Hipólito en un laberinto; debería apoyar a Abinader

Por Juan Bolívar Díaz
22_02_2015 HOY_DOMINGO_220215_ El País13 A

Las encuestas y la opinión pública marcan una amplia ventaja para Luis Abinader en la competencia por la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y lo señalan como el de mayores posibilidades de encarnar una alternativa ante la maquinaria política del poderoso Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El escenario luce desfavorable para el expresidente Hipólito Mejía, quien arriesga demasiado en una competencia a la que entró empujado por su entorno político, cuando él mismo contemplaba apoyar a Abinader y convertirse en el líder que requeriría el proyecto de frente electoral concebido como “Convergencia por un Mejor País”.

Abinader se afianza. La última encuesta Gallup-HOY, publicada la semana pasada, muestra que Luis Abinader mantiene un progresivo afianzamiento en sus aspiraciones de ganar la candidatura presidencial de su partido, que ya se marcaba en las cinco investigaciones anteriores del 2013 y 2014, y ahora aparece como el político opositor con mayores preferencias de cara a los comicios del año próximo.

En esta encuesta el economista Abinader supera al agrónomo Mejía 45 a 16 por ciento en el universo, y 69 a 28 entre quienes dijeron simpatizar por el PRM en respuesta a la pregunta de quién cree que debería ser candidato presidencial en 2016. En la totalidad de los encuestados casi lo triplica, con diferencia de 29 puntos. Entre los perremeístas, que deberán elegir candidato presidencial el 29 de marzo próximo, la diferencia es mayor, de 41 puntos.

En escenarios frente a candidaturas de Danilo Medina, Miguel Vargas y Guillermo Moreno, Abinader registra 13% y Mejía 11 por ciento, y cuando se sustituyó a Medina por Leonel Fernández, la diferencia se amplía 24 y 18 puntos. En todas las preguntas el economista queda mejor parado que el agrónomo: en opiniones favorables 33 a 20; en desfavorable 41 a 70.

En la encuesta CID Latinoamérica publicada en HOY esta semana también sale adelante en imagen favorable y muy favorable de las personalidades del PRM, 45 a 34 por ciento; y en imagen desfavorable o muy desfavorable 46 a 64%.

Abinader queda bien posicionado también cuando Gallup preguntó a los encuestados a fines de enero pasado por cuál de los posibles candidatos a la presidencia nunca votarían. Su tasa negativa fue apenas de 0.7 por ciento, empatado con el presidente Medina, quien registró 0.8. Hipólito encabeza el rechazo con 41 por ciento, seguido de Leonel con 31 y Miguel Vargas 11%.

Tras lanzamiento de Hipólito. Es significativo que las diferencias entre ambos precandidatos se va ampliando progresivamente en la serie de seis encuestas Gallup-HOY desde el 2013. En la anterior, agosto del 2014, el universo favoreció a Abinader 36 a 13 por ciento, con 23 puntos de diferencia. En esa oportunidad no se segregaron los partidarios, tal vez porque estaban en proceso de constituir el nuevo partido. En la penúltima, de mayo 2014, ya se ratificaba la tendencia pero con menores diferencias: 27 a 21 por ciento en el universo y 44 a 32 entre sus partidarios.

La Gallup-HOY, del 16 al 23 de enero es la primera de la serie que se publica después que Hipólito se lanzara abiertamente tras la candidatura presidencial del PRM, y aunque apenas a semanas de que lo anunciara, a mediados de diciembre, ya llevaba varios meses recorriendo el país. Es significativo que en vez de mejorar su posicionamiento frente a Abinader, se hayan ampliado tanto sus desventajas.

Los que favorecen la precandidatura del expresidente, reivindican el 47 por ciento de los votos que obtuvo en el 2012 aún compitiendo con todo el poder y el enorme dispendio y reparto del Gobierno del PLD, que ese año registró un exceso presupuestario de 156 mil millones de pesos, solo en el Gobierno central, y unos 200 mil por todo el Estado. Pero no toman en cuenta las dos derrotas consecutivas de Mejía tras su presidencia 2000-04 y que en el 2016, con 75 años de edad, volverá a competir contra la misma maquinaria de poder.

