Urge contener la repartición

Por Juan Bolívar Díaz
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El comunicado con que el titular de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) se defiende de las escandalosas denuncias que le han afectado es una auto incriminación que se pagaría penalmente en cualquier democracia de mediana intensidad y demuestra hasta qué punto está llegando el abuso del patrimonio público en el país.

Hay una sensación de desbordamiento tan grande que demanda una  urgente intervención legislativa y ejecutiva para imponer transparencia en el manejo de los recursos públicos en el gobierno central y las instituciones autónomas del Estado y para limitar las donaciones, repartición de cargos y contratos que alimentan el clientelismo político.

A confesión de parte…    Llamó la atención que en el comunicado publicado en los diarios esta semana a nombre y cargo de la CDEEE, su vicepresidente ejecutivo Radhamés Segura admite parte considerable de las denuncias de la periodista Nuria Piera sobre alegre repartición del patrimonio de esta institución pública, aunque él sostiene que no viola ninguna ley.

Acepta que  la corporación realiza “donaciones a la Iglesia Católica, a las iglesias cristianas evangélicas, a personas enfermas, a clubes y asociaciones deportivas, así como a ONGs de congresistas”. Sobre ello Segura “asume la total responsabilidad”, parapetándose en un reglamento del presidente Hipólito Mejía, garantizando que todas estas acciones son legales y por tanto pueden ser recurridas a los tribunales”…

Las admisiones son más graves por cuanto están acompañadas de un informe que revela un déficit operativo de 699 millones de dólares para este año en el conjunto de las entidades que conforman esa corporación, sin contar el costo del órgano central, que por cierto no se hace explícito.

Todo ello al mismo tiempo que el país está sumido en una nueva tanda de apagones que afectan las actividades productivas, sociales y familiares, con un costo enorme que dificulta la competitividad internacional y cuando la población no acaba de asimilar las dos elevaciones de la tarifa energética recién impuestas.

El ingeniero Segura no refuta que tenga empleados unos 40 familiares, como se denunció, sólo que considera que al no ser “directos” no caerían en los límites legales, llegando a justificarlo en que “esto representa menos de la mitad del uno por ciento (0.39%) del total de empleados”. Tampoco niega los altos estipendios que paga la deficitaria CDEEE, argumentando que “no se corresponden con los sueldos del Gobierno Central, sino con los de las empresas del sector privado, como se establece en la ley General de Electricidad”, lo que estaría por ser comprobado.

De ilegal e ilegítimo

Puede ser que la repartición de donaciones a entidades y personas particulares, el empleo con altos sueldos de decenas de “familiares no directos” y de cientos de relacionados políticos, hasta el punto de haber llevado la nómina de 80  a 400 millones de pesos en cuatro años no sea ilegal, pero cae en la categoría de lo ilegítimo.

Ciertamente la ilegalidad tendría que dictaminarla un tribunal, pero por lo menos hay un principio establecido en el artículo 102 de la Constitución vigente, que después de plantear sanciones para todo el que sustraiga fondos públicos, proclama que “serán igualmente sancionadas las personas que hayan proporcionado ventajas a sus asociados, familiares, allegados, amigos o relacionados”.

Como cualquiera puede comprobar el precepto constitucional no se limita a los familiares directos. Pero es que además esas prácticas contravienen los más elementales principios de la ética y se constituyen en ilegítimas, aunque no estén expresamente penalizadas en un texto específico.

Es obvio que la ausencia de ética se generaliza entre los políticos y funcionarios públicos. La falta de expresa prohibición fue lo mismo que argumentaron en diciembre pasado los titulares de la Cámara de Cuentas para tratar de justificar que decidieran pagarse dos salarios adicionales en Navidad, menos de tres meses después de haber asumido el cargo, lo que fue totalmente ilegítimo y abusivo.

En términos éticos, racionales y de legitimidad y muy difícil explicar que una institución con tan alto déficit, que sólo para el año en curso está estimado en más de 25 mil millones de pesos, esté realizando donaciones por cientos de millones de pesos. Seguro que no aparecerá en el mundo entero una sola empresa o institución privada que con un déficit siquiera parecido esté haciendo donaciones. Tampoco será fácil encontrar una corporación de electricidad pública que se dedique a financiar las actividades de ONGs, sean o no de legisladores, ni la de clubes y de personas enfermas. Para esto último el Estado tiene los organismos correspondientes.

Reparto generalizado

Lo recién denunciado en la CEDEEE ya lo fue antes en el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, cuyo titular mantiene cientos de activistas de su grupo político pagados con recursos de la institución. También se le ha acusado de nepotismo, como en el Programa de Reducción de Apagones, cuyo titular hubo de ser suspendido y luego relevado por el mismo Radhamés Segura, cuando una investigación ratificó denuncias periodísticas.

La Lotería Nacional, la Liga Municipal y otras entidades autónomas y del gobierno  central  también han sido objeto de similares denuncias. La mejor prueba de la generalización del reparto fue nuestra publicación de la “nominilla” de los 42 mil 434 presidentes de los comités de base a quienes se pagaba 143 millones 120 mil pesos mensuales (HOY, 5 de abril del 2008) a través de las secretarías de Agricultura y Obras Públicas, del propio INDRHI, del Instituto Nacional de Aguas Potables, la Corporación del Acueducto de Santo Domingo, la Comisión para el Desarrollo Barrial, el Instituto Agrario Dominicano y la Oficina Supervisora de Obras del Estado.

Posteriormente denunciamos (HOY, 11 de mayo del 2008) la “Nómina pago de inspectores” del Instituto Agrario, que comprendía a 1,209 personas con salarios de entre 15 y 25 mil pesos que totalizaban 18 millones 355 mil pesos al mes. Con los números de cédulas pudimos comprobar que no figuraban como empleados de ese organismo en los registros de la seguridad social, aunque muchos aparecían en otras entidades del Estado. Quienes suministraron la nómina aseguran que correspondía a dirigentes de comités intermedios del partido de gobierno.

Como se ve, se trata de una política oficial de reparto que se extiende más lejos aún. No hay que olvidar que el veterano abogado y dirigente peledeísta Euclides Gutiérrez justificó las nominillas diciendo que él también tenía una en la Superintendencia de Seguros que él dirige. Y el propio presidente Leonel Fernández la justificó en el Palacio Nacional cuando le entregamos una copia de la de los comités de base de su partido, indicando que era una práctica imprescindible para mantener el gobierno.

Todo tiene límites

Las denuncias de las nominillas llegaron hasta la Junta Central Electoral que ordenó suspenderlas en la campaña para las elecciones presidenciales del 2008. Luego se supo que la práctica continuaba con mayor discreción y que muchos de los beneficiarios fueron pasados a las nóminas normales mientras a otros se les dotó de tarjetas electrónicas para evitar la confección de cheques que provocan aglomeraciones y dejan evidencias.

Ya nadie puede precisar cuántas personas cobran mensualmente del Estado sin trabajar, a través de las nominillas y los programas sociales como “Comer es primero”  y el “Bonogás” y de los incentivos escolares y asistencia a ancianos. En el primero hay 450 mil personas cobrando 700 pesos mensuales. En el escolar  237 mil pagos de 150 pesos, 52 mil ancianos con 400 pesos al mes, y el bonogás todavía está en desarrollo, pero se ha dicho que incluirá a 800 mil hogares y choferes.

En los programas oficiales de asistencia social se trata de sumas que apenas palian la extrema pobreza o la indigencia, pero en conjunto suponen este año cerca de 10 mil millones de pesos, mientras el financiamiento de la educación, la salud, los acueductos y la vivienda sigue siendo por debajo de lo necesario para incidir en la reducción de la pobreza.

