Corrupción e impunidad alientan la delincuencia

Por Juan Bolívar Díaz
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Los niveles de corrupción e  impunidad que se registran en el país son un aliento permanente a la delincuencia en los jóvenes excluidos de las oportunidades de una vida digna pero también en los organismos llamados a combatirla como la Policía Nacional, la dirección de Control de Drogas y las Fuerzas Armadas.

La República Dominicana volvió a quemarse en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional (TI) publicado esta semana con una nota de 32 sobre 100, compartiendo con Ecuador el séptimo escalón más bajo entre 32 países americanos y en la posición 118 entre 176 de todos los continentes.

Con rampante corrupción.  El Índice de Percepción de la Corrupción de TI entregado por Participación Ciudadana, que es su capítulo nacional, ratificó al país entre los más corruptos de América y del mundo, aunque no en los últimos escalones como quedó en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial de septiembre pasado.

El país aparece entre los que a juicio de la prestigiosa institución tienen niveles “rampantes” de corrupción, mayor al de 117 de los 176 países evaluados a nivel mundial. Entre 32 de América comparte con Ecuador la nota de 32 puntos en un escalafón de 100, lo que en la nomenclatura escolar dominicana equivale a quemadura absoluta.

Sólo seis de los países americanos incluidos en la evaluación registran un mayor índice de corrupción. Haití y Venezuela son los peores con nota de 19, seguidos por Paraguay, Honduras, Guyana y Nicaragua, que obtienen puntuación de 25, 28 y 29. Canadá, con 84 puntos, y Estados Unidos con 73 encabezan la transparencia en el continente, seguidos de Chile, Uruguay, Puerto Rico, Costa Rica y Cuba, que registran entre 72 y 48 puntos. A nivel mundial los países mejor evaluados son Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelandia, que alcanzan 90 puntos. Canadá tiene la mayor puntuación entre los americanos, con 84.

El Índice de TI data de 1995, pero este año tiene nueva metodología, por lo que no se pueden establecer comparaciones con los años anteriores. Refleja cómo son vistos los países en términos de transparencia por  el mundo de los negocios, académicos y organismos internacionales.

Aunque en esta evaluación la República Dominicana resulta quemada, aparece relativamente mejor que en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial publicado en septiembre pasado, donde ocupó el escalón 144 tanto en despilfarro del gasto gubernamental como en favoritismo de los funcionarios públicos, y el 142 en desvío de los fondos públicos, entre 144 países evaluados.

Criminalidad y corrupción.  El índice de TI, como también el del Foro Económico Mundial, marca una correlación entre criminalidad y corrupción, tanto a nivel universal como en América. Las naciones donde hay menor corrupción son a la vez las de menores niveles de criminalidad. A nivel internacional Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelandia, en América Canadá, Estados Unidos, Chile, Uruguay y Costa Rica, encabezan tanto la transparencia como la seguridad ciudadana.

En cambio Venezuela, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Guatemala y México, que encabezan la corrupción en ambos índices, tienen a su vez  las más altas tasas de criminalidad del continente, aunque hay excepciones como El Salvador y Jamaica, cuya criminalidad es alta pero tienen más control de la corrupción.

Los profesionales de la conducta y los cientistas sociales suelen sustentar la correlación entre corrupción y criminalidad, mayor cuando las instituciones son débiles, ineficientes o parte de la corrupción misma y en consecuencia predomina la impunidad, que se convierte en el mejor caldo de cultivo de la criminalidad.

Si el sistema político y los funcionarios estatales están permeados por la malversación y la corrupción, sobre todo cuando es visible y no conlleva responsabilidad, en los demás estamentos sociales se relaja el concepto de la ley y de la honestidad, generalizándose y normalizándose  la apropiación de lo ajeno y colectivo.

Esa apropiación se manifiesta de forma diferente en relación a la posición que ocupan los delincuentes en la sociedad. Los altos ejecutivos públicos y privados no tienen que apelar a las armas ni a la violencia física para acumular riquezas de forma ilegítima. En la base de la sociedad, los individuos tienden a utilizar la violencia a menudo para la simple subsistencia o para la acumulación en actividades ilegítimas como el narcotráfico.

El efecto demostración.  Desde los años sesenta los teóricos de la comunicación abundaron sobre el efecto demostración de la riqueza a través de la televisión y los impresos en los sectores depauperados. Ello cobra mayor vigencia cuando se trata de la riqueza mal habida y acelerada que exhiben los funcionarios y dirigentes políticos. Es tanto que en países donde se ha disparado la delincuencia, los grupos de altos ingresos tienden a ocultar los llamados “signos exteriores de riqueza” para reducir sus riesgos.

El aliento a la delincuencia se produce también de forma directa a través de los choferes, vigilantes, guardaespaldas, empleados domésticos, mensajeros, mozos y otros trabajadores cuando contactan directamente el derroche en que viven sectores privilegiados, sobre todo cuando se dan cuenta de que no ha sido fruto del trabajo, sino de la corrupción. Afecta especialmente a los llamados “ninis”, los jóvenes que ni estudian ni trabajan y que no tienen mayores razones para respetar las reglas de una sociedad que no les da oportunidades de alcanzar un nivel de vida digno y que permite o auspicia la concentración de los bienes por vía de la apropiación de lo colectivo.

El mismo efecto se reproduce entres militares y policías que en el caso dominicano reciben salarios de hambre que los inducen a “buscárselas” como puedan, incluso asociándose a la delincuencia común, para sostener a sus familias. Los que se deslumbran con las riquezas fáciles obtenidas por los funcionarios y políticos con los que están en contacto, dan el salto a actividades más lucrativas como el narcotráfico.

Estudiosos como la antropóloga Tahíra Vargas sostienen que la asociación de fuerzas policiales son la delincuencia ha alcanzado tasas tan altas que implican una total reestructuración de las fuerzas policiales para hacer frente a la creciente criminalidad, cuyos niveles reales no se miden más allá de los homicidios, porque la desconfianza en la policía determina que muchos de los asaltos, robos y violaciones no se denuncien. El país apareció también en el último escalón del índice del Foro Económico Mundial en el renglón confianza en la institución policial entre 144 países.

La ejecución como respuesta.  En estos días como cada vez que la delincuencia comete una barbaridad como el atentado que ha dejado en agonía visual a la joven ingeniera Francina Hungría, cobra vigor la pretensión de que el problema se resuelve con ejecuciones sumarias de delincuentes o endurecimiento de las penas, como si la máxima de 30 años fuera poca.

Esta semana se llegó al extremo de que en una sesión oficial, varios diputados dieron recomendaciones al Jefe de la Policía Nacional sobre la forma de eliminar delincuentes y hubo alguno que hasta le recriminó por haber capturado vivo a uno de los asaltantes de la joven Hungría, lo que dejó en evidencia el primitivismo con que se pretende controlar la delincuencia.

La ejecución sumaria, en supuestos “intercambios de disparos”, se generalizó en las últimas dos décadas. En 1999 hubo alarma cuando se llegó a contar 250 muertos a manos de la Policía, en el 2001 descendieron a 171, pero ya para el 2005 fueron 437 y 455 en el 2008, según estadísticas de la Procuraduría General. Luego han oscilado entre 200 y 300, promediando sobre 250 por año, lo que totalizaría más de tres mil, pero en vez de contener la delincuencia y la inseguridad estas han aumentado.

Esa política policial ha barbarizado la sociedad dominicana cobrando centenares de vidas de inocentes, por ejemplo la del padre José Antonio Tineo en 1999, la jovencita Arlene Pérez, asesinada de un disparo policial en el 2004 la noche en que su novio la dejaba en su casa de Arroyo Hondo, el comerciante y pastor evangélico de Jarabacoa Manuel Adalberto Jiménez, y los cinco choferes asesinados por una patrulla en el parque Mirador del Sur el 30 de diciembre del 2008.

Inversión para la seguridad

En más o menos medida todos los gobiernos han auspiciado el primitivo método de la ejecución sumaria como forma de enfrentar la delincuencia, contribuyendo a una institución policial al margen de la ley, donde no han faltado quienes han degenerado al sicariato. Todos han planteado, ahora también, una reforma policial que ha quedado en papeles o en la superficialidad

Ni siquiera han podido abordar el problema fundamental de unos sueldos que no incentivan la función policial y la honestidad y que no atraen a miles que quisieran un empleo decoroso. La tabla anexa muestra los irrisorios niveles de salarios de la PN, que no se diferencian de los de las Fuerzas Armadas y de la Dirección de Control de Drogas.

Con 32 mil 947 miembros, 52 generales, a octubre pasado, el jefe de la PN ganaba 74 mil pesos, los coronales de 20 a 21 mil, los tenientes de 11 a 12 mil, sargentos  7 a 9 mil y cabos y rasos apenas sobre 6 mil pesos mensuales. La primera inversión tendría que ser en salarios, pero eso parece difícil de entender en una sociedad donde abunda la hipocresía y la ficción.-

 

Danilo inspira pero lo ayudan muy poco

Por Juan Bolívar Díaz
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El discurso del presidente Danilo Medina, que plantea rectificaciones con su sello personal y propio estilo de gobierno, volvió a conseguir simpatías en la población dominicana, aunque los más contestatarios le impugnan  su planteamiento de borrón y cuenta nueva.

Mientras el Gobierno, que sigue confrontando dificultades para lograr algún acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, con los apagones financieros atacando y retraso en la elaboración del Presupuesto General del Estado   para el próximo año, adelanta el sueldo navideño o regalía pascual y anuncia repartos para ganar tiempo.

Danilo: Tabla de salvación.  Con un elenco que sigue pareciendo viejo, por lo de postalitas repetidas, la tabla de salvación del Gobierno parece ser la personalidad del presidente Danilo Medina, empeñado en proyectar una imagen de humildad, austeridad y apertura en contraste con la de su antecesor, objeto del repudio y la ira popular.

El segundo discurso de Medina tras su juramentación presidencial lo ratificó en actitud de emprender un Gobierno más cercano a las expectativas de la comunidad, sin pretensiones monumentales, preocupado por la ética y la reducción del dispendio y la corrupción, en términos que obligan a darle tiempo para que materialice  propuestas y propósitos.

Medina pasó balance a sus primeros cien días de gestión reivindicando  la prioridad de la educación, la promoción de las pequeñas empresas y de la producción agrícola, la transparencia en la asignación de las obras públicas que alcancen al mayor número posible de personas, con criterio de amplia distribución, prometiendo atender a los más vulnerables. Por primera vez las obras se asignarán mediante sorteo, con procesos transparentes y plurales que permitirán la participación de cientos de ingenieros y constructores de todo el país”, economía solidaria que genere empleos.

