Cada cual con sus métodos, el PRD y el PRSC se ponen a la ofensiva

Por Juan Bolívar Díaz 

      Las reuniones de los máximos organismos directivos de los dos partidos mayoritarios de oposición que iniciaron procesos reorganizativos con miras a las elecciones congresionales del año próximo, fueron los acontecimientos políticos más relevantes de la última semana y probablemente del mes de agosto.

      Tanto el ex-presidente Joaquín Balaguer como el líder perredeísta José Francisco Peña Gómez concidieron en el esfuerzo por preservar su liderazgo, asumiendo mayores compromisos partidarios de lo que podía esperarse de sus condiciones físicas, para sorpresa de quienes los creían en abierto proceso de retiro.

      La mayor sorpresa la ha constituído el vigor con que el doctor Peña Gómez ha reasumido la presidencia de su partido, llegando a expresar su disposición a repostularse a la presidencia de la República, “como forma de conjurar” indisciplinas y tendencias internas a la división.

Caminos paralelos

      Cierto curso paralelo se viene registrando en la marcha de los dos partidos mayoritarios de la oposición. El Reformista Social Cristiano (PRSC) acaba de escoger una comisión de tres para ser conducido en el proceso reorganizativo. El Revolucionario Dominicano (PRD) había estado bajo una dirección de cinco desde el agravamiento de la salud de su líder, en septiembre de 1996. El primero instituyó recientemente una comisión para buscarse el acercamiento de nuevos cuadros. El segundo tiene desde la campaña electoral de 1996, un “Comando de Crecimiento”, con los mismos objetivos.

      El Directorio Central Ejecutivo del PRSC sesionó el sábado 23, iniciando el proceso preparatorio para la elección de los candidatos a los comicios de mayo próximo. El Comité Ejecutivo Nacional del PRD lo hizo el domingo 25, con similares objetivos. Los líderes de ambos partidos asumieron mayores compromisos personales para dirigir el proceso, apelando a sus ascendencias partidarias para hacer aprobar pautas disciplinarias y normativas de la acción política salidas de sus iniciativas, sin mayores discusiones ni modificaciones.

      Las reuniones de los organismos direccionales de los dos partidos de mayor tradición en la historia contemporánea del país evidenciaron que el autoritarismo sigue con fuerte presencia en la cultura política nacional, ya por voluntad de los líderes providencialistas o por carencias o deformaciones del resto del liderazgo como de los militantes políticos y la ciudadanía en general. Todo ello a contrapelo de las prédicas anti-caudillistas y los esfuerzos de los últimos años por diseminar una cultura de participación democrática.

      Algunas ausencias y declraciones y comentarios formulados posteiormente muestran, sin embargo, obvias zonas de disgustos partidarios, aunque sin potencialidad de convertirse en reto al poder de los líderes que junto al retirado Juan Bosch constituyen la trilogía dominante de las últimas tres décadas en el país.

Diferencias básicas    

      Desde luego, hubo diferencias básicas en la conducción y los resultados de ambas reuniones. La del reformistmo fue a puerta cerrada, dejando a cientos de militantes pugnando por entrar, sin que se conozca un planteamiento novedoso ni estratégico del doctor Balaguer, que sigue reservándose la última palabra en el partido de su propiedad, al decir del ex-vicepresidente Jacinto Peynado. La del perredeísmo fue abierta a los medios de comunicación, con discurso y propuestas sobre regulacion de campaña electoral por escrito. Estas últimas entregadas en una sesión anterior y dejadas a consideración de los dirigentes.

      El discurso y las propuestas de Peña Gómez reivindicaron posiciones ideológicas y programáticas como forma de proyección política, formulando pautas para garantizar la democracia interna, tanto en el liderazgo partidario como en la elección de los candidatos. Balaguer no llevó ningún discurso a la reunión del liderazgo máximo de su partido. Y muchos de los presentes salieron preguntándose hacia dónde apunta el dedo mágico del caudillo.

