Juan Bolívar Díaz
Aunque para algunos han resultado sorprendentes, los resultados de la Encuesta Rumbo-Gallup, publicados la semana pasada, validaron las hipótesis básicas con que se ha venido analizando el acontecer político en esta revista: la solidez de la posición de la candidatura del doctor José Francisco Peña Gómez; la extraordinaria pegada del doctor Leonel Fernández y la extrema debilidad en que se encuentra la candidatura del licenciado Jacinto Peynado.
Lo que más sensación causó fue que el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) casi empató en preferencias de los encuestados con el del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), aunque los simpatizantes de éste mostraron una mayor firmeza en su intención de voto.
De mantenerse las tendencias registradas por la investigación, las posibilidades de Peña Gómez alcanzar el 50 por ciento de la votación, (en primera o segunda vuelta) lucen reducidas, pero parece muy difícil que Jacinto Peynado se mantenga en el bajo 16 % de las preferencias y es obvio que todo su crecimiento sería a expensas de reducir lo que le ha quitado Fernández.
LA GRAN PEGADA
La encuesta Rumbo Gallup vino a confirmar la percepción generalizada de que la candidatura de Leonel Fernánadez ha tenido una pegada que supera todas las expectativas, aún las de su propio partido. Y la muestra con posibilidades reales de convertirse en opción triunfadora para los comicios de mayo próximo. Confirma también la investigación de la Glogal Strategy Group que a principios de julio otorgó a Peña Gómez el 36% de las preferencias, a Leonel Fernández el 30% y a Jacinto Peynado el 15% de las intenciones de voto.
De mantenerse esa tendencia, el candidato peledeista disputaría el primer lugar con el del PRD en los comicios de mayo, y quedaría en condiciones de alcanzar la presidencia en una segunda ronda, asumiendo que una mayoría de los votantes reformistas lo preferirían al perredeista. En ese escenario, el candidato del Acuerdo de Santo Domingo estaría en apuros.
En relación al 13% obtenido por el PLD en los comicios de 1994, la situación es altamente estimulante para Fernández y sus huestes. Refleja también un crecimiento en relación a la encuesta de julio antes citada. Contando con amplias simpatías en las clases media (45%), alta (50%), y población urbana (41%) tiene un potencial de recursos disponibles, en términos económicos y en la capacidad de esos sectores de influir en la opinión pública.
TALON DE AQUILES
Sin embargo, la encuesta Rumbo Gallup muestra también lo que podrían ser debilidades del ascenso peledeista, al indicar que de los encuestados que votaron por el PRSC en las elecciones de 1994, el 42 % se inclinaba en noviembre por Leonel Fernández. Eso quiere decir que tiene una alta dependencia del voto de los reformistas.
Dado que los simpatizantes de Peña Gómez son tradicionalmente opuestos a los reformistas, el crecimiento que pueda registrar Peynado sería a costa de Fernández.
Los peledeistas tienen todas las razones para encender velas y apostar a que el candidato reformista se quede congelado, que no pueda despegar. Pero aún cuando no tenga muchas posibilidades de pasar a un segundo lugar, pocos analistas creen que Jacinto Peynado terminará en el 16 por ciento de las simpatías que cosechó antes de ser proclamado por la convención de su partido y respaldado por el Presidente Joaquín Balaguer. En cualquier caso -salvo total desastre- debe esperarse que pase del 20%.
La misma circunstancia de tener un alto porcentaje de simpatías en el segmento más joven del electorado, entre 18 y 24 años (45%) y entre las mujeres (37%) deja cierta vulnerabilidad a la candidatura de Leonel Fernández, ya que esos sectores son influenciables por sus ambientes familiares, donde predominarían los perredeistas y reformistas. Aunque por otro lado debe considerarse que los jóvenes pueden desarrollar mayores energías en la campaña electoral y beneficiar así al candidato de sus simpatías.
