2010: Algunas luces y muchas sombras

Por Juan Bolívar Díaz
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El balance del 2010 tiene como principal rasgo positivo para el país un crecimiento económico sobre el 7 por ciento con estabilidad cambiaria y baja inflación, aunque con un alto nivel de endeudamiento y déficit fiscal que obligó a dos renegociaciones del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional firmado en el 2009.

 Retrocesos políticos en unas elecciones manchadas por el clientelismo y el abuso de los recursos del Estado, y precariedades institucionales, con persistentes escándalos de corrupción y narcotráfico que involucraron a las fuerzas de seguridad, conforman el panorama negativo del año.

Lo más positivo.  El crecimiento económico con relativa estabilidad cambiaria y de precios volvió a ser el rasgo más positivo en el año que concluye, a lo que se suma el brillante desempeño del Gobierno y la sociedad dominicana ante la catástrofe telúrica de Haití y la buena gestión que hasta el momento ha limitado la expansión de la epidemia de cólera proveniente de la vecina y desafortunada nación.

 Es relevante que según el Banco Central (BC) el país concluye el 2010 con un crecimiento del producto bruto interno (PIB) del 7.8 por ciento, entre los cinco de mayor crecimiento en América Latina, marcando una recuperación en relación al 3.5 y el 5.3 por ciento registrados en los dos años anteriores.

 La tasa de cambio se movió ligeramente y la inflación concluye en 6 por ciento, con incremento de las exportaciones nacionales sobre el 52 por ciento, al pasar de 1,685 a 2,570 millones de dólares en relación al 2009.  Empero, las importaciones nacionales crecieron 2,435 millones de dólares (24.5 por ciento), casi similar al monto de las exportaciones.

Con un total importado por 14,738 millones de dólares, el déficit comercial se elevó a 9,808 millones de dólares, que siguió siendo saldado en gran parte por los ingresos del turismo, las remesas y la inversión extranjera, renglones todos que alcanzaron pequeños incrementos. Con todo el saldo negativo de la cuenta corriente de la balanza de pagos pasará de 4 mil millones de dólares, lo que vuelve a dejar interrogantes sobre la sostenibilidad de la economía nacional.

Retrocesos políticos.  En el ámbito político se registraron retrocesos y agravamientos de la crisis en la democracia interna de los partidos, recogidos ampliamente en el balance de fin de año del movimiento cívico Participación Ciudadana, incluyendo la reunificación de las elecciones en un mismo año instituida en la nueva Constitución y la supresión del voto preferencial en la elección de los diputados, con el beneplácito del liderazgo de los partidos.

Ambas decisiones en detrimento del derecho ciudadano a elegir y tendentes a fortalecer el presidencialismo y el poder de las cúpulas partidistas.

 Las elecciones congresuales y municipales quedaron manchadas por retrocesos desde la elección y registro de candidatos, pasando por la campaña electoral y hasta la votación y el procesamiento de los resultados.

La mayoría de las candidaturas fueron impuestas en detrimento de las convenciones y las elecciones primarias que se habían fortalecido en los comicios similares del 2002 y 2006.

 Decenas de candidaturas de los principales partidos tuvieron que ser enmendadas por la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral.

 La campaña electoral estuvo marcada por el transfuguismo, el clientelismo y el abuso de los recursos del Estado, con el presidente y todo el Gobierno empeñado en monopolizar el Senado, lo que finalmente logró no sin antes doblegar el arbitraje electoral que fue impotente para enmendar irregularidades puestas en evidencia que cambiaron el resultado por lo menos en la provincia de Pedernales.

  Posteriormente los integrantes del Comité Central del partido de Gobierno decidieron  auto-prolongarse por cinco años el período para el cual habían sido electos, mientras el principal partido de la oposición se desgastaba en evidentes debilidades institucionales y democráticas para iniciar el proceso de elección de su candidato presidencial para el 2012. Tan pronto concluyó la elección de mayo se inició el activismo para las presidenciales, evidenciando el alto costo de la política dominicana.

El continuismo endémico.  En el orden institucional hubo manifiestas debilidades, pese a la proclamación en enero de una nueva Constitución, que de inmediato empezó a ser “interpretada” para ignorar mandatos en la elección de la JCE antes de reformular su ley orgánica y establecer el Tribunal Electoral y en el mandato que dio rango constitucional a la ley que instituye el 4% del PIB para educación.

 En la elección de los integrantes de la JCE y la Cámara de Cuentas volvió a predominar el interés partidario en desmedro de la independencia y la eficiencia, con la agravante de que se burló a cientos de ciudadanos que se sometieron a evaluación para al final no ser tomados en cuenta.

 Pero la mayor debilidad institucional quedó de manifiesto en el movimiento que procura la repostulación del presidente de la República a pesar de que su propia y flamante Constitución lo prohibió tras un pacto político que él mismo protagonizó. Altos funcionarios del Estado desarrollan una costosa y ruidosa campaña generando incertidumbres y reviviendo el endémico continuismo que ha pesado sobre la institucionalidad democrática desde la fundación de la nación.

 Imposibilitado de realizar una nueva reforma fiscal, el Gobierno mostró disposición a violar el Estado de derecho para aumentar sus ingresos, violando la Ley de Promoción Industrial, aunque posteriormente quiso legalizar su decisión pactando con los empresarios “un acuerdo voluntario” por un año.

 Pero donde fueron más evidentes las precariedades institucionales fue en el alarmante involucramiento de las fuerzas de seguridad del Estado en actos delincuenciales de todo género, desde el narcotráfico al sicariato y la integración de bandas de asaltantes.

Entre los grandes escándalos estuvo el apresamiento en España de Arturo del Tiempo, tras el envío de miles de kilos de cocaína desde República Dominicana. Su torre Atiemar salpicó al Gobierno.

Mientras la Policía daba muerte hasta el 10 de diciembre a 478 delincuentes y supuestos delincuentes, en gran proporción verdaderas ejecuciones, según el Informe del 2010 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sin que el cambio de su jefatura implicara una modificación de lo que ya es una política de Estado,  que para nada ha impedido que siga creciendo la inseguridad ciudadana.

 Semana tras semana se sucedieron las denuncias de corrupción en múltiples casos documentadas por los programas de investigación periodística, por lo que el Gobierno se vio precisado a pedir a los organismos internacionales que elaboraran un programa de lucha contra la corrupción.

 Tal vez el elemento más positivo del año fue el movimiento que encarnó la Coalición por una Educación Digna, que involucró a una alta proporción de la sociedad, incluyendo a las capas medias y medio-altas en la demanda de cumplimiento de la Ley 66-97 que instituye el 4 por ciento del PIB para la educación, ahora con rango constitucional, en virtud del numeral 10 del artículo 63 de la nueva Constitución.

 El hecho de que el Gobierno haya ignorado la demanda no le resta dimensión al movimiento que podría significar una reactivación de la sociedad civil en la lucha por el respeto a la institucionalidad democrática y la atención a las prioridades nacionales.

Grave endeudamiento

 Resulta evidente que la estabilidad macroeconómica se logró este año con un alto endeudamiento presupuestado para 116 mil millones de pesos, unos 3 mil 100 millones de dólares, elevando sobre 43 por ciento de los ingresos fiscales el peso de la redención de la deuda pública, el 36% del PIB, según el Banco Central.

