Sombras y luces de los candidatos

Por Juan Bolívar Díaz

     Proclamado el inicio formal de la campaña electoral, la lucha por la Presidencia de la República en los comicios de mayo próximo está centrada en los tres partidos que han dominado el escenario político nacional en la última década, aunque otros tres han nominado candidatos.

     Entre los doctores José Francisco Peña Gómez y Leonel Fernández y el licenciado Jacinto Peynado está el Presidente que ha de conducir el país al próximo milenio, respaldados por los partidos Revolucionario Dominicano (PRD), de la Liberación Dominicana (PLD) y Reformista Social Cristianos (PRSC).

     A los doctores José Rafael Abinader, de la Alianza Social Dominicana, y Rafael Alburquerque, del Partido del Pueblo Dominicano, y al hacendado Puro Pichardo, por el Movimiento de Conciliación Nacional, nadie le confiere alguna posibilidad de alcanza el favor mayoritario de los electores.

     De los tres minoritarios es posible que por lo menos dos no lleguen a figurar en las boletas, ya que sus partidos tienen vocación de alianza y muy pocos recursos para emprender una campaña electoral cada vez más costosa. Ellos son Alburquerque y Pichardo, cuyos partidos fueron a los comicios de 1994 fundidos en la boleta del PRSC. Abinader, que fuera en 1994 con el PLD y antes con el PRD, luce con mayores posibilidades de llegar hasta el final en la contienda.

Entre Peña y Leonel

     Todas las encuestas publicadas y la opinión pública indican que la lucha por la Presidencia estará centrada entre los candidatos perredeista y peledeista, aunque todavía no se puede descartar que el candidato reformista pueda lograr un repunte en la recta final, basado en un eventual firme respaldo del Presidente Joaquín Balaguer, que todavía no acaba de manifestarse.

     De los tres el único que tiene completada su boleta es el perredeista, con el licenciado Fernando Alvarez Bogaert, lo que somete a los otros dos a la tensión de escoger candidatos vicepresidenciales que fortalezcan sus posibilidades. El límite para inscripción de candidaturas es el 16 de marzo, 60 dias antes de las elecciones, como establece la ley electoral.

     Que Peña Gómez esté entre los de mayores posibilidades no constituye una sorpresa, dada su vigencia política, ratificada en los traumáticos comicios de 1994, cuando obtuvo casi un millón y cuarto de votos, aunque sí lo es cuando se tiene en cuenta que hace 14 meses padeció un grave cáncer, del cual luce completamente recuperado.

     Sin duda la sorpresa de este proceso electoral lo representa Leonel Fernández, electo candidato en mayo de 1995, sucediendo al líder y fundador de su partido, el profesor Juan Bosch, y revelándose rápidamente como encarnación del nuevo liderazgo político esperado por los dominicanos desde el comienzo de la década.

Peña, tercera y ¿última?

     José Francisco Peña Gómez es percibido como el candidato de mayores posibilidades, hasta el momento, de ser escogido presidente en los próximos comicios, aunque Leonel Fernández le está pisando los talones. Su fuerza orgánica radica en un partido de larga vigencia, con una extensa red de activistas electorales hasta en los más apartados parajes del país, reforzado por la más amplia y diversa coalición electoral de la historia nacional.

     El candidato del Acuerdo de Santo Domingo pasa por la tensión de su tercer intento consecutivo por convertirse en Presidente de la República, y de perder esta oportunidad a manos de un candidato nuevo, como son sus opositores, pocos le atribuyen posibilidad de correr con éxito en el comienzo de los años dos mil.

     En la Encuesta Rumbo-Gallup de octubre pasado, Peña Gómez fue considerado el mejor candidato en 10 de 12 cualidades sometidas a consideración de los encuestados. Estas fueron el más honrado y confiable, más democrático y preocupado por los problemas de la gente, que mejor representa a las mujeres, los campesinos y trabajadores, con mayor capacidad de trabajo y mejores posibilidades de manejar la economía y como el que más sabe hacia dónde llevar el país.

     El líder perredeista supera a sus contrincantes en experiencia política, visión y relaciones internacionales, incluídos los Estados Unidos, en conocimiento del país y de los problemas nacionales y en posibilidades de independencia frente a los poderes tradicionales. Por su amplitud y vocación para la concertación y la conciliación, su gran capacidad de trabajo, y por el sólido respaldo congresional y municipal, y un equipo profesional y técnico bastante sólido, así como por su ascendencia sobre los sectores populares, posiblemente sea el mejor situado para garantizar la gobernabilidad de la nación. Es el más líder de su partido y a nivel nacional e internacional. Y tiene experiencia gerencial en la sindicatura del Distrito y en su partido.