Pero la peor distribución es la de carácter estrictamente político, el sostenimiento de dirigentes y activistas con los recursos del Estado, que se practica también en los ayuntamientos y que en el caso del Congreso Nacional llega a los extremos del auspicio de barrilitos y cofrecitos para supuestos “programas sociales” de los legisladores, que no es otra cosa que una forma de promoverse políticamente.

La sociedad en general debería levantarse para reclamar límites a la repartición del Estado, aunque se advierte que resultará muy difícil ya que desde el Poder Ejecutivo hasta el Legislativo la utilizan como mecanismo clientelista. Por eso hay quienes sostienen que el mayor reclamo debe dirigirse al presidente de la República Leonel Fernández que con un solo decreto y voluntad política puede poner límites al abuso de los recursos estatales.

 

El 2008: Un año devastador

Por Juan Bolívar Díaz

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La nación pagó un costo elevado por la reelección del presidente Fernández,  tanto en términos institucionales como económicos, y la corrupción, el narcotráfico y la delincuencia sembraron pesimismo

Este año que se despide  marcó un claro retroceso institucional que se anota como costo de la reelección del presidente Leonel Fernández, fundamentada en un reparto sin precedente del patrimonio público y la configuración de un nuevo liderazgo mesiánico que no respeta ni su propio partido.

 El desbordamiento del gasto público durante la campaña electoral generó un déficit que obligó a un recesivo constreñimiento monetario en perjuicio de las actividades productivas, iniciando una ruptura de la estabilidad macroeconómica que había sido el mayor galardón de la gestión gubernativa peledeista.

 Mientras el crecimiento de la corrupción, de la delincuencia, la criminalidad policial y el narcotráfico acentuaron el pesimismo nacional con incremento de las huidas  clandestinas en las que  cientos de personas perdieron la vida en numerosos naufragios.

Deprimente final.  El debilitamiento institucional tuvo amplia expresión en este último mes del año, con el dictamen de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) sobre los pagarés internacionales con la Sunland, la autodistribución del patrimonio público por los nuevos integrantes de la Cámara de Cuentas, los indultos presidenciales a condenados por actos de corrupción y la falta de transparencia denunciada en la remodelación del Palacio de Bellas Artes.

 La mayoría de los jueces de la SCJ capituló ante el Poder Ejecutivo revocando su propia jurisprudencia para negar a cualquier “parte interesada” el derecho a incoar recursos de inconstitucionalidad, motivando una declaración de su presidente que invoca la necesidad de un nuevo liderazgo en esa entidad, mientras los integrantes de la Cámara de Cuentas, a sólo dos meses de su designación, se declararon por encima de la ley y el reglamento interno para justificarse tres sueldos en diciembre. Ambas cuestiones han reducido el crédito de esas dos instituciones fundamentales del Estado.

 El presidente Fernández  pasó por encima de la Comisión de Indultos, provocando la renuncia de casi todos sus integrantes, al indultar a la señora Vivian Lubrano, condenada por el fraude del Banco Intercontinental  y a cuatro de los  condenados por la distribución patrimonial del Plan Renove. En todos los casos ignorando la norma que condiciona los indultos al cumplimiento de la mitad de la pena.

 Como muestra del dispendio y la falta de transparencia y de prioridades en la inversión pública, quedan los reportajes de la periodista Alicia Ortega, quien ha demostrado que la remodelación del Palacio de Bellas Artes costó más de 1,600 millones de pesos y no los 700 millones que se informó en el acto de reinauguración y en la página electrónica de la Presidencia de la República. Haber invertido 784 millones de pesos en un parqueo subterráneo para 600 vehículos es una escandalosa desproporción.

Corrupción y criminalidad.  La percepción de que campea la corrupción generó denuncias hasta de dirigentes del partido oficialista, mientras el senador peledeista por Peravia, Wilton Guerrero, puso en picota la complicidad de oficiales militares y policiales y del ministerio público con el narcotráfico, a raíz de la masacre de Paya. La persistencia del legislador y el escándalo nacional lograron que se avanzara en el desentrañamiento de una red mafiosa que ha involucrado a una decena de oficiales de la Marina de Guerra y la Policía Nacional.

 Pero al mismo tiempo quedaba manifiesta la inutilidad de la Comisión Nacional de Ética y del Departamento de Prevención y lucha contra la Corrupción Administrativa de la Procuraduría General de la República, sobrepasadas no sólo por los indultos de diciembre, sino también porque el ministerio público renunció a la continuación de los procesos judiciales de funcionarios gubernamentales acusados de malversar recursos del Programa Eventual  Mínimo de Empleo (PEME), de los cupones de gas, en los dos anteriores períodos de gobierno, mientras “la pérdida” del expediente dejaba impune un escándalo aduanal de hace 14 años.

 Este año quedó al desnudo la escandalosa proporción de miembros de los cuerpos de seguridad del Estado involucrados en el narcotráfico y otras expresiones de la criminalidad organizada, no obstante que miles de policías, militares y miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas han sido despedidos en los últimos años.

 La inseguridad ciudadana siguió en incremento con la proliferación de crímenes y asaltos de todas las categorías, incluyendo secuestros. Las estadísticas de los homicidios en los primeros tres trimestres del año arrojan un incremento del 20% en relación al mismo período de 2007, pasando la tasa del 20.7 al 25.3 por cada 100 mil habitantes.

 No menos alarmantes han sido los muertos a manos de agentes policiales, que a septiembre sumaban 343, unos 38 por mes,  con un incremento de casi 50% en relación al año anterior, proyectándose para fin del año a 457. En la mayoría de los casos se trata de ejecuciones de delincuentes y presuntos delincuentes tras ser capturados o sorprendidos. Esa política de exterminio es de las peores expresiones del desprecio a los procedimientos institucionales y a los derechos constitucionales.

Desequilibrio fiscal.  El esfuerzo reeleccionista generó un enorme déficit fiscal que obligó al Banco Central a reducir las reservas de divisas en cientos de millones de dólares y a elevar las tasas de interés para mantener la estabilidad macroeconómica con el peso sobrevaluado en perjuicio de los sectores productivos y exportadores.

 Los subsidios a la electricidad y los combustibles, al empleo en zonas francas y a productos alimenticios, lo mismo que los programas de asistencia social alcanzaron niveles sin precedentes, contribuyendo a un déficit fiscal superior al 4% del producto interno bruto, cuya cuantía no se ha precisado debido a un clandestino endeudamiento interno con la banca estatal, productores agropecuarios y medios de comunicación.

 El gasto fiscal que en los primeros seis meses del año se elevó en 32% cuando los ingresos sólo crecieron en 5%, criticado por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, más los altos precios del petróleo y los alimentos importados, contribuyeron al desequilibrio económico. La cuenta corriente de la balanza de pagos cierra el año con un déficit de US$5,000 millones, haciendo depender la estabilidad de la inversión extranjera. En un escenario de grave crisis financiera y recesión internacional, los desequilibrios internos se magnifican y ponen en riesgo la estabilidad macroeconómica y el crecimiento que han sido los galardones más reconocidos de la gestión gubernativa del presidente Fernández.

 Las repercusiones de la crisis internacional en el turismo, zonas francas y remesas originan previsiones de dificultades económicas en el país. Esta semana, la agencia Standard & Poors bajó la calificación a la deuda dominicana reflejando un deterioro de las previsiones económicas para el país, debido a la crisis internacional y lo que llamaron como “resbalón fiscal”.