Al final el endeudamiento podría superar lo presupuestado para el año, pues el Gobierno colocó bonos soberanos por 750 millones de dólares, 250 millones más de lo programado.

 Lo peor del desempeño económico es un fuerte déficit fiscal por tercer año consecutivo que según el Banco Central fue de 2.3 por ciento del PIB en el Gobierno central y 3.8 por ciento en todo el sector público, equivalentes a unos 46 mil millones y  76 mil millones de dólares respectivamente.

Economistas independientes y de la oposición lo estiman en mínimo de 56 mil millones, adicionando deudas ocultas del Gobierno central con suplidores, constructores de obras y entidades descentralizadas.

 El desequilibrio fiscal fue tan serio en la primera mitad del año, impulsado por el derroche en la campaña para las elecciones de mayo, que obligó a dos renegociaciones del acuerdo pactado con el Fondo Monetario Internacional en noviembre del 2009.

El Gobierno no pasó la primera revisión del acuerdo, por lo que en marzo tuvo que presentar una nueva carta de intención, lo que se repitió en octubre.

 En el primer semestre el Gobierno agotó el 95 por ciento del endeudamiento interno programado para todo el año, viéndose obligado luego a paralizar obras y reducir gastos, pese a lo cual en el último trimestre el ministro de hacienda dijo que apenas tenían dinero para salarios y gastos fijos.

 

 

Se advierte un eclipse de las ilusiones

Por Juan Bolívar Díaz

Importantes sectores de la sociedad dominicana, en especial de las clases medias, atraviesan por lo que se podría diagnosticar como grave desilusión de la política causada por las decepciones que provoca la gestión gubernamental de un partido y un presidente que se proyectaban como negación de las degeneraciones tradicionales.

En las tertulias se advierte un crecimiento de la insatisfacción pero también la convicción de que los demás partidos y líderes no representan una real alternativa sin que se advierta el liderazgo renovador que se esperaba con la desaparición de los tres que dominaron las últimas cuatro décadas del siglo pasado.

Percepción de corrupción.  En la medida en que corre el segundo período gubernamental consecutivo del presidente Leonel Fernández crece la percepción de que la corrupción se ha generalizado, ya a través de la apropiación individual de los bienes públicos, por la malversación, o mediante la distribución del patrimonio nacional en aras del afianzamiento y hasta desbordamiento del clientelismo.

Es difícil que transcurra una semana sin que no salte a la luz pública algún uso escandaloso de los fondos públicos, y aunque el Gobierno lo considera como falsa percepción, las encuestas vienen registrando hasta un 80 por ciento de la población que da por cierta una mayor corrupción.

Llama la atención que ya las denuncias de irregularidades, aprovechamiento del poder o repartición de lo estatal no perdonan ni a figuras que antes eran señaladas como paradigmas de los planteamientos boschistas de nítido y transparente manejo del Estado. Son los casos recientes del ministro de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez y del superintendente de Seguros Euclides Gutiérrez Félix. Con el agravante de que ahora guardan silencio y se niegan a responder cuestionamientos, convencidos de que ninguna sanción ni reprobación les alcanzará.

En ese sentido muchos de los funcionarios cuestionados en los últimos tiempos siguen el patrón de comportamiento impuesto por el propio presidente Fernández, quien evade sistemáticamente responder preguntas de los periodistas o referirse a los reclamos de la sociedad, como ha ocurrido, por ejemplo, con el que reivindica el mandato legal, ahora con rango constitucional, en virtud del inciso 10 del artículo 63 de la nueva carta magna, que dispone privilegiar la inversión en educación.

El creciente involucramiento de los órganos de seguridad del Estado en escándalos del narcotráfico, el sicariato y otras graves expresiones de la criminalidad han contribuido a la percepción generalizada de corrupción y degeneración.

Vuelve y vuelve.  En los círculos más críticos de las clases medias, incluyendo a profesionales y empresarios, la decepción abarca al propio presidente Fernández, por haber escogido el viejo camino del caudillismo continuista en aras del cual ha adoptado como prioridad la política trujillo-balaguerista de la siembra de varilla y cemento.

A pesar de que el Presupuesto Nacional ha pasado de 120 mil millones de pesos a casi 400 mil millones en los seis años de consecutiva gestión leonelista, con crecimiento económico promedio del 7 por ciento, la inversión en educación se mantiene a la mitad del mandato de la ley.

La decepción es mayor por cuanto el presidente sostiene un discurso modernista que proclama la era del conocimiento y la educación como fundamento del desarrollo, cuando él mismo podría ser un ejemplo de las potencialidades que desata la alta formación de los recursos humanos.

Tras diez años de gobierno de Fernández, con un período de interregno, tampoco obtiene mejores notas en la solución de problemas como la energía eléctrica, el combate a la corrupción y el narcotráfico, la seguridad ciudadana, la inmigración haitiana incontrolada y los niveles de pobreza que se mantienen sobre el 48 por ciento, como acaba de certificar el último informe sobre desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Para la generalidad de los analistas políticos nacionales Leonel Fernández llegó al poder con todas las credenciales personales para superar el legado histórico caudillista clientelista  e imponer un estilo de gobierno más acorde con la modernidad, pero sobre todo en los últimos seis años se ha dedicado en cuerpo y alma a cultivar los  valores balagueristas como modelo de perpetuación política, cifrado especialmente en un asistencialismo que beneficia a casi millón y medio de personas. Para estabilizar, no para reducir la pobreza.

Sin alternativa a la vista.  Sin haber podido traducir al bienestar colectivo la estabilidad y el crecimiento económico que son sus mayores logros, el gobierno parece sufrir el desgaste del tiempo, sobreviviendo en base a un desproporcionado endeudamiento mientras los sectores productivos siguen perdiendo terreno en la  competitividad, lo que incuba inconformidad.

Pero las insatisfacciones no parecen traducirse en el fortalecimiento de una opción alternativa porque muchos de los críticos no la encuentran en los otros dos partidos que han dominado el escenario del casi medio siglo que ya dista de la liquidación de la tiranía trujillista, el Partido Reformista Social Cristiano fraccionado en seis o siete grupos que pugnan por los favores del Gobierno, y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) atrapado en su irrefrenable  lucha grupal que consume gran parte de sus energías y lo distancia de los sectores más críticos de las clases medias y alta.

La esperada emergencia de una nueva y real alternativa política sigue sin hacerse visible, a pesar de que en los últimos años emergieron grupos políticos en torno a personalidades como Hatuey de Camps, Eduardo Estrella y Guillermo Moreno, tras negar prácticas políticas de los partidos tradicionales.

Contrario a lo que ha ocurrido en América del Sur, donde han emergido o se afianzaron opciones de izquierda para acceder al gobierno, en la última década, aquí la evolución parece ser a posiciones más conservadoras, dejando atrás grupos contestatarios que casi desaparecen en alianzas primero con el PRD y ahora con el PLD.

El PRD sigue apareciendo como la más probable alternativa para los comicios presidenciales dentro de 18 meses, pero hay quienes creen que la enconada y aparentemente apretada lucha por la candidatura presidencial lo conducirlo sino a una división, por lo menos a enfrentamientos desgarradores generadores de rechazos y desconfianza.

Los perredeístas no han podido siquiera insistir en la aprobación del proyecto de ley de partidos políticos, pactado con el presidente Fernández para aprobarle su proyecto de Constitución, que reduciría el abuso de los recursos estatales en la próxima elección presidencial, los que ya viciaron los dos últimos comicios nacionales.

