Por Juan Bolívar Díaz
Recientes experiencias parecen estar mostrando a la senadora reelecta del Distrito Nacional, Milagros Ortiz Bosch, la necesidad de lanzarse a la búsqueda de una candidatura presidencial, como forma de culminar su exitosa y madura carrera política, aunque sin llegar al grado de crear un nuevo grupo que promueva la fragmentación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
La elección de los candidatos perredeistas a la presidencia de las cámaras legislativas demostró una vez más el predominio en la política dominicana de un “pragmatismo salvaje” que subordina lineamientos ideológicos o programáticos y el interés nacional a la promoción personal sin muchos miramientos éticos.
Tanto Milagros Ortiz como Hugo Tolentino, cabezas de las candidaturas congresionales del PRD en el DN que no es sólo la capital de la República, sino especialmente el 31 por ciento de la población, hubieron de abandonar intenciones de buscar la presidencia de las cámaras. Ramón Alburquerque parece tenerla amarrada en el Senado mientras Winston Arnauld y Rafael Peguero Méndez, se la disputan en la Cámara de Diputados.
Oportunidad perdida
El pragmatismo y el clientelismo acaban de anotarse un importante triunfo en el PRD que desperdició una oportunidad de afianzarse tras la desaparición de su gran líder José Francisco Peña Gómez.
Lo que le convenía al perredeismo era poner las presidencias de las cámaras legislativas y de sus 95 municipios en manos de sus dirigentes más prestigiosos, no sólo hacia adentro del partido, sino de cara a la sociedad como promesa de renovacióin y garantía de actuación transparente y libre de cuestionamientos. Y como forma de presentar una gestión estelar, en momentos en que el Congreso y el poder municipal están llamados a dar lecciones de equilibrio institucional e iniciativas democráticas.
El traspié comenzó cuando la Comisión Política dejó exclusivamente en manos de los propios legisladores la decisión sobre quiénes serían los presidentes de las cámaras legislativas. Era como subordinar el interés político de la totalidad del partido a la capacidad de amarres de los más ambiciosos y en algunos casos hasta de los que tienen mayor capcidad para la política clientelista.
Aspirantes hubo que desde el 17 de mayo recorrieron el país formulando promesas y ofertando a los nuevos legisladores para obtener sus votos. La reciente renovación del proyecto de Instituto de Seguridad Social del Legislador que crearía un escandaloso sistema de pensiones para todo el que pase por lo menos una vez por el Congreso Nacional, es parte de las promociones clientelistas. Ese proyecto había sido presentado en la Cámara de Diputados hace más de un año y tuvo tan poco respaldo y tanto rechazo en la opinión pública que había quedado engavetado.
Curiosa dicotomía
La dicotomía o doble moral política quedó de manifiesto. La doctora Milagros Ortiz Bosch era magífica no sólo para ganar la senaduría de la primera plaza electoral del país y para arrastrar hasta 28 de los 44 diputados de la jurisdicción. El doctor Hugo Tolentino era muy bueno para encabezar la nómina de los candidatos a diputados por el DN. Pero ni una ni otro eran suficientemente buenos para la presidencia de las cámaras legislativas. Tan pocas posibilidades tenían de ser electos por sus compañeros que ni siquiera se atrevieron a formalizar aspiraciones.
Se ha llegado a discutir públicamente lo que era obvio, que ambos contaban con el mayor aprecio del doctor Peña Gómez, quien al ponderar la oferta electoral de su partido los mencionaba en los primeros lugares queél le había conferido en la boleta. Empieza a relevarse la baja que representa la ausencia del líder político en el perredeísmo.
Tolentino fue presidente de la Cámara de Diputados durante una parte del período de gobierno de su partido. Y prestigió ese poder del Estado con su peso intelectual, su capacidad política y gerencial y su solidez ideológica-programática. Con razón era uno de los más cercanos colaboradores de Peña Gómez, quien en no pocas ocasiones le aconsejó oportunamente evitándole traspies.
Del historiador y político Hugo Tolentino se dice, y con cierta razón, que él prefiere una buena cena entre amigos o un fin de semana en las montañas, antes que los sancochos en los patios y los cabildeos en los comités de base. Si eso es lo determinante en la política actual, caracterizada por el predominio de los proyectos individuales y no de los colectivos, él tendrá pocas oportunidades ni siquiera de reeditar su presidencia de la cámara baja.
Y qué de Milagros?
Milagros Ortiz Bosch no es sólo una intelectual, con principios éticos y políticos, sino también una gran trabajadora, hiperactiva, que empuja fuerte los proyectos en que se mete, cualquiera que sea su naturaleza. Su actuación como senadora, como presidenta de la Comisión de Educación del Senado, como miembra del Consejo Nacional de la Magistratura y como cabeza promotora del programa de reforma institucional y modernización del Congreso, auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo, la han proyectado entre los y las grandes líderes del país.
Su prestigio rebasa las fronteras nacionales y es de los perredeistas más reconocidos en el exterior, después de Peña Gómez, razón por la que es parte de una comisión de líderes congresionales de las Américas promovida por el Diálogo Interamericano, y llamada a reunirse en el país próximamente.
