El costo de una alianza

Por Juan Bolívar Díaz

   Aunque quedó por completo fuera de los bufetes directivos de las cámaras legislativas, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) le ganó la partida al Partido de la Liberación Dominicana, víctima de una estrategia que persigue identificarlo con el partido de gobierno para los perredeistas apropiarse solos el terreno de la oposición.

   El acuerdo con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) para nada ayuda la candidatura del doctor Leonel Fernández, ya a la defensiva por las acusaciones, provenientes hasta del mismo partido de gobierno, de que estaría recibiendo financiamiento oficial.

   Mucho menos ayuda al peledeismo ocultar sus negociaciones con el partido del doctor Joaquín Balaguer, pues de esa forma ellos mismos están dejando sentado que no son convenientes.

CAMBIO DE TACTICA

   En principio el doctor José F. Peña Gómez era opuesto a que su partido y aliados llevaran candidatos a los bufetes directivos de las cámaras. Pero luego, impulsado por las ambiciones de perredeistas que creían que era posible conseguir el control de la Cámara de Diputados y por la forma «tan prepotente» con que el PLD reclamaba su derecho a seguir dirigendo ese hemiciclo, teniendo solo el 10 por ciento de su membresía, decidió cambiar de táctica.

   Peña Gómez no atendió a las ambiciones del diputado por Bahoruco, Rafael Peguero Méndez, quien había ganado simpatías en su bloque gracias a sus habilidades para conseguir cosas y repartir. Le dicen el «Putico del PRD», aludiendo al reformista Luis José González Sánchez, un verdadero experto en «reivindicar» a sus colegas legisladores. Dicho sea de paso, este Peguero es el mismo a quien se le salió el liderazgo del doctor Balaguer, por el del doctor Peña Gómez en la sesión inaugural de la legislatura.

   Al postular al doctor Enmanuel Esquea Guerrero, para presidir la cámara baja, el PRD quería garantizarse, en caso de ganar, un dirigente con algo más que capacidad para pequeñas reivindicaciones. Sobretodo si tenía que ir al Consejo Nacional de la Magistratura.

   Cuando a algunos dirigentes perredeistas se les cuestionó sobre los riesgos que implicaba buscarse la presidencia de la Cámara a costa del PLD, dejaron saber claramente que no la iban a ganar, porque estaban convencidos de que de todas formas peledeistas y reformistas ya habían hecho acuerdos, y que entonces, lo más rentable políticamente era evidenciarlos.

ABIERTA CONTRADICCION

   Por momentos pareció que para el PLD era más importante defender el espacio político de la presidencia de los diputados que el amplio espacio ganado por su candidatura presidencial desde su lanzamiento en mayo pasado. Querían un acuerdo que involucrara a perredeistas y reformistas, pero lo planteaban desde una posición de fuerza desproporcionada a su representación congresional.

   Muchos peledeistas han llegado al extremo de defender el derecho de las minorías (ellos lo son en ambas cámaras) a costa del de las mayorías, preteniendo presentarlo como habilidades políticas, cuando en el marco concreto no pasa de ser oportunismo político. La realidad es que 12 diputados no pueden pretender narigonear a 56. Las minorías en los parlamentos son pieza clave de negociación, imponen condiciones a las mayorías para ganar espacio reivindicando cuestiones de alto interés nacional, no pretendiendo que les regalen los derechos de otros.

   El año pasado el PLD consiguió el control total de la Cámara baja, ayudado por la circunstancia de que los legisladores del PRD no estuvieron presentes en el inicio de la legislatura, protestanto incumplimiento de algunos aspectos del Pacto por la Democracia. Esta vez, a 9 meses de las elecciones, con un candidato presidencial peledeista a la ofensiva, los perredeistas decidieron no hacérsela fácil.

   Ahora como antes el PLD ha defendido su derecho a negociar acuerdos políticos con cualquier fuerza. Pero recurre a expedientes vergonzantes, como la visita al despacho presidencial de quien era su candidato a presidir la Cámara baja, Ramón Fádul, acompañado del expresidente del mismo organismo Norge Botello. Ambos fueron introducidos al despacho presidencial a través del ascensor que usa el Presidente Balaguer, para que los periodistas no los vieran. Eso ocurrió el lunes 14 de agosto, y los reporteros no los vieron ni al entrar ni al salir, pero alguien del Palacio lo coló a los medios informativos. Y por lo menos el periodista de Hoy, Manuel

Jiménez lo consignó en su columna diaria del dia 15.