     Su principal debilidad es la emotividad de que suele ser presa, especialmente en la incontinencia verbal que tantos problemas le ha ocasionado en su carrera política, así como su tendencia a la autovaloración excesiva. Representa las mayores incógnitas de salud entre los contendientes. Le desfavorece tener un partido clientelista y propenso a la corrupción, a la dispersión y la división, como se demostró en sus 8 años de gobierno.

     El ser negro, de ascendencia haitiana y el candidato que más representa el viejo liderazgo nacional, no lo ayudan en un país que padece graves problemas de identidad, sobre todo en los sectores medios y altos, pero aún en segmentos populares importantes. Siendo también el de mayor confrontación con el resto de los partidos contendientes, y con alta tasa de rechazo, correría serios riesgos en caso de no ganar en la primera vuelta, a menos que quede bastante cerca del cincuenta por ciento, y/o muy por encima del segundo.

Leonel, lo nuevo y moderno

     Leonel Fernández, el más joven de los competidores, se ha constituído en símbolo de las nuevas generaciones, donde encuentra un sólido respaldo. Estudioso y capaz, tiene una concepción moderna de la política y visión de las relaciones internacionales. Es proclive al trabajo en equipo y por sus cualidades podría reunir un buen plantel profesional y técnico para completar lo que le falta al partido en esa dimensión.

     Tiene el partido más disciplinado del país, el menos clientelista de los que compiten y el menos propenso a la corrupción, hasta la prueba del poder, porque es el único de los tres que no ha pasado por la experiencia, lo que se constituye a la vez en una debilidad.

     Con una simpatía natural, racional y controlado en el uso de la palabra, trabajador y austero, racialmente es de los tres el que más se acerca al promedio de la población dominicana, y por tener corta vigencia política y pocas confrontaciones es el de menor tasa de rechazo, y el que podría obtener mayor respaldo de los militantes de otros partidos en una segunda votación, si queda en primer lugar o cercano al de mayor votación. La encuesta Rumbo-Gallup indicó que se le percibe como el que más se rodea de gente honesta y capaz. Es el menos vinculado al pasado y está llamado a tener otras oportunidades, si no alcanza la meta en 1996 pero queda en segundo lugar.

     Las grandes debilidades de Fernández radican en su poca experiencia gerencial y limitado liderazgo en su propio partido, al menos en los mandos altos, porque es fuerte en las bases, así como en que tendría mayores dificultades para garantizar la gobernabilidad de la nación, dado que llegaría con apenas el diez por ciento de los legisladores y ni un solo síndico, lo que lo constituiría en el de menor autonomía de acción. Complicado por la pobre capacidad para la concertación que ha mostrado el PLD, que apenas comienza a entender que la política no es una línea recta y que a menudo obliga a las transacciones.

Jacinto, más administrador

     Jacinto Peynado es el candidato de más amplia experiencia gerencial, aunque en el sector privado, y es quien mejor representa a los empresarios, como lo demostró la encuesta Rumbo-Gallup, lo que es obvio, por ser uno de ellos y el único entre los que compiten por la presidencia. Por su condición de negociador nato es el que más posibilidades tiene de entenderse con los poderes tradicionales del país y ha evidenciado capacidad para manejarse con los grupos populares, a través de la concepción paternalista, por lo que podría ser garantía de gobernabilidad.

     Gran trabajador, perseverante aún en situaciones adversas, con vocación para el trabajo en equipo y probablemente sea el más franco en la exposición de lo que piensa. Tendría el mayor respaldo congresional y su partido acumula la mayor experiencia en el ejercicio del poder. Por su carácter tendría suficiente autonomía frente a los poderes tradicionales.

     Como debilidades se le advierte como el que carga el mayor fardo del pasado, a través de un partido que ha estado en el poder durante más de dos décadas y considerado como el más proclive al clientelismo y la corrupción. Podría ser el más dependiente de la voluntad de otro líder, y nada menos que de Balaguer. Al ser el más rico, blanco y proveniente de familia de alcurnia, es el más lejano del promedio de la población nacional. Es también el de más corta formación en los problemas y las relaciones internacionales.

     Peynado podría ser el candidato con más dificultades en lograr el voto de los militantes de otros partidos, en la eventualidad de la segunda vuelta. Y no por él, sino porque es percibido como representante de la continuidad del balaguerismo, aunque si tiene la oportunidad impondría su propia identidad. Si no alcanza siquiera el segundo lugar, tendría serias dificultades para volver a ser un corredor de posibilidades.-