Otra barrida perredeísta, un nuevo tropiezo del PLD pese a decadencia del PRSC

Por Juan Bolívar Díaz

            El mapa electoral dominicano volvió a ser pintado de blanco por la tradicional maquinaria del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en un impresionante triunfo para esa organización y su gobierno, a contrapelo del desgaste que produce el ejercicio del poder y que tuvo expresión en las dos mayores urbes del país, el Distrito Nacional y Santiago en exitosas elecciones que ratificaron la fortaleza del padrón electoral fotográfico.

            Para el Partido de la Liberación Dominicana los resultados de los comicios congresionales y municipales del jueves constituyen un nuevo revés, al ver reducida su representación en el Senado de 4 a 1, según las proyecciones del boletín 9 de la Junta Central Electoral (JCE), emitido a las 6.45 de anoche, salvando el honor con la obtención de la senaduría y la sindicatura del Distrito Nacional.

            El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) consigue mayor número de municipios, con 12, ratificando su dominio en las provincias de San Pedro de Macorís y La Altagracia, mismas que había ganado hace 4 años, mientras el Partido Revolucionario Independiente (PRI) ocupa el cuarto escaño con su victoria en cuatro municipios.

Elecciones ejemplares

               La votación de este 16 de mayo se constituyó en una jornada cívica por el orden que predominó en los comicios, transparentes y sin irregularidades relevantes, como reconocieron los observadores internacionales y nacionales.

            Aunque el día fue manchado por la muerte de un militante reformista a manos de perredeístas horas antes de abrirse las urnas, la campaña electoral fue mucho menos violenta que la de los comicios similares de 1998, cuando diez personas perdieron la vida en enfrentamientos políticos vuiolentos. Esta vez las víctimas sumaron tres.

            Una vez más la ciudadanía mostró un comportamiento ejemplar y si la abstención vuelve a rondar la mitad de la población empadronada se debe a lo penalizante que se ha demostrado el obsoleto sistema de votación en “colegios cerrados”.

            Los observadores han sido unánimes, al igual que en las presidenciales del 2000, en recomendar la eliminación de ese adefesio de sistema de votación, ponderando el padrón fotográfico como uno de los mejores y más seguros que existe en el continente.

            Las mayores dificultades y quejas derivaron del sistema de votación que promueve el hacinamiento y las aglomeraciones durante un promedio alrededor de tres horas para ejercer el sufragio.

            Una vez más resultaron desaforados los vaticinios de que habrían cientos de miles de electores dislocados, a consecuencia de los traslados de mesas y de recintos que se derivan del crecimiento de la población electoral y del sistema de votación.

            El Informe de la observación electoral del movimiento Participación Ciudadana establece que en el 16.6 por ciento de los colegios electorales se registraron dificultades con algunos electores removidos, representando un 3.79 por ciento de los empadronados en esos colegios.

Precisa, empero, que en relación al universo de los electores los afectados serían apenas el 0.84 por ciento. De ellos muchos lograron ubicar sus mesas de votación y pudieron sufragar, pero otros no. En porcentaje de colegios afectados por ese problema descendió en relación al 24.6 que Participación Ciudadana registró en los comicios del 2000.

            Tampoco se produjo la catástrofe de votos nulos que algunos vaticinaban por efecto de los combios relacionados con las nuevas circunscripciones electorales, el voto preferencial para diputados y la cuota femenina, reformas ponderadas por los observadores internacionales y los expertos electorales. Se cree que el voto nulo no superará mucho el 2 por ciento de las elecciones presidenciales. Por ejemplo, en la fronteriza provincia Independencia donde ya se reportó el total de la votación, apenas ascendió a 2.43 por ciento.

            La mayor dificultad del proceso organizativo se registró en los cómputos, que se vieron retrasados en las concentraciones urbanas del Distrito Nacional, provincia Santo Domingo y Santiago, donde hubo que revisar cada acta debido a la gran cantidad de errores en el llenado de los formularios en los colegios electorales, lo que se atribuyó al voto preferencial. Pero la tarea se realizaba sin mayores tensiones en consenso de los delegados de los partidos.

PRD: Barrida absoluta        

            Más que el éxito que corresponde a la JCE por la nítida organización del proceso, resalta la barrida de la maquinaria perredeísta, que faltando un 40 por ciento del cómputo tenía asegurados 26 de los 32 senadores, manteniendo la ventaja en otros 3, proyectándose para 29, lo que implicaría un 90.6 por ciento. En 1998 consiguió 24 de 30 para 80 por ciento.

            A esa altura del cómputo, faltando el 86 por ciento del DN, eln 80 de Santo Domingo y el 66 por ciento de Santiago, las tres mayores concentraciones de electores, resultaba muy difícil estimar cómo quedará repartida la Cámara de Diputados. Un primer estimado otorgaría poco más de la mitad de las curules al PRD, alrededor del 30 por ciento al PLD y del 20 restante al PRSC.