“Un Gobierno democrático no es para formar castas ni para mantener grupos de privilegiados, pero sí para luchar por la igualdad de todos”, dijo al comienzo de su discurso del martes 27, tras recordar la firma de su Código de Pautas Éticas y sostener que el funcionario que no lo cumpla “será destituido sumariamente y responderá de sus actos ante la justicia”. Danilo pidió que le dieran oportunidad para demostrar con hechos que va a ser diferente, proclamando que “no vine a la Presidencia de la República a convencerlos con discursos ni medias verdades. Yo vine a transformar este país y a iniciar una nueva manera de hacer política”.

Crisis de confianza y credibilidad.  Durante una entrevista en el telediario Uno+Uno de Teleantillas, el jueves, el destacado economista dominicano Carlos Asilis analizó las implicaciones de la crisis del modelo económico nacional con déficits sobre el 8% del PBI no solo fiscal, sino también en balanza de pagos, considerándolo insostenible y adelantando graves dificultades para el Gobierno sin un acuerdo con el FMI.

 Asilis, quien es un reconocido consultor internacional y como tal colaboró con Jacques Attalí (de manera honorífica) en la elaboración del “Informe de la Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la República Dominicana contratado por el Gobierno de Leonel Fernández, se remitió a las recomendaciones del mismo, hechas públicas en noviembre de 2010, y reiteró que el país atraviesa por una crisis de confianza y credibilidad.

Aludió a las 7 iniciativas con 77 propuestas específicas en que concluye ese estudio, la primera de las cuales versa sobre “devolver la confianza en las instituciones”.

Medina ha adoptado decisiones y un discurso para recuperar la confianza, pero todavía insuficientes por el excesivo deterioro de la credibilidad en los discursos. Por ejemplo, todavía el Gobierno no ha presentado disposiciones específicas para reducir el gasto y el dispendio en un 3% del PIB como planteó sin lograr convencer al Consejo Económico Social, y abandonó ese escenario constitucional de concertación. La austeridad dispuesta en el decreto 499-12 ha recibido aplauso generalizado, pero es absolutamente insuficiente. La reducción de unos 200 viceministros ha sido burlada porque muchos ahora son asesores. Eliminaron seis entidades de decenas de cargos, cuando las hay con cientos y hasta miles sin la menor justificación, como la inorgánica Corporación de Empresas Estatales, el Instituto de Estabilización de Precios o el Consejo Estatal del Azúcar. Tampoco se ha tocado a los centenares de vicecónsules y diplomáticos que cobran sin trabajar.

Los dirigentes del PLD no hacen concesiones y siguen defendiendo lo inicuo e insultando a todo el que aspira a lo mejor, lo que no apuntala el discurso de Medina. Con el control total del Congreso no aprueban la Ley de Regulación Salarial, ni la de partidos, ni los siete proyectos anticorrupción presentados por algunos clarividentes. Ni eliminan barrilitos, cofrecitos y otros repartos indecorosos.

Un arranque  difícil.  Tras el informe de la misión del FMI que ratificó la gravedad de la crisis fiscal, con un déficit de 8.5 por ciento del PIB para este año, por lo que el organismo solo se compromete a monitorizar las políticas correctivas que adopte el Gobierno, la situación se ha tornado aún más difícil para el arranque definitivo del Gobierno de Danilo Medina.

Como se había advertido, es obvio que el FMI no se comprometerá con el Gobierno sin drásticas medidas de ajuste del gasto que incluyan el déficit del sector energético, lo que implicaría alzas tarifarias que junto al paquete tributario agravarían la situación. Pero sin un acuerdo con el organismo internacional será más difícil y costoso el financiamiento internacional que a mediano plazo con- llevaría insostenibilidad.

A consecuencia de la situación se ha retrasado la elaboración del proyecto de presupuesto para el 2013, que en principio se prometió presentar a mediados de noviembre para llevarlo al Consejo Nacional de Desarrollo a tiempo para que entrara al Congreso antes de diciembre. Los técnicos hilvanan reducir el déficit fiscal siquiera a la mitad con un proyecto más creíble que el del año pasado con enorme subestimación del costo energético y sobreestimación de los ingresos fiscales.

Para colmo de angustias los apagones se han multiplicado en la última semana, lo que se atribuye al interés de los generadores por recibir un nuevo abono a la deuda que vuelve a estar sobre los mil millones de dólares. La presión es obvia, aprovechando que el Gobierno no querrá unas navidades con apagones.

Con la crisis fiscal y las protestas repercutiendo cada vez más en los medios de comunicación internacionales, las autoridades no quisieran seguir leyendo informes como el de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) publicado esta semana, donde se muestra que el país fue uno de los tres de la región donde creció la pobreza entre el 2010 y 2012, afectando ahora al 42.2% de la población.

Buscando diluir las protestas, el Gobierno adelanta el pago de la bonificación navideña para la primera semana de diciembre y reivindica el tradicional reparto  popular.

En cualquier caso el desafío estará a partir de enero cuando tras la resaca navideña empiecen a sentirse los efectos del paquete tributario y se vea si amainan las protestas o se multiplican con la entrada en escena de los sectores populares que en la primera etapa han dejado el protagonismo a la clase media.

Otro borrón y cuenta nueva

El discurso de los cien días de Danilo duró 28 minutos, con 27 de aciertos, pero flaqueó al final cuando planteó otro borrón y cuenta nueva, política de impunidad que se ha impuesto en la nación, alentando la corruptela y el desconocimiento de las normas constitucionales y jurídicas, porque nunca se ha hecho justicia, ni siquiera con los peores crímenes, a diferencia de lo que se ve en estos días en Argentina y Chile, donde se están sancionando delitos de tres y cuatro décadas.

Tras plantear que “el Gobierno necesita tiempo y apoyo para hacer todo lo que se propone”, concluyó pidiendo que “miremos al futuro con esperanza y al presente sin revanchismo. No perdamos el tiempo en lanzar piedras hacia atrás. Transformemos esas piedras en ladrillos para, con ellas, construir un gran futuro para nuestro pueblo”.

Si por razones partidarias el Presidente no podía referirse a los motivos de las protestas sociales que sacuden el país, ni a la fiesta de malversación y locura de inversión que originó un déficit fiscal de 200 mil millones de pesos, sin que nadie haya pedido ni siquiera excusas a la sociedad, no había necesidad de solicitar un borrón y cuenta nueva y menos de reducir a revanchismo el reclamo de transparencia y justicia.

La conclusión empañó una pieza bien estructurada y en vez de disuadir las protestas, pareció reafirmarlas, como se expresó de inmediato en las redes sociales y en los posteriores anuncios de los manifestantes de que no darán ni tregua navideña.

No hay dudas de que en el presidente Medina y su entorno propio hay muchas intenciones correctivas, pero parece que no han podido calibrar la profundidad y amplitud de la indignación ocasionada por la forma en que concluyó el Gobierno del presidente Leonel Fernández. Amarrados unos a la lealtad partidaria y otros al “realismo político” que no concibe ni siquiera la posibilidad de admitir graves yerros ni investigar desafueros denunciados, no parecen entender que no hay posibilidad de construir ningún “gran futuro” consagrando la total impunidad.

 

LF burló la Constitución y 12 leyes que promulgó

Por Juan Bolívar Díaz
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Con el déficit presupuestario en que incurrió el gobierno del presidente Leonel Fernández se violaron no sólo principios básicos de su propia Constitución, sino también una docena de leyes y numerosos reglamentos promulgados por él mismo a instancias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales.

Aunque gran parte de la sociedad parece ignorarlo, el Congreso Nacional aprobó o renovó a partir del 2001 un  conjunto de leyes para la planificación presupuestal de la inversión pública y un sistema de administración financiera en orden a la transparencia, eficacia y mejor aprovechamiento de los recursos nacionales.

La Constitución de Leonel.  El déficit fiscal cuantificado esta semana por el FMI en 8.5 por ciento del producto bruto interno (PBI), equivalente a unos 204 mil millones de pesos, nueve veces los 22 mil 500 millones aprobados en la Ley de Presupuesto para el 2012, numerada 294-11, implica la violación de principios y mandatos de la Constitución promulgada por el presidente Fernández en el 2010, como se indica a continuación:

1.- Artículo 138, señala que la administración pública “está sujeta en su actuación a los principios de eficacia, jerarquía, objetividad, igualdad, transparencia, economía, publicidad y coordinación, con sometimiento pleno al ordenamiento jurídico del Estado”.

2.- Artículo 233, plantea que corresponde al Poder Ejecutivo la elaboración del Proyecto de Ley de Presupuesto que contempla ingresos probables y gastos propuestos y el financiamiento requerido “en un marco de sostenibilidad fiscal, asegurando que el endeudamiento público sea compatible con la capacidad de pago del Estado”.

3.- Artículo 234, párrafo: “Una vez votada la Ley de Presupuesto General del Estado, no podrá trasladarse recursos presupuestarios de una institución a otra sino en virtud de una ley….

4.- Artículo 236, “Validez erogación. Ninguna erogación de fondos públicos será válida si no estuviere autorizada por la ley y ordenada por funcionario competente”.

5.- Artículo 241, proclama que “El proceso de planificación e inversión pública se regirá por la ley correspondiente”.

6.- Artículo 246 que responsabiliza al Congreso Nacional, la Cámara de Cuentas y la Contraloría General de la República del “control y fiscalización sobre el patrimonio, los ingresos, gastos, y uso de los fondos públicos”.

Artículo 247, que instituye a la Contraloría General como órgano rector del  control interno sobre el uso e inversión de los recursos públicos, que autoriza los pagos “previa comprobación del cumplimiento de los trámites legales y administrativos”…

Las principales violaciones.  En la instancia de Alianza País, su presidente Guillermo Moreno  y su reconocido abogado constitucionalista Cristóbal Rodríguez, en un comunicado de Participación Ciudadana y en una conferencia de su coordinador general, el prestigioso jurista Francisco Álvarez Valdez, se han señalado las principales violaciones a las normas jurídicas que se atribuyen al expresidente Fernández. Otros juristas adicionan varias y una decena de artículos del código penal, pero las principales se refieren a las leyes orgánicas del Presupuesto, la de Planificación e  Inversión Pública, la de Contraloría General y la de Compras y Contrataciones, promulgadas por Fernández.

De la Ley Orgánica de Presupuesto para el Sector Público (423-06) se burlaron  numerosos artículos, desde el 1 y el 3, el 9, 20 y 30, hasta el 44, 47, 48 y 51. El 44 establece que “Las apropiaciones presupuestarias aprobadas por el Congreso de la República constituyen el límite máximo de gasto, sujeto a la disponibilidad efectiva de los ingresos estimados”…Para no dejar dudas agrega que “En ningún caso constituyen un derecho adquirido por las unidades ejecutoras de cada organismo público”…

El párrafo III del artículo 47 es radical: “Ninguno de los organismos incluidos en el régimen de programación periódica de la ejecución del presupuesto podrá comprometer gastos, si previamente no ha recibido la respectiva cuota periódica. La aprobación de las cuotas periódicas será la única autorización que se les otorga a los organismos para comprometer gastos”.