¿Una expectativa fallida? Tanto entre sus más ardorosos seguidores como entre analistas políticos y observadores se esperaba que el inicio de la campaña abierta por la candidatura del PRM daría un fuerte aliento a los registros de Mejía en las encuestas, lo que todavía no se debe descartar, aunque apenas faltan cinco semanas para la fecha en que se ha pactado la votación primaria del PRM, el domingo 29 de marzo.

Las esperanzas de los hipolitistas se han fundado en que se repetiría el proceso para la elección presidencial anterior, cuando en marzo de 2011, “llegó papá”, derrotando a Miguel Vargas que tiempo antes le llevaba gran ventaja en las encuestas. Pero ahora hay diferencias importantes. Aquella vez el competidor había perdido la elección presidencial anterior y la congresual y municipal del 2010, había pactado con el presidente Fernández la reforma constitucional y se alejó progresivamente de las posiciones históricas de su partido.

Tampoco fue una sorpresa la victoria de Mejía. En “El Tema de Hoy” del 6 de marzo de 2011 el subtítulo rezaba “Un resucitado Hipólito Mejía aparece como favorito en la elección primaria de hoy retando el control de la maquinaria partidaria atribuido a Vargas Maldonado”. El vaticinio se fundamentaba en que a mediados de febrero la Gallup-HOY le había dado una ventaja de 11 puntos en las preferencias del universo frente a Vargas, y de 21, con 60.6 a 39.0, entre los que se decían perredeístas. Se citaban otras cuatro encuestas que otorgaban amplísimas ventajas al agrónomo, aunque también a dos que favorecían a Vargas.

Así mismo se anotaba que ya en la Gallup-HOY de julio del 2010, tras los comicios legislativos y municipales en que el PRD no ganó una sola provincia bajo la presidencia de Vargas, Mejía lo alcanzó en las preferencias del universo y le llevó 8 puntos entre los que se confesaron perredeístas para la elección presidencial del 2012.

En la opinión pública. El economista y empresario Luis Abinader no solo ha sido favorecido en las encuestas como potencial candidato presidencial, sino también por la gran mayoría de los articulistas y los que hacen opinión pública, especialmente en los segmentos de clase media y alta.

Hipólito conserva muchas simpatías en los sectores populares, donde llega más su carisma, su discurso y su habitual buen humor. También porque su Gobierno, sobre todo en la primera mitad, desconcentró la inversión pública con miles de pequeñas obras que llegaron a comunidades olvidadas.

Abinader está lejos del carisma popular del expresidente, con la desventaja adicional de no haber tenido experiencia en cargos públicos, pero todavía con 47 años es percibido como más representativo de un electorado mayoritariamente de su generación, como una alternativa novedosa, y un profesional gen que no genera rechazos ni sufre de incontinencia verbal. En los partidos y grupos que auspician la Convergencia es ampliamente preferido, y uno de ellos el Partido Humanista Dominicano, ya lo ha proclamado su candidato, no por rechazo a Mejía, sino porque creen que su bajo rechazo les abre mayores perspectivas de crecimiento, sobre todo en los segmentos juveniles, de mujeres y clases medias. Y particularmente porque atrae más perredeístas aún indecisos o con Vargas Maldonado. En la última Gallup-HOY 47 a 34 por ciento.

 

El desafío pendiente de Hipólito y el PRD

Por Juan Bolívar Díaz

El candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, retorna tras una exitosa gira política de dos semanas por Europa, con la expectativa de que finalmente el ingeniero Miguel Vargas Maldonado decida respaldarlo en su lucha por la presidencia de la República.

En los ámbitos perredeístas se cree que el presidente del partido se va quedando aislado tras la incorporación a la campaña electoral de la mayoría de los que apoyaron su búsqueda de la candidatura, por lo que tendría que aceptar la realidad si no quiere incurrir en un suicidio político.

El gran desafío del PRD.  En la medida en que se van disipando las dudas que algunos albergaban en  cuanto a si el presidente Leonel Fernández daría su respaldo a la candidatura de Danilo Medina, en el PRD crecen las preocupaciones porque a casi siete meses de la elección de su candidato, aún no se  logra la plena unificación partidista.

