Acentuada la ventaja de Hipólito y del PRD

Por Juan Bolívar Díaz

Las ventajas que marcó la encuesta Gallup-HOY publicada en mayo a favor de Hipólito Mejía y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) para las elecciones del año próximo se acentuaron en la de esta semana, resaltando la amplia  diferencia de 20 puntos en la intención de voto entre los que expresan firme disposición al sufragio.

Aunque faltan todavía 9 meses para las elecciones y pueden producirse cambios significativos, esta investigación perfila un voto de censura motivado por la creciente desaprobación del Gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) generada por los problemas económicos, el desempleo, la corrupción y la inseguridad ciudadana.

Muy cómoda ventaja.  El titular de HOY causó impacto al informar que Hipólito Mejía superaba a Danilo Medina por 14.5 por ciento en las preferencias del universo de los “habilitados para votar” en el 2012, al registrar 47.9 a 33.4 por ciento, en la encuesta Gallup- HOY, lo que significa un incremento de 6.2 en relación a los resultados de la realizada a fines de abril y publicada en mayo pasado, mucho antes de que el PLD escogiera su candidato presidencial el 26 de junio.

Pero la ventaja del perredeísta es mucho más amplia, 20 puntos, en “el total de entrevistados habilitados para votar y que manifestaron intención inequívoca de voto” entre quienes obtiene un 54.4 contra un 34.5 por ciento de los que se inclinan por el peledeísta.

En el renglón de las simpatías partidarias, el PRD también supera al PLD, con registros de 41 a 36.4 por ciento. En la encuesta anterior el partido morado todavía tenía mayor simpatía, 42 a 40 por ciento. Sin embargo, esa vez el partido blanco ya aparecía en primer lugar, 37.7 a 31.1 por ciento en intención de voto. Ese renglón no se ha incluido en la publicada esta semana.

Faltando casi 9 meses para los comicios, es obvio que Mejía no puede cantar victoria. El 26 por ciento de los encuestados entre el 11 y 15 de este agosto manifestó que todavía podría cambiar su intención de voto y el PLD controla el Gobierno, lo que otorga ventajas significativas en la pobre tradición institucional de la nación.

Sin embargo en la historia de las encuestas dominicanas ningún candidato presidencial ha superado una desventaja inicial, con la excepción de los comicios viciados de 1990 y 94, y la de esta investigación es de las mayores, sólo comparable con las registradas a favor del PLD y su candidato Leonel Fernández cuando Mejía buscaba reelegirse en el 2004.  El promedio de las tres encuestas más acreditadas en el país (Gallup, Penn-Schoen y Hamilton) cada una con dos entregas entre enero y marzo de ese año otorgaba a Leonel Fernández el mismo 58 por ciento con que ganó. En el 2008 las encuestas le promediaron 55 por ciento y terminó con el 54.

Desaprobación del Gobierno.  La progresiva caída de la popularidad del PLD y su Gobierno queda ratificada en esta encuesta Gallup-HOY, lo que deja a Danilo Medina en cuesta arriba y no porque faltara la formalidad de su proclamación, ya que hace dos meses que fue electo con el 87 por ciento de los votos de los militantes peledeístas. De hecho parece tener más propaganda en las vías públicas y los medios de comunicación que su competidor.

La desaprobación del Gobierno que en mayo alcanzaba el 59 por ciento se elevó ahora al 63, mientras la aprobación caía en la misma proporción de 28 al 24 por ciento, es decir apenas la cuarta parte de la población. Aunque la valoración del trabajo del presidente Fernández subió del 47.6 al 52.5 por ciento.

El resultado más devastador para la imagen del Gobierno sigue siendo el referente a la corrupción. El 61.6 la aprecia mayor que antes. En mayo era 63 por ciento. Sumados los que estiman que es igual que antes del actual Gobierno, la proporción se eleva a 88 por ciento, ahora dos puntos menos. Apenas el 10 por ciento aprecia que ahora la corrupción es menor, lo que implica que aún la mayoría de los simpatizantes del partido de Gobierno estiman que la corrupción empeora.

Pero lo que más estaría influyendo en la pobre valoración del Gobierno y las expectativas de cambio en el 2012 son las apreciaciones sobre la situación económica: 84 por ciento la estima mala o muy mala, y sólo 6 por ciento buena. El 80 por ciento, 8 puntos menos que en mayo, cree que el país va por mal camino y, lo que es peor,  el 71 por ciento considera que estará peor o igual al final del actual Gobierno.

