Quiebra institucional con las candidaturas

Por Juan Bolívar Díaz
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La presentación de los candidatos para las elecciones legislativas y municipales de mayo próximo  al caer el plazo legal esta semana dejó evidente la precariedad de la institucionalidad y la democracia en un sistema partidista que ha degradado la política al nivel del simple negocio.

Un transfuguismo sin precedentes ratifica la percepción de que todos los partidos son iguales y acentúa la desilusión de la política que se respira en todos los ambientes nacionales, mientras la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral ha sentado precedentes por el número de fallos emitidos contra la plutocracia partidista.

Precariedad institucional

A duras penas los partidos dominantes del sistema pudieron presentar sus candidaturas ante la Junta  Central Electoral (JCE) y las Juntas Municipales dejando atrás una estela de inconformidades,  cuando no impugnaciones, por la vulneración de los principios democráticos que para elegir y ser elegido encarnan la Constitución, la Ley Electoral y los mismos estatutos internos de los partidos.

Para la generalidad de los observadores la precampaña electoral de este año ha representado una regresión en los métodos empleados por los partidos para escoger sus candidaturas en relación a los tres últimos comicios legislativos y municipales. Resalta que tanto el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) como el de la Liberación Dominicana (PLD) han escogido la mayor parte de las candidaturas al margen de los procedimientos democráticos, despreciando el derecho de los militantes a elegir y ser elegidos. El tercer partido del sistema, el Reformista Social Cristiano (PRSC) fue peor, ya que ni siquiera sometió un porcentaje de sus candidaturas al veredicto de sus militantes.

Tal resultado entra en abierta contradicción con el proyecto de ley de partidos políticos que busca proscribir el transfuguismo y garantizar la democracia interna de las entidades partidistas. El proyecto que se ha consensuado en múltiples ocasiones en los últimos once años establece como obligatoria la celebración de elecciones primarias para escoger los candidatos a cargos electivos.

La versión aprobada por la Cámara de Diputados en agosto del 2009 establece que el 90 por ciento de los cargos electivos tendrían que ser electos en las primarias de los partidos. Luego se llevó del 10 al 15 el porcentaje que podrían designar los órganos directivos. También sanciona con la pérdida de la curul a los legisladores que se pasen de un partido a otro.

El presidente en escena

Los arrebatos han llegado a la víspera del plazo de inscripción de candidaturas, y lo peor, protagonizados por el propio Presidente de la nación, el doctor Leonel Fernández, quien esta semana primero “juramentó” a 16 cuadros perredeístas de Santiago Rodríguez, incluyendo a un diputado y a la ex senadora Celeste Gómez. Allí el PRD respondió postulando a senador al dirigente peledeísta Bronfil Vladimir Jiménez.  La cosecha fue masiva el martes 16 cuando el presidente Fernández juramentó a unos “450 dirigentes” del PRD en Dajabón, traídos en autobuses a la capital, entre ellos precandidatos a varios cargos. Durante el fin de semana pasado el mandatario y líder peledeísta encabezó caravanas de vehículos en Santo Domingo y Santiago, mientras el vicepresidente Rafael Alburquerque lo hacía en San Francisco de Macorís. Como es habitual el desplazamiento del Presidente moviliza también a gran parte de los altos funcionarios. En las anteriores elecciones legislativas y municipales el doctor Fernández recorrió todo el país en caravanas proselitistas.

También el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, se ha puesto a la cabeza de “juramentaciones” de los tránsfugas provenientes de otros partidos. Esta semana recibió al exsecretario de las Fuerzas Armadas Juan Bautista Rojas, su esposa Matilde Franco y un hijo. Ella era vicesíndica por Santo Domingo Este. Así mismo juramentó a dirigentes reformistas y peledeístas de Neiba, Tamayo y Las Terrenas.

El espectáculo político ha tenido otras expresiones, con la postulación de por lo menos una docena de comentaristas radiofónicos en diversas boletas. El PRD inscribió a la veterana comentarista de televisión Miledys Cabral, como candidata a vicealcaldesa  del DN, a la cantante Jackeline Estévez y a la ex finalista de Miss Universo Ada Aimée de la Cruz para los mismos cargos de San Francisco de Macorís y Santo Domingo Norte.

Otra expresión de la degradación democrática de las candidaturas ha sido la gran cantidad de postulaciones otorgadas en compensación, incluso a familiares y relacionados de tránsfugas o de dirigentes y cuadros sacrificados en el difícil reparto para la integración de dos grandes coaliciones, la de 14 partidos que encarna el PLD y la de 7 del PRD.

