Por Juan Bolívar Díaz
En medio del calor y el apasionamiento que caracterizan casi todas las actividades de los dominicanos, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) se apresta el próximo domingo primero de octubre a escoger su candidato presidencial.
Las elecciones primarias del PRSC acaparan la atención nacional, por la importancia del partido de gobierno, y por la circunstancia de que por primera vez presentarán un candidato presidencial que no es su líder y caudillo indiscutible, el doctor Joaquín Balaguer, y porque lo harán mediante un método inédito en el país, como es la votación de todos los electores que lo deseen.
Superados numerosos incidentes, el último de los cuales obligó a la inhibición del secretario político del partido, los temores se centran ahora en si las votaciones transcurrirán con normalidad y si el cámputo será realizado sin traumas.
AL COLORADO VIVO
Los debates entre los precandidatos, no libres de ataques personales y acusaciones de manipulaciones, hicieron que en la opinión pública aumentaran los temores por la suerte del proceso. Muchos analistas llegaron a temer que las primarias no se realizarían en la fecha convenida, el primero de octubre.
A ellos contribuyeron los planteamientos abstencionistas, la frustración de dos intentos de alianzas que involucraron a tres precandidatos, la carta de 41 dirigentes del partido pidiendo la suspensión de la votación primaria y finalmente las acusaciones de irregularidades en la conformación de las mesas electorales y de presunta parcialidad del secretario político y hombre clave en la organización del proceso, ingeniero Federico Antún Batlle.
Las últimas objeciones, formuladas por el Ingeniero Carlos Morales Troncoso, fueron superadas mediante la correción de los errores y con la inhibición de Antún Batlle.
Aunque la acusación de parcialidad que se descargó contra Antún no quedó suficientemente documentada, como para obligar la inhibición, la salida del joven secretario político fue positiva, pues eliminó un elemento de conflicto que podía contribuir a empañar el proceso interno de votación. El lunes la Comisión Ejecutiva actuó también con prudencia y aceptó la inhibición de Antún, encargando de sus funciones en el proceso electoral interno a los dirigentes Rafael Bello Andino y Joaquín Ricardo, que presentan la ventaja de que no se prestarían a conflictos sin la anuencia del doctor Balaguer, ya que ambos son de su máxima confianza.
PELIGROS PENDIENTES
A cinco dias de la votación, parece ya difícil que la misma pueda ser suspendida, a no ser que se presenten graves conflictos que no hayan sido previstos. Ahora los peligros se centran en la jornada misma de votación. Por ejemplo, que la concurrencia a las urnas sea muy baja, por desorientación de la militancia y simpatizantes; que se produzcan graves confrontaciones en torno a quienes tienen derecho a votar; o graves incidentes en la jornada dominical o durante el proceso de cómputos, que fue lo ocurrido en las últimas primarias competitivas celebradas por el Partido Revolucionario Dominicano en 1985.
La orientación de los electores parece haber sido insuficiente, quedando en gran medida en manos de los equipos competidores. La misma circunstancia de que haya sido objetado el uso de las escuelas públicas como centros de votación y no se haya dado una palabra definitiva al respecto, podría ser un factor de confusión.
La cantidad de personas que voten el domingo primero de octubre podría ser un elemento de conflicto. Si quedan muy por debajo de la militancia que presumen los reformistas -estiman entre 500 mil y 800 mil- algunos podrían alegar que se impidió a los suyos ejercer el derecho. Si sobrepasan las expectativas, no faltarán quienes argumenten que votaron elementos extraños al partido.
El reglamento no preve un mínimo de votantes; establece que para ganar hay que obtener por lo menos el 30 por ciento de los sufragios válidos computados. Se indica que podrán votar militantes y simpatizantes, con la única condición de que figuren en el padrón nacional de electores. Los principales organizadores han insistido en el requisito de ser militante o simpatizante, pero esta última categoría es imposible de establecer objetivamente más allá del testimonio de quienes se presenten a las urnas, a no ser que aparezcan dirigentes y militantes reconocidos de los partidos de oposición, cosa que ha sido descartada. De cualquier forma, por ahí podrían surgir factores de conflictos, que serían ignorados si el ganador supera en buena proporción a los demás aspirantes.