      Mientras los perredeístas creaban comisiones nominando sus integrantes, los balagueristas aprobaban aumentar de 100 a 250 el número de los integrantes del Directorio Central, pero dejaban en manos de Balaguer el designar a los 150 nuevos. Cayó en el vacío una propuesta del ingeniero Ramón Pérez Martínez para que Balaguer escogiera el 20 por ciento y el restante 80 por ciento fueran “elegidos de forma democrática”.

      El autoritarismo tuvo expresión vocal en Peña Gómez, sobre todo en la primera de las dos reuniones del organismo máximo de su partido, cuando sorprendió a propios y extraños con sus afirmaciones de que el perredeísmo parecía necesitado de una muñeca fuerte para hacer entrar en disciplina a quienes él creía descarriados, proclamando a continuación su decisión de cumplir ese rol. El discurso negaba un pasado en el que el líder perredeísta llegó a vanagloriarse de la multiplicidad de líderes de su partido.En Balaguer, el autoritarismo fue puro y sin dejar margen a las apelaciones. Es el silencio, el no dar cuenta a nadie, cada vez ahorrándose más las explicaciones, como para que nadie discuta sus prerrogativas.

La gran sorpresa

      Lo inesperado de la semana fue sin duda el anuncio por Peña Gomez de su disposición a terciarse nuevamente la banda de candidato presidencial para los comicios del año 2 mil, contradiciendo el discurso con que llegó al país el pasado 20 de julio, cuando virtualmente dijo que su carrera hacia la presidencia había concluído y que estaba curado de toda aspiración personal.

      Desde luego, los peñagomistas más radicales dirán que esa disposición simplemente busca evitar la división del partido en tendencias o las indisciplinas internas. Pero en la población fue tomada como una disposición de regreso del líder perredeísta.

      La agenda de trabajo que se viene imponiendo, con la casa de Cambita, donde vive, llena de visitantes, el ambiente que rodea a Peña Gómez parecen indicar un nuevo aire, una especie de optimismo. A lo que ha contribuído la versión de que había suspendido -luego se dijo que aplazado- una visita a Nueva York para revision médica de rutina, y que se queda “definitivamente” en el país.

      Los que han hablado ultimamente con Peña Gómez en la tranquilidad de su hogar lo encuentran optimista sobre su futuro próximo. Dice haber aumentado algunas libras, y en buena apariencia. Ya no es el hombre que está preparando una despedida. Y hasta se dio el lujo de persuadir a emisarios gubernamentales de que no es tiempo para recibir condecoraciones que parecerían anunciar un final que no espera por ahora. Peña Gómez sigue en pie de lucha, negado a rendirse, con una persistencia que provoca asombro y admiración, al mismo tiempo que tristeza cuando se cree que no podría escapar de la enfermedad que lo amenaza y reta.

Comisión de Tres

      Balaguer puso su PRSC bajo la rectoría de una “Comisión de Tres”, integrada por Donald Reid Cabral, Jacinto Peynado y Carlos Morales Troncoso, aunque se hizo otorgar “plenos poderes” para decidir en el proceso reorganizativo y los preparativos para las elecciones congresionales y municipales. Los tres ejecutivos serán supervisados por una “Comisión de Seguimiento y Evaluación”, integrada por 20 miembros, entre los cuales se incorporó a los más relevantes dirigentes de las viejas y nuevas guardias reformistas.

      Resalta que los tres son los dirigentes reformistas que, aparte de Balaguer, tienen experiencia de Estado. Reid Cabral, como presidente del Triunvirato que rigió el país entre el golpe de estado de 1963 y la revolución constitucionalsita de 1965. Morales Troncoso y Peynado como ex-vicepresidentes. Los dos últimos fueron los más votados,. Y con mucho por encima del resto de los que se sometieron al veredicto de las bases reformistas en 1995 para escoger el candidato presidencial para los comicios del año pasado, lo que recayó en Jacinto Peynado..

      Los tres son empresarios con capacidad de aportes económicos personales y de recaudación de recursos entre sus relacionados. Entre ellos podría estar la lucha sucesorial en caso de que Balaguer no pueda optar por la candidatura presidencial en el año 2 mil, cuando estará por cumplir 94 años. En tal sentido, la designación puede ser dinamizadora al crear expectativas entre los seguidores de los poderosos líderes políticos y empresarios.

