a perder el poder, viabilizando así las posibilidades de repostular al presidente. Un escribidor del poder ha insinuado que en un escenario desfavorable hasta el mismo Leonel podría facilitar la repostulación del presidente Medina.

Pero esa Convergencia no es una tarea fácil que se vea al doblar de la esquina, y precisaría tiempo y claras definiciones, mientras Leonel Fernández sigue ganando terreno y se acerca el tiempo de escoger candidatura. Es imponderable el nivel de fractura que las progresivas contradicciones internas pueden generar en el peledeísmo que hasta ahora ha exhibido una vocación por mantener el consenso grupal y el poder.

¿Que si ruge el león?

Para saber si el doctor Leonel Fernández tiene fuertes expectativas de retorno al poder debe analizarse todo lo que ha hecho desde el período de transición en el 2012, cuando repartió todo lo que pudo del Estado y gastó en exceso y acumuló capital político-económico. Y luego sólo hay que revisar dos artículos y un discurso parabólicos emitidos el 10 de febrero y 10 de marzo en el Listín Diario y el 18 de mayo ante cientos de jóvenes que constituían un movimiento para apoyar su retorno al poder.

Fernández expuso con toda franqueza su concepción mesiánica del liderazgo, fundándolo en su labor de reparto de puestos y sobrecitos que se agradecen, trayendo a Moisés al siglo 21 para resaltar su condición de escogido del Señor para liberar a su pueblo, resaltando las ingratitudes de que fue objeto y concluyendo en que sólo lo sucedió el más leal de sus discípulos. Y en el discurso planteó que todo liderazgo tiene un ciclo, cuya sucesión requiere de paciencia y que la antorcha no se puede arrebatar, porque puede quemarse quien lo intente.

Ya en mayo del año pasado, antes del primer año del actual gobierno, el presidente del PLD anunciaba que el león volvía a rugir en las calles. Al comenzar este 2014, ya se anunciaba la constitución de comisiones de trabajo para promover su reelección, incluyendo a 16 de los 31 senadores peledeístas. Pese al empuje de Danilo, Leonel afianza su liderazgo en la lealtad de los beneficiarios de su inmenso reparto de 12 años que se le sigue debiendo porque su sucesor no lo ha modificado, en la enorme prosperidad de la dirigencia y parte de la militancia peledeísta, en los dos millones de tarjetas de subsidios y en los multimillonarios que constituyen su alcancía política.

Por demás aunque Leonel tiene una alta tasa de rechazo, el análisis de las encuestas muestra altas probabilidades no sólo de ganar la candidatura sino también los comicios del 2016. En las últimas cuatro Gallup-HOY está afectado porque los peledeístas obviamente se sentirían más seguros ahora con Danilo, pero está en ascenso: del 11 al 18 por ciento en el universo, y del 16 al 26 por ciento de los partidarios. En la Penn/Schoen, que excluye a Danilo, gana frente a los tres perredeístas con más posibilidades. En una del Centro Económico del Cibao, auspiciada por Abinader, empata con éste y le gana a Mejía y a Miguel Vargas.

 

Encuestas marcan competencias Danilo-Leonel y Abinader-Hipólito

Por Juan Bolívar Díaz
tema de hoy 25 mayo

Resalta que el presidente Medina mantiene altísima aprobación, aunque las principales preocupaciones de la población  son la delincuencia, alto costo de la vida, desempleo, apagones y corrupción, con situación económica mala

Las dos encuestas más antiguas y acreditadas del país, Gallup-HOY (GH) y Penn Schoen Berland (PSB) han ratificado la altísima aprobación a la gestión del presidente Danilo Medina y evidencian que sin la competencia del mandatario, el expresidente Leonel Fernández sería un fuerte candidato del partido gobernante.

Con el Partido Reformista Social Cristiano que registra 3 y 4 por ciento de simpatías, la oposición se concentra en el dividido Partido Revolucionario Dominicano (PRD) con fuerte competencia de liderazgo entre el expresidente Hipólito Mejía y Luis Abinader, dejando a Miguel Vargas Maldonado en posición crítica.

Coincidencias y discrepancias. El análisis de los resultados de las dos encuestas indica coincidencias y discrepancias, algunas significativas. La primera realizada del 5 al 10 de abril, y publicada por el Servicio Informativo Nacional por el Canal 9, y la difundida por HOY esta semana, es de un mes más reciente, del 8 al 13 de mayo.

Ambas coinciden en la gran aprobación que sigue registrando el presidente Medina luego de haber agotado el 44 por ciento de su período gubernamental, aunque con distancia, 89% en GH y 69 en PSB. También en las preferencias para los comicios del 2016, Danilo hasta con 70 por ciento (PSB) que quieren modificación de la Constitución para que pueda repostularse, pero con él inhabilitado, ninguno de los aspirantes a la candidatura del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se aproxima siquiera a las posibilidades de Leonel Fernández.

Las dos encuestas confirman la baja significación en que ha caído el Partido Reformista Social Cristiano, al que apenas le otorgan 3 y 4 por ciento de simpatías. El PLD sigue atrayendo a la mitad de la población, en el caso de la PSB hasta 58 por ciento y en la GH 51 por ciento, mientras el PRD alcanza 38 y 22 por ciento, respectivamente. Las distancias entre las dos investigaciones son notables.

Coinciden también en marcar fuerte competencia entre Mejía y Abinader por la candidatura presidencial del PRD, y en atribuir sólo un 13 por ciento de las preferencias a Miguel Vargas, dejándolo relegado en la lucha interna. Discrepan en que la PSB otorga fuerte ventaja a Mejía y la GH a Abinader.

Es notable que ambas tienen idéntico resultado, en el mismo orden, en la pregunta sobre las principales preocupaciones de la población: delincuencia y criminalidad, alto costo de la vida, desempleo, apagones y corrupción.

Entre Danilo y Leonel. La fortaleza del presidente Medina es tal que ambas encuestas lo marcan ampliamente como preferido para la repostulación y la reelección, aún cuando tiene impedimento constitucional. En pregunta abierta de la Gallup-HOY, Medina alcanza el 51 por ciento de las preferencias de la población para la candidatura y el 50 por ciento entre sus partidarios. En segundo lugar Fernández tiene un bajo 18 por ciento de la población y 26 por ciento de los peledeístas. Sin embargo, cuando la PSB preguntó quién es el líder del PLD quedaron casi empatados 49 a 47 por ciento a favor del Presidente, con el 77 por ciento de los peledeístas favoreciendo la reelección, por lo que parece que es Medina quien lleva la antorcha en el partido gobernante, aunque Leonel luce su más posible heredero.

La alta aprobación de la gestión de Medina se explica, generalmente, en su sencillez y cercanía con la población, en cierto control de la desbordada corrupción, mejoramiento de la inversión en educación y aciertos como la revisión del contrato sobre la mina de oro, la contención en Bahía de las Aguilas y otros. El 69 por ciento de la aprobación que registra PSB sube al 85 cuando lo comparan con la gestión de Leonel. En esa alta aprobación también influye la pobre oposición y contrasta con los porcentajes que evalúan la situación económica: En GH 67 por ciento la considera mala o muy mala y sólo 11 por ciento buena o muy buena, y en la PSB 56 por ciento la entiende buena, pero 62 por ciento cree que va en dirección equivocada.

