Perspectivas de alianzas

Por Juan Bolívar Díaz

A menos de cuatro meses para las elecciones legislativas y municipales del 16 de mayo próximo, el panorama electoral luce aún incierto, tanto en término de las ofertas de candidatos como en las posibilidades de alianzas en las que aparecen envueltos los tres grandes partidos del sistema político.

Por el momento las mayores perspectivas parecen ser de alianzas parciales entre los partidos Revolucionario Dominicani (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC), entre los cuales parece haber más vasos comunicantes que en cualquiera de ellos con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Sin embargo, como ya se ha advertido, difícilmente se defina alguna alianza antes de los finales del próximo mes de febrero, y una vez más el eterno caudillo reformista Joaquín Balaguer aparece con la llave en el bolsillo, agotando hasta la última gota de un tiempo que no se le acaba.

Un proceso bien lento

El proceso de elección de candidatos se ha caracterizado por la lentitud. Reformistas y peledeístas agotan ya casi el segundo mes en esa tarea y los perredeístas apenas están fijando fecha para su convención, la que no se producirá antes de la segunda mitad del próximo mes, cuando se acercará el plazo para registrar alianzas.

El PLD efectuó una primera votación a principio de diciembre y será en este fin de semana cuando se aboque a la segunda ronda. Se ha reservado la selección de candidatos a senadores en la mayoría de las provincias y de los municipios caberas de estas, contemplando la posibilidad de pescar una alianza parcial con el PRSC. Alrededor del 40 por ciento serían escogidos por su Comité Político.

A su vez el partido colorado sigue un proceso progresivo de elección en la mayoría de las provincias, con una reserva no cuantificada de candidaturas para dejarlas en manos del doctor Balaguer.

De la misma forma el PRD ya ha acordado que el 30 por ciento de sus candidatos serán escogidos por su Comisión Política, y entre estos se contemplan los necesarios para la perseguida alianza con los colorados.

Ni la más remota posibilidad de un acuerdo electoral se atribuye a los dos partidos que fundara el fallecido profesor Juan Bosch, convertidos ahora en los mayores rivales de la política nacional.

La lentitud de la elección de los candidatos ha sido determinada por las incertidumbres que crearon los repetidos intentos de legisladores de todos los partidos, encabezados por el de gobierno, por modificar la Constitución para unir de nuevo las eleccioens congresionales y municipales con las presidenciales, mediante el antidemocrático recurso de la prolongación del período, ya descartado.

El calendario regresivo para los próximos comicios elaborado por la Junta Central Electoral (JCE) establece el 2 de marzo, sábado en vez de domingo como indica el mismo, como la “fecha límite para depositar las solicitudes de aprobación de fusiones, alianzas o coaliciones”, a más tardar 75 días antes de cada elección,de acuerdo con el artículo 62 de la Ley Electoral.

El domingo 17 del mismo mes está marcado como límite para presentar las propuestas de candidatos, 60 días antes de cada elección ordinaria, según los artículos 70 y 76 de la legislación electoral. Tanto las alianzas como las candidaturas tendrán que ser aprobadas por las convenciones de los partidos y agrupaciones independientes.

Tanteos aliancistas

Los tanteos aliancistas han caracterizado las últimas semanas, especialmente la que concluye, cuando hasta los partidos emergentes recién reconocidos y algunas agrupaciones independientes han comenzado esfuerzos por estructurar candidaturas comunes.

El pasado fin de semana se produjo un primer encuentro que envolvió al Movimiento Independencia, Unidad y Cambio que mantuvo su reconocimiento desde que en 1998 ganó una diputada en alianza con el PRD, y a los recién reconocidos Nueva Alternativa, Alianza por la Democracia, Fuerza de la Revolución y Unión Demócrata Cristiana.

Estos comenzaron la semana anunciando en rueda de prensa su propósito, al mismo tiempo que el ingeniero Hamlet Hermann hacía público que había convenido con el MIUCA el lanzamiento de su precandidatura a síndico del reducido Distrito Nacional.               Pero lo más significativo de la semana fue el encuentro del presidente Hipólito Mejía, en su residencia, con una comisión de dirigentes reformistas integrada por Donald Reid Cabral, Federico Antún y Angel Lockward, días después de que el mandatario hablara de la posibilidad de un “pacto sin arrugas” entre colorados y blancos.

Reid Cabral llegó a favorecer públicamente el acuerdo con el partido de gobierno, mientras Rafaela Alburquerque advertía que el doctor Balaguer “tiene ofertas de todos los partidos”.

Fue significativa la afirmación atribuída a Danilo Medina, quien en los dos torneos electorales pasados fue un decidido propulsor de repetir la alianza de 1996 entre el PLD y el PRSC, en el sentido de que “el reformista está más cerca cdel PRD que de nosotros en cuestión de acción”.

Y refirió que “no se trata de visitas a Joaquín Balaguer. Se trata de la forma en que actúan los dos partidos”, señalando la colaboración reformista con las iniciativas legislativas del gobierno y en el Consejo Nacional de la Magistratura, a propósito de la reciente elección de 3 nuevos jueces para la Suprema Corte de Justicia, donde obviamente se registró un acuerdo previo entre los antiguos enconados adversarios.

