Un PRM demasiado conservador

Por Juan Bolívar Díaz
01_11_2015 HOY_DOMINGO_011115_ Opinión9 A

Con sinceridad y sin la menor ironía, considero que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha sido muy conservador al calcular lo que se podría ahorrar en el presupuesto nacional del 2016 para traspasarlo al mejoramiento de los sueldos de los policías y otro servidores del Estado en la indigencia, así como para un mejor combate a la pobreza extrema, aumentando considerablemente el subsidio de los programas sociales..

Para comenzar, la propuesta debería incluir la duplicación de los sueldos de todos los servidores públicos que ganan el mínimo de 5,117 pesos mensuales, así como de los casi cien mil pensionados estatales con el mismo ingreso. Y en la mayoría de los ayuntamientos y distritos municipales se pagan salarios de dos y tres mil pesos.

No se puede dejar de reconocer que la propuesta del candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, es interesante y acertada desde el punto de vista político-electoral, tanto que sacudió instancias gubernamentales con reacciones que llegaron al extremo de mandar a estudiar finanzas a economistas de la categoría y reputación de Miguel Ceara Hatton, Guillermo Caram, Arturo Martínez Moya y Eduardo Tejera, para citar a los más conocidos de un equipo económico envidiable para cualquier proyecto presidencial.

En los mismos renglones que incluyó la propuesta de ahorrar 50,823 millones de pesos se podría llegar razonablemente más lejos, y mucho más si el Gobierno decreta una real austeridad en el gasto público, si suprime algunos organismos burocráticos que solo amamantan clientes y parásitos políticos, muchos de ellos duplicadores de funciones o hace tiempo inoperantes, como la Corporación Dominicana de Empresas Estatales, la Comisión para Reforma de la Empresa Pública, o hasta el Instituto Nacional de Estabilización de Precios, donde unos dos mil dirigentes y militantes de un partido aliado encuentran sostén.

No se crean que estoy exagerando, fueron promesas de campaña en varias elecciones consecutivas, incluyendo la del presidente Danilo Medina hará cuatro años. El mandatario sabe que es posible un ahorro mayor al planteado por el PRM, pues el Gobierno suprimió un millar de empleos parásitos de reformistas solo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, aunque no se ha atrevido a hacer lo mismo con otro millar de peledeístas y relacionados que cobran en dólares -y en muchos casos trafican- como embajadores, cónsules, vicecónsules y consejeros.

Eché de menos muchos de estos ahorros en la propuesta del PRM y dudo que fuera por olvido, sino más bien conservadurismo para no despertar demasiado incertidumbre o rechazo, o quién sabe si hasta reservándose fuentes clientelares por si logran la hazaña de desplazar la enorme maquinaria política y de control estatal de los actuales gobernantes.

Un ejemplo significativo del conservadurismo de la propuesta se encuentra en el renglón referente a los 245 mil millones de pesos consignados en el presupuesto para la contratación de obras y compras de bienes y servicios, donde solo consignan un ahorro del cinco por ciento, 12 mil millones de pesos. Aunque dejan constancia de que en esos renglones se pierde por lo menos un 20 por ciento “en desviaciones irregulares”.

En materia de obras públicas la corrupción consume más del 20 por ciento. Hace más de tres décadas que Balaguer llegó a justificar las comisiones del 10 por ciento, y todavía no se veían obras duplicadas de precio, como los parqueos de Bellas Artes y la UASD o la remodelación del hospital Darío Contreras.

Fue una descomunal exageración del doctor Leonel Fernández cuando en su campaña electoral de 1996 cuantificó la corrupción en 30 mil millones de pesos, alrededor del cien por ciento del presupuesto nacional. Ahora si fuera solo del 20 por ciento, implicaría más que duplicar los 58 mil millones indicados por el PRM.

Si nada de eso es posible, seguiremos soñando que podremos garantizar la seguridad pública con policías ganando salarios cebolla, como dramatizó el iluminado raso Daurin Muñoz, por eso despedido de la Policía Nacional.

 

Danilo Medina plantea otro estilo de gobierno

El discurso de Danilo Medina tras ser proclamado candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue una pieza bien concebida, abarcadora y sintética que trató de responder a grandes insatisfacciones nacionales y en la que esbozó un perfil propio dentro de un proyecto colectivo.

Situado en el filo mismo de la navaja, Medina resaltó los méritos del gobierno de Leonel Fernández, de cuyo apoyo no puede prescindir, y evadió herir susceptibilidades, pero apeló a sus compañeros de partido para que reconozcan con humildad que han cometido errores y descuidos y que falta mucho por hacer.

Un magnífico discurso

Puede ser que le faltara un poco del histrionismo que se le echa de menos, pero el discurso del economista e ingeniero químico Danilo Medina tras su proclamación como candidato presidencial puede ser considerado magnífico, tanto por su construcción como por su contenido.

Fue abarcador, sintetizando en sólo 30 minutos la esencia de sus planteamientos programáticos, proponiendo un nuevo estilo de gobernar y apelando a segmentos poblacionales fundamentales, como los jóvenes, las mujeres, los desempleados y los productores.

Al mismo tiempo, Medina se refirió a los problemas que mayores insatisfacciones causan en la sociedad dominicana, como el desempleo, la desigual distribución del crecimiento económico, la persistente pobreza, la inversión en educación y salud y la creciente inseguridad.

Donde se quedó corto fue en abordar la crisis energética y la sensible querella de la corrupción a la que, dentro de un evidente esfuerzo por no herir susceptibilidades,  apenas aludió cuando planteó que llegará a la presidencia “con el corazón en las manos para nuestros hermanos más pobres pero con el látigo para los deshonestos”.

Reivindicó las realizaciones de los gobiernos del presidente Fernández, y aludió a la anterior gestión de su mayor contrincante, Hipólito Mejía, pero sin convertirlo en centro de la actividad, de lo que se ocupó el secretario general peledeísta y la propaganda electoral presentada en el acto.

Ha habido bastante consenso entre analistas y comentaristas en reconocer la calidad del discurso del candidato, aunque no faltan quienes pretenden que el hábil político deje de reconocer los logros del Gobierno y de pasarle la mano al líder de su partido y Presidente de la nación.