 Lo que predomina al final del año es un generalizado pesimismo, lo que podría explicar el incremento de los viajes en yola hacia Puerto Rico y Miami que  en la segunda mitad del año ocasionaron unos cinco naufragios con la muerte de unas 300 personas.

Institucionalidad debilitada

  La institucionalidad democrática quedó destrozada en la campaña electoral cuando el presidente de la nación y el candidato a la reelección se fundieron en un uso sin precedente de los recursos del Estado, sin que la Junta Central Electoral pudiera siquiera formular un pronunciamiento de censura. El clientelismo, el transfuguismo y el reparto del Estado alcanzaron niveles históricos. Al iniciarse el nuevo período de gobierno fueron designados 53 secretarios y 320 subsecretarios de Estado, en su mayoría inorgánicos.

 Desde la campaña electoral se inició una repartición de cargos por designación presidencial para incentivar y premiar el transfuguismo y ampliar el respaldo a la reelección que involucró una docena de partidos y más de 600 grupos de apoyo. La documentación de nóminas de pagos de sueldos mensuales a los presidentes de los comités de base e intermedios del partido gobernante marcó un uso sin precedente de los recursos estatales en campañas electorales.

 Desechando aspectos básicos de una consulta popular y de las recomendaciones de una comisión de expertos, el Presidente envió al Congreso un proyecto de nueva Constitución presidencialista y conservadora que no fue consensuado ni discutido siquiera con el máximo organismo de su propio partido, cada vez más desmembrado y marginado de las decisiones fundamentales del gobierno.

 Este año, de nuevo el gobierno siguió ignorando una serie de leyes recientes como la de Contrataciones Públicas, la de Presupuesto, la de Función Pública, la que penaliza el robo de energía y la de Migración, mientras cientos de funcionarios y legisladores evadían la ley que obliga a la declaración jurada de sus bienes, tanto al principio como al final de sus funciones. También siguió la violación de leyes que asignan proporciones del Presupuesto nacional o del producto bruto interno a la educación, los municipios y la justicia.

 

La oportunidad del presidente LF

Por Juan Bolívar Díaz

El primer reto que tiene el presidente Leonel Fernández para su tercer período de gobierno es aceptar la realidad de la crisis económica y asumir una gestión de suprema austeridad y racionalidad en el gasto que preserven la estabilidad macro-económica que ha sido su mayor galardón.

Esta gestión podría pasar a la historia si el líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) vuelve por sus orígenes y auspicia la revolución democrática y moral que anunció, dedicando sus mayores energías al fortalecimiento institucional con un gran concierto nacional.

 Para alcanzar esos objetivos es fundamental desalentar las expectativas de continuidad en el poder que de aflorar en la reforma constitucional, como muchos vaticinan, sacudiría hasta su propio partido y crearía un clima de desasosiego similar al que determinó el fracaso reeleccionista del presidente Hipólito Mejía.

Sorpresivo discurso.  La opinión pública nacional ha reaccionado con sorpresa ante el discurso de juramentación para su tercer período del presidente Leonel Fernández, abiertamente contradictorio del que pronunció un mes antes, el 17 de julio, cuando anunció un período de austeridad y límites del gasto público.

 Es cierto que lo planteado el mes anterior fue un “Plan Integral de Acción hasta el 2009”, pero se le criticó el optimismo de que las medidas restrictivas fueran de tan corto plazo y alcance, cuando las repercusiones de la crisis económica, tanto de origen internacional como nacional, superarán el lapso de cinco meses, ya reducido a cuatro, que restan del año en curso.

 Las decenas de grandes proyectos de inversión que anunció para el nuevo período gubernamental no serían realizables ni siquiera en un período de auge económico, por lo que algunos analistas lo han inscrito dentro de una perspectiva de continuidad en el poder más allá de los próximos cuatro años, aún con concesiones de obras al sector privado.

 Las experiencias de las concesiones para las carreteras San Cristóbal-Baní, y San Pedro-La Romana, y los contratos para el Malecón de Santo Domingo y las dos plantas para generar electricidad con carbón, que llevan de dos a tres años, indican la lentitud y limitaciones de esas inversiones.

 Lo que más ha llamado la atención del discurso de juramentación ha sido el programa de obras públicas, mientras se advierte que no incluyera la menor referencia a la austeridad y el control del gasto público que demandan los sectores empresariales, economistas y la oposición política.

 Eso sin que se haya puesto en vigencia una sola disposición concreta para reducir el dispendio ni para desmontar los subsidios generalizados incrementados durante la campaña electoral hasta haber consumido 51 mil millones de pesos, 31 por ciento del gasto entre el primero de enero y el 8 de agosto, según un informe de la secretaría de Hacienda publicado el jueves por el diario El Caribe.

 Cuando la tasa cambiaria superaba los 35 pesos por dólar y se advertía de las consecuencias previsibles del incremento de las tasas de interés, el gobierno hizo aprobar un presupuesto complementario de 31 mil millones de pesos que incluye 5 mil millones de pesos que estaban destinados a cubrir parte del déficit de este año del Banco Central.

El mejor de los caminos.  Dejar la reelección sin límites tendría un costo político muy elevado, incluyendo la posibilidad de mayores dificultades económicas y de gobernabilidad que generen un sentimiento nacional anticontinuista y se repita el fracaso de Hipólito Mejía, por lo que algunos consideran que el doctor Fernández no se aventurará, aunque esté atrapado por el mesianismo balaguerista.

Para el actual mandatario el mejor de los caminos sería fortalecer su partido y auspiciar un gobierno con algún nivel de concierto nacional que le permita sortear la crisis económica. Más aún si se anota éxitos en el fortalecimiento institucional y mejoramiento de la democracia.

Una revolución democrática, como la planteada en su juramentación por el presidente Fernández sería transar una Constitución de amplio consenso, modificaciones políticas-electorales y la puesta en vigencia del gran paquete de reformas institucionales aprobadas en las últimas dos décadas, la mayoría de las cuales han quedado en los papeles o se cumplen a medias.

Si le suman la revolución moral a la que también aludió, restringiendo la corrupción y el dispendio y concentra su atención en buscar respaldo para controlar la descomposición social y la delincuencia, el presidente Fernández podría concluir su nuevo período con razonable éxito, reduciendo el impacto de la crisis económica que pone en jaque hasta las economías de Estados Unidos y la Unión Europea.

En tal caso mantendría su liderazgo en el PLD y hasta podría pensar en repostularse en el 2020, en caso de que otro peledeísta gane en el 2012 y se repostule para el 2016. De cualquier manera podría reivindicar el legado histórico del partido que fundara el profesor Juan Bosch en 1973.

¿Proyecto continuista?

No han faltado quienes catalogan el del 16 de agosto como “discurso de campaña continuista”. Para algunos fue una pieza ilusionista destinada a crear nuevas esperanzas en un liderazgo mesiánico al estilo Balaguer y  alentar las expectativas de sus seguidores más incondicionales que acarician la idea de una reforma constitucional que deje sin límites la reelección presidencial.

 Una prueba definitoria será la reforma constitucional que Fernández promete  iniciar próximamente con el envío al Congreso de su proyecto. Ya el Comité Político del PLD aprobó que se elimine la prohibición de la repostulación después de dos períodos de gobierno posibilitando volver después de un intermedio.