BALAGUER CALLA Y ESPERA
Ha sido relevante que a lo largo del proceso organizativo de las primarias para escoger su sucesor, el doctor Balaguer ha mantenido un silencio total. Los temores de que iba a sugerir preferencia se han diluído, y el caudillo sigue sumido en el mutismo. Ahora se dice que Balaguer observa, calla y espera. Todavía hay quienes creen -dentro y fuera de su partido- que mantiene expectativas de incidentes que obliguen a su intervención, dilatando el comienzo de su relevo o del compartimiento del poder partidario.
Si el proceso culmina en términos aceptables para la opinión pública, quedan pocas dudas de que Balaguer aceptará el resultado y esperará entonces hasta determinar el comportamiento del ganador, para decidir la medida en que le dará respaldo.
Hay pocas expectativas de que la selección del candidato sea impoluta y libre de conflictos, como lo logró el Partido de la Liberación Dominicana, que tuvo la ventaja de que involucró apenas a unos diez mil militantes. Para evitar que las ambiciones y las pasiones se exacerbaran, fue que ese partido no permitió una campaña abierta que incluyera siquiera a sus cientos de miles de simpatizantes.
Más allá de los titulares y tonos sensacionalistas en algunos medios de comunicación, lo objetivo es que la lucha por la nominación presidencial del PRSC no se ha diferenciado de los calores que han caracterizados procesos similares en otros partidos, en sindicatos, en los gremios estudiantiles y profesionales y hasta en organizaciones no gubernamentales.
EXPECTATIVAS NACIONALES
Aunque se cree que los principales partidos opositores tienen expectativas de que el candidato reformista resulte el que más convenga a sus intereses, desde su particular óptica y circunstancia, en la generalidad de la opinión pública lo que predomina es la esperanza de que el proceso electoral interno del partido colorado culmine democráticamente y sin traumas.
En la misma medida en que el partido de gobierno practique la democracia interna podrán crecer las expectativas de que las elecciones presidenciales de mayo próximo marquen un rumbo de transparencia distante del que ha caracterizado los últimos comicios dominicanos.
Si los reformistas no son capaces de respetar la voluntad de sus propios militantes y simpatizantes, será muy difícil que lo logren cuando tengan que disputarse el poder con los demás partidos políticos. Sobre todo cuando ellos seguirán controlando el gobierno hasta después que culmine el cómputo de las elecciones presidenciales.
Si incurren en el arrebato y la trampa, arriesgando la unidad del partido en el momento de transición de su liderazgo histórico, no habrá garantía de limpieza cuando tengan que poner en juego el poder que han disfrutado en los últimos 9 años, así como en el período 1966-78.
Desde luego que una grave fractura del partido podría hacer impracticable la retención del poder en mayo, dado que muchos factores de poder, nacionales e internacionales, presionarán por un juego limpio en la elección presidencial.
EL VATICINIO
A la puerta ya de la votación primaria, después que se diluyeron las posibilidades del frente que intentaron Morales Troncoso, Víctor Gómez Bergés y Angel Lockward, -todavía el lunes 25 el segundo seguía atacando al primero y hasta le pidió que abandonara la competencia- a ningún observador desapasionado le sorprendería que Jacinto Peynado sea el nominado.
Sorpresa vendría a ser un repunte de último momento de Morales o de Gómez Bergés, sobre todo si es del último, a quien se percibe corriendo en la tercera posición, aunque desde luego él proclama que va a ganar.
Si la votación transcurre con relativo orden, la misma noche del domingo se podría conocer extraoficialmente el ganador. La votación concluirá a las 4 de la tarde, y por lo menos tres centros de cómputos estarán en operación, el oficial, situado en la empresa del presidente en funciones del partido, doctor Donald Reid Cabral; el de Peynado, en su empresa Delta Comercial, y uno que habilita Morales Troncoso, cuya ubicación no está definida.
A no ser que la votación sea muy cerrada, los medios informativos establecerán el ganador cotejando los resultados que obtendran esos centros y a través del sondeo en los principales agrupamientos de votación de la capital, Santiago y otras provincias determinantes.
Para el PRSC la joranda del domingo puede ser de vida o muerte. Si pasa la prueba democrática, podrá entrar con buenos augurios a una nueva etapa post-balaguerista, algo considerado difícil a la luz de las experiencias en los partidos que han tenido caudillos tan fuertes. Mucho más en el caso de Balaguer, quien a la fuerza de su imposición, ha agregado la prolongación, aun en condiciones físicas desventajosas.-