Para reducir el nefasto presidencialismo dominicano, el artículo 48 establece que “El Poder Ejecutivo no podrá realizar modificaciones al total de gastos aprobados por el Congreso de la República en el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos, ni trasladar suma de un Capítulo a otro o de una Partida a otra. Para introducir modificaciones en la Ley de Gastos Públicos que sean competencia del Congreso de la República, el Poder Ejecutivo deberá introducir un proyecto de ley, el cual deberá ser previamente conocido por el Consejo Nacional de Desarrollo”. El artículo 51 redunda: “Los funcionarios de las instituciones comprendidas en este Título no podrán asumir compromisos para los cuales no queden balances disponibles de apropiaciones presupuestarias, ni disponer de las mismas para una finalidad distinta a la prevista”.

¿Por encima de todo y todos?   Más que nada lo que se debate en el país es si después de “la revolución democrática” que proclamó Fernández el 27 de febrero último, las acciones del Presidente de la nación siguen por encima de todo y de todos, hasta el punto que el delito se atribuye a quienes piden cuentas. Las protestas generalizadas tienen el objetivo de poner fin a la impunidad. Si no se logra ahora con un déficit fiscal tan grosero y abusivo, pasará mucho tiempo para que la nación se enrumbe por la institucionalidad democrática y el respeto a las normas constitucionales y legales.

El espacio no permite detallar todas las burlas, por ejemplo a la Ley de Planificación e Inversión Pública y menos a las normativas de ejecución contempladas en la ley de Compras y Contrataciones Públicas. El desastre presupuestario fue tan obvio que en julio se hizo aprobar la Ley 174-12, llamada de “Presupuesto Complementario”, con la cual se pretendió “legalizar” a posteriori una parte del abuso, es decir, amnistiar el delito bajo el criterio de que se puede gastar primero y presupuestar después. Pero como “la parranda fiscal” (según The Economist) prosiguió hasta la madrugada del 16 de agosto, después en dos ocasiones se quiso enviar al Congreso otro “complemento presupuestario”. Como le hubiese tocado al presidente Danilo Medina promulgarlo, éste se negó radicalmente a ser parte de esa farsa, según testimonio de alto crédito.

En el fondo de todo y hasta para los observadores internacionales, lo relevante es si todo el andamiaje institucional impulsado y aprobado en la última década, tiene vigencia o no. En su duro comunicado de esta semana el FMI abandonó su lenguaje diplomático para proclamar que “En los últimos 24 meses, el desempeño económico se ha debilitado”, que “la implementación de políticas se ha deteriorado” y que “Además, una gran proporción del gasto público se ejecutó por encima de las apropiaciones presupuestarias correspondientes, reduciendo así la transparencia de las operaciones presupuestarias”.

¿Que no hay penalidad para esos delitos? Ya Participación Ciudadana citó el artículo 123 del Código Penal que sanciona con prisión e inhabilitación para cargos  públicos a “Los funcionarios o empleados públicos, las corporaciones o depositarios de una parte de la autoridad pública que concierten o convengan entre sí la ejecución de medidas y disposiciones contrarias a la ley”.

El mayor agravante es que los responsables y defensores del dispendio siguen justificándolo en que este fue un año de campaña electoral, aunque fue una doble campaña para el 2012 y el 2016, y responden agresivos e insultantes a todo el que cuestiona o protesta, sin siquiera admitir el derecho a disentir o que se equivocaron.

“La más profunda reforma”

   En la primera década de este siglo se aprobó una amplia reforma institucional y de la normativa administrativa del Estado, con unas quince leyes, unas completamente nuevas como la de Libre Acceso a la Información Pública,  o la que crea el Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado, y otras para actualizar las obsoletas, como las de Hacienda, Economía o de la Tesorería y la Monetaria y Financiera..

Ese conjunto de reformas estuvo impulsado y financiado más por los organismos internacionales que por la gestión política o administrativa del país, tanto que fueron parte de los acuerdos suscritos con el FMI, que  sistemáticamente reclamó su ejecución, en lo que fue lento el Congreso Nacional, fuera bajo control perredeísta,1998-02, o  peledeísta a partir del 2002.

  Al presidente Hipólito Mejía (2000-04) le correspondió promulgar las primeras de esas leyes, comenzando por la 126-01 que crea la Dirección General de Contabilidad Gubernamental, la Monetaria y Financiera,183-02, y la de Cámara de Cuentas, 10-04. Pero fue al presidente Fernández que le tocó promulgar la mayor parte del paquete legislativo a partir del 2004, de lo que se manifestó tan orgulloso que casi se atribuyó el mérito de su elaboración y aprobación.

En su último discurso-informe a la nación, el 27 de febrero pasado, Fernández  dijo que “Promovimos la más profunda reforma administrativa-financiera del Estado en la historia nacional” y enumeró nueve de ellas: la de Hacienda, Sistema Integrado de Administración Financiera, la de Presupuesto, la de Tesorería Nacional, Crédito Público, de Compras y Contrataciones, la de Contabilidad Gubernamental, la de la Contraloría General y la de Libre Acceso a la Información Pública. Se le olvidó mencionar otras tres: la del Ministerio de Economía, la de Función Pública y la muy importante Ley de Planificación e Inversión Pública.

 

RD sigue en primeros lugares en corrupción

Por Juan Bolívar Díaz
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Aunque ascendió cinco escalones en el Indice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (FEM), de la posición 110 a la 105 entre 144 naciones evaluadas, la República Dominicana quedó ratificada en el liderazgo internacional en corrupción y en desconfianza en la Policía y baja calidad de la  educación.

Sin embargo el país volvió a ser bien evaluado en fortaleza del sistema bancario,  transferencia de tecnología, relaciones obrero patronales, porcentaje de la deuda pública en relación al producto bruto, calidad de las infraestructuras de puertos y aeropuertos y en protección a los inversionistas.

Las peores calificaciones.  Al igual que en los dos años anteriores, el Indice de Competitividad Global 2012-13 ratificó a la República Dominicana en los últimos escalones en corrupción, en calidad de la educación y en confiabilidad en los servicios policiales. En dos de los tres renglones que miden corrupción, despilfarro en el gasto gubernamental y favoritismo de los funcionarios, el país queda líder en la posición 144, y en el tercero, desvío de fondos públicos, ocupa la 142.

El informe publicado el miércoles en Suiza, donde tiene su sede el FEM, también ratifica al país en el último lugar en confiabilidad de los servicios policiales en lo que ya lideraba el año pasado cuando fue colocado en el 142 de igual número de naciones.

El tercer renglón donde el país queda peor parado es en la calidad de la educación. La primaria en el penúltimo escalón, el 143, en el 142 en calidad de la educación en ciencia y matemática, y el 137 en calidad de todo el sistema educativo.

Pero es relevante el ascenso de 19 escalones en la tasa de matriculación en la educación primaria, al pasar del 111 el año pasado a 92 ahora.

Como se puede observar en un cuadro anexo, elaborado en base al informe, la República mantiene casi los mismos niveles del año pasado en esos renglones, teniéndose en cuenta que esta vez la evaluación abarca a dos países más, al pasar de 142 a 144. En los otros renglones en que el país queda mal parado son: alcance del dominio del mercado (139), confianza de la población en los políticos (138) y calidad del suministro eléctrico (130). Igual posición ocupa en la tasa nacional de ahorro, aunque en esto registra un ascenso de 8 escalones, en relación al año anterior. En crimen organizado mejoró de 113 a 110, pero en eficiencia del marco legal de las regulaciones empeoró al caer de la 112 a la 119.

Las mejores calificaciones.  Lo más positivo para el país en este informe es el ascenso de cinco escalones en el Indice Global en relación al año pasado, del 110 al 105, aunque queda todavía en peor condición que el año antepasado cuando estaba en el 101, entonces entre 139 naciones evaluadas.

Sin embargo, Dominicana aparece en el antepenúltimo lugar en el índice global  entre los latinoamericanos, solo superado por Paraguay en el escalón 116 y Venezuela que lidera la región en el 126 y queda peor que todos los países centroamericanos. Los mejor situados son Chile en la posición 33, Panamá en la 40, Brasil 48, México en la 53, Costa Rica 57, Perú 61 y Colombia en la 69, todos en la primera mitad mejor de los 144 evaluados. Los que más avanzaron en relación al año pasado fueron Ecuador 15 escalones, Panamá 9, Nicaragua 7 y Perú 6.

Examinando el capítulo referente a la RD se puede concluir que su  mejoría  fue en primer lugar en transferencia tecnológica con un salto del escalón 61 al 31. También en la matriculación escolar primaria, capacidad para la innovación, y en protección a la propiedad intelectual, donde la mejoría fue de cinco escalones.

Como se puede apreciar en cuadro anexo, en 18 de los 112 renglones de la evaluación el país queda en la mitad mejor situada, resaltando la fortaleza bancaria y la transferencia tecnológica, donde ocupa los escalones 30 y 31. Luego en la deuda general en relación al producto bruto y la calidad del transporte aéreo, en posición 41.

Pero también debe observarse que, aunque todavía están en la mitad del índice, se retrocede notablemente en el estatus de desarrollo de clusters, del escalón 56 al 77, en impacto de los negocios en la inversión extranjera, del 41 al 59, en equilibrio del presupuesto gubernamental como porcentaje del PIB, de la 45 a la 61 y en la transparencia en elaboración de políticas gubernamentales que pasa de la posición 54 a la 69.

Los líderes mundiales.  Seis naciones europeas se encuentran entre las diez de todo el mundo que lideran la competitividad internacional, de acuerdo al informe del FEM. Suiza ocupa el primer lugar y le acompañan Finlandia, Suecia, Holanda, Alemania y Reino Unido. Es relevante que hay tres de Asia, encabezadas por Singapur que está en el segundo lugar, y Hong Kong y Japón en noveno y décimo puestos. Estados Unidos es la única de América en esa cima, con la séptima posición.

Los informes de competitividad del FEM se construyen desde el año 2004 con encuestas de opinión entre ejecutivos realizadas por instituciones asociadas y con datos de fuentes públicas internacionales. Incluyen 12 categorías, con 112 renglones que ofrecen un panorama integral de la competitividad de los países. Definen la competitividad como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad.

El Foro Económico Mundial se define como una organización internacional  independiente comprometida con el mejoramiento de la situación mundial, y promueve asociaciones entre líderes para las agendas globales y regionales. Celebra una reunión anual en su sede suiza y una segunda en algún otro país.