 En la ocasión se adujo que de esa forma el doctor Fernández Reyna podría ser postulado nuevamente en el 2016. Eso sería viable en el caso de que su partido pierda las elecciones del 2012, porque no podrían descartar que en caso de ganar, cualquiera que sea el electo desee optar por la segunda oportunidad, ya que también decidieron que si un presidente peledeísta desea repostularse nadie pueda disputarle la candidatura.

 Entre los líderes del PLD los que han aspirado a la candidatura presidencial y la buscarían para el 2012 son Danilo Medina, Jaime Fernández Mirabal y José Tomás Pérez. Los dos últimos declinaron para apoyar a Leonel Fernández en la pasada contienda interna. También se menciona a Radhamés Segura.

 Al que más posibilidades se le atribuyen es a Medina, quien ha logrado mantener una fuerte influencia en los niveles de  dirección, entre los legisladores y síndicos  y en la militancia peledeísta. La designación de Jaime Fernández como secretario de Medio Ambiente, que él no ha aceptado, no indica una preferencia por parte del presidente Fernández, que de  tenerla lo habría colocado en un cargo de mayor proyección política.

La lógica del poder

En la teoría nacional de la lógica del poder se establece que nadie declina a seguir en la Presidencia de la República a menos que se vea obligado, por lo que tanto dentro como fuera del PLD todavía no se descarta que al modificar el artículo 49 de la Constitución algunos legisladores no planteen dejar la reelección sin restricción.

 Aunque no se descarta que esa posibilidad salga adelante, tendría un costo político muy elevado en los próximos meses, dentro de un panorama económico complicado, no sólo porque la fórmula encontraría resistencia en la oposición política y parte de la opinión pública, sino también dentro del mismo partido de gobierno.

 No se puede olvidar que en la campaña electoral el presidente Fernández disertó en torno a las diversas fórmulas constitucionales sobre la reelección para concluir en que “aceptaría lo que decida la mayoría”. La asamblea revisora de la Constitución será  integrada por 210 miembros, 178 diputados y 32 senadores. Las dos terceras partes que garantizan cualquier reforma serían 141.

Los legisladores peledeístas suman 120, a los que se adicionan 4 de los reformistas aliados en los recientes comicios. Los 17 restantes se conseguirían en el Partido Reformista, donde ya algunos piensan aliarse al PLD para mantener sus cargos en el 2010. No se descarta buscar votos en el Partido Revolucionario Dominicano. Los ejecutores de la reforma del 2002 para que Hipólito Mejía pudiera repostularse contaron con 12 diputados peledeístas, a quienes se suponía más difícil de conquistar. Pero ese camino no está de ninguna manera allanado, si se toma en cuenta la influencia que mantiene Danilo Medina sobre cerca de la mitad de los legisladores de su partido. Se afirma que unos 50 diputados y 12 senadores. A Jaime David se le atribuye una docena de fieles entre los diputados. Nadie descarta que muchos puedan ser convencidos sobre algo que interese al presidente de la República y líder del partido. En el 2002 de los diputados perredeístas 36 suscribieron una oposición a la reelección, pero el día de la votación sólo 9 se manifestaron en contra.

Otro gobierno fallido

Por Juan Bolívar Díaz

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Es casi unánime la convicción de que el principal mérito de la gestión gubernamental que concluye ha sido el restablecimiento de la estabilidad y del crecimiento económico, aunque hay muchos cuestionamientos por el dispendio y la falta de prioridad en la inversión tras un aumento significativo de los ingresos fiscales.

 Al pasar balance a las metas que trazó el presidente Leonel Fernández en su discurso de juramentación hace 4 años se comprueba que más de la mitad no fueron alcanzadas, que en muchos casos se ejecutó lo contrario y que se sobrepasó en materias como reforma tributaria, subsidios y repartos clientelistas.

 Los mayores déficit de la gestión y que más decepciones ocasionaron están en las políticas sociales y los aspectos institucionales con un sistemático incumplimiento de las reformas de la última década y muy particularmente por los brotes de corrupción y la creciente descomposición política y social.

El mayor éxito.  No hay dudas que el mayor de los éxitos del segundo gobierno del doctor Leonel Fernández ha sido el restablecimiento de la estabilidad macroeconómica tras la crisis financiera del 2003-04, con un extraordinario crecimiento del producto interno bruto sobre el 8 por ciento, inflación entre 5 y 9 por ciento entre el 2005 y 2007, estabilidad cambiaria y de las tasas de interés, así como aumento de las reservas  netas de divisas.

 Se ponen reparos a un crecimiento que no se ha manifestado igualmente vigoroso en sectores básicos como la industria, las zonas francas y la agropecuaria, pero aún así le ha ganado mucho  crédito a un gobierno que generó confianza lo que se expresó en retorno de capitales y significativo crecimiento de la inversión extranjera, aunque muy concentrada en turismo y bienes raíces.

El éxito económico de los primeros tres años se ha venido relativizando en el cuarto cuando un déficit fiscal y las alzas de precios internacionales han generado una crisis, reduciendo el crecimiento, disparando la inflación a dos dígitos, y reduciendo las reservas netas de divisas en unos 400 millones de dólares en contraste con el sostenido crecimiento del período 2005-07.

El exceso de gasto de la larga campaña electoral, con un escenario internacional desfavorable llevó al Banco Central a elevar las tasas de interés y agotar reservas de divisas para mantener la estabilidad cambiaria y contener el desbordamiento inflacionario. Pero ello se traduce en un círculo vicioso con una moneda sobrevaluada lo que penaliza a los productores, el turismo y a los pobres receptores de remesas, mientras incentiva las importaciones. El déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos que ya el año pasado fue de 2 mil 231 millones de dólares, se proyecta para este año en 4 mil millones, evidenciando una persistente debilidad estructural de la economía nacional.

Políticas sociales.   El éxito económico pasa a ser cuestionado cuando se trata de la calidad del gasto, la concentración de la inversión en la ciudad de Santo Domingo, que en el 2007 recibió las dos terceras partes del total según diagnosticó el Consejo Nacional de la Empresa Privada. También cuando se comprueba la escasa proporción del gasto público social incluyendo salud y educación. El presupuesto destinado al sector educativo ha seguido por la mitad del 4 por ciento del PIB que dispone la ley de Educación.

 El crecimiento económico siguió beneficiando a una minoría de la población, mientras el 75 por ciento de los asalariados tiene ingresos menores a 22 mil pesos mensuales, lo que los condena a vivir en la pobreza o paliarla con múltiples trabajos. La pobreza extrema ha recibido atención del gobierno, pero con programas asistencialistas que perpetúan su vulnerabilidad en vez de inversión para promover el desarrollo humano.

 Gracias a tres reformas tributarias y a una reconocida eficiencia recaudatoria los ingresos fiscales crecieron en alrededor de un 150 por ciento, pero fueron consumidos por un voraz gasto corriente que en el último año supera el 33 por ciento, con claros signos de dispendio, salarios desproporcionados en los altos funcionarios, así como distribución en subsidios generalizados que este año superan lo destinado a educación y salud. El gasto fue concentrado en el Poder Ejecutivo y particularmente en la Presidencia, destinando apenas un 6 por ciento a los ayuntamientos, desconociendo la ley que establece un 10.

Déficit institucional.   En la institucionalidad democrática radica el mayor fallo del cuatrienio cuando se incumplió gran parte del inmenso paquete de reformas realizadas en las últimas dos décadas, incluyendo numerosas realizadas durante los últimos cuatro años.

 No sólo se han violado las leyes relativas al financiamiento de la Educación y los municipios, sino también las de compras y contrataciones, carrera administrativa y función pública, de presupuesto, de migración, de organizaciones sin fines de lucro, la que penaliza el robo de energía, la del sistema integrado de administración financiera y otras.

