La JCE supera sus dificultades

Por Juan Bolívar Díaz

A cinco semanas de las elecciones presidenciales, las perspectivas apuntan a un padrón de electores depurado, fruto de la jornada de verificación efectuada a fines de marzo y del consenso entre los delegados de los partidos y la Junta Central Electoral (JCE) para corregir los errores detectados.

Sin embargo ello no será suficiente para despejar por completo las incertidumbres y desconfianzas en torno al proceso electoral. Ahora las disputas serán en torno al reclutamiento del personal que operará en los colegios o mesas electorales, sin descartar que siga la pretensión de votar con la nueva cédula o la vieja, lo que en la práctica equivaldría al absurdo de anular el padrón electoral fotográfico.

Concluida la impresión de todas las cédulas solicitadas en el tiempo hábil, sería positivo que la mayoría de los 300 mil ciudadanos que aún no han recibido su carnet, acudan a los centros de cedulación y despejen las dudas que puedan persistir. Aunque los precedentes hacen temer que es imposible que todas sean retiradas.

Acertada decisión

Más allá de las desproporcionadas denuncias iniciales que daban por fracasado el operativo de verificación del padrón electoral efectuado el 25 y 26 de marzo, en la medida en que han pasado los días y se procesan las informaciones, queda claro que esa iniciativa fue acertada y puso en alto el deseo de transparencia que ha normado la actuación de los jueces electorales.

La iniciativa permitió detectar a tiempo errores que de haberse registrado en la jornada misma de votación, habrían podido originar desavenencias y dificultades que pusieran en cuestionamiento la legitimidad de los comicios. Su principal fallo fue la precipitación, que impidió un entrenamiento efectivo del personal que operó en los locales de votación, y que apenas dio tiempo para la impresión y distribución del padrón electoral.

Para mejorar la logística y motivar adecuadamente a la ciudadanía hubiese sido necesario una o dos semanas más, pero entonces ese tiempo restaría para el consenso y la ejecución de las medidas de corrección de los errores contenidos en los listados de electores.

Apenas un 3.7 por ciento de los electores confrontaron problemas considerables y otro 9 por ciento secundarios y corregibles con simple información. Lo más relevante es que los líderes políticos y los técnicos electorales han reconocido que los errores detectados no están marcados por un patrón que permita deducir intenciones fraudulentas. En otras palabras, que no afectaban o beneficiaban a algún partido en particular. Y que el 40 por ciento de los electores que se verificaron es una buena proporción, suficiente para probar el padrón.

Se ha reconocido también que la mayoría de las fallas verificadas son factibles de corrección mediante recursos técnicos o voluntad política, para lo cual se ha requerido el consenso entre los actores políticos.

Gran parte de las deficiencias pueden ser atribuidas al ambiente de hostilidad contra la JCE en que ha tenido que desarrollarse el proceso de cedulación, originado en la falta de consenso que acompañó la elección, por parte del Senado, de los actuales jueces electorales y a la agresividad y enfrentamiento que caracterizó las relaciones entre los partidos y el gobierno.

Están también los naturales errores, que se esperaban razonablemente, en un proceso de cedulación, con nueva y complicada tecnología y a la obra ejecutada por una burocracia poco motivada, muy heterodoxa y de niveles promedio bajos. Debe agregarse la falta de experiencia ejecutiva de los jueces electorales, abogados que, en su mayoría, no habían tenido ninguna experiencia previa en la materia.

Piedra de escándalo

La piedra de escándalo de la verificación del padrón fue la proporción de electores que no figuraban en el colegio indicado por su carnet, que habían sido reubicados automáticamente en atención a la ley electoral que establece un límite de 600 personas por mesa de votación, muchos de los cuales no pudieron establecer donde pueden votar y quedaron como si hubiesen sido excluidos.

En total 88 mil 652 electores, el 5.44 por ciento de los que acudieron a verificarse, no aparecieron en los listados, y no porque no estuviesen, sino porque no fueron buscados adecuadamente. Aplicado al total de los inscritos, aproximadamente 4 millones 200 mil, los “excluidos” pasarían de 200 mil.

En realidad los reubicados o movidos de mesa suman 360 mil 296, correspondientes a mil 437 colegios, según informes de la JCE. Obviamente muchos de ellos fueron localizados en un colegio al lado del original con el mismo número y una letra agregada. Por ejemplo, del 150 pasados al 150A. Aunque hubo 15 colegios ubicados en otro local, lo que dificultaba el ejercicio del sufragio a aquellos que no lo supieran de antemano.