El tiempo de Danilo

Danilo Medina no pretendió saltarse la valla y para reclamar respeto a su propio espacio y tiempo comenzó prometiendo ser un gobernante digno de la memoria, lucha y anhelos del fundador del partido, profesor Juan Bosch, para seguido dirigirse al presidente Fernández comprometiéndose a “continuar y mejorar su obra de gobierno”, casi despidiéndolo al expresar su convicción de que “la historia honrará sus méritos como un gobernante que supo conducirnos en una de las etapas más difíciles del mundo contemporáneo”.

Fue entonces que proclamó “ahora es mi tiempo”, para más adelante expresar: “Óiganme bien, voy a construir mi propio estilo de gobernar. Construyendo una fuerte alianza entre el Gobierno central, los gobiernos municipales, las organizaciones comunitarias y las empresas locales, para impulsar el desarrollo social y económico de las comunidades, potenciando sus recursos naturales, turísticos y culturales y mejorando sus infraestructuras básicas”.

Reconoció que “nuestra economía creció mucho en los últimos años”, pero “ahora es el momento de distribuir esa riqueza con toda la población”, planteamiento con el cual asume la crítica de que el crecimiento que resalta el Gobierno no ha beneficiado a la mayoría de la población y que ha quedado muy concentrado en obras urbanas y capitalinas: “Es hora, por lo tanto, de repartir este crecimiento y hacer que llegue a todas las personas, a todas las regiones, a todas las ciudades y a todos los campos del país.

Medina no temió declarar su prioridad en la educación, acogiendo el reclamo de inversión de por lo menos el 4 por ciento del producto bruto en educación, que tanto ha ofendido al Gobierno del presidente Fernández,  prometiendo también que trabajará “desde el primer día para pagar la deuda social en salud”.

Apela a la humildad

Las cuerdas del discurso de Danilo Medina se tensaron pero guardaron la armonía cuando se dirigió a sus compañeros de partido para pedirles “un exacto equilibrio entre el orgullo y la humildad”. Volvió a reconocer los gobiernos de Fernández, advirtiendo que “así como estamos orgullosos de lo que pudimos realizar, también tenemos que tener humildad sobre lo que aún no se ha hecho y, sobre todo, en lo que nos hemos equivocado y descuidado” (así en negritas en el texto distribuido).

Proclamó que la nación se realiza con “esfuerzo sostenido, diagnósticos serios y balances honestos”, señalando que el pueblo “debe saber que hicimos muchas cosas y que otras, no menos importantes, nos faltan por hacer. En tres ocasiones defendió el planteamiento en que basó su campaña por la candidatura: “continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo”.

Consciente de la resistencia de algunos ante esa formulación, el candidato deslizó que no viene para desunir sino para unir, y siguió dibujando su propio perfil planteando  “no vengo para decidir solo sino a compartir decisiones colectivas. No vengo para mandar sino a dialogar. No vengo solamente para hablar sino, ante todo, para escuchar”, aunque advirtió que no tiene compromisos con nadie cuando se trata de adecentar la vida política del país”.

Quiso también, Medina, dejar claro cuál será su principal prioridad, si alcanza la presidencia de la nación, por un lado “disminuir considerablemente la pobreza absoluta en nuestro país”. Y por otro, disminuir la gran desigualdad social que todavía existe en nuestra República Dominicana”.

Como es normal en el PLD, desde su fundación, el acto transcurrió con absoluto orden y organización. Se echó de menos a la primera dama Margarita Cedeño, de cuya ausencia no hubo siquiera alusión, lo que dio origen a especulaciones, sobre si era indicativo de que no sería escogida por Medina como candidata vicepresidencial, o si el Presidente no deseaba involucrarla, o si buscaba evitar que su presencia alentara la consigna que ella misma reivindicó hace poco de “con Danilo y con mamá, esa pela va”, misma que fue incluida en una pieza musical popular de las que prologaron la actividad.

En el filo de la navaja

Por dondequiera que se le mire, el discurso del candidato presidencial del PLD estuvo lleno de aciertos, aunque está pendiente comprobar si sus partidarios, especialmente los más dogmáticos y fieles al presidente Fernández, comprendieron el esfuerzo por diferenciarse, por crear un nuevo perfil, por fundamentar nuevas ilusiones, por plantear renovación.

Los estrategas de Medina saben perfectamente que así como es imperativo mantener la unidad y lograr el apoyo del Presidente de la nación y líder del partido para retener el poder, también es imprescindible plantear cambios, que un simple más de lo mismo es un suicidio político.

Las últimas dos encuestas Gallup-HOY y la Penn-Schoen no dejan duda sobre la insatisfacción con la gestión del PLD y la amplia ventaja con que ha partido el candidato del Partido Revolucionario Dominicano, Hipólito Mejía, tan amplia como las que se registraban a favor de Fernández cuando el perredeísta pretendió la reelección en medio de la crisis financiera originada en las quiebras bancarias.

Hay en el PLD quienes creen que es suficiente contraponer la gestión actual a la de Mejía, restando peso al desgaste del Gobierno, sobre todo cuando persiste una grave deuda social. En algunos segmentos poblacionales eso podría tener impacto, pero para la mayoría el último golpe es el que más duele.

En una declaración el jueves, Danilo Medina no dejó dudas de que su campaña golpeará los aspectos negativos de la gestión de Mejía, pero sus asesores son conscientes de que eso no es suficiente y tendrá que seguir bordeando el filo de la navaja buscando diferenciarse de lo que hay, respondiendo las insatisfacciones y reconociendo errores y limitaciones, cada vez con más insistencia.

El problema de Danilo es que no podrá prescindir de las figuras que encarnan el rechazo popular. Pudieron dejar a Euclides Gutiérrez fuera del escenario del domingo, pero el jueves la cúpula partidaria lo reivindicó, llegando al extremo de justificar que no haya pagado la energía eléctrica durante 5 años, acumulando una deuda millonaria.

Salutación a Danilo Medina

Todos los que aspiramos a cambios significativos en la forma de hacer política y gobernar el país debemos saludar la candidatura a la Presidencia de la República de Danilo Medina, a ser proclamada hoy por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y desearle suerte en un escenario de competencia tan difícil, como indican las encuestas.