Más bien los grupos se disputan el favor gubernamental para alcanzar migajas en la repartición de los cargos que para nada cambiarán el dominio peledeísta en organismos como la Junta Central Electoral o la Cámara de Cuentas.

Siembra de frustraciones

Los problemas nacionales insolubles, el pragmatismo político de los partidos dominantes, con rangos de retroceso en el proceso democrático, las luchas políticas sin diferencias programáticas, las sistemáticas burlas de los consensos, la corrupción de la política y los políticos, y las debilidades institucionales conforman una carga que empuja a la indiferencia y la frustración de la ciudadanía.

La queja es profunda pero cargada de amargura en muchos ámbitos sociales, incluyendo las tertulias de grupos organizados de profesionales y empresarios, que no traducen su inconformidad a acciones concretas, porque no logran incubar ilusiones de alternativas. Los opositores se diferencian poco de los gobernantes.

En la sociedad dominicana parecen agotadas las energías renovadoras que impulsaron cambios institucionales y mejoramiento del proceso democrático en la década de los noventa. Algunos analistas lo explican en que durante gran parte del último medio siglo siempre hubo opciones alternativas que despertaban ilusiones en los segmentos sociales más críticos, ya fuera Juan Bosch o José Francisco Peña Gómez.

En la medida en que esos líderes se fueron agotando o desaparecían se creía que emergería un nuevo liderazgo renovador. Pero en vez de ello el pragmatismo y la corrupción parecen barrer con los valores de la política hasta provocar que ahora muchos añoren el viejo liderazgo pro positivo y motivador.

Y no faltan quienes consideran que el nuevo liderazgo político nacional es responsable de cierta reivindicación del caudillo Joaquín Balaguer, a quien declararon “Padre de la democracia”, y lo han convertido en una especie de carmelita descalzo por los niveles del boato, la malversación y la corrupción que se exhibe impunemente.

 

Un nuevo desafío anti-corrupción

Por Juan Bolívar Díaz

Al pasar balance esta semana en San Salvador al cumplimiento de  la Declaración de Guatemala para una Región Libre de Corrupción adoptada hace cuatro años quedó evidente que el gobierno dominicano no ha cumplido los compromisos que contrajo junto a los países de América Central y Panamá.

La voluntad de lucha contra la corrupción tendrá un nuevo desafío este mes cuando se adopten unas treinta iniciativas específicas para combatir ese flagelo pactadas con representantes de organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil dominicana en diez mesas de trabajo tras varios meses de trabajo.

Las iniciativas APAC.  La voluntad del gobierno para combatir la creciente  corrupción administrativa tendrá un nuevo desafío a partir del 20 de octubre cuando se oficialicen las propuestas consensuadas con representantes de los organismos internacionales y de la sociedad civil, en lo que se ha denominado como Iniciativa Participativa Anticorrupción (IPAC).

El proyecto comenzó en julio del 2009 cuando el presidente Leonel Fernández invitó a representantes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y del Banco Mundial a participar en una reunión en el Palacio Nacional donde se abordaría el problema de la corrupción. Hubo otras dos reuniones en septiembre y diciembre.

En el último encuentro el presidente Fernández pidió a los organismos internacionales que ayudaran al gobierno a establecer un programa para combatir la  corrupción, lo que fue aceptado, aún cuando algunos lo veían como un recurso del gobierno para ganar tiempo, puesto que ya el país tiene numerosas normativas legales que de ser respetadas aumentarían la transparencia y reducirían el margen para malversar recursos.

Las organizaciones sociales fueron invitadas a participar de la concertación, lo que algunas recibieron con poco entusiasmo, por la convicción de que “no  faltan normativas,  sino voluntad política”. Participaron el Consejo Nacional de la Empresa Pública, la Cámara de Comercio y Producción de Santiago, la Fundación Institucionalidad y Justicia, el Consejo Dominicano de la Unidad Evangélica y, con limitado entusiasmo, Participación Ciudadana.

El PNUD no participó del proyecto, pero sí lo hicieron una docena de instituciones internacionales, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Unión Europea, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo, la Organización de Estados Americanos, Unicef, Organización Panamericana de la Salud, la Cooperación Española  y representantes diplomáticos de los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y España.

Por el gobierno dominicano participan los ministerios de la Presidencia y de Economía, la Procuraduría y la Contraloría General, el Departamento de Prevención de la Corrupción, la Cámara de Cuentas, y la Comisión Nacional de Etica. Los ministros César Pina Toribio y Temístocles Montás, y el doctor Vincho Castillo han sido parte del comité organizador.

Las recomendaciones.  Durante varios meses los delegados ponderaron propuestas específicas en diez mesas de trabajo referentes a sistemas transversales, compras y contrataciones, servicio civil, gestión financiera, normativas de transparencia y acceso ciudadano a la información. Aprobaron 33 acciones específicas que pueden resumirse en 26, las que serán proclamadas en una sesión conjunta convocada para el próximo 20 de octubre en curso. Se pueden hallar en la página web de la representación nacional del Banco Mundial.

Aunque la gran mayoría de las propuestas giran en torno al cumplimiento de leyes, reglamentos y decretos vigentes, hay algunas que son innovadoras, como la que dispone la implementación de una “Cuenta Única del Tesoro”, a través de la cual tendrían que hacerse todos los pagos de las instituciones del Estado. Se estimó que hasta ahora hay unas 6 mil cuentas y que muchas entidades estatales tienen varias, lo que permite diluir los controles.

Otra recomendación es la “publicación inmediata” de toda la información sobre la ejecución presupuestaria del gobierno a través de la página en Internet de la Dirección General de Presupuesto. Se propone la creación de un “Sistema de Monitoreo” que permita apoyar la gestión y seguimiento de los contratos de obras del Estado, y  la creación de un “Órgano Rector” de la Ley sobre Libre Acceso a la Información Pública.

Numerosas resoluciones se refieren al cumplimiento de la Ley 340-06 sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones”, a la Ley 41-08 de la Función Pública, a la Ley 200-04 sobre Libre Acceso a la Información Pública y su Reglamento 130-05 y al Decreto 211-10 sobre el Sistema de Control de Evaluaciones.

Una resolución dispone “unificar la compra de medicamentos de las instituciones estatales” a través de PROMESE-CAL, ponderando los beneficios que ha acumulado esta entidad, aunque no cita el Decreto 991-00 del presidente Hipólito Mejía que lo dispuso hace diez años, y que ni su gobierno ni el actual han cumplido.

Esta semana Roby Senderowitsch, representante en el país del  Banco Mundial, habló dos veces sobre el tema, ayer en HOY, y el miércoles en Uno más Uno de Teleantillas, donde sostuvo que todo dependerá de la voluntad del gobierno y que incluso los organismos internacionales disponen de los recursos económicos que pueda demandar la implementación de las IPAC.

Inacción gubernamental.  La malversación de los recursos públicos es el gran baldón del gobierno del presidente Fernández, tanto en las evaluaciones nacionales como internacionales. Las denuncias se suceden semana tras semana y las últimas encuestas Gallup-HOY han mostrado una abrumadora percepción de que la corrupción crece a niveles alarmantes. En la última, publicada a principios de julio pasado, el 86 por ciento de los encuestados señaló que hay corrupción en el gobierno, un 60 por ciento la estimó mayor que antes  y un 26 por ciento igual, mientras sólo un 13 por ciento consideraba que ha disminuido.