El expresidente Leonel Fernández le confirió mucha importancia al FEM y asistió en enero del 2011 a su cita de Davos, y tres meses después a la regional celebrada en Río de Janeiro, Brasil. Pese al activismo del doctor Fernández, los dos informes publicados después de sus participaciones, cuestionan fuertemente la competitividad del país y sus doce años de gobierno, caracterizados por la siembra de cemento y varillas y el clientelismo político-económico.

Confirma preocupaciones

Los últimos informes del FEM constituyen una confirmación de las mayores preocupaciones nacionales y los reclamos de correctivos que han predominado en la sociedad dominicana en las últimas décadas. En sentido general de la necesidad de un gran esfuerzo por crear condiciones que coloquen el país en capacidad de competir en el escenario internacional. Es relevante que en este informe RD queda por debajo de todos los países de la región. Haití no está en la evaluación.

Igualmente confirma la validez de las demandas nacionales para poner coto a la corrupción, por la prioridad de la inversión en educación y energía, así como en el mejoramiento de la seguridad ciudadana, particularmente con una profunda reforma de la Policía Nacional. En esos renglones es que la nación aparece peor evaluada, y no solamente en este informe, sino también en los de múltiples instituciones internacionales, como el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, Transparencia Internacional y Amnistía Internacional.

Llama la atención que en el índice de competitividad global del FEM no se evalúan las edificaciones y vías terrestres que tanto han preocupado a los gobernantes nacionales, y en las que muchos fundamentan el progreso y la modernidad.

Las lecciones de este informe son oportunas en momentos en que el Gobierno de Danilo Medina define nuevas prioridades nacionales y contempla reformas que incidirán positiva o negativamente en el mejoramiento de la capacidad competitiva de la nación. Y justifica sobradamente el compromiso que ha reiterado con la transformación de la educación, del sector energético, la seguridad pública y la prevención de la corrupción y la disminución del despilfarro de los recursos públicos.

 

Luces y sombras del gobierno de Leonel Fernández

Por Juan Bolívar Díaz

Los ocho años consecutivos de Gobierno de Leonel Fernández marcan una etapa de estabilidad y crecimiento económico, con un legado importante de construcciones, aunque financiadas con enorme endeudamiento, dejando déficits fiscal y de balanza comercial que cuestionan la sostenibilidad del modelo de desarrollo.

Las graves deficiencias en educación, energía y competitividad, junto al clientelismo, la corrupción, falta de transparencia y precariedades institucionales arrojan un balance decepcionante de la gestión de un líder que enarboló el discurso de la era de la información y la sociedad del conocimiento.

Las luces.  La estabilidad macroeconómica con crecimiento promedio anual del 8 por ciento del producto bruto interno y un significativo legado de construcciones han sido los mayores logros del Gobierno de ocho años que culmina la próxima semana.

Es generalizado el criterio de que el doctor Leonel Fernández se inscribió en la historia de los grandes constructores junto a Rafael Trujillo y Joaquín Balaguer, aunque con la diferencia de que lo hizo en base a un financiamiento que triplicó la deuda pública, de 7,900 a más de 24 mil millones de dólares y con déficits fiscales que en los últimos cinco años, incluyendo el actual, superan los 300 mil millones de pesos.

El sostenido crecimiento económico, con control de la inflación y la tasa cambiaria durante estos ocho años nadie se lo podrá discutir al presidente Fernández, como tampoco una extensa red de comunicación terrestre, que va desde dos líneas de Metro hasta múltiples elevados, pasos a desnivel, carreteras y puentes, así como edificaciones gubernamentales, de escuelas y hospitales.

También hay que acreditarle la aprobación de múltiples reformas institucionales, muchas de las cuales se cumplen  precariamente, y una nueva Constitución con rasgos contradictorios de modernidad y retrocesos, pero que le ha permitido, con la colaboración de opositores, acumular un enorme poder político que mantendría tras salir del Gobierno, gracias a su capacidad para atraerse adherentes en base al reparto de cargos y parcelas de poder en nuevos y viejos organismos estatales.

Importantes avances en la implementación del Sistema de Seguridad Social y la ampliación de las relaciones exteriores, con mayor presencia en los organismos internacionales, figuran también entre méritos que se reconocen a la gestión que finaliza, aunque con un costo excesivo y nada transparente  en más de 60 extensos viajes presidenciales por una treintena de naciones.

Las sombras.  Tras ocho años de Gobierno, el presidente Leonel Fernández deja al país como campeón mundial en malversación de los fondos públicos y corrupción, así como en declive en su capacidad competitiva, con escándalos de todos los calibres, entre los cuales resalta el contrato de 130 millones de dólares con la Sun Land, considerado el mayor de la historia nacional.

La corrupción y la falta de transparencia la  han certificado sistemáticamente organismos como Transparencia Internacional, el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial, cuyo Indice de Competitividad 2011-12 coloca a la República en la posición 110 entre 142 naciones evaluadas, con descenso de 17 escalones desde el 93 que registró en  2007.

Con la última posición en “despilfarro en el gasto gubernamental” entre 142 países evaluados por el Foro, la 141 en “favoritismo de los funcionarios del Gobierno”, y la 140 en “desvíos de los fondos públicos”, se puede asumir que Dominicana es campeona mundial en corrupción. La “calidad del sistema educativo” está en el escalón 136, “educación matemática y científica” en el 139 y la “calidad de la educación primaria” desciende hasta el 140.

El reparto de los recursos públicos se hizo norma de Gobierno para mantener los militantes propios y atraerse a decenas de partidos y grupos  con la entrega de parcelas estatales, lo que a la vez debilitaba la institucionalidad del sistema de partidos y de muy diversas instituciones sociales.

Se desbordaron los altos salarios públicos, los barrilitos, cofrecitos, nominillas y repartos de todo género y el Presidente otorgó cientos de pensiones privilegiadas de 40 y 50 mil pesos a personas que no se las ganaron e incluso que no las necesitaban.

El Gobierno de Leonel Fernández acumuló la alarmante cantidad de 340 viceministros y subsecretarios, más de 300 generales militares y policiales y hasta diciembre pasado tenía una nómina de 1,163 personas designadas en cargos diplomáticos y consulares, muchas de las cuales no han sido acreditadas por los gobiernos donde fueron destinadas.

Graves interrogantes.  Tras ocho años consecutivos de crecimiento económico, el presidente Fernández deja al 41% de la población en niveles de pobreza, 10% en la indigencia, según fue certificado la semana pasada, y con un millón 840 mil tarjetas para acceder a programas de asistencia social y subsidios, el mayor de los cuales es de 700 pesos mensuales, (una libra de arroz por día), que no estimulan a nadie a salir de la pobreza, pero mantienen clientelas y subordinación.

El legado del doctor Fernández de un déficit fiscal que este año superará los 100 mil millones de pesos, y los déficits de la cuenta corriente de la balanza de pagos, sobre 4 mil millones de dólares anuales, y de la balanza comercial que promedia 8,600 millones de dólares anuales en el último cuatrienio, representan serios interrogantes a la sostenibilidad económica del país, especialmente cuando se extiende la crisis económica internacional.

De ahí los reclamos de los sectores productivos que se quejan de una política económica que ha sacrificado la productividad nacional, con energía insuficiente y cara y escasa educación, con serias dificultades de competitividad hasta con Centroamérica y que privilegia las importaciones, acentuando el desnivel con casi todos los países del intercambio nacional.

La convicción del sector empresarial y de los analistas de la economía es que el modelo de desarrollo nacional, que no genera empleos de calidad, con 57 por ciento de informales, está agotado y  pone bajo interrogantes la sostenibilidad del país en la medida en que se agota la capacidad de endeudamiento.

Es relevante que el doctor Fernández será el primer presidente dominicano que entrega el poder a un sucesor del mismo partido, pero hasta en sus últimos días se ha empeñado en gastar más de lo percibido, en su empeño por inaugurar obras aunque no estén concluidas, dejando un desorden financiero que dificultará el arranque del nuevo Gobierno y lo obligarán a exponer su popularidad con una dramática reforma que esta vez no podrá ser solo tributaria, sino fiscal e integral.

Grandes cuestionamientos. La baja inversión en educación, apenas por encima del 2 por ciento del PIB, contrariando la Constitución, la ley, el sentir nacional y hasta sus propios planteamientos, es el mayor cuestionamiento de una gestión que se benefició de 6 reformas tributarias que junto al endeudamiento le permitieron triplicar el presupuesto nacional, que pasó de 139 mil millones de pesos en 2004 a los 511 mil millones destinados para el 2012. El mandatario que habla de la sociedad del conocimiento prefirió seguir la tradición de autoerigirse un pedestal del visible cemento y el asfalto, reproduciendo a los dos caudillos que dominaron el escenario nacional del siglo pasado.

La calidad del gasto, sin respetar prioridades, con enormes dispendios, escasa transparencia  y generalizada corrupción, es de los baldones que se le enrostran al presidente Fernández, beneficiario él mismo con su Fundación Global de prácticas de tráfico de influencia condenadas en todas las democracias.

Una desmesurada elevación del gasto corriente ha determinado que la inversión pública dependa hasta en un 90 por ciento del financiamiento. La nómina pública creció un 63 por ciento, al pasar de 400 mil a 653 mil personas.

Desde el discurso de juramentación en  2004 se prometió resolver la grave crisis energética con la instalación de megaplantas de carbón y la conversión de  otras a gas natural para abaratar el servicio, así como con la renegociación de los contratos onerosos con generadores, recapitalizar las distribuidoras y conjurar el robo y las pérdidas de energía para reducir el subsidio gubernamental que hace 8 años promediaba 25 millones de dólares anuales y que, al contrario, se ha multiplicado 40 veces, ya que en el último cuatrienio ronda los mil millones de dólares por año.

Igualmente escasa ha sido la inversión en mejorar la capacidad de la Policía Nacional para combatir la creciente criminalidad y el narcotráfico que generaron grandes escándalos y cada vez más involucraron a los propios agentes del orden y a militares.

Con rasos ganando 5 mil pesos, sargentos de 8 mil, tenientes de 10 mil y coroneles de 20 mil pesos, nadie debe sorprenderse de la ineficiencia policial y el consiguiente incremento de la inseguridad pública.

 

Los logros y fracasos de Leonel Fernández

Los ocho años consecutivos de Gobierno de Leonel Fernández marcan una etapa de estabilidad y crecimiento económico, con un legado importante de construcciones, aunque financiadas con enorme endeudamiento, dejando déficits fiscal y de balanza comercial que cuestionan la sostenibilidad del modelo de desarrollo.