Cuando se le pregunta a los encuestados sobre los principales problemas nacionales se repiten los mismos de mayo pasado, aunque con variaciones en el orden: inflación,  delincuencia, desempleo,  apagones, tráfico y consumo de drogas y corrupción administrativa.

Advertencias a la vista.  Los resultados de esta encuesta ratifican que los problemas del Gobierno son de naturaleza endógena y no de la “conspiración mediática” que vienen denunciando algunos voceros. Dimensionan las dificultades que enfrenta la candidatura de Danilo Medina para salir airosa, más aún cuando son pobres las expectativas nacionales e internacionales de mejoramiento económico en los 9 meses que distan de los comicios.

Hay quienes señalan los mil cien millones de dólares que está recibiendo el Gobierno como fruto de la reanudación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional como un factor importante que permitiría aliviar la situación económica nacional, pero olvidan que ese financiamiento, que incluye los 500 millones de dólares por bonos soberanos recién recibidos, ya estaba comprometido en el presupuesto del año en curso. Podrán desviar alguna proporción, pero no muy alta. Más posibilidades tiene el Gobierno de incumplir de nuevo los compromisos con el FMI en  el último trimestre de este año y el primero del próximo y desbordar los límites fiscales.

Las posibilidades de correctivos que cambien las perspectivas políticas dependen más que nada de una correcta interpretación de lo que arroja esta nueva encuesta Gallup-HOY, en su mayor parte reiterativa de la ejecutada en mayo, y de lo establecido  poco después por la Penn & Schoen y por otras investigaciones que se han conocido informalmente en las últimas semanas.

Las altas ventajas registradas para la candidatura de Hipólito Mejía podrían constituirse en un aliento al triunfalismo y dilatar o imposibilitar una total integración de los líderes y cuadros principales del perdedor de las primarias, Miguel Vargas Maldonado, quien al ser presidente del partido y controlar los principales cargos nacionales tiene suficiente influencia para crear dificultades y generar crisis.

Hipólito Mejía cometería un grave error si se da por ganado. Tiene que contar con las extraordinarias energías, la experiencia política y el discurso propositivo de Danilo Medina que ha ganado terreno en los sectores medios, quien en las próximas semanas deberá cosechar un descuento importante de las desventajas que le arrojan las encuestas y la percepción general.

Los jóvenes con Hipólito Mejía

Cuando se revisan las preferencias marcadas por la Gallup-HOY por edades, llama mucho la atención que Mejía alcanza el 57 por ciento en el segmento más joven del electorado, los que están entre 18 y 25 años. Algunos lo atribuyen a que estos no recuerdan cómo fue la gestión del perredeísta entre el 2000 y 2004.

Otra corriente interpretativa se adscribe a la hipótesis de que en esas edades está el mayor porcentaje de desempleados y desesperanza, en los sectores populares. Un agudo observador señaló que en las clases medias muchos jóvenes dependen de un estipendio fijo para sus gastos personales, especialmente para el combustible de sus autos, y esos son los más atentos al precio de los combustibles, con los que el Gobierno viene haciendo zafra.

Una ventaja significativa es la que registra el candidato perredeísta en las simpatías de los encuestados que se identifican con el Partido Reformista Social Cristiano donde alcanza 24.7 por ciento, mientras Danilo Medina sólo obtiene el 17.8 por ciento, lo que reduce los efectos de una repetición de la alianza PLD-PRSC. Parece que la cúpula reformista, beneficiaria del Gobierno, juega a mantener esa alianza, pero las bases forman parte de la población insatisfecha con la situación económica y social.       La encuesta indagó sobre 18 atributos para ser Presidente de la nación y Mejía ganó por amplios márgenes en 14, incluyendo el de más experimentado en asuntos de Gobierno, el de mejor trayectoria política, que está al lado de los pobres, manejaría mejor una crisis y en que sabrá hacer un buen Gobierno. Sin embargo, Medina lo supera 54 a 36 en el importante renglón de más capacitado e inteligente, en que está en favor de los ricos por 42 a 25 por ciento, y en que haría una mejor gestión financiera y en que mejorará la educación.

