Resultados estrechos retan la transparencia

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Por Juan Bolívar Díaz

El alto número de provincias y municipios donde los resultados de los comicios del pasado día 16 son estrechos entre los dos primeros lugares arrojará numerosas impugnaciones que determinarán que el veredicto definitivo se tome entre una y dos  semanas, lo que no debe alarmar a nadie.

Esa circunstancia y la alta proporción de actas de colegios electorales mal elaboradas son las causas fundamentales de la lentitud que ha marcado el proceso de cómputos de los comicios congresionales y municipales, manchados por una violencia que ha arrojado 10 muertos y por alegatos de maniobras fraudulentas.

Aunque pudiera variar el resultado en alguna jurisdicción, es imposible que cambie en lo fundamental el balance que favorece al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que le otorga la mayoría absoluta en las cámaras legislativas y en 64 de los 151 municipios.

Comicios manchados

El proceso electoral del 2006 quedará manchado por la ineficiencia con que fueron operados los colegios electorales, determinando extrema lentitud en el cómputo de las juntas electorales y una violencia desenfrenada que arrojó 10 muertos en las 72 horas que siguieron al cierre de las urnas.

La incorporación del voto preferencial por los diputados ya arrojó problemas de sumatorias en las actas en los comicios congresionales y municipales del 2002, pero esta vez se multiplicaron para sorpresa general, a un extremo que debe ser registrado para que no se repita en el futuro.

 Como hace cuatro años la incapacidad para cuadrar las sumatorias de votos afectó fundamentalmente las grandes conglomeraciones de la provincia Santo Domingo, el Distrito Nacional, Santiago, La Vega, San Cristóbal y otras.

Puede ser que en algunas provincias contribuyeran las maniobras dilatorias, pero lo fundamental fueron los errores en las actas. La mejor prueba quedó en el DN, donde una diferencia de 16 por ciento determinó que los perdedores reconocieron su derrota a 22 horas de cerradas las urnas, pero los cotejos y correcciones de las actas duraron 6 días.

 En la capital de la República el 80 por ciento de las actas llegaron descuadradas, 1,500 de los 1,920 colegios electorales, según testimonió el presidente de la correspondiente Junta Electoral, doctor Mariano Rodríguez. Para finalizar el cómputo la tarde del martes 23, autoridades y delegados políticos convinieron en prescindir de 25 de las actas. De estas 7 no pudieron ser cuadradas, 10 estaban incompletas, 5 se perdieron y 3 no pudieron ser leídas.

La provincia Santo Domingo registró el mismo problema, con la mayoría de las actas mal sumadas, hasta el punto que al emitirse el boletín 18 con los resultados provisionales definitivos, todavía no se había podido completar el cómputo más que en dos de sus 7 municipios. En un par de municipios las diferencias eran pequeñas, pero de 17 por ciento para la senaduría. En el Santo Domingo Norte, de 390 actas de colegios, sólo 40 pasaron el escáner, lo que implica que el 90 por ciento tenía algún descuadre.

En la provincia de Santiago más de la mitad de las actas tenían problemas y pasó más de una semana para concluir el cómputo, pese a que allí también el ganador llevaba una gran ventaja, de más de 8 por ciento. Cuando transcurrieron 48 horas del cierre de la votación, en el boletín 7, sólo habían completado el cómputo tres de las provincias menos pobladas, Altagracia, Dajabón y Samaná, arrojando ganancias para cada uno de los tres partidos mayoritarios.

 En la mayoría de las juntas se trabajaba entre 12 y 16 horas por día, buscando cuadrar acta por acta, lo que se hizo más lento y tenso en las que tenían cientos de colegios y en las 9 donde los resultados eran más estrechos, porque los delegados políticos extremaban los reclamos.

Resultados estrecho

En 9 de las 31 provincias y el DN los resultados arrojados por las urnas fueron muy cerrados, en el mayor de los casos del 2.39 por ciento. Pero en siete quedó en menos del 2 por ciento y en 5 en menos del 1 por ciento. La menor diferencia, del 0.29 por ciento se registra en María Trinidad Sánchez, donde el PRD y aliados aventaja al PLD y aliados por sólo 165 votos. En La Vega el PLD gana al PRSC y aliados por 661 votos, equivalentes al 0.45 por ciento.

En Valverde el PLD y aliados superan al PRD y aliados por 273 votos, para un 0.47 por ciento. En Barahona el PRSC y aliados ganan al PLD y aliados por 369 votos, el 0.55 por ciento. Y en Elías Piña el PRSC aventaja al PLD por sólo 218 votos, equivalentes al 0.87 por ciento.

 En todas esas provincias y en Peravia, San Pedro de Macorís, Bahoruco e Independencia, donde las diferencias oscilan entre 1.20 y 2.39 por ciento, los tres partidos mayoritarios anuncian impugnaciones y solicitudes de revisión de los votos nulos, que superan las diferencias.

