La salud de Peña Gómez y el futuro del PRD

Por Juan Bolívar Díaz

      Aunque sigue librando una asombrosa lucha por la vida, el doctor José Francisco Peña Gómez pareció empeñado en reanimar su partido, sumido en un largo período de desconcierto, sin poder avanzar en el proceso de reformas y modernización que le señaló en septiembre antes de someterse a su última operación de cáncer en Nueva York.

      De paso, el lider del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) quiso mantenerse vivo politicamente reabriendo las puertas a una nueva postulación en el año 2 mil, convencido de que saldrá adelante en el proceso de recuperación en que se encuentra, que para él -destinista y providencialista- no deja de ser asombroso.

      Durante su discurso de hora y media del sábado, ante la comisión política ampliada, los legisladores de su partido y dirigentes de los aliados del Acuerdo de Santo Domingo, Peña Gómez volvió a exhibir un alto grado de madurez, templanza y lucidez política, al ratificar una oposición generosa frente al gobierno del doctor Leonel Fernández y al advertir sobre los riesgos de una carrera desenfrenada por alzas salariales, asumiendo posiciones conciliatorias..

Notable recuperación

      Todos los que han visto y conversado con el doctor Peña Gómez desde una semana después de su última operación el 24 de septiembre, convienen en que su recuperación es asombrosa, tanto física como espiritualmente. Su estado de ánimo es excelente y se muestra convencido de que “la mano de Dios obró” en el cirujano Warren Brennan del Sloan Kettering Cancer Center del Memorail Hospital de Nueva York que le extrajo tres tumores malignos el 24 de septiembre.

      Consciente de la adversidad que le persigue desde su infancia puede jugarle una nueva mala jugada, el líder política está decidido a agotar todos los recursos que le han recomendado para asegurarse la supervivencia. De ahí que en estos días esté partiendo para China y la India para someterse a tratamientos preventivos, aunque en estos momentos los exámenes indican que está libre de células cancerígenas.

      Además, Peña Gómez está decidido a llevar una vida menos agitada, huyéndole al tremendo estrés que implicaron las dos campañas electorales de los últimos dos años, de las cuales salió rumbo al quirófano. Hombre de muchas creencias, está convencido de que una tercera ocurrencia “sería la vencida”, por lo cual adopta todas las previsiones posibles. Y entre ellas está la medicina naturalista, en la que los orientales son especialistas desde hace siglos.

      El líder político informó publicamente que hasta enero seguirá en tratamientos y que será entonces cuando reasumirá sus funciones como dirigente de la Internacional Socialista para preparar su retorno definitivo a la actividad política nacional en febrero.

Como un milagro

      El no se cansa de repetirlo, en sus conversaciones privadas como lo hizo el sábado ante sus seguidores. Después de los diagnósticos médicos que le dieron en Caracas, en Cleveland y en Houston, cualquiera podía creer que su final había llegado. En el Cleveland Clinic Foundation le dijeron que tenía que darse quimioterapia y operarse de inmediato. Enemigo de la quimioterapia, por la experiencia de su amigo Jacobo Majluta, huyó al Anderson Cancer Center de Houston en busca de esperanzas de vida. Allí le fue peor. Se trataba de un centro especializado en cancer y le dijeron que tenía que darse quimioterapia de urgencia para reducir el tamaño de la tumoración y poderle operar. Le llevarían el estómago y el páncreas por completo, lo que lo dejaba a expensas de la eventualidad de que pudieran hacerle un nuevo estómago, mientras se alimentaba artificialmente.

      Fue con ese terrible diagnóstico que vino al país en septiembre casi para arreglar sus asuntos y prepararse para lo peor. Su viaje a Nueva York para el congreso de la Internacional Socialista le abrió la esperanza, porque allí lo convencieron de que hiciera un nuevo intento en el Memorial Hospital de Nueva York, considerado entre los mejores en el tratamiento del cáncer. Fue allí que el doctor Brennan le garantizó que su caso no era fatal, que podía extraerle los tumores, sin tocar los órganos vitales, y que tenía posibilidad de recuperarse.