El agrónomo Mejía retorna al país este domingo tras una gira por España, Italia y Francia, donde cosechó respaldos y amplió sus relaciones internacionales, con la expectativa de lograr el pleno respaldo de Vargas Maldonado, quien no solamente fue su contrincante en la lucha por la candidatura presidencial y obtuvo un 46% de los votos, sino que además ostenta la presidencia del partido.

Antes de salir hacia España, Mejía hizo lo que pareció un último esfuerzo por lograr la plena unificación de su partido, al presentarse al local nacional para entregar una carta pidiendo una reunión con Vargas. Esta semana le felicitó por su cumpleaños a través de las redes sociales, tratándolo de “querido compañero”, lo que se interpretó como un nuevo esfuerzo de acercamiento. Se ha dicho que el presidente del PRD espera el retorno del candidato para darle una respuesta que los perredeístas anhelan positiva.

Desde antes de su elección, Mejía planteó la unidad del partido como garantía de triunfo en los comicios del 2012 y ha reiterado su apertura, aunque algunos de los suyos mantienen una “actitud triunfalista” alentada por las ventajas que le han otorgado las encuestas. La última Gallup-HOY, de agosto, dio a Mejía una ventaja de 14 por ciento en el universo y del 20 entre quienes se confesaron con la firme decisión de votar. La última del Centro Económico del Cibao para el PRD, en septiembre, le mantenía una ventaja de 16 puntos, con registro de  54 a 38 por ciento. Aunque las encuestas de Medina la reducen a 5 y 7 puntos y se publicó una que indicaba empate.

Va quedando aislado.  Casi todo el “estado mayor” de Vargas Maldonado en la lucha por la candidatura presidencial se ha distanciado de su resentimiento, ya por convicción o por racionalidad política, varios de ellos en posiciones relevantes del Comando Nacional de Campaña del PRD, como Alfredo Pacheco, Neney Cabrera, Andrés Bautista y Jesús Vásquez, Orlando Jorge, Eligio Linares, Roberto Fulcar y Alejandro Abréu, y líderes femeninas que encarnaron el “varguismo” como Peggy Cabral viuda Peña, Geanilda Vásquez y Yanet Camilo. También cuadros profesionales tan influyentes como Andy Dahuajre, José Joaquín Puello, César Mella, Jaime Aristy y Fausto Ruiz.

Como de fidelidad absoluta son señalados Julio Maríñez y Aníbal García Duvergé, que han declinado públicamente asumir posiciones en el comando de campaña, y Rafael Díaz  Filpo, Henry Sarraf y Fiquito Vásquez, que están a medias sin que se descarte que puedan renunciar, como el alcalde de Santo Domingo Norte, o hasta acogerse al transfuguismo, como ya lo han hecho tres o cuatro del interior, incluido el alcalde de San Cristóbal, el pelotero Raúl Mondesí o la antigua reina de belleza llevada por Vargas a la posición de vicealcalde de Santo Domingo Norte.

El asunto es que a casi siete meses de la elección primaria efectuada el 6 de marzo, Vargas Maldonado y algunos de sus partidarios siguen sin entender que perdieron, o están todavía convencidos de que Hipólito ganó con el voto de cientos de miles de peledeístas, como se argumentó desde que se conoció el cómputo.  A su esposa Angelita García le atribuyen la posición más intransigente y se afirma que echó de la casa a personajes tan influyentes como Andy Dahuajre, Pacheco y Neney Cabrera, cuando éstos se fueron convenciendo de que los perredeístas y la opinión pública reconocían a Mejía como candidato legítimo. El mismo Vargas ha evadido encontrarse con el candidato, aún pese a esfuerzos de Peggy Cabral o del reputado neurocirujano José Joaquín Puello, su candidato vicepresidencial del 2008, a quien le habría dejado una cena puesta todavía recientemente.

Peligro del triunfalismo.  A estas alturas del juego es obvio que lo más conveniente para el PRD es lograr la total coherencia si se descarta que Vargas Maldonado vaya a renunciar a la presidencia del partido.