 El gobierno hizo esfuerzos por aplicar la ley de seguridad social, aumentando significativamente la cobertura subsidiada de salud, y dio pasos para implementar el seguro familiar de salud contributivo, pero al costo de sustituir el Consejo Nacional que debe regir el sistema.

 La primera víctima institucional ha sido el propio partido de gobierno, cuyos organismos han sido relegados por el presidencialismo, generando graves tensiones internas, y la segunda el Partido Reformista Social Cristiano, descuartizado por una política de prebendas, mientras el gobierno en pleno fue implicado en el laborantismo político al cual se subordinaron las políticas públicas. El abuso de los recursos del Estado en campañas electorales alcanzó grados superiores a los tradicionales.

 Un gobierno que se ha preciado de electrónico y acorde con la sociedad de la información se ha tornado opaco, al grado de ocultar informaciones básicas sobre ejecución presupuestaria, déficits y endeudamiento. Creó organismos como la Comisión Económica, Social e Institucional y la Comisión Nacional de Ética, que temprano atravesaron por crisis y no han podido cumplir la misión que se les encomendó. El escandaloso fracaso de la Cámara de Cuentas que designó hace dos años se suma a las  precariedades institucionales.

 El ministerio público dejó sin efecto los procesos judiciales por corrupción como el del Programa Eventual de Empleos Mínimos y el fraude con los cupones de subsidio al gas propano, iniciados en el gobierno anterior y, aunque se realizaron esfuerzos no se pudo avanzar en el control de la criminalidad y la delincuencia.

 Los escándalos de corrupción estuvieron presentes desde el inicio del período gubernamental. Los más relevantes: los del mobiliario y decoración de la Suprema Corte y de la biblioteca de la Universidad Autónoma, el fraude con las pensiones de  la secretaría de Finanzas, el frustrado contrato para la isla artificial, la contratación con la Sun Land por 132 millones de dólares para equipamiento de la Policía, anulado por escandalosa sobrevaluación, y el histórico con la misma empresa mediante el cual se colocaron en el mercado internacional pagarés por 130 millones de dólares.

Metas incumplidas

 Bastaría pasar balance a las políticas que el presidente Fernández anunció el 16 de agosto del 2004 para concluir en que el  gobierno ha sido fallido. De 30 metas en políticas económicas, sociales e institucionales, apenas 9 fueron alcanzadas, y otras 4 sólo iniciadas. Las otras 18, más de la mitad, quedaron relegadas.

 En el orden económico se alcanzaron los objetivos de recuperar la estabilidad y el crecimiento, restablecer el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, renegociar la deuda externa, mejorar los controles del sistema financiero -logrado satisfactoriamente-,  y realizar una nueva reforma fiscal, cumplida tres veces, pero sólo en lo tributario.

 Se falló en enfrentar el déficit cuasifiscal del Banco Central –que creció más de un cien por ciento-, y estrepitosamente en iniciar un período de austeridad, con reducción del gasto del Estado en no menos del 20 por ciento, suprimir los cargos públicos en exceso, eliminar gastos superfluos y reducir viáticos y dietas, prohibir la compra de nuevas jipetas, cambiar los privilegios de los cónsules por salarios y enfrentar con energía la corrupción.

 En políticas sociales se alcanzaron las metas del programa “Comer es primero” y de ampliar el desayuno escolar, y a medias las de reducir la mortalidad materno-infantil y la de atender la salud pública y reabastecer los hospitales. Se fracasó en privilegiar la educación y los recursos humanos, fomentar la vivienda y el micro crédito, en nuevas políticas energéticas, en renegociar los contratos de compra y venta de energía, en licitar para privatizar la administración de Edenorte y Edesur, en aumentar el cobro de la energía, en transparentar los costos y reducir el subsidio a la electricidad, y en fortalecer la superintendencia de Electricidad y la Comisión de Energía.

 En lo institucional se cumplieron las metas de aprobar una ley de incentivos a las energías renovables –aún sin aplicar-, y en la integración del inoperante Consejo Económico y Social. No se realizó la reforma constitucional ni se promulgó una ley de participación social. Sólo se continuó un programa de reforma del sistema carcelario y apenas se inició la profesionalización del ministerio público.

 

Más de un millón cobra del Estado

Por Juan Bolívar Díaz
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 El extraordinario crecimiento de los ingresos fiscales fruto de las cinco reformas tributarias ejecutadas por los últimos dos gobiernos ha servido para incrementar a niveles sin precedentes el número de personas que cobran mensualmente de los diversos organismos del Estado.

Se estima que más de un millón de personas están cobrando sueldos mensuales del gobierno central, organismos autónomos y los municipios, más de la mitad sin realizar ninguna labor específica.

Tanto el presidente de la República, como los legisladores y autoridades municipales justifican el reparto de los dineros públicos en la necesidad de combatir la pobreza, pero unos y otros lo utilizan como mecanismo para incrementar su clientela política y obtener ventajas electorales.

La nómina oficial. Existen diversas versiones sobre el número de empleados del Estado Dominicano. Esta semana el presidente Leonel Fernández al comparecer a la serie de entrevistas Las Propuestas de los Candidatos dijo que la del gobierno central es de 313 mil. En un comunicado del Banco Central del 9 de octubre del 2006 se sostuvo que ascendían a 326 mil 720. Y en diciembre del mismo año la Contraloría General de la República registraba 365 mil 505.

La publicación del Banco Central informaba que el total de los empleados estatales ascendía a 411 mil, incluyendo 36 mil 82 del sector descentralizado y autónomo no financiero. Dando crédito a la Contraloría el total sería de 450 mil 175. Aunque un alto funcionario del gobierno dijo confidencialmente esta semana que pasan de 500 mil.

Adicionalmente el número de los que reciben cheques mensuales del gobierno sin trabajar ronda los 600 mil. Casi 400 mil a que ya ascienden los beneficiarios del programa “Solidaridad”, con asignaciones de 500 y 750 pesos. Otros 100 mil reciben 3 mil pesos mensuales en el programa para desempleados “Vamo´ Arriba”, 50 mil bachilleres  integrados al nuevo Incentivo a la Educación Superior con 500 pesos mensuales, y los 42 mil 434 presidentes de comités de base del partido de gobierno que cobran tres y cuatro mil pesos mensuales en dos secretarías de Estado, dos dependencias de la Presidencia de la República y tres organismos autónomos.

En cualquier caso, el total de los que reciben beneficios monetarios del Estado pasaría del millón. Y alrededor de un millón 50 mil, partiendo de los empleados del gobierno central que registra la Contraloría General, que para este aspecto debería ser la fuente de mayor credibilidad.

La nómina estatal es mucho mayor si se suman los 6beneficiarios del clientelismo de los municipios. Baste señalar que en octubre pasado el síndico del municipio de Pedro Brand dijo por Teleantillas que tiene asignaciones mensuales que oscilan entre 500 y 7 mil pesos a 300 personas. Agregó que otras 300 cobran 2 mil pesos mensuales en los distritos municipales de La Cuaba y Las Guáyigas.

En múltiples organismos autónomos del Estado también existen programas de ayudas. El director de la Superintendencia de Seguros justificó la semana pasada los pagos a los presidentes de comités de base del partido de gobierno, indicando que él  también ofrece ayudas mensuales por 300 o 400 mil pesos.