En las evaluaciones internacionales la República Dominicana queda en los últimos escalones en materia de transparencia y corrupción. En el Reporte de Competitividad del Foro Económico Mundial 2010-11, ocupa la peor posición, entre 139 países evaluados, en favoritismo en las decisiones gubernamentales; la penúltima en despilfarro del gasto público; y la 136 en desvío de fondos. Lo peor es la sensación de impunidad y la convicción de que los políticos utilizan la corrupción como una herramienta de enriquecimiento personal, para ganar adeptos y  mantenerse en el poder.

Las denuncias de corrupción se refieren a violaciones de las normativas vigentes,  sobrevaluación de obras y de todo género de adquisiciones, a menudo a favor de familiares y relacionados, pago de nominillas a militantes políticos y familiares, conflictos de intereses entre funcionarios públicos y empresas o servicios propios y de relacionados, y recepción de comisiones por trámites diversos.

El mayor escándalo de corrupción registrado en el país es la venta internacional de pagarés por 130 millones de dólares, a través de la empresa Sun Land, a partir del 2005, sin la correspondiente aprobación del Congreso, para financiar obras que nunca se ejecutaron, sin que se haya aclarado el destino de esa suma ni cómo se cubrió la deuda contraída.

Declaración de Guatemala

El martes y miércoles pasado sesionó en San Salvador el “Primer Foro de América Central y República Dominicana Sobre Transparencia”, convocado con auspicio de Transparencia Internacional, para dar seguimiento a la “Declaración de Guatemala por una Región Libre de corrupción”, firmada el 16 de noviembre del 2006 por los presidentes y jefes de gobierno de los cinco países centroamericanos y Panamá. Aunque fue invitado, el presidente Fernández no asistió, pero su gobierno se comprometió con la firma del embajador adscrito a la cancillería Luis Manuel Piantini.

Todos los compromisarios de la Declaración de Guatemala llevaron informes sobre las ejecuciones del cuatrienio transcurrido, pero no así los  representantes dominicanos. Allí estuvieron Hotoniel Bonilla del DPCA, Pablo del Rosario, vicepresidente de la Cámara de Cuentas, y Miguel Suazo, de la Comisión Nacional de  Ética. También asistieron la periodista Alicia Ortega, especialmente invitada, la Alianza Dominicana contra la Corrupción y el movimiento cívico Participación Ciudadana, enlace en el país de Transparencia Internacional, cuyos delegados, Miriam Díaz Santana y José Ceballos, sí presentaron un informe relevando el incumplimiento de los objetivos de la Declaración por parte del gobierno dominicano.

El informe de PC sostuvo que el gobierno dominicano ha ignorado por completo los  compromisos contraídos en Guatemala que no han pasado de “un acto protocolar”. Un  documento de más de 40 páginas analiza los niveles de cumplimiento de las normativas anticorrupción del Estado Dominicano, citando diversas evaluaciones, para concluir en que en su mayor parte no se cumplen o solo se observan a medias.

 

La vigilia de la Sociedad Civil

Por Juan Bolívar Díaz
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Aunque con la ausencia de las grandes organizaciones empresariales y de las universidades, ochenta entidades de los más diversos sectores se han declarado en vigilia ante la inminencia de la reorganización del Poder Judicial y la puesta en vigencia de nuevos órganos institucionales.

Tras el proceso electoral piden la reactivación de las organizaciones sociales en reclamo de los cambios que urgen al país, incluidas  reformas políticas, control de la gestión pública, con mayor calidad del gasto, transparencia, freno al deterioro moral y lucha contra la  corrupción.

Piden movilización.  En un comunicado, ochenta entidades de los más diversos ámbitos sociales proclaman que “las organizaciones sociales necesitan reactivarse, predicar con el ejemplo, no reproducir los males que afectan a los partidos políticos, articularse mejor y emprender acciones conjuntas para lograr los cambios que con urgencia requiere nuestra sociedad”.

Plantean que en ese esfuerzo deben participar también los políticos y funcionarios públicos con verdadera preocupación por resolver los problemas nacionales, todos aquellos que hayan demostrado en la práctica un real compromiso con la institucionalidad democrática y el ejercicio ético de la función pública.

Tras una reflexión colectiva llegaron a la conclusión de que el reciente proceso electoral “ha puesto de manifiesto el notable deterioro partidario, expresado en prácticas antidemocráticas de los partidos en la elección de sus candidatos, enorme inequidad en la competencia proselitista, impunidad ante las violaciones de la Ley Electoral y los bochornosos actos de violencia, clientelismo, transfuguismo, falta de transparencia en el origen y destino de los excesivos fondos utilizados en la campaña, entre otros delitos y transgresiones”.

Los dirigentes sociales confiesan su decepción por el gran número de denuncias de fraudes e irregularidades, no sólo entre los diversos partidos, sino también en el seno de los mismos, aumentando la pérdida de confianza de la ciudadanía. “No es casual que en los principales centros urbanos, donde reside la población menos vulnerable al clientelismo, más de la mitad de los electores no acudiera a las urnas”, plantean.  Preocupados por la profundización del deterioro institucional y la falta de principios éticos en el ejercicio de la política y la administración del Estado, “se comprometen a intensificar la vigilancia sobre los poderes públicos a fin de promover que la política y la conducción del Estado se ejerzan con responsabilidad”.

Reestructuración institucional.   Las ochenta organizaciones exhortan a la ciudadanía y a la prensa nacional  a mantenerse muy vigilantes de los cambios institucionales que se derivan de la nueva Constitución, priorizando la integración del Consejo Nacional de la Magistratura, como organismo responsable de la designación de los jueces de la Suprema Corte de Justicia a ser reestructurada, y de los nuevos órganos judiciales, como el Tribunal Constitucional y el Tribunal Superior Electoral.

Aunque el comunicado no lo dice, en muchos dirigentes sociales subyacen temores de que el control absoluto del Congreso Nacional y del Consejo Nacional de la Magistratura por parte del bloque gobernante genere una subordinación del Poder Judicial al interés político partidista, por lo que plantean que sus integrantes “deben seleccionarse en estricto cumplimiento de los criterios y requisitos establecidos en la Constitución, de manera que haya garantía de que actuarán con independencia e imparcialidad”.

Reclaman particular atención a la instauración del Tribunal Constitucional, “cuyas decisiones son definitivas e irrevocables” y porque “es la entidad que tendrá la responsabilidad de garantizar la supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos fundamentales”.

El comunicado llama la atención sobre la elección del Defensor del Pueblo, que suponen que tendrá lugar tras dársele rango constitucional, después de ocho años de haberse aprobado la ley que lo instituye. Esperan que cuente con independencia y los recursos necesarios para cumplir su objetivo.

Se refieren también a la próxima reestructuración de la Junta Central Electoral y de la Cámara de Cuentas, de la que dicen que “debe mejorar substancialmente su desempeño como órgano superior externo de control fiscal de los recursos públicos, de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado”.

Los grandes ausentes.   La agenda denominada  “Más Movilización Ciudadana para Mejorar la Institucionalidad Democrática” fue objeto de la reflexión y planteamientos de decenas de entidades de todos los ámbitos sociales, incluidos  la Federación de Asociaciones Industriales y  la Asociación de Empresas Industriales de Herrera, pero se echa de menos al Consejo Nacional de la Empresa Privada, la Asociación de Industrias, la Cámara Americana de Comercio y las asociaciones de industriales de Santiago.

