¿Dislocados ó manipulados?
El análisis de los 171 mil electores y electoras que cambiaron de colegio de votación con miras a las próximas elecciones congresionales y municipales sugiere un patrón fraudulento encaminado a obtener senadurías, trasladando a miles de ellos a votar en las provincias menos pobladas, donde tendrían mayores posibilidades de alterar los resultados.
No se trataría de dislocados como se ha pretendido, puesto que el objeto no parece ser privarlos del derecho al sufragio, sino reubicarlos en lugares donde tendrían mayor peso, lo cual es imposible sin su consentimiento, lo que sugiere que podría tratarse de militantes partidarios.
Contrario a lo que algunos han planteado, el que las autoridades de la Junta Central Electoral (JCE) hayan advertido la ocurrencia demuestra una actuación honesta y la transparencia con que se viene manejando el padrón de electores, faltando ahora que adopten providencias para impedir la maniobra.
Mudanza de electores
Las corrientes migratorias dentro del país determinan que entre una elección y otra decenas de miles de ciudadanos y ciudadanas acudan a los centros de cedulación para cambiar de colegio electoral, aunque una proporción indeterminada no lo hace convirtiéndose en abstencionistas forzados si no pueden trasladarse el día de votación.
Entre los comicios del 2002 y 2004 los que cambiaron de mesa electoral, totalizaron 155 mil. Del 2004 hasta el 16 de diciembre del 2005 cuando se cerró el padrón, ascendieron a 171 mil, informaron el jueves al telediario de Teleantillas Uno Más Uno el administrador general y el director de Informática de la JCE, Miguel Angel García y Franklin Frías.
La diferencia de 16 mil electores movilizados no tendría por sí misma que llamar la atención, si los cambios no afectaran a las 6 provincias de menor población, las cuales no se cuentan entre los polos de atracción de inmigrantes, sino lo contrario son generadoras de emigrantes, por su pobreza y condición geográfica, cinco de ellas en la zona fronteriza.
La revisión de la relación de los que cambiaron de colegio electoral proporcionada por los ejecutivos de informática de la JCE a los partidos, como se hace también con los que se excluyen del padrón por fallecimiento o ingreso a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, demuestra que 10 mil 709 se inscribieron en mesas de votación de las provincias Pedernales, Independencia, Elías Piña, Santiago Rodríguez, El Seybo y Dajabón.
De los 171 mil movilizados, equivalentes al 3.18 por ciento de los 5 millones 369 mil 64 inscritos en el padrón electoral, 102 mil 720, el 1.91 por ciento, se cambiaron de un municipio a otro. Esos datos tampoco llamarían la atención si no fuera porque se dan en relación inversa a los movimientos migratorios. Mientras menor es la población de las seis provincias mayor es la proporción de los electores inmigrantes.
La provincia menos poblada del país es Pedernales, y hacia ella emigraron en los últimos dos años 3 mil 455 electores, equivalentes al 20.56 por ciento de los actualmente inscritos. En su municipio de Oviedo los trasladados son mil 802, equivalentes al 27 por ciento de su padrón de apenas 6 mil 631 electores.
En Independencia entraron mil 469 electores, 4.97 por ciento. Le siguen Elías Piña con 4.39 por ciento; Santiago Rodríguez 3.76 por ciento; El Seybo 2.99 por ciento; y Dajabón 2.85 por ciento.
En cambio en el Distrito Nacional, provincia Santo Domingo y Santiago, que se suponen las jurisdicciones de mayor atracción de inmigrantes, los trasladados equivalen sólo al 1.65, a 2.43 y 0.55 por ciento de sus respectivos padrones, dos por debajo de la proporción nacional.
Revisados por municipios también se da el mismo patrón: los 49 con menos de 10 mil electores registraron traslados que superan la proporción nacional, destacándose Oviedo, Estebanía, Guananico, Juan Santiago, Pedro Santana, El Peñón, La Descubierta, El Pino, Polo, Mella, Sabana Larga, Jamao al Norte, Las Charcas, Cristóbal y Bánica, con más del 6 por ciento cada uno. La mayoría corresponden a las provincias más afectadas por la ocurrencia.
Un plan maestro
Contrario a lo que aducen dirigentes políticos y medios de comunicación, no parece tratarse de electores dislocados para impedirle el voto. Al analizar los mil 802 que se trasladaron a Oviedo, resalta que tienen una procedencia demasiado múltiple, de 53 municipios, destacando 430 del DN, 302 de Santo Domingo Este y 275 de Bajos de Haina, proporciones insignificantes para afectar sus resultados electorales.
Tómese en cuenta que los 16 mil movilizados sobre los del período 2002-04 son apenas el 0.30 por ciento del padrón nacional, que los cambiados de un municipio a otro sólo son el 1.91 por ciento y el total general 3.18 por ciento, que para unas elecciones en 151 municipios no justifican la dislocación. Aunque en el DN y las provincia Santo Domingo, representan el 5 por ciento de su millón 755 mil 104 electores.