En ambas encuestas, con la mitad de los consultados prefiriendo al PLD, Fernández registra un alto rechazo en el resto, sólo 18 y 19 por ciento de este lo preferiría. Obtiene ventaja frente a los más preferidos perredeístas, pero sólo gana en primera vuelta frente a Vargas, 51 a 26 en una y 52 a 21 en la otra. Supera 46 a 32 a Mejía y muy cerrado frente a Abinader 44 a 41 en la GH. En PSB Fernández registra el mismo resultado frente a Abinader y Mejía, 48 a 42 por ciento. Eso con el actual desconcierto perredeísta, que de ser superado podría poner en apuros a Fernández.

Entre Abinader y Mejía. En el desguañangue en que se mantiene el PRD, resalta que una abrumadora mayoría, hasta 85 por ciento según PSB, seguiría a Hipólito Mejía y Luis Abinader, si crean una nueva opción, ya que creen que Miguel Vargas seguirá con el control de ese partido, aunque de 7 líderes de los dos partidos mayoritarios evaluados por la PSB éste es quien alcanza el mayor rechazo, 74 por ciento y la menor aprobación, 11 por ciento.

Abinader sigue siendo la figura nacional emergente, como lo han indicado las últimas cuatro GH. En esta última alcanza el apoyo del 27 por ciento del universo y del 44 por ciento de los perredeístas, superando significativamente a Mejía, quien obtiene 21 y 32 por ciento, y a Vargas con 20 y 13 por ciento respectivamente.

Pero en la PSB quien lidera es Hipólito con 42 por ciento del universo encuestado y 48 de los que se confiesan perredeístas, bien por encima de Abinader, quien registra 23 y 39 por ciento, y de Vargas con 25 y 13 por ciento respectivamente. Pero en la misma encuesta los dos primeros están empatados, si se enfrentan a Leonel.

Hay que tomar en cuenta que Abinader lleva más de un año en campaña por la nominación perredeísta y que Mejía no ha definido si buscará la candidatura, lo que sólo podría hacer por otro partido ya que fue expulsado por Vargas Maldonado. Esta semana, tras dar por hecho que han constituido comités del “PRD mayoritario”, que integra junto a Abinader, el expresidente dijo que dedicará todas sus energías a la construcción de la “Convergencia por un País Mejor” para derrotar al PLD y a Leonel.

Hipólito advirtió que “nadie crea que pretendo ser el dueño de un proceso que nos pertenece a todos” y que no será obstáculo para el desarrollo del liderazgo y aspiraciones de otros compañeros, de los que se mantendrá equidistante, defendiendo la elección de los candidatos de la Convergencia mediante “procesos y procedimientos democráticos y transparentes”. Frente a la interrogante de si volverá a aspirar a la presidencia, afirmó “estaré en el lugar donde las circunstancias y las mayorías me requieran”. Nadie duda que si se lanza a buscar la candidatura será un fuerte competidor.

 

Más éxitos políticos que económicos para Danilo

Por Juan Bolívar Díaz
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El presidente Danilo Medina ha logrado más éxitos políticos que económicos al agotar su primer cuarto de gestión gubernamental con un sello personal que le ha generado amplia aprobación popular, beneficiándose de la ausencia de oposición externa pero limitado por un escaso margen de maniobra al interior de su partido.

Imponiendo disciplina fiscal y relativa austeridad, con mayor prioridad en el gasto y cercanía a la población, el mandatario logró evadir el costo político de la reforma tributaria impuesta por los déficits heredados, pero no así el de una reducción del crecimiento económico que arroja sombras sobre el futuro inmediato.

    Mayor racionalidad política.  Desde su discurso de juramentación, su decreto de austeridad y un código de ética gubernamental, el licenciado Danilo Medina tuvo el acierto político de diferenciarse de la gestión precedente del líder de su partido Leonel Fernández, proyectando una imagen de mayor racionalidad política.

La prioridad que ha dado a la inversión en educación y salud, atención a las micro, pequeñas y medianas empresas y a los productores agropecuarios, y a las demandas de la población, constituyen factores claves de la aprobación que ha tenido Danilo Medina en este primer año de gobierno, entre el 71 y el 81 por ciento en las dos últimas encuestas Gallup-HOY y en otras mediciones.

El mayor éxito ha sido haber proyectado una imagen personal de austeridad, de modestia y cercanía con la gente que contrastan con la aparatosidad, grandiosidad y boato que signaron la gestión de su antecesor y compañero de partido. El respeto por el tiempo de los demás, el desplazamiento con mínima seguridad y escasas comitivas han determinado que hasta sus viajes al exterior, uno por mes, hayan registrado aprobación.

Aunque es posible que al finalizar 2013 no se haya alcanzado la meta del 4 por ciento del producto bruto interno para educación, por la lentitud en la construcción de escuelas que concentró excesivamente la inversión en el sector, no se percibe engaño ni evasión. La eliminación de las cuotas de recuperación en los  hospitales públicos y un gran esfuerzo por mejorar la calidad de sus servicios, son partes fundamentales de una gestión más comprometida con el bienestar de  las mayorías.

La atención del Gobierno a las micro, pequeñas y medianas empresas (PYMES), a los productores agropecuarios, con el semanal acercamiento del propio presidente Medina, convencido de que son la base de un desarrollo más equilibrado, han sido factores de crédito a una gestión que trata de cumplir normativas legales.

Otros éxitos notables.  El mayor éxito del gobierno de Medina puede haber sido la disciplina que ha reducido el déficit fiscal de 8.5 del PIB registrado el año pasado en todo el Estado a alrededor del 1 por ciento en la primera mitad del 2013, y aunque ha evadido sancionar la corrupción que hizo metástasis en el cuerpo social dominicano la percepción general ha sido de mucho mayor transparencia y menor corrupción en los ámbitos gubernamentales.

No ha sido posible evaluar los resultados del Decreto de austeridad 499-12, entre otros factores porque no se ha cumplido  su artículo 13 que encarga al Contralor General velar por sus alcances y emitir “informes trimestrales financieros institucionales”. Pese a ello se percibe que ha tenido efectos positivos con la reducción de la malversación y el dispendio escandaloso de los últimos años.

Hay que acreditarle que redujera las iniquidades del contrato para la explotación del oro de Cotuí, cuya materialización está pendiente del sometimiento al Congreso Nacional, sin que todavía se pueda precisar el monto adicional a recibir, ya que el precio del metal ha caído en 290 dólares en relación a los 1,600 dólares la onza de los que se partió para la renegociación. Es el hecho de mayor aprobación.

Menos conocido porque no han querido enrostrárselo a los antecesores, pero igualmente rectificatorio, han sido la renegociación de la concesión vial a Dovicon que economizaría al Estado unos 70  millones de dólares anuales, durante tres décadas, y renegociaciones de otros contratos como los de la carretera Ocoa-Piedra Blanca y la circunvalación de La Romana y el bulevar del Este-Miches que implican ahorro de unos 240 millones de dólares.