Las graves deficiencias en educación, energía y competitividad, junto al clientelismo, la corrupción, falta de transparencia y precariedades institucionales arrojan un balance decepcionante de la gestión de un líder que enarboló el discurso de la era de la información y la sociedad del conocimiento.

Los mayores logros.  La estabilidad macroeconómica con crecimiento promedio anual del 8 por ciento del producto bruto interno y un significativo legado de construcciones han sido los mayores logros del Gobierno de ocho años que culmina la próxima semana.

Es generalizado el criterio de que el doctor Leonel Fernández se inscribió en la historia de los grandes constructores junto a Rafael Trujillo y Joaquín Balaguer, aunque con la diferencia de que lo hizo en base a un financiamiento que triplicó la deuda pública, de 7,900 a más de 24 mil millones de dólares y con déficits fiscales que en los últimos cinco años, incluyendo el actual, superan los 300 mil millones de pesos.

El sostenido crecimiento económico, con control de la inflación y la tasa cambiaria durante estos ocho años nadie se lo podrá discutir al presidente Fernández, como tampoco una extensa red de comunicación terrestre, que va desde dos líneas de Metro hasta múltiples elevados, pasos a desnivel, carreteras y puentes, así como edificaciones gubernamentales, de escuelas y hospitales.

También hay que acreditarle la aprobación de múltiples reformas institucionales, muchas de las cuales se cumplen  precariamente, y una nueva Constitución con rasgos contradictorios de modernidad y retrocesos, pero que le ha permitido, con la colaboración de opositores, acumular un enorme poder político que mantendría tras salir del Gobierno, gracias a su capacidad para atraerse adherentes en base al reparto de cargos y parcelas de poder en nuevos y viejos organismos estatales.

Importantes avances en la implementación del Sistema de Seguridad Social y la ampliación de las relaciones exteriores, con mayor presencia en los organismos internacionales, figuran también entre méritos que se reconocen a la gestión que finaliza, aunque con un costo excesivo y nada transparente  en más de 60 extensos viajes presidenciales por una treintena de naciones.

Corrupción y competitividad.  Tras ocho años de Gobierno, el presidente Leonel Fernández deja al país como campeón mundial en malversación de los fondos públicos y corrupción, así como en declive en su capacidad competitiva, con escándalos de todos los calibres, entre los cuales resalta el contrato de 130 millones de dólares con la Sun Land, considerado el mayor de la historia nacional.

La corrupción y la falta de transparencia la  han certificado sistemáticamente organismos como Transparencia Internacional, el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial, cuyo Indice de Competitividad 2011-12 coloca a la República en la posición 110 entre 142 naciones evaluadas, con descenso de 17 escalones desde el 93 que registró en  2007.

Con la última posición en “despilfarro en el gasto gubernamental” entre 142 países evaluados por el Foro, la 141 en “favoritismo de los funcionarios del Gobierno”, y la 140 en “desvíos de los fondos públicos”, se puede asumir que Dominicana es campeona mundial en corrupción. La “calidad del sistema educativo” está en el escalón 136, “educación matemática y científica” en el 139 y la “calidad de la educación primaria” desciende hasta el 140.

El reparto de los recursos públicos se hizo norma de Gobierno para mantener los militantes propios y atraerse a decenas de partidos y grupos  con la entrega de parcelas estatales, lo que a la vez debilitaba la institucionalidad del sistema de partidos y de muy diversas instituciones sociales.

Se desbordaron los altos salarios públicos, los barrilitos, cofrecitos, nominillas y repartos de todo género y el Presidente otorgó cientos de pensiones privilegiadas de 40 y 50 mil pesos a personas que no se las ganaron e incluso que no las necesitaban.

El Gobierno de Leonel Fernández acumuló la alarmante cantidad de 340 viceministros y subsecretarios, más de 300 generales militares y policiales y hasta diciembre pasado tenía una nómina de 1,163 personas designadas en cargos diplomáticos y consulares, muchas de las cuales no han sido acreditadas por los gobiernos donde fueron destinadas.

Graves interrogantes.  Tras ocho años consecutivos de crecimiento económico, el presidente Fernández deja al 41% de la población en niveles de pobreza, 10% en la indigencia, según fue certificado la semana pasada, y con un millón 840 mil tarjetas para acceder a programas de asistencia social y subsidios, el mayor de los cuales es de 700 pesos mensuales, (una libra de arroz por día), que no estimulan a nadie a salir de la pobreza, pero mantienen clientelas y subordinación.

El legado del doctor Fernández de un déficit fiscal que este año superará los 100 mil millones de pesos, y los déficits de la cuenta corriente de la balanza de pagos, sobre 4 mil millones de dólares anuales, y de la balanza comercial que promedia 8,600 millones de dólares anuales en el último cuatrienio, representan serios interrogantes a la sostenibilidad económica del país, especialmente cuando se extiende la crisis económica internacional.

De ahí los reclamos de los sectores productivos que se quejan de una política económica que ha sacrificado la productividad nacional, con energía insuficiente y cara y escasa educación, con serias dificultades de competitividad hasta con Centroamérica y que privilegia las importaciones, acentuando el desnivel con casi todos los países del intercambio nacional.

La convicción del sector empresarial y de los analistas de la economía es que el modelo de desarrollo nacional, que no genera empleos de calidad, con 57 por ciento de informales, está agotado y  pone bajo interrogantes la sostenibilidad del país en la medida en que se agota la capacidad de endeudamiento.

Es relevante que el doctor Fernández será el primer presidente dominicano que entrega el poder a un sucesor del mismo partido, pero hasta en sus últimos días se ha empeñado en gastar más de lo percibido, en su empeño por inaugurar obras aunque no estén concluidas, dejando un desorden financiero que dificultará el arranque del nuevo Gobierno y lo obligarán a exponer su popularidad con una dramática reforma que esta vez no podrá ser solo tributaria, sino fiscal e integral.

Grandes cuestionamientos

La baja inversión en educación, apenas por encima del 2 por ciento del PIB, contrariando la Constitución, la ley, el sentir nacional y hasta sus propios planteamientos, es el mayor cuestionamiento de una gestión que se benefició de 6 reformas tributarias que junto al endeudamiento le permitieron triplicar el presupuesto nacional, que pasó de 139 mil millones de pesos en 2004 a los 511 mil millones destinados para el 2012. El mandatario que habla de la sociedad del conocimiento prefirió seguir la tradición de autoerigirse un pedestal del visible cemento y el asfalto, reproduciendo a los dos caudillos que dominaron el escenario nacional del siglo pasado.

La calidad del gasto, sin respetar prioridades, con enormes dispendios, escasa transparencia  y generalizada corrupción, es de los baldones que se le enrostran al presidente Fernández, beneficiario él mismo con su Fundación Global de prácticas de tráfico de influencia condenadas en todas las democracias.

Una desmesurada elevación del gasto corriente ha determinado que la inversión pública dependa hasta en un 90 por ciento del financiamiento. La nómina pública creció un 63 por ciento, al pasar de 400 mil a 653 mil personas.

Desde el discurso de juramentación en  2004 se prometió resolver la grave crisis energética con la instalación de megaplantas de carbón y la conversión de  otras a gas natural para abaratar el servicio, así como con la renegociación de los contratos onerosos con generadores, recapitalizar las distribuidoras y conjurar el robo y las pérdidas de energía para reducir el subsidio gubernamental que hace 8 años promediaba 25 millones de dólares anuales y que, al contrario, se ha multiplicador 40 veces, ya que en el último cuatrienio ronda los mil millones de dólares por año.

Igualmente escasa ha sido la inversión en mejorar la capacidad de la Policía Nacional para combatir la creciente criminalidad y el narcotráfico que generaron grandes escándalos y cada vez más involucraron a los propios agentes del orden y a militares.

Con rasos ganando 5 mil pesos, sargentos de 8 mil, tenientes de 10 mil y coroneles de 20 mil pesos, nadie debe sorprenderse de la ineficiencia policial y el consiguiente incremento de la inseguridad pública.

 

Tope salarial de $400 mil supera el promedio de AL

Por Juan Bolívar Díaz

La reunión el viernes del presidente  de la Comisión de Transición de  Danilo Medina, Gustavo Montalvo, con la comisión senatorial que estudia el proyecto de ley de salarios públicos alienta su aprobación antes que se instale el nuevo gobierno

Trascendió esta semana que algunos senadores alientan la aprobación del proyecto de Ley General de Salarios para el Sector Público, para lo cual esperan la convocatoria de una legislatura extraordinaria antes del cambio de gobierno para que se aplique plenamente a los nuevos funcionarios.

Mientras cobra fuerza en el Congreso la fijación del salario del presidente de la República en unos 400 mil pesos (10 mil 230 dólares), ligeramente por encima del promedio en América Latina, el cual sería el máximo a ser percibido por los funcionarios del Estado dominicano.

Se fortalece el proyecto.  Alentado por las medidas de austeridad adoptadas en Italia y España en la primera mitad del mes, y tras una vista pública donde sólo una institución formuló reparos, tomó fuerza esta semana el proyecto de Ley sobre Regulación Salarial en el Sector Público, aunque el presidente de la comisión que lo estudia dijo que reciben “presiones asfixiantes” de organismos estatales que reclaman quedar fuera de la regulación.

Alarmados por los niveles del déficit fiscal, economistas de todas las tendencias, dirigentes empresariales y políticos siguieron reconociendo que el nuevo gobierno tendrá que abrir una etapa de austeridad y reordenamiento fiscal. El empresario Ignacio Méndez, del sector externo del presidente electo, adelantó que “se están revisando las prioridades y el volumen de los gastos”

Aunque se ha dicho que decenas de organismos públicos han formulado objeciones al proyecto, sólo representantes de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) las presentaron en la vista pública celebrada el martes 17 por la comisión senatorial que lo estudia. Una delegación del Banco Central dijo que éste no tiene objeciones, ya que el proyecto de ley lo exceptúa, lo mismo a todas las entidades estatales de naturaleza financiera. La DGII reclamó la misma exclusión en virtud de su importancia como organismo recaudador que ya tiene un sistema salarial especial de incentivos técnicos, pero los defensores del proyecto aducen que el mismo prevé un régimen de incentivos “por resultados” y una escala salarial “sobre la base de la complejidad y riesgo del ejercicio de las funciones”.

Contrario a lo que se esperaba, en la vista pública no hubo muchas intervenciones y al parecer los objetores prefirieron mantenerse tras bastidores. Se señala la Cámara de Cuentas y la Suprema Corte. El proyecto recibió apoyo de representantes del movimiento Participación Ciudadana, entidad que lo ha respaldado  con varios estudios y en las consultas previas a su elaboración. También lo apoyaron asociaciones de empleados públicos y la Central Unitaria de Trabajadores, ésta última reclama un salario mínimo de 10 mil pesos para el sector público, el doble del vigente.

