Por Juan Bolívar Díaz
La lucha por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, pactada a 11 semanas, arrancó con relativo equilibrio, especialmente entre dos de los tres competidores y ni las encuestas recientes permiten formular un vaticinio sobre quién será el seleccionado entre el vicepresidente Jaime David Fernández y los ministros Danilo Medina y Félix Jiménez.
Aunque Felucho Jiménez ha tenido un exitoso desempeño como secretario de Turismo y disfruta de apoyo entre núcleos de su partido, la generalidad de los analistas y observadores proclama que la lucha será cerrada entre los otros dos.
A Danilo Medina se le confiere un punto de ventaja al ser percibido como el candidato del Palacio Nacional, o más precisamente del equipo de gobierno, aunque no se prevé que el presidente Leonel Fernández vaya a inclinarse abiertamente en favor de ninguno de los aspirantes. Jaime David Fernández puede reclamar que es quien más simpatía despierta en el electorado.
Campaña controlada
El PLD ha vuelto a organizar un proceso de selección de candidato presidencial bajo rígidos controles para prevenir enfrentamientos, grupismo y otras expresiones del desenfreno de las ambiciones. Durará 11 semanas, del 12 de abril al 26 de junio, apenas el tiempo preciso para que los aspirantes puedan presentarse en cada una de las 30 provincias y en Nueva York y Miami, ciudades del exterior donde existen más organismos partidarios.
Un reglamento de 11 artículos aprobado por el Comité Central peledeista pauta la campaña de promoción. Prohibe el pago de propaganda en los medios masivos de comunicación y el uso de vallas. Prohibe a todos los miembros del partido hacer pronunciamientos públicos a favor o en contra de los precandidatos, con la excepción de sus voceros, que podrán ser hasta tres por cada aspirante.
La campaña negativa y el prevalerse de los recursos derivados de la condición de funcionarios, electivo, estatal o autónomo, han quedado también expresamente prohibidos en el reglamento.
Esta podría ser la primera vez que el partido morado se vea expuesto a dificultades derivadas de la competencia por la candidatura presidencial. Hasta los comicios de 1994, el nombre del profesor Juan Bosch fue sometido invariablemente a las bases como única opción aprobada por el Comité Central. Para los de 1996 se escogió una terna que integraron el actual presidente Leonel Fernández y los veteranos Euclides Gutiérrez Félix y Norge Botello. El primero arrasó con el 85 por ciento del voto de los organismos.
El reglamento electoral del PLD sigue postulando el voto por organismos, no individualmente, por lo que en una votación cerrada se corre el riesgo de que el ganador pueda haber obtenido menos votos individuales que otro.
Se espera que la actual campaña interna del peledeismo sea más intensa y acalorada que las anteriores, ya que ahora el escogido tiene mayores posibilidades de convertirse en Presidente de la República. Aunque la generalidad de los analistas convienen en que todavía los militantes del partido de gobierno tienen suficiente sentido de la disciplina como para que no pueda prosperar un disturbio mayúsculo, aunque sí pueden emerger inconformidades, como ya ocurrió cuando varios aspirantes fueron rechazados por el Comité Central.
En la sesión que escogió los tres precandidatos en competencia alguien propuso que sólo se nominara a uno, lo que implicaba una virtual elección por parte de los 150 integrantes de ese organismo. Pero la moción fue rápidamente desestimada. Prevaleció el sentido común y se evitó un conflicto mayor. De haber sido acogida la proposición, el elegido hubiese sido el influyente secretario de la presidencia Danilo Medina, pues éste fue nominado precandidato por unanimidad de los votos, excepto el del presidente Fernández que se abstuvo en todas las votaciones. Desde luego, en tal caso, Medina no habría conseguido todos los votos. Pero se descarta que en la cúpula del partido hubiese barrido.
Ventajas comparativas
En la tradición presidencialista e impositiva de la política dominicana, el ingeniero y licenciado Danilo Medina lleva ventaja relativa, por haber tenido mayor dedicación al trabajo con las estructuras partidarias, antes de llegar al poder, habiendo dirigido la campaña electoral del presidente Fernández, y ya en el gobierno desde la secretaría de la Presidencia, puerta de entrada para gran parte de las designaciones en la administración pública, para el acceso al primer mandatario y para la mayoría de los favores que se administran desde el Palacio Nacional.
A Medina se le ha visto desde la campaña electoral como el segundo hombre del gobierno, con mucho más poder de decisión y cercanía presidencial que su principal contendiente, por más que éste sea el vicepresidente Jaime David Fernández, quien por momentos lució relegado, con las escasas funciones -más protocolares que otra cosa- que tradicionalmente se ha asignado al segundo mandatario de esta nación.
Al sanjuanero Medina se le percibe como un eficiente ejecutivo, con más experiencia administrativa que sus competidores, y más ducho en las negociaciones del poder. De ambos ingredientes se nutrió desde antes de llegar al Palacio Nacional, especialmente a su paso de 10 años por la Cámara de Diputados, de la cual fue presidente en el período 1994-96.