El presidente demostró apertura a los reclamos de la sociedad cuando anuló su autorización para negociar con usurpadores de terrenos estatales en Bahía de las Águilas, así como en la suspensión de la explotación de ferroníquel en la loma de Miranda.

 Otros déficits gubernamentales.  En la lista de los déficits del Gobierno de Medina hay que colocar la ausencia de esfuerzos por concretar sus metas fundamentales de los tres pactos sociales previstos en la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo: el educativo, el fiscal y el eléctrico, aunque en el primero haya avanzado por el costado de la inversión. El segundo sufrió un revés con la imposición de otra reforma tributaria al no poder concertar en el Consejo Económico y Social que reclamaba una drástica reducción del gasto corriente. El tercero no ha sido ni tocado cuando este año el subsidio a la electricidad, programado en unos mil millones de dólares, se acercará a los 1,500 millones, según informó el mes pasado el Ministro de Industria y Comercio.

Amarrado por el clientelismo y la repartición de botellas el Gobierno no ha podido siquiera dar el golpe de reducir el oneroso cuerpo diplomático, con cientos de funcionarios, incluyendo consulares, que cobran en dólares sin trabajar. Limitó a seis los subsecretarios o viceministros, pero casi todos quedaron en sus mismos puestos con otra denominación.

Pero el mayor déficit del Gobierno ha sido no haber procesado a nadie por los múltiples escándalos de corrupción del gobierno anterior, tendiendo un manto de impunidad, con los procuradores fiscales rehuyendo hasta investigar las denuncias que han incluido al propio expresidenrte Fernández.

Lo peor es que los amarres al interior del partido de gobierno han impedido al presidente Medina establecer un equipo gubernamental  más diferenciado del que heredó, lo cual ha dejado insatisfacción y le ha limitado la renovación que es normal en el mundo  en los cambios de gobierno, aún del mismo partido.

Desafíos a la vista.  El Gobierno comienza su segundo año con una situación económica crítica y un grito generalizado por la desaceleración del crecimiento económico y el incremento del desempleo, y agotando sus posibilidades de endeudamiento, mientras se reduce la inversión extranjera.

Se beneficia de la ausencia de oposición política, con el desguañangue del Partido Revolucionario Dominicano y la domesticación del Partido Reformista Social Cristiano, lo cual deja espacio a un mayor protagonismo de las minorías políticas y las fuerzas sociales contestatarias que incrementarían sus movilizaciones y protestas.

A su vez la falta de oposición externa genera mayores tensiones internas en el PLD donde ya proliferan los aspirantes a la candidatura presidencial. El liderazgo del partido se diversifica con el fortalecimiento de las posiciones del presidente Medina, mientras el ex presidente Fernández y sus fieles no cesan en sus preparativos para el retorno, lo que obliga a otros a destapar temprano otras aspiraciones y asoman los pronunciamientos continuistas con una Constitución que prohíbe la reelección seguida.

La reconocida financiera internacional JP Morgan advirtió esta semana que el ex presidente  Fernández “sigue siendo una figura muy poderosa dentro del gobernante Partido de la Liberación Dominicana y muchos expertos locales creen que su ambición de buscar un nuevo mandato presidencial en el 2016, podría socavar la capacidad de Medina paras movilizar el apoyo a su programa de reformas”.

El pobre resultado económico

El bajo crecimiento económico en la primera mitad de este año es el mayor revés de la gestión de Medina, derivado directamente del paquete fiscal que implementó para revertir en gran medida el déficit fiscal que heredó de los últimos 8 meses de su antecesor, que el Fondo Monetario Internacional estimó en 8.5 por ciento del PIB, cerca de 200 mil millones de pesos, incluyendo todos los órganos del Estado. El informe del Banco Central sobre los resultados del primer semestre del 2013 indica un crecimiento de apenas 1.6 por ciento, poco más de la mitad del 3 por ciento que se proyectó para el año. Resalta que ese tímido crecimiento ha sido motorizado básicamente por un incremento del 223 por ciento de la minería y del 9 por ciento de la intermediación financiera, con caídas significativas de los sectores claves: industria, agropecuaria, construcción, comercio y hasta del turismo, éste por primera vez en más de tres décadas de sistemático crecimiento.

Aunque el peso ha tenido una devaluación del 4 por ciento en los 12 meses, las autoridades han podido controlar la inflación, con un déficit presupuestario de 70 mil  300 millones de pesos este año, la estabilidad sigue dependiendo, al igual que en el quinquenio anterior, de un extraordinario endeudamiento que eleva la carga de la deuda pública al  45 por ciento del PIB, según los cálculos del reputado economista Carlos Despradel, quien estima que al final del 2013 la deuda total del Estado, externa e interna, financiera y no financiera, habrá pasado en un año de 25 mil a 30 mil millones de dólares.

Con una inversión de apenas 15 por ciento de su gasto total, y un nuevo incremento del gasto corriente, alrededor del cinco por ciento, y vistos los altísimos déficits en el comercio exterior y la cuenta corriente, la gestión económica del Estado sigue muy lejos de despertar optimismo, y lo que se advierte es su progresiva insostenibilidad.

 

Vargas se ratifica como propietario del PRD

Por Juan Bolívar Díaz

El último round de la lucha interna en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) evidencia que su presidente, Miguel Vargas Maldonado,  mantendrá el secuestro de sus organismos y está dispuesto a descuartizarlo, a menos que la mayoría se comprometa a erigirlo candidato presidencial para los comicios del 2016.

Malversado su capital político, con escaso apoyo y cuestionada legitimidad, el ingeniero empresario persigue recuperar y rentabilizar su inmensa inversión económica en la política, por lo cual no tiene el mínimo interés en que se solucione la crisis que mantiene maniatado al principal partido de oposición.

El extremo de la ambición.  Ha quedado transparente en el intercambio de comunicaciones que  marca la ruptura del último intento de diálogo para solucionar la crisis del PRD, iniciado con una reunión entre Miguel Vargas e Hipólito Mejía el 2 de mayo, la extrema ambición del primero, quien condiciona cualquier acuerdo a que le garanticen la candidatura presidencial para el 2016, la mitad de las candidaturas legislativas y municipales y un año de prórroga en la presidencia del partido, que concluye el 19 de julio próximo.

Esas condiciones las rechazó el expresidente de la República Hipólito Mejía en carta dirigida a Vargas con fecha 17 de junio, indicando que fueron presentadas verbalmente por su delegado Eduardo Jorge Prats al secretario general Orlando Jorge Mera, estos dos convertidos en intermediarios a raíz de una segunda reunión Vargas-Mejía el 4 de junio en la residencia del eminente neurocirujano José Joaquín Puello.