Aumento de la tributación. Aunque el presidente Fernández subestimó esta semana los frutos de las cinco reformas tributarias ejecutadas en los últimos dos gobiernos, incluyendo tres en el actual, llegando a sostener que ha estado devolviendo impuestos, es obvio que los ingresos fiscales se han multiplicado en dimensión sin precedente en el actual período gubernamental. También por efecto de la implementación de la factura fiscal desde enero del 2007 y la reconocida eficiencia recaudatoria.

Los ingresos tributarios en el último año completo del anterior gobierno ascendieron a 74.7 mil millones de pesos, lo que implica un crecimiento del 234 por ciento en relación a los 249.6 mil millones estimados en el presupuesto del 2008. En el 2004 fueron de 117.2 mil millones, para un crecimiento del 113 por ciento en relación al año en curso.

El incremento neto es extraordinario aún descontando la inflación, que en el actual gobierno se ha mantenido en promedio de un dígito.

El presidente Fernández minimizó los efectos de sus reformas tributarias, poniendo énfasis en los de la factura fiscal y la eficiencia recaudatoria, pero fueron esos precisamente los factores que adujeron los sectores empresariales, políticos y sociales para oponerse a la última reforma tributaria del 2006, llamada de “rectificación fiscal”. Pero se hizo y en términos tan ambiciosos que tuvo que ser rectificada posteriormente en algunos renglones. Pese a todo, las recaudaciones proyectadas para el 2008 implican un incremento de 71.7 millones de pesos, 40 por ciento, en relación a las 177.8 mil millones del 2006.

La abundancia de recursos es una diferencia significativa, aunque no la única, entre el frustrado proyecto reeleccionista del expresidente Hipólito Mejía y el que protagoniza el presidente Leonel Fernández.-

La cifra

400.000

Son ya los beneficiarios  del programa Solidaridad con asignaciones de 500 y 750 pesos. Otros 1,000 reciben  3,000 pesos mensuales en el programa para desempleados. Mientras, el INESPRE ha estado en receso en los últimos tres años pero sigue pagando salarios a 2,300 empleados.

Ventajismo político

El presidente Leonel Fernández sostuvo ante ejecutivos de medios de comunicación que el pago a los presidentes de los comités de base no incide en el respaldo electoral que le atribuyen las encuestas y que responden a la necesidad de mantener la estabilidad social, pero se trata de un privilegio ascendente a 143 millones 200 mil pesos mensuales, del que no disfrutan los demás partidos.

El reiterado discurso del secretario de Interior y Policía, Franklin Almeida, en el sentido de que el partido de gobierno sabrá quienes votan en su favor, está dirigido a las 600 mil personas beneficiarios de los programas sociales y a los que cobran asignaciones mensuales sin tener función pública específica. En las listas de los colegios electorales es posible determinar quiénes votan, pero no por qué candidatura, dado el carácter secreto del sufragio.

Analistas políticos resaltan que nunca en la historia dominicana se había llegado a unas elecciones con 600 mil personas cobrando cada mes sin trabajar para el Estado. Si ejercen influencia sobre otro familiar, cónyuge, hijo o padre, significaría un millón 200 mil votos, el 21 por ciento del padrón de 5.7 millones de electores y electoras. Si se descuenta el promedio histórico de abstención del 27 por ciento, los clientes políticos aportarían el 29 por ciento de la votación.

Ese clientelismo político es más significativo si los beneficiarios son de la franja más pobre de la población, donde es frecuente la venta de votos hasta por 500 pesos que se ofrecen el día de las elecciones. A esa ventaja se atribuye en parte las altas preferencias que se expresan en las encuestas al proyecto de reelección presidencial.

 Mas clientelismo

El clientelismo político tiene otras expresiones financiadas por el presupuesto nacional, como es el caso del Plan Social de la Presidencia, cuyos camiones preceden las giras políticas del Presidente de la República, o los repartos de canastas navideñas y de regalos de Reyes que en diciembre pasado costaron más de mil millones de pesos.

Por su parte los 32 senadores tienen asignados 229 millones 900 mil pesos al año para programas sociales y los diputados más discretamente disponen de decenas de millones de pesos al año para los mismos fines.

A todo eso habría que añadir la proliferación de subsidios de carácter político, que han pasado de la electricidad, cercano a los 650 millones de dólares el año pasado, al gas propano y al gasoil y los más recientes a zonas francas, al pan y los pollos.

El Instituto Nacional de Estabilización de Precios ha estado en receso en los últimos tres años, pero sigue pagando salarios a 2,300 empleados, en su gran mayoría militantes del Bloque Institucional Social Demócrata, aliado al partido de gobierno. En la Corporación de Empresas Estatales y la Comisión para la Reforma de la Empresa Pública, también organismos “vacantes”, se sigue pagando a cientos de empleados que ya carecen de funciones.

A todo eso habría que sumar el extraordinario incremento en el pago de “Personal Temporero” del gobierno central que, según el economista Nelson Suárez, creció de 59.2 millones de pesos mensuales en el 2004, a 234.8 millones por mes en el 2007, equivalente al 296.6 por ciento, (Sección Economía de HOY, domingo 6 de Abril).

Un proceso con falta de equidad es urgente frenar abusos del Estado

Por Juan Bolívar Díaz

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El retiro de los dos grandes partidos opositores de la reunión que convocó esta semana la Junta Central Electoral (JCE) buscando moderar el discurso de la campaña electoral es un claro indicador de que la temperatura está alcanzando peligrosos niveles de confrontación y que urgen correctivos de fondo.

Algo habrá que hacer para convencer al presidente Leonel Fernández de que hay un desbordamiento en el uso de recursos estatales en su campaña reeleccionista, que fue la razón aducida para su retiro de la junta conciliatoria por los presidentes de los partidos Reformista Social Cristiano (PRSC) y Revolucionario Dominicano (PRD).

Casi todos los partidos y candidatos opositores coincidieron en la última semana en denunciar abusos del poder del Estado en la campaña poniendo énfasis en el esfuerzo por socavar sus estructuras del cual responsabilizan al propio presidente de la nación y candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Penoso fracaso. Aunque los presidentes del PRSC y el PRD acudieron el martes a la convocatoria de la JCE, tan pronto escucharon el discurso de su presidente, el doctor Julio César Castaños Guzmán, procedieron a hacer uso sucesivo de la palabra para anunciar su retiro de la reunión.

El funcionario electoral formuló una amplia exposición sobre la conveniencia de elevar el tono del discurso de campaña, exhortando a evitar los insultos y a centrarlo en la exposición programática.

El ingeniero Federico Antún se expresó en términos enérgicos diciendo que “el presidente de la República y candidato del PLD debía estar aquí porque la principal perturbación de la campaña política la constituye la intervención del gobierno” y que mientras él no se siente frente a frente con los opositores no estarán dispuestos a discutir con quienes no tienen facultad para perturbar. De inmediato se retiró junto al secretario general Víctor Gómez Casanova.

A seguidas el presidente perredeista, ingeniero Ramón Alburquerque, reconoció los esfuerzos de la JCE “tratando de  organizar un proceso cuesta arriba, con un gobierno hegemónico, autoritario, despótico, que hace uso excesivo de los recursos del Estado sin ningún miramiento”. Se marchó seguido, junto al secretario general Orlando Jorge Mera.

Sin embargo, a los opositores no se les ha ocurrido elaborar un expediente con los abusos de los recursos públicos para presentar una instancia, individual o conjunta, ante la JCE, que no tendrá fuerza para imponer límites al presidente de la República, pero al menos podría recordar las leyes, incluyendo la electoral que prohíbe el uso de recursos del Estado en campaña proselitista.