Pero ese elemento de distracción tiene que ser superado ya pues renueva la convicción en importantes sectores medios y altos de que los perredeístas son incapaces de ponerse de acuerdo.

Mejía y los suyos tienen el desafío de evadir las actitudes triunfalistas que algunos exhiben, al creer y proclamar que no hay manera de modificar las perspectivas electorales que dibujan las encuestas, dado el progresivo deterioro de la imagen del Gobierno y del partido morado.

 Ya a estas alturas los que contaban con que el presidente Fernández no apoyaría a Danilo Medina deberían estar convencidos de su error, pues las declaraciones del mandatario en su reciente viaje a Nueva York y el aval público que dio a su esposa Margarita Cedeño para la candidatura vicepresidencial, no parecen dejar dudas.

Tal como se había advertido, gracias a un fuerte sentimiento de cuerpo y temor a romper el consenso grupal, el PLD avanza firme en la cohesión en torno a su candidatura y es dueño de una poderosa maquinaria política afianzada en el poder y en disposición de pelear hasta el último cartucho por mantenerlo.

El escandaloso planteamiento newyorkino del presidente Leonel Fernández de que destinará 40 mil millones de pesos para distribución de 10 millones de raciones alimentarias y para establecer 900 plazas agropecuarias, además de pavimentar el país, deberían ser un aviso eficiente, pues ya lo han hecho en los dos últimos torneos electorales. Desde el 2010 no se han vuelto a ver las inmensas cocinas rodantes que proporcionaron comida cocida en casi todas las provincias, y en ambos procesos el déficit fiscal sobrepasó los 40 mil millones de pesos en la campaña electoral.

Súmenle el anuncio esta semana del vicepresidente Rafael Alburquerque de una segunda fase de las políticas sociales del Gobierno, que persigue alcanzar a un millón 800 mil hogares, nada menos que seis millones de personas, el 60 por ciento de la población nacional.

Por demás, el PLD está demostrando que le sobra dinero para una inversión publicitaria que multiplica varias veces la del PRD, y las caravanas interprovinciales a 7 meses de los comicios no dejan dudas de que le sobran recursos y voluntad para dar la pelea con un candidato presidencial que mantiene un discurso altamente propositivo.

Vargas: nadar

 o morir

El progresivo aislamiento político en que va quedando el ingeniero Vargas lo llama a moverse con más racionalidad si es que no quiere incurrir en un suicidio político, reconocía uno de los hombres que lo impulsaron a la presidencia del partido y a la búsqueda de la candidatura. Cuando se le preguntó si no se lo había advertido, el dirigente perredeísta adujo que el empresario y político había roto sus nexos con él.

Otro entiende que Vargas está ganando tiempo para ver si Hipólito Mejía logra mantener las ventajas que le otorgan las encuestas y la percepción general, atribuyéndole consciencia de que como presidente del partido no puede arriesgarse a quedarse fuera del tren de la victoria, como tampoco ser responsabilizado de una derrota, pues en cualquiera de los dos casos le resultaría difícil escapar de la ira de los perredeístas, muchos de los cuales entienden que “no pueden correr el riesgo de otros cuatro años en el abajismo”.

Los más radicales frente a la actitud de Vargas, entre los cuales se señala al doctor Hugo Tolentino, llegan a considerar que el presidente del partido se tiene que acoger a la decisión de las mayorías o renunciar.

Como ironía del destino recuerdan que aquel modificó los estatutos del PRD para permitir que el candidato presidencial fuera a la vez presidente del partido, para evitar incoherencias en las campañas electorales, como adujo que se produjo cuando él encabezó la boleta blanca en el 2008, con el ingeniero Ramón Alburquerque en la presidencia.

La generalidad de los perredeístas lo que quieren es la unidad e integración de todos los sectores, especialmente los que creen que Vargas mantiene vigor y recursos para lograr otra oportunidad en el 2016, para lo cual tiene que moverse en la actual coyuntura o la maquinaria perredeísta y su ambición de poder le pasará por encima.

Se cree que Mejía ha realizado los últimos esfuerzos de acercamiento, desatendiendo recomendaciones de asesores políticos nacionales y extranjeros que aconsejan quitarle importancia a la “huelga de brazos caídos” del presidente del partido. Aducen que “eso mientras más se bata más hiede”.