Al responder la carta de Mejía, en un extenso documento escrito del  23 de junio, Vargas confirma sus condiciones, indicando que en la primera reunión, celebrada en casa del general (r) Miguel Soto Jiménez “no formulé una propuesta de acuerdo, sino más bien, que se arribó de forma preliminar al acuerdo en sí, con el total consentimiento de las partes, bajo la premisa de que el ex Presidente Mejía a su decir público, no aspiraría a ningún cargo de ser amnistiado en el PRD y que apoyaría mi candidatura reservando la eventual candidatura vicepresidencial para su hija, la señora Carolina Mejía”… “También se acordó una cuota para su sector en la dirigencia del Partido, garantizado en un proceso convencional transparente y ejemplarizante”.

 Acuerdo preliminar no obliga.  Aún si en la reunión del  2 de mayo hubiese habido un acuerdo preliminar, verbal, sin testigos, sin contar con el resto del partido, incluyendo a los demás dirigentes y a grupos que tienen otras posiciones, como el que encabeza Luis Abinader, el Foro Renovador o la “Tercera Fuerza”, no había obligación y cualquiera de las dos partes podía luego formalizar condiciones y modificaciones, como ocurre a diario en todo tipo de actividad humana, sin que ello implique romper diálogo o negociación.

Una carta pública de Mejía a Vargas fechada el 8 de mayo, seis días después del encuentro inicial, ayuda a entender que si hubo algún acuerdo fue seguir explorando caminos de entendimiento. Lamenta que el presidente del partido no quiso que dos días después se conmemorara unificadamente el aniversario de la muerte del líder Peña Gómez, pese a lo cual le proponía “la formación de una Comisión de seis personas (tres que tú elijas y la nuestra por tres que representan la institucionalidad) con el fin de que preparen el Protocolo que nos permita discutir y definir la hoja de ruta y la agenda, de acuerdo con los Estatutos, y solucionar la crisis que vive el partido”…Si hubiese habido un preacuerdo tan generoso con él, Vargas debió aceptar ambas propuestas.

En otra carta a Vargas, el 28 de mayo, una semana antes de la reunión en casa de Puello, en el interés de “asegurar que el próximo encuentro que celebremos tenga resultados positivos”, Mejía planteó una agenda de cinco puntos: línea de oposición al Gobierno, cronograma y hoja de ruta para la Convención Nacional Ordinaria que elegiría nuevos directivos, posición ante los proyectos de leyes de Partidos y Electoral, reencuentro de todas las autoridades partidarias electas en la convención del 2009, y reunión de la Comisión Política y el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) para aprobar.

La realidad es que sistemáticamente Mejía, como la generalidad del liderazgo perredeísta, ha reclamado la convocatoria de los organismos del partido para buscar soluciones democráticas y unitarias, lo que el presidente del partido ha evadido.

  Reacciones contradictorias.  Las expectativas de reunificación  que acariciaban los perredeístas se esfuman  luego que su presidente diera por roto el diálogo, acusando a Mejía de haber “malogrado el preacuerdo”. El 26 de junio comunicó a la Junta Central Electoral (JCE)  que “hemos iniciado los trabajos con el objetivo de celebrar nuestra Convención Nacional a partir del mes de febrero del año 2014”, sin señalar una fecha fija. Dice que antes convocará el CEN para actualizar la lista de militantes y dirigentes, reestructurar los organismos de dirección y designar la comisión organizadora de la convención.

Esa fue su respuesta a la solicitud de 90 miembros de la Comisión Política que el 20 de junio, amparados en el artículo 34 de sus Estatutos, le solicitaron reunir  ese organismo para aprobar la línea de oposición al Gobierno y convocar el CEN “para la celebración de la Convención Ordinaria del partido en el 2013”.

Es obvio que Vargas persiste en ignorar que fue juramentado para un período de 4 años que inició el 19 de julio del 2009, como ha certificado la JCE, por lo que vence en tres semanas, y que él solo, sin aprobación de ningún organismo, no puede  prolongarse legítimamente como presidente del PRD. Ha argumentado que puede hacerlo por haber atravesado por un “período de ingobernabilidad partidaria”.

Descuartizar el buey blanco.  Más allá del aparato mediático que controla el expresidente Leonel Fernández, que sistemáticamente promueve y defiende al presidente del PRD, la percepción general es que éste ha malversado su capital político en la alianza con el líder peledeísta iniciada con el pacto que suscribieron en el 2009 y una serie de errores  políticos que le llevaron a perder la candidatura presidencial del 2012.

El escaso apoyo de Vargas en el electorado en general y entre quienes se confiesan perredeístas, ha sido registrado en múltiples encuestas, relevantemente en las dos últimas de Gallup-HOY y en la Penn Schoen Bertland. En la última Gallup, de abril pasado, solo el 9 por ciento de los perredeístas lo favorecía como próximo candidato presidencial, mientras a Luis Abinader lo apoyaba el 41 por ciento y el 35 por ciento a Hipólito Mejía. El 50 por ciento lo responsabilizaba individualmente de la crisis de su partido y solo 6 por ciento a Mejía. El 40 por ciento a ambos por igual.

Vargas es consciente de sus dificultades, razón por la cual evade cualquier consulta democrática, especialmente una convención con el voto universal. Busca ganar tiempo remitiendo la convención ordinaria para una fecha imprecisa del año próximo, que luego puede ser el 2015. Administrando sin rendir cuentas el subsidio del presupuesto nacional, de unos 20  millones mensuales, y contando con respaldo en “las cortes de Leonel”, espera mejorar su posición si es quien escoge entre los miles que aspirarán a ser postulados a los cargos legislativos y municipales para el 2016.

En esa perspectiva al PRD le espera una división que le desacreditaría aún más ante el electorado y reduciría sus posibilidades electorales. Mientras más tarde, menos posibilidades de las partes para restaurar la fuerza electoral del partido. Vargas no ha podido siquiera reconciliarse con casi todos los dirigentes perredeístas que lo apoyaron en la lucha por la candidatura del 2012, y por el contrario ha expulsado  al presidente en funciones Andrés Bautista, y supendido al secretario general Orlando Jorge, y a la secretaria de Organización Geanilda Vásquez.

Se ven muy reducidas sus posibilidades de reunificar la mayoría del PRD para llevarlo al poder y el camino que lleva lo conduce a descuartizar el viejo buey blanco, pero mientras tanto él y algunos de sus seguidores se benefician del presupuesto nacional y de algunos contratos y favores que les dejó el gobierno de Leonel Fernández, quien cifra en la división del PRD sus posibilidades de volver a ser candidato de su partido y retornar al poder.

Subestimación e insulto

El confuso párrafo antes citado indica que Vargas subestima la inteligencia de Mejía e insulta a la comunidad perredeísta, a los que han mediado en la crisis de ese partido, y a toda la sociedad, que reclama respeto a los procedimientos democráticos.

Sostiene que “no formulé una propuesta de acuerdo”, para seguido decir que “se arribó de forma preliminar al acuerdo en sí”, sin nada escrito, en una conversación entre dos, sin testigo de lo hablado. Si él no formuló la propuesta, hay que deducir que quien lo hizo fue Mejía. En un diálogo que desde el día siguiente éste dijo que había sido un simple “romper el hielo” y que a solas no duró 30 minutos. Según la versión, Mejía fue a claudicar ante un contradictor al que acusa de haberle hecho perder la presidencia de la nación, de aliado al presidente del partido de gobierno, después de dos años de graves confrontaciones, incluido que Vargas se negó a reunirse con el candidato presidencial, con múltiples agravios de ambas partes, enfrentamiento violento en el local nacional del PRD y negativa sistemática a convocar los organismos partidarios.

