Al PRSC se le acorta el tiempo político

Por Juan Bolívar Díaz

            Mientras los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD se encuentran inmerso en el proceso para escoger sus candidatos presidenciales con miras a las elecciones del 2000, el Reformista Social Cristiano (PRSC) sigue sumido en un limbo político, pendiente de las ambiciones sin medida de su caudillo Joaquín Balaguer.

            La ilusión que se apoderó de los reformistas a raíz del retorno al país de Balaguer tras su último tratamiento médico en Estados Unidos, cuando se celebró que “llegó parado”, ha comenzado a ceder, presionada por una realidad cada día más indiscutible: Balaguer ya no puede caminar y le cuesta sacrificio pararse del sillón reclinado en que vive.

            Si las percepciones de los observadores y analistas son de que Balaguer ya no está para una campaña electoral, las encuestas le vienen recomendando un retiro decoroso y un relevo de su liderazgo, sin esperar a una cosecha de votos vergonzosa.

Llegó recauchado

            La mitificación de Joaquín Balaguer llegó al extremo de que el 26 de febrero cuando retornó de Miami y bajó del avión por sus propios pies, aunque ayudado, sus partidarios se entusiasmaron y llegaron a proclamar que el líder no sólo “llegó parao”, sino que también le habían devuelto parcialmente la vista que perdió hace más de dos décadas. Las cinco semanas que pasó entre Houston y Miami fueron milagrosas para el político que en septiembre contará 93 años.

            El frenesí colectivo reformista lo convirtió en virtual candidato presidencial. Como por arte de magia desaparecieron los cuestionamientos que públicamente se le formulaban, y hasta Jacinto Peynado renunció al camino propio que había anunciado semanas antes para proclamar que “si Balaguer va” él está dispuesto a respaldarlo.

            Sin embargo, el transcurso del mes de marzo trajo consigo una reducción de la temperatura colorada y con abril el aterrizaje en la realidad: Balaguer sigue teniendo dominio mental de la situación, pero ya no se para ni para recibir ni despedir a sus visitantes. Incluso personas fuera de su entorno que lo han visitado salen impresionados porque aquel hombre extremadamente cortés y formal ya ni intenta pararse de su asiento reclinado, rodeado de almohadones en que pasa sus días.

            Y su rutina de vida ha quedado alterada hasta el punto que ya no sale a dar sus cada vez más cortas caminatas por el parque Mirador, sino que tampoco ha vuelto a la tumba de su madre y hermanas en el Cementerio Cristo Redentor, donde en los últimos tres años había instituido una peculiar rueda de prensa dominical, entre tumbas y flores marchitas.

               El mes pasado Balaguer tuvo una dura prueba cuando murió su viejo amigo el doctor José Hazim Azar, por demás padre de José Hazim Frappier, uno de los dos senadores del PRSC y de los que tienen expectativas de convertirse en herederos del caudillo. El 78 veces presidente dominicano no acudió a dar el pésame cuando el fenecido fue velado en esta capital ni al entierro en San Pedro de Macorís. En octubre pasado, cuando murió otro de sus amigos petromacorisanos, Federico Antún padre, Balaguer fue a la funeraria, aunque no pudo descender del vehículo y los deudos hubieron de bajar al estacionamiento para recibir sus condolencias.

El tiempo pasa

            Nadie debería esperar nada, sino el descanso eterno de un hombre que cuenta 92 años, sumido en la ceguera, y de tantos frutos políticos, al menos para sus parciales. El tiempo pasa, inexorable, hasta para un hombre de la fuerza de voluntad y la persistencia de Balaguer. Fue admirable el esfuerzo que hizo para llegar parado a finales de febrero, manteniendo la ilusión. Pero ya no es tiempo de milagros.

            De golpe entre los reformistas vuelve a circular el pesimismo y por debajo reaparece la inconformidad y la desesperación. Sobre todo en la medida en que los otros partidos están inmersos en la selección de sus candidatos. No tanto el PRD, que lleva siente meses en ello, pero sí el PLD que acaba de comenzar su proceso de elección, designando tres precandidatos.

            A lo más que se ha llegado en el PRSC es a reactivar comisiones inoperantes para una reestructuración partidaria que se viene anunciando una y otra vez desde el desastre que para los colorados significaron las elecciones congresionales y municipales del año pasado. Nada de reunir los organismos partidarios y mucho menos de materializar la ampliación de 100 a 250 de los miembros del Directorio Central Ejecutivo, algo que fuera decidido en enero de 1998, es decir hace 16 meses.

            Todavía hay muchos reformistas creyendo que el mito de Balaguer le permitirá repetir el retorno de 1966 o el de 1986. Pero muchos otros se dan cuenta que el tiempo no transcurre en vano, que estamos a la puerta de otro siglo y que su partido aparece en un lejano tercer lugar en las dos últimas elecciones y en todas las encuestas que se han conocido en los últimos cuatro años.