El gran dilema de Danilo Medina

Por Juan Bolívar Díaz

La persistencia y la paciencia han dado frutos abundantes a Danilo Medina, quien marcha ya sin obstáculos hacia la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tras la declinación de la actitud de “neutralidad” en que se habían declarado los principales seguidores del presidente Leonel Fernández.

Ahora el gran dilema del ingeniero químico y economista sanjuanero consiste en afianzar la unidad partidaria pero sin dejarse arropar de los funcionarios más cuestionados y mantener un apreciable margen de diferenciación de la actual gestión gubernamental como forma de reciclaje político.

Oposición desinflada.  Aun cuando varios de los precandidatos presidenciales peledeístas tienen méritos   para optar por la candidatura presidencial de su partido, lo que está ocurriendo es una avalancha de respaldo a Danilo Medina, precipitada por los resultados de las dos encuestas de más credibilidad en el país, publicados en las dos semanas precedentes.

Con la declinatoria del vicepresidente Rafael Alburquerque a su precandidatura y el abandono de la posición de “neutralidad”  en que se habían declarado los frustrados promotores de la reelección presidencial, terminaron por disiparse las turbulencias que por momentos sacudían la estabilidad del proyecto presidencial de Medina, quien marcha ahora sin obstáculo hacia la meta del 26 de junio.

Tal como algunos habían advertido, los seguidores del presidente Fernández han quedado sin más recurso que alinearse en torno a Medina, después de haber consumido casi un año acariciando un sueño continuista imposible por el valladar constitucional.

También perdieron el tiempo aspirantes como José Tomás Pérez, Francisco Domínguez Brito, Franklin Almeyda y Radhamés Segura, cuando condicionaban sus precandidaturas a la decisión del líder del PLD, mientras Danilo corría solitario y firme, con la ventaja adicional de haber sido el segundo hombre del PLD y de sus dos  primeros períodos gubernamentales, cuando fue una especie de primer ministro o “armador del juego” de Fernández, posición que aprovechó para sembrar.

La oposición a las aspiraciones de Medina comenzó a desinflarse con la declinatoria del mandatario a ser candidato presidencial anunciada el 8 de abril. Le siguió la de la primera dama el 25 del mismo mes. Margarita Cedeño fue la mayor oposición que tuvo Medina, habiéndolo superado en preferencias en algunas encuestas. Tuvo la promoción de “los hombres del presidente”, que por momentos jugaron la carta del vicepresidente Alburquerque quien habría de declinar el 20 de mayo en curso.

Se acabó la neutralidad. Tres días después que el vicepresidente abandonara la carrera, el lunes  23, se formalizó la declinatoria de los neutrales, cuando 14 senadores y 41 diputados se declararon formalmente como la “Fuerza Leonelista con Danilo”, con tanto entusiasmo que algunos voceros coincidieron con Alburquerque en pedir a los demás aspirantes que sigan la cadena de declinatorias para hacer innecesaria la  votación del 26 de junio y  proclamar desde ya a Medina como candidato presidencial del PLD.

La avalancha comenzó en realidad el 11 de mayo cuando Medina presidió un acto en el que muchos de los más notables dirigentes del Comité Político y el Comité Central del partido morado le ofrecieron su apoyo.

Todo parece haberse precipitado tras una reunión de dos horas de Medina con el presidente Fernández, en la que se habría producido un entendimiento entre ambos, lo que permitió al primero declarar que  no tiene dudas que ganará la candidatura y de que contará con el respaldo del líder peledeísta.

Fue importante también un encuentro de Medina con Félix Bautista, el “ingeniero constitucionalista”, senador por San Juan y brazo político del mandatario, quien de inmediato movilizó a los legisladores y funcionarios que  lo acompañaron en la promoción de la continuidad de Fernández y en la oposición a Danilo.

El alcalde capitalino Roberto Salcedo  primero, y el jueves 73 de los 77 alcaldes peledeístas, 27 directores municipales y 94 regidores se arrimaron también al carro triunfal de Medina.

El abandono de la neutralidad fue con tanto entusiasmo que los “leonelistas con Danilo” se sumaron a la petición del vicepresidente Alburquerque de que renuncien todos los aspirantes para proclamar de inmediato a Medina como candidato. En un comunicado adujeron que “la inteligencia política aconseja una proclamación plebiscitaria por anticipado que cree una dinámica interna que motorice todas las acciones a favor de su candidatura presidencial”.