Según Vargas, Mejía virtualmente se retiraba, pues “no aspiraría a ningún cargo de ser amnistiado en el PRD”, lo único que obtendría Mejía con ese “preacuerdo” , además del perdón, era “la eventual candidatura vicepresidencial para su hija”, aunque “también se acordó una cuota para su sector en la dirigencia del partido”, no en las candidaturas legislativas y municipales, y de ganar el gobierno “una serie de cargos en la administración pública”.

El presidente perredeísta citó como testigos a los mediadores. Soto Jiménez dijo que esas fueron las condiciones de Vargas para el diálogo y que éste le dijo que Mejía las había aceptado. El doctor Puello ha preferido reservarse como mediador, pero al ser preguntado dijo que “delante de mí no ha habido algo que pudiéramos llamar acuerdos, sino propuestas y contradicciones”.

 

El PRD no logra salir de su calvario

Por Juan Bolívar Díaz
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Las expectativas de inicio de un diálogo que pudiera conducir a la reunificación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), derivadas del reciente encuentro entre Hipólito Mejía y Miguel Vargas, parecieron esfumarse justo al conmemorarse el decimoquinto aniversario de la muerte de su líder José Francisco Peña Gómez.

Sólo el rescate de los procedimientos democráticos para elegir nuevos dirigentes podría permitir al PRD superar su prolongado calvario, pero su presidente sigue boicoteando todos los intentos de mediación y solución, persistiendo en su empeño de concertar afuera e imponerse dentro.

Esperanza que se esfuma. El encuentro verificado el viernes 3 de mayo entre el presidente del PRD Miguel Vargas Maldonado y el expresidente de la República Hipólito Mejía despertó expectativas de reunificación entre diversos sectores de ese partido, pero parecieron esfumarse en apenas una semana al conmemorarse el decimoquinto aniversario de la muerte de su líder José Francisco Peña Gómez.

Al conocerse del encuentro la reacción inicial fue de incredulidad y sorpresa, pues ni en la campaña electoral del año pasado se logró reunir a esos dirigentes políticos, a pesar de múltiples mediaciones, hasta de familiares. Se dio por hecho un cambio de actitud y se comenzaron a trazar rutas para el restablecimiento de la unidad, aunque algunos advertían que no avalarían “acuerdos de aposento”, y que cualquier solución tendría que incluir a todos los sectores, con aval de los organismos partidarios.

La proximidad del aniversario de la desaparición de Peña Gómez alentó las expectativas de que se aprovechara la ocasión para, invocando al líder histórico, realizar una conmemoración unitaria que empujara un compromiso de concertación. Por canales de mediación se propuso restablecer la presencia de todos en una misa conmemorativa, como se hizo hasta el 2010.

La misa unitaria era, para los más eufóricos, una manera de demostrar que se iniciaba una nueva etapa de entendimiento entre los perredeístas. Para los incrédulos y desconfiados era poner a prueba la disposición de los dos protagonistas más allá del encuentro celebrado bajo la sombra del general retirado Miguel Soto Jiménez y el médico José Joaquín Puello.

Un José Joaquín Puello. En la euforia que siguió al encuentro Vargas-Mejía, sectores perredeístas llegaron a plantearse la posibilidad de escoger una nueva dirección plural, presidida por alguien aceptable para todos y que no aspire a la candidatura presidencial, llegándose a identificar al neurocirujano José Joaquín Puello, sin excluir a otros como el también médico Jesús Feris Iglesias.

El doctor Puello fue candidato vicepresidencial del PRD en el 2008 en la boleta que llevó de candidato presidencial a Vargas Maldonado, justamente por su integridad y su carácter conciliador y afable y por su pluralidad y ascendiente en diversos sectores nacionales. Respaldó a Vargas en la lucha por la candidatura presidencial del 2012, pero terminó aceptando y respaldando a Mejía, aunque se ha mantenido entre quienes han mediado para subsanar los conflictos derivados de la lucha interna.

Se afirma que el doctor Puello sería aceptable para los mayores protagonistas de la confrontación perredeísta, pero también para Luis Abinader, quien busca afianzar su propia identidad y camino, aunque se teme que pudiera producir disgusto en algún legítimo  aspirante a la presidencia del partido, pero que terminaría en consenso en aras de la unidad.

Varios dirigentes perredeístas consultados se mostraron partidarios de un presidente de consenso, aunque algunos reconocen que es una tarea muy difícil y requeriría una dedicación de tiempo completo, sobre todo cuando se les recordó que personas de la integridad e independencia de Hugo Tolentino, Milagros Ortiz, Enmanuel Esquea y Quico Tabar terminaron siendo impugnados por Miguel Vargas como árbitros en la convención que desató la crisis con la elección de Hipólito Mejía para candidato presidencial del 2012.

El tiempo apremia. En las tertulias políticas se discutió intensamente sobre las causas que determinaron la reciente reunión Vargas-Mejía. Unos la creen resultado de la última encuesta Gallup-HOY que mostró a Abinader como primera opción para la próxima candidatura presidencial con 26 por ciento en el electorado y 41 por ciento entre los que se identificaron como perredeístas, atribuido en parte al cansancio de la pugnacidad entre los dos últimos candidatos presidenciales del PRD.

Vargas con 9 por ciento de las preferencias de los perredeístas, luce muy rezagado, y aunque Mejía registró un 35 por ciento, “ya fue presidente y lleva dos intentos de regreso frustrados y frustratorios”. Una de sus defensoras dijo que, a diferencia de Vargas y Abinader, él no ha dicho que aspira a la candidatura del 2016 y que si lo proclama sube.

Otra explicación de la reunión es el reconocimiento mutuo de que el tiempo apremia y de que en julio termina el período para el que Vargas fue electo presidente del partido. Se reconoce que Mejía siempre ha estado abierto al diálogo, y que lo demostró cuando en la campaña fue al local del partido, anunciando su interés de reunirse con Vargas, lo mismo que al almuerzo con que los hermanos de éste intentaron juntarlos dos semanas antes de los comicios del año pasado.

Se atribuye también la reunión al convencimiento de ambos de que se les puede hacer tarde para relanzar el partido blanco, con 21.7 por ciento de preferencias en la última encuesta Gallup. Y no faltan quienes plantean que Vargas busca ganar tiempo, desconcentrando a sus contradictores que han venido celebrando masivas asambleas partidarias en todas las provincias, lo que él ha limitado a dos o tres, por el alto rechazo de la militancia perredeísta que lo señala como mayor responsable de la crisis.

El presidente del PRD administrará este año unos 225 millones de  pesos del presupuesto nacional, lo que le implica una ventaja significativa para el proselitismo interno y atraerse adherentes, sobre todo si logra mantener la facultad para registrar candidaturas para el 2016, cuando millares de perredeístas aspirarán a todos los cargos electivos.

