Alianzas insípidas

Por Juan Bolívar Díaz
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El plazo legal obligó a registrar unas alianzas insípidas, caracterizadas por un festival de transfuguismo político. Tal como se advirtió desde el principio las negociaciones para alianzas con miras a los comicios congresionales y municipales de mayo próximo han llegado hasta el límite establecido por ley, setenta y cinco días antes de la votación, dejando una sensación de cansancio y hastío.

El resultado de tres meses de negociaciones ha sido unas alianzas insípidas, manchadas por un festival de transfuguismo político sin precedente en el que los partidos se han desnudado como simples maquinarias de poder, sin diferencias éticas ni ideológicas.

La percepción de pragmatismo es tan fuerte que a la opinión pública le ha pasado desapercibido el “Proyecto de Nación” adoptado por la alianza entre los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) al ser proclamada oficialmente el 28 de febrero.

Alianzas por doquier

La cantidad de alianzas registradas para los comicios del 16 de mayo próximo sin dudas constituyen récord en la historia política dominicana. Se han constituido cuatro bloques, que incluyen prácticamente a todos los partidos con derecho a presentar candidaturas, que suman 23.

El mayor bloque de partidos está encabezado por el PRD y el PRSC. A ellos se suman el Quisqueyano Demócrata, Unidad Democrática, Partido Renacentista Nacional, Alianza Social Dominicana, Partido Demócrata Popular, Partido de Unidad Nacional y el Partido Nacional de Veteranos y Civiles. El PRD tiene aparte acuerdo parcial con el Movimiento Independencia Unidad y Cambio, y el PRSC con el Partido Popular Cristiano.

La alianza que personifican PRD y PRSC, dependiente de quien lleve el candidato a senador en cada provincia, abarca a 27 de las jurisdicciones provinciales y el Distrito Nacional, pero aún después del plazo para su registro, sus dirigentes seguían intentado acuerdos para extenderla a las otras 4, amparados en que según la ley tenían tres días adicionales para “correcciones”. Mientras  el partido blanco anunciaba su decisión de apoyar en su totalidad las candidaturas reformistas en la provincia Altagracia.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) personifica la otra gran alianza, constituida por los mismos partidos que le apoyaron en su triunfo de las elecciones presidenciales del 2004. Ellos son la Alianza por la Democracia, Fuerza Nacional Progresista, Partido de los Trabajadores Dominicanos, Bloque Institucional Socialdemócrata y Partido Liberal de la RD, y la Unión Demócrata Cristiana. Con estos dos últimos la alianza es sólo para los cargos legislativos.

El PLD ha tenido que negociar también para llevar en sus boletas a dirigentes de tres grupos que no están reconocidos por la Junta Central Electoral, dos de ellos desprendimientos del PRSC: el Consejo Presidencial Reformista que encabeza el canciller Carlos Morales Troncoso,  el Partido Reformista Popular liderado por el secretario de Agricultura Amilcar Romero, y el Movimiento de Izquierda Unida, encabezado por el secretario sin cartera Miguel Mejía.

El Partido Revolucionario Independiente, que en las anteriores elecciones legislativas y municipales fue el tercero que ganó sindicaturas, con tres, registró una alianza nacional con el Partido Humanista Dominicano, y parciales con el Demócrata Popular, el Movimiento de Integración Unidad y Cambio y con una fracción del Partido de Veteranos y Civiles.

La cuarta alianza está constituida por el nuevo Partido Revolucionario Social Demócrata, que lidera Hatuey de Camps, aunque sólo a nivel municipal, con el Bloque Institucional Socialdemócrata y el Movimiento de Integración, Unidad y Cambio.

 Siguen hasta el día 16

Aunque ya no pueden presentarse nuevas alianzas, todavía los ajetreos negociadores prosiguen y se extenderán probablemente hasta el próximo día 16, que es el límite para la inscripción de las candidaturas, acorde con el artículo 70 de la Ley electoral.

Por ejemplo el PLD inscribió su alianza con seis partidos reconocidos pero todavía el día que lo hizo algunos de los aliados mostraban abierta inconformidad con la cuota de candidatos que les habían asignado. A algunos hubo que recordarle que para salvar ese detalle todavía quedaban dos semanas.

Reformistas y perredeístas también pueden negociar candidaturas en las 3 provincias donde todavía no tienen acuerdo. Pero como no han registrado alianza en esas jurisdicciones, la negociación tiene que darse sobre la base de que uno de los dos no inscriba candidatos y ordene votar por los del otro en la provincia, como ya anunció el PRD para los reformistas de La Altagracia.

Aunque en la mayoría de las 166 jurisdicciones electorales, correspondientes a 151 municipios, ya las candidaturas están definidas, todavía quedan muchos lugares donde hay dificultades o disputas dentro de los mismos partidos. Todo tendrá que dilucidarse para el 16 de marzo. Significa que todavía hay riesgos de nuevos desgarramientos y confrontaciones internas.

En la historia electoral dominicana nunca se había registrado un proceso tan largo de negociaciones de alianzas y candidaturas. Comenzó en noviembre con reuniones entre dirigentes reformistas y del partido de gobierno. Poco después el PRSC negociaba al mismo tiempo, con el PRD.

Tras reunirse hasta con el presidente Leonel Fernández, los líderes reformistas anunciaron el 5 de diciembre que se decidían por una alianza con su más tradicional antagonista el Partido Revolucionario Dominicano.