Las elecciones del 2002 se definieron con amplias diferencias en 29 provincias. La menor se registró en Santiago, donde el PRD terminó ganando por 1073 votos, para 0.45 por ciento, después que le anularon más de 500 fraudulentos. En el DN el PLD ganó su única senaduría por 2,436 votos, 0.91 por ciento. La siguiente menor diferencia fue en la provincia Santo Domingo, ganada por el PRD al superar al PLD en 4.26 por ciento.   Ahora los resultados estrechos afectan a casi la tercera parte de los 151 municipios. En 45 de ellos los ganadores se definen por menos de 300 votos. En 34 por menos de 200 y 14 por menos de 100 votos.

El extremo se da en 8 municipios donde la diferencia entre el primer y el segundo lugar es menor de 25 votos, con el agravante de que los votos nulos, sujetos a revisión, son mucho más. En Pedro Brand (aún incompleto), la diferencia es de 6 votos; de 8 en Peralvillo con 269 nulos; 12 en Tenares con 523 nulos; 13 en Neyba con 674 nulos; y 14 en Padre las Casas con 265 anulados. En Hato Mayor  17 votos de diferencia, pero con 1,088 anulados. En San Cristóbal  45 votos con 3,246.  Las ventajas se reparten entre los tres partidos mayoritarios y sus aliados.

Las Impugnaciones

Los artículos 152 al 157 de la Ley Electoral establecen los procedimientos para las impugnaciones, indicando que proceden por error, fraude, prevariación, por haberse admitido votos ilegales o rechazado votos legales y “por cualquier otra irregularidad grave que sea suficiente para cambiar el resultado de la elección”.

Con tantos resultados estrechos y dado el número de irregularidades en las actas y de votos anulados que superan las diferencias en decenas de municipios, y a la luz de los reclamos que formulan los diversos partidos, incluyendo al que encabeza las votaciones, no sorprende que el jueves se informara de 170 recursos de impugnación. El PLD ha reclamado el triunfo en tres de las provincias donde la oposición gana por corta diferencia. PRD y PRSC lo reclaman por lo menos en cinco.

El plazo de 2 días para impugnar en las juntas electorales de los municipios ya venció ayer para todos los resultados oficializados hasta el boletín 18 del miércoles 24. Las juntas electorales tenían 3 días de plazo para conocer los recursos y luego 2 días para emitir su fallo, cosa que algunas ya han hecho.

Pero existe también el recurso de apelación ante la Junta Central Electoral, en el plazo de 2 días. El máximo tribunal tiene cinco días para fijar audiencia pública para conocerlo y hasta tres días después para emitir el fallo que será definitivo. Dependiendo de la documentación podrían decidir en cámara sin audiencia.

 Las circunstancias recomiendan serenidad de los agentes políticos, paciencia de la ciudadanía y honradez de las autoridades electorales. La extrema desconfianza y las descalificaciones del liderazgo político, las celebraciones antes de tiempo y la renuencia a aceptar las derrotas ya han tenido un costo humano de 10 muertos y numerosos heridos.

También lucieron desproporcionadas las presiones de instituciones sociales y personalidades a la Junta Central Electoral para que diera los ganadores, cuando la mayoría de las juntas municipales no habían podido completar el cómputo por la grave deficiencia de las actas de los colegios de votación y la dilación de los delegados políticos en la validación de las mismas.

Sin cambios significativos

La madurez democrática y el afianzamiento de los procesos electorales pasan por los recursos de impugnación establecidos en la ley. Pero también por la transparencia y el fundamento de las instancias y los fallos de los árbitros instituidos.

Con tantos resultados estrechos, especialmente en el nivel municipal, nadie puede descartar que alguna impugnación tenga fundamento, y se produzca algún cambio, especialmente en los que se han definido con apenas decenas de votos de diferencia.

En comicios anteriores los recursos de revisión han logrado que se convalide parte de los votos anulados injustificadamente.

A nivel provincial las diferencias menores afectan a cinco provincias, en dos de las cuales encabeza el PLD, y en tres el PRSC y el PRD. De los diez municipios con menores diferencias en la mitad gana el PLD y aliados, en cuatro la alianza PRD-PRSC y en el otro el Partido Revolucionario Independiente.

Dada esa diversidad es casi imposible que las revisiones puedan afectar significativamente los resultados conocidos, con el triunfo del PLD y aliados en 22 provincias, PRD y aliados en 6 y PRSC y aliados en 4. Por municipios la distribución es de 64 al PLD, 51 al PRD y 27 al PRSC. El PRI tiene 2 y los partidos Revolucionario Social Demócrata y Popular Cristiano, de a uno.

Todavía la institucionalidad electoral tiene que pasar la prueba de estas impugnaciones con resultados tan estrechos. La convicción general es de que los tiempos de las decisiones chanchulleras han pasado a la historia, por lo que deberá prevalecer la voluntad popular, transparentemente fundamentada.-