Penosa caída de Evo Morales

Por Juan Bolívar Díaz

La abrupta caída del gobierno de Evo Morales, el primer indígena presidente, tras una serie de desaciertos políticos que incluyeron un auténtico fraude electoral, es un capítulo penoso del macondismo latinoamericano, que sume a Bolivia en profunda crisis institucional,  y deja una lección para políticos y gobernantes.

Es justo deplorar este final de un gobernante que había reivindicado la raza originaria, preterida durante los cinco siglos, aunque constituye más de la mitad de la población boliviana, y sobre el 90  por ciento sumado el mestizaje, que rescató también  la riqueza de hidrocarburos, multiplicando siete veces sus ingresos, y auspició políticas de inclusión social, y redistribución que redujeron la pobreza a menos de la mitad. Sus 14 años de gobierno constituyen el mayor  período de estabilidad político-social, crecimiento económico y prosperidad de Bolivia. No se le vinculó a la rampante corrupción latinoamericana ni fue un dictador ni persecutor de opositores.

Pero para ser rigurosos, lo ocurrido el domingo no fue un clásico golpe de estado, aunque con algunos de sus componentes, porque también hubo algo de autogolpe, derivado del abuso  con que Evo quiso mantenerse a toda costa en el poder, manipulando la institucionalidad democrática, hasta incurrir en un escandaloso fraude electoral, minuciosamente documentado por una amplia y muy diversa misión de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Evo fue víctima del mesianismo y el caudillismo latinoamericano que constituye en insustituibles a líderes y gobernantes. Tras 14 años de gobierno, se buscaba a cualquier precio un cuarto período. Fue incapaz de promover sucesores, aunque tuvo colaboradores de alta categoría como su mismo vicepresidente Alvaro García.

Electo por primera vez en el 2005, con el 54 por ciento de la votación, auspició una nueva Constitución que le permitió reelegirse en el 2009; una cláusula transitoria establecía que sólo sería posible esa vez, pero luego se buscó una complaciente interpretación constitucional que le permitió una tercera elección en el 2013. No conforme, ya para el 2015 andaba en búsqueda de otra reforma constitucional, decidiendo someterla a un plebiscito, contando con la mayoría sobre el 60 por ciento de sus dos elecciones anteriores.  Pero el electorado ya dio muestras de fatiga ante el relajo constitucional y el 51.3 por ciento le dijo que no. Apeló de nuevo a la interpretación y encontró jueces complacientes que dictaminaron que su derecho a la reelección estaba por encima de su Constitución. Candidato para la elección del 20 de octubre, buscando el cuarto período, Evo era consciente de la merma de su apoyo, marcado por el resultado del plebiscito y las encuestas. Tenía que ganar en primera vuelta, lo que era posible superando por 10 puntos al segundo, si lograba pasar del 40 por ciento. Al computarse  el 81 por ciento, cuando  sólo registraba 7 puntos de ventaja, se dejó de transmitir resultados por 16 horas, y al reanudarse quedó a centímetros de la meta, que alcanzó en el último 5 por ciento del escrutinio.

Tras dos semanas de protestas y violencia, a la defensiva ante la opinión pública nacional e internacional, Morales accedió a que una misión de la OEA realizara una auditoría técnica al proceso electoral, cuyo informe preliminar presentado el domingo es minucioso en detalles que configuran un fraude electoral. Se comprobó alteración y falsificación de actas, que parte del procesamiento se hizo fuera de los locales electorales, que resultados fueron redirigidos a un servidor no oficial, y graves fallos y abusos tecnológicos, en la cadena de custodia de los  documentos electorales, en la integridad de las actas y en las proyecciones estadísticas. El 38 por ciento de 178 actas de la votación en Argentina presentaron inconsistencias, como mayor número de votos que de votantes.

El mismo domingo, cuando la OEA recomendó repetir la elección, Evo lo aceptó, lo que implícitamente era una aceptación del fraude electoral. Se multiplicaron las protestas y los actos de violencia y ahí llegó la recomendación militar de que renunciara. Lo hizo sin estar obligado, lo que hubiese podido evadir de haber mantenido el apoyo mayoritario.

