La visita de Roger Noriega

Por Juan Bolívar Díaz

            Desde su primera aparición pública en el Congreso Nacional hasta su despedida, el subsecretario de estado norteamericano para Asuntos del Hemisferio Occidental dejó bien claros los objetivos de su visita al país, que básicamente fueron promover la renovación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y precisar que Estados Unidos desea elecciones limpias y transparentes en mayo próximo.

            Esos planteamientos estuvieron presentes también en el encuentro sostenido por el señor Roger F. Noriega con directores de medios de comunicación, así como en las reuniones con los jueces electorales, con líderes de la sociedad civil y de los partidos políticos.

            La preocupación por la estabilidad económica de la nación fue explicada por Noriega en virtud de los nexos que unen a Estados Unidos y la República Dominicana, en materia de comercio, de inversiones y hasta por las corrientes migratorias. Dijo que más de un millón de dominicanos y dominicanas viven en Estados Unidos y más de 60 mil norteamericanos residen en nuestro país.

            En verdad nadie debe sentirse sorprendido de que Estados Unidos quiera que el país recupere la estabilidad macroeconómica y el crecimiento. Lo necesita no solo para que sigamos pagándole lo que le debemos y comprando sus productos, sino también por razones geopolíticas y, desde luego, por amistad.

            Los norteamericanos siguen teniendo graves contradicciones con Cuba y temen las consecuencias de la desestabilización de Haití. Con la crítica situación de Colombia y Venezuela, no pueden ver con indiferencia que se compliquen los problemas económicos y políticos en la República Dominicana. Son estas precisamente las grandes naciones de la región del Caribe.

            Noriega no pudo ser más claro en sus formulaciones. Corresponde al Estado, Ejecutivo y Congreso, en consulta con los diversos estamentos sociales, adoptar las medidas correspondientes para sanear la economía y corregir los desequilibrios. Sólo entonces podemos esperar ayuda de la comunidad internacional.

            Y cualquier género de ayuda, ya sea bilateral o mediante los organismos multilaterales, pasa por la negociación con el FMI. Parece que en Washington consideraron necesario ese estímulo después que el gobierno dominicano adoptó decisiones que suspendieron el acuerdo aprobado en agosto pasado antes de que llegara al mes.

            También porque en el Congreso y en sectores del empresariado no se ha entendido que hay que incurrir en mayores sacrificios para cubrir el déficit fiscal impuesto por las quiebras bancarias de este año.

            Por cierto que la mayor novedad en el discurso de Noriega fue la forma en que abordó la crisis de los bancos rechazando el “pesimismo y cinismo” de quienes dudan que la justicia procese a los responsables de los “fraudes bancarios centrales en la creación del presente dilema”.

            En el discurso ante el Congreso Nacional dedicó varios párrafos al tema bancario, insistiendo en hablar de fraude, no de supuesto fraude ni de quiebra, con la decisión que ha faltado en amplios sectores sociales y políticos dominicanos: “Es aquí y ahora que los dominicanos deben actuar. Y es ahora que se debe impartir justicia. El sistema de justicia dominicano debe darle seguimiento a los casos de fraude bancario hasta sus últimas consecuencias, con una aplicación rigurosa y transparente de las leyes dominicanas. Estos casos son demasiado importantes…”

            Cuando le preguntamos, en el encuentro con ejecutivos de medios, si Estados Unidos estaba dispuesto a colaborar para la identificación y recuperación de fortunas de los fraudes bancarios que puedan estar en su territorio, Noriega respondió resuelto diciendo que absolutamente, que existe la voluntad de cooperar de forma plena y que esa cooperación ya está en marcha.

            En cuanto a las elecciones, Noriega dijo que su gobierno considera incentivar la observación internacional par lo cual no descarta ayuda técnica y financiera. En todos los escenarios insistió en que esperan que la democracia dominicana salga fortalecida del proceso electoral en marcha.

            Como quien no quiere la cosa, Roger Noriega dijo que el gobierno norteamericano es neutral frente a los partidos en competencia, pero no indiferente a la suerte de la democracia dominicana. Y para no dejar dudas dijo que mantienen muy buenas relaciones con el gobierno del presidente Hipólito Mejía, pero recordando que también las sostuvieron con el expresidente Leonel Fernández.

            En esta materia el objetivo de Noriega fue, probablemente, desautorizar las versiones que circulaban aquí en las semanas pasadas, según las cuales el proyecto reeleccionista de Hipólito Mejía tendría el apoyo del presidente George Bush. Tal versión era difundida en círculos gubernamentales y partidarios. Y llegó a tal nivel que a principio de noviembre el embajador Hans Hertell consideró necesario declarar que Estados Unidos espera lecciones limpias en mayo y que sería el primero en denunciar irregularidades, si las hubiere.

            Después de la visita del alto funcionario norteamericano debe esperarse que todos los sectores, empezando por los que gobiernan, sepan a que atenerse sobre las negociaciones con el FMI, los fraudes bancarios y las elecciones presidenciales.-