               En otras palabras que para repetir el doble regreso registrado se precisa superar a un partido de gobierno y al que ha encarnado y dominado la oposición política en las últimas décadas. Cada día luce más difícil que a un presidente de cuadro y media décadas lo pueda relevar otro del doble. A no ser que se de al mismo tiempo una nueva guerra civil, con intervención militar extranjera incluida, y un descalabro del partido de gobierno, elementos que no aparecen ni remotamente en las perspectivas políticas.

Esas encuestas

            Las encuestas que publican los diarios dominicanos son cada vez menos auspiciosas para los que sueñan con un “nuevo amanecer” de Balaguer. La última, la de Hamilton & Staff para el periódico Hoy, ha sido particularmente contundente. Realizada entre el 13 y el 19 de marzo, cuando el entusiasmo todavía era alto por el regreso parado de Balaguer, arrojó al caudillo a un humillante tercer lugar en las preferencias de los electores como candidato presidencial reformista para los comicios del 2000.

            Según los resultados publicados, Jacinto Peynado encabeza las preferencias del total de los encuestados con un 41 por ciento, seguido de Carlos Morales Troncoso con el 23 y sólo en tercer lugar aparece Balaguer con un 18 por ciento. Donde el caudillo sigue ejerciendo dominio absoluto -y eso es lo que disuade los cuestionamientos de sus partidarios- es entre los electores que votan colorado. En ese segmento alcanza el 73 por ciento contra solo el 19 y el 6 por ciento de Peynado y Morales Troncoso.

            Cuando a esos encuestados le preguntaron si creían que Balaguer debería retirarse como líder del PRSC y dejar que otros se presenten como candidatos, el 78 por ciento se manifestó de acuerdo y sólo un 16 por ciento en desacuerdo. Y ante la frase de que el ex-presidente Balaguer está demasiado viejo para ser candidato y presidente de la República, apenas el 9 por ciento se manifestó en desacuerdo contra un apabullante 80 por ciento que la avaló.

            En el renglón de popularidad, Joaquín Balaguer apareció en quinto lugar, detrás de Hipólito Mejía, Milagros Ortiz Bosch, Leonel Fernández y Jaime David Fernández, que encabezan la lista.

            En cuanto a opción electoral, el PRSC aparece muy bajo en esta como en las últimas encuestas conocidas. En la de Hoy el cuando de las simpatías partidarias se distribuye con 38 por ciento para el PRD, 29 para el PLD y 13 para el PRSC, con 19 por ciento de indecisos y 2 por ciento repartido entre otros partidos.

            La Encuesta Sigma Dos para el Listín Diario, publicada el 14 de abril pasado, otorga en el Distrito Nacional un 34.6 por ciento de preferencias al PRD, 26.6 al PLD y 9 por ciento al PRSC. La misma firma, en encuesta nacional (Listín 3 de marzo) otorgaba 36 por ciento al PRD, 24 al PLD y 7 al PRSC. Ya antes ( Listín 10 de febrero) otra Sigma Dos adjudicaba 46 por ciento al PRD, 27 al PLD y sólo 7 al PRSC, entre electores que decían no tener militancia partidaria.

           Como se puede observar de las cuatro encuestas citadas , tres coinciden en otorgar preferencia de sólo un dígito al partido de Balaguer (entre 7 y 9 por ciento) y la cuarta apenas lo eleva al 13 por ciento. El cuadro no puede ser más desalentador y disuasivo del entusiasmo requerido para una exitosa reestructuración del partido.

            Desde luego, Balaguer como otros reformistas puede haber estado apostando a una división del PRD que cambien siquiera parcialmente las perspectivas políticas y electorales. Pero las mayorías perredeistas parecen bien conscientes de lo que implicala división y le temen más que el diablo a la cruz. Con el agravante de que el acoso PLD-PRSC no ha dejado espacio para que tomaran cuerpos las tendencias grupales a la garata con puño.

            Las perspectivas definitivamente no apuntan a nada bueno para la comunidad reformista, dependiendo de un nuevo retorno de Balaguer. Y el tiempo para organizar la sucesión y escoger un nuevo candidato empieza a achicarse, sin que el caudillo de notaciones de que está dispuesto a aceptar la ley de la limitada condición humana. Entre sus propios partidarios hay quienes creen que esperará hasta el límite para la inscripción de candidaturas (15 de marzo) , esperando siempre que se repita el milagro, que en su tiempo fue de los panes y los peces y hasta el de la resurrección, pero que ni en Jesucristo se dió en término de inmortalidad.-