 Tras la documentación del fraude, correspondía era que junto al anuncio de nuevas elecciones, Evo declinara repostularse, abriendo espacio a que otro de los suyos lo pudiera relevar, lo que pudo evitar su penoso final y el desastre institucional. Si no se puede justificar la petición militar, mucho menos el fraude electoral, pues ambas cosas quedan indisolublemente vinculadas. El relajo constitucional y la adicción al poder fueron las causas mediatas e inmediatas de este penoso final. Frente a Evo, como ante Maduro, Daniel Ortega o Danilo Medina, hay que sustentar los valores democráticos y el rechazo al abuso del Estado y el fraude electoral. Aunque duela.-

Nos estamos quedando sin tiempo

Por Juan Bolívar Díaz

El grito fue lanzado por el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y renovado a su manera por Greta Thunberg, una sueca de apenas 16 años que no tiene nada de adolescente y encarna hoy el clamor juvenil y de la humanidad consciente porque los gobernantes del mundo asuman la responsabilidad de adoptar decisiones efectivas para afrontar las graves amenazas de los cambios climáticos derivados de la depredación de la tierra.

Fue en el escenario de la Cumbre de Acción Climática de la ONU 2019, celebrada el lunes en la sede de la organización mundial, al comenzar su Asamblea General correspondiente a este año, que ha pretendido convertirse en un punto de inflexión para generar cambios concretos y realistas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 por ciento en la próxima década y a cero para la mitad de este siglo.

La convocatoria ha pretendido recalentar el Acuerdo de París del 2015, con todos sus compromisos de afrontar la emergencia ecológica, con soluciones efectivas en seis áreas: descarbonización y transición global a las energías renovables; infraestructuras y ciudades sostenibles y resistentes; agricultura sostenible; manejo de bosques y océanos; resiliencia y adaptación a los impactos climáticos; y alineación de las finanzas públicas y privadas con una economía neta cero.

Que apenas 60 gobiernos hayan llegado con delegaciones de alto nivel a esta cumbre, es indicador de los retrasos y las vacilaciones frente a las urgentes exigencias. Guterres gritó el lunes que los datos científicos sobre las consecuencias de la crisis climática son clarísimos, que estamos perdiendo la carrera ante la emergencia climática; que esta generación ha fallado en proteger el planeta. “La naturaleza está enfadada. Nos engañamos a nosotros mismos si creemos que podemos engañar a la naturaleza, porque la naturaleza siempre contraataca. En todo el mundo está devolviendo el golpe con furia”, planteó dramáticamente el secretario general.

Justamente se estaba refiriendo a las grandes devastaciones de nuestro tiempo, a los enormes incendios que desde hace semanas consumen decenas de miles de hectáreas de bosques de la Amazonia, considerada el pulmón del mundo, a los generalizados incendios forestales que en estos días han teñido de rojo oscuro, con neblina tóxica, el cielo de Indonesia, a los huracanes cada vez más monstruosos que arrasan la tierra por donde pasan, como en Puerto Rico, Dominica o Bahamas. Y a la sequía y los saltos climáticos que asolan la vida humana y animal y ponen en riesgo de seguridad alimenticia de una población de 7 mil 500 millones de seres humanos, proyectada para 8 mil 500 en el 2030.

Encarnando una movilización mundial que exigen medidas efectivas para proteger la vida humana en el planeta, la jovencita Greta advirtió en la ONU  a los jefes de Estados y Gobiernos que los jóvenes van a empezar el cambio, les guste o no a los mayores, porque se están muriendo los ecosistemas y estamos a la puerta de una extinción masiva. El pasado viernes millones de jóvenes tomaron las calles en cientos de ciudades del mundo en un concierto de exigencias, planteándose una huelga mundial por la protección de la tierra.

 Lamentablemente en la República Dominicana apenas nos enteramos, y tampoco enviamos una delegación de alto nivel a la cumbre, el presidente Danilo Medina prefirió quedarse en el país dirigiendo la campaña interna de su facción partidaria, y el canciller, aunque estaba en Estados Unidos, no asomó por la cumbre. Participó el vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático.  

Y los dominicanos deberíamos estar a la cabeza de las exigencias, porque está diagnosticado que el país se cuenta entre los 12 más amenazados, de 195, por los cambios climáticos, por la condición insular, en medio de la ruta de los huracanes atlánticos-caribeños, porque vivimos del turismo y por  alta proporción de la población en condición vulnerable.