El problema más grave detectado en el operativo consistió en que realmente el 0.45 por ciento de los que acudieron a verificarse no aparecen en el padrón electoral, representando 7 mil 300 personas, y 18 mil 250 si se proyecta esa proporción al total de los que solicitaron la cédula. A estos se les llama para recapturar sus datos e incluirlos definitivamente en el padrón.

En dos reuniones celebradas la semana pasada para buscar soluciones a los errores los delegados de los partidos llegaron a consenso en cuanto a la forma de encarar estas dificultades: Incluir en cada colegio afectado por reubicaciones, un listado de los reubicados, con sus datos básicos y el colegio donde fueron destinados; que un vocal de la mesa lleve en el pecho la información con los números de colegios donde fueron destinados los movilizados; e incluir la información en el Internet.

También se considera publicar el listado de los 360 mil removidos con el colegio de destino. Los partidos han comenzado también a ofrecer información mediante líneas telefónicas a todo ciudadano interesado en establecer su colegio de votación. Lo mismo podría hacer la propia JCE.

Hubo consenso también en cuanto a anular el traslado de los 15 colegios ubicados en locales fuera de los originales, aunque cuando haya que elevar hasta a 700 el número máximo de electores.

Problemas con las fotos

Las discusiones de la JCE y los delegados de los partidos han logrado consenso para enfrentar la diversidad de problemas relacionados con la fotografía, a saber:

Para los electores que aparecieron en el padrón sin foto, (2.42 por ciento de los verificados) se tratará de actualizar su foto a partir del archivo, pero en cualquier caso la Junta emitirá una resolución autorizando que se les permita votar sin objeción, siempre que los demás datos del padrón y su cédula coincidan.

Aquellos que aparecen en el padrón con una foto diferente, pero de ellos mismos, (5.58 por ciento) , se emitirá una resolución autorizándolos a votar sin objeción. Este alto porcentaje se explica en que decenas de miles solicitaron la cédula más de una vez y se les tomó fotos cada vez que lo hicieron. En otros casos a que se les incorporó en el padrón, la foto de su registro electoral anterior.

La irregularidad más grave con la fotografía es la del 0.95 por ciento que aparece en el padrón con foto de otra persona. Se acordó investigar estos casos, 14 mil 640, y en última instancia emitir una resolución autorizándolas a votar observado.

Los carnets electorales borrosos (0.46 por ciento) serán aceptados. En última instancia los electores tendrán oportunidad de buscar un duplicado antes del día de la votación.

De los que solicitaron la cédula más de una vez, en su mayoría no confrontan problemas, a excepción de 5 mil 750 que lo hicieron en colegios diferentes, y aparecen con doble registro. A estos se les cancelará uno pero se tratará de informales cuál mantendrán, en principio el último colegio que solicitaron.

Como se advierte la gran mayoría de los problemas son corregibles y los más difíciles, como los que no aparecen en el padrón, los que están en dos mesas, y los que figuran en el padrón con otra foto, no totalizan ni siquiera el 2 por ciento del total.

300 mil por recoger

Desde este lunes 10, la JCE tiene listas la totalidad de las cédulas solicitadas por la ciudadanía. El plazo para recogerlas vence el domingo 16. Nada impide su extensión, por lo menos hasta fin de mes, pues ya el padrón se hizo incluyendo las pendientes de entrega. Pero no conviene discutirlo en público, para mantener la presión a los más lentos. Debe recordarse que 300 mil quedaron sin reclamar en la anterior cedulación.

Una vez se demuestre que cada ciudadano que llega tiene su cédula y que desaparezcan los que la reclaman, no quedará ningún argumento válido para pedir el voto con dos cédulas. Pues se ha hecho una enorme inversión de dinero, tiempo, recursos humanos, y hasta en disputas, para que al concluir el padrón electoral fotográfico se pretenda su anulación.

Parece que el sistema partidario necesita una causa de enfrentamiento. Antes fueron las inscripciones, luego las entregas, después el padrón. Qué viene ahora? Seguramente el debate sobre la integración de los colegios, y sobre el cómputo, cuyo sistema fue puesto a prueba este lunes.

Corresponde ahora a la ciudadanía, a las organizaciones de la sociedad civil y a los líderes de opinión, defender el nuevo padrón electoral fotográfico, luego que se dicten las resoluciones correctivas de consenso.-