   Lo menos que se puede decir de esa pretendida entrevista secreta en pleno Palacio Nacional es que fue una ingenuidad política, que al quedar evidenciada se revirtió contra sus autores. Pues si el acuerdo es legítimo, es preferible no tratar de ocultarlo.

TACTICA PELIGROSA

   Líderes del PLD, incluyendo al mismo Leonel Fernández, están convencidos de que el crecimiento de su candidatura presidencial ha sido hasta ahora a costa del PRSC, y que todavía tienen allí una cantera de votos que perseguir. Por eso no van a atacar al gobierno y mucho menos al caudillo reformista, y más bien creen que les conveniene aparecer cercanos.

   Tal línea táctica tiene dos serios inconvenientes: por un lado deja todo el terreno de la inconformidad en manos del PRD, que parece ya encarnando la oposición a un desastre gubernamental como el que vive el país; y por el otro deja al PLD en el grave riesgo de «quedarse sin pito, sin flauta, y sin que tocar», si los reformistas logran pasar la prueba de la elección de su candidato presidencial y ponerse a la ofensiva con todos sus recursos.

   En tal caso, que nadie debe dudar, dada la vocación para el poder que tiene esa comunidad política, el crecimiento de la candidatura peledeista podría esfumarse en cuestión de dias, e irse al fondo. Los mismos voceros y dirigentes reformistas que ahora aupan al PLD serán los primeros en abrirle fuego si tienen que hacerlo para recuperar el espacio perdido. Por lo menos en un primer momento, tan pronto tengan un candidato presidencial sobre la pista.

   Hay quienes creen que las simpatías que la candidatura presidencial que el PLD iba a lograr a costa del PRSC, ya las obtuvo, precisamente de personas que votan por Balaguer, pero no militan en el partido, y que están sin claras perspectivas, por la ausencia de un sucesor del caudillo. Pretender un crecimiento a base de los militantes partidarios es por lo menos inoportuno, a menos que los reformistas concluyan sus elecciones primarias en un despedazamiento.

   De manera que, previendo una recomposición del campo reformista, el PLD en vez de disminuir sus críticas al gobierno y dejarse acorralar como un aliado, debería estar disputando al PRD el liderazgo de la oposición, tratando de atraerse el voto de ese inmenso segmento de inconformes que no militan en ningún partido.

QUEDA ALGO PEOR

   Pero los peledeistas podrían hacer aún algo peor: dejarse atrapar por completo en las redes de su proclive antiperredeismo y tratar de vengarse de éste retirándole el respaldo a la senadora Milagros Ortíz Bosch para integrar el Consejo de la Magistratura.     Por supuesto, hay que descartar que vayan al suicidio político votando por el candidato reformista Virgilio Castillo para entregar al gobierno el control del Consejo de la Magistratura. Tanto Leonel Fernández como la mayoría del Comité Político del PLD sabe que no pueden dar ese paso, sin un grave costo político.

   Pueden intentar la venganza, negociando con los reformistas que éstos apoyen al único senador peledeista, Fernández Mirabal para el Consejo de la Magistratura. Como golpe de efecto al PRD la jugada tendría valor, aunque un poco efímero, porque no dejaría el PLD de seguir ratificando el papel de aliado del gobierno, y seguiría pasando como oportunista llevando al Consejo de la Magistratura 2 delegados, con solo 13 legisladores, y dejando al PRD y aliados, ahora con 73 legisladores, con un solo delegado al organismo que debe designar la Suprema Corte de Justicia.

   El PLD tendría entonces que cargar el peso mayor en la contención del gobierno para evitar que designe una corte a su imagen, semejanza y conveniencia. El PRD seguiría reivindicando el papel de opositor por excelencia.

   Aunque a muchos peledeistas le sepa a hiel, lo que les conviene ahora es seguir respaldando a Milagros Ortíz, reivindicando -aunque sea parcialmente- el principio de la proporcionalidad como elemento fundamental de la democracia.

   Mientras tanto, el PRD ha logrado colocar al PLD a la ofensiva, frenando, por lo menos, el gran impulso que había tomado la candidatura presidencial de Leonel Fernández. Y a ello contribuyó que en medio de la batalla por el control de las cámaras legislativas, se produjo el salto de tres de los partidos aliados del PRSC hacia el Acuerdo de Santo Domingo. Es decir, que mientras aliados tan viejos como los Veteranos Civiles y los pecudeistas, abandonan el barco reformista, el PLD se dejaba etiquetar como aliado. El control de la Cámara de Diputados no vale tanto.-