Opositores se proponen dividir las funciones de la Junta central Electoral

Por Juan Bolívar Díaz

Aunque sin mucho aliento PLD y PRSC se aferran a la brecha de la negociación que abrió Mejía, pero planeando una larga lucha                                         

            Todas las fuerzas de la nación parecieron aferrarse esta semana al hálito de esperanza que se desprendió de las declaraciones del presidente Hipólito Mejía en las que se manifestaba en disposición a convocar al liderazgo político para discutir la situación derivada de la elección de los jueces de la Junta Central Electoral (JCE).

            Hasta los más radicales opositores optaron públicamente por la pequeña brecha al entendimiento abierta por el mandatario, aunque en privado recordaban que en varias ocasiones Mejía había formulado planteamientos conciliatorios que poco después eran sustituídos por expresiones de desprecio a sus opositores.

            Pero mientras tanto, los legisladores de los dos mayores partidos de la oposición se retiraron del Congreso y líderes de los mismos comenzaron a reunirse para delinear un curso de acción cómun que pasará por insistir en una mediación de la Iglesia Católica y en una nueva reforma para dividir las funciones administrativas de las contenciosas en materia electoral.

Complicado el panorama

            El balance de la semana arroja una mayor complejidad en el panorama político nacional, tras el retiro del Congreo de los bloques legislativos de los dos principales partidos de oposición, mientras los líderes de estos comenzaban a reunirse publicamente con el objetivo de concertar acciones para sustentar su oposición a los jueces electorales recién electos por el Senado.

            Así mismo, las declaraciones de los líderes de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) prometían un largo enfrentamiento en torno a la integración de la Junta Central Electoral, incentivado por los informes de que el organismo iniciaba el proceso para elegir las juntass electorales municipales y para implementar el voto de los residentes en el exterior.

La semana comenzó con fuertes cuestionamientos al presidente Mejía por haber reiterado el domingo, tras su retorno de Estados Unidos, que no le pagaría a los legisladores que no asistieran a sesiones, aún reconociendo que con ello violaría la ley de autonomía del Congreso Nacional.

Después de haberse metido de lleno en la pelea por la decisión de los senadores, el primer mandatario dio un paso hacia la rectificación, acogiendo una propuesta del senador del PLD por el DN, José Tomás Perez, quien el lunes le pidió muy respetuosamente que se pusiera por encima del enfentamiento y asumiendo su papel de Jefe del estado se constituyera en ente de moderación y mediación.

Ese mismo día Mejía tomó la palabra a Pérez y expresó su disposición a convocar una reuniíon cumbre de líderes políticos para abordar las diferencias, pese a que todavía insistía en que “no van a cobrar”, refiriéndose a los legisladores de la oposición que ya habían materializado su retiro del Congreso para presionar una solución al diferendo sobre la JCE.

Aunque dudando de la disposición del presidente Mejía para promover un entendimiento, poco definida en sus alcances, sus opositores políticos y dirigentes de la sociedad civil se aferraron a la ventana abierta y favorecieron la reunión.

Al caer la semana no se vislumbra una solución al enfrentamiento, aunque el bloque perredeísta sigue mostrando fisuras, como quedó de manifiesto en declaraciones del senador Ramón Alburquerque, del precandidato presidencial Enmanuel Esquea y del presidente del Comité del Distrito Nacional, José Antonio Najri, quienes formularon advertencias sobre el curso que llevan el gobierno y el partido.

PRSC y PLD coordinan

Pero en términos políticos lo más significativo de la semana, después del retiro de los bloques legislativos fue la reunión pública sostenida el jueves en un restaurante del malecón capitalino entre comisionados del PLD y el PRSC, abriendo un escenario de reencuentro formal entre ellos.

El dirigente peledeísta Franklin Almeyda llamó la atención sobre el significado de la reunión y la disposición de ambas partes en proseguir concertando para revertir el arbitraje electoral que consideran desfavorable.

Además de Almeyda, por el partido morado estuvieron el secretario general Reinaldo Pared, y los dirigentes Danilo Medina, Francisco Javier y Monchy Fadul. Por la parte reformista el secretario político Johnny Jones y los dirigentes Rogelio Genao, José Hazim, Atilio Guzmán y Liselotte Marte de Barrios.

Franklin Almeida explicó que el PLD ha decidido concertar con los reformistas hasta donde sea necesario. En lo inmediato respaldaron la decisión del PRSC que la semana anterior pidió la mediación del rector de la Universidad Católica Madre y Maestra, monseñor Agripino Núñez Collado. Al mismotiempo expresan sincronía con la propuesta de los reformistas de que se aborde el problema de la JCE a partir de una nueva reforma de la ley electoral.

Se trata de dividir las funciones organizativas y administrativas de las contenciosas en materia electoral. Es decir crear un organismo o comisión organizadora de elecciones y dejar la JCE como el tribunal contencioso. Para esa reforma habría que abrir un espacio de entendimiento, dentro del cual cupiera también una reformulación de los jueces de la JCE.

