Es urgente renovar el diálogo con Haití

 Por Juan Bolívar Díaz
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Todavía no está segura la visita del presidente Préval  que renovaría la Comisión Mixta Bilateral para una etapa de negociaciones sobre asuntos de interés mutuo.

Aunque aquí se ha puesto fecha dos veces para una tentativa visita del presidente de Haití, René Préval, la realidad es que todavía no se ha concretado nada y parece necesario crear las condiciones adecuadas para lograrlo, con la expectativa de que abra una nueva etapa de negociaciones bilaterales tras una década de interrupción.

Tanto en el gobierno dominicano como en sectores empresariales y sociales aumenta la convicción de la necesidad de buscar acuerdos sobre problemas fundamentales como la migración, el comercio y la cooperación, sobre todo al entrar en vigor el tratado de libre comercio con la Unión Europea.

Una iniciativa positiva   La opinión pública nacional fue sorprendida cuando el 18 de diciembre el secretario de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, viajó a Haití y se entrevistó con el presidente René Préval y con su nuevo primer ministro, Jean Max Bellerive, a lo cual siguió el anuncio de que el mandatario visitaría el país en enero en interés de reactivar la Comisión Mixta Bilateral creada hace trece años, pero inactiva desde hace una década.

En principio se dijo que la visita de Préval sería en la primera semana de enero y luego fuentes extraoficiales la anunciaron  para la segunda, mientras se informaba que el embajador dominicano en Puerto Príncipe, Rubén Silié, coordina con las autoridades.

Sin embargo, todavía el viernes el embajador Silié no estaba en condiciones de precisar fecha, aunque sí confirmó que el asunto se maneja diplomáticamente, razón por la cual no podía entrar en detalles. Pero en fuentes cercanas al gobierno de Haití se advirtió que todavía es temprano para anunciar una fecha. Uno de los consultados dijo que de materializarse ya sería para la segunda mitad del mes.

Las fuentes haitianas indican que la visita del secretario Montás fue bien acogida por las máximas autoridades haitianas y citaron las palabras del primer ministro en la cena que dedicó al visitante: “Toda la gente responsable en Haití sabe que no hay futuro, no hay estabilización, no habrá paz si no se plantea una relación positiva entre los dos países”. Bellerive expresó su esperanza de que lo antes posible sea reactivada la Comisión Bilateral, incluso sugiriendo que podría ser antes de la visita al país del presidente Préval.

Crear condiciones   Asesores del presidente Préval tendrían la misión de esbozar pasos concretos, primero para viabilizar la visita y, luego, para que la misma no resulte en una nueva frustración, quedándose en lo meramente protocolar. En Puerto Príncipe se  considera que todo lo relacionado con la visita y tentativos acuerdos ha de manejarse en forma bilateral, empezando por las informaciones. Y aunque no lo dicen abiertamente, está de por medio un largo período de muchos desencuentros y pocas coincidencias.

La circunstancia de que este es un año electoral en los dos países hace más difícil el tránsito a la cooperación, debido al creciente nacionalismo en las dos naciones. Para el próximo 28 de febrero están programadas elecciones legislativas en Haití, y para fin de año las presidenciales. Y el presidente Préval está estrenando su nuevo partido Le Unité. También se toma en cuenta que en República Dominicana hay elecciones legislativas y municipales en mayo.

La situación es tan sensible que recientes deportaciones masivas de haitianos podrían dificultar los avances bilaterales. En los últimos meses la opinión pública haitiana fue impactada por acontecimientos tan negativos como el asesinato e incineración de tres haitianos en el suroeste dominicano. Al comenzar noviembre una treintena de influyentes intelectuales, artistas y dirigentes políticos y sociales haitianos dirigieron una carta al presidente Leonel Fernández en tono respetuoso y conciliatorio pidiéndole sus  buenos oficios para garantizar la seguridad de los haitianos residentes en el país.

 Los signatarios se quejaban de campañas antihaitianas, pero se manifestaban “conscientes de la obligación de nuestro país de regular su migración hacia la República Dominicana a fin de no superar un nivel manejable por las autoridades dominicanas”. Y pedían “reactivar con el Ejecutivo haitiano los mecanismos de cooperación binacional para debatir, en la serenidad, todos los problemas y controversias actuales entre nuestros dos países”.

El presidente Fernández todavía no ha respondido la carta de los haitianos, pero al visitar Francia un mes después se dio el lujo de señalar las reformas constitucionales que a su juicio deben hacer los haitianos, entre otras para eliminar el primer ministro, y además pidió extender por diez años la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilidad de Haití, que se renueva por un máximo de un año y que el estamento intelectual y político haitiano había comenzado a pedir su final. Un intelectual haitiano preguntó recientemente cómo reaccionaría la opinión pública nacional si un presidente haitiano planteara las reformas constitucionales que deben hacer los dominicanos.

