Provechoso acercamiento al Medio Oriente

Por Juan Bolívar Díaz

            La reciente gira del canciller de la República por el Medio Oriente, encabezando una misión del gobierno, constituyó una reivindicación de la política exterior dominicana que siempre había vivido de espaldas al mundo árabe, a pesar de la influencia numérica y política de esas naciones y de los rasgos culturales que han aportado a la conformación de lo nacional.

            El entusiasmo y calor humano con que fue recibida la delegación por parte de reyes y emires, presidentes y cancilleres, así como en los ámbitos del empresariado demostró lo acertado de la iniciativa gubernamental y los fuertes nexos culturales entre árabes y dominicanos, legados no sólo de una gran inmigración de principios del siglo pasado, sino indirectamente a través de los conquistadores provenientes en su mayoría de la parte de España más sometida a casi un milenio de dominación árabe.

               El acercamiento al mundo árabe podría ser la culminación de una política internacional que ha promovido el país en todos los continentes, con los numerosos viajes del Presidente de la República, la celebración aquí de eventos de carácter regional y la apertura hacia Cuba, los países centroamericanos y caribeños y la irrupción en el escenario de los organismos mundiales.

Una gira sorpresiva

            La iniciativa no sólo causaría sorpresa en el país, sino en las naciones visitadas, donde fue objeto de mucha atención por los medios de comunicación. Nunca el Estado dominicano había enviado una delegación a los países del mundo árabe con el objetivo de iniciar y ampliar relaciones diplomáticas, consulares y culturales y de promover inversiones.

            El grupo encabezado por el secretario de Relaciones Exteriores, doctor Eduardo Latorre, visitaría Qatar, El Líbano, Jordania, Palestina y Egipto. A último momento fue suspendida la escala en Kuwait por imprevistos en aquel país. Lo integraban también la embajadora encargada de Asuntos Bilaterales de la cancillería, Vilma Arbaje, su asistenta Deyanira Rodríguez y el doctor Manuel E. Guerrero, gerente de Mercadeo de la Oficina de Promoción de Inversiones. El suscriptor de este artículo participó como invitado especial de la Presidencia de la República. Participó plenamente de la delegación en calidad de ex-embajador.

            El recorrido comenzó en Doha, la capital qatarí, el martes 17 de enero y concluyó en El Cairo el lunes 31. La misión fue recibida en los más altos niveles gubernamentales en todos los países visitados. Un encuentro con el presidente egipcio quedó aplazado por viaje de este a la reunión de comercio internacional celebrada al mismo tiempo en Suiza. También fue cálida la acogida en las cámaras de comercio y las asociaciones empresariales, con las que quedaron pendientes intercambios de delegaciones para explorar posibilidades de inversiones en la República Dominicana.

            La nación sostiene relaciones diplomáticas desde hace algún tiempo con Egipto y El Líbano, a nivel concurrente desde embajadas cercanas. Pero tan insulsas que en la cancillería de El Cairo todavía figuraba como embajador dominicano el doctor Marcio Veloz Maggiollo, quien concluyera en 1986 como jefe de la misión diplomática en Roma, Italia, y concurrente en Egipto. Los consulados en El Líbano y Jordania son honoríficos.

            Como consecuencia de la visita se establecieron relaciones diplomáticas con Qatar, y se acordó hacerlo en el futuro próximo con Jordania. En tanto con Palestina proseguirán los contactos a través de las respectivas delegaciones en la Organización de las Naciones Unidas. Los egipcios expresaron expectativas de una relación más dinámica y se comprometieron a enviar al país una delegación de funcionarios y empresarios y una delegación cultural en este 2000, declarado por el gobierno de El Cairo como año de la cooperación con América Latina.

            En todos los países visitados quedaron abiertas conversaciones para el establecimiento de acuerdos sobre cooperación económica, promoción y garantía de inversiones   y para garantía de no doble tributación. Acogieron invitaciones para el envío al país de delegaciones gubernamentales y empresariales.

