Por Juan Bolívar Díaz
Fue altamente satisfactorio el encuentro que sostuvo el viernes 11 de octubre el gobernador del Banco Central, Francisco Guerrero Prats, con directores de medios de comunicación en el que presentó algunas informaciones alentadoras dentro del cuadro sombrío que afecta a la economía nacional como a la de casi todo el mundo.
Tal vez el distinguido economista debería abandonar con más frecuencia su mutismo y dar la cara ante los creadores de opinión pública, y directamente ante la población a través de la televisión, para dar explicaciones y apelar a la responsabildiad individual y social.
La nación está necesitando de voces autorizadas que expliquen suficientemente los fenómenos a que está sometida la economía, para que asumamos con estoicismo las limitaciones que esta globalización y los factores de dependencia nacional nos imponen.
Esa orientación y apelación es particularmente necesaria para los que orientamos la opinión pública por los medios masivos de comunicación para contextualizar los acontecimientos y no seguir sembrando el pesimismo y elevando el complejo de inferioridad que padecen muchos dominicanos y dominicanas, siempre convencidos de que estamos en el fin del mundo, que somos lo peor.
Tenemos crecientes dificultades económicas que en las últimas semanas se expresan claramente en elevación del costo de los combustibles y de la energía eléctrica, del dinero que prestan los bancos y de las divisas, es decir de la tasa cambiaria.
Atravezamos por la situación más difícil de la última década, pero ubicados en el contexto internacional, estamos lejos de afrontar lo peor. Las autoridades vaticinan para este año un crecimiento económico entre 4 y 5 por ciento, con inflación del 6 al 7 por ciento.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), entiende que será el mejor desempeño económico este año en América Latina. El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo nos sitúa también en el más alto nivel, junto con Chile.
Todo eso con un petróleo que ya promedia sobre 26 dólares el barril, cuya factura montará al final del año a unos 1,400 o 1,500 millones de dólares, el doble de todas nuestras exportaciones, excluídas las de zonas francas.
Es indiscutible que son factores internacionales los que han deternminado una devaluación del peso del orden del 10 por ciento en lo que va del año, cuando se ha registrado una reducción del 12 por ciento en el flujo turístico y de un 14 por ciento en las exportaciones de zonas francas.
En el intercambio con el gobernador pudimos apreciar esas y otras cifras, como la alentadora noticia de que el turismo creció en un 7 por ciento en septiembre pasado, por primera vez en los últimos 12 meses, dejando atrás decrecimientos de hasta 19 y 22 por ciento en abirl y enero pasados. Las inversión extranjera en el país ha seguido creciendo este año, registrando 442 millones de dólares, para un 7.9 por ciento entre enero y junio pasado.
El deslizamiento que en las últimas semanas ha registrado la tasa de cambio tiene origen en un déficit de cuenta corriente del orden del 4 por ciento del producto bruto interno, que equivaldría a unos 800 millones de dólares, derivado de la caída de exportacioens de zonas francas, del turismo y por el incremento de la factura petrolera. Todos elementos exógenos.
No quiere esto decir que no haya responsabilidad local en los desajustes. La principal de la cual es el exceso de empleados públicos y del gasto corriente. Según el gobernador se están cumpliendo a cabalidad las correcciones que anunció el presidente Hipólito Mejía en su discurso del 15 de agosto, entre ellas la desmonetización de 500 milllones de pesos por ahorros del fisco, el cierre del endeudamiento de las entidades oficiales y la postergación para el 2003 del gasto de 115 millones de dólares de los bonos soberanos.
Afirma el licenciado Francisco Guerrero Prats que el gobierno ha ahorrado 550 millones y que llegará a 1,600 millones a fin de año, como parte del esfuerzo por mantener la estabilidad macroeconómica, evitando una pendiente de inflación y devaluación.
Resulta relevante que las remesas de los residentres en el exterior sigue creciendo. El 6 por ciento el año pasado y proyectado el 8 por ciento para el cierre de este. La fidelidad y el amor a los familaires no admite tregua, ni siquiera en período de elevación del desempleo en las naciones donde se arraigan las mayores colonias de emigrantes domincanos.
Desde luego que la mayoría de la población dominicana sigue viviendo en la pobreza y que el crecimiento económico sigue repartiéndose de forma muy desproporcionada. Son los problemas estructurales que debemos enfrentar con profundas reformas. Por el momento tenemos todos que asumir la situación económica con responsabilidad, sin politiquería y sembrando esperanzas, no pesimisnmo ni fatalismo.-