La agenda para la concertación política

Por Juan Bolívar Díaz

      El acercamiento del Presidente Leonel Fernández a los líderes de los partidos mayoritarios de oposición durante la pasada semana implica un nuevo desafío a la capacidad de concertación del sistema político nacional para las reformas que tiende pendiente la nación, no sólo en el orden fiscal, sino también en el político y económico-financiero.

      Con la creación de comisiones de negociación de los partidos se vuelve a los días previos a la juramentación del actual gobierno, cuando el doctor Fernández propuso un gobierno de “unidad programática”, planteamiento que, extrañamente, dejó de lado una vez se invistió como presidente de la República.

      Desde su convalecencia en Miami, el líder perredeísta José Francisco Peña Gómez amplió la agenda de la concertación propuesta por el presidente que le visitó allí, incluyendo proyectos pendientes en el Congreso Nacional, el proyecto de presupuesto para el año en curso, las relaciones con los ayuntamientos, y hasta la división del Distrito Nacional en cuatro jurisdicciones municipales.

Más reducción del paquete

      Tal como había anunciado en su reciente discurso ante la Cámara Americana de Comercio, el Presidente Fernández reintrodujo al Senado, el jueves 24 de abril, la mayor parte de los proyectos que acompañaron el no aprobado presupuesto de ingresos y ley de gastos públicos para 1997, y remitió a la Cámara de Diputados dos nuevos proyectos para promover las exportaciones, mediante el reintegro de impuestos, y para unificar en un solo organismo las actuales direcciones de Impuesto sobre la Renta y de Rentas Internas.

      Al senado fueron envíados cinco proyectos de leyes, el de reducción de los aranceles, el que busca elevar la tasa del Itebis del 8 al 11 por ciento, uno que deroga las patentes comerciales e industriales, el de amnistía en la corrección de inventarios y patrimonios en la declaración de 1996, y el que eleva el impuesto selectivo al consumo a las bebidas alcohólicas y el tabaco.

      Del paquete sometido en diciembre, atado al proyecto de presupuesto, quedó excluído el que gravaba las ventas brutas con el 1 por ciento. En las crónicas de los diarios sobre la reintroducción se excluye también el desmonte de la patente del sector financiero.

      El proyecto de reducción de los aranceles recoge la reformulación pactada en enero con el Consejo Nacional de la Empresa Privada que propone cinco tasas a la importación, desde 1.5 por ciento la menor, hasta 20 por ciento la máxima. En el proyecto de diciembre se planteaba la reducción de la tasa máxima del 35 al 20 por ciento desde 1997, al 15 en 1998 y una unificada para todas las importaciones en el 10 por ciento a partir de 1999. Este proyecto elevaba al 10 por ciento las tasas actuales de 3 y 5 por ciento, que se aplica a productos básicos, materias primas y equipos. En el reintroducido, por el contrario, se reducen al 1.5 y al 3 por ciento respectivamente, en atención a los reclamos de los sectores productivos .En el nuevo proyecto de Itebis se excluyen el papel para periódicos y revistas, materias primas para la fabricación de medicinas y los insumos para la producción de fertilizantes y alimentos para animales.

Reunión con Balaguer  

      Para iniciar el nuevo intento de concertación con los partidos de oposición el Presidente Leonel Fernández se reunió la tarde del miércoles 23 de abril con el ex-presidente Joaquín Balaguer, quien lo recibió en su residencia. Allí le entregó el nuevo paquete de proyectos que al día siguiente enviaría al Congreso Nacional, y le propuso la integración de comisiones partidarias para estudiarlos.

      Balaguer no se hizo acompañar de dirigentes de su partido para la importante reunión, que duró unos 35 minutos, y al final mantuvo su largo silencio, sin dejar que se acercaran los redactores. Sólo permitió el acceso de camarógrafos. Lo que se conoce del resultado de la reunión fue informado por el secretario de la Presidencia, Danilo Medina, en una rueda de prensa ofrecida esa misma tarde en el Palacio Nacional. Dijo que “como siempre” el caudillo reformista mantuvo una actitud de cooperación con el gobierno.

      Medina añadió que Balaguer “vio como positivo que comisiones de los tres partidos se puedan reunir para discutir estos proyectos de leyes que son de interés nacional”. De acuerdo al testimonio del funcionario, la entrega de los proyectos previo a su envío al Congreso Nacional se hacía en atención a una propuesta del Cardenal Nicolás López Rodríguez. Pero la prisa volvió a ser mal consejera, porque los proyectos fueron reintroducidos antes de entregarlos al doctor Peña Gómez, lo que vino a ocurrir el domingo 27 en Miami.