Un simple negocio

La decepción de la política ya no es sólo expresión de los analistas independientes y dirigentes de entidades sociales que denuncian el deterioro y la corrupción, sino que crece al interior mismo de los partidos. Esta semana el doctor Hugo Tolentino, quien presidiera la convención eleccionaria del PRD, explicó tanto transfuguismo en el hecho de que “la política ha devenido en un simple negocio”.

 El proceso deja trauma en todos los partidos, con expresión en dos docenas de acciones de amparo que conoció la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral antes de la inscripción de las candidaturas y en las cuatro docenas que ha ponderado a posteriori. Desde  la misma noche del 17 cuando concluyó el registro llovieron las protestas ante el organismo nacional y en las juntas municipales. En la primera etapa hubo tres disposiciones para hacer valer candidaturas ganadas en las limitadas convenciones eleccionarias. El viernes sumaron 26 las candidaturas restituidas tras haber sido objeto de despojo.

Al analizar el proceso de elección de candidatos, el sociólogo Cándido Mercedes, dirigente de Participación Ciudadana, sentenció esta semana que “tenemos una democracia cada vez más fracturada”, estimando que los próximos integrantes del Congreso Nacional, más que expresión de la autoridad y la legitimidad de la democracia interna de los partidos, serán fuente y origen de la partidocracia, cuya esfera de acciones y decisiones viene creando una plutocracia, entendida como gobierno de unos pocos.

Diagnostica “una plutocracia en los partidos que ha devenido irradiándose en el tejido de la sociedad dominicana, apuntándose así la descomposición social y la degradación de la democracia”.

Si se exceptúa a algunos cientos de miles de personas que viven del caravaneo y el boroneo de las campañas electorales, lo que se recoge en los más diversos estratos sociales es una considerable falta de ilusión con las candidaturas.

Desde luego en todos los partidos hay candidatos de primera categoría, pero el sistema de elección por arrastre permite que por cada una de las naranjas dulces se cuelen en las canastas varias de las agrias, incluyendo algunas en proceso de descomposición y hasta ya podridas.

Grandioso espectáculo

El intercambio de candidatos, dirigentes  y militantes escenificado entre el Partido de la Liberación Dominicana  y el Partido Revolucionario Dominicano no tiene parangón en la historia nacional, aunque el transfuguismo se practica desde los primeros años de la república y alcanzó altas dimensiones en la última década, sobre todo con la progresiva desintegración del Partido Reformista Social Cristiano. Dirigentes de este partido como Angel Lockward, Héctor Rodríguez Pimentel, Leonardo Matos Berrido y otros, apoyaron al Partido de la Liberación Dominicana, luego al Partido Revolucionario Dominicano y de nuevo al peledeísmo en tres períodos electorales sucesivos.

Para el proceso electoral en marcha el transfuguismo se vio incentivado en la medida en que hubo mayor vulneración de los procedimientos democráticos. El primer caso significativo fue el del sociólogo Rafael Calderón, uno de los mayores promotores del proyecto de ley de partidos desde su curul de diputado perredeísta. Aspiró a la candidatura senatorial de Azua pero la presidencia de su partido decidió “otorgarla de dedo” al actual incumbente del cargo Rafael Díaz Filpo, lo que motivó el disgusto de Calderón, quien en noviembre negoció su paso al PLD que lo postuló a senador por su provincia.

El otro caso más sonado fue el del doctor Gilberto Serulle, diputado peledeísta por Santiago, quien fue un duro contendiente por la nominación a alcalde de su ciudad, para lo que obtuvo un amplio apoyo de dirigentes y militantes de su partido. El pacto PLD-PRSC arrasó con sus aspiraciones para terminar postulado por el PRD.

Es difícil precisar cuántos de los registrados como candidatos son fruto de canjes de chaquetas políticas. Esta vez el PRD parece haberse llevado la mayor parte, sumándose al menos 13 legisladores, dos senadores y 6 diputados del PRSC y 5 diputados peledeístas. El PLD se llevó a 3 diputados del partido blanco. Los intercambios son incontables en los niveles municipales, ya no sólo para las candidaturas a síndicos, sino también para las de regidores, así como para los 458 directores y subdirectores de los 229  distritos municipales y sus 715 vocales que se eligen este año por primera vez.