También es notable la ausencia de las universidades, con la excepción del Centro de Gobernabilidad y Gerencia Social del Instituto Tecnológico de Santo Domingo. Tampoco aparecen las iglesias evangélicas que, al igual que las entidades cúpulas del empresariado, formaron parte de la Coalición por la Transparencia y la Institucionalidad y del Foro Ciudadano, que en los finales de los noventa y hasta hace pocos años jugaron un papel relevante en la promoción de la institucionalidad democrática.

Mucho se ha especulado en los últimos dos o tres años sobre las razones que tuvo el alto empresariado para reducir su participación en las concertaciones sociales. Algunos la atribuyen a cansancio, otros a temores al poder político, otros a frustraciones de dirigentes y a predominio de los más conservadores.

Entre los sustentadores de la agenda hay múltiples entidades católicas, como la Confederación Dominicana de Religiosos, que congrega las órdenes religiosas, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Santo Domingo, el Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes, y el Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo.

También las Hermanas Carmelitas de la Enseñanza, las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo, la Pastoral de Turismo de la Diócesis de San Pedro de Macorís y Radio Santa María y Radio Marién.

Del Frente sindical sólo firma el comunicado el Consejo de la Unidad Sindical.

El grueso son entidades como Participación Ciudadana, Fundación Justicia y Transparencia, Alianza Dominicana contra la Corrupción y el Comité pro Defensa de los Derechos Barriales.

También  Ciudad Alternativa, Colectiva Mujer y Salud, el Centro de Planificación y Acción Ecuménica y La Lucha.

Aparecen también decenas de organizaciones de productores agrícolas, barriales y entidades de base, incluidas juntas de vecinos.

Reformas políticas y transparencia

Las organizaciones de la sociedad civil proclaman la urgencia de “adoptar medidas para mejorar el sistema electoral, poner freno al derroche de recursos en actividades partidarias y adecentar el ejercicio de la política”. Plantean la necesidad de aprobar la ley de partidos que se debate desde hace una década, relegada por las ventajas derivadas de la falta de regulación y de la defectuosa aplicación de las disposiciones vigentes. También la ley de participación social para promover un mayor control sobre la gestión pública.

No pasan por alto los barrilitos y cofrecitos y las exoneraciones de vehículos en beneficio de los senadores y diputados, sosteniendo que “mientras los legisladores continúen apropiándose de recursos de manera ilegítima, el Congreso carecerá de autoridad para cumplir su rol de fiscalización del uso de los recursos del Presupuesto Nacional por parte de las demás instancias del Estado. Tampoco tendrá autoridad moral para aprobar nuevas cargas tributarias a la población o gravar bienes y servicios actualmente exentos”.   Tras pedir una mayor vigilancia ciudadana sobre el desempeño de los legisladores como de las autoridades municipales, exigen políticas y acciones destinadas a garantizar calidad y transparencia del gasto público y a convertir el presupuesto nacional en herramienta de desarrollo, con equidad y atención a las prioridades. También reclaman movilización para que no se difiera más el cumplimiento de la ley que hace 13 años establece un mínimo del 4 por ciento del producto bruto interno para la educación.

Así mismo llaman a combatir la corrupción y la impunidad, proclamando que “es urgente frenar el deterioro moral e institucional de las estructuras políticas y de los organismos del Estado”, ya que ambas estructuras exhiben una retroalimentación perversa, porque “la falta de democracia, las trampas, la corrupción y la ausencia de ética en los partidos, son conductas que la dirigencia de éstos llevan a las instituciones públicas y con los recursos materiales e institucionales del poder político impulsan el clientelismo, el favoritismo y las prácticas corruptas, como forma de fortalecer las estructuras partidarias”.

 

Se teme resultado electoral aplastante

Por Juan Bolívar Díaz
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Entre analistas y observadores políticos predomina la percepción de que la alianza que encarna el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se encamina a una barrida electoral similar a la que protagonizó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) cuando gobernaba en el 2002 y que repercutió en retroceso democrático.

El abuso de los recursos del Estado y un manifiesto empeño por acaparar todo el poder político por parte de un Gobierno cada vez más indiferente a los reclamos de la sociedad,  sumado a la debilidad de la oposición, generarían un deterioro de la precaria institucionalidad democrática nacional.

¿Cambios previsibles?

En otros escenarios electorales a una semana de la votación se pueden producir  cambios que alteren los vaticinios de las encuestas y los analistas, pero el panorama político dominicano luce estático y lo conservador domina hasta en el otrora combativo PRD, tanto que hay quienes creen que ni un grave escándalo gubernamental invertiría la tendencia. Como el partido blanco ha estado más concentrado en luchas internas que en el escenario nacional, evolucionando hacia posiciones más conservadoras, tratando de disputar los ámbitos del liderazgo del presidente Fernández, ha hecho poca oposición y no ha podido capitalizar los grandes escándalos que han sacudido al Gobierno en los últimos años, como los del narcotráfico y la corrupción. Por ejemplo, la denuncia periodística de corrupción en el Ministerio de Salud Pública del mes pasado ha sido ignorada tanto por el Gobierno como por los líderes perredeístas.

El partido blanco tampoco ha podido documentar suficientemente los excesos gubernamentales en la campaña electoral y la mayoría de las denuncias han salido de los medios informativos.

Por ejemplo, un reportaje de Teleantillas dio cuenta de que la candidata oficialista a alcaldesa de Santo Domingo Norte tiene 20 camiones recolectores de basura y dos repartidores de agua operando a su nombre en las calles, pero sus opositores ni siquiera han averiguado si esos equipos son gubernamentales o de alguna empresa privada y en qué condición son utilizados en la campaña electoral.

La ineficiencia ha acompañado las pocas denuncias efectistas del partido blanco, como las referentes a la participación de casi todos los altos funcionarios del Gobierno en la campaña electoral, pero no ha sido capaz, por ejemplo, de ejecutar una iniciativa jurídica amparándose en el numeral 18 del artículo 173 de la Ley Electoral, que sanciona con multa y hasta 2 años de prisión correccional a “los funcionarios administrativos o judiciales que se mezclaren en los actos electorales, usando de su influencia oficial para las elecciones”.

La ofensiva final

Por otro lado, los oficialistas han apabullado con la propaganda en los medios de comunicación, calles y  carreteras, demostrando que le sobran recursos.

Aunque ya el jueves su jefe de campaña, Francisco Javier García, se atribuyó la victoria en las 31 provincias y el DN, el uso masivo de recursos pareciera indicar que no están seguros. En esta última semana de campaña y hasta la votación del día 16,  las dos coaliciones dominantes desarrollarán su ofensiva final.

La del Gobierno es claro que estará fundada en su abundancia de recursos, con distribución masiva de alimentos, dinero   y bienes diversos en esa inmensa franja poblacional que integra la mitad del electorado, mientras el propio presidente Fernández proseguirá “juramentando” opositores e imponiendo su jerarquía y poder en las poblaciones más pobres, como hizo el pasado jueves en Sabana Grande de Boyá, Bayaguana y Monte Plata.

El PRD ha sido pobre hasta en propaganda, muy por debajo de la peledeísta, como si le faltaran recursos financieros.