      Relata Peña Gómez que el doctor Brennan, tras la cirugía, lo despertó diciéndole: “Usted ha salido mejor de lo que se había anticipado. Su fortaleza lo ha ayudado. No hubo que hacerle ninguna transfusión. Lo regresaré de inmediato a su habitación. Y al día siguiente me expresó que la operación la había hecho Dios a través de sus manos, no sin decirme que era un hombre de acero, aludiendo a la resistencia física que me permitió vencer la terrible enfermedad”. Y luego expresa su convencimiento de que las abundantes oraciones por su salud ayudaron a la ciencia.

Al pie del cañón

      Tan optimista está el líder político, que ha considerado prudente revocar su planteamiento de principios de septiembre, cuando llegó a decir que ya no volvería a aspirar a la presidencia. El sábado alentó de nuevo las esperanzas de sus más fieles seguidores indicando que “en lo atinente a nuestro futuro como hombre público y a nuestra participación en los torneos electorales de 1998 y del 2000, todo dependerá de que mi recuperación continúe en la forma en que hasta ahora felizmente ha venido desarrollandose”. En caso contrario,“hay compañeros valiosos que pueden ocupar mi lugar tanto en la dirección como en la boleta electoral”. Aunque en otro momento del discurso proclamaría que “un partido tan grande como el Revolucionario Dominicano no puede condicionar su existencia ni su futuro a la suerte de una persona, aunque sea su máximo líder”.

      A lo largo del discurso se notaron las pinceladas estratégicas de alguien que mantiene expectativas electorales. De ahí la recomendación a fortalecer el partido y a “cumplir nuestros compromisos con los aliados del Acuerdo de Santo Domingo de manera razonable y justa, asi como seguirle ofreciendo a la base del partido una representación importante en los mecanismos del nuevo poder”.  

      Al final de la alocución, se declaró “redimindo de los doloros físicos y con el alma aliviada de mis dolores espirituales”, regresando al país como un soldado raso de la causa de la democracia y de la libertad. “He dicho que soy un soldado de avanzada que no retrocederá jamás, porque la distancia que me falta por llegar a la meta de mi destino es menor que la que me faltaría para una cobarde retirada”.

      Con ese final Peña Gómez quiso disipar todas las dudas, por lo menos en lo inmediato, de que se siente en proceso de franca recuperación y en capacidad de proseguir su carrera política. .

Esa parece haber sido la razón de su viaje al país, porque el tratamiento que siguió en La romana, bien pudo haberlo realizado en Estados Unidos, sin tener que movilizar varios médicos hasta el territorio nacional, en un viaje de apenas 9 días antes de emprender un largo recorrido por el lejano oriente.

El PRD en un limbo

      El doctor Peña Gómez debe haber sido informado del “limbo político” en que cayó su partido a consecuencia del desconcierto que produjo la recaída de su salud y de lo incierto que se ha presentado el futuro del gran líder partidario. Los proyectos de renovación no han salido adelante y al decir de alqunos observadores internos, más que un período de preparación para fortalecer el partido, se ha vivido en los últimos dos meses, una tensa espera para comenzar a disputárselo.

      Por lo menos unos 8 dirigentes perredeístas son señalados desde ya como potenciales candidatos a suceder al doctor Peña Gómez, por lo menos en la condición de candidato presidencial. Se cita a Hipólito Mejía, Rafael Suberví Bonilla, Hugo Tolentino, Hatuey de Camps, José Antonio Najri, Julio Maríñez, Milagros Ortiz Bosch y al ex-presidente Salvador Jorge Blanco.

      Entre ellos el que luce más activo es el síndico del DN, Suberví Bonilla, quien ya ha avanzado publicamente sus expectativas, por lo cual se vio compelido a declarar, tras el discurso de Peña Gómez el sábado, que él no disputaría la candidatura presidencial al líder del partido.