Para el nuevo gobierno.  Entre los senadores cobró fuerza un núcleo que promueve el proyecto y que proclama la necesidad de aprobarlo antes que se instale el nuevo gobierno para que tenga aplicación plena sin que nadie pueda alegar irretroactividad, ya que se establecería un salario tope, el del presidente de la República, y los de los presidentes de las cámaras legislativas y la Suprema Corte de Justicia en sus respectivas jurisdicciones. También porque limitaría los gastos de representación al 15 por ciento del salario, el pago de combustibles al 10 por ciento, y suprimiría las tarjetas de crédito, excepto a los titulares de los poderes del Estado y al vicepresidente de la nación.

El influyente senador Charles Mariotti, muy cercano al presidente electo Danilo Medina, dijo públicamente el jueves que la ley debe regir para los nuevos funcionarios a ser designados a partir del 16 de agosto y que esa iniciativa “es clave para una reestructuración más racional y equilibrada del Estado”.  El senador Adriano Sánchez Roa insistió en que más de 60 instituciones reclaman ser excluidas de la ley, y dijo que si les hacen caso, la iniciativa carecería de valor.

Como la legislatura ordinaria concluye el próximo jueves, varios legisladores cuentan con la posibilidad de que el Poder Ejecutivo convoque una extraordinaria para conocer varios proyectos pendientes, lo que permitiría aprobar la ley salarial antes que se instale el nuevo gobierno. La expectativa aumentó con una reunión el viernes de Gustavo Montalvo con el presidente del Senado y secretario general del partido de gobierno, Reynaldo Pared Pérez, y la Comisión senatorial que estudia el proyecto, en la cual se habrían consensuado algunas enmiendas, que serían discutidas este lunes con el Ministro de Administración Pública. Aunque fuera aprobado  por el Senado antes del jueves, no habría tiempo para que ocurra lo mismo en la Cámara de Diputados, donde tendría que volver el proyecto por los cambios que se le introducirán.

El tope de 400 mil pesos.  El proyecto de ley salarial no establece montos específicos pero en su artículo 11 faculta al Ministerio de Administración Pública “para que someta anualmente a la Dirección General de Presupuesto las escalas salariales correspondientes a los distintos cargos que conforman la administración pública”.

Pedro Germosén recogió en su crónica del jueves en HOY que en el Senado se contempla un salario tope de 400 mil pesos mensuales para el presidente de la República, al parecer derivado de una consultoría del ministerio, lo que a la tasa actual de 39.10 pesos por dólar equivaldría a 10 mil 230 dólares. El salario del presidente dominicano sería superior en 1,957 dólares al promedio de lo que reciben los mandatarios de América Latina que es de 8 mil 273 mensuales, y en 2 mil 130 dólares el promedio de 8,100 dólares de los de Centroamérica.

De acuerdo con un informe de este mismo mes de julio del consultor Enrique París, del Ministerio de la Administración Pública, los presidentes de 15 de los 20 países latinoamericanos tienen sueldos inferiores a los 10 mil dólares mensuales y los otros 5 hasta 18 mil 657 dólares que recibe el de Guatemala, uno de los más pobres del continente. El menor es el de Bolivia con 1,900 dólares, seguido por Haití con 2,000 y Nicaragua con 3,200 dólares. El dominicano en cuarto lugar con 3,354 dólares, ahora equivalentes a 131,000 pesos.

Entre los cinco mandatarios latinoamericanos  mejor pagados se encuentran los de los países más grandes y ricos, Argentina, México, Brasil y Chile, que oscilan entre 10 mil 793 y 16 mil 165 dólares mensuales.

Con un salario equivalente a 10 mil 230 dólares, el presidente dominicano se situaría entre  los 9 mil 968 que gana el de Colombia, y los 10 mil 793 de la presidenta de Argentina. Entre los criterios para definir el sueldo presidencial el consultor París señala que “el indicador cuantitativo de desarrollo económico y bienestar es el PIB per-cápita ajustado por paridad de poder de compra”, indicando que República Dominicana “se ubica en el promedio de América Latina”. Sugiere que el dominicano “se ubica entre El Salvador y Costa Rica”, en el primero el sueldo presidencial es de  7 mil 746 dólares y en el segundo 12 mil 425.

En la generalidad de los países latinoamericanos los sueldos del presidente fijan tope al resto de la administración pública, aunque en varios hay excepciones como la de los bancos centrales. El informe de París indica que en América Latina se observa una tendencia “a acortar las distancias entre las remuneraciones de los niveles jerárquicos del Poder Ejecutivo”.

El desorden salarial del Estado dominicano quedó documentado en el análisis titulado “Urge la aprobación de la Ley de Salarios” que publicamos en HOY el 17 de junio en base a un estudio de Participación Ciudadana.

  Buscan ayudar a Danilo.

De lo que tratan algunos legisladores es de facilitarle a Danilo Medina la adopción de algunas racionalidades y una política de austeridad que en todos los sectores se considera imprescindible para plantear mayores tributos, concebidos dentro de una “reforma fiscal integral”.

Medina ha adelantado que no hará reducción masiva del número de empleados del Estado, razón por la cual tendría que ejemplificar reduciendo gastos de representación, y abusos con tarjetas de crédito, transparentando el gasto público e imponiendo racionalidad en los salarios de los altos cargos.

Es obvio que el Presidente podría establecer todas esas medidas mediante un decreto previo a la designación de sus altos funcionarios, lo cual no sólo es legítimo, sino que ninguno se atreverá a impugnar. Medina designará una alta proporción de nuevos altos funcionarios, pero también ratificará a muchos de los actuales.

La ley ayudaría sobre todo al partir del principio de una escala salarial por jerarquía, ya que el sueldo actual del presidente de la República, estimado en 130 mil pesos, considerado un eufemismo, tendría que ser sincerado en proporción considerable, lo que Medina no querrá hacer por su propia iniciativa para no aparecer como si se estuviera elevando el salario en momentos en que se reclama austeridad.

El tope presidencial haría caer algunas decenas de salarios desproporcionados, que pasan de 500 mil y llegan hasta 900 mil pesos mensuales, como los de varios superintendentes, directores y administradores, especialmente de organismos autónomos y descentralizados.

Buscan pretextos contra la regulación a sueldos altos

Por Juan Bolívar Díaz

Aunque el senador José María Sosa, presidente de la comisión que estudia el proyecto de ley de salarios públicos  alegó que se pretende reducir los sueldos, lo que en realidad dispone el estatuto es una limitación a los gastos de representación y uso de tarjetas  de crédito y  de combustibles y fija máximos salariales. Se perciben esfuerzos por negar la aprobación a la reglamentación.

La declaración del martes 10 del presidente de la comisión senatorial que estudia el proyecto de Ley General de Salarios para el Sector Público Dominicano confirma la percepción de que se buscan pretextos para evadir una normativa dispuesta en la Constitución promulgada hace dos años y medio.

Los legisladores peledeístas están desperdiciando una oportunidad de empezar a abrir espacio para una reforma fiscal que tendrá que afrontar el nuevo Gobierno y que requerirá algún esfuerzo de racionalidad y austeridad en el sector público y de una real reducción del gasto.

No reduce los salarios.  La declaración del senador José María Sosa Vásquez, presidente de la comisión senatorial que estudia el proyecto de ley de salarios públicos, recogida por HOY el pasado miércoles, confirma la percepción de que se está dando larga a la probación de una normativa fundamental para iniciar una etapa de racionalidad y austeridad en la administración pública.

El senador petromacorisano formuló planteamientos falsos respecto al proyecto, que no son más que pretextos para evadir el desafío, a no ser que todavía no lo conozca después de meses en su poder. Lo más grotesco fue su consideración de que “es difícil el estudio de la pieza porque está prohibido reducir los salarios”, ya que ningún artículo de la misma plantea una reducción salarial.

Lo que sí plantea el proyecto en su artículo 5 es que “Ningún funcionario o servidor público podrá devengar un salario mayor que el establecido para los presidentes de los tres poderes, Así mismo, ningún cargo del Sector Público podrá percibir un salario superior al que perciba el cargo de escalones superiores”. Esto se corresponde con el objetivo básico del proyecto que es “establecer el marco regulador de la política salarial… definir los componentes de las remuneraciones… y establecer el régimen de prohibiciones, incompatibilidades y conflictos de intereses”.

El artículo 12 del proyecto limita el pago de gastos de representación a un máximo del 15 por ciento del salario, especificando que “en ningún caso tienen carácter salarial y por tanto solo podrán destinarse para cubrir actividades relacionadas con el cargo”. También se limita (artículo 16) al 10 por ciento del salario, lo que podrá asignarse a los altos funcionarios para combustible.

Así mismo el proyecto prohíbe a los funcionarios recibir más de una remuneración pública (art. 23) o cualquier tipo de remuneración, incentivo o gasto de representación por formar parte de consejos, juntas o comisiones en virtud de su cargo, aunque deja abierta la posibilidad de recibir dieta por asistencia.

Se prohíbe la asignación y uso de tarjetas de crédito, con la excepción del Presidente y del Vicepresidente de la nación, y de los presidentes de las cámaras legislativas y de la Suprema Corte de Justicia.

 Mandato constitucional.  El proyecto en el Congreso es el fruto de por lo menos dos años de consultas del Ministerio de Administración Pública, que incluyó la contratación de expertos nacionales y extranjeros, seminarios y talleres con participación de instituciones públicas y de la sociedad civil.  Se originó en el mandato del artículo 31 de la Ley Orgánica de ese ministerio, la número 41-08, que le faculta: “diseñará las propuestas de políticas salariales del sector público”.

Desde su designación como Ministro de Administración Pública, el licenciado Ramón Ventura Camejo se empeñó en el diseño del proyecto de ley, que entregó al Poder Ejecutivo, cuyo consultor jurídico lo estudió antes de enviarlo al Congreso Nacional al través de la Cámara de Diputados, que lo aprobó.

Ventura Camejo se alentó cuando la Constitución promulgada en enero del 2010, en sus artículos 140-144 estableció los principios fundamentales que deben regir la administración pública, incluyendo los organismos autónomos y descentralizados y dispuso que “la ley establecerá las modalidades de compensación de las y los funcionarios del Estado, de acuerdo con los criterios de méritos y características de la prestación del servicio”. El ministro Ventura Camejo siempre ha estado consciente de que sectores interesados tratarían de bloquear la aprobación de las regulaciones, por lo que esperó lo que estimó como una coyuntura propicia. No habría otra mejor que la transición a un nuevo Gobierno que –como es normal y universal- designará o ratificará los altos funcionarios. Si la normativa se aprueba antes, nadie podrá aducir reducción de salarios como alega al senador Sosa Vásquez, ni de los ingresos adicionales que se busca regular.