Lleva varios años recorriendo el país, armando grupos y formulando propuestas renovadoras de Gobierno, bien articuladas, abarcadoras e incluyentes. Se ha rodeado de muchos de los mejores cuadros dirigenciales, profesionales  y técnicos de su propio partido y ha obtenido el de muchos otros procedentes de diversos ámbitos sociales.

Cuando turbulencias y tempestades originarias del inveterado caudillismo nacional sacudían la nave del PLD y repercutían en la nación, Medina se condujo con sabiduría, evadió las provocaciones y contuvo a los que querían responder, convencido de que era portador de razones que terminarían predominando, como ocurrió.

En el ínterin se preocupó en conversar directamente con múltiples actores de la vida nacional, tratando de convencerlos de que si le dan oportunidad cambiaría la forma de hacer política y de gobernar. Yo confieso que lo miraba fijamente a los ojos y que me convencía. Lo mismo me ocurría con varios de sus más cercanos colaboradores.

Convencido de que los tiempos no auspiciaban que los vientos tormentosos del continuismo llegaran a huracán, sostuve que si él mantenía la dirección armónica de su orquestación, ningún improvisado iba a poder disputarle la candidatura.

Pero también advertí que su problema sería ganar la presidencia, después de dos períodos de Gobierno peledeísta consecutivos y tres de los últimos cuatro, ya que la deuda social histórica, y políticas erráticas, junto a la descomposición delincuencial y rampante corrupción, crean un ambiente de cambio hacia cualquier dirección. Sobre todo si las circunstancias lo obligan a hacerse acompañar de muchos de los que encarnan hoy la indignación nacional.

He ahí el gran desafío de Danilo Medina: precisa la unidad y el respaldo de su partido para ganar, sin que le despojen del margen de diferenciación que le dio fortaleza ante propios y extraños durante los últimos años. Si los suyos no entienden que él parte con la desventaja del desgaste en el poder y que tiene que plantear renovación y diferencias para generar nuevas ilusiones, sucumbirá irremisiblemente.

No es fácil el desafío de Danilo: tiene que empezar a diferenciarse en la forma de hacer campaña electoral, impidiendo que el Gobierno irrumpa en la misma para que no se repita su grito desgarrador del 2003: “me venció el Estado”. Y el primer desafío será que los ministros que ha designado para dirigir su campaña electoral tomen inmediata licencia de sus cargos como ocurriría en cualquier democracia, aún de mediana intensidad.

El Gobierno tiene muchas formas de ayudar a Danilo. Pero no con los ruidos de esta semana previa a su proclamación, como el del ministro y “cara histórica del PLD” que agrede a diestra y siniestra e insta a la población a no pagar la energía eléctrica, la designación de otras docenas de generales, vicecónsules y viceministros, incluyendo a uno que acaba de ser responsabilizado de la malversación de cientos de millones de pesos que ha quebrado el Seguro Nacional de Maestros, y los abusos en el precio de los combustibles, en promedio 35 por ciento más caros que en diciembre pasado cuando el petróleo se cotizaba como ahora alrededor de 85 dólares el barril.

Sin duda Danilo Medina tiene graves desafíos, entre ellos el de mantener la ilusión de que los cambios son posibles en la política y los políticos nacionales.

Todo bajo control en la votación del PLD

Por Juan Bolívar Díaz
http://hoy.com.do/image/article/630/460x390/0/B7852227-2F1C-422D-AD69-5889CF6B2146.jpeg

El ingeniero químico y economista Danilo Medina será electo hoy candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) con un respaldo tan apabullante que podría superar las tres cuartas partes de los miembros de esa organización política.

En la segunda boleta de votación, los electores ratificarán la propuesta del Comité Central peledeísta de auto prolongarse su mandato y el de los dirigentes nacionales por otro periodo de cinco años, lo que será un nuevo revés para la institucionalidad democrática del sistema partidista.

Premio a la tenacidad.  Con un panorama totalmente despejado, sin tensiones ni dudas, Danilo Medina emerge hoy como candidato presidencial del partido morado para las elecciones del 2012, por segunda vez en su historia, y en un escenario similar al del 2000 cuando perdió frente al agrónomo perredeísta Hipólito Mejía.

Si se atiende el resultado de las encuestas y a la tradición peledeísta, Medina será electo por una aplastante mayoría, que podría alcanzar las tres cuartas partes de los miembros del PLD, aunque por lo menos uno de sus contrincantes, el mercadólogo José Tomás Pérez, proclama que habrá sorpresa, y que nadie alcanzará la mitad de los votos, por lo que habría una segunda vuelta.

Los otros dos aspirantes son el abogado Francisco Domínguez Brito y el ingeniero Radhamés Segura.

El economista Medina alcanzará la nominación casi de manera plebiscitaria tras un largo proceso en el que muchos creyeron que el frustrado proyecto continuista del presidente Leonel Fernández le cerraría el paso como ocurrió para los comicios del 2008, cuando la Constitución permitía la reelección presidencial.

Por momentos se dio por hecho que el primer mandatario y sus seguidores respaldarían a la primera dama Margarita Cedeño o al vicepresidente Rafael Alburquerque.

 Danilo Medina no se dejó provocar ni desesperar y en todo momento expresó su  convicción de que alcanzaría la nominación presidencial, acuñando la frase de que “cuando pasen las turbulencias, la nave peledeísta se estabilizará y seré el candidato”.

El político sanjuanero se benefició  de las indefiniciones de sus contrincantes, que en su generalidad condicionaban sus aspiraciones a que el presidente Fernández no buscara una repostulación que le vedaba la Constitución.

Era una carta para buscarse el apoyo del mandatario, lo que vino a resultar imposible cuando el que corría solo y decidido había ganado un amplio respaldo en el partido y en un “sector externo” constituído por unos 460 grupos que según sus voceros integrarían a 300 mil personas.

Danilo Medina recibirá este domingo un premio a la tenacidad y la paciencia políticas.

Tres cuartas partes.  Hace casi dos meses las encuestas más acreditadas Gallup-HOY y Penn, Schoen Berland, daban a Medina una alta preferencia para la candidatura presidencial del PLD en el 2012.

La primera, realizada a fines de abril, le otorgó el 60 por ciento de las preferencias del universo de los encuestados, y el 66 por ciento entre los que se manifestaron peledeístas. José Tomás Pérez aparecía en un distante segundo lugar con el 3.5 por ciento.