Rescate de la democracia. El rescate del PRD pasa necesariamente por el restablecimiento de los procedimientos democráticos, porque aunque los principales protagonistas de sus luchas internas se pongan de acuerdo en un procedimiento, cuando llegue la hora de escoger candidato volverán a dividirse, a menos que acepten los principios básicos de la democracia que en los partidos tienen expresión en los organismos de dirección.

Ese rescate luce tan difícil como el de los principios ideológicos que durante décadas dieron vigencia al perredeísmo y le permitieron sobrepasar numerosas crisis y divisiones. Pero las ambiciones y los intereses individuales han predominado, con expresiones de clientelismo. Los que aún creen en los principios socialdemócratas que animaron al PRD no tienen recursos económicos para competir con los empresarios de la política.

Mientras tanto, el PRD sigue en proceso de desgaste acelerado, incapacitado para ejercer su responsabilidad como primera fuerza política de oposición, por lo que la sociedad se va acostumbrando a vivir sin contar con esa fuerza predominante por más  de medio siglo. Sus principales dirigentes han lucido errantes buscando favores y acuerdos con otras fuerzas políticas, especialmente con contrincantes del partido gobernante, pero negados a dialogar entre ellos mismos.

Un balde de agua fría

Por una carta conciliatoria de Hipólito Mejía a Miguel Vargas del miércoles 8, se supo que éste rechazaba “lo ideal” de celebrar la misa con la presencia de todo el liderazgo partidista.

El expresidente mostró resignación, indicando que no debía ocurrir nada que dañara la memoria de Peña ni el proceso iniciado con el encuentro del día 3, y propuso la integración de una comisión de tres representantes de cada uno de los dos sectores enfrentados para preparar el protocolo que “permita discutir y definir la hoja de ruta y la agenda, de acuerdo con los Estatutos, y solucionar la crisis que vive actualmente el partido, lo que es exigido a gritos por la mayoría de los dominicanos, especialmente los perredeístas”.

Vargas terminó de echar un balde de agua fría al entusiasmo perredeísta cuando el jueves, respondiendo a los reporteros sobre la solicitud de Mejía, dijo que “nosotros no vamos a discutir nada al margen de lo que son los organismos del PRD, porque así es como se fortalece la democracia, donde prevalezca la posición de la mayoría”. Se ignora si alguno de los mediadores habrá podido rescatar la ruta de entendimiento, explicándole a Vargas que la propuesta busca explorar caminos de entendimiento que democráticamente tendrían que desembocar en los organismos máximos del partido que hace tiempo no funcionan.

Uno de los dirigentes consultados expresó su convicción de que los mediadores deberán proseguir una tarea en la que han fracasado numerosos mediadores desde que se originó la crisis tras los resultados de la convención que el 6 de marzo del 2011 escogió a Hipólito Mejía candidato presidencial para el 2012. Todos los intentos, incluyendo los impulsados por familiares y los que han involucrado a personalidades religiosas, han tropezado con la renuencia de Vargas a aceptar un diálogo. Los otros sectores, incluyendo a Mejía, siempre han mostrado disposición.

 

Avanza Abinader y se hunde Leonel

Por Juan Bolívar Díaz
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En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) estaría emergiendo un nuevo liderazgo encarnado en el economista y empresario Luis Abinader, que se coloca por encima de Hipólito Mejía y de Miguel Vargas Maldonado, de acuerdo a los resultados de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana.

También resultó relevante el fortalecimiento del liderazgo del presidente Danilo Medina, quien mantiene muy alta aprobación mientras continúa en declive el del expresidente Leonel Fernández, cuyas preferencias electorales de cara al 2016 han caído al 11 por ciento.

Alta valoración de Danilo.  Aunque declinó en relación a enero, la valoración del presidente Danilo Medina en la última encuesta Gallup-HOY sigue siendo muy elevada, generando un 71 por ciento de satisfacción con sólo 15 por ciento de insatisfechos. En la de enero la aprobación de la gestión del mandatario alcanzó  el 81 por ciento con 16 por ciento de desaprobación. Con tan alta deuda social acumulada y 8 años seguidos de dominio de su partido, más el grave déficit fiscal heredado, es difícil que el presidente pueda mantener tan altas tasas de aprobación.

Cuando se preguntó sobre el desempeño presidencial de Medina en relación a la expectativa que se tenía, el 70 por ciento dijo que se maneja mejor de lo esperado, casi 10 puntos más que el 60.5 por ciento registrado en enero. La valoración de la gestión en educación se eleva hasta el 82 por ciento, atribuible al acatamiento del clamor nacional por el cumplimiento de la ley que dispone el 4 por ciento del producto bruto para la educación preuniversitaria.

La gestión en el apoyo a la agropecuaria alcanza aprobación del 75 por ciento, 74 en la economía y el 70 por ciento en salud. Se quema en inseguridad ciudadana, combate al narcotráfico, la corrupción y el costo de la vida, con puntuación descendente entre 54 y 46 por ciento.

Los ingredientes de la personalidad del presidente Medina resaltan en su valoración, muy superior al 55 por ciento que se manifiesta satisfecho con su gobierno en general y con el 27 por ciento que expresó insatisfacción. En la opinión pública se sigue apreciando el sello de modestia, austeridad, humildad y cercanía con la gente en el desempeño público del mandatario, sobre todo en contraste con el boato, la majestad y el triunfalismo que rodeaba a su antecesor.

Margarita sigue en alta. Resalta también la alta proporción de simpatía que sigue registrando la doctora Margarita Cedeño de Fernández, colocada en el segundo lugar de preferencias para la próxima candidatura presidencial del partido morado, entre todos los encuestados, con 23.5 por ciento, y liderando entre  los confesos peledeístas con 31 por ciento. Le siguen Jaime David Fernández con 4 por ciento en los dos niveles y José Tomás Pérez con 4 y 2 por ciento respectivamente.

La abogada comenzó su acumulación popular cuando, como primera dama, manejó personalmente un presupuesto anual que alcanzó hasta 800 millones de pesos, superior a los de los ministerios de la Mujer, la Juventud y Deportes juntos, y con contribuciones de otros organismos estatales que le permitieron realizar una intensa labor de asistencialismo social, socorriendo personalmente a grupos y personas necesitadas o en condiciones de precariedad. Ahora como vicepresidenta tiene a su cargo el gabinete que maneja los subsidios sociales del gobierno.

Desde luego que la doctora Cedeño ha puesto un gran empeño y su simpatía personal para emerger como figura presidenciable por encima de la caída en que se encuentra la popularidad de su esposo. Ya en la anterior Gallup-HOY registraba una alta tasa de opinión favorable, 75 por ciento, y desfavorable de apenas 17 por ciento, sólo superada por el presidente Medina. Sin embargo, a la pregunta sobre los políticos más admirados en la encuesta de abril, sólo fue señalada por el 0.5 por ciento, lo que pudiera ser un indicador de que se le aprecia más como asistencialista que como política. Pero eso no la descalificaría como potencial candidata presidencial.