Deberían ayudar a Danilo.  Con la aprobación del proyecto de ley de salarios públicos los legisladores peledeístas, que monopolizan el Senado (31 de 32) podrían ayudar a su nuevo presidente Danilo Medina, quien encontrará unos déficits tan descomunales que lo obligarán a buscar mayores ingresos por la vía impositiva, para lo cual el Gobierno está desafiado a una reducción de gastos y un régimen de austeridad.

La aprobación de la ley de salarios sería un buen comienzo para el Gobierno de Medina, pues le facilitaría algunas reducciones de gastos para comenzar a consensuar una mayor carga tributaria.

Por ejemplo, el proyecto suprime todos los cargos de viceministros que excedan lo establecido en las leyes orgánicas de los ministerios, que son más de 200.

Sectores empresariales, sociales y políticos, así como consultores nacionales y extranjeros han sido unánimes en proclamar como imprescindible una reforma fiscal integral, en la que el Estado cargue con una parte significativa del  costo de los ajustes, después de seis reformas tributarias que en la última década triplicaron el gasto público.

El informe de la comisión internacional que dirigió Jacques Attalí a solicitud del Gobierno saliente planteó 7 iniciativas con 77 propuestas específicas, la primera de las cuales está encaminada a recuperar la confianza en las instituciones,  estableciendo políticas de austeridad y rendición de cuentas, combatiendo la corrupción y reduciendo la malversación de los recursos públicos. Ninguna de sus recomendaciones ha sido puesta en vigencia. El escenario internacional favorece la austeridad y desmiente la imposibilidad de reducir salarios de altos niveles.

El diario El País dio cuenta el viernes de una reducción del 7% en los sueldos del Presidente de España y de los ministros. Aquí se dispuso una reducción de sueldos del 15 por ciento en la ley de austeridad aprobada en diciembre del 2006, la que fue burlada completamente.

El salario del presidente español, Mariano Rajoy, quedó reducido a 72,600 euros anuales, 6,050 por mes, equivalentes a 291,610 pesos, la quinta parte de lo que se paga al embajador dominicano en Madrid, ascendente a 40 mil dólares, un millón 560 mil pesos mensuales.

Los ministros españoles ganarán ahora 5,338 euros mensuales, unos 257,279 pesos. Algunos de sus pares dominicanos ganan mucho más y hay superintendentes que reciben hasta 900 mil pesos de salario, es decir más del triple que el presidente español.

La reducción de salarios de los altos cargos de España forma parte del esfuerzo por justificar grandes recortes y una austeridad  dentro de un paquete de ajustes de 65 mil millones de euros para dos años. La semana anterior el Gobierno de Italia dispuso reducir sus gastos en 26 mil millones de euros para tres años, a razón de 8,666 millones de euros por año, equivalentes a más de 400 mil millones de pesos, casi el presupuesto nacional de este año.

Otros pretextos infundados

  El senador Sosa Vásquez adujo más pretextos para anunciar que la comisión no rendirá su informe al pleno hasta escuchar a todas las entidades afectadas, señalando al Gobernador del Banco Central y a los titulares de la Superintendencia de Seguros, dirección de Impuestos Internos, de Aduanas y hasta a las centrales sindicales.

El Banco Central no tiene nada que argumentar, ya que el artículo 3 del proyecto lo excluye de las regulaciones, al igual que todos “los organismos autónomos y descentralizados de naturaleza financiera”, lo que supone que excluya también al Banco de Reservas, Banco Agrícola y el Banco Nacional de la Vivienda.

También se excluye a “los órganos del ámbito militar y policial”, aunque estos no tienen privilegios salariales, y con el reordenamiento podrían ser beneficiados.

Tampoco se justifican los alegatos de que el proyecto perjudicaría a organismos  que tienen un régimen salarial especial, como la Dirección General de Impuestos Internos, ya que su artículo 11 establece “un régimen de incentivos que será determinado reglamentariamente en base a los principios fundamentales de gestión por resultados… criterios de méritos y características de la prestación del servicio”.

 Más aún cuando el artículo 13 indica que la escala salarial “se determinará sobre la base de la complejidad y riesgo del ejercicio de las funciones”, aunque remite a lo que “determine el Ministerio de  Administración Pública”, y no como hasta ahora que lo deciden los propios interesados.

En cuanto a las casi extinguidas centrales sindicales, nada tienen que buscar allí a no ser respaldar la regulación que se supone beneficie a los empleados estatales de menores ingresos. Por lo menos al evitar que algunos funcionarios ganen hasta 200 veces el salario mínimo del Gobierno central que todavía es de 5 mil pesos.

Impunidad y cinismo en la campaña electoral

Por Juan Bolívar Díaz
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La impúdica exposición de las pruebas del delito de espionaje telefónico de indudable intencionalidad política y con abierto apoyo de las autoridades nacionales, constituye un grave escándalo que sacudiría a cualquier nación siquiera de mediana intensidad democrática y obligaría a inmediatas reparaciones.

Pero como un escándalo sepulta  al anterior, las exposiciones de intercepciones telefónicas han logrado parcialmente el objetivo de desplazar del primer plano la transnacionalización de la corrupción nacional sintetizada en la banca de financiamiento  del senador y secretario de organización del partido oficialista, Félix Bautista.

Las pruebas del delito.  Hace décadas que los dominicanos han aceptado sin rubor la práctica del espionaje telefónico, que se inició en las dictaduras de Trujillo y Balaguer con clara intencionalidad política para luego extenderse a la competencia empresarial y luego a las relaciones íntimas de las personas para chantajearlas. Aparte de los “organismos de seguridad del Estado” han surgido varias prósperas empresas de espionaje y en ocasiones bancos han tenido sus propios “expertos” en la materia, hasta por razones de contraespionaje. De poco han servido los esporádicos escándalos, ya que una de las primeras visitas de los presidentes recién electos es la que se realiza al gran capo del espionaje telefónico que toda la sociedad reconoce.

Empresarios y líderes políticos y sociales de todos los sectores lo señalan por lo bajo, porque prefieren no atraerse sus miradas y escuchas.

Lo que nunca había ocurrido es que se realizaran dos ruedas de prensa de  indudable manufactura política donde se formularan acusaciones sin más fundamento que la grabación de conversaciones privadas que en sí mismas no pasan la más elemental prueba de un juez de instrucción.

La primera de ellas celebrada en el Palacio Nacional el 12 de abril, ante la presencia, entre otros, del procurador general de la República y su par haitiano y del ministro de Relaciones Exteriores dominicano.

Una semana después son cuatro diputados que también entregan copias de la grabación de otra conversación telefónica entre dos dirigentes de su propio partido, pretendiendo que sea aceptada como una prueba de que se trama el asesinato nada menos que del presidente del principal partido de oposición, aunque abiertamente opuesto a su candidato presidencial en clara expresión de la miseria institucional del sistema partidista dominicano.

En ambas “ruedas de prensa” no se permitieron preguntas de los reporteros convocados, obviamente para no tener que explicar el origen de la grabación.

Atropellos de campaña.  Ni la conversación grabada al excoronel Pepe Goico, uno de los encargados de la seguridad del candidato presidencial Hipólito Mejía, con un empresario haitiano, ni la del dirigente político Guido Gómez Mazara con un colega regional, demuestran en sí mismas la existencia de una trama, sino que más bien son expresiones comunes en conversaciones privadas.

No sería igual pronunciadas en la radio o la televisión, o en una tribuna pública. Por eso nadie, ni los ejecutivos judiciales las han tomado en serio en los dos países.

La imputación a Goico de tramar para desestabilizar el Gobierno de Haití contiene mayores dosis de irresponsabilidad por provenir de altas autoridades de los dos países, coaligadas en un interés común de aplacar un escándalo de corrupción que concierne a ambos gobiernos y sobre el cual ninguno muestra el menor interés en aclarar, pero que ha producido sacudimientos en la vecina nación, incluyendo la renuncia de su primer ministro.

La situación es tan delicada que el embajador dominicano en Haití, el reputado sociólogo Rubén Silié, llamó la atención de que se puedan destruir en la campaña electoral los esfuerzos de los últimos años por  mejorar las relaciones bilaterales, y de paso se desligó de la rueda de prensa donde se denunció la supuesta trama, indicando que él allí solo tuvo una “presencia circunstancial”.

Confesar que los “organismos de seguridad del Estado” graban las conversaciones de un encargado de seguridad del principal candidato opositor en medio de una campaña electoral constituye un escándalo político impropio de una democracia.

Eso no se hace pero menos se confiesa en la propia sede del Gobierno en ningún régimen de derechos y en presencia del Procurador General, quien está en el deber de perseguir todo género de delitos. En el caso de los cuatro diputados no se reveló la autoría de la intercepción telefónica, lo que podría implicarlos directamente en la ejecución del delito.

Claro objetivo político.  Ni aquí ni en Haití ha aparecido alguien que le confiera seriedad a la denuncia de trama contra el presidente haitiano, Michel Martelly,  y los medios informativos coinciden en señalarla como un intento por desplazar del debate público la denuncia documentada de que el mandatario recibió financiamiento por más de dos millones y medio de dólares de parte del senador Félix Bautista, hombre de confianza del presidente Leonel Fernández y secretario de organización de su partido.

En vez de una denuncia sin fundamento, ambos gobiernos pudieron liquidar el escándalo presentando los correspondientes certificados bancarios de que las cuentas identificadas por la periodista Nuria Piera no existen o fueron adulteradas. Martelly o Bautista pudieron haber conseguido esa certificación en cuestión de horas, pero han dejado pasar tres semanas sin hacerlo. Un periodista progubernamental implicado en la recepción de dinero de Bautista justificó sus pagos, con lo que avaló la fuente.

Mientras tanto, las denuncias han repercutido en los medios periodísticos no solo de República Dominicana y Haití, sino también de Estados Unidos y Francia, incluyendo a algunos tan influyentes como Le Monde de París y la revista norteamericana Time.

La denuncia del financiamiento a Martelly en su campaña electoral y después de ser electo presidente, tomó mayor dimensión por haber sido precedida del escándalo derivado del otorgamiento en Haití de contratos por unos 385 millones de dólares a empresas de Bautista y relacionados, cuya investigación derivó en la dimisión del primer ministro haitiano Garry Conille.

Los comentarios de prensa dudan que la denuncia de la supuesta trama contra el Presidente haitiano vaya siquiera a ser investigada.

Quedará como la indagatoria del jaqueo, que conllevó aparatosos allanamientos al periodista Guillermo Gómez y su periódico digital El Siglo 21 hace dos meses y 12 días, con tropas militares y helicópteros.

