Por Juan Bolívar Díaz
El presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, dispuso marcha atrás a los dirigentes de su organización y a su vocero en la Cámara de Diputados que habían condicionado la aprobación de aspectos de la nueva Constitución a la sanción del proyecto de ley de partidos y agrupaciones políticas.
Aunque esta semana el senador peledeísta Tommy Galán dijo que basta con los votos de su partido y de los reformistas para aprobar la Constitución, la realidad es que a esa virtual alianza política le faltan tres votos para completar las dos terceras partes de la Asamblea Nacional mínimas para reformar la carta magna.
Ordena marcha atrás
El perredeísmo dio una nota de inconsistencia cuando su presidente Miguel Vargas Maldonado dispuso marcha atrás luego que el presidente en funciones y el secretario general provisional, así como su vocero en la Cámara de Diputados habían condicionado la aprobación de la reforma constitucional que permitiría la repostulación del presidente Leonel Fernández en el 2016, a una previa sanción del proyecto de ley de partidos.
Es obvio que Vargas Maldonado prefiere agarrarse de un acuerdo verbal que según dijo esta semana existe entre él y el líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y presidente de la nación, antes que jugársela poniéndole presión. El cambio podría haberse derivado de haber hecho conciencia de que no pueden contar con la totalidad de votos de los perredeístas para trancarle el juego a Fernández en lo referente a la modificación del artículo 49 de la actual Constitución, el cual instituye que El Presidente de la República podrá optar por un segundo y único período constitucional consecutivo, no pudiendo postularse jamás al mismo cargo ni a la vicepresidencia de la República.
El asunto es que también el ex presidente Hipólito Mejía cifra esperanzas en esa reforma para poder volver a ser candidato presidencial. De hecho arrancó a hacer campaña desde el acuerdo de mayo pasado entre el presidente Fernández y Vargas Maldonado que prohibiría sólo la reelección consecutiva, pero dejando libre la opción después de un período fuera del gobierno. Se estima que Mejía conserva la lealtad de entre 5 y 8 legisladores.
La semana pasada el presidente perredeísta en funciones Andrés Bautista y el secretario general Mario Torres, ambos con rango provisional, convocaron una rueda de prensa para formular el condicionamiento que también fue anunciado por el vocero en la Cámara de Diputados José Leonel Cabrera, quien el lunes 31 rectificó al precisar que el PRD honrará su compromiso de aprobar los siete puntos del pacto por la reforma constitucional firmado el 14 de mayo entre Vargas Maldonado y Fernández Reyna. Bautista y Torres, en cambio, no volvieron a tocar el tema en la semana que concluye.
Aterrizaje constitucional
Parece obvio que el presidente Leonel Fernández y los dirigentes de su partido prefieren un suave aterrizaje de su Constitución, que fue la razón por la que el líder peledeísta buscó el acuerdo de mayo con Vargas Maldonado, quien por demás no ha manifestado mayores disparidades con el proyecto y más bien parece competir con el primer mandatario por el espacio más conservador de la sociedad dominicana, como ha quedado de manifiesto en los temas más conflictivos, como los relativos al aborto, la nacionalidad, el tribunal constitucional y otros.
Esta semana el presidente del Senado y secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, dijo que en la segunda lectura del proyecto de Constitución programada para iniciarse esta semana, sólo se volverán a debatir los dos temas más polémicos, el del aborto y el de la justicia, y que los demás se aprobarán por consenso. De ser así podrían concluir en un par de semanas de labores, ya que en esas materias no hay diferencias entre los tres mayores partidos. De hecho el PRD nunca reunió algunos de sus organismos dirigenciales para analizar el proyecto de Constitución y fijar posiciones.
Sin embargo, en lo relacionado con el artículo 30 que establece la inviolabilidad de la vida desde la concepción se expresan disensiones activas tanto en el PLD como en el PRD, que se evidenció en la primera lectura. Se cree que son mucho más de la tercera parte los que no están de acuerdo con el predicamento religioso que quiere poner candado a la posibilidad de que un día se modifique el código penal para seguir la corriente universal que ha liberalizado el aborto en casos dramáticos como cuando se juega la vida de la madre o si la concepción es fruto de un acto de violencia.
Pero es una incógnita cuántos desafiarán la vigilancia religiosa convertida en chantaje moral.