UN VOTO DURO
José F. Peña Gómez puede reivindicar el ser beneficiario de lo que los encuestadores llaman «un voto duro» o firme. Leonel no ha crecido a costa de él. Su 37% está por encima del promedio que ha registrado en las encuestas de los últimos 4 años, que es de 35%, y un punto por encima del mayor porcentaje jamás obtenido por él en una encuesta no perredeista, que fue 36% en la última de Hamilton and Staff (para Peynado) y en la de Global Strategy Group (para el PLD).
La dureza del voto de Peña es más patente cuando se analiza el resultado de la encuesta Rumbo Gallup sobre la pregunta en torno al grado de seguridad de los encuestados. El 91% de quienes lo favorecieron dijeron estar muy seguros de su preferencia, en tanto sólo el 77% dijo lo mismo sobre Fernández y el 76% en torno a Peynado. De los hombres, que lo benefician más, el 83% se manifestaron seguros de su preferencia, en tanto, entre las mujeres el porcentaje bajaba al 74%.
Otro factor que beneficiaría a Peña Gómez es la percepción de que él traería cambios que el país necesita, donde registró 55% contra un 44% de Leonel y 22% de Peynado. Ese factor se acentuaría en la medida en que el PLD sea percibido ganador con el voto de antiguos simpatizantes reformistas.
APURO PARA EL PRD
De cualquier forma, lo más relevante de la encuesta es la tremenda pegada de Leonel Fernández, lo que pone en apuros a los perredeistas y sus aliados, obligándolos a reexaminar su estrategia de campaña y a apuntar a una cada vez más posible segunda vuelta electoral, donde podría darse una confluencia de peledeistas y reformistas, acicateados por las viejas contradicciones con el PRD y por los sentimientos antipopulistas y hasta racistas que afectan las posibilidades de Peña Gómez.
En el escenario de la encuesta, el 3 por ciento que registra la candidatura del licenciado Jacobo Majluta adquiere relavancia. Si lo sumaran al Acuerdo de Santo Domingo, podrían estar hablando de un 40%. Debe presumirse que los perredeistas ahora tendrán más interés en la alianza con el Partido Revolucionario Independiente, que se ha dado por hecha en las últimas semanas.
Desde luego, debe tomarse en cuenta que el PLD y su candidato han desarrollado una agresiva campaña desde mayo, y que el PRD lo cogió suave esperando la definición de la candidatura reformista. Peña Gómez y su partido han demostrado que son buenos corredores de la recta final, como ocurrió en 1974 y 1978, en 1990 y en 1994. En 1990 el mayor porcentaje obtenido por el perredeismo fue de 16% en marzo, y en mayo, registró 24%. En los comicios del año pasado Peña terminó con 42% (pese al fraude), aunque ninguna encuesta no perredeista le otorgó más del 36%.
HERENCIA DE PEYNADO
El que está obligado a apurar el paso, antes que otra encuesta con credibilidad le cante bingo, es Jacinto Peynado. Tiene urgencia en infundir confianza entre los tradicionales votantes reformistas para lo cual tendrá que restaurar la unidad partidaria, y poner en juego su poder económico. Puede considerar que su 16% fue antes del apoyo que le brindó Balaguer en la convención del 25 de noviembre. Si la encuesta hubiese sido la semana siguiente, tal vez ya habría mejorado su promedio.
Sin embargo, son visibles todavía las resistencias de sectores reformistas y está por verse si el apoyo balaguerista se traduce en hechos concretos, porque hasta ahora sólo fueron palabras, en circunstancias en las que el caudillo no tenía alternativa razonable.
Los reformistas también han sido buenos corredores de la recta final, pero en las actuales circunstancias, tan lejano de los dos primeros competidores, el repunte tendría que darse más temprano, sobre todo cuando el candidato no tiene la aureola mítica de Joaquín Balaguer. Aunque Peynado ha demostrado madera de un competidor exitoso, de arrojo y decisión oportuna.
El período navideño, desde la mitad del mes, no le ayudará a demostrar fuerzas. Pero podría ser un buen tiempo para restañar heridas y apelar a sus «compatriotas». Si los reyes magos no le dejan una mayor cohesión partidaria, el tiempo conspirará en su contra y ratificará las claras posibilidades que presentan sus contrincantes en la carrera por la presidencia.-