Incentivos al entendimiento

Dirigentes reformistas concuerdan en que el espacio de entendimiento ha quedado abierto, por lo menos entre los dos partidos mayoritarios de oposición. Frente a la apertura del presidente hay división, pero aún en el PLD, caracterizado por la confrontación al partido de gobierno, se advierten tendencias a la moderación, conscientes de que no hay más alternativa que negociar. Aunque persisten voces duras como la de Alejandrina Germán, quien descalificó al presidente Mejía para convocar al entendimiento.

Una de las ocasiones en que el actual primer mandatario se manifestó más conciliatorio con sus opositores fue el 17 de mayo pasado, tras conocer en España el resultado de los comicios del día anterior que otorgaron a su partido una amplia mayoría congresional y municipal.

Mejía reaccionó entonces diciendo que redoblaría los esfuerzos en beneficio de la gente, “pero deseo hacerlo con la ayuda de todos, porque quiero que sepan que este triunfo no nos envanece personalmente, ni debe envanecer a nuestro partido, sino que nos convence de que si todo el país trabaja en la justa dirección, el triunfo será todavía más amplio, porque será de todos”.

Ese hermoso propósito se desvaneció días después, al retornar al país cuando descalificó a su antecesor Leonel Fernández, por demás presidente del PLD. Hay quienes creen que esta vez el agrónomo Mejía está más consciente de la necesidad de bajar la temperatura política, especialmente por la difícil situación económica internacional que cada día se refleja más en el país.

Otra razón, hasta ahora menos visible es la cumbre de los jefes de estados iberoamericanos a efectuarse en el país el 15 y 16 de noviembre. A la imagen del gobierno no le favorecería que ese cónclave encontrara un ambiente político de confrontación. En la oposición se baraja también ese factor, tanto como el económico y no faltarán quienes pretendan hasta abusar de ellos.-

Dos anuncios incentivan la resistencia

            Enpeñada en dar impresión de normalidad y sellar el “hecho cumplido”, la JCE formuló esta semana dos anuncios, en espacios pagados, que tuvieron efecto contraproducente. El primero se refirió a la creación de la Oficina del Voto en el Exterior y el segundo planteando el inicio del proceso para “conformar, reconformar o reestructurar las Juntas Electorales de los municipios que así lo ameriten”.

            Se trata de iniciar los preparativos para dar cumplimiento a la reforma electoral de 1997 que instituye el voto de los dominicanos residentes en el exterior, que ya hace tiempo provoca suspicacias entre los opositores, por la circunstancia de que las oficinas de empadronamiento y lugares de votación serán los consulados, como es normal en todos las naciones que permiten el sufragio en el exterior.

            El PLD ha sido particularmente suspicaz, expresando abierta oposición, en una actitud un tanto irracional, porque no es posible crear oficinas electorales, de empadronamiento ni votación, al márgen de las representaciones consulares y diplomáticas en el exterior. Pero si se mantiene el cuestionamiento a la JCE, mayor será la oposición al voto en el exterior.

            En general tanto dirigentes políticos como articulistas sobreestiman el influjo que tendrían los residentes en el exterior en las elecciones, creyendo que cientos de miles de dominicanos correrán a votar.

            Esa apreciación ha quedado en entredicho en la primera fase de preparación del voto en el exterior. En efecto, desde principios de este año la JCE viene celebrando reuniones en Nueva York, Madrid, Miami y otras ciudades de grandes colonias de dominicanos y dominicanos.

            Incluso se abrió una preinscripción y apenas 4 mil ciduadanos respondieron en Nueva York y menos de mil en Miami. La indiferencia ha llamado la atención, tanto como ha crecido la suspicacia.

            La reestructuración de las juntas electorales municipales, que siempre afecta a una gran proporción, y esta vez incluirá necesariamenmte al DN y Santiago, es materia de extrema sensibilidad para los partidos, convencidos de que “cuando los resultados son estrechos, las elecciones se ganan en las juntas municipales”.

            Ni reformistas ni peledeístas verán con indiferencia que la decisión en la reestructuración de los árbitros electorales de los municipios quede exclusivamente en manos de una JCE que ellos consideran bajo absoluto dominio del partido de gobierno.

            El segundo aviso pedía a los organismos que procedan en los próximos días a convocar a los partidos reconocidos y a representantes de la sociedad civil para reestructurar las juntas que lo ameriten.

            El efecto fue de incremento de la preocupación por la suerte del próximo proceso electoral y por lo tanto de incentivo a la concertación entre los dos partidos mayoritarios de oposición, que insistirán en extenderla a otros grupos políticos y a organizaciones sociales. Para ello ya comisiones del PLD se han reunido con dirigentes de los partidos Nueva Alternativa, MIUCA-PCT, Bloque Independiente Socialdemócrata, Alianza por la Demcoracia y Fuerza Nacional Progresista.-