            Tras el boletín 9 de la JCE que definía 28 de las 32 jurisdicciones provinciales,       (faltanto DN, Santo Domingo, Santiago y Puerto Plata) el perredeísmo se proyectaba ganador en 99 de los municipios, el reformismo en 12, el peledeísmo en 7 y el PRI sorprendía ganando en 4.

            Los ganados por el PLD serían DN, La Romana, Yamasá, Nigua, Juan de Herrera, Licey al Medio y Juan de Herrera. El PRI se imponía en Sabana de la Mar, Sánchez, Laguna Salda y Enriquillo. El principal municipio ganado por el PRSC sería el de Santiago. También San Pedro de Macorís e Higuey, entre otros.

            La mayor caída del PRD se registró en el DN, afectado por su reducción, cuando hace poco se le extrajo lo que ahora esla provincia de SantoDomingio, convertida en la mayor concentración urbana.

            El apoyo popular al PRD volvió a ser patente al ganar en las provincias más pobres y marginadas, con porcentajes a menudo superior al 50 por ciento, en más de una docena sobre el 45 por ciento. El DN tiene ahora mayor peso de las clases medias y altas, porque una gran partde de sus barrios marginales pasaron a la nueva provincia.

            Un indicativo de ello fue que en las proyecciones de la observación de Participación Ciudadana el PRD perdía de calle en las circunscripciones 1 y 2 del DN, y ganaba por más de 4 puntos en la 3, donde están los barrios populares que le quedaron a esta jurisdicción.

            El resultado electoral del partido de gobierno debe ser relacionado también con su política de inversiones que ha sido desconcentrada del DN y Santiago, favoreciendo a mayor número de comunidades del interior.

El PLD y el PRSC

            La votación del pasado jueves no parece haber definido claramente la segunda posición en el poder partidario nacional. El PLD quedará con más diputados que el reformismo, por su desempeño en las tres jurisdicciones de mayor número de escaños. Pero los colorados tendrán 2 senadores contra uno, y 12 municipios contra 7.

               De ratificarse su proyectado triunfo en el DN, el PLD puede reivindicar como éxito el haber desplazado al PRD de su plaza más tradicional y el haber ganado en la capital de la nación y el segundo núcleo poblacional. También el haber quedado en segundo lugar en los otros dos mayores, Santo Domingo y Santiago.

               Pero su gran revés consiste en haber perdido en las cuatro provincias que ganó en 1998, La Romana y el Seibo, Salcedo y Elías Piña, todas a manos de su rival el PRD, lo cual ratifica la inconsistencia de su voto, como en 1994 cuando perdió de calle en la mayoría de las provincias y municipios que había conquistado en 1990.

            A la luz de los resultados de estos comicios, el PRSC y el PLD seguirán disputándose el segundo lugar, lo que también beneficiará al perredeísmo gobernante. Ambos quedaron en segundo lugar en las votaciones de 15 provincias. El partido morado se proyectaba con mayor número de votos a nivel nacional.

            Revisado este factor, el PLD se proyecta con mayor vigor en los centros urbanos del país, con tendencia a disputarlos al PRD. Se colocó en segundo lugar en provincias como Santiago, Santo Domingo, La Romana, San Cristóbal, San Juan, Salcedo y Montecristi, mientras el reformismo compite con el PRD en el mapa de las provincias más pobres, rurales y distantes. Todos los cálculos en base al nivel congresional de elección.

            Se podría interpretar del mapa electoral que los peledeistas siguen teniendo serias dificultades para sintonizar con los niveles medios bajos y bajos de la sociedad, los hijos de machepa, con quien tanto ligó su fundador, el profesor Juan Bosch, pero cuya empatía parece haber dejado en el PRD, cuando lo abandonó en 1973. Y los fundadores del nuevo partido tomaron muy en serio la diferenciación.

            Pero el cuadro del Partido Reformista no queda muy bien pintado con estos resultados electorales que dejaron tan distantes a varios de sus principales figuras como Johnny Jones y Víctor GómezBergés, candidatos a senadores por el DN y Santo Domingo, que quedaron muy atrás de sus competidores.

            Esa imagen que pasó la televisión del doctor Joaquín Balaguer cuando ejercía el voto en su casa, reclinado en un sillón, con los ojos cerrados y casi ausente, pinta un cuadro perturbador para un partido que no ha podido liberarse de la tutela de un hombre en esas condiciones que además suma 95 años.

            El reformismo pudo haber hecho un mejor papel si el año pasado su caudillo no hubiese desplazado de su dirección a un grupo de dirigentes que estaban ensayando volar con sus propias alas. El resultado no puede ser alentador.

          Al escribirse este análisis todavía no se definía por completo el resultado electoral, pero los trazos estaban bastante claros, aunque sectores del PLD mostraban tendencia a cuestionar unos resultados que difícilmente puedan ser más claros. Por supuesto que a ningún perredeísta sele ocurra que ses posible manipular para quitarle al partido morado laúnica senaduría que parece haber ganado. Al fin y al cabo el presidente Hipólito Mejía ganó la apuesta y no tendrá que irse a sembrar yuca para su Gurabo, como prometió si sus archirivales ganaban más de dos provincias.-