La euforia de los leonelistas provocó el enojo del precandidato Franklin Almeyda quien reaccionó acusando a Bautista de faltar a la ética política al convertirse en activista de Medina siendo miembro de la comisión organizadora de la convención.

Las dos encuestas.  Lo que disparó la alarma entre los leonelistas fueron los resultados de la encuesta Gallup-HOY publicados en la segunda semana de mayo, ratificados y ampliados por los de la Penn, Schoen y Berland, dados a conocer en la semana siguiente. En los primeros el Partido Revolucionario Dominicano recuperó la primacía en las preferencias electorales que había perdido a manos del PLD en el 2002. Y su candidato presidencial Hipólito Mejía apareció con el 48.7 por ciento de las preferencias frente al 40.4 por ciento de Medina.

La encuesta de Penn, auspiciada por los servicios informativos del Canal 7, resultó más preocupante para los peledeístas, pues reveló que de ser ahora los comicios Mejía ganaría en primera vuelta con 51 por ciento frente a 39 por ciento de Medina. Peor cuando se preguntó quién considera que ganará las próximas elecciones, pues ahí el resultado fue 58 a 32 por ciento a favor del perredeísta.

Ambas encuestas parecen haber roto la creencia de que Mejía era un candidato fácilmente vulnerable y los peledeístas empezaron a reaccionar, con el sentimiento de  cuerpo que tienen. Tanto el discurso declinatorio de Alburquerque como los pronunciamientos posteriores de apoyo a Medina han puesto énfasis en señalar el peligro de que el PRD vuelva al poder, porque a su juicio representaría el retroceso, el  caos y  la desestabilización económica.

No faltan quienes agregan como elemento detonante del abandono de la neutralidad de los leonelistas la declaración del candidato presidencial perredeísta en la última semana de abril proclamando su voluntad de perseguir la corrupción que se atribuye a las actuales autoridades, llegando a identificar al ingeniero Bautista.

El dilema de Danilo.  El gran dilema de Danilo Medina consiste ahora en si se deja arropar por los funcionarios gubernamentales más cuestionados de su partido o si logra mantener cierta diferenciación, como ha sido su discurso de los últimos cuatro años, desde que fuera “vencido por el Estado” cuando enfrentó el continuismo de los leonelistas.

Es obvio que para Medina la prioridad número uno es sellar la unidad del partido en torno a su virtual candidatura, por lo que no puede prescindir de ningún sector y menos del que encabeza el Presidente de la nación y de su partido, y el influyente Bautista es, además de senador, secretario nacional de organización del PLD.

Pero al mismo tiempo, Medina y los dirigentes de su partido deberían ponderar que las dos encuestas citadas revelan una fuerte desaprobación de la actual gestión gubernamental, lo que al estilo del PRI mexicano obligaría a un discurso de campaña diferenciado, como el que ha fortalecido las posibilidades del virtual  candidato, quien ha insistido en que “continuará lo que está bien hecho, corregirá lo que está mal y hará lo que nunca se hizo”.

Las perspectivas de Medina podrían complicarse si en aras de la unidad se deja imponer una figura que resalte la continuidad del gobierno, pues podría heredar el peso muerto del mismo. La encuesta Penn ratificó también los niveles de insatisfacción con el Gobierno que había registrado la Gallup-HOY (resaltados el 15 de mayo en esta misma página), elevándolo de 59 a 61 por ciento. La convicción de que ahora la corrupción es peor se eleva del 63 al 64 por ciento.

En la encuesta Penn, Schoen, Berland se investiga la satisfacción con los gobiernos de Fernández en comparación con el de Mejía y el resultado es que el perredeísta recibe 51 por ciento y el peledeísta sólo 41 por ciento. Cuando se preguntó si las cosas van mejor o peor ahora que cuando gobernaba Hipólito, éste volvió a recibir mayor aprobación con 56 a 42 por ciento.-

El camino no será fácil para Danilo evitar que lo identifiquen con lo peor del actual régimen. Pero por de pronto no ha caído en el gancho de secundar la petición de que lo proclamen sin votación. Muestra astucia al preferir que le cuenten los votos, que al paso que va pueden ser suficientes para que pueda mantener la independencia que lo ha impulsado.-

 

Hipólito sale con buen pie

Por Juan Bolívar Díaz
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La encuesta Gallup-HOY publicada esta semana registró un buen arranque para Hipólito Mejía como candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), incluso con mayor porcentaje que cuando fue postulado por primera vez en 1999 entonces con mucho mayor votación interna.