Podrían haberlos ahorrado para la ofensiva final, incluso para competir en distribución y en incentivos para las horas antes y durante la votación, práctica que se ha afianzado en los últimos procesos comiciales.

Pero en ese terreno es bien difícil competir con los que usufructúan el poder.

Algunas candidaturas perredeístas pudieran beneficiarse del voto consciente al momento de la decisión. Especialmente la de Milagros Ortiz Bosch para la senaduría del DN, porque ella encarna al mismo tiempo el legado ideológico, popular y de ética política de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

Una derrota de la doctora Ortiz Bosch en el DN, donde en los noventa llegó a obtener más del 60 por ciento de los sufragios, sería demostrativa del descalabro del perredeísmo histórico. Golpearía también a los que buscan reivindicar el predominio de los valores ideológicos y la honorabilidad de por vida en la política.

Peligroso derrotero

En diversos sectores, incluyendo empresariales y sociales, se teme del empeño peledeísta por acaparar todo el poder político, abusando de los recursos del Estado en detrimento de la institucionalidad democrática y convirtiendo la elección legislativa y municipal en un torneo del presidente de la República.

La preocupación es mayor cuando se conoce de un déficit fiscal de 18 mil millones de pesos en el primer trimestre del año, con incremento del gasto del 40 por ciento en contraste con el de los ingresos fiscales de apenas 6 por ciento y con un endeudamiento que está llegando a límites de insostenibilidad, lo que remite a nuevas reformas tributarias en un Gobierno que no conoce de austeridad y que  fundamenta su popularidad en el reparto del patrimonio público y en los subsidios.

Una barrida que acerque a los gobernantes a los dos tercios del Congreso repercutiría en el equilibrio democrático, sobre todo si ello implica el control absoluto del Consejo Nacional de la Magistratura y las posibilidades de imponer el nuevo Tribunal de Garantías Constitucionales y los órganos electorales, con un Presidente que considera que a un mandatario de amplio apoyo no se le debería impedir la continuidad.

Las preocupaciones crecen en la medida en que el presidente Fernández parece superar el modelo balaguerista de gobernar a espaldas de la sociedad, con escasa transparencia, como queda evidente en la construcción de la segunda línea del Metro capitalino y en la venta al Gobierno venezolano de la mitad de las acciones de la Refinería Dominicana de Petróleo.

Ya supera a Balaguer en comportarse como “ciego y sordo”, pues no ofrece ruedas de prensa, con lo que rehúye responder sobre cuestionamientos, inquietudes y hasta graves denuncias, como las de corrupción y narcotráfico que han marchitado la imagen del Gobierno.

Todas esas y otras razones hubiesen desgastado a cualquier gobierno después de diez años en que han persistido los graves problemas energéticos y la escasa inversión en educación, salud y vivienda, pero para ello se precisa de una oposición que ofrezca una alternativa real o que por lo menos cree ilusiones de que la representa, y eso está ausente en las perspectivas actuales de la nación.

¿Todo está consumado?

Aunque ninguna de las encuestadoras acreditadas ha hecho una medición de las preferencias electorales a nivel nacional, cada vez es más generalizada la percepción de que la coalición de 15 partidos que encarna el PLD se encamina a una barrida en los comicios del próximo domingo.

Dos son los factores que determinan ese estado subjetivo de opinión: el despliegue sin precedente de los recursos del Estado en la campaña oficialista y la manifiesta incapacidad del dividido PRD para responder el desafío y crear siquiera una ilusión de alternativa real que catalice las insatisfacciones que genera la actual gestión gubernativa.

Sólo dos de las encuestadoras con tradición de crédito en el país han realizado investigaciones sobre preferencias en el actual proceso electoral, con resultados contradictorios y limitados al Distrito Nacional y las dos mayores provincias. Son los casos de la Penn and Shoen Bertland y el Centro de Investigación Económica del Cibao. Otras que trabajan para los partidos también arrojan resultados muy diversos y de estas han predominado las del oficialismo.

Pero más allá de la fiabilidad de las encuestas, factores subjetivos prevalecientes inclinan la balanza de un solo lado, aun para analistas tan acuciosos como Rosario Espinal y César Pérez, que  dan por hecho una holgada victoria de las candidaturas de la alianza peledeísta.

A ello contribuye la recolección de grupos políticos que el poder le ha permitido al presidente Leonel Fernández ir conformando desde el 2004, hasta constituir la mayor coalición electoral de la historia nacional, que ya en el 2008 sumó una docena. Esta vez tienen la adición del Partido Reformista Social Cristiano, que hace 4 años fue aliado al PRD y obtuvo el 10.96 por ciento del sufragio. Por menos de ese porcentaje se decidió la votación en 20 de las 31 provincias y en el Distrito Nacional. En las presidenciales del 2008 el 8 por ciento aportado por sus aliados le permitió al presidente Fernández reelegirse en primera vuelta con el 53 por ciento del total.

Abuso de recursos;Leonel lo quiere todo

Por Juan Bolívar Díaz
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El gobierno en pleno, incluyendo al presidente y el vicepresidente de la República, se ha lanzado a la campaña electoral arrastrando muchos recursos estatales en beneficio de los candidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), promoviendo la bulla y evadiendo debatir  propuestas.

Recorriendo el país como si fuera candidato parece obvio que el  Presidente Leonel Fernández  pretende el poder absoluto, lo que genera confusión y especulaciones tras sus recientes declaraciones en Colombia sugiriendo que no debe haber límites para la reelección de un presidente con gran apoyo popular.

Que tomen licencia

Jueces electorales han estado preocupados porque los 2 mil 560 funcionarios postulados para los cargos legislativos y municipales tomen licencia acorde con el artículo 69 de la Ley Electoral, pero en justicia y equidad ello debería abarcar a todos los funcionarios públicos responsabilizados de la campaña electoral. El abogado, politólogo y candidato a diputado Pedro Catrain llegó a reclamar que incluya al presidente Fernández. Numerosas instituciones de la sociedad civil se sumaron esta semana a las denuncias sobre abusos del Estado y al reclamo de que los funcionarios tomen licencia.

Lo del uso de los comedores económicos del gobierno en los actos de campaña del PLD escandalizó hasta al presidente de la Junta Central Electoral, quien dijo que “la sensatez impone que eso no vuelva a ocurrir”. Y en lo que respecta al “caravaneo” del Presidente Fernández, un abogado tan diplomático como el doctor Julio César Castaños manifestó que “el Presidente de la República encarna el Poder Ejecutivo y, como tal, lo ideal sería no ver la figura del Presidente de todos los dominicanos asociada a una campaña proselitista en la que él no es candidato”, aunque no tiene impedimento legal.

El vicepresidente Alburquerque y dirigentes del partido de gobierno negaron los cargos, aunque el administrador de los Comedores Económicos del gobierno, Nicolás Calderón, confirmó sin quererlo el uso político de ese programa estatal, cuando sostuvo que los repartos en San José de Ocoa no fueron sólo en ocasión de la caravana del primer mandatario, sino que datan de diciembre, informando que hay 28 cocinas móviles operando en todo el país y que “sólo en Ocoa tenemos dos”.

San José de Ocoa es apenas una de 31 provincias y el Distrito Nacional, y de las cinco de menor población, pero allí se concentra un gran esfuerzo gubernamental porque fue una de las seis que ganó el Partido Revolucionario Dominicano en los anteriores comicios legislativos y municipales del 2006. Lo mismo ocurre en Dajabón, María Trinidad Sánchez, Azua y Espaillat.