Pero además, las muestras tomadas por las autoridades de la JCE indican que más del 90 por ciento de los traslados llenaron los requisitos legales, de llenado y firma de un formulario y presentación de la cédula electoral. García y Frías dijeron que en el DN sólo un ciudadano se ha quejado de traslado contra su voluntad. Sólo con la negligencia o complicidad de los digitadores y directores de los centros de cedulación se podrían hacer miles de traslados sin la aprobación de los afectados.
Se registran casos de electores que se cambian de colegio para favorecer con su voto a un familiar o amigo, pero la concentración en municipios pequeños descarta ese factor como principal. El municipio de Oviedo tuvo el año pasado un subsidio del presupuesto de 7 millones 745 mil pesos, para un promedio mensual de 645 mil pesos, que no justificaría el traslado de mil 802 electores para favorecer un candidato a síndico.
La concentración de los trasladados en las provincias de menos población sí se corresponde con la búsqueda de senadores y diputados. En Pedernales 16 mil 808 electores, 20.56 por ciento de ellos trasladados, elegirán un senador con el mismo poder de decisión que los que escogerán el millón 32 mil de la provincia Santo Domingo, los 723 mil del DN y los 604 mil de Santiago.
Debe considerarse que los traslados se produjeron antes del 16 de diciembre, cuando quedó cerrado el padrón de electores y la mayoría de los partidos aún no definían sus candidatos. Ello implica que si los traslados concentrados se hicieron para buscar ventajas, tuvo que mediar un plan maestro y una mano organizativa, posiblemente con militantes partidarios.
Padrón transparente
Si algo queda claro de la ocurrencia que escandalizó la penúltima semana de la campaña es que el manejo del padrón electoral es transparente y que no es posible vulnerarlo en proporciones significativas sin que sea advertido, ya que es un documento público, al que pueden acceder los electores y electoras para verificar su ubicación.
Ahora mismo se pueden verificar por internet, en las oficinas de cedulación, en centros comerciales y hasta en la Feria del libro, donde lo han hecho unos 30 mil por día, sin que se reporten quejas de dislocaciones. Los ejecutivos de informática de la JCE explicaron que los delegados técnicos de los partidos recibieron copias electrónicas del padrón al cierre del 16 de diciembre, al 16 de enero cuando venció el plazo para recibir cédulas nuevas previamente solicitadas
Y el 3 de marzo con las fotos incluidas. Los tres mayoritarios, el Bloque Institucional Socialdemócrata y la Unión Demócrata Cristiana pagaron copias impresas en papel que recibieron en abril.
Todos los movimientos en el padrón, como nuevas inscripciones, cambios de colegios y exclusiones por fallecimiento o ingreso a las Fuerzas Armadas y Policía generan un listado por provincias y municipios con los respectivos cuadres que se entrega cada mes a los delegados técnicos de los partidos. García y Frías sostienen que todo lo que han recibido en el Centro de Informática es conformidad.
Y precisamente la advertencia sobre la concentración de los trasladados salió de ese organismo de la JCE.
Qué puede hacerse
Aunque las circunstancias sugieren una concentración de votantes para incidir en las provincias de menor población, la JCE no puede descartar la posibilidad de que fueran dislocados. En cualquier caso corresponde profundizar las investigaciones y adoptar las medidas correspondientes.
Se ha contemplado la posibilidad de elaborar un padroncillo con todos los trasladados para que puedan votar en sus colegios de origen, lo que salvaría la hipótesis de la dislocación, pero abriría la posibilidad del doble voto en caso de que se trate de una movilización organizada. El problema fue discutido en sesión de la JCE con los delegados partidarios el jueves, reenviada para el martes próximo.
Si los resultados electorales son estrechos en las seis provincias con altas proporciones de traslados, se aducirá que estos decidieron y se producirían alegatos de fraude, por parte de los perdedores, especialmente si afecta la alianza de perredeistas y reformistas, que históricamente han dominado en esas provincias, aún separados.
Ya el movimiento Participación Ciudadana hizo un muestreo y registró que en Pedernales las direcciones de residencia de los trasladados son irreales. También que la generalidad dijo que no había mediado su voluntad, lo que apunta a la dislocación, a no ser que se trate de militantes conscientes de que participan en una maniobra.
Lo que luce más procedente es que la JCE con delegados de los partidos haga un muestreo definitivo y en caso de que predomine en los afectados que ellos no pidieron el traslado, para lo cual deben mostrar su cédula, establecer un mecanismo que les garantice su derecho al voto observado en su colegio de origen para validarlo sólo después que se compruebe que no lo ejercieron en la nueva ubicación. En cualquier caso la ocurrencia dejará sombras en el proceso electoral.-ector de HOY.-