Distribución de los votos
En agosto de 2008, cuando el presidente Fernández presentó su proyecto de nueva Constitución, podía contar con los dos tercios de la Asamblea Nacional. De los 210 legisladores que integran la Asamblea Nacional, 178 diputados y 32 senadores, en los comicios de 2006 el PLD obtuvo 96 diputados y 22 senadores para un total de 118, y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) logró 22 diputados y 4 senadores que totalizan 26. Entre ambas formaciones políticas sumaban 144 escaños de la asamblea, cuatro más de los dos tercios que garantizan cualquier reforma constitucional.
Pero el PRD, que salió de los comicios con 66 legisladores, 60 diputados y 6 senadores, se ha atraído 4 diputados y dos senadores reformistas y al peledeísta Raúl Mondesí, totalizando 73 escaños, para un 34.76% . La sumatoria de legisladores peledeístas y reformistas es ahora de 137 votos, faltándole tres para completar las dos terceras partes.
Nadie descarta que si es necesario para aprobar la Constitución, los gobiernistas apelen a un mercado secundario de votos para convencer a tres perredeístas de que los apoyen o no asistan a la sesión en que se vaya a conocer determinada reforma constitucional. Para la de 2002 que restableció la reelección inmediata a fin de dar paso a una repostulación del presidente Mejía, sus partidarios convencieron a los reformistas y a una docena de diputados del PLD para que les prestaran su voto.
Por otro lado se ha descartado la posibilidad de que legisladores que siguen a Danilo Medina vayan a sumarse al PRD para jubilar a Leonel e Hipólito, manteniendo la actual norma constitucional sobre la reelección, como alguna vez se barajó en círculos políticos y legislativos.
El PRSC se ha quedado sin representación en el Senado, ya que los cuatro senadores que obtuvo en la alianza con el PRD en los comicios de 2006 han abandonado esa organización. El original de La Altagracia, Amable Aristy no se juramentó y en su lugar fue designado Germán Castro, quien este año pasó a formar parte del perredeísmo, lo mismo que el de Barahona, Noé Sterling. Los de Sánchez Ramírez y Elías Piña, Félix Vásquez y Adriano Sánchez Roa, se fueron al PLD en los comicios presidenciales de 2008. Los diputados Angel Acosta Féliz y Radhamés Fermín Cruz, de Santiago, José Ramón Martínez, de Puerto Plata, y Agné Berenice Contreras, de Elías Piña pasaron al PRD, mientras Radhamés Castro emigró al PLD.
La Ley de Partidos ha creado un impasse entre bancadas PLD y PRD
Los perredeístas insisten en que hay un compromiso implícito o verbal con el PLD para aprobar la ley de partidos y los peledeístas han dicho que podrían aprobarla después que se proclame la nueva Constitución. A los primeros se les atribuye la esperanza de que eso ocurra pronto para que se instituya la elección primaria de candidatos bajo responsabilidad organizativa de la Junta Central Electoral para reducir las posibilidades de traumas internos. Por la misma razón los segundos quieren darle largas.
Pero es una verdadera ilusión pretender que la JCE pudiera organizar en dos meses, para noviembre como dice el proyecto, una elección muchas veces más compleja que las nacionales, ya que implica escoger los candidatos a 3,602 cargos electivos senadores, diputados, síndicos y vicesíndicos, regidores y directores de distritos municipales- que estarán en juego en las próximas elecciones por cada uno de 22 partidos reconocidos y en una boleta única.
Causa pánico sólo pensar en cuántos serán los precandidatos por cada partido y en la preparación de la boleta, del instructivo, la preparación del personal que operará los colegios y hará el cómputo, y muchas tareas más. Es más, hay quienes creen que nunca será posible poner en práctica una primaria conjunta con tantos partidos y para tantos cargos. En la generalidad de los países donde se ha instituido la elección primaria conjunta ha sido para escoger sólo el candidato presidencial. En algunos abarca los legislativos, y con menos partidos.
El PRD debería negociar la aprobación del proyecto de ley de partidos centrando la atención pública en sus previsiones para regular la próxima campaña electoral, transparentando el gasto, organizando las finanzas de los partidos y evitando los abusos de los recursos estatales, que como dijo el juez electoral Eddy Olivares supondrá mayores desafíos por lo que él bautizó como la guerra de los seis años, ya que esta vez se elegirá para un período de seis años a fin de unificar todos los comicios en el 2016.