El que se crea que es el candidato preferido del presidente de la República está llamado a beneficiarle, especialmente porque una gran mayoría de los 12 mil miembros, aproximadamente, que integran los 1,800 organismos electores son funcionarios del gobierno. La tendencia a satisfacer al presidente de la nación es muy fuerte. Más aún cuando en el caso de Leonel Fernández está encarnando un nuevo liderazgo en el partido y el país.
Le favorece también el que el PLD ha hecho depender excesivamente su suerte electoral en el 2000 de un nuevo respaldo del Partido Reformista Social Cristiano y Medina es de los artífices del Frente Patriótico de 1996, y del núcleo que ha mantenido las más cordiales relaciones con el mundo balaguerista, junto a Miguel Cocco, que le respalda. En contrapartida, a Jaime David se le advierte como difícil de vender ante Balaguer por la herencia Mirabal que representa. Para los que no tienen tan buena memoria vale recordar que Joaquín Balaguer ya era presidente de la República el 25 de noviembre de 1960 cuando la tiranía trujillista asesinó a las tres hermanas Mirabal (tías de Jaime David) y su chofer Rufino de la Cruz.
Si se analizan las declaraciones de Danilo Medina en los primeros 8 días de campaña, se advertirá que su estrategia está basada en resaltar sus experiencias como ejecutivo de ahora y de antes, en sus posibilidades de garantizar las alianzas necesarias para ganar en segunda vuelta, en la continuación del gobierno de Fernández y en la capacidad para confrontar al Partidor Revolucionario Dominicano, de lo que ha dado bastante muestras, y con lo que explota el sentimiento antiperredeista de los militantes de su partido.
Para vencer a Goliat
El doctor Jaime David Fernández ha jugado a la ortodoxia del partido, al respecto irrestricto de la disciplina y los métodos de trabajo, y sobre todo a explotar la ventaja que se le atribuye en el mercado electoral general. Casi todas las encuestas le han dado mayores preferencia en el electorado, aunque Medina lo ha superado últimamente en algunas, entre quienes se dicen votantes del PLD.
La última encuesta publicada, la de Hamilton and Staff para el diario Hoy lotorgó al vicepresidente el 34 por ciento de las preferencias para la candiatura presidencial del PLD en el 2000, cinco puntos por encima de Danilo Medina que registró 29 por ciento. Felucho Jiménez apareció con el 7 por ciento, un punto menos que Norge Botello, quien no fue escogido precandiato. Entre los que dijeron ser miembros, simpatizantes o votantes del PLD Medina aventajó con 3 puntos a Fernández, 43 contra 40 por ciento. Felucho con un lejano 6 por ciento.
Es tan claro que el salcedense Jaime David apela a los valores éticos del boschismo y el PLD originario que admite las ventajas comparativas de Medina. En su primer acto de campaña en Monte Plata, contó que uno de sus simpatizantes lo instó a dar la batalla “que su nombre es de vencedor. David venció a Goliat, y eso es bíblico”. (Listín Diario, 19 de abril, página 13-A)
En el discurso de Fernández de la semana pasada, hay numerosas apelaciones a los peledeistas para que consulten a los electores, a “poner sus oídos en el corazón del pueblo”así como negativas de que el poder pueda determinar en un partido que es un “proyecto institucional, no personal”.
Ha planteado que el PLD debe trabajar para atraerse al 50 por ciento que no votó en los comicios de 1998 y no depender tanto de posibles acuerdos con una fuerza política específica. Sin criticar el gobierno, más bien defendiéndolo, el vicepresidente plantea, aunq1ue sutilmente, algunas diferenciaciones, como esa de que dará prioridad a las obras comunitarias, a “las pequeñas obras, que son grandes para las comunidades”.
Felucho Jiménez, tal vez consciente de sus menores posibilidades, es quien ostenta el lenguaje de mayor diferenciación del gobierno. Apela también a los valores de las bases peledeistas, considerando que “la candidatura la decidirá la conciencia que tengan las bases del partido, no la dirección. Esa ya votó ahora le toca decidir a las bases”. En el telediario Uno más Uno se atrevió a plantear la renovación del equipo ejecutivo del gobierno peledeista.
Aunque la tradición del poder otorga su punto de ventaja a Danilo Medina, la primera semana se la ganó Jaime David, al plantear la licencia de los cargos gubernamentales durante la campaña interna. Sobre todo cuando el diario Hoy publicó la repartición de alimentos del Plan Social de la Presidencia con profusión de propaganda de Medina, lo que evidenció uso de recursos estatales en la campaña interna, condenado en el párrafo IV del artículo 6 del Reglamento Electoral. Aunque el camión fuera “desvíado”, que no se sabe si es lo mismo que secuestrado.
Tanto Danilo Medina como Felucho Jiménez, que habían considerado innecesaria la licencia, tuvieron que acogerse a la misma, tras el incidente del reparto, lo cual determinó que los observadores otorgaran el primer round a Jaime David. Pero eso no significa, necesariamente, que el sagaz secretario de la presidencia haya perdido la pelea. Recuerden que es a once asaltos. Y él y los suyos tienen amplias experiencias. Incluso en competencias más difíciles.