La Sociedad Civil baja la guardia

Por Juan Bolívar Díaz

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Importantes sectores de la Sociedad Civil organizada pasan por un progresivo reflujo tras una década de esfuerzos por contribuir al mejoramiento de la institucionalidad democrática nacional y a la contención de la corrupción y los excesos del sistema partidista.

Escenarios de concertación como el Foro Ciudadano y la Coalición por la Transparencia y la Institucionalidad se han debilitado especialmente por el ausentismo de sectores claves como el empresarial y el sindical, lo que es motivo de preocupaciones y búsqueda de explicaciones.

Se echa de menos el aporte que hicieron esas coaliciones de organizaciones sociales a la concertación de reformas y para evitar que los excesos del reeleccionismo viciaran el proceso electoral del 2004.

En el Foro Ciudadano.  El debilitamiento del activismo de la Sociedad Civil quedó de manifiesto en la asamblea anual del Foro Ciudadano efectuada el jueves 13 en el auditorio del Colegio Médico Dominicano, donde brillaron por su ausencia las organizaciones empresariales y sindicales.

La preocupación por el creciente ausentismo se viene expresando en los últimos meses y fue consignada en el informe de la secretaría ejecutiva del Foro que este año estuvo a cargo del Instituto Nacional de la Salud, presentado por su directora ejecutiva, doctora Giselle Scanlon.

La dirigente reconoció que “no hemos podido recuperar una gran parte de la membresía inicial que dio origen al Foro Ciudadano”, y detalló que sigue persistiendo un retraimiento de la participación real en el Foro de los sectores empresarial y sindical, se han mantenido a medias las ONGs e incluso ha disminuido la participación activa del sector barrial y comunitario que años atrás llegó a ser mayoritario”.

Scanlon aprovechó la ocasión para “reiterar la necesidad de que espacios como la Coalición por la Transparencia y la Institucionalidad (CTI), con la cual el Foro Ciudadano compartió momentos estelares, no desaparezcan. Precisamente en un momento donde se han revelado tantos casos de corrupción y cuando todo el país está a la espera del desenlace judicial de los casos bancarios”.

El foro Ciudadano fue creado en 1999 en medio de la crispación política que se materializó en el asalto policial a la Liga Municipal Dominicana y la CTI quedó establecida en el 2003 para demandar sanciones por los fraudes bancarios y en medio de  las preocupaciones porque el proyecto reeleccionista del presidente Hipólito Mejía pudiera afectar la institucionalidad democrática.

Se les echa de menos.  Dirigentes sociales echan de menos la participación empresarial y sindical  tanto en el seguimiento a los juicios por los fraudes bancarios, como frente a numerosos escándalos de corrupción, como los de los contratos del gobierno con la Sun Land, y en los abusos del poder que están viciando el actual proceso electoral. La CTI tuvo un papel destacado en las denuncias de los abusos del poder en la campaña reeleccionista del 2004.

Incluso llamó la atención que las dos coaliciones, y la mayoría de las organizaciones de la Sociedad Civil fueran indiferentes frente al proyecto de reglamentación de la campaña electoral que intentó la Junta Central Electoral, después de años reclamando límites al interminable y costoso laborantismo político.

La explicación más simple a la reducción del protagonismo de la Sociedad Civil es el cansancio y la frustración por la recurrencia a prácticas políticas que muchos llegaron a considerar superadas. Se señala el fracaso de instancias de participación social como el Consejo Económico Social e Institucional, la Comisión Nacional de Etica y los consejos de desarrollo.

Así mismo la falta de cumplimiento de la mayoría de las leyes concertadas para priorizar la educación, favorecer los ayuntamientos y fortalecer la independencia de la justicia, de la Cámara de Cuentas y la Contraloría, las compras y contrataciones del Estado, la elaboración y aprobación del presupuesto nacional, la austeridad en el gasto público, el Defensor del Pueblo y para regir las instituciones sin fines de lucro, entre otras.

También se señalan como factores que han contribuido a diluir las coaliciones de la Sociedad Civil las divergencias sobre la implementación del Sistema de Seguridad Social y las reformas tributarias que dejaron a los sectores empresariales a la defensiva mientras afrontaban los desafíos del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Centroamérica. Las organizaciones empresariales perdieron la última gran batalla que libraron a fines del 2006 cuando sostuvieron que no era necesaria una nueva elevación de impuestos, sino una reducción del gasto.

No faltan quienes atribuyen la reducción del protagonismo de la Sociedad Civil a  los cambios de dirigentes y a la cooptación de cuadros de organizaciones medias y de base por parte de un gobierno que dispone de amplios recursos para prolongarse en el poder, reproduciendo mecanismos del pasado compartidos por importantes estamentos del poder fáctico y que originan temores en otros.

Falta de ilusiones. Analistas políticos y sociales señalan como telón de fondo del debilitamiento del protagonismo de la Sociedad Civil la falta de ilusiones en el liderazgo alternativo del poder y la presencia de un pragmatismo salvaje en el que impera la concepción de sálvese el que pueda individualmente.

Tras la desaparición de los fuertes liderazgos de Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez, el único que ha emergido con fortaleza para reproducirse en una sociedad dominicana conservadora es el del presidente Leonel Fernández, aunque no esté en consonancia con las expectativas creadas en la última década en el seno de los segmentos más progresistas.

El problema fundamental, decía un destacado empresario, es que quienes podrían haber creado ilusiones alternativas de progreso social e institucional, incluyendo al partido de gobierno, fueron barridos por el pragmatismo salvaje que se ha apoderado de la sociedad política.

La falta de liderazgos alternativos explicaría que aún escándalos como el detonado esta semana por la periodista Nuria Piera al evidenciar otra burda explotación de los recursos del Estado en aras del continuismo, no sacudan la capacidad de asombro de la sociedad dominicana ni generen efectos significativos en el curso de una campaña electoral signada por el clientelismo y el transfuguismo más desaforados.-