Relevante para el PRD

La emergencia de Luis Abinader como nuevo líderperredeísta, situándose con mayores simpatías que el expresidente Hipólito Mejía y el presidente titular de su partido, Miguel Vargas Maldonado, puede ser el hallazgo más relevante de la encuesta Gallup-HOY publicada esta semana.

Abinader obtuvo el mayor porcentaje para candidato presidencial de todos los partidos de cara a las aún distantes elecciones del 2016, y para la candidatura del PRD supera a Mejía y Vargas en las preferencias del electorado en general y de los que se dicen miembros o simpatizantes del partido blanco.

Entre todos los encuestados el economista obtiene 26 por ciento de las preferencias, mientras Vargas registraba el 20 y Mejía el 18 por ciento. Entre quienes se confesaron perredeístas, Abinader consiguió la opinión favorable del 41 por ciento, en tanto que Hipólito se mantuvo bien situado con el 35 por ciento, mientras Vargas Maldonado apenas conseguía el 9 por ciento.

El resultado es concordante con un sentimiento que se expresa cada vez más abiertamente entre dirigentes del PRD de que sería necesaria la emergencia de un líder y un candidato alternativo para superar la crisis del principal partido de oposición, de la que se responsabiliza en mayor medida a Vargas Maldonado, y en segundo lugar a Mejía.

Ya en la anterior encuesta, (18-21 de enero pasado) Abinader encabezaba a los perredeístas en opiniones favorables, con 37 por ciento, y una tasa de rechazo de 29 por ciento. Mejía y Vargas registraban opiniones favorables del 28 y 20 por ciento, respectivamente, con elevadas tasas de rechazo del 63 y 65 por ciento.

Tremenda caída de Leonel

En medio de acusaciones e intentos de ser procesado por el enorme déficit fiscal de unos 200 mil millones de pesos del año pasado y por presunto tráfico de influencia en beneficio de su Fundación Global, la popularidad del expresidente Leonel Fernández se hunde progresivamente y no solo en el universo de los encuestados, sino incluso entre quienes se manifiestan miembros o simpatizantes de su partido.

A la pregunta de quién debería ostentar la candidatura presidencial del PLD para la elección del 2016, apenas el 11 por ciento del total señaló a Fernández, proporción que apenas subía al 16 por ciento entre sus propios partidarios.

Aunque no se incluía el nombre de Danilo Medina en las opciones, por estar prohíbida la reelección consecutiva, el 25 por ciento de los encuestados y el 28 por ciento de los que se consideran peledeístas, lo señalaron en el renglón “o tros”, lo que sugiere un desplazamiento hacia él, por lo menos coyuntural, en el liderazgo popular del PLD.

El indicador más fuerte de la caída de la popularidad de Leonel en esta Gallup-HOY se registró cuando se preguntó por los políticos más admirados y sólo el 3.2 por ciento lo señalaron, muy lejos del 30 por ciento marcado por Joaquín Balaguer, el 18.4 de Francisco Peña Gómez y el 18 por ciento de Juan Bosch. También lo superaron Antonio Guzmán y Danilo Medina, con 6 y 3.5 por ciento, respectivamente.

Caída asombrosa tras 8 años consecutivos de gobierno y 12 de los últimos 16. A pesar de una activa red de más de 2 mil “Comunicadores con Leonel”, beneficiados en las nóminas y con la publicidad del Estado, en los medios se percibe un progresivo declive de la popularidad del ex mandatario. Ya en la Gallup de enero registró opinión desfavorable del 52.3 por ciento y favorable de sólo 37.5 por ciento.

Sigue el rechazo a Miguel

Luis Abinader, quien tuvo un buen desempeño como candidato vicepresidencial perredeísta el año pasado, se estaría beneficiando del cansancio general, y en especial de sus compañeros de partido, con la crisis que mantiene al PRD al borde de la división, percibida por muchos como una irremediable confrontación entre Vargas y Mejía, que se inició en marzo del 2011 cuando el presidente del partido perdió la candidatura presidencial para el 2012 a manos del expresidente.

Desde entonces Mejía ha estado abierto a varios intentos de mediación mientras Vargas los ha evadido.

Ahora, del 11 al 15 de abril en curso, cuando se preguntó a los encuestados que se consideraron perredeístas quién es responsable de la crisis del PRD, el 40 por ciento dijo que tanto Miguel comoHipólito, el 50 por ciento individualizó a Vargas y sólo el 6 por ciento a Mejía.

En enero las respuestas a la misma pregunta habían arrojado un resultado parecido, 34 por ciento a ambos, y 54 y 9 por ciento respectivamente. En el universo de los encuestados a Miguel le va menos mal. La mitad cree que ambos son por igual responsables, un 23 por ciento lo culpa a él y 16 por ciento a Hipólito.

En enero la diferencia de culpabilidad era de cuatro puntos, 20 a 16 por ciento del universo. Como consecuencia de su crisis, que lo incapacita para asumir un sólido rol de oposición política, el PRD se mantiene en una de sus más bajas tasas de preferencia en su historial de 74 años, de 22.4 por ciento que registró en enero cayó ahora a 21.7, mientras el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ascendió del 51.7 al 53.2 por ciento de las preferencias.

A la pregunta de cuál sería la vía para superar la crisis, el 57 por ciento dijo que una convención nacional, en enero fue el 64 por ciento.

 

Gallup otorga a Danilo una significativa ventaja

Por Juan Bolívar Díaz
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Los seis puntos de ventaja que registró la última encuesta Gallup-HOY publicada el viernes a favor del candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, son bien significativos si se le agregan los amplios beneficios que da el control del poder del Estado  en la endeble democracia dominicana.

Algunos indicadores dejan dudas pero en cualquier caso el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, tendrá que desarrollar una muy exitosa campaña en las tres semanas que quedan para ganarse el favor del electorado y por lo menos provocar una segunda vuelta.

Resultado sorprendente.  El resultado de 50.6% a 44.6% registrado por la encuesta Gallup-HOY sorprendió a los observadores y analistas por cuanto se realizó entre el 14 y 18 de abril cuando la candidatura peledeísta aparecía sacudida por el escándalo de corrupción internacional derivado de la banca de financiamiento político documentada a su secretario de organización y senador Félix Bautista.

Sin haber podido desmentir las cuentas bancarias exhibidas por la periodista Nuria Piera ni revocar el escándalo en Haití por el otorgamiento de contratos grado a grado por 385 millones de dólares al influyente peledeísta, el partido morado apareció a la defensiva durante el último mes, pero eso no declinó las preferencias por su candidato presidencial que en las encuestas Gallup mantiene una curva ascendente desde noviembre cuando redujo a 5 puntos la desventaja de 14 que registró en agosto para encabezar en marzo por tres puntos porcentuales.

La Gallup junto con la Penn and Schoen (46 a 44 por ciento a favor de Medina en enero) son las encuestas más acreditadas del mercado electoral dominicano. En cambio la Greensberg, que por ser para el Diario Libre se le estima independiente, arrojó a fines de marzo 49 a 46 por ciento a favor de Mejía.