Las ventajas del PLD

Todas las encuestas políticas de alguna credibilidad han mantenido al PLD como  partido dominante desde agosto del 2002, lo que fue reafirmado por sus amplios triunfos en las elecciones presidenciales del 2004  y 2008 y en las legislativas y municipales del 2006. Y pese al desgaste del poder, acompañado por graves escándalos de corrupción, narcotráfico, inseguridad y frustraciones económicas y sociales, parece conservar la ventaja para los próximos comicios, sumándole lo que aportan los 13 partidos aliados.

Entre los analistas políticos prevalece la percepción de que la oposición política encarnada en el PRD, por sus incoherencias internas y desaciertos, no ha podido crear una ilusión de cambio, por lo que la coalición electoral tiene amplias posibilidades de salir  adelante en los comicios del mes próximo.

A favor del partido gobernante está el hecho de que en sus casi 6 años de gestión ha multiplicado el gasto en subsidios de todo género, que el año pasado alcanzaron 7 mil 751 millones de pesos. No ha invertido lo mínimo necesario en educación, salubridad, energía eléctrica y agua potable, ni en la promoción efectiva de la productividad y el empleo, pero a la fecha otorga subsidios a un millón 441 mil 888 personas, casi la cuarta parte de 6 millones 116 mil electores.

Tan sólo el programa “Comer es primero” otorga 700 pesos mensuales a 525 mil 511 personas cada mes, 61 mil más que el año pasado. Otras 207 mil 403, que en gran proporción son las mismas, reciben 150 pesos por mes como incentivo a la asistencia escolar, y 74 mil 990 son beneficiarios de un  “suplemento alimenticio” por 400 pesos mensuales. En el programa de subsidio al gas propano ya hay 757 mil 817 hogares y choferes favorecidos cada mes con 228 pesos cada mes.

La concepción clientelista es obvia cuando en los últimos meses, en vez de mejorar los bajísimos sueldos de policías y marinos se les ha adscrito a esos programas de asistencia social, lo que también implica un desorden institucional. Esos “favores” tienen alta rentabilidad política en un país donde miles de personas venden el voto hasta por 500 pesos.

Qué busca el Presidente

Dentro de las perspectivas políticas son muchos los que no entienden qué busca el Presidente Leone Fernández por calles y carreteras del país, juramentando miembros de la oposición, con tan alto despliegue de recursos estatales y bulla en vez de auspiciar una campaña propositiva acorde con la modernidad que dice representar. El PLD ha dispuesto que sus candidatos no participen en los debates que instituciones sociales y medios de comunicación propusieron.

El desbordamiento presidencial es menos justificable si como Fernández proclamó el miércoles 14 en un acto político de su partido, sus encuestas le aseguran  la victoria en 27 de las 32 provincias y empate en tres. Pero dijo que podrían ganarlas todas. En otras palabras, que no quisieran ni representación opositora en los órganos del Estado.

Hasta en el mismo PLD y aliados el activismo presidencial crea confusiones, tantas que en el fin de semana pasado ya se levantaron consignas de reelección presidencial, a pesar de que la flamante Constitución recién promulgada impide al doctor Fernández una repostulación en el 2012, lo que para algunos se resolvería con el referéndum que ahora consagra o con otra reforma constitucional que sería factible con una barrida electoral en el Congreso y contando con la debilidad de la oposición.

Y ya el jueves el aliado político y presidente de la Comisión Nacional de Ética se pronunció a favor de otra reelección en el 2012, sin explicar cómo pasaría el veto constitucional.

El propio Presidente Fernández alentó “esa confusión” cuando en su visita a Colombia del jueves 8, deploró que un presidente como Álvaro Uribe no pudiera optar por un tercer período consecutivo, por preceptos institucionales, argumentando que  ello obligará a “una reflexión sobre la democracia latinoamericana del siglo 21”.

Hay quienes apuestan a nuevos aprestos continuistas si la coalición del PLD aumenta su representación en el Congreso, sobre todo después de la crisis económica de los últimos dos años, bajo el argumento de que sería una insensatez  prescindir del nuevo genio de la política nacional. Y podrían “vencer la resistencia del mandatario”, como ocurrió con Hipólito Mejía, tras la barrida electoral perredeísta del 2002.-

El gobierno en campaña

Desde que fueron registradas las candidaturas para las elecciones congresionales y municipales del mes próximo, el gobierno se lanzó de lleno a la campaña electoral, con gran movilización de los recursos del Estado, persiguiendo una barrida total de la débil oposición que enfrenta, lo que una vez más abochorna la institucionalidad democrática.

Los fines de semana el Presidente Fernández y el vicepresidente Rafael Alburquerque encabezan recorridos por todo el país en caravanas vehiculares arrastrando a gran parte de los altos y medianos funcionarios del gobierno. A mitad de semana, como ocurrió el pasado miércoles, el mandatario encabeza actividades políticas en la capital.

Como es tradición en el país, toda esa movilización se paga con recursos estatales, no solamente en horas laborables de los funcionarios, asistentes, choferes, militares y policías, sino también en el uso de helicópteros, vehículos, combustibles, pago de dietas, hoteles y restaurantes.

Para cada región y provincia se ha responsabilizado de la campaña electoral a  funcionarios del gobierno que a la vez son dirigentes del PLD. Los que más recursos mueven, como el ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa,  y el director de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, Félix Bautista, encabezan una “Comisión Nacional Operativa”. Ya en campañas electorales anteriores estos dos cargos han sido los más efectivos recaudadores, especialmente con los contratistas del Estado. La contribución estatal incluye préstamos de vehículos, choferes, periodistas, fotógrafos, camarógrafos, así como de equipos, materiales de promoción y pago de dietas y publicidad.

El abuso de los recursos públicos incluye  la movilización de las cocinas ambulantes de los comedores económicos para distribuir comida procesada, y los repartos del Plan Social de la Presidencia, incluyendo electrodomésticos, alimentos y dinero en efectivo, para lo cual a veces se utiliza hasta militares y policías.

 

¿El eslabón perdido de Figueroa Agosto?

Por Juan Bolívar Díaz
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La espectacular rueda de prensa ofrecida el lunes 11 por las autoridades policiales fortaleció la hipótesis de que el asesinato del coronel José Amado González tuvo como objetivo fundamental cortar el eslabón que podía  conducir a los peces gordos que posibilitaron la operación de la red de narcotraficantes de José David Figueroa Agosto.

Contrasta la eficiencia con que las autoridades han perseguido a los vinculados en el lavado de dinero mediante la compra de viviendas y automóviles, con el hecho de que no hayan podido capturar ni uno de los que operaban el negocio de recepción y exportación de millonarios cargamentos de cocaína.

Un penoso espectáculo

Muchos de los periodistas que asistieron a la rueda de prensa que ofrecieron las autoridades policiales el lunes 11 para informar sobre las investigaciones del asesinato del coronel José Amado González, acaecido el día de Nochebuena, llegaron a la conclusión de que había sido un penoso espectáculo de distracción con ribetes de encubrimiento. Una docena de más de 40 “directores de medios y líderes de opinión” invitados formuló fuertes cuestionamientos y ni uno solo pareció satisfecho.