 Por primera vez, desde el 2002, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) encabeza las preferencias electorales, lo que se puede atribuir a la alta desaprobación del gobierno, pero el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) mantiene el liderazgo en las simpatías, lo que augura una fuerte competencia en los comicios del 2012.

Sale mejor que en 1999. El agrónomo Hipólito Mejía arrancó su campaña electoral con buenas perspectivas de triunfo para las elecciones presidenciales del año próximo, según los resultados de la encuesta Gallup-HOY publicados esta semana, que le otorga la preferencia del 48.7 por ciento, apenas 1.1 menos que el 49.8 por ciento con que fue electo presidente de la República en el 2000 y 15 puntos más que el 33.65 por ciento  que obtuvo cuando fue derrotado en el intento reeleccionista del 2004.

 El candidato perredeísta superó en 8.3 el porcentaje de 40.4 que registró el licenciado Danilo Medina, considerado seguro candidato del PLD por la gran mayoría de los encuestados, cuando se preguntó por cuál de los dos votarían si las elecciones fuesen ahora. La investigación se realizó del 26 al 30 de abril. En  otra pregunta que incluyó a todos los precandidatos del PLD, Mejía sólo recibió 46 por ciento y Medina bajó al 26.6.

 Llama la atención que la encuesta registra un fuerte apoyo a Mejía del 52 por ciento de los hombres y apenas 39 por ciento entre las mujeres, y del 50 por ciento de los electores más jóvenes, los situados entre 17 y 24 años de edad. Por regiones su mejor perspectiva está en el Este con 53.8 por ciento y la peor en la metropolitana (DN y provincia Santo Domingo) donde se queda en 42.2 por ciento.

 Aunque ya estaba reconocido como candidato presidencial del PRD, al realizarse la encuesta el expresidente todavía no había sido proclamado como tal y persistían resabios por los resultados de su elección el 6 de marzo pasado cuando obtuvo más del 53 por ciento de los votos.

 El posicionamiento de Mejía es mejor que en el 1999, cuando a pesar de que fue electo candidato por el 74 por ciento de los perredeístas el 20 de junio, la encuesta Gallup, entonces para Rumbo, sólo le otorgaba al PRD, en mayo, el 41 por ciento de preferencias. Por candidatos, el mismo mes la Hamilton-HOY daba a Hipólito el 44 por ciento, en un escenario contra Jaime David Fernández, y 47 por ciento contra Danilo Medina. En ésta por partidos el PRD registraba 44 por ciento, el PLD 26 y el PRSC 16 por ciento. En octubre de 1999 la Gallup subió a Mejía al 47 por ciento, duplicando a Medina y a Joaquín Balaguer que registraron 23 y 22 por ciento respectivamente.

El PRD sobre el PLD.  Debe llamar la atención que en la Gallup-HOY el PLD se mantiene en primer lugar en las simpatías de los encuestados por 41.9 por ciento a 39.8 por ciento que se atribuye al PRD, pero en la pregunta de por quién votarían si las elecciones fuesen hoy, el perredeísmo supera al peledeísmo 37.7 a 31.1, es decir por 6.6 por ciento, lo que viene a ocurrir en una encuesta acreditada por primera vez en los últimos 9 años.

En la encuesta Penn, Schoen and Berland realizada entre el 23 y el 26 de agosto del 2002, publicada por El Caribe el 17 de septiembre, el PLD desplazó del primer lugar al PRD por primera vez desde 1990, por 33 a 28 por ciento, ante la pregunta de por quién votarían. Desde entonces todas las encuestas Penn, como las Gallup y Hamilton mantuvieron la hegemonía peledeísta, ratificada en todas las elecciones a partir del 2004.

 Es notable que la ventaja ahora  del PRD sobre el PLD es de más de 10 puntos en la región norte (38.7 a 28.2) y supera los 9 puntos tanto en el Sur como en el Este (40.2 a 30.9 y 41.7 a 32.6) pero en la metropolitana el PLD saca una pequeñita ventaja de 0.3 puntos, 34.1 a 33.8 por ciento. Es lo mismo que en las preferencias por candidatos, lo que remite a la concentración de la inversión del gobierno de Leonel Fernández en la región metropolitana del gran Santo Domingo.