La encuesta Penn, a principios de mayo, sólo preguntó preferencias a los que se consideraban peledeístas y entre ellos Medina alcanzó el 81 por ciento. Y todavía había reticencia en algunos sectores a aceptar la realidad de que el contradictor del líder se imponía. Una encuesta privada reciente le otorgaba sobre del 80 por ciento. Para la fortaleza del candidato es conveniente obtener una votación al menos parecida a la última que logró Fernández hace cuatro años.

Cuando se realizaron los trabajos de campo de las dos encuestas más tradicionales del mercado nacional todavía eran candidatos los doctores Rafael Alburqueruque y Franklin Almeyda, que luego se retiraron, lo que podría haber producido cambios en los posicionamientos, pero entre ambos sólo sumaban el 6 por ciento de las preferencias registradas en las dos encuestas.

Para este día están convocados a las urnas los 2 millones 251, 832 miembros  que aparecen en el padrón del PLD, pero dado que los resultados son predecibles por la escasa competitividad, se teme que no votarán ni la mitad, lo que preocupa a dirigentes peledeístas que no quieren obtener una votación menor al millón 100 mil que sufragaron  para la elección del candidato presidencial del PRD el 6 de marzo pasado.

Plebiscito aprobatorio.  En los ámbitos peledeístas se da por hecho que una gran  mayoría se inclinará por la ratificación de los más de 400 miembros del Comité Central, el presidente y el secretario general del partido. Aún dirigentes y militantes que creen poco democrática la prolongación del mandato a dirigentes que ya llevan 11 años en los cargos nacionales, consideran perjudicial que se imponga la negativa.

En primer lugar porque la propuesta de prolongación decidida en una sesión del Comité Central en octubre pasado, salió del propio Leonel Fernández, y decirle no entrañaría un sacudimiento inconveniente al comenzar la campaña electoral.

Entre los seguidores de Danilo Medina hay opiniones divididas, pero se ha bajado la línea del sí, para evitar fricciones con el líder y presidente de la nación.

Segundo: que si se impone el no habría entonces que abrir una elección de dirigentes, lo que se cree imposible en medio de la campaña electoral. Así lo expresó el politólogo Gedeón Santos, vocero de Danilo Medina, en una entrevista por Teleantillas el jueves.

En la asamblea nacional de dirigentes presidida por el doctor Fernández el miércoles 15, el dirigente y ministro de Turismo Francisco Javier García exhortó a los miles de concurrentes a votar por la ratificación, tras ser presentado como vocero del máximo organismo.

Llamó la atención la ríspida reacción del secretario general Reinaldo Pared Pérez ante la exhortación del precandidato José Tomás Pérez a votar no, para reivindicar la democracia interna en el partido morado.

Contra la prolongación se ha manifestado vigorosamente la coherente Minou Tavárez Mirabal, así como Melanio Paredes y la Fuerza Boschista que preside Luis de León. La misma posición se atribuye a otros núcleos peledeístas como el que promovía a Franklin Almeyda Rancier.

Todo apunta al triunfo de la prolongación de una dirección política que lleva ya 11 años y se auto confirió otros  cinco, lo que conlleva también la extensión  del proceso de devaluación de la democracia interna en el PLD y en el sistema político dominicano.

Un joven dirigente peledeísta confió con resignación que difícilmente los militantes del partido desatenderán una línea que le ha sido bajada.

Tradición de avalancha

Las encuestas de los últimos dos meses y las percepciones de los analistas indican que Danilo Medina será electo por una alta proporción, siguiendo una tradición peledeísta de avalancha por el que tiene mayores posibilidades al escoger sus candidatos presidenciales, lo que es considerado como herencia del liderazgo fundacional que ponía énfasis en un fuerte sentimiento de unidad.

Cuando se eligió candidato al líder y fundador del PLD, el profesor Juan Bosch, fue casi siempre por votación unánime. Entonces era por organismos partidarios con apenas unos cuantos miles de militantes. Así fue para los cinco comicios presidenciales realizados entre 1978 y 1994.

En abril de 1995, al ser candidato por primera vez, el doctor Fernández alcanzó el 93 por ciento de los votos de los organismos, integrados por apenas 9 mil miembros. En segundo lugar quedó Norge Botello con el 2.5 por ciento, y Euclides Gutiérrez  apenas obtuvo el 1.4 por ciento.

La elección de candidato presidencial más competitiva en la historia del PLD fue precisamente la del 27 de junio de 1999, cuando fue escogido Danilo Medina con el 52 por ciento de los votos de los organismos, integrados entonces por 12 mil 500 militantes. El entonces vicepresidente Jaime David Fernández, quien era preferido por  el universo de los electores, según las encuestas, obtuvo el 39 por ciento.

A partir del Congreso del 2001, el PLD decidió masificarse, eliminando la condición del paso por un círculo de estudios para ser miembro del partido, y dos años después escogió de nuevo a Fernández como candidato presidencial por una abrumadora mayoría del 88 por ciento. Jaime David  obtuvo el restante 12 por ciento. Y para la elección del 2008 Fernández logró la repostulación venciendo a Danilo Medina 72 a 28 por ciento.

Fuertes desafíos para Hipólito Mejía

Por Juan Bolívar Díaz
http://hoy.com.do/image/article/616/460x390/0/BA0925B5-CB8C-4C2B-BDC2-0B415A07593B.jpeg

El resucitado ex presidente Hipólito Mejía asume hoy la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) con el gran desafío de restañar las frustraciones dejadas por su elección nada menos que en los dirigentes fundamentales de su propia casa política.

 Paralelamente el agrónomo Mejía tendrá que buscar afianzarse como opción presidencial aprovechando los desconciertos que afectan al partido de Gobierno, capitalizando las grandes insatisfacciones nacionales y tratando de recuperar la confianza del frente liberal democrático.

Con la casa dividida.  A más de dos meses de su triunfo en la elección primaria perredeísta que marcó una asombrosa resurrección política, Hipólito Mejía llega a la proclamación de su candidatura con la casa aún sacudida por las frustraciones que dejó ese proceso.