Desde el principio, en HOY se advirtió que las negociaciones llegarían hasta el final del plazo para inscribir alianzas, dadas las dificultades para alcanzar acuerdos en 166 boletas diferentes a nivel nacional entre cualquiera dos de los tres partidos mayoritarios. Esta vez ha resultado difícil hasta con múltiples partidos menores.

Tanto en las dos previas elecciones congresionales y municipales, en 1998 y 2002, hubo alianzas personificadas por los tres grandes partidos. Pero normalmente se resolvían entregando una o dos diputaciones o una candidatura a senador, ganables, a cada aliado. Lo mismo ocurría hasta 1994, cuando legisladores y autoridades municipales se elegían junto al presidente y el vicepresidente.Ese año hubo récord cuando el PRD postuló para senadores a cuatro dirigentes del Partido Unidad Democrática, desprendido del PRSC bajo el liderazgo de Fernando Alvarez Bogaert.

Desgaste y transfuguismo

Tras más de 4 meses de públicas negociaciones casi siempre al mejor postor, y con un fuerte ingrediente de transfugismo político, la sensación generalizada es de mayor descrédito del sistema partidario y de hastío, hasta el punto de que algunos analistas advierten que la abstención crecerá esta vez sobre el promedio del 50 por ciento registrado en los dos anteriores comicios legislativos y municipales.

La participación personal del presidente de la República en las negociaciones hasta con simples trásfugas políticos y en la propia casa de gobierno, y los indicios de que incluyen posiciones y recursos gubernamentales dan un toque poco ético al proceso. Por ejemplo esta semana fue reintegrado a las fuerzas armadas el general Juan Rojas Tabar, excandidato y dirigente reformista, mientras se anunciaba que su esposa sería candidata a vicesíndica en la boleta peledeista del municipio Santo Domingo Este.

El transfuguismo político ha tenido múltiples expresiones, en perjuicio sobre todo del PRSC, y en segundo lugar del PRD, aunque también ha tocado al partido de gobierno que perdió dos dirigentes en Jarabacoa, que aceptaron ser postulados por el PRSC.

El PLD ha socavado las bases reformistas. En este proceso de negociaciones se llevó a un grupo de dirigentes y cuadros encabezados por Angel Lockward, Alfredo Mota Ruiz y Héctor Rodríguez Pimentel, pasando por encima de anteriores distancias y hasta acusaciones de fraudes en relación al primero.

Esta semana conquistó a la primera vicepresidenta del partido colorado, Alexandra Izquierdo, anunciada como candidata a vicesíndica por el DN. En la provincia María T. Sánchez, el PLD postuló a senador al dirigente reformista Napoleón López Rodríguez. El diputado Héctor Mora, reformista de San Francisco de Macorís se pasó al PLD junto a un grupo de seguidores, ignorándose a cambio de qué. Este fue de los que defendió al diputado perredeísta vegano condenado por de tráfico de orientales por la frontera.

 También en San Francisco, el PLD repostula para síndico al perredeista Félix Rodríguez, disgustado por no haber sido presentado por el partido blanco. El senador perredeista por Salcedo, Alejandro Santos, es otro disgustado por no haber sido repostulado. Se cree que trabaja para las candidaturas del PLD junto a algunos seguidores. Lo mismo ocurre con Daniel Ozuna, síndico perredeísta de Boca Chica.

Muchos otros dirigentes y cuadros perredeistas y reformistas de diversas provincias han sido atraídos por el PLD, en algunos casos postulándolos a vicesíndicos y regidores, en otros a cambio de contratas y otros géneros de favores gubernamentales. Las ofertas han sido denunciadas públicamente hasta por dirigentes de la categoría del reformista Amable Aristy Castro.

El Proyecto de Nación

El pragmatismo comercial que ha revestido las negociaciones para alianzas electorales ha determinado que pasara por alto el “Proyecto de Nación” presentado por la alianza que encarnan el PRD y el PRSC en el acto masivo de formalización celebrado el 28 de febrero en el Centro Olímpico.

El documento está bastante bien concebido, pero ha sido percibido como adorno del pastel por la poca importancia que sus mismos postulantes le dieron en el proceso de negociaciones. Contiene 5 capítulos que enuncian: 1.- Una reforma institucional para un Estado más eficiente y participativo; 2.- Una reforma constitucional “amplia y consensuada”; 3.- Reforma del aparato productivo nacional, con inclusión social, para que pueda ser más competitivo; 4.- Reforma fiscal para el desarrollo humano; y 5.- Reestructurar el gasto público en función de metas nacionales.

En cada uno de esos capítulos hay propuestas específicas que la alianza PRD-PRSC se compromete a impulsar desde el Congreso Nacional y los municipios. Incluyen profundizar la descentralización municipal con presupuestos participativos, promover leyes contra la corrupción tanto pública como privada, fortalecer una administración de justicia independiente, propiciar el cumplimiento de la ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa, aprobar la ley de compras del Estado y una nueva Ley Orgánica de Presupuesto. Incluirían la auditoría social en los mecanismos de rendición de cuentas.

Entre las reformas constitucionales señalan: definición de la nacionalidad y la ciudadanía, mecanismos de participación para las grandes decisiones nacionales, y reconocimiento de los derechos de los residentes en el exterior, de la mujer, la niñez, jóvenes, discapacitados y  envejecientes.

Los proponentes tendrán que darle mayor difusión a su Proyecto de Nación, para ver si lo hacen creíble. Tropieza con el hecho de que ellos han dominado el Congreso Nacional en los últimos 8 años y los legisladores de esos mismos partidos hicieron una reforma constitucional hace menos de 4 años, en el 2002,  que se quedó muy lejos de lo que enuncian ahora y de lo que propusieron durante décadas antes.