 La encuesta publicada esta semana refleja un afianzamiento del bipartidismo, con la persistente caída del PRSC aunque mantiene las simpatías del 4.7 por ciento. En la intención de votos desciende a la mitad, con apenas 2.3 por ciento. Hay que notar que todavía queda un 28 por ciento de los encuestados que no saben o no responden por quién piensan votar, y que apenas el 0.9 dice que por los otros partidos.

 Esta investigación ratifica la resurrección política de Hipólito Mejía, quien en la Gallup-HOY de julio del 2009 registró apenas un 6.4 por ciento de las preferencias, que un año después subieron al 31 por ciento y ahora casi 49 por ciento.

Desaprobación del gobierno.  No hay que sorprenderse de la caída del PLD del primer lugar en las preferencias electorales. Los resultados de la Gallup-HOY revelan gran insatisfacción y desaprobación de la actual gestión gubernamental, especialmente en los temas sensibles de la situación económica, el desempleo, la corrupción, los apagones y la delincuencia.

 El 65 por ciento de los encuestados dijeron que su situación económica está mal o muy mal y sólo 8.8 por ciento la considera bien. El 84 por ciento cree que el país va por mal camino, lo que incluye a la mayor parte de los peledeístas, de los que sólo 21 por ciento dicen que se va por buen camino. Del total, sólo 11.9 por ciento dice que va por buen camino. El 65 por ciento se manifiesta afectado por la inflación.

 Las expectativas para los próximos meses no apuntan en beneficio del PLD, pues el 57.8 por ciento cree que al final del gobierno la situación económica estará peor, mientras otro 19.6 por ciento dice que igual, lo que totaliza más el 77.4 por ciento, casi tres cuartas partes, lo que incluye a gran parte de sus simpatizantes. Sólo 12 por ciento la espera mejor.

 En el sensible tema de la corrupción el gobierno resulta quemado, pues el 63 por ciento dijo que es mayor que antes y 26.8 que es igual, para totalizar 89.9 por ciento, casi 9 de cada diez encuestados. Sólo el 8.9 por ciento la cree menor. Entre los mayores problemas señalaron los apagones y la inseguridad fruto de la delincuencia.

El resumen de la difícil situación política del PLD se refleja en el grado de desaprobación de su gobierno, que alcanza el 59.3 por ciento de los encuestados, con aprobación de sólo 28.3 por ciento. También en la valoración del trabajo del presidente Fernández, con un 47.6 por ciento que lo estima malo o muy malo, y sólo un 34.8 por ciento que lo califica de bueno o muy bueno.

Las proyecciones del año, con graves déficit fiscal y mayor inflación, no auguran una campaña electoral fácil para Danilo Medina o cualquier otro que resulte candidato del partido de gobierno.

 Danilo: mejor perspectiva.

Los resultados de Gallup-HOY publicados esta semana proyectan a Danilo Medina como candidato presidencial del PLD en las primarias del 26 de junio, pues así lo señalan el 60 por ciento de los entrevistados y el 66 por ciento de los que dijeron simpatizar por ese partido.

 Es generalizada la convicción de que Medina tendrá una revancha con Mejía, quien le derrotó en el 2000, duplicando sus votos, pero ahora el escenario es muy diferente, ya que aquella vez el tercer candidato era Balaguer, quien casi alcanzó la misma votación, 24.94 a 24.60 por ciento. En esta encuesta el PRSC sólo registra el 4.5 por ciento de las preferencias, lo mismo que obtuvo en el 2008.

Medina parte en mejor perspectiva, con más del 40 por ciento de las preferencias, casi el doble de las que tenía al comenzar la campaña electoral hace 12 años, y ahora el PLD todavía encabeza las simpatías de los encuestados, con dos puntos sobre el PRD, por 41.9 a 38.8 por ciento.

 Esta vez Medina puede salir mejor parado de la  elección primaria de su partido, proyectándose sobre el 60 por ciento, con su más cercano competidor, José Tomás Pérez, con 3.5 por ciento. El 27 de junio de 1999 venció a Jaime David Fernández 52 a 39 por ciento de los 12 mil 500 militantes que entonces integraban el padrón peledeísta. En el universo de los encuestados de entonces por Gallup Jaime David lo superaba en preferencias, lo que desfavoreció al ganador, a quien se atribuía un férreo control de la maquinaria partidista, desde su posición de secretario de la Presidencia del primer gobierno de Leonel Fernández.