La administración municipal de la capital le permite un contacto permanente con las bases partidarias, y con activistas a los que protege.

      Jorge Blanco se cuida mucho de no mostrar interés en el retorno. Su misma circunstancia legal se lo impide. Pero sus más fieles seguidores acarician esperanzas. En torno a Hatuey de Camps y a Hipólito Mejía se mueven importantes grupos partidarios. Un analista interno estima que quienes más fuerza encarnan ahora mismo son Suberví y Mejía, éste último contando con un núcleo en el que estarían la senadora del DN, Tolentino, Memé Cáceres y los sociólogos y técnicos, como Amaury Justo, Franklin Franco, Rafael Calderón y otros.

      En la reunión del sábado, Peña Gómez retomó planteamientos de su último discurso antes de la operación, justamente pronunciado en el mismo lugar y ante el mismo auditorio”Los exhorto a ejecutar las instrucciones impartidas en nuestra última reunión, entre las cuales figura la inmediata celebración de un Seminario, el reforzamiento de los Frentes de Masas, especialmente de las mujeres y de la juventud, para enriquecer el acervo humano del Partido, y las medidas preliminares que deben irnos preparando para las elecciones de 1998, en las que debemos conservar la posición como fuerza determinante del Congreso Nacional”.

Gran conciliador

      La estrategia política del líder perredeísta, que a la vez le guarda las espaldas para un final feliz, en caso de recurrencia de la adversidad, parece ser la de jugar a ser el “gran conciliador”de la coyuntura nacional. De ahí la generosidad que muestra frente al gobierno de Leonel Fernández, y su planteamiento de que el PRD “debe continuar su oposición mesurada al gobierno del presidente Leonel Fernández y comprender que todo el que aprende a caminar tiene que gatear primero y tropezar después, lo que quiere decir que el aprendizaje del ejercicio gubernamental siempre comportará errores que nuestro partido debe juzgar con la mayor comprensión”.

      La conciliación se extiende a lo general cuando advierte sobre los riesgos de una carrera desenfrenada de aumentos salariales, especialmente para la estabilidad de la economía nacional, y su pedido a los legisladores de que antes de reivindicarse ellos salarialmente, perdiendo fuerza moral, esperen la propuesta de aumento salarial que hará el gobierno en el proyecto de presupuesto para el próximo año. Advirtiendo también que el Congreso debe actuar de acuerdo con el gobierno, hasta donde sea posible, para enfrentar el conjunto de demandas salariales que se ven en el horizonte.

      La política conciliatoria incluye a los reformistas con quien “debemos completar los acuerdos pactados con esa organización política a fin de contribuir a elaborar una judicatura responsable, honesta y que responda a los reclamos de justicia dela sociedad. Las buenas relaciones con el Dr. Joaquín Balaguer y su partido deben conservarse ya que mucho ha sufrido el país el antagonismo visceral entre nuestras dos grandes formaciones políticas, cuyo concurso es fundamental para la preservación de la democracia dominicana”.

      Recordando la advertencia que lanzó en entrevisa telefónica el mismo dia en que ingresaba al hospital newyorkino para operarse, Peña Gómez planteó la trascendencia de los comicios a celebrarse en año y medio. Recordó que “la participación en las elecciones congresionales y municipales de 1998 es un compromiso solemne contraído por nuestro partido que de ninguna manera se puede soslayar con una prolongación del mandato de los legisladores y los síndicos, lo que constituiría un inaceptable Golpe de Estado Legislativo”.

      Definitivamente, la pieza oratoria del sábado 9 contiene todo un programa del doctor Peña Gómez para abrirse paso a la continuación de su carrera política que en los últimos dos años ha sufrido no sólo dos reveses en su lucha por alcanzar el poder, sino también en su interminable lucha por la vida.-