Significativo encuentro

            El recibimiento a la misión dominicana fue particularmente cálido en el Líbano, donde el presidente Emile Lahoud acogió con entusiasmo la invitación a visitar el país, sobre todo en la medida en que las autoridades, legisladores y empresarios conocían, o eran enterados, de la importancia de la inmigración libanesa, palestina y jordana en la República Dominicana, donde cientos de miles de personas tienen ascendencia en esos países.

            En Beirut, la capital libanesa, y en el puerto de Trípolis, los encuentros abarcaron desde el presidente, el primer ministro y canciller, el viceprimer ministro, el ministro de Comercio, Economía e Industria, cámaras de comercio y asociaciones empresariales. Se hicieron presentaciones sobre las características y logros de la economía nacional, así como sobre las posibilidades de inversión.

            El encuentro más significativo fue el realizado en la franja palestina de Gaza, donde la misión dominicana llegó el jueves 27, tras un largo viaje en automóviles desde la capital jordana, Ammán, atravesando territorio israelí. Fue un reconocimiento a la existencia de Palestina, reciprocado con muchas gentilezas por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat.

            El líder palestino recibió a la delegación en sus oficinas de Gaza y tras una conversación de 20 minutos ofreció un almuerzo, en el curso del cual prosiguió el intercambio. Arafata agradeció la visita con particular calidez, ofreciendo atenciones personales durante la comida. Se acordó que los contactos continuarán a través de las representaciones en las Naciones Unidas.

            El canciller Latorre presentó los saludos del Presidente Fernández y formuló votos por el avance del proceso de paz para el Medio Oriente, basado en los principios consagrados desde las reuniones de Oslo y Madrid, que iniciaron las negociaciones entre palestinos e israelíes sobre la base de paz en seguridad y justicia para todos.

            La visita a Palestina no implicó un desconocimiento de las relaciones ni los derechos del Estado de Israel, sino un reconocimiento del derecho de los palestinos a un espacio bajo el sol, lo que implica un cambio importante en la política exterior dominicana, y una apertura a todo el mundo árabe.

            Ese acercamiento es importante para los objetivos de la política exterior dominicana, especialmente para las aspiraciones de lograr por primera vez un puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que estuvo implícito y explícito en las conversaciones a nivel de los cancilleres.

Justa reivindicación

            Más allá de los beneficios que pueda recibir el país, que pueden ser muchos si se da continuación a los contactos iniciados, la apertura hacia el mundo árabe constituye una reivindicación justa de la soberanía diplomática dominicana y de la amplia comunidad dominicana de ascendencia libanesa y palestina, que se ha distinguido en los más diversos quehaceres humanos.

            En sus conversaciones, la delegación dominicana resaltó el papel relevante de la descendencia árabe en la República Dominicana, que ha ocupado desde la presidencia y vicepresidencia de la República, hasta la presidencia de la Suprema Corte, rectorías de universidades, liderazgo en las asociaciones empresariales y distinciones innumerables en los ámbitos profesionales. La embajadora Arbaje es descendiente directa de inmigrantes libaneses, y en la familia del canciller Latorre, por parte de su esposa, hay también ascendencia árabe.

            Egipto solamente tiene más de 66 millones de habitantes y su capital El Cairo es una inmensa urbe de 14 millones de personas, donde hay más de un centenar de embajadas. Un paso consecuente sería que la nación abriera una embajada en ese país, para a través de ella concurrir diplomáticamente a las demás naciones del mundo árabe.

            En la gira por los 5 países del Medio Oriente visitados se pudieron comprobar los importantes vínculos culturales que hay entre los dominicanos y árabes, en las comidas, en expresiones y palabras y en la fisonomía. Con razón lo proclamaba hace décadas el profesor José Sainz a sus alumnas del Instituto Salomé Ureña, cuando se refería a “las delicias del himeneo en el calor de la almohada, bajo el perfume del azahar”, para resaltar la cantidad de palabras españolas de origen arábico.

            La iniciativa queda inscrita entre los cambios profundos de la política exterior impulsados por el gobierno del Presidente Leonel Fernández, consecuente con la formación del mandatario y que ha tenido un eficiente ejecutor en el canciller Eduardo Latorre, académico con una especialidad en relaciones internacionales.-