El que presentó el lunes una instancia ante la JCE fue el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, Trajano Santana, pidiéndole que intervenga “para evitar la compra de sus dirigentes”.

La recién promulgada Ley de Función Pública 41-08, en su artículo 79, acápite 13, prohíbe a los funcionarios públicos “servir intereses de partidos en la ejecución de sus funciones, y en consecuencia organizar o dirigir demostraciones, pronunciar discursos partidistas, distribuir propaganda de carácter político o solicitar fondos para los mismos fines, así como utilizar con este objetivo los bienes y fondos de la institución”.

Pese a ello, 13 de los 16 ministros orgánicos y la mayoría de los altos funcionarios estatales están integrados al comando de campaña del PLD, incluyendo al mismo novísimo secretario de Función Pública, Ramón Ventura Camejo, responsable de la campaña peledeista en Santiago, aunque  trabaja en la capital.

Ajetreo sin precedente. Durante la semana que concluyó el domingo 11 el Plan Social de la Presidencia peinó los barrios de las principales provincias orientales antes de que el presidente Fernández los recorriera y a su paso por Hato Mayor, La Romana, El Seybo, Ingenio Consuelo y San Pedro de Macorís visitara las casas de dirigentes y ex dirigentes perredeistas y reformistas para tomarles juramento como adeptos al continuismo.

Desde agosto del año pasado el presidente Fernández ha designado a decenas de dirigentes de partidos opositores en cargos públicos, desde rangos de secretarios de Estado, a directores y administradores, vicecónsules y otros que a su vez han arrastrado a centenares de militantes asimilados a la nómina pública.

Aunque el transfuguismo ha afectado a la mayoría de los partidos opositores se ha cebado principalmente en el PRSC, que desde la muerte de su fundador y líder Joaquín Balaguer ha sufrido unos siete fraccionamientos.

Gracias a esa política de socavamiento de los partidos opositores el PLD se ha agenciado el apoyo de una docena de los reconocidos y todavía intentos divisionistas afectan a los partidos Revolucionario Institucional, Nacional de Veteranos y Civiles y Alianza Social Demócrata por parte de dirigentes que quieren sumarse al “carro del progreso”. El primero proclamó a Trajano Santana candidato presidencial. Mientras los otros dos decidieron apoyar las candidaturas de Eduardo Estrella y Vargas Maldonado.

Dirigentes reformistas de la categoría de su presidente Federico Antún juran que ni en las campañas reeleccionistas de su líder Balaguer se llegó a tan intensos niveles de división de los partidos opositores. El recorrido de Fernández Reyna por el Este la semana pasada recordó las campañas de Balaguer por las dádivas y las reuniones donde se confundían los papeles del presidente de la nación y del candidato.

Desbordamiento del gasto

Para los observadores es evidente que ya hay un desbordamiento del gasto gubernamental en la campaña, faltando aún tres meses para los comicios, alentando los temores de que de nuevo el reeleccionismo conlleve desequilibrio económico.

A los tradicionales subsidios del gas propano y la electricidad, en las últimas semanas se han sumado otros al gasoil, a la harina de trigo, a la leche y el último a los pollos. Además el gobierno está subsidiando a los despedidos en las zonas francas.

El programa Solidaridad que venía otorgando 550 y 700 pesos mensuales a 300 mil familias está siendo extendido este mes a otras 100 mil personas “por expresa disposición del señor presidente de la República”. La semana pasada se reveló la existencia de un nuevo programa social “Vamo´arriba” que proporcionará 3 mil pesos mensuales a 100 mil desempleados durante los próximos tres meses. Este solo implicará un desembolso de 900 millones de pesos.

Además de todo eso, en diciembre el doctor Fernández Reyna recorrió el país repartiendo cajas navideñas por otros 900 millones de pesos. Luego distribuyó regalos de reyes por una suma que no fue precisada. Están además los repartos de alimentos y medicinas del Plan Social de la Presidencia.

A nadie quedan dudas de que la mayor parte de esos recursos estatales, con montos muy superiores a los mil 60 millones de pesos que se dará de subsidio oficial a los partidos, son distribuidos con objetivo político.

Se trata de  un ventajismo que afecta profundamente el proceso democrático.-

ZOOM

Transfuguismo estimulado

Antes de la reunión en la JCE en corrillos de la oposición se había corrido la voz de que era limitado el objetivo de la misma, y se hablaba de elevar una protesta por el abuso de los recursos del Estado en la campaña.

Pero además los recientes desbordamientos del secretario de Interior y Policía Franklin Almeida, con sus calificativos a los perredeistas de perros realengos, vira latas y hueveros, y el último fraccionamiento del Partido Reformista en aras de la reelección, protagonizado por un centenar de miembros de la región nordeste, habían generado indignación.

En días previos al encuentro del día 12, los candidatos presidenciales  Miguel Vargas Maldonado, Amable Aristy Castro, Eduardo Estrella, Pedro de Jesús Candelier y Trajano Santana habían reiterado denuncias de uso abusivo de recursos del Estado en la campaña Electoral. El perredeista incluso llevó la denuncia hasta la Organización de Estados Americanos en Washington, llamando la atención sobre la Carta Democrática Interamericana que sanciona las violaciones a la institucionalidad democrática.

Aristy y dirigentes de su partido habían denunciado ofertas de compras a dirigentes, síndicos y militantes de la región nordeste antes de que el 5 del mes en curso se anunciara la constitución del grupo Reformistas Sumados al Progreso, encabezado por el senador Félix Vásquez, cinco síndicos y tres ex-diputados de ese partido. Luego en declaraciones publicadas por El Caribe el miércoles 13, el candidato reformista acusó al presidente Fernández de “socavar la estructura interna de los partidos valiéndose de compras vulgares de conciencia de sus principales dirigentes”.

 

Otra reciente ley que es violada

Por Juan Bolívar Díaz
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Con la inclusión de otras 408 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en el presupuesto nacional para este año el gobierno y el Congreso Nacional violaron la ley 122-05 aprobada hace casi 3 años la cual establece una serie de requisitos para el reconocimiento y el financiamiento estatal de las asociaciones sin fines de lucro.

La reaparición del financiamiento espurio de entidades “fantasmas” vinculadas a legisladores y funcionarios del gobierno, en un presupuesto aprobado al vapor por un congreso que funciona como sello gomígrafo, se constituyó en el primer escándalo del año, compitiendo con el festival municipal de abusivos incrementos salariales.

Un proyecto de ley presentado esta semana por 9 diputados y que pretende transferir 162 millones de pesos de los otorgados a las  entidades cuestionadas, en gran proporción del capítulo de gastos de la Presidencia de la República, constituye una ratificación de las denuncias.

Mal comienzo del año

Después de un 2007 de tantos naufragios institucionales el 2008 no comenzó con mejores augurios vista la forma en que se aprobó el presupuesto nacional, desconociendo varias leyes que establecen partidas específicas para los municipios, la educación, la justicia y el propio Congreso Nacional. Este año por lo menos se agregó un artículo indicando que esta ley modifica cualquier otra que le sea contraria.

La propia nueva ley de presupuesto, del 2006, también fue burlada en cuanto a los plazos en que ese “instrumento de desarrollo” debe ser aprobado por el Consejo Nacional de Desarrollo y enviado al Congreso Nacional.

La Cámara de Diputados, aprobó de urgencia la ley, sin que sus miembros pudieran siquiera leerla pese a que en la misma sesión su presidente, Julio César Valentín, y otros de sus miembros, denunciaron  que el Poder Ejecutivo y el Senado habían incluido ONG fantasmas vinculadas  para recibir financiamiento estatal.

