Por Juan Bolívar Díaz
El estrecho resultado de las elecciones primarias y las irregularidades denunciadas condenarían al reformismo a seguir en el papel de comodín
Tal como se había advertido la bipolarización como resultado de sus elecciones primarias ha sumido en una profunda crisis al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), de la que podría salir una división virtual sino real que lo condenaría al papel de comodín en las elecciones presidenciales del próximo año.
Contrario a lo que ha sido criterio generalizado, esa división podría revertirse contra las expectativas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y su gobierno y tendería a aumentar las posibilidades de una victoria en primera vuelta del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), a la cabeza de las intenciones de voto registrada en las encuestas.
En lo inmediato, todos los esfuerzos de los dirigentes reformistas tienen que dirigirse a responder en lo posible las denuncias de fraude e irregularidades formuladas por el sector que encabeza el empresario Jacinto Peynado y a producir un acercamiento entre éste y Eduardo Estrella del que pueda salir un entendimiento.
La Estrella de Eduardo
Más allá de las denuncias de irregularidades, focalizadas básicamente en San Pedro de Macorís, y en deficiencias del padrón electoral, el resultado de las primarias reformistas ratificó el llamado “fenómeno Eduardo Estrella” que ya habían advertido las encuestas y la opinión pública.
Resulta indiscutible que el ingeniero santiagués logró captar el voto de la mitad de sus correliginonarios en pocos meses de campaña. Con muchísimos recursos, ciertamente, pero también con una magnífica campaña de motivación y un desempeño personal que lo proyectan como una figura fresca en la oferta electoral del sistema partidiario.
Hace apenas semanas nadie hubiese vaticinado que Eduardo Estrella podría ganarle la carrera por la candidatura presidencial al licenciado Peynado, quien durante los últimos ocho años apareció en las encuestas como la primera opción de relevo del doctor Joaquín Balaguer, generalmente con más del cincuenta por ciento de las preferencias de sus compañeros de partido, lo que le valió la nominación en 1996.
Más relevante por cuanto Jacinto Peynado logró el respaldo del ingeniero Carlos Morales Troncoso, que igual que él había sido vicepresidente en la última década de gobierno de Balaguer y aparecía generalmente como segunda opción electoral, y de Federico Antún, quien durante todos esos años ocupó la secretaría política del partido y pudo cultivar estrechos vínculos con las bases y la dirección media del partido.
Estrella se manejó con extraordinaria habilidad, rehuyendo el enfrentamiento y proyectando seguridad en su triunfo, mientras sus contrincantes formulaban denuncias sobre un supuesto respaldo político y financiero del grupo perredeísta del presidente Hipólito Mejía conocido como PPH.
Independientemente de eos alegatos y de las denuncias de irregularidades la realidad es que el exsecretario de Obras Públicas de Balaguer registra el 51.88 por ciento de los votos reformistas, contra el 48.12 por ciento de Peynado, cuando apenas faltan por computar 70 centros de votación.
El promedio de votos por centro ha sido de 141.9 que multiplicado por 70 arrojaría otros 9 mil 933 sufragios, menos de los 13 mil 651 que el santiagués tiene por encima del capitalino en el último boletín oficial ofrecido hasta este viernes. El resultado es de 188 mil 581 por 174 mil 930.
Las mitades del PRSC
Sólo el 26 por ciento del millón 454 mil 284 ciudadanos y ciudadanas que aparecían en el padrón del partido colorado, votó el domingo 30 de marzo, lo que podría significar indiferencia de la gran mayoría o que el registro de electores está abultado, fruto del activismo de los precandidatos que recogieron cerca de medio millón de supuestos nuevos miembros.
La distribución geográfica resalta el daño que sufriría el partido colorado si no logra superar la crisis que lo sacude y se conforma con proclamar pura y simplemente el aparente triunfo de Eduardo Estrella.
Es que Jacinto Peynado ganó en la mayoría de las aglomeraciones urbanas, comenzando por el Distrito Nacional con el 53 por ciento y en la provincia Santo Domingo con el 58 por ciento. Se anotó también la victoria en la mayoría de las principales provincias como Puerto Plata, Espaillat, San Juan de la Maguana, Azua, La Romana, La Altagracia, Barahona y Montecristy y casi empató en Duarte.
Estrella consiguió el 58 por ciento en la provincia de Santiago, aunque se afirma que perdió en la ciudad, ganando también en La Vega, San Cristóbal y Peravia, además de la discutida San Pedro de Macorís, entre los principales centros urbanos. Se anotó la victoria en la mayoría de las provincias más pobres y de menor peso demográfico, y en consecuencia de menor influencia en las decisiones electorales.
El 91 por ciento que se atribuye a Eduardo Estrella en San Pedro de Macorís está bien por encima del promedio nacional. Sólo se le acerca el 68 por ciento que registra en Sánchez Ramírez.
Con esas proporciones y distribución geográfica, una división, real o virtual, de cualquier partido, tiene un peso frustratorio de sus posibilidades a 13 meses de unas elecciones presidenciales. Y peor si se enfrenta a un partido en el gobierno de mucha tradición y recursos y a otro en la oposición que encabeza las encuestas.
