Con esa suave sonrisa y el tono de voz tan amigable que la caracterizan, la nueva ministra de Educación, doctora Josefina Pimentel, esbozó esta semana las líneas generales del Plan Decenal de Educación, resaltando la necesidad de cumplir las metas de acceso universal a la educación inicial, primaria y secundaria y desde luego elevar el de su calidad. La cobertura inicial es apenas 25 por ciento, la primaria sobre 80 y la secundaria anda por el 50 por ciento.
En una extensa entrevista televisiva, la destacada sicóloga y experta en educación se refirió a la necesidad de ampliar el horario de la docencia para lo cual es imprescindible eliminar la doble y hasta triple tanda por planteles, así como de bajar el promedio de alumno por aulas, que en los centros urbanos del país ronda los 60.
Tenemos 5 mil 400 planteles escolares, donde se alojan 11 mil 400 centros educativos, lo que promedia más de dos tandas, y que en 600 de ellos hay triple, es decir mañana, tarde y noche, con promedio de apenas cuatro horas por tanda escolar. Y ya sabemos que múltiples factores reducen la docencia a menos de tres horas diarias.
El ministerio de Educación planea para el próximo año iniciar planes pilotos de una sola tanda por recinto, pero para poder generalizarlos tendríamos que duplicar el número de aulas, es decir pasar de las actuales 31 mil a más de 60 mil. Y casi habría que triplicarlas para reducir el promedio a unos 35 alumnos por aula. Eso implicaría también triplicar el número de maestros, que actualmente son 67 mil en el sistema público.
Por supuesto que la obra no estaría completa si paralelamente no se aumenta considerablemente el salario promedio de los docentes, que según el economista Miguel Ceara, con estadísticas del 2010, en el nivel básico es de 10 mil 120 pesos incluyendo incentivos, lo que no cubre siquiera el costo de la canasta familiar del quintil más pobre de la sociedad dominicana, que según las estadísticas oficiales asciende a 10 mil 400 pesos mensuales. En el nivel medio el salario promedio es de 11 mil 237 pesos.
Por esos pírricos salarios más del 50 por ciento de los maestros laboran en por lo menos dos tandas para reunir una suma que les permita vivir con alguna dignidad. Para lograr la tanda única habría que comenzar por duplicar el salario de los maestros sólo para mantenerlos en los niveles de pobreza actual. Que si es para dignificar la profesión y promover la educación de calidad, entonces habría que triplicarlos.
La situación de la educación pública universitaria no es diferente. El nuevo rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Mateo Aquino Febrillet, informó esta semana que el promedio de alumnos por aula es de 60, y que los docentes llegan a cargar hasta con 40 horas semanales, para reunir un salario que les permita sobrevivir. Con 178 mil alumnos, más de la mitad del total nacional, la UASD tiene sólo 2 mil 876 profesores, apenas el 25 por ciento de todas las universidades. Con 3 mil 696 millones de pesos de subsidio oficial para este año, la academia tiene un déficit de mil 500 millones en el 2011.
Es mucho lo que hay que hacer para vencer la vergüenza de que ocupemos los últimos escalones en el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial, entre 139 países evaluados, el 137 en calidad de la educación primaria, 136 en calidad de la educación en matemáticas y ciencias, y el 133 en calidad de la educación en general.
Ya lo vemos, en número de aulas y maestros y en calidad de la educación tenemos que triplicar los profesionales, el esfuerzo y la inversión, no en el Ejército Nacional como propuso recientemente el Jefe de esa institución.