 En la derrota del 2000 influyó el desgaste en que terminó el gobierno del PLD, lo que podría repetirse esta vez, tras dos períodos constitucionales consecutivos y dados los niveles de desaprobación de la actual gestión que registra la Gallup-HOY. Aunque en este último período Medina no carga la misma responsabilidad sobre los resultados del gobierno de su partido y tiene mayores posibilidades de diferenciarse.

 

EL PRD: feo para la foto

Por Juan Bolívar Díaz
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A cinco semanas de las elecciones legislativas y municipales y entrando en la recta final de la campaña electoral tras el “feriado reflexivo” de la Semana Santa, lo peor que podría ocurrirle al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) era la reactivación de sus confrontaciones internas.

Con más de un centenar de impugnaciones a sus candidaturas y con su gestión democrática en  cuestionamiento, las perspectivas no apuntan al crecimiento esperado en mayo próximo y hasta los vaticinios de su presidente Miguel Vargas Maldonado generan pesimismo.

Vuelven los demonios

Tras el largo feriado de la Semana Santa se esperaba que la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral (JCE) concluyera el conocimiento de 285 recursos de  impugnación incoados contra las candidaturas registradas por los partidos de los que cerca de la mitad corresponden al PRD, para que el partido opositor arrancara definitivamente con su campaña electoral a nivel nacional.

Es cierto que también el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su principal aliado, el Reformista Social Cristiano, confrontan masivas impugnaciones, pero los recursos del poder les permitirán compensaciones suficientes para suturar las heridas internas antes de que se abran las urnas.

Aunque habían llovido aguaceros de impugnaciones a sus candidaturas, en las últimas semanas las confrontaciones públicas entre dirigentes perredeístas habían sido superadas por  los intereses electorales del partido, cuando el martes 6 el propio presidente de la organización rompió la aparente tregua al responsabilizar a sus contradictores internos de la desproporcionada cantidad de impugnaciones incoadas por perredeístas.

Entrevistado al acudir personalmente a la JCE, donde contactó el complejo trabajo que tienen los jueces electorales, a Vargas Maldonado se le fue el seguro y acusó a sectores internos de dirigir sus esfuerzos a impedir el buen desempeño de esa organización de cara a las próximas elecciones. Cuando le pidieron que los identificara, respondió: “ustedes los han visto, son todos aquellos que han hecho impugnaciones, pero no desde ahora, sino en todos los procesos que hemos llevado a cabo”.

Auténtico boomerang.  Las declaraciones fueron suficientes para que el expresidente Hipólito Mejía, y Luis Abinader, quienes compiten con Vargas por la candidatura presidencial para el 2012, saltaran al cuadrilátero con los guantes puestos. Héctor Guzmán y Guido Gómez Mazara dispararon misiles, y en mejor tono se pronunciaron Tirso Mejía Ricart y Hugo Tolentino.

 Es obvio que Mejía y otros dirigentes, como Abinader, Gómez Mazara,   están sentados esperando tomar cuenta a Vargas Maldonado si se produce una temida debacle electoral, pero últimamente se habían reservado sus dardos para luego del 16 de mayo. Así lo había insinuado el primero cuando a principios de marzo declaró que hasta que pasen las elecciones estaría mirando los toros desde atrás de la barrera.

A Vargas le responsabilizaron de la lluvia de impugnaciones, acusándolo de “indolencia por el partido”, al no encabezar la reunificación, y “por haber impuesto más de la mitad de los candidatos”, incluso despojando a muchos que habían ganado candidaturas en convenciones locales.

 Abinader y Guzmán pusieron como ejemplo del arbitrario manejo de las candidaturas el caso del doctor Hugo Tolentino, simbólico por ser una de las personalidades históricas del PRD y hasta por haber presidido la Convención Nacional que eligió al menos la mitad de los candidatos. Tolentino fue inscrito dentro del plazo legal, que venció el 17 de marzo, como primer candidato a diputado nacional por el PRD, pero 11 días después el Delegado Político ante la JCE, Virgilio Bello Rosa, pretendió desplazarlo al segundo lugar en la lista, sin siquiera notificárselo, sustituyéndolo por José Leonel Cabrera (Neney), uno de los hombres fuertes de Vargas.