 La más contundente demostración de que todavía no han sido superados los resabios dejados por la votación del 6 de marzo es que aunque van a proclamar la candidatura de Mejía, los perdedores persisten en mantener nada menos que la expulsión del partido del doctor Enmanuel Esquea, quien presidió la Comisión Nacional Organizadora (CNO) de la convención, lo que llevó a éste a renunciar al cargo esta semana para restar presión al acto de proclamación del candidato, con una carta rebosante de dignidad y visión política.

 Debe anotarse que la sanción a Esquea se extiende moralmente a la mayoría de los integrantes de la comisión que reiteradas veces se han manifestado compromisarios de las decisiones del organismo y solidarios con el expulsado de forma sumaria y sin guardar los procedimientos de justicia. Otro de los comisionados, el prestigioso historiador Hugo Tolentino, anunció que tampoco asistirá a la convención de hoy, mientras la primera vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch ponderaba todavía el viernes si como primera vicepresidenta asumía la presidencia de la comisión  para presentar el informe de rigor en el acto de proclamación, como le pidió el mismo Esquea.

 Las tensiones llegaron al grado de que se temió que Vargas Maldonado no asistiera al acto de proclamación, mientras el presidente de la CNO dijo que no faltaban quienes planteaban agredirlo si asistía al acto, a pesar de que en los últimos días múltiples dirigentes y articulistas perredeístas pidieron dejar sin efecto la expulsión de Esquea en aras de la unidad. A mediados de semana la Comisión Nacional Consultiva del PRD, que integran unos 60 dirigentes históricos, se reunió sin la presencia de los seguidores de Vargas y reivindicó a Esquea, pero sin derrumbar las resistencias. Mientras en la opinión pública no se entiende  la incongruencia de proclamar al candidato manteniendo la sanción a quien encarnó la organización de su elección.

Caso sin precedente.  El candidato presidencial ha defendido repetidas veces la honorabilidad y actuación de los integrantes de la CNO, pero ha tenido que rendirse ante el hecho sin precedente de que las resistencias se acunan en los principales cuadros dirigenciales de su partido, desde el presidente, el presidente en funciones, el secretario general y la secretaria de organización, pasando por la Comisión Política y gran parte de la dirigencia provincial, municipal, de los frentes de masas, además de la mayoría de los alcaldes y diputados cuya influencia en sus localidades es fundamental.

 Hipólito Mejía pudo ganarle la candidatura a Miguel Vargas Maldonado, quien aún cuando sus propias encuestas le dieron negativo confiaba en que el control de la maquinaria del partido y sus abundantes recursos económicos harían la diferencia, pero no podrá ganar la presidencia de la nación sin vencer los resabios y resistencias de quienes pudieran jugar al chantaje conscientes de su poder.

El PRD había confrontado problemas de reunificación tras elección de candidatos, pero nunca protagonizados por tan alta proporción de sus cuadros dirigenciales. Al contrario, los inconformes eran promovidos a esos cargos como premio de consolación, como ocurrió con Salvador Jorge  Blanco en 1977, con Jacobo Majluta en 1981, con José Francisco Peña Gómez en 1985 y con Hatuey de Camps y Rafael Suberví Bonilla en el 1999.

Hasta la llegada de Vargas Maldonado a la presidencia del partido existía el precepto estatutario de que no se podía ocupar los cargos fundamentales y al mismo tiempo aspirar a la candidatura presidencial. Pero eso fue modificado dentro de la estrategia que le llevó a controlar la maquinaria partidista, lo que se ha traducido en mayor debilidad institucional. La inhibición o resistencia de los perdedores es una de las rémoras de la precariedad democrática nacional y se manifiesta en las entidades gremiales, organizaciones profesionales y sociales, los clubes sociales y hasta en las juntas de vecinos.

La línea programática.  Un boletín informativo adelantó que en su discurso de hoy Hipólito Mejía esbozará los lineamientos fundamentales de lo que será su programa de gobierno, que está en vías de formulación para ser sometido a discusión y recomendaciones no sólo de los organismos y militancia partidaria sino de las instituciones sociales en general.

 Se precisó que el candidato se referirá a “los problemas de desempleo, inseguridad y delincuencia, alto costo de la vida, narcotráfico, apagones, desorden institucional e irrespeto a la Constitución y las leyes, corrupción, inmigración, abandono de los sectores productivos, la educación y la salud, entre otros”.

 Sería un error fundamental que Mejía no aproveche el escenario de lanzamiento formal de su candidatura para iniciar la tarea de capitalizar las grandes insatisfacciones nacionales, para lo cual tiene que esbozar propuestas, dejando menos espacio a la improvisación, incluso en el sensible problema de la tremenda corrupción nacional. Ante el Grupo de Comunicaciones Corripio planteó que combatirá la corrupción reinante y así se desplegó cuatro días antes de su elección, sin que nadie lo pudiera objetar, pero hace dos semanas banalizó el tema al no evadir una pregunta provocativa.

 Si quiere salir adelante, el PRD tiene que comenzar por aprovechar el desconcierto en que seguirá el Partido de la Liberación Dominicana hasta que pueda reunificarse tras la elección de su candidato, en un interregno de dos meses. Y desde ya tendrá que reclamar una reforma política para reducir el abuso del poder en la próxima campaña electoral, por lo menos resucitando el compromiso pactado con el presidente Leonel Fernández de aprobar una ley de partidos.

 El otro gran desafío para el candidato es tratar de recuperar la confianza de los sectores liberales democráticos de los que él mismo se distanció cuando fue víctima de los humos del poder y se embarcó en la aventura continuista. Es obvio que esos sectores, de los que forman parte la capa media más crítica y exigente de la sociedad y líderes sociales y  empresariales muestran una gran insatisfacción con todo el sistema político. Más que pensar en los partidos dominantes que han frustrado las ilusiones de cambios políticos y sociales, anhelan la orquestación de alternativas.  El que quiera recuperarlos tendrá que realizar un esfuerzo serio de propuestas y coherencia política.

El primer y gran desafío

 En el discurso de hoy Hipólito Mejía tendrá que afrontar su primer desafío, que es restaurar la unidad partidaria, o por lo menos lograr que los intereses del partido predominen sobre los grupos, incluyendo a sus propios seguidores que deberán imbuirse de su espíritu unitario y su capacidad para acercarse a la gente y amarrar colaboración. Unos y otros deberían leer con atención las lecciones políticas contenidas en la generosa carta de renuncia de Enmanuel Esquea a la presidencia de la CNO, donde se invocan las prioridades partidarias y nacionales.