Las expectativas que precedieron el encuentro para informar sobre la investigación, se trocaron en frustración. En esencia plantearon que la muerte del coronel González habría sido un crimen pasional dispuesto por el jefe de una banda de narcotraficantes responsable de que en el 2008 llegaran al país 123 aviones cargados de cocaína, uno cada tres días.

El Jefe de la Policía Nacional y el Presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, generales Rafael Guzmán Fermín y Rolando Rosado, invirtieron cuatro horas  para no revelar nada que ya no hubiese sido previamente publicado por los periódicos. Cuando concluyeron ya dos tercios de los invitados se habían marchado.

Al comenzar la presentación el general Rosario advirtió que procuraban que “los persecutores dejen de ser los perseguidos” y proyectó en pantalla gigante una estrofa del Versainograma a Santo Domingo que Pablo Neruda escribió a raíz de la intervención militar norteamericana de 1965: “Y hay tanta iniquidad sin comentario, En la América Hirsuta que nos dieron, Que si hasta los poetas nos callamos, No hablan los otros porque tienen miedo”.

Perfil de “El Camaleón”

Con despliegue de fotos pornográficas y hasta un oscuro vídeo sin rostro presentaron a Figueroa Agosto como un “sicópata y enfermo sexual con tendencia a la pedofilia” que dispuso el asesinato de  un “compadre y amigo”, porque éste lo habría denunciado tras ser enterado que él tuvo relación sexual con su esposa, la que también resultó baleada el pasado 24 de diciembre.

El general Rosado disertó sobre Figueroa Agosto y sus relaciones amorosas, con detalles como los consumos de hasta 300 mil pesos semanales de “las champaneras” (como bautizaron a sus amantes) en la discoteca Jet Set, lo que ninguna autoridad supo o puso atención. Relataron que financió las cirugías estéticas en la “categoría TLC” ( tetas, liposucción y nalgas) de más de 30 mujeres dominicanas. El jefe de la DNCD llegó a validar el concepto de que a veces las mujeres pierden a los hombres.

Presentaron el prontuario delictivo de José David Figueroa Agosto, quien recibió 7 condenas para un total de 209 años de cárcel por diversos actos criminales en su nativo Puerto Rico, donde tuvo una segunda identidad, como Angel Rosa Rivera, alias Junior Cápsula. Se fugó de la cárcel y llegó a la República Dominicana  en 1999, donde obtendría las sucesivas identidades de Felipe Rodríguez de la Rosa, Cristian Almonte Peguero y Ramón Sánchez, razón por la que lo bautizaron como  “El Camaleón”.

Tras hablar de sus actividades delictivas y la forma en que “penetró todos los estamentos de la sociedad dominicana”, una presentación en power point fue graficando las viviendas y automóviles que las autoridades le atribuyen, incluyendo las identidades de lo que han sido acusados como lavadores de activos.

Tocó al general Guzmán Fermín relatar la forma espectacular como Figueroa escapó en una yipeta cuando iba a ser detenido el 3 de septiembre pasado “corriendo a 200 kilómetros por hora” a media tarde en plena avenida 27 de febrero, hasta chocar un vehículo estacionado tras doblar hacia una calle secundaria. El accidente lo obligó a abandonar la yipeta para huir a pies, pero aún así burló la persecución policial, como en las mejores películas de acción.

Notable contraste

Tras dos horas y media de disertación los dos jefes policiales permitieron preguntas, pero se mostraron evasivos sobre los cuestionamientos de los comunicadores y fue sólo después que les preguntaron tres veces si era verdad que el coronel González era sólo un “compadre y amigo”  de Figueroa Agosto, que el general Guzmán Fermín dijo que era algo más, un “protector de actividades ilícitas”, pero sin entrar en detalles ni mucho menos aludir a la red de protección.

En la presentación también fueron exonerados de responsabilidad los dos oficiales policiales que estuvieron dos semanas bajo investigación por la muerte del coronel González. No hubo la menor alusión a la investigación del  exmayor del Ejército responsabilizado de la placa oficial hallada en el vehículo utilizado para asesinar al coronel González, que él había gestionado a nombre de un exjefe de estado mayor de su cuerpo militar. No obstante haber sido expulsado de Estados Unidos por vinculación de drogas el exmayor fue destinado a la Dirección Nacional de Investigaciones, siendo destinado nada menos que al Palacio Nacional.

Llamó la atención que el presidente de la DNCD remitiera al general Rafael Ramírez Ferreiras cuando se le preguntó si el caso Figueroa Agosto era el escándalo mayor de narcotráfico que aquel anunció en junio del 2008 diciendo que estremecería el país, lo que no se llegó a producir antes de su relevo de la presidencia de ese organismo dos meses después. Se creía que había continuidad en sus investigaciones.

Pero lo más notable de la presentación fue cómo los jefes de la PN y la DNCD abundaron tanto sobre las mujeres y los presuntos lavadores de propiedades de Figueroa y presentaron el asesinato del coronel González como fruto de un problema de faldas y en contraste evadieron aludir siquiera a la red que sostuvo un narcotráfico intenso durante años con envíos semanales de drogas hacia Puerto Rico y Estados Unidos.

¿Y los peces gordos?

Desde que se produjo el asesinato del coronel González, en muy diversos sectores se ha sostenido que el mismo habría tenido el objeto de romper un eslabón clave de la cadena de Figuereo Agosto que había quedado a la luz pública, al vinculársele con los negocios y  mujeres del jefe de la banda y se decía que “sabía demasiado”. Se ha cuestionado que no fuera interrogado ni protegido antes de que lo asesinaran.

El asesor en materia de drogas del Poder Ejecutivo y a la vez presidente del Consejo Nacional de Etica, doctor Marino Vinicio Castillo, es de los que ha ido más lejos en el señalamiento de que el escándalo salpica a peces gordos civiles y militares, pidiendo reiteradas veces al presidente Leonel Fernández que limpie su entorno y aplique mano dura.

En una semana Vincho Castillo se refirió tres veces al caso. El Nacional del lunes 11 recoge sus afirmaciones en un programa matutino de televisión, atribuyéndole haber dicho que “en la estructura que creó el prófugo José Figueroa Agosto en el país hay generales y altos oficiales, así como gente del más alto nivel de los servicios de inteligencia del Estado”.

En El Caribe del viernes 15 exhorta al primer mandatario a que “actúe con dureza separando de su lado cualquier colaborador que pudiese estar ligado a los escándalos de corrupción o narcotráfico”. Otro párrafo indica que tras ponderar las bondades del doctor Fernández, Castillo proclamó que tiene que ser inflexible “con las inconductas, maldades, las aberraciones de gente en que ha podido confiar”.

Si esas son expresiones de un alto funcionario, amigo personal, aliado político y hasta inspirador del presidente Fernández, no hay necesidad de citar las múltiples especulaciones que han acaparado la atención en los cenáculos políticos, empresariales y sociales constituyendo uno de los mayores escándalos de los últimos años.

La rueda de prensa de los jefes policiales en vez de generar confianza en las investigaciones del escándalo, impuso frustración y la convicción de que una vez más las investigaciones que involucran autoridades importantes quedarán en la superficie. Por eso días después se difundió por Internet la muñeca “Soberbie”, en alusión a Sobeida Félix, la amante y gran protagonista del entretenimiento en que han convertido la investigación del escándalo, que consiguió una tregua con la tragedia de Haití.-