La manzana de la discordia
Los 13 mil 248 sufragios atribuidos a Estrella contra mil 265 de Peynado en la provincia de San Pedro de Macorís se constituyeron en piedra de contradicción. El total de 14 mil 513 no es desproporcionado con el porcentaje de la votación nacional. Más bien está por debajo, puesto que son apenas el 20 por ciento de los 72 mil 574 miembros que figuran en el padrón provincial, de acuerdo al suplemento publicado en HOY por el PRSC días antes de la votación.
Lo que no guarda proporción es el 91 por ciento de Estrella en la provincia. Lo peor fue que en el resultado del cómputo de los primeros 20 de los 44 centros de votación instalados en San Pedro, con un total de 2 mil 497 votos, el promedio de concurrentes fue de 125, según los boletines oficiales uno y dos, pero en los otros 24, según el boletín 4, el promedio ascendió a 500.
El centro de votación 005, de la ciudad cabecera se constituyó en muestra de las alegadas irregularidades. La votación que registra el acta es de mil 236, casi 9 veces el promedio nacional que es de 142 votos por centro. Y fue de allí precisamente de donde sacaron a un observador del Movimiento Participación Ciudadana que verificó el proceso en todo el país, mediante el sistema de muestra aleatoria. Según testimonió la entidad, el voluntario tenía informes de que los votantes allí no habían llegado a 400.
Pero el asunto es que aún anulando la votación en la provincia de San Pedro de Macorís, lo que rebajaría 13 mil 248 votos a Estrella y mil 265 a Peynado, el primero seguiría ganando por mil 668 votos, pues los totales nacionales se reducirían a 175 mil 333 y 173 mil 665 votos, respectivamente.
La confrontación rebasa la manzana de la discordia de San Pedro. Aunque la noche de la votación, en su primera rueda de prensa, Jacinto Peynado dijo que él aceptaba la derrota en las otras provincias donde había perdido, pero no en la Sultana del Este. Posteriormente aduce que hay que revisar también en otras provincias y adiciona el problema de los que no pudieron votar por no haber aparecido en el padrón, que en muchos centros de votación fueron decenas y la mayoría alegaban ser peynadistas.
¿División inevitable?
Las circunstancias apuntan a la proclamación de Eduardo Estrella como candidato presidencial del PRSC, cuando concluyan las investigaciones en marcha de las irregularidades denunciadas, asumiendo que los 70 centros por cumputar no cambien significativamente la tendencia marcada por el 97 por ciento.
La tarea de los dirigentes reformistas ahora es lograr reducir las tensiones y el ambiente de enfrentamiento, a lo cual contribuye el sosiego que ha mostrado Estrella. Por de pronto Peynado se iba este fin de semana a descansar, a botar el estrés en que le dejó el proceso y sus resultados.
Se teme que aunque no haya fractura formal en el PRSC, perduraría la virtual, porque Peynado y los suyos están convencidos de que les hicieron “coca” y que el apoyo y hasta financiamiento del gobierno fue determinante. No hay ningún indicio claro, pero las denuncias fueron persistentes en la recta final del proceso.
Hay, además, un pleito casado entre Peynado-Morales Troncoso-Quique Antún y sus seguidores y los integrantes de “La Casa” (el anillo de Balaguer) que promovieron a Estrella. Las rencillas abarcan hasta lo empresarial entre el candidato perdedor y Guaroa Liranzo, señalado como cabeza gris y principal canalizador del financiamiento con que contó el ganador.
Para Jacinto Peynado es la segunda vez que los hombres de “La Casa” le cortan el paso, teniendo en cuenta que aquellos, encabzados por Balaguer, y particularmente Liranzo, fueron quienes lo dejaron “como perico en la estaca” en 1996 cuando negociaron el Frente patriótico con el PLD, traicionando la candidatura presidencial del partido.
Como los peynadistas y aliados acusan a “La Casa” de negociar con el actual gobierno y recibir beneficios del PPH, el rechazo de este sector a la candidatura perredeísta lo podría llevar a respaldar la candidatura del PLD, en una cruel venganza de lo ocurrido hace 7 años y la “afrenta” de ahora.
De manera que si hubo algo de cierto en el alegado patrocinio, los perredeístas pepehachistas podrían haber hecho una flaca inversión, impulsando un sector del reformismo hacia el PLD, que de ser tan significativo como en las primarias, podría ser suficiente para un triunfo morado en primera vuelta.
Eso a la luz de las encuestas y del derrotero en que está el gobierno y su partido, llamado a acentuarse en la medida en que se extienda la guerra contra Irak y se sientan sus efectos en el país.
Irónicamente los peledeístas apostaban al triunfo de Jacinto Peynado, contando con que en una segunda vuelta tendrían más posibilidades de recibir su respaldo. Lo peor que le pudiera ocurrir es que Eduardo Estrella siguiera brillando como un fenómeno político y le sacara sufragantes para la primera vuelta.
Pero todo dependerá de la medida en que el PRSC logre acercar a los contendientes y recupere las energías creativas y organizativas desarrolladas en un proceso electoral interno que habrá tenido sus fallas y si se quiere hasta vulneraciones, pero que representó un gran éxito relativo. Nada más que con la mala suerte de haber arrojado una votación de dos mitades, algo que suele ser divisionista en la débil cultura democrática nacional.-