Las ponencias presentadas en el seminario sobre La Realidad Social y Legal de los dominicanos Repatriados, celebrado el viernes 24 de marzo, confirman el criterio de que hay que buscar aquí, en la sociedad dominicana, las causas que determinan el sostenido incremento de la delincuencia.
Las estadísticas y estudios disponibles demuestran que los dominicanos deportados desde países desarrollados, especialmente desde Estados Unidos, han sido tomados como chivos expiatorios atribuyéndoles la mayor cuota de responsabilidad en la multiplicación de la delincuencia que se registra en la última década.
Varios expertos coincidieron en la necesidad de políticas para ayudar a los dominicanos que son apresados en Estados Unidos y para permitirles una reinserción social a los que son repatriados, en vez de marginarlos y excluirlos, incitándolos a buscarse la vida por medios ilegítimos.
Por delitos menores
Particularmente relevante resultó la ponencia de la doctora Nina Siulc, investigadora del Instituto Vera de Justicia de Estados Unidos presentada en el seminario organizado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo y la Fundación Bienvenid@ Seas.
La experta, que durante una década ha dado seguimiento a la deportación de dominicanos, tomó una muestra de 500 dominicanos deportados de los Estados Unidos entre el 2001 y el 2004, determinando que apenas un 5 por ciento fue procesado por crímenes calificados de graves. Esto demuestra que estos ciudadanos no son, como se ha querido vender, criminales de carrera. La norma es que sean apresados por faltas menores relacionadas con drogas, no por crímenes violentos como asesinato, robo o violación, sostuvo.
La doctora Siulc estableció que el 85 por ciento de esos deportados llegaron al país con un solo crimen en su récord, regularmente relacionado con drogas. Y sostiene que muchos son sancionados por penas muy pequeñas, que con una buena defensa hubiesen podido evitar la deportación.
Con frecuencia llegan ante el juez sin poder pagar un abogado y la ley norteamericana impide que el Estado proporcione defensa legal a los procesados con problemas de inmigración. Influye también que muchos son enviados a cárceles lejanas de donde residían, haciéndoles más difícil el acceso a familiares y abogados.
La experta norteamericana sugirió que los consulados dominicanos presten asistencia a los dominicanos que son detenidos en Estados Unidos, como hacen otros países, poniendo de ejemplo a México. Dijo que hace muy poco que los funcionarios consulares han comenzado a interesarse por ellos. Los funcionarios diplomáticos y consulares de Colombia y Estados Unidos prestan asistencia a sus conciudadanos apresados en República Dominicana aún por cuestiones de drogas.
Pocos procesados aquí
Tanto la doctora Siulc como el coronel Francis Abreu Peña, quien representó al jefe de la Policía Nacional como ponente en el seminario, reconocieron que es ínfima la cantidad de repatriados que han sido procesados en el país por crímenes, demostrando que la sociedad dominicana genera sus propios delincuentes.
La investigadora norteamericana manifestó que Desde el 2002, fecha en que las autoridades dominicanas comenzaron a llevar un control preciso de las repatriaciones, sólo 25 de los deportados han sido procesados por repetir la ofensa por la que fueron apresados en Estados Unidos, un número muy por debajo, por ejemplo, de la cantidad de agentes policiales que han sido apresados en ese mismo lapso por cometer crímenes.
Las estadísticas publicadas por la Procuraduría General de la República indican que sólo entre enero y agosto del 2005 agentes policiales dieron muerte a 95 personas estando fuera de servicio, es decir por conducta criminal. En el mismo período 345 civiles murieron en los llamados intercambios de disparos. Por su parte el coronel Abreu Peña informó que la PN tiene registrados 23 mil 800 repatriados por delitos criminales, coincidiendo en que el 90 por cierto es por droga y 5 por ciento por robos. Sostuvo que el año pasado delinquió el 1 por ciento y 21de ellos en lo que va del año. Proyectada esa cifra este año serían menos de un centenar, siendo miles los dominicanos procesados cada año por actos criminales.
Aunque no lo dijo el coronel Abreu, datos anteriores suministrados por la PN indican que una buena proporción de los delitos en que incurren aquí los repatriados son del renglón falsificación de documentos, casi siempre tratando de volver a Estados Unidos. Aunque el oficial policial sostuvo que si bien tienen que ver con el incremento de la delincuencia en el país, su participación es mínima. Hay otras causas. No podemos echarles la culpa sólo a ellos.