      Llamó la atención la aparente declinación de Federido Antún Batlle y Luis Toral, dos de los jóvenes dirigentes reformistas que habían predominado en los últimos años, tanto en el orden interno como en la opinión pública. Del primero se interpreta que sigue siendo secretario político, aunque no fue tomado en cuenta para ninguna de las dos comisiones. Toral está en la segunda, pero claramente sustituìdo como secretario nacional de organización, cargo para el que fue designado Johnny Jones, una estrella ascendente en el firmamento balaguerista.

Parada en seco

      Entre los objetivos del relanzamiento de Peña Gómez resalta su proclama de que “Tenemos que parar en seco la lucha de tendencias, por lo menos para que ella no se superponga a la presente precampaña electoral, situación que solamente puede garantizarla un máximo liderazgo como el nuestro abierto a todas las funciones”.

      Y en efecto, los cinco primeros puntos de las propuestas para regular la campaña interna, aprobadas en la reunión del domingo, están dirigidos a limitar el marco de acción de los aspirantes a la candidatura presidencial. Ello persigue evitar la formación de grupos o tendencias que generaron divisiones en el pasado, aunque también podría tener el objetivo de prevenir que el partido se abandere entre nuevos aspirantes antes que el líder máximo pueda determinar con certeza definitiva si estará en condiciones de postularse nuevamente dentro de veinticuatro o treinta meses.

      Otros postulados del reglamento tienden a dar algún contenido a las aspiraciones desbordadas. Crea un Comité Nacional de Postulaciones y Nombramientos con filial en cada municipio, al que los aspirantes a cualquier cargo electivo tendrán que presentar sus curricula, programa de gobierno o propuestas legislativas en favor de la comunidad y una recomendación del organismo al que pertencen avalando sus méritos.

Contenido programático    

      Tras señalar que practicamente no hay un dirigente que no aspire a alguna función electiva, después de la elevación de los sueldos de legisladores y funcionarios municipales, Peña Gómez replanteó principios y programas, para combatir el pragmatismo que gana espacio entre sus cuadros dirigenciales. “Si aspiramos a gobernar el país tenemos que proyectar desde ahora una imagen de modernidad, de disciplina y de ejercicio elevado de la función pública y la actividad política”. El reglamento aprobado “declara el trabajo social y comunitario y la defensa del medio ambiente como fórmulas ideales para que los precandidatos del partido presenten credenciales ante la sociedad”.

      Al efecto hizo aprobar la tesis del “gobierno compartido”, como parte de la ideologìa del socialismo democrático, pidió la renovación de la escuela de cuadros y del estudio de los problemas nacionales. Y proclamó que el PRD “no debe hacer una alianza total con ningún otro partido mayoritario, porque sería desnaturalizar las esencias programáticas e ideológicas”, aunque sin descartar “coaliciones locales” que no impliquen compromiso de trabajo polìtico del máximo liderazgo. “El PRD siempre se ha apoyado en sus propias fuerzas y jamás ha necesitado apoyarse en una fuerza ajena. Estamos convencidos de que si fuimos capaces de derrotar ampliamente al Partido Reformista y al PLD en la primera vuelta y empatar con ellos en la segunda, ganaremos las elecciones del año 1998″.

      Fundamentó su propuesta de unificar el mando de los bloques legislativos, en la necesidad de coherencia en la acción congresional, y al efecto hizo aprobar una resolución ordenando a sus legisladores trabajar arduamente para convertir en ley el proyecto de reformas electorales. Al mismo tiempo que se estableció vigilancia para evitar que dinero mal habido penetre al partido a través de las aspiraciones individuales, haciendo que los precandidatos den cuenta de sus fuentes de financiamiento.

      Los planteamientos aprobados por el Comité Ejecutivo perredeísta el domingo, son una contención a los desbordamientos de ambiciones y al pragmatismo sin contenido ideológico, etico o programático. Falta ver si los organismos del PRD están en capacidad de darle vigencia o si quedarán como sueños idealistas del líder partidario que ha fundado su vigencia en el contenido ideològico y las propuestas de acción.-