Más vasos comunicantes

            Y ciertamente tiene razón el ingeniero Danilo Medina, pues la colaboración de los reformistas con el gobierno perredeísta ha sido mucho más consistente que la que tuvieron con el régimen peledeísta que ayudaron a constituir resueltamente con los votos colorados desde la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 1996.

            Esta vez Medina y la generalidad de los dirigentes peledeístas no parecen dispuestos a repetir los errores de las dos últimas votaciones, cuando pretendieron ignorar que la ley de la supervivencia llevaba a los reformistas al acercamiento con el PRD para no seguir consagrando al partido morado, a su costa, como la alternativa frente al más antiguo y mayoritario de los partidos nacionales.

Aunque les cuesta a los peledeístas reconocerlo, el presidente Mejía y el conjunto del perredeísmo han sido más hábiles en mantener las relaciones con los reformistas y en conseguir su colaboración. Pero el factor definitivo debe haber sido la necesidad del partido de Balaguer de recuperar un segundo y claro lugar con miras a las presidenciales del 2004.

Tienen la ventaja de que es impensable que los peledeístas apunten a respaldar una candidatura del PRD en una segunda vuelta. Es decir, que cualquiera que sea la distancia ahora, quedará reducida para dentro de dos años, por los irreversibles enconos que pautan la vida de los dos partidos en que se dividió el perredeísmo hará 29 años.

Los analistas sociales hace tiempo que advierten que hay más vasos comunicantes entre las bases del PRD y el PRSC que entre las de este y los peledeístas, que aunque se masifican progresivamente, siguen siendo un partido de clases medias, especialmente del ámbito profesional y estudiantil.

Aunque han hecho esfuerzos teóricos en los últimos años, los peledeístas no han podido liberarse de esa aureola de auto suficiencia en que los sumieron los años de la política de cuadros, cuando se preaparaban para relevar a las glebas de los partidos tradicionales, mediante un régimen de “liberación nacional”. En el poder no pudieron acercarse suficientemente a las bases ni a la dirección reformistas.

Por el contrario, en la dirección reformista, y se incluye hasta a Balaguer, prevalece el criterio de que el peledeísmo en el poder pretendió nutrirse de sus cuadrios medios y bases populares y juran que “se compraron decenas de miles de cédulas” entre sus militantes más pobres.

Algunos amagos de procesamientos judiciales hirieron la sensibilidad reformista, durante el gobierno del PLD, mientras los perredeístas se han cuidado de no tocar a los colorados ni con el pétalo de una rosa, reproduciendo el mismo “realismo político” que enarboló el PLD en los procesos electorales de 1994 y 96.

Nadie cante victoria

Todo apunta a una alianza entre dos de los partidos mayoritarios, a diferencia de lo

ocurrido en los dos últimos torneos electorales. Existe la convicción de que de irse cada uno por su lado, la fuerza del PRD volverá a imponerse, aunque nadie espera una sorpresa como la de 1998, cuando ganaron 24 de las 30 senadurías, 95 de los 115 municipios y más de la mitad de los diputados. Ni siquiera que se aproxime al 49.85 por ciento del 2000.

Aunque la balanza tiende a inclinarse al acuerdo PRD-PRSC, con o sin arrugas, nadie puede cantar victoria, como en el beisbol “hasta el out 27”, y a Balaguer le gusta jugar sus juegos completos y negociar en base a puras sumatorias, olvidando todo lo que sea necesario en aras de su conveniencia.

Al fin de cuentas, por más optimista que sea el inconmensurable Balaguer, para las próximas elecciones presidenciales tendrá 98 años y carecerá de fuerzas para moverse de su sillón reclinado. Pero todavía nadie cree que ponga los intereses de su partido sobre su afán de seguir reinando hasta el último suspiro.

Como los peledeístas tienen menos expectativas y militancia, siempre podrán poner más sobre la mesa balaguerista a la hora en que se distribuyan los panes y los peces. Sobre todo al ser conscientes de que un acuerdo entre los otros dos partidos, los podría dejar muy mal parados cuando se cuenten los votos nuevamente.

Si la decisión fuera del colectivo reformista, los perredeístas tendrían mayores posibilidades. Vale recordar la rapidez y firmeza con que desmintieron que se hablara de alianza electoral cuando la reunión Balaguer-Leonel Fernández de noviembre. Lo que no ha ocurrido a propósito de los encuentros con el presidente Mejía.

De cualquier forma, uno de los axiomas de la política nacional gira en torno a la flexibilidad de Balaguer por profesar el predicamento de que el enemigo de hoy ers el aliado de mañana. Por lo que los perredeístas no pueden dar nada por seguro si no quieren correr el riesgo del PLD en los dos últimos comicios, cuando puso su suerte en manos del mago de la política nacional y los billetes les salieron pelados.

Habrá que esperar a ver cómo se maneja el PRD en el proceso de elección de candidatos, lo que a ese partido siempre le ha resultado difícil. Y ya han soplado vientos de tormentas. Ello podría marcar la diferencia.-