Milagros Ortiz no ha formado grupos clientelares ni es garantía para que sus compañeros y compañeras “resuelvan” problemas personales, pero es la representante en el Senado de casi la tercera parte de los dominicanos y dominicanas. Ganó la postulación en 1994 con el 60 por ciento de los votos de las bases del PRD en el DN, porcentaje que este año pasó del 70 por ciento. Cuando se contaron los votos el 16 de mayo, registró un 63 por ciento, es decir, casi dos de cada tres electores. Es generalizado el criterio, y parecen mostrarlo las encuestas, que la doctora Ortiz Bosch es la perredeista que más votos extrapartidarios suma. Y la que más vínculos y reconocimientos tiene en muy diversos estamentos de la sociedad civil, donde se le ve como garantía de independencia y honestidad.
Y no es que sólo ella tenga méritos para la presidencia del Senado, ni que el postulado carezca de atributos, sino que es sumamente significativo que cuando ella llegó a pensar en la posibilidad ya los votos estaban aparentemente tan comprometidos que no se atrevió a lanzarse, para evitar lo que algunos hubiesen proyectado alegremente como una derrota política.
En los municipios
Si los simples amarres grupales o el clientelismo determinan las presidencias de los municipios donde el PRD tiene mayoría de regidores, sin ninguna orientación política, el partido blanco va a quedar expuesto a muchos problemas y al descrédito a corto y mediano plazo. Por lo menos su gestión estará revestida de ineficiencia, en muchos casos, cuando no de actuaciones turbias y de corrupción.
Por lo menos en el DN podría predominar el sentido común, ya que el arquitecto Manuel Cáceres Troncoso, un hombre que reune capacidad, honestidad y principios poláiticos, parece haber obtenido suficientes respaldo para presidir el Ayuntamiento. El ha tenido la fortuna de que le hayan reconocido lo que se le negó a Tolentino y a Milagros Ortiz, que eran los favoritos de Peña Gómez para presidir el cabildo distrital y las cámaras legislativas.
En teoría la generalidad de los dirigentes perredeistas reconocen que el triunfo obtenido el 16 de mayo no es una carta en blanco, sino un voto coyuntural que puede revertirse con la misma facilidad que le acaba de ocurrir al PLD a dos años de su triunfo electoral. Dentro de igual tiempo el electorado pasará de nuevo factura y nadie puede asegurar quién será entonces el sancionado. Para salir adelante, reconocen, se rquiere poner los municipios en manos de los mejores dirigentes. Pero el problema ahora es cómo lograrlo, si lo que está predominando es la capacidad para crear grupos y ofertar canongías.
Se lanza Milagros?
El pasado viernes 12, al ser entrevistada en Uno más Uno de Teleantillas, la senadora Ortiz Bosch abrió públicamente la posibilidad de lanzarse a la búsqueda de la candidatura presidencial del PRD, condicionándolo a la decisión de quienes la valoran dentro del partido, porque no está aen su concepción de la política el romper lanza por lass ambiciones desenfrenadas, el grupismo y el clientelismo.
Se sabe que son muchos los amigos y amigas de la senadora que le vienen advirtiendo que ya es tiempo de que exprese claramente sus aspiraciones presidenciales, si no quiere que la dejen para siempre en la gatera. Porque las aspiraciones sobran en el PRD de hoy, como en la generalidad de los partidos de ésta época post-guerra fría.
En la aludida entrevista Milagros Ortiz relevó lo cuesta arriba que le resulta dedicarse a promover sus aspiraciones, a realizar amarres y romper lanzas por una candidatura, cuando hay tanto trabajo que realizar en el ámbito congresional, en la preservación del partido como totalidad, en la elaboración y ejecución de proyectos.
La generalidad de las encuestas que han preguntado en los últimos años por candidatos presidenciales alternativos a Peña Gómez, han colocado a Milagros Ortiz Bosch en la segunda posición, sólo superada, por pocos puntos, por el agrónomo Hipólito Mejía. En por lo menos una aparece en primer lugar. En la encuesta Sigma para el Listín Diario de mayo pasado, la senadora aparece enabezando una nómina de líderes políticos con 6.83 de valoración en una escala del 1 al 10. Y eso sin que ella haya dicho claramente que aspiraría a la presidencia de la República.
Entre las desventajas que se le señalan está la de ser mujer, pero las encuestas han demostrado que ya eso no es un obstáculo insalvable. Una de ellas indicó que el 90 por ciento no cree que se mujer sea un obstáculo para alcanzar la presidencia, lo que pordemás ha ocurrido en otros países de machismo tan arraigado, como Bolivia y Nicaragua. Noemí Sanín acaba de demostrar en Colombia, en muy poco tiempo y con un partido nuevo, que las mujeres también ganan el aprecio de los electores.
Hay quienes creen que Milagros Ortiz Bosch puede ser una magnífica candidata vicepresidencial, por ejemplo con Hipólito Mejía encabezando. Pero hasta para eso puede ser necesario que proclame cuanto antes su precandidatura presidencial, sin temor a la competencia. Porque de lo contrario sobrarán aspirantes a ocupar ese y los demás espacios. Por la fortaleza del voto perredeista, y por otros factores exógenos, en el PRD puede cundir cl criterio de que cualquiera puede ser electo presidente.