¿Triplicar el Ejército Nacional?

Por Juan Bolívar Díaz
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Pasó desapercibido el reclamo que formulara el jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional (EN), mayor general Carlos A. Rivera Portes, de que sean triplicados los integrantes de esa institución, no sólo para controlar la frontera, sino también para apoyar a la Dirección Nacional de Control de Drogas y la Policía Nacional en la lucha contra todas las manifestaciones delincuenciales.

Lo planteó en un encuentro con los ejecutivos del diario El Caribe, según quedó registrado en su edición del 16 de marzo pasado. Nadie expresó alarma, porque en este país hace tiempo que perdimos la capacidad de asombro. En otros casos porque estábamos ocupados combatiendo los retrocesos institucionales de las últimas semanas.

Lo primero que llama la atención es la afirmación de que el Ejército tiene “más de 20 mil soldados”, porque en realidad son 27 mil 550 activos, según la página en la Internet de la Contraloría General de la República. El general Rivera Portes pedía que se triplicara de 20 a 60 mil.

Según la Constitución y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, su misión fundamental es proteger la soberanía nacional, no realizar labores policiales, que eso corresponde a la Policía Nacional, que debe ser profesionalizada, reestructurada y hasta reconstituida, si se quiere, para que cumpla su misión.

La misión fundamental del EN debería ser la protección de la soberanía, lo que remite a la única frontera, si asumimos que deben ser la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra, las instituciones que velen por la soberanía aérea y marítima.

Según el general Rivera “más de tres mil soldados luchan todos los días por proteger los 390 kilómetros que componen la frontera de la inmigración ilegal, la trata de personas y el trasiego ilícito de mercancías, a costa de sacrificio y por vocación de servicio a la patria”.

Asumiendo que sean tres mil los destacados en la frontera y que tengan realmente esa vocación patriótica, habría que preguntar qué hacen los otros 24 mil 550 soldados del Ejército Nacional. Si la pregunta le fue formulada, seguramente que el comandante del Ejército debe haber tenido dificultades para dar una respuesta.

Pero lo inconcebible es que un oficial de nivel profesional como el general Rivera Portes confiese que emplea 3 mil en su tarea fundamental, pero que requiere 60 mil. Cualquiera podría esperar que mejor abogara por reducir sus efectivos a la mitad, que serían 13 mil 775, más de cuatro veces el número de los que cumplen tarea patriótica en la frontera.

La reducción, como la de todas las Fuerzas Armadas, que según la Contraloría totalizan 54 mil 441, no sería por simple arbitrariedad, sino para tener mayores posibilidades de profesionalizar y pagar decentemente a sus integrantes, y para mejorarles el suministro de ropa, zapatos, equipos y materiales gastables.

Con la mitad se puede cumplir la tarea que hoy realizan tres mil esforzados soldados y aumentarían las posibilidades de  evitar que devengan en asociados de los delincuentes, especialmente de los narcotraficantes.

Es lamentable que pasen los años y ni siquiera los más profesionales oficiales, como tampoco los funcionarios y políticos dominicanos se planteen abordar con seriedad la calidad de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional y que persistan en creer que el problema es de cantidad. Cuando deberían saber que este pobre país no tiene los recursos necesarios para mantener con dignidad unos cuerpos armados tan abultados.

Que conste que además de los 54 mil 441 miembros de las Fuerzas Armadas, la Contraloría paga 33 mil 690 empleados del Ministerio de Interior y Policía, entre ellos 30,574 miembros de la Policía Nacional, además de 22 mil 947 pensionados militares y 14 mil 813 policías pensionados, para totalizar 125 mil 891 salarios. ¿Los triplicamos?