Lo peor fue que primero Vargas negó el desplazamiento, y luego tras el rechazo de la JCE dijo que él no lo había autorizado ni firmado, lo que obligó a Bello Rosa a desmentirlo públicamente, indicando que “llamé a Vargas que estaba fuera del país y le dije que yo estaba en desacuerdo con el cambio, igual posición se la manifesté a Neney (Cabrera) y a Andy Dauhajre en la casa del Ing. Vargas. Cuando hablé con éste me pidió que la firmara y yo accedí a ello. Esa es la verdad y no otra”.

Ineficaz gestión política

Al ingeniero Vargas Maldonado, exitoso en los negocios y la construcción, se le ha acusado de desconocer la historia y la tradición perredeísta, que incluyen una gran capacidad para la disensión interna, aún cuando tuvo líderes de la categoría de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

Además le critican haberse rodeado de una tecnocracia profesional, también de mucha capacidad en sus especialidades, pero recién llegados al PRD y de escasa experiencia política, como Dahuajre y Cabrera, quienes en el caso Tolentino predominaron sobre la experiencia política y perredeísta de Bello Rosa. Por cierto que éste y Tolentino tuvieron el coraje de renunciarle al presidente Mejía en el período 2000-04 cuando se desempeñaban como Procurador General y Canciller, respectivamente.

Desde que en noviembre del 2008 Vargas Maldonado se lanzó a la búsqueda de la presidencia del partido blanco, lo que era incompatible estatutariamente con la candidatura presidencial que quiere repetir para el 2012, analistas políticos advirtieron que eso desataría una confrontación interna que rebasaría la coyuntura electoral del 2010, puesto que adelantaba la lucha por la candidatura presidencial, cuando apenas habían transcurrido cinco meses de la derrota del 2008. También se advirtió que eso consumiría las energías del principal partido de la oposición, impidiéndole aprovechar el desgaste del segundo período consecutivo de Gobierno del PLD y el presidente Fernández.

La estrategia que ha resultado exitosa relativamente era apoderarse de todos los mandos del partido para imponer los candidatos para mayo del 2010, creando “un nuevo PRD”. Pero el costo en términos de desgaste interno y descrédito externo, sin haber podido encarnar una efectiva y eficaz oposición al Gobierno, han sido superiores.

 Las rectificaciones dispuestas por la JCE y las que faltan, parecen diagnosticar una gran ineficacia en la gestión política.´

Pobre perspectiva electoral

Más allá de una encuesta del Centro Económico del Cibao, que en anteriores procesos electorales ha sido certero en sus estudios, y que esta semana otorgó una amplia ventaja a Milagros Ortiz Bosch para la senaduría del Distrito  Nacional, las perspectivas  para los comicios del mes próximo de un PRD dividido lucen inciertas frente a la amplia coalición que encabeza el PLD y que ya lanzó a la campaña electoral a todo el poder del Gobierno, desde el Presidente y el Vicepresidente de la República.

 Si los líderes perredeístas no logran compactarse y creer en sus posibilidades, es iluso pretender que podrán capitalizar el descontento de amplios segmentos de las clases medias y bajas con el Gobierno. Al final podrían cosechar parte del descontento, pero no evitarán la alta abstención que se ha registrado en los anteriores comicios legislativos y municipales, que ha oscilado entre el 51 por ciento del 1998 y el 44% del 2006.

Las mejores pruebas de las pobres perspectivas del PRD las ofreció su presidente Vargas Maldonado el miércoles 7 en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, cuando dijo que marchan adelante en 12 provincias, pero el PLD en 13 y los reformistas en 3, con lo que de entrada concede a la alianza de estos últimos la mitad del Senado, con cuatro provincias por definirse. Eso en una tradición política que marca una tendencia a dorar las propias posibilidades.

Peor fue la encuesta de la firma norteamericana Greenberg Quinlan Rosner Research, publicada el 29 de marzo y citada por Vargas Maldonado en el encuentro del miércoles, según la cual el PRD encabeza las preferencias por los diputados con 47 por ciento frente al 45 por ciento del PLD y 5 del PRSC, lo que otorga ventaja a la alianza gubernamental. Y por los senadores es peor porque otorga 49 por ciento al PLD y 4 al aliado reformistas para un 53 por ciento. En otras palabras, que según las encuestas y expectativas del propio partido blanco, la alianza gubernamental gana la mayoría del Congreso. Aquí sí cabe lo de que a confesión de parte, relevo de pruebas.