Aunque los dominicanos deportados por delitos en Estados Unidos pasan de 30 mil, los expertos consideran que parte de ellos no viven en el país, pues han logrado volver ilegalmente a Estados Unidos.
Falsa convicción general
En la opinión pública dominicana predomina la convicción de que la delincuencia nos ha sido exportada desde Estados Unidos, una forma sutil de escurrir el bulto y negar que esta sociedad tiene estructuras y pautas generadoras de todo género de violencia contra las personas y las propiedades.
Se aduce que los repatriados traen técnicas sofisticadas de la criminalidad, como si la televisión y el cine no mostraran en cantidad alarmante la más amplia variedad de delitos y formas de evadir la justicia, incluyendo la mayor sofisticación de los secuestros, asesinatos, violaciones y espectaculares asaltos con uso de la informática.
Mucho mayor incidencia en el incremento de la delincuencia en el país tienen la pobreza y la falta de oportunidades que afecta a la mitad de la población dominicana, el hacinamiento en la marginalidad urbana y la falta de energía eléctrica, así como la corrupción pública y privada y la impunidad que se exhibe ofensivamente.
En el renglón que más podrían estar incidiendo los repatriados es en el tráfico de drogas, la grande como tránsito hacia Estados Unidos y Europa, y la menor que es la comercialización en el país. Se le puede atribuir a ellos responsabilidad indirecta por la delincuencia que genera el consumo de drogas, aunque la gran mayoría de los procesados aquí por este delito, que es el predominante, no han sido repatriados, de acuerdo a las estadísticas presentadas en el seminario. Una considerable proporción son jóvenes que nunca han salido del país.
El coronel Abreu dejó consignado que la PN tiene a los repatriados clasificados por delitos. Cuando ocurre algo aquí revisamos en el registro para ver si puede haber algún involucrado. Lo que más hacen es robar, sostuvo.
Políticas asistenciales
La falsa convicción de que son los repatriados los responsables del incremento de la criminalidad en el país produce una actitud bastante generalizada de exclusión de esos ciudadanos que ya han pagado por el delito cometido y tienen derecho a una reinserción en la sociedad.
Durante el seminario, un repatriado tuvo el valor de manifestar su frustración porque no ha podido conseguir un trabajo que le permita vivir, lo que a juicio de los expertos es un incentivo a la reincidencia.
Ante la ocurrencia el director de prisiones de Nueva York, Héctor Chiesa, se manifestó avergonzado y pidió que el Estado dominicano implemente programas de reinserción. Si no los ayudamos y les cerramos las puertas, la única alternativa es regresar al crimen, y va a ser crimen organizado. Expresó que en Estados Unidos tienen oficinas para ayudar a conseguir empleo a los que cumplen condenas.
Otra consecuencia señalada por el funcionario newyorkino es que ante la falta de oportunidades en la sociedad dominicana muchos de los repatriados volverán a Estados Unidos por cualquier medio. Van a regresar en yola, van a arriesgar sus vidas, y pasarán a formar parte del grupo de unos 15 millones de ilegales que viven en territorio norteamericano. Nina Siulc dijo a HOY el 3 de agosto pasado que por lo menos un 15 por ciento de los repatriados logran volver a Estados Unidos.
El mejor ejemplo del esfuerzo de los repatriados por reinsertarse en la sociedad dominicana es la Fundación Bienvenid@ seas, creada por ellos mismos para dar asistencia a los más necesitados, en su mayoría jóvenes de 25 a 45 años de edad, muchos de ellos desarraigados, que han pasado buena parte de su vida en Estados Unidos, de donde procede el 95 por ciento.
Recientemente ha salido a la luz pública una Asociación para Defensa de los Emigrantes, que con un pequeño subsidio acaba de abrir un primer centro para acoger a los recién llegados.
De todas formas, los repatriados son consecuencia de la pobreza nacional que ha determinado una emigración que se estima alrededor del millón y medio de dominicanos y dominicanas regados por todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, Puerto Rico, las islas del Caribe y aún en otros continentes, sobre todo en Europa.
Esa emigración que aporta anualmente al país unos 3 mil millones de dólares ha sido sostén de la economía nacional, tanto como el turismo y el triple de las exportaciones nacionales. Eso debería ser suficiente para que se trate con serenidad y objetividad el problema de los repatriados, sustrato de la diáspora de la nación.-