Además de su propio desempeño como candidato, viniendo de una clamorosa victoria en la lucha interna del PLD cuando la maquinaria del poder le era adversa, Danilo Medina cuenta ahora con todo el apoyo de ella, del partido y del presidente Leonel Fernández lanzado a la campaña electoral gastando sin regateos hasta acumular un déficit fiscal de 30 mil millones de pesos en el primer trimestre del año, e iniciando obras hasta de la magnitud de la carretera Cibao-Sur. Casi dos de cada tres encuestados (63 por ciento) considera que el Gobierno utiliza recursos públicos en la campaña.

El apoyo del Estado y una masiva propaganda que alcanza porcentajes del 70 y 80 por ciento del total invertido en vallas y afiches, en prensa, radio y televisión (documentada en la molestosa observación electoral de Participación  Ciudadana) y una inmensa red de medios de comunicación y comunicadores en toda la geografía nacional, podrían explicar el sistemático crecimiento de la candidatura peledeísta. Cualquier comparecencia de dirigente o funcionario es transmitida por una docena de canales de televisión.

 Extrema bipolarización.  Esta encuesta Gallup-HOY muestra una extrema bipolarización, al atribuir el 95.2 por ciento de las intenciones de voto a los candidatos de los dos partidos mayoritarios, proporción similar al inequitativo financiamiento estatal, con apenas 3.7 por ciento a los otros cuatro candidatos presidenciales, y un bajísimo 1.2 por ciento de indecisos, dejando poco margen para inversión de las preferencias.

Los candidatos alternativos siguen siendo víctimas de la bipolarización, de la inequidad de recursos propagandísticos, del clientelismo y de una cultura de exclusión que tiende a ignorarlos. Guillermo Moreno alcanza 2 por ciento de las preferencias, y Eduardo Estrella 1.4. Max Puig y Julián Serulle a la zaga con 0.2 y 0.1 por ciento.

Al no indicarse la proporción de los que no se han decidido a votar resulta difícil estimar la medida en que esa pudiera ser una fuente nutricia para una campaña de sensibilización del voto. Se establece que un 18 por ciento pudiera cambiar su preferencia electoral. El promedio de abstención es del 28 por ciento en las elecciones de la etapa democrática iniciada en 1978. En el 2008 alcanzó 29 por ciento.

Visto por los niveles socio-económicos, los más altos favorecen abrumadoramente a Medina 59 a 37 y los medios-medios por 10 puntos, 53 a 43. Se reduce a solo un punto en los medios bajos y muy bajos, donde el balance es de 48 a 47 por ciento. Pasa ligeramente del 50 por ciento tanto en las zonas urbanas como  rurales y saca mayor ventaja entre las mujeres, por 57 a 39. Hipólito gana entre los hombres por 52 a 44 por ciento.

Hipólito en cuesta arriba.  La candidatura de Hipólito Mejía está urgida de un golpe de suerte, primero que alguna otra encuesta más o menos independiente, como la Penn and Schoen o la Greenberg-Diario Libre, aparezcan pronto y le inviertan la desventaja o por lo menos se la reduzcan, antes que surta efecto el “voto oportunista” de los que se suman “al que va a ganar”.

El esfuerzo concertado y la puntería tendrían que ser afinados en función de los sectores insatisfechos con la gestión peledeísta que el discurso de Mejía no ha podido convencer de que es una alternativa válida. La misma encuesta indica dónde tendrán que concentrar su mayor ofensiva proselitista y cuáles son las mayores preocupaciones de la población: desempleo, inflación, inseguridad ciudadana, financiamiento a la educación, apagones, tráfico de drogas y corrupción.

Si los peledeístas tienen identificados los beneficiarios de las tarjetas de los programas sociales, los perredeístas pudieron haber conseguido lo mismo para tener acceso directo y llevar confianza a ese sector tan vulnerable por la pobreza en que viven. No es tan difícil en las pequeñas y medianas comunidades.

La campaña de radio y televisión del PRD ha estado limitada y con muy poca variación. Se creía que aumentaría considerablemente en la recta final, lo que no ha ocurrido y les queda poco tiempo para la innovación.

Tal vez ya sea un poco tarde, pero don Hipólito Mejía no debe darse el lujo de una sola frase altisonante más, como la de los “pelafustanes de la Suprema Corte” que sepultó el magnífico discurso que acababa de pronunciar en un evento de Finjus en la Universidad Pedro Henríquez Ureña, donde formulaba un programa de austeridad y combate a la corrupción.

En un país donde casi todo se compra y se vende, y el financiamiento clandestino rebasa la frontera y cruza océanos, hasta las mejores encuestas pueden ser vulneradas, lo que no debe ser vulnerable es el candidato presidencial. A Hipólito Mejía se le ve cuesta arriba y necesitado de nuevas energías, por lo menos para ganar tiempo provocando una segunda ronda.

Los más pobres decidirían

Pero según Gallup-HOY la ventaja de Medina está determinada por las  enormes diferencias en las regiones Sur y Este, en la primera de 27 puntos (62.6 a 35.4) y de 16 puntos en la segunda (55.6 a 39.2). En la provincia de San Cristóbal, la cuarta en mayor acumulación de electores (después de Santo Domingo, DN y Santiago), se registra una diferencia desproporcionada entre los candidatos punteros con 64 a 34 por ciento a favor de Medina, sin algo que lo explique.

Llama la atención que en relación a marzo Mejía cayera entre los orientales de 52 a 39 por ciento, 13 puntos, y que Medina subiera 14, de 42 a 56 por ciento, justo después que el caudillo higüeyano Amable Aristy Castro respaldara al candidato perredeísta, dado el dominio que el reformista ha mantenido en la región, especialmente de la provincia Altagracia.

Entre las regiones metropolitana y Norte se produce un relativo equilibrio, pues el candidato del PLD sale adelante en la primera y el del PRD en la segunda, en ambos casos con diferencia de cinco puntos, 50 a 45 por ciento. Con una pequeña ventaja para el perredeísta ya que la región Norte aventaja 38 a 33 en el porcentaje del padrón electoral del 2010. Sorprende que en el Distrito Nacional ahora Mejía supere a Medina por 5 puntos, cuando antes era una de sus jurisdicciones adversas, y en cambio que en Santiago, que se le atribuía “absoluto dominio”, solo saque 0.7 de ventaja. En la provincia Santo Domingo, la mayor concentración de electores y reservorio de una alta proporción de la pobreza de la región metropolitana, la ventaja de Danilo es de 8.3 por ciento.

El cambio de las preferencias en Santiago podría relacionarse con la concentración en esa provincia de esfuerzos políticos y recursos estatales, lo mismo  que en las regiones Sur y Este, que son las más pobres del país, donde el millón 800 mil tarjetas de los diversos programas gubernamentales pudieran surtir más efectos, especialmente en las pequeñas y medianas comunidades donde todos se conocen. Al votar pudieran tener más seguridad del secreto que respondiendo a encuestadores.