Diez años de Participación Ciudadana

Por Juan Bolívar Díaz

            Al conmemorarse este 31 de octubre el décimo aniversario de Participación Ciudadana conviene pasar revista al planteamiento de “Reformas para una sociedad democrática y participativa”, fruto de las reflexiones, encuentros y talleres que precedieron la fundación de este movimiento cívico-no partidista. Allí se puede comprobar cuánto ha avanzado la sociedad dominicana en esta última década, contrario a la percepción de los pesimistas y derrotistas.

            Es cierto que también hay muchas cosas pendientes de realizar y otras a medias, sin que faltare algún logro –como la prohibición de la reelección presidencial- que haya sido revocado. Hay también demasiado lacras, putrefacciones y limitaciones que extirpar para que podamos alcanzar siquiera medianamente el estadio de civilización, institucionalización y democratización que la mayoría soñamos. Incluyendo una dosis considerable de justicia social.

            Pero para esta tareas tenemos todos los años por delante y ojalá la encuentren bien avanzadas las primeras generaciones de este siglo. Sólo con plena conciencia de nuestras limitaciones de tiempo y espacios podremos seguir contribuyendo al mejoramiento social, manteniendo nuestras propias energías para ser capaces de movilizar las de los demás. Pues con discursos pesimistas no se reproducen ni los sueños ni las realizaciones.

            En el aludido documento se plantearon 24 reformas, de las cuales diez se han realizado y una fue revocada, mientras muchas de las otras 14 han sido objeto de profundas discusiones, algunas están en camino de realización, como la revisión de las leyes orgánicas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y las reformas para garantizar la autonomía de la Contraloría General de la República y la Cámara de Cuentas a fin de que puedan prevenir y perseguir la corrupción administrativa.

            Veamos a continuación los objetivos programáticos logrados:

            1.-Elecciones presidenciales separadas de las congresuionales y municipales.

2.- Institución de la segunda vuelta electoral para la elección presidencial con más del 50 por ciento de los votos.

3.- Reforma del sistema de elección de los legisladores para afianzar la representación.

4.- Prohibición la reelección presidencial consecutiva.

5.- Crear el Poder Municipal con mecanismos que aseguren la participación popular y su real autonomía.

            6.- Instituir el Consejo Nacional de la Magistratura y la carrera judicial como forma de garantizar la independencia y autonomía funcional del Poder Judicial.

            7.- Garantizar el ejercicio del voto a los dominicanos residentes en el exterior.

            8.- Establecer la posibildiad de la doble nacionalidad.

            9.- Crear mecanismos que aseguren a todos los ciudadanos y ciudadanas el disfrute de una auténtica seguridad social.

            10.- Modificación y actualización de los códigos Penal, Civil, Comercial y de Procedimiento.

            Participación Ciudadana fue el resultado del proceso de reflexión de un grupo de ciudadanos y ciudadanos tras el fraude electoral y la crisis económico-social de 1990. El primer objetivo era lograr elecciones democráticas. Y eso se ha conseguido ampliamente a partir de 1996, tras el trauma de 1994.

            No pretendemos que hemos llegado a la perfección en ningún aspecto. Persisten y persistirán por mucho tiempo tendencias al fraude que parecen debilidades inexorables de la condición humana. Pero decenas de miles de personas de todas las edades han participado en los talleres de Participación Ciudadana para el ejercicio democrático y la participación.

            Hemos cumplido jornadas de lucha esplendorosas que culminaron en éxitos reconocidos. No solamente en la observación electoral y el conteo rápido de las votaciones, sino también en la reforma judicial y la elección de los jueces de la Suprema Corte de Justicia. Y en otras que todavía no fructifican como la lucha por la prevención y sanción de la corrupción, y la asamblea constituyente para las reformas constitucionales.

            Los que fundamos Participación Ciudadana y hemos dado a la sociedad miles de horas de trabajo voluntario, tenemos que sentir satisfacción por estos primeros diez años. Sobre todo al recordar las suspicacias con que muchos nos veían; nos daban meses de existencia y nos vaticianaban burlonamente que nos convertiríamos en partido para pastularnos a cargos electivos.

            Hemos demostrado que se puede trabajar por tiempo indefinido sin esperar recompensas, cargos ni privilegios. Manteniendo en alto los sueños de justicia social y participación democrática. Y eso hay que proclamarlo y celebrarlo con alegría.-