Creciente conciencia   Aunque las posiciones ultranacionalistas han estado muy activas en el país, cada vez hay más conciencia en diversos sectores dominicanos de la necesidad de lograr acuerdos con Haití para institucionalizar la migración, el comercio y la cooperación entre las dos naciones, indisolublemente unidas por la geografía insular.

 Las mejores muestras de ello son los dos gruesos  documentos emitidos por la Conferencia del Episcopado Dominicano en el 2005 y por el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) en el 2008, en los que se reclama una nueva etapa de entendimiento y cooperación entre las dos naciones, sin limitarse al interés nacional de controlar la masiva inmigración haitiana.

 En un extenso análisis titulado “El Reto Haitiano en la República Dominicana”, el CONEP plantea que el tema haitiano es prioritario en la agenda nacional. No puede seguir siendo desconocido, tampoco desatendido”, y sostiene que Haití, concomitantemente con los Estados Unidos, “es la nación a la que debemos prestar mayor atención, no sólo porque compartimos ecosistemas, tenemos una frontera común y un significativo intercambio comercial con esa nación sino también de manera más perentoria por la masiva inmigración anual de jornaleros haitianos al país”.

El máximo organismo empresarial dominicano formuló una veintena de propuestas en asuntos de interés para las dos naciones, desde el cumplimiento de la ley de migración promulgada en el 2004 y aún sin el correspondiente reglamento, hasta la garantía de derechos humanos y laborales de los inmigrantes haitianos. Aludiendo al tratado de libre comercio y cooperación con la Unión Europea, ya ratificado por República Dominicana y Haití, el CONEP plantea que “estos dos países deberán otorgarse entre sí lo que le  conceden a Europa, no sólo en el aspecto arancelario, sino también en las demás disciplinas y los procedimientos incorporados en el EPA”.

Los empresarios dominicanos han descubierto progresivamente que los haitianos no sólo suplen mano de obra barata e incondicional, sino que son un mercado privilegiado para las exportaciones nacionales que, en 2009, alcanzaron a 900 millones de dólares, quinta parte del total, según declaró por Teleantillas el presidente de la Asociación Dominicana de Exportadores, Ricardo Koenig. Y apenas importamos de Haití diez millones de dólares.-

Falta voluntad política

Uno de los firmantes de la carta al presidente Fernández cree que la visita de Temístocles Montás a Haití fue la respuesta del presidente Fernández, quien estaría acogiendo la petición de “reactivar los mecanismos de cooperación binacional” y aprecia la iniciativa. Pero enfatiza en la necesidad de que una reunión de los jefes de Estado de las dos naciones no sea meramente protocolar. Se requiere una firme voluntad política de ambos lados para adelantar acuerdos.

Señala que es en ese nivel donde tendrán que darse pautas definitivas para lograr nuevos acuerdos y que sean cumplidos en materias tan delicadas como migración, seguridad fronteriza y comercio. Tienen que partir de un reconocimiento de las crecientes dificultades en ambos lados para canalizar acuerdos y ayudarse mutuamente, tomando en cuenta las dificultades crecientes. Dejar las políticas fundamentales en manos de comisionados, sin capacidad para tomar decisiones, es seguir dándole largas a los problemas y aplazar soluciones.

La Comisión Mixta Bilateral Domínico-Haitiana fue creada mediante una declaración conjunta de los presidentes Joaquín Balaguer y René Préval en ocasión de una visita de éste al país el 13 de marzo de 1996. Se reunió por primera vez en Puerto Príncipe en septiembre de ese año, tras el inicio del primer gobierno del presidente Fernández, y celebró reuniones semestrales en las dos capitales hasta 1999.

Los comisionados lograron acuerdos sobre migración, seguridad fronteriza, comercio, cooperación para salud humana, animal y vegetal y en deportes, y para estudios universitarios. Pero algunos de los acuerdos, especialmente para garantizar repatriaciones ordenadas y con respeto a los derechos humanos fueron ignorados, lo que creó un muro de incomunicación que lleva diez años.

El 22 de mayo del 2007 el presidente Fernández dio un paso adelante en interés de reactivar la Comisión Bilateral. Con su decreto 263 renovó los comisionados dominicanos y hasta designó tres asesores: Bernardo Vega, Wilfredo Lozano y el fallecido Frank Marino Hernández. Nunca han sido convocados.