La reacción del presidente del Senado, Reinaldo Pared, calificando las denuncias como “perversidad, canallada, calumnia e infamia”, potenció el escándalo en el que tuvo que intervenir el Comité Político del partido oficial para contenerlo, logrando que Valentín no respondiera los calificativos.

Esta vez no se podía acusar a la oposición de detonar el escándalo, puesto que los presidentes de ambas cámaras son del partido gobernante, y el diputado Radhamés Castro, quien identificó senadores y ONG “fantasmas” milita en el aliado Partido Popular Cristiano. Al igual que Pared los senadores Cristina Lizardo y Charlie Mariotti negaron el cargo, aunque tras especificaciones de nombres éste último admitió luego su padrinazgo de varias, justificándolo en la labor que rinden. Castro llegó a amenazar a Pared con hacer revelaciones que “estremecerían” el edificio del Congreso.

Durante varios días los diputados identificaron numerosos entidades   propiedad de funcionarios gubernamentales, actuales y exlegisladores, así como de personas vinculadas a ellos. El diputado Ángel Acosta sostuvo que “son más de 300 las ONG fantasmas de legisladores, funcionarios del gobierno y allegados al Partido de la Liberación Dominicana que fueron incluidas en el presupuesto por legisladores vagabundos que llegaron a acuerdos de aposento con el gobierno”.

El escándalo en el Congreso matizó el comienzo del año compitiendo con el protagonizado por los regidores de San Cristóbal, Santo Domingo Este, Santiago y otros municipios que se auto aprobaron salarios desde 95 hasta 154 mil pesos mensuales, pese a que todo su trabajo es asistir a un promedio de dos reuniones por mes.

408 nuevas ONG

La realidad es que en la ley de presupuesto para el 2008 promulgada por el presidente Leonel Fernández aparecen 408 ONG más que en el del año pasado. Eran 487 y ahora suman 895, con un monto asignado de 978 millones 439 mil pesos, que son 294 millones 173   mil pesos más que en el año anterior.

El mayor crecimiento, de un 250 por ciento, se verificó en las entidades dependientes de la Presidencia de la República, que pasaron de 61 a 218, con lo que se revocó la decisión del año anterior de reducirlas suprimiéndole el financiamiento o traspasándolas a la secretaría relacionada con sus actividades, en acato a la ley sobre instituciones sin fines de lucro aprobada en el 2005. Hasta entonces eran más de 500.

Aunque también creció el número de las ONG dependientes de las secretarías de otras siete secretarías de Estado, la otra de gran crecimiento fue Salud Pública, donde pasaron de 159 a 277, equivalente al 74 por ciento.

En los tres presupuestos anteriores las entidades no gubernamentales habían sido reducidas drásticamente, afectando a funcionarios y legisladores del pasado y actuales. Para compensar a los senadores se estableció lo que se ha denominado como “barrilito”, un fondo para “inversión social”, que oscila entre 420 mil y 900 mil pesos mensuales en proporción a la población de sus respectivas provincias. Para todo el año pasado totalizaba 229.9 millones de pesos.

La Cámara de Diputados maneja también un fondo para obras sociales de sus miembros, pero éste no tiene asignación fija mensual, sino que se administra en función de solicitudes específicas.

Proyecto de rectificación

Para no dejar duda, nueve diputados se apresuraron el lunes 14 a cumplir la promesa que había anunciado su presidente Valentín al denunciar la reaparición de las “ONG fantasmas”, presentando un proyecto de ley para sacar 389 de ellas del presupuesto nacional. Fue suscrito por diputados de los tres partidos mayoritarios, e incluye a Radhamés Castro. Los demás son Gilberto Serulle Ramia, Minú Tavarez Mirabal, William Martínez Hernández y Miguel Bejarán Alvarez, del PLD. También   los perredeistas Ilana Newman Hernández y Cristian Paredes, el reformista Enrique Gómez Segura y  Juan de León Contreras de la UDC, aliado al PLD.

De las ONG que se busca sacar del presupuesto 148 aparecen adscritas a la Secretaría de la Presidencia, 101 a Salud Pública, 40 a Educación, 32 a la Mujer y 68 de otras 9 carteras. Muchas de ellas son desconocidas, pero también hay muchas de real existencia, incluidas algunas que tienen tradición en la prestación de servicios.

Aunque las 389 a eliminar son el 95  por ciento de las introducidas este año en el presupuesto, el monto a reducir es de 162 millones 853 mil pesos, equivalente tan solo al 55 por ciento del total que se había aumentado que fue 294 millones 193 mil pesos. Se busca transferir 65 millones de pesos al Poder Judicial, 37.9 millones a la Universidad Autónoma de Santo Domingo y los restantes 59.8 millones de pesos se distribuirían entre 5 conocidas instituciones que prestan servicios de salud.

El golpe de efecto de los diputados está dado, pero falta ver cuándo podrán convertir el proyecto en ley, puesto que el Congreso está en receso hasta el 27 de febrero, y luego si lo aprueba también el Senado y si es promulgado por el Ejecutivo. En el mejor de los casos vendría ocurriendo avanzado marzo, cuando estará finalizando el tercer trimestre, lo que implica que pagarían una parte a las “ONG fantasmas”.

Violan la ley 122-05

La inclusión de las 408 ONG adicionales en el presupuesto se hizo en violación de la ley 122-05 “Para la Regulación y Fomento de las Asociaciones sin Fines de Lucro”, promulgada por el presidente Fernández en abril del 2005, culminando un proceso de discusiones y consenso entre el sector público y la sociedad civil iniciado en 1992 por la Alianza ONG.

Esta ley vino a sustituir la ordenanza ejecutiva 520 del 1920 cuando el país estaba ocupado por los Estados Unidos y el Decreto 407 del 200l mediante el cual el presidente Hipólito Mejía creó el Consejo Nacional de Seguimiento a las Asociaciones sin Fines de Lucro que promovió la nueva legislación. El proyecto fue introducido al menos 3 veces al Congreso Nacional después de numerosos consensos. Tomó impulso a partir de 1999 cuando se inició un programa para el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil, auspiciado por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo y la agencia británica Oxfam.

Un Consejo Consultivo integrado por 37 organizaciones de la sociedad civil comprometió a otras 648 entidades sociales que empujaron definitivamente el proyecto de ley partiendo de varias propuestas y del estudio de las legislaciones de 5 naciones.

El consejo creado por el decreto 407, bajo coordinación del secretario Técnico de la Presidencia y la Oficina Nacional de Planificación, encabezó el consenso final, del que también formaron parte la Procuraduría General, Tesorería Nacional y la Dirección General de Presupuesto.

La ley crea un Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro, presidido por el secretario Técnico de la Presidencia, ahora secretario de Economía, e incluye a otras 4 entidades gubernamentales y 5 representantes elegidos por las 5 organizaciones sociales. Es el organismo facultado para recomendar la incorporación y el financiamiento de   las ONG, las que previamente tienen que cumplir una serie de requisitos, señalados en su artículo 32, entre ellos presentar un informe sobre su historial, programas, planes operativos, presupuesto para el año, fuentes de financiamiento y estados financieros auditados.

A casi tres años de la ley se espera la promulgación de un reglamento también consensuado hace tiempo y que está en manos del Poder Ejecutivo, pero la misma es bien específica, tanto en los requisitos mínimos para solicitar incorporación de entidades sin fines de lucro como  para lograr financiamiento.