Danilo Medina plantea otro estilo de gobierno

El discurso de Danilo Medina tras ser proclamado candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue una pieza bien concebida, abarcadora y sintética que trató de responder a grandes insatisfacciones nacionales y en la que esbozó un perfil propio dentro de un proyecto colectivo.

Situado en el filo mismo de la navaja, Medina resaltó los méritos del gobierno de Leonel Fernández, de cuyo apoyo no puede prescindir, y evadió herir susceptibilidades, pero apeló a sus compañeros de partido para que reconozcan con humildad que han cometido errores y descuidos y que falta mucho por hacer.

Un magnífico discurso

Puede ser que le faltara un poco del histrionismo que se le echa de menos, pero el discurso del economista e ingeniero químico Danilo Medina tras su proclamación como candidato presidencial puede ser considerado magnífico, tanto por su construcción como por su contenido.

Fue abarcador, sintetizando en sólo 30 minutos la esencia de sus planteamientos programáticos, proponiendo un nuevo estilo de gobernar y apelando a segmentos poblacionales fundamentales, como los jóvenes, las mujeres, los desempleados y los productores.

Al mismo tiempo, Medina se refirió a los problemas que mayores insatisfacciones causan en la sociedad dominicana, como el desempleo, la desigual distribución del crecimiento económico, la persistente pobreza, la inversión en educación y salud y la creciente inseguridad.

Donde se quedó corto fue en abordar la crisis energética y la sensible querella de la corrupción a la que, dentro de un evidente esfuerzo por no herir susceptibilidades,  apenas aludió cuando planteó que llegará a la presidencia “con el corazón en las manos para nuestros hermanos más pobres pero con el látigo para los deshonestos”.

Reivindicó las realizaciones de los gobiernos del presidente Fernández, y aludió a la anterior gestión de su mayor contrincante, Hipólito Mejía, pero sin convertirlo en centro de la actividad, de lo que se ocupó el secretario general peledeísta y la propaganda electoral presentada en el acto.

Ha habido bastante consenso entre analistas y comentaristas en reconocer la calidad del discurso del candidato, aunque no faltan quienes pretenden que el hábil político deje de reconocer los logros del Gobierno y de pasarle la mano al líder de su partido y Presidente de la nación.

El tiempo de Danilo

Danilo Medina no pretendió saltarse la valla y para reclamar respeto a su propio espacio y tiempo comenzó prometiendo ser un gobernante digno de la memoria, lucha y anhelos del fundador del partido, profesor Juan Bosch, para seguido dirigirse al presidente Fernández comprometiéndose a “continuar y mejorar su obra de gobierno”, casi despidiéndolo al expresar su convicción de que “la historia honrará sus méritos como un gobernante que supo conducirnos en una de las etapas más difíciles del mundo contemporáneo”.

Fue entonces que proclamó “ahora es mi tiempo”, para más adelante expresar: “Óiganme bien, voy a construir mi propio estilo de gobernar. Construyendo una fuerte alianza entre el Gobierno central, los gobiernos municipales, las organizaciones comunitarias y las empresas locales, para impulsar el desarrollo social y económico de las comunidades, potenciando sus recursos naturales, turísticos y culturales y mejorando sus infraestructuras básicas”.

Reconoció que “nuestra economía creció mucho en los últimos años”, pero “ahora es el momento de distribuir esa riqueza con toda la población”, planteamiento con el cual asume la crítica de que el crecimiento que resalta el Gobierno no ha beneficiado a la mayoría de la población y que ha quedado muy concentrado en obras urbanas y capitalinas: “Es hora, por lo tanto, de repartir este crecimiento y hacer que llegue a todas las personas, a todas las regiones, a todas las ciudades y a todos los campos del país.

Medina no temió declarar su prioridad en la educación, acogiendo el reclamo de inversión de por lo menos el 4 por ciento del producto bruto en educación, que tanto ha ofendido al Gobierno del presidente Fernández,  prometiendo también que trabajará “desde el primer día para pagar la deuda social en salud”.

Apela a la humildad

Las cuerdas del discurso de Danilo Medina se tensaron pero guardaron la armonía cuando se dirigió a sus compañeros de partido para pedirles “un exacto equilibrio entre el orgullo y la humildad”. Volvió a reconocer los gobiernos de Fernández, advirtiendo que “así como estamos orgullosos de lo que pudimos realizar, también tenemos que tener humildad sobre lo que aún no se ha hecho y, sobre todo, en lo que nos hemos equivocado y descuidado” (así en negritas en el texto distribuido).

Proclamó que la nación se realiza con “esfuerzo sostenido, diagnósticos serios y balances honestos”, señalando que el pueblo “debe saber que hicimos muchas cosas y que otras, no menos importantes, nos faltan por hacer. En tres ocasiones defendió el planteamiento en que basó su campaña por la candidatura: “continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo”.

Consciente de la resistencia de algunos ante esa formulación, el candidato deslizó que no viene para desunir sino para unir, y siguió dibujando su propio perfil planteando  “no vengo para decidir solo sino a compartir decisiones colectivas. No vengo para mandar sino a dialogar. No vengo solamente para hablar sino, ante todo, para escuchar”, aunque advirtió que no tiene compromisos con nadie cuando se trata de adecentar la vida política del país”.

Quiso también, Medina, dejar claro cuál será su principal prioridad, si alcanza la presidencia de la nación, por un lado “disminuir considerablemente la pobreza absoluta en nuestro país”. Y por otro, disminuir la gran desigualdad social que todavía existe en nuestra República Dominicana”.

Como es normal en el PLD, desde su fundación, el acto transcurrió con absoluto orden y organización. Se echó de menos a la primera dama Margarita Cedeño, de cuya ausencia no hubo siquiera alusión, lo que dio origen a especulaciones, sobre si era indicativo de que no sería escogida por Medina como candidata vicepresidencial, o si el Presidente no deseaba involucrarla, o si buscaba evitar que su presencia alentara la consigna que ella misma reivindicó hace poco de “con Danilo y con mamá, esa pela va”, misma que fue incluida en una pieza musical popular de las que prologaron la actividad.

En el filo de la navaja

Por dondequiera que se le mire, el discurso del candidato presidencial del PLD estuvo lleno de aciertos, aunque está pendiente comprobar si sus partidarios, especialmente los más dogmáticos y fieles al presidente Fernández, comprendieron el esfuerzo por diferenciarse, por crear un nuevo perfil, por fundamentar nuevas ilusiones, por plantear renovación.

Los estrategas de Medina saben perfectamente que así como es imperativo mantener la unidad y lograr el apoyo del Presidente de la nación y líder del partido para retener el poder, también es imprescindible plantear cambios, que un simple más de lo mismo es un suicidio político.

Las últimas dos encuestas Gallup-HOY y la Penn-Schoen no dejan duda sobre la insatisfacción con la gestión del PLD y la amplia ventaja con que ha partido el candidato del Partido Revolucionario Dominicano, Hipólito Mejía, tan amplia como las que se registraban a favor de Fernández cuando el perredeísta pretendió la reelección en medio de la crisis financiera originada en las quiebras bancarias.

Hay en el PLD quienes creen que es suficiente contraponer la gestión actual a la de Mejía, restando peso al desgaste del Gobierno, sobre todo cuando persiste una grave deuda social. En algunos segmentos poblacionales eso podría tener impacto, pero para la mayoría el último golpe es el que más duele.

En una declaración el jueves, Danilo Medina no dejó dudas de que su campaña golpeará los aspectos negativos de la gestión de Mejía, pero sus asesores son conscientes de que eso no es suficiente y tendrá que seguir bordeando el filo de la navaja buscando diferenciarse de lo que hay, respondiendo las insatisfacciones y reconociendo errores y limitaciones, cada vez con más insistencia.

El problema de Danilo es que no podrá prescindir de las figuras que encarnan el rechazo popular. Pudieron dejar a Euclides Gutiérrez fuera del escenario del domingo, pero el jueves la cúpula partidaria lo reivindicó, llegando al extremo de justificar que no haya pagado la energía eléctrica durante 5 años, acumulando una deuda millonaria.