Miramos hacia otro lado y estamos construyendo dos grandes plantas de carbón, después que se proclamara la descarbonización, porque no acabamos de aprobar legislaciones que llevan años de discusión sobre las aguas y el manejo de los residuos sólidos, porque no aplicamos una Estrategia Nacional de Saneamiento aprobada hace 4 años, porque no dejamos de exterminar los ríos extrayéndole sus materiales, porque seguimos extinguiendo bosques y cursos acuíferos, porque las cañadas y los plásticos contaminan las aguas dulces y las costas. También nos estamos quedando sin tiempo.-

Solidaridad con Puerto Rico

24_01_2019 HOY_JUEVES_240119_ Opinión8 APor Juan Bolívar Díaz

Gracias a la convocatoria de las intelectuales Chiqui Vicioso y Verónica Sención, se acaba de constituir el Comité Dominicano de Solidaridad con Puerto Rico, hermano país antillano declarado en quiebra económica, golpeado inclementemente por el huracán María a finales del 2017, y en proceso de desintegración, por la huida masiva de sus pobladores, por mala gestión de sus gobernantes y por el proceso de desculturización a que ha sido sometido.

Nunca Puerto Rico había atravesado por una situación tan lastimosa. De repente como que le cayeron todas las desgracias tras las elecciones de noviembre del 2016 que produjeron el fenómeno Donald Trump. A principios del 2017 el gobernador Rosselló pedía a la junta federal de supervisión fiscal que su país pudiera acogerse a la ley de quiebra, al no tener cómo afrontar el acoso de los acreedores por una deuda sobre los 73 mil millones de dólares.

A fin de ese año el huracán María, uno de los fenómenos atmosféricos más letales de la historia, deja a Borínquen en la ruina. La indiferencia y la discriminación, cuando no la burla, ha sido la respuesta del gobernante que predica el aislamiento y la supremacía norteamericana.

Los puertorriqueños no han podido recuperarse de la devastación del huracán, cuyo costo supera el nivel de su impagable deuda, y el trauma general fue tan grande que pasaron meses antes que pudiéramos enterarnos de que las pérdidas incluían tres mil vidas humanas. Todavía 16 meses después quedan comunidades que no han recuperado el servicio de energía eléctrica y el agua potable y los niveles de pobreza han alcanzado los dominicanos, hasta 40 por ciento.

Por cierto, llama la atención que mientras tres o cuatrocientos mil puertorriqueños han huido en ese lapso hacia territorio de Estados Unidos, escapando del desempleo y las precariedades, millares de dominicanos hayan seguido arriesgando la vida, cruzando el canal de la Mona para llegar a Borínquen. La Armada Dominicana acaba de informar que sólo en los últimos cinco meses decomisó 154 embarcaciones, una cada día, que serían utilizadas para esos viajes clandestinos y que rescató o detuvo a 911 personas. Ya Efe había informado que en sólo 48 horas de la segunda semana del 2019, las autoridades frustraron 7 de esos viajes ilegales.

Al justificar la expresión de la solidaridad dominicana, Chiqui Vicioso resaltó como grave peligro para la puertorriqueñidad que ya más boricuas viven en Estados Unidos, 5.4 millones, mientras en la isla sólo quedan 3 millones. Las medidas de constreñimiento del gasto impuestas por interventores federales han incluido el cierre de 179 escuelas y la reducción del estudiantado en una tercera parte. Así las cosas, la lengua hispánica y la cultura, que con tanta fiereza han defendido los borinqueños durante un siglo, pueden estar más que nunca en peligro, una vigorosa razón para que se exprese la hermandad y solidaridad de los dominicanos.

Sin que se lo propusieran las convocantes, la reunión donde quedó constituido el Comité de Solidaridad con Puerto Rico se produjo el 11 de enero, cuando se cumplían 180 años del nacimiento del antillanista Eugenio María de Hostos, uno de los más firmes eslabones de la fraternidad entre nuestros dos pueblos.

Hay que agradecer a Chiqui y a Fidelio Despradel, los anfitriones, y celebrar la presencia de Danny Rivera y su compañera Raquelita, puertorriqueños y dominicanos de entrega y convicciones, y de una treintena de intelectuales, artistas, escritores y comunicadores que animan la solidaridad, que en este caso es mucho más espiritual y cultural que material.

Pronto deberemos proclamar aquí ese comité de solidaridad, rescatando los nexos históricos entre nuestros pueblos, y realizar una visita a Puerto Rico, esta vez no por yolas, para expresar gratitud por los tantos de los nuestros que durante décadas han sido acogidos en esa tierra del edén y perla de los mares, como también nosotros recibimos a cientos de ellos cuando vinieron tras la danza de la caña y el azúcar a comienzos del siglo pasado. –