Reunion con Peña Gómez

      Tal como había adelantado, el doctor Peña Gómez no quiso cargar solo con la responsabilidad de recibir el paquete y aprovechó para ampliar la agenda presidencial. Convocó al efecto a Miami a la comisión especial que dirige los trabajos de su partido, al presidente de la Cámara de Diputados, y dirigentes de varios de los otros partidos integrados en el Acuerdo de Santo Domingo. Con los acuerdistas el Presidente de la República sostuvo un extenso   intercambio de 2 horas y 45 minutos. Y al final ambas partes ofrecieron una rueda de prensa. El mandatario estuvo acompañado por ocho funcionarios, entre ellos cuatro secretarios de Estado.

      Peña Gómez reiteró nuevamente su disposición a dar su aprobación a las reformas fiscales, aunque reiterando su reserva sobre el nivel de incremento del Itebis y de cualquier otro impuesto que suponga una mayor carga para la población, según la crónica de los reporteros presentes, y como manifestó el lunes al ser entrevistado telefónicamente por el telediario Uno más Uno de Teleantillas.

      El líder perredeísta dijo por el telediario que podría elevarse en un punto el Itebis. Hay quienes creen que podría llegar a un 2 por ciento, si el gobierno muestra comprensión con sus propuestas, entre las cuales figura la reintroducción del proyecto de presupuesto, lo que el equipo gubernamental prometió considerar, y una concertación con los ayuntamientos para obras de interés municipal.

      La concertación no se limitó a los proyectos reintroducidos la semana pasada al Congreso. Abarcó los proyectos pendientes desde hace tiempo, como el de código monetario y financiero, sobre producción y comercialización de energía eléctrica y el de capitalización de las empresas públicas.

Buenas perspectivas

      Parece obvio que faltan detalles para que se materialice el acuerdo de Miami. Pero quedó allanado el camino. Para el Presidente Leonel Fernández, la conversación con los líderes del Acuerdo de Santo Domningo arrojó un “histórico y trascendente acuerdo político”. Falta ahora que los líderes y legisladores de los partidos involucrados y del gobierno mantengan el espíritu de comprensión y concertación que mostraron en Miami. Y que las comisiones acordadas realicen el trabajo sin mezquindades y con diligencia.

      La posición del Partido Reformista Social Cristiano, que depende en gran parte de la voluntad de Balaguer, podría facilitar la aprobación de la mayoría de los proyectos, o retraer a los perredeistas y aliados, que evidentemente prefieren un acuerdo tripartito, especialmente en materia impositiva.

      La inclusión del desmonte de la patente del sector financiero debería abrir paso a la aprobación definitiva del Código Monetario y Financiero. El proyecto de energía sigue trabado por los intereses que propugnan a cualquier precio por el establecimiento de privilegios para los productores de energía eléctrica en contradicción con las reformas fiscales que eliminaron las exoneraciones.

      El aumento del impuesto selectivo al consumo de bebidas alcohólicas y tabacos ya fue aprobado por el Congreso, aunque la ley quedó dentro del veto al proyecto de presupuesto. En materia del presupuesto es por donde podrían reaparecer diferencias importantes, que gobierno y oposición deberían dilucidar y partir en aras de la concertación democrática y para fortalecer el ordenamiento institucional.

      Tuvo razón Peña Gómez al plantear la rediscusión del proyecto de presupuesto, pues sería una incoherencia que oposición y gobierno no puedan ponerse de acuerdo en una materia básica del orden institucional, mientras hablan de reformas para el fortalecimiento democrático y la modernización de la nación.

      Todo el proceso de discusión en torno al proyecto de presupuesto y el paquete de reformas que lo acompañó parece haber demostrado que ni el gobierno ni la oposición tuvieron la razón absoluta en sus posiciones. El paquete original, además de excesivamente ambicioso, resultó innecesariamente atado al proyecto de presupuesto. El gobierno lo redujo considerablemente, no sólo en cuanto al arancel, sino también en el escalamiento del Itebis, que quería casi duplicar al 15 por ciento. Y ahora lo reintrodujo sin presupuesto a la vista.

      Perdidos varios meses en enconadas confrontaciones, se comienza ahora a buscar una real concertación gobierno-oposición y se instituyen las comisiones partidarias acordadas en agosto, para el “gobierno de unidad programática”. En la democracia, el gobierno trata de concertar con la oposición, cuando de reformas importantes se trata, aún cuando tiene mayoría en el Congreso, como ocurrió recientemente en Nicaragua. Con más razón se impone cuando el gobierno tiene una absoluta minoría legislativa.

      Ahora falta que los partidos de oposición demuestren que su actitud de los meses recientes no ha sido de una simple y mezquina obstrucción. Será importante para fortalecer no sólo el proceso de institucionalidad democrática, sino también para crear el ambiente positivo y de concierto que requiere el país para superar su atraso. Tanto el gobierno como la oposición tienen que inaugurar un nuevo lenguaje y entrar en el juego democrático del toma y daca, de las concesiones y los reconocimientos mutuos. Por encima de los intereses partidarios excesivamente centrados en las elecciones congresionales y municipales del próximo año. En ambas partes.-