Pero por de pronto ha tendido una cortina de humo sobre la banca de financiamiento político del senador Bautista, cuyas operaciones se han extendido hasta el lejano Perú, donde ayudó a la campaña de Alejandro Toledo con un millón 200 mil dólares.

El Gobierno realizó una infeliz denuncia, pero logró éxito al poner en segundo plano las denuncias de corrupción transnacional que han sacudido la campaña electoral, mientras creaba un ambiente de confusión e intimidación con la esperanza de que Nuria Piera no siga sacando prendas del banco de información que le proporcionaron.

La preocupación no era solo por lo denunciado, sino por lo que aún falta sobre las operaciones nacionales e internacionales del banco de Bautista y sus beneficiarios, ya que ella dijo que lo revelado era apenas el 10 por ciento de lo que había recibido.

Inconstitucional e ilegal

Aunque en el país hace tiempo que la Constitución como las leyes son letra muerta, hay que recordar que la flamante Carta Magna de 2010 en su artículo 44 es abundante en la protección del derecho a la intimidad y que su numeral 3 indica que “Es inviolable el secreto de la comunicación telegráfica, telefónica, cablegráfica, electrónica, telemática o la establecida en otro medio, salvo las autorizaciones otorgadas por juez o autoridad  competente de conformidad con la ley”. El numeral 4 precisa que las informaciones y datos que recaben las autoridades encargadas de prevenir y perseguir el delito “solo podrán ser tratados o comunicados a los registros públicos a partir de que haya intervenido una apertura a juicio de conformidad con la ley”.

En el caso de Goico ni siquiera se le ha interrogado, antes o después de la rueda de prensa, y menos se le ha iniciado un proceso judicial y nadie cree que ocurra porque la intercepción carece de fundamento. Luego se ha dicho que fue autorizada por un juez, sin identificarlo. Pero es que ningún juez puede autorizar la intervención telefónica de un ciudadano, menos de un actor político importante y en medio de una campaña electoral, sin que se lo justifiquen como parte de una investigación bajo previa presunción de delito, al objeto de recabar evidencias, como lo establece la ley 24-97.

Es también ridículo que el Procurador General haya encargado, con posterioridad a la denuncia, a la fiscal del Distrito Nacional indagar una supuesta trama telefónica de carácter transnacional, que rebasa con mucho su jurisdicción, lo que demandaba un encargo especial de su propio departamento, por ejemplo uno de sus mismos ayudantes. La lista e inteligente Yenny Berenice Reynoso no tardó en advertir que ella no actúa por razones políticas.

 

Crece y crece nómina

Por Juan Bolívar Díaz
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La nómina del servicio exterior dominicano es una muestra de por qué el país es líder mundial en malversación de los recursos públicos, con 1,163 funcionarios, de ellos 660 diplomáticos y 503 consulares, muchos de los cuales son auténticas cuotas del clientelismo político y el nepotismo, equivalentes a los de toda América Central.

La nación gasta en el servicio exterior más de cuatro mil millones de pesos anuales, con salarios que a veces superan los de los altos funcionarios de los países donde están acreditados, y compite con Estados Unidos en la representación en las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos.

Líder diplomático y consular.  En términos proporcionales la República Dominicana lidera la representación diplomática y consular en el mundo, compitiendo con las grandes potencias económicas, poblacionales y territoriales, en una contundente expresión del derroche clientelista que sitúa el país como campeón mundial en malversación de los recursos públicos entre 142 naciones evaluadas en el índice de competitividad del Foro Económico Mundial.

Al 30 de noviembre pasado la nómina oficial del servicio exterior dominicano totalizaba 1,163 funcionarios diplomáticos y consulares designados en 54 países y 6 organismos internacionales, además de 113 embajadores adscritos al Ministerio de Relaciones Exteriores, que este año dispone de un presupuesto de 4 mil 937 millones de pesos, 100 millones menos que el año pasado.

Sólo en Estados Unidos el Estado paga 384 funcionarios, lo que según un embajador dominicano supera los acreditados por los seis países de América Central así como los de Brasil, una de las diez mayores economías del mundo, que posee 21 veces la población y 177 veces la extensión territorial de la República Dominicana.

Una considerable proporción de los funcionarios dominicanos en el exterior no reside en los lugares donde están designados, y por lo menos en Estados Unidos y  Colombia muchos no han recibido la acreditación diplomática o consular porque han excedido la proporción correspondiente. En el caso norteamericano se complica la situación porque muchos no califican al ser ciudadanos  estadounidenses o residentes, lo que en los últimos años ha causado tensiones entre las respectivas cancillerías.

Muchos diplomáticos dominicanos pasan la mayor parte del tiempo, y hasta trabajan, en el país. En muchas embajadas y representaciones consulares los designados asisten esporádicamente y en algunos lugares se les ha pedido que no concurran ya que no tienen espacio disponible ni para sentarlos. Es común que embajadores tengan cónyuges, hijos u otros familiares designados como diplomáticos o servidores consulares en el mismo país donde están acreditados.

Representación muy desigual.  La desproporción del cuerpo diplomático y consular dominicano acreditado en el exterior queda de manifiesto cuando se compara con los acreditados en la República Dominicana. De un muestreo de 16 países de los que se estableció el número de sus representantes en Santo Domingo, se alcanzó un total de 84, pero en esos países los dominicanos acreditados ascienden a 442, lo que arroja más de cinco por uno.

En la muestra se incluyen países tan ricos y enormes como Canadá, que tiene 8 funcionarios diplomáticos y consulares aquí, pero los dominicanos allá suman 46 entre la embajada en Ottawa (26) y los consulados de Montreal (16), Toronto (3) y Vancouver.

La desproporción es mayor con Haití, 64 a 6,  diez veces mayor la misión dominicana. España, seis a uno, donde la embajada dominicana cuenta con 30, y los consulados de Madrid 22, Barcelona 16, de Valencia 11, de Sevilla 8, e Islas Canarias 2, para totalizar 89, mientras los diplomáticos y consulares españoles aquí son 15.

Colombia ha rehusado acreditar más personal dominicano. Los designados allá son 30, contra 5 aquí. Las mayores desproporciones están con Jamaica, 14 a 1, con Trinidad Tobago 9 a 1, (cónsul honorífico). Y se dan casos como las islas caribeñas de Aruba, Curazao, Antigua-Barbudas, y Saint Maarten, donde la representación nacional es de 10, 9, 6 y 6 funcionarios consulares contra 0. La mayoría son vicecónsules que cobran hasta 200 dólares para legalizar cualquier documento a los miles de dominicanos y dominicanas trabajadores emigrantes a esos territorios.

Un país tan grande y rico como Argentina tiene en Santo Domingo apenas tres funcionarios: un embajador, un ministro consejero encargado de asuntos consulares y comerciales y un encargado de asuntos administrativos. En la embajada dominicana en Buenos Aires hay 15, un embajador, 4 ministros consejeros, 4 consejeros, cuatro secretarios de primera clase, una agregada cultural y un auxiliar.

Casi 5 mil millones anuales.  En el presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores se consignan para  este año 4,937 millones de pesos, de los cuales 2,899 millones están destinados al servicio diplomático y 1,048 millones de pesos al consular, el resto se consume en las labores administrativas.

Pero los cónsules cobran también por servicios sumas que superan su presupuesto. Han perdido ingresos por la supresión de las facturas consulares, pero siguen cobrando sumas significativas por la certificación de documentos empresariales y personales, renovación y emisión de pasaportes y cartas de ruta y todavía en muchos países por emisión de visas, por las que llegan a cobrar hasta 300 dólares, aunque los sellos oficiales no alcanzan a diez dólares.

Todos los embajadores aparecen en la nómina oficial del ministerio con sueldos de 3 mil dólares al mes, pero esa cifra oculta la realidad de que, por otro lado, reciben asignaciones muy superiores por concepto de gastos de representación, viáticos, para vivienda y oficinas. La mayoría de los embajadores reciben entre 10 y 20 mil dólares mensuales, pero los hay que llegan hasta a 40 mil, como los casos de Washington y  Madrid, que junto a Puerto Príncipe son las únicas tres que tienen residencia y oficina propiedad del Estado dominicano.

Hay casos en que se pagan compensaciones desde el Banco Central, la Oficina de Promoción de Exportaciones, Turismo o la Presidencia de la República. En España, por ejemplo, lo que recibe el embajador supera el sueldo del presidente del gobierno español, que el año pasado fue de 84 mil euros. A la tasa de 1.29 dólar, equivale a 108 mil 360 dólares divididos entre 12 da 9 mil 30 dólares mensuales.

Los ministros consejeros también aparecen con sueldos subestimados de 2 mil dólares mensuales, los cónsules con 2,500 y los vicecónsules oscilan entre 2 mil y mil 500 dólares.

El Ministro de Relaciones Exteriores tiene un salario nominal de 300 mil pesos, los viceministros de 225 mil y 200 mil y los 113 embajadores adscritos a la cancillería reciben entre 59 mil 512 y 50 mil pesos mensuales.-

En las representaciones ante las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y en Estados Unidos es donde la República Dominicana aparece como líder mundial. En la sede central de la ONU, en Nueva York, hay 63 designados y 14 en la de Ginebra, para totalizar 77, de ellos 15 con rango de embajadores, 11 en la americana y cuatro en la europea. En la primera hay 15 ministros consejeros y 24 consejeros.

Los designados ante la OEA son 44, incluyendo 4 con rango de embajadores, 17 ministros consejeros y 16 consejeros. Un exembajador dominicano ante el organismo aseguró que sólo Estados Unidos podría aproximarse a esos números, advirtiendo que muchos de los norteamericanos son acreditados pero trabajan en  organismos estatales. En la embajada en Washington hay 38 designados, entre ellos 4 con rango de ministros consejeros y 17 como consejeros. En total 82 dominicanos están designados en esa capital, aunque algunos ni siquiera residen allí.

Pero en ninguna ciudad hay tantos designados como en Nueva York, donde suman 160, ya que a los 63 ante la ONU hay que sumarle 97 que integran el elenco del consulado dominicano en la gran urbe, de los cuales 35 son vicecónsules y 58 asistentes consulares. Sólo una veintena trabaja en realidad y el resto realiza actividades políticas o personales. Más de la mitad no han sido acreditados por el Departamento de Estado.

Otros consulados mayúsculos son el de Miami, con 54 funcionarios, entre ellos 23 vicecónsules, el de Boston con 31, de los cuales 18 son vicecónsules. En Puerto Rico son 33, con 21 en San Juan y 12 en Mayagüez, de los cuales 25 son vicecónsules.

En Haití el personal diplomático nombrado suma 31, entre ellos 9 ministros consejeros y 13 consejeros. A ellos se suman 33 en 5 consulados para totalizar 64. Además de los 5 cónsules, hay 26 vicecónsules.