 A lo largo de su campaña interna, Mejía pareció prever las dificultades que implicaría una victoria sobre la maquinaria del partido y mantuvo un discurso conciliador, resaltando que después de su elección los necesitaría a todos. Y en los dos meses tras la votación ha actuado con elegante habilidad, paciencia y sabiduría política.

Su proclamación le dará mayor fuerza de atracción de la inmensa mayoría de perredeístas que seguramente pondrán por encima de todo el interés de retomar el poder que perdieron hace 7 años. De sus habilidades depende que pueda vencer la resistencia de los cuadros fundamentalistas de Vargas Maldonado,  quien tendrá que terminar por aceptar la realidad si quiere mantener perspectivas políticas de futuro.

 En un discurso que será conciliador y unitario a lo interno, Mejía no podrá revocar su reconocimiento a la CNO, lo que incluye a Esquea, y pedir el clásico borrón y cuenta nueva, aunque evadiendo herir la sensibilidad todavía a flor de piel de Vargas Maldonado y sus más fieles.

 

Frenan la precipitada campaña reeleccionista

Por Juan Bolívar Díaz

El desbordamiento de los pujos continuistas quedó frenado esta semana por una serie de declaraciones de personalidades, incluyendo al vicepresidente Rafael Alburquerque, al presidente del Senado, Reinaldo Pared,  y especialmente al senador Félix Bautista, considerado como uno de los hombres de más confianza del presidente Leonel Fernández.

El frenazo habría sido determinado por el creciente descontento que dentro  y fuera del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) estaba generando la campaña reeleccionista con desprecio de la nueva Constitución y en medio de tensiones con el sector empresarial por los esfuerzos gubernamentales para solventar un elevado déficit fiscal.

Significativas declaraciones.  La primera señal de freno pudo haber sido la destitución de Héctor Rodríguez Pimentel de la dirección del Instituto Agrario Dominicano el 19 de agosto. Pero tanto éste como el secretario sin cartera Freddy Pérez persistieron en su ofensiva continuista proclamando que ni siquiera es necesaria la reforma de la Constitución para que el presidente Fernández pueda optar por un tercer período consecutivo.

El martes coincidieron en el telediario de Teleantillas el ingeniero Pérez y el vicepresidente Rafael Alburquerque, un político que toma la medida de cada oración que va a pronunciar. Expresó contundentemente en el sentido de que “es totalmente extemporáneo hablar de candidaturas en estos momentos”, que lo importante es dedicarse a resolver problemas, y que el Presidente “no está en estos momentos pensando en la repostulación”.

El mismo martes, el precandidato presidencial peledeísta  Danilo Medina evadió referirse concretamente a la promoción de la reelección, considerándola “hipotética”, pero sí dijo que está “construyendo un proyecto presidencial, dentro y fuera del PLD, concitando respaldo de mucha gente que nunca antes había hecho política”. Y advirtió que no busca confrontación con nadie porque quiere ser el candidato de todos.

El miércoles tocó al secretario general del partido morado y presidente del Senado referirse a la campaña pro reelección, indicando que ese tema no se ha tratado en el Comité Político, y que es extemporáneo. “Lo más importante en lo queda hasta el 2012 es que nos esforcemos en una buena labor de Gobierno”. Y admitió que el continuismo podría generar tensiones dentro de su partido, aunque descartó que provoque una división.

El mismo día, el dirigente José Tomás Pérez sostuvo que será el candidato presidencial del PLD en el 2012 “en caso de que el Presidente no motorice una reforma constitucional que le permita una nueva repostulación”. Antes, e incluso en su propaganda política, había condicionado su postulación a que el doctor Fernández no se lance, pero esta semana reconoció que el texto actual lo impide.

Al menos un frenazo.  La tajante declaración de Bautista, a quien se vinculaba con la campaña continuista, por lo menos pareció un frenazo al desbordamiento de los dos últimos meses y que tuvo aliento del propio Presidente Fernández cuando el 3 de julio dijo a los reporteros que la continuidad de un mandatario al frente de su país “es un tema de soberanía nacional”, ya que la decisión “en última instancia la tiene el pueblo”.

Ningún observador de la política nacional cree que Bautista formuló tal declaración sin consultar a su jefe político y administrativo. E incluso algunos creen que fue inducida por el propio mandatario, hasta quien habrían llegado señales de que  la campaña, al menos por el momento, no “estaba cayendo bien” en importantes sectores de poder y que precipitaba tensiones en su propio partido. Coincidencialmente se producían reuniones de entidades empresariales con precandidatos a la presidencia como Miguel Vargas, Hipólito Mejía y Danilo Medina.

Los días por venir permitirán comprobar si se frenó o no el desbordamiento  continuista que la semana anterior llegó a incluir reuniones abiertas en salones del propio Palacio Nacional. En lo que coinciden diversos analistas es que por el momento ha sufrido un tropiezo. Para algunos ya el Presidente se habría convencido de las graves dificultades que enfrentaría, moviéndose en el “terreno movedizo” que, valiéndose de su propia experiencia, le advirtió el miércoles, el ex presidente Hipólito Mejía, cuando en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio contó cómo los tumba polvo y vividores de la política son capaces de convencer a cualquiera de embarcarse en un proyecto absurdo.

Aunque cuenta con la participación de una amplia gama de grupos remanentes del otrora dominante Partido Reformista, ahora aliados del presidente Fernández, el proyecto reeleccionista podría incluso provocar desprendimientos en su “Bloque Progresista” que lo ha respaldado en las cuatro últimas elecciones. El 2 de agosto se informó que uno de los partidos que lo integran, la Fuerza Nacional Progresista, había decidido iniciar la promoción nacional de la candidatura presidencial del diputado Pelegrín Castillo, quien ha tomado distancia del continuismo, pese a que su padre, Vincho Castillo, lo favoreció.

Circunstancias desfavorables.  La crisis fiscal por la que atraviesa el Gobierno por el desbordamiento del gasto en la pasada campaña electoral, y las tensiones que generan los esfuerzos por elevar los ingresos no parecen ser el ambiente adecuado para embarcarse en un proyecto continuista que demandaría cada vez más recursos y produciría incertidumbres institucionales que podrían desestabilizar la economía nacional.

Esas tensiones llegaron esta semana al punto de que una veintena de asociaciones empresariales, que incluyó a todos los sectores industriales, denunciaron la decisión del Gobierno de cobrar el ITBIS a las importaciones en las aduanas para adelantarse unos RD$2,000 millones  en lo que resta del año. Amenazaron con recurrir ante la justicia para invalidar una acción administrativa violatoria de la ley de Competitividad y  “que provocaría un daño inminente a nuestra institucionalidad y pone en riesgo la seguridad jurídica, la producción y la generación de empleo en el país”. El Gobierno lograría luego que los grandes empresarios aceptaran la medida para contribuir a mantener el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos negociadores esperan en Washington las respuestas que no pudieron obtener aquí en más de dos semanas de conversaciones sobre el tope al déficit fiscal.

Para algunos lo del adelanto del ITBIS es apenas un “tente en pies”, convencidos de que se requerirán otros gravámenes para tapar el hueco y afrontar la inminente confección del presupuesto para el 2011, que según la nueva Constitución debe llegar al Congreso el 1 de octubre, en apenas un mes. Se duda que pueda contar, como el de este año, con un financiamiento externo de RD$116,000  millones, extendido a RD$120,000 millones, unos US$3,200 millones.

Como si eso no fuera suficiente, esta semana afloraron tensiones entre partido y Gobierno por designaciones de dirigentes que quedaron desbancados por las elecciones de mayo pasado, mientras el Presidente es asediado por peledeístas y aliados que reclaman “pago a sus sacrificios”. Una serie de decretos emitidos a cuentagotas durante dos semanas, algunos revocados y otros retenidos, y la lentitud en posesionar a nuevos funcionarios, parecían indicar por lo menos desconcierto.

La tapa al pomo

El panorama pareció despejase el miércoles cuando se produjo la segunda declaración al respecto, en sólo una semana, del siempre cauto rector de la Universidad Católica Madre y Maestra y reiterado mediador monseñor Agripino Núñez Collado. Y más aún cuando se destapó el flamante senador Félix Bautista, considerado en los últimos tiempos como “el político y funcionario más cercano al presidente Fernández”.

Núñez Collado había dicho el día 18 que la nueva Constitución es “un valladar a la reelección presidencial”. Ahora dijo que no se puede meter presos a los que promueven el continuismo, pero sostuvo contundentemente que para ello sería imprescindible una modificación de la Constitución. “Y no cabe en mi cabeza pensar o ver al Presidente solicitando que su Constitución sea acomodada para que él pueda, precisamente, violarla o hacer una nueva Constitución”, añadió.

También aludió al pacto del presidente Fernández con el ahora presidente del Partido Revolucionario Dominicano Miguel Vargas Maldonado, que viabilizó la aprobación de la nueva carta magna y que eliminó la prescripción anterior de una sola repostulación “y nunca más”, cambiándola por la prohibición de la reelección consecutiva,

El influyente Monseñor podría estar expresando el desconcierto y hasta disgusto que se advierten en círculos eclesiásticos y empresariales, en los que él se mueve como pez en el agua, con la campaña continuista que se desbordó en las semanas anteriores. Pero la declaración más sorprendente fue la emitida el mismo miércoles 25 por Félix Bautista al estrenarse en el Senado. “Yo no creo que el presidente Fernández vaya a modificar la Constitución que él auspició. Pienso que si lo hace sería una gran mancha que quedaría en su gestión”, sostuvo el hasta hace una semana poderoso supervisor de las obras del Estado.

 

La fuerte vorágine del continuismo

Por Juan Bolívar Díaz

Dos reuniones en menos de una semana en pleno Palacio Nacional, manifestación frente al Congreso Nacional, lanzamiento de volantes desde helicópteros, aumento de vallas y afiches y apertura de locales parecen indicar que la vorágine del continuismo se apodera de sectores del Gobierno y grupos de apoyo, especialmente provenientes del balaguerismo.

Mientras en sectores políticos y sociales aumentan las preocupaciones porque un precipitado movimiento reeleccionista, a un año y 9 meses de la próxima elección presidencial, distraiga la atención del Gobierno y genere incertidumbres institucionales que se reviertan en desconfianza y mayores problemas económicos.

Un remolino impetuoso.  Los acontecimientos de las últimas semanas parecen indicar que se ha desatado la vorágine del poder que, como remolino impetuoso, se aferra al continuismo por encima de consideraciones institucionales, políticas o económicas, como ha sido recurrente en la historia nacional.

Dos reuniones en el Palacio Nacional en menos de una semana, una manifestación en otro escenario privilegiado, frente al Congreso Nacional, al instalarse los nuevos legisladores, reparto de volantes desde helicópteros, proliferación de vallas y afiches en las vías públicas, y emergencia de nuevos grupos que propugnan por otra repostulación del presidente Leonel Fernández, con apertura de locales, han copado la atención pública.

Lo más significativo, para algunos observadores, han sido las dos reuniones efectuadas en una semana en el Palacio Nacional, la última el martes 17, encabezadas por el ex secretario de Obras Públicas y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana, ingeniero Freddy Pérez, y el hasta el jueves director del Instituto Agrario Dominicano,  Héctor Rodríguez Pimentel, que han incluido a la gama grupal en que se han dispersado los dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano.

Llamó la atención la “destitución” de Rodríguez Pimentel del IAD, lo que los más optimistas interpretan como una señal de freno del presidente Fernández, aunque no faltan maliciosos que consideran que lo están relevando de responsabilidades administrativas para que, con el mismo cargo inorgánico de Ministro sin Cartera que ostenta Freddy Pérez,  pueda dedicarse a tiempo completo a promover el continuismo. Empero, para Rodríguez Pimentel, a quien el director del Departamento de Persecución de la Corrupción Administrativa bautizó como “corrupto patológico”, debe ser un castigo quedarse sin un cargo donde se maneje fondos y pueda pagar a cientos de sus activistas.

Pérez y Rodríguez no sólo han utilizado el Palacio Nacional para reuniones políticas, en violación de la Ley de la Función Pública (inciso 9 del artículo 83), sino que se han regodeado haciendo declaraciones. Rodríguez  anunció allí el martes la apertura del primer local de su “Corriente Balaguerista” de 35 que, según dijo, instalará en todo el país para promover la continuidad del presidente Fernández.

Calma en el PLD.  En los ámbitos del PLD han tomado con calma los aprestos reeleccionistas, incluidos  quienes se oponen resueltamente, como los que promueven la candidatura de Danilo Medina, empeñados en evadir la confrontación. Han sorprendido pronunciamientos continuistas como el del ahora senador por Santiago, Julio César Valentín, hasta la pasada semana presidente de la Cámara de Diputados, y quien fuera vicepresidente de la Asamblea Nacional que aprobó la “Constitución de Leonel” que prohíbe la reelección consecutiva.

Aunque se afirma que más de la mitad de los 25 miembros del Comité Político no favorece otra reelección, la  generalidad de los dirigentes peledeístas guarda discreto silencio. Se estima que si Fernández se decide terminaría imponiéndose, aunque con un costo en la unidad y la coherencia del partido. Se cree que el propio Fernández ha alentado la campaña reeleccionista con sus declaraciones públicas, primero la de Colombia, donde dijo que a un presidente de alta popularidad no se le debería vetar la reelección, y luego la del 3 de julio en almuerzo con periodistas dominicanos cuando dijo que no podía impedir la promoción pese a la prohibición constitucional porque la decisión “en última instancia la tiene el pueblo”.

Franklin Almeyda y José Tomás Pérez, además de Medina, han definido claramente su decisión de buscar la candidatura presidencial del PLD para el 2012. Se dice que también aspiran Francisco Javier García y Radhamés Segura, y es pública la promoción de la primera dama Margarita Cedeño de Fernández. Se señala también a Jaime David Fernández y al vicepresidente Rafael Alburquerque, pero éstos han evadido confirmarlo.

Almeyda declaró esta semana que el presidente había pedido a los precandidatos que esperen la proclama del Comité Político que a principios del 2011 debe abrir un período de precampaña y proponer precandidatos para escoger a mediados del año. Pero hay quienes creen que eso no es posible en tanto arrecia la campaña reeleccionista, en tanto José Tomás Pérez dice que él declinaría si Leonel decide repostularse.

Mientras tanto, una “Cruzada por el Progreso” anuncia que buscará un millón de firmas para reivindicar “la soberanía del pueblo”, y emergen grupúsculos que buscan subirse al carro del continuismo, como un llamado Movimiento Estrellas Rojas que se reunió la semana pasada en un viejo restaurant capitalino.

Incertidumbre a la vista.  En los más diversos sectores sociales se expresan temores de que el movimiento continuista, a contrapelo de la flamante Constitución, cree incertidumbre que desvíe la atención de los problemas nacionales y distraiga el Gobierno, como ocurrió en la segunda mitad del régimen que presidió Hipólito Mejía.

Los temores aumentan en la medida en que hasta abogados reconocidos como Jottyn Cury hijo, empiezan a publicar artículos sosteniendo la viabilidad constitucional de la reelección. A ello se atribuye que un hombre tan cauto como monseñor Agripino Núñez Collado sostuviera esta semana que la nueva Constitución “es un valladar a la reelección presidencial”.

En igual sentido se manifestaron  el miércoles el experto en derecho constitucional y hasta hace poco embajador en Washington, Flavio Darío Espinal,  el vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia, Servio Tulio Castaños, y el experto constitucionalista Cristóbal Rodríguez Gómez, quienes coinciden en que para que el presidente Fernández pueda repostularse tendría que modificarse de nuevo la Constitución, lo que estiman difícil y conflictivo, dado que la nueva carta magna fue también fruto de un pacto avalado por los dos principales partidos.

Son muchos los que todavía albergan esperanza de que el presidente Fernández no quede atrapado en la vorágine continuista confiando en su talento político y capacidad de ponderación.

Cada día son más los que creen que por el momento está tocado por el virus del providencialismo y está dejando correr la bola hasta ver si se vuela la valla.

Activistas a la carga

El principal promotor de la reelección que quedó prohibida en la Constitución promulgada en enero por el propio presidente Fernández, es el ingeniero Freddy Pérez, quien fuera secretario de Obras Públicas desde el 2004 a agosto del 2007, cuando fue sustituido por el actual ministro Víctor Díaz Rúa. Ambos han sido tesoreros de campañas del PLD y  objeto de denuncias sobre supuestas sobrevaluación de obras. Díaz Rúa es también de los que han proclamado su apoyo a otra repostulación del doctor Fernández (El Nacional del 20 de julio pasado).

Al entusiasmo de Pérez se le atribuyen las vallas que han aparecido en carreteras y avenidas  proclamando “el destino” del líder del PLD, “que no se pertenece” o que ha dado su apellido al país, el cual “Reyna por él”. A su activismo se le atribuyen también las manifestaciones reeleccionistas que acompañan las actividades públicas del primer mandatario en los últimos meses, incluido el “cálido recibimiento” de que éste fue objeto cuando visitó territorio haitiano al finalizar julio. Afiches a colores de Fernández Reyna fueron levantados “espontáneamente” por cientos de haitianos que los recibieron de activistas dominicanos, gratificados con billetes haitianos y dominicanos de cien pesos.

La campaña diseñada cuenta con la integración de múltiples grupos reformistas, para los cuales “la reelección siempre ha sido un principio balaguerista”, al decir de Rodríguez Pimentel. En las reuniones del Palacio Nacional  han participado dirigentes de la categoría de Amable Aristy, Rogelio Genao, Rafaela Alburquerque, Humberto Salazar, Leoncio Almánzar y Modesto Guzmán, los últimos tres funcionarios del Gobierno.

Se ha dicho que Pérez busca como tropa de asalto a los reformistas por la experiencia que acumularon en las reelecciones de Joaquín Balaguer. Modesto Guzmán declaró tras la reunión del martes, que “un reformista que no sea reeleccionista, no es balaguerista”. Ellos apoyaron también la reforma constitucional del 2002 para que Hipólito Mejía pudiera repostularse en el 2004. Igual en 1998 cuando se intentó reformar la Constitución con el mismo objetivo. A mediados de agosto de ese año fue la célebre